¿Cómo se forman los precios en los mercados? Los alumnos preguntan leyendo a Böhm-Bawerk (II)

Los alumnos de OMMA-Madrid realizan preguntas sobre el texto de Böhm-Bawerk en relación a la determinación de los precios:

* El precio del mercado ¿garantiza que se vende todo el producto que se ofrece? Si la respuesta es negativa, ¿qué significa entonces la frase “el precio de mercado se establece en aquella zona en que la oferta y la demanda están cuantitativamente en equilibrio exacto”?

No se vende todo el producto que se ofrece ni se compra todo el producto que se demanda. A un determinado precio se igualan la cantidad demandada y la cantidad ofrecida, pero quedan oferentes sin vender (porque valoran el bien más que ese precio y no hay compradores dispuestos a pagar ese precio mayor) y compradores sin comprar (porque lo valoran menos que ese precio y no hay vendedores dispuestos a ofrecer ese precio menor).

*Que es la pareja Marginal? ¿y por qué han de realizar intercambios en orden descendente a dicha capacidad?

Son los que están en el margen, tanto sea como él último comprador o vendedor o cómo los primeros compradores o vendedores potenciales (según estén distribuidas las valoraciones de todos ellos).

*¿Qué diferencia hay entre la ley de oferta y demanda y la ley del precio?

La ley de la demanda establece básicamente que ante un precio mayor la cantidad demandada será menor; la ley de la oferta que ante un precio mayor la cantidad ofrecida será mayor. BB piensa que muchas veces, el análisis directo de curvas de demanda y oferta hacen parecer esto como algo impersonal, por eso prefiere comenzar con los intercambios aislados y luego avanzar hacia mayores grados de complejidad.

-¿Es por estas valoraciones subjetivas por lo que se producen los fuertes vaivenes en el mercado bursátil?

En todos los mercados los cambios se producen por modificaciones en las valoraciones subjetivas de demandantes y oferentes. En el caso de los mercados bursátiles esas valoraciones, basadas en expectativas, son particularmente importantes.

-¿El equilibrio exacto de la oferta y la demanda se refiere a que exista aproximadamente el mismo número de compradores y vendedores en capacidad de negociar?

Solamente en el supuesto (que aplica BB al inicio) de que cada demandante demanda una unidad y cada oferente ofrece una unidad. En general, esto no es así y por eso se considera cuando se igualan la cantidad demandada y la cantidad ofrecida.

-¿La capacidad y habilidad negociadora de las partes puede llegar a modificar las parejas marginales?

Si, si modifican el margen de sus valoraciones. Tomemos el ejemplo anterior: la negociación determinará si el precio está más cerca de $118 o de $115. Ahora bien, puede haber también un esfuerzo para modificar esa valoración. Digamos que te convenzo que el bien es tan bueno que deberías valorarlo a $125. En tal caso, ahora el precio estará en algún punto entre $115 y $125. Y también puede haber cantidad de otras circunstancias que modifiquen las valoraciones. Lo que la ley del precio dice es que, “dadas” esas valoraciones, el precio estaré en ese rango.

¿El motivo de la ventaja económica de los participantes impone la exigencia de que las parejas de las partes contratantes con mayor capacidad de intercambio deban realizar intercambios, en orden descendente a dicha capacidad? ¿Puede explicar a qué se refiere exactamente?

Del ejemplo anterior: C1 está dispuesto a pagar hasta $250, ¿por qué va a pagar eso si V1 acepta algo más de $80? Digamos que le ofrece $85, pero entonces aparece C2 que ofrece $90, y C3 que ofrece $100. Y así sucesivamente hasta que todas las “pujas” terminan a un precio entre $115 y $118 y todos se llevan el producto querido a un precio más bajo que su valoración. Igual con los vendedores, todos venden a un precio mayor a su valoración.

*En un restaurante una vez elegido, el intercambio es aislado ¿porque no tengo capacidad de negociación? Los precios ya vienen determinados por el vendedor. ¿Puede ser que una vez realizada la elección del restaurante (competencia unilateral de vendedores) ya hiciera mi negociación pasando de un intercambio unilateral de vendedores a un intercambio aislado?

Exacto, eliges el restaurante con alguna idea de los precios que encontrarás. Para el restaurante (y para los clientes) sería costoso y poco eficiente decir, por ejemplo: “venga y negociemos el precio de su comida”. Como consumidor no tendrías mucha idea de cuánto te va a salir, como oferente estarías involucrado en una constante negociación. Parece ser más eficiente para ambos que tú me informas el precio y yo respondo con la cantidad (voy o no voy).

¿hay Bienes que tenga un precio definido o intervenido?

Sí te refieres a precios definidos por el estado, los hay muchos. Por ejemplo, las tarifas de “servicios públicos”, entre otros.

Hay motivaciones económicas para destruir el ambiente, ¿no hay también para cuidarlo?

Qué difícil resulta ver el papel que cumplen los incentivos económicos. Sobre todo los positivos. La Nación presenta un largo reportaje a Osvaldo Canziani, comentando los resultados de la reciente reunion en Lima (Perú). Un eminente meteorólogo y profesor de Fïsica, tiene numerosos antecedentes y logros: “copresidente del Grupo de Trabajo II, que se focalizó en Vulnerabilidad, Impactos y Adaptación al Cambio Climático del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo que recibió el Premio Nobel en 2007. A lo largo de su extensa carrera -tiene 92 años-, Canziani también desempeñó numerosas tareas de asistencia técnica, tanto a nivel local como internacional, presidió organismos, redactó numerosos artículos de investigación y se hizo tiempo, incluso, para la docencia, labor que continúa en la actualidad.”

Aquí está el reportaje completo, cuyo título “Tenemos que empezar a mirar a la naturaleza como sujeto de derecho”, supongo que ya generaría polémica entre los abogados: http://www.lanacion.com.ar/1755231-osvaldo-canziani-tenemos-que-empezar-a-mirar-a-la-naturaleza-como-sujeto-de-derecho

“-¿Y se puede pensar en un tipo de crecimiento amigable con el ambiente?

-Sí. Hay que ser austero. No hay que pensar cuántos hijos le voy a dejar al ambiente, sino cuántos hijos míos puede mantener el ambiente. Pero somos una raza que vive pensando en el dinero. Yo no reniego de eso, pero no hay que pasarse para el otro lado. Hoy en día existe el concepto de agua virtual. Un kilo de carne, acá son diez mil litros de agua. En Paraguay, quince mil, porque el animal come pasto, toma agua y demás. Amartya Sen dice una cosa muy simple: hay que empezar a incorporar las externalidades. Si yo produzco, debería considerar el agua que uso. En Lima se precisó que para el año 2050 habría que reducir las emisiones entre el 30 y el 70 por ciento porque si la cosa sigue así, se para el mundo.”

Drop in water

Si somos una raza que vive pensando en el dinero, entonces quiere decir que respondemos, y mucho, a los incentivos monetarios. Claro que parece que con ellos se obtuvieran resultados negativos. Dice el Dr. Canziani: “Si yo produzco, debería considerar el agua que uso”.

Pregunto: ¿No consideraría esa persona el agua que usa si tuviera que pagar por ella un precio de mercado que refleje su escasez? ¿No serviría en este caso el incentivo monetario para evitar el despilfarro del agua? Está bien apelar a la conciencia, pero en este caso (como en el conocido “billetera mata galán”) podría decirse que “billetera mata a quien derrocha agua”.

Continuemos:

“-¿Y en esas cumbres se habla lo suficiente de la necesidad de adaptación o de hacer a las ciudades más resilientes?

-No lo suficiente, pero ya se han organizado grupos para empezar a discutir. La clave pasa por educar a la gente. Uno lo ve todo el tiempo: el portero que barre con el chorro de agua cuando en ciertas localidades no hay agua. Pero sólo cuando uno está inmerso en el problema, empieza a pensar soluciones. Los argentinos hasta ahora hemos tenido relativa suerte, pero vaya usted al norte de Chile, donde hay que capturar la niebla para regar… En Machu Picchu se cosechaba el agua. El agua recolectada se lanzaba en épocas de sequía… Si lo hacían ellos, ¿por qué no nosotros?”

¿Será que para nosotros es prácticamente gratuita? En muchas de nuestras casas no existen medidores sobre el consumo de agua, pagamos lo mismo usemos un litro o cien mil.

“-¿Y qué explicación le encuentra? ¿Por qué, pese a toda la difusión de gobiernos y organismos, el portero sigue barriendo con el chorrito de agua?

-Porque nadie cobra multas. Porque nadie hace nada. Todo es cuestión de educación. ¿Por qué en un mundo en donde hasta los perros tienen celular circulan los taxis vacíos quemando combustible, contaminando el aire y complicando el tráfico? Todo se basa en una estructura falsamente construida, donde el interés está en otra parte. Cada uno quiere su ganancia. Tenemos que empezar a mirar a la naturaleza como sujeto de derecho porque nadie la respeta. Si uno ve a los chicos rompiendo los árboles… Es un problema básicamente de falta de educación.”

Claro, una multa es un incentivo económico porque hay que sacar la billetera para pagarla. Pero requiere inspecciones, controles, procesos, descargos, y finalmente resoluciones. ¿Qué tal si simplemente el portero tuviera que pagar por el agua que utiliza? ¿O qué le diría el consorcio del edificio cuando les llegara la cuenta?

En síntesis, la educación está bien pero, ¿qué tal un incentivo económico para ser educado?

 

Subsidian a unos, benefician a algunos, perjudican a otros, y lo terminan pagando todos

Los subsidios son la aplicación de fondos obtenidos por medio de impuestos u otros ingresos fiscales para favorecer ciertas actividades. Como tales, está claro que se benefician quienes los reciben y se perjudican quienes los pagan (los contribuyentes). Pero el perjuicio no es solamente para quienes los pagan con sus impuestos también para quienes compiten con los receptores y, a su vez, no los reciben. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se subsidian exportaciones.

Daniel Ikenson plantea este tema en “The Export-Import Bank and its Victims” (Policy Analysis 756, Cato Institute): http://www.cato.org/blog/export-import-bank-its-victims-which-industries-bear-brunt

Según su análisis los subsidios del llamado “Ex-Im Bank” genera costos en 189 de 237 categorías industriales por un monto de $2.800 millones por año. Entre las industrias más perjudicadas se encuentran las de fabricación de chasis de automotores, elementos de almacenamiento digital y equipos fotográficos y fotocopiadoras. Las industrias más perjudicadas son las de equipos eléctricos, muebles, alimentos, productos no metálicos y químicos. Las cinco industrias más afectadas representan el 50% o más del PBI en siete estados y las 10 principales víctimas producen dos tercios del PBI industrial en 22 estados.

Comenta el autor:

“El financiamiento del Ex Im ayuda a dos grupos de empresas (en el corto plazo): las empresas norteamericanas cuyos precios de exportación resultan subsidiados por tasas de financiación más bajas que las del mercado y las empresas extranjeras que compran esas exportaciones subsidiadas. Es claro entonces, que estas transacciones pueden imponer costos en otros dos grupos de empresas: empresas norteamericanas compitiendo en la misma industria y que no reciben el apoyo del Ex Im, y empresas norteamericanas cuya competencia externa ahora se beneficia de menores costos de capital, cortesía de los subsidios del gobierno.”

“Pero hay al menos tres costos que son esenciales para determinar los beneficios netos del Ex Im:

1) el “costo de oportunidad”, representado por el crecimiento de las exportaciones que hubiera ocurrido si los recursos del Ex Im se hubieran invertido en el sector privado

2) el “costo intra-industrial”, representado por la desventaja del costo relativo impuesto sobre otras empresas en la misma industria y,

3) el “costo de la cadena de valor”, representado por la relativa desventaja de costo impuesta sobre los competidores el ahora subsidiado cliente externo”.

Delta

“Para dar un claro ejemplo. Delta Airlines se ha quejado mucho porque el Ex Im Bank facilita las ventas de aviones Boeing a aerolíneas extranjeras, tales como Air India. Delta, con razón se queja que el gobierno de los Estados Unidos tiene una política de subsidiar a la competencia externa de Delta reduciendo los costos de capital de Air India. Esa reducción de costos le permite a Air India ofrecer precios más bajos en su competencia por pasajeros, lo cual tiene un impacto directo en los resultados de Delta.”

¿Cómo se forman los precios en los mercados? Los alumnos preguntan leyendo a Böhm-Bawerk (I)

Los alumnos de OMMA-Madrid realizan preguntas sobre el texto de Böhm-Bawerk en relación a la determinación de los precios:

* Los supuestos de determinación del precio en el texto son demasiado ideales. Implican un lugar de reunión de compradores y vendedores, unidades idénticas de un mismo bien, invariabilidad de valoraciones… ¿dejan de ser válidas las conclusiones si alguno de los supuestos no se cumple?

No. Un modelo es siempre una simplificación de la realidad que trata de captar y comprender ciertas relaciones fundamentales. Luego, es necesario avanzar removiendo algunos de sus supuestos para acercarnos de a poco a la realidad. Es lo que hace Böhm-Bawerk cuando parte del intercambio aislado y avanza hacia el bilateral. Luego, BB avanza de la consideración de un mercado “pequeño” a uno grande (p. 117).

Dice el autor:

“Por tanto, nuestra formulación de la ley del precio debería expresarse en términos menos personales. No se produce, por supuesto, ningún cambio en el hecho de que la decisión proceda de las valoraciones subjetivas dadas al bien por ambas partes en la actividad del mercado, pues estas valoraciones están expresadas cuantitativamente en las cifras de ‘oferta y demanda’. Pero esas cifras son asignadas, no a personas, sino a cantidades parciales del bien que se está manejando en el mercado. Antes, en nuestra tabla simplificada, la posición máxima en las ofertas de compra hecha por parte de los compradores era ocupada por la ‘valoración de Aa’. Ahora, en nuestra tabla tendremos que ocupar esa posición con todas aquellas valoraciones en una cifra de ‘trescientos dólares por pieza’, no importa quien represente esa valoración en el mercado, no importa qué personas puedan ser las que apliquen esta valoración a la cantidad parcial del bien más urgentemente deseada…. Y ahora la parte que en nuestra fórmula simplificada desempeñaba la valoración de la pareja marginal es representada por las valoraciones subjetivas aplicadas, dentro de las filas de las dos partes del mercado, a la cantidad parcial última del bien que es todavía objeto de una venta consumada, y por la primera cantidad parcial que permanece sin vender. Todo esto no significa que debamos renunciar a la fórmula más breve descriptiva del “último comprador’, etc. Todo lo que se necesita es que, cuando las situaciones del mercado más ricas y complicadas entren en juego, interpretemos ese término de nuestra fórmula queriendo significar las valoraciones del comprador o compradores que adquieren la cantidad parcial última o menos urgentemente deseada del bien que desaparece del mercado por la vía del intercambio.”

Como decía en la clase, la interacción entre vendedor y comprador en una economía mercantil moderna no se da a través de la negociación directa bilateral, sino que se da a través de la reacción de los consumidores y su impacto en las cantidades. La empresa XX “ofrece” un producto a un cierto precio P, y recibe como respuesta una cierta cantidad demandada. Puede hacer ajustes en el margen para saber cómo responden los compradores marginales. A un precio de P-1, ¿cuál es la cantidad demandada? Y, ¿cuál a un precio de P+1? Así van cambiando los compradores marginales.

* El texto afirma por un lado que compradores o vendedores que se añaden o retiran del mercado sólo afectan al precio si tienen un efecto en las parejas marginales. Por otro se admite la validez de la “ley de la oferta y la demanda” ¿Por qué ambas afirmaciones son compatibles? Por ejemplo, si aumenta mucho la oferta, pero a unos precios demasiado elevados para cambiar las parejas marginales eso no debería afectar a los precios. Ídem si aumenta la demanda a precios demasiado bajos.

En la presentación puse este caso (entre otros)

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El precio va a estar entre $118 y $115. Por ejemplo, a un precio de $116, compran C4, C3, C2 y C1, y venden V1, V2, V3 y V4. Se igualan la cantidad demandada y la cantidad ofrecida. En este sentido, nada cambiaría, si agregáramos un Cx: $ 280 y un Cy: $300, como también un Vx: $ 75 y un Vy: $70. En ese caso tendríamos 6 que compran y 6 que venden, también a un precio entre $115 y $118. Quiere decir que estos nuevos compradores y vendedores no afectan el precio, sino que son las parejas marginales que lo hacen.

 

Hay pueblos que no pueden progresar porque su cultura no permite superar la envidia

En el libro «El Foro y el Bazar» se resalta la importancia de los valores y cultura predominantes para explicar la calidad institucional de los países y, luego, su mayor o menor progreso.

Unos meses atrás publiqué un post mostrando el espíritu emprendedor de la tribu de los Seminoles, en el sur de Florida, quienes son dueños del Hard Rock Café. https://bazar.ufm.edu/wp-admin/post.php?post=864&action=edit

Ahora la contraparte. Comenta Helmuth Schoeck en su interesante libro «Envy» (Liberty Fund, 1987), sobre la tribu de los Navajos:

«Los Navajos son la tribu más grande que todavía sobrevive en Estados Unidos. La existencia que llevan en su reservación es miserable. Los Navajos no tienen nada que se corresponda con nuestro concepto de ‘éxito personal’ o ‘logro personal’. Tampoco puede tener Buena o mala suerte. Cualquiera que prospere o, según sus conceptos, se enriquezca, lo habrá logrado solo a costa de algún otro. Por lo tanto, el Navajo que está mejor se siente bajo constante presión para ser pródigo en hospitalidad y generoso con los regalos. Sabe que si fracasa en esto ‘la voz de la envidia hablará en susurros de brujería’ que harán penosa su vida en sociedad…»

Comenta Schoeck:

«No es cierto, como muchos críticos sociales nos quieren hacer creer, que solo la gente más afortunada en este mundo, aquellos con propiedades heredadas o con oportunidades de riqueza, tienen un interés creado en una ideología que inhiba la envidia. Tal ideología es, en verdad, mucho más importante para la persona envidiosa, quien podrá comenzar a hacer algo sobre su vida solamente cuando haya construido alguna especie de teoría personal que desvíe su atención de la envidiable Buena fortuna de otros, y guíe sus energías hacia objetivos realistas a su alcance.»

El autor afirma que no es posible eliminar la envidia (ése sería el objetivo de las ideologías igualitaristas, que piensan que eliminando las diferencias la envidia desaparecería). La envidia se daría por otras cosas, íncluyendo envidia hacia quienes están en posición de redistribuir todo para que no haya envidia.

Una de sus principales tesis: «cuanto más puedan, los individuos privados y los custodies del poder politico, actuar como si no existiera tal cosa como la envidia, mayor será la tasa de crecimiento económico y el número de innovaciones en general».

¿El Plan Marshall recuperó a Europa? Mises se anticipa en 1940 y dice que ‘debe venir de adentro’

Existe un mito que se resiste a ser superado: que la reconstrucción de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial fue fruto del Plan Marshall. Tan firme ha sido este mito que mucho políticos latinoamericanos demandaron luego por años algo así como un “Plan Marshall para América Latina”.

El mito del Plan Marshall es cuestionado en forma contundente por Tyler Cowen aquí: https://www.gmu.edu/centers/publicchoice/faculty%20pages/Tyler/Marshall_Plan.pdf

Mises, en su conferencia en la Universidad de Columbia en 1940 (varios años antes de que terminara la Guerra), se anticipa a este problema:

“Es obvio que un estado satisfactorio de las relaciones internacionales que mantenga la paz requeriría muchas más interferencias con las soberanías nacionales. Pero en el estado actual de ideologías prevalecientes, resulta simplemente utópico demostrar que la paz y la buena voluntad entre las naciones es posible solamente en un mundo de libre comercio y propiedad privada. Tomará un tiempo hasta que la humanidad esté madura para esta práctica. Tenemos que comprender que la reconstrucción tendrá que realizarse en un entorno mucho menos perfecto.”

“Nuestros contemporáneos tienen el extraño sentimiento de que los economistas y banqueros pueden descubrir algún polvo mágico sobre el cual reconstruir las ruinas sin gasto para la sociedad. En presencia de estas creencias, es el deber de los economistas honestos repetir, una y otra vez que, luego de la destrucción y desperdicio del período de guerra, nada más puede llevar a una sociedad a la prosperidad que la vieja receta – producir más y consumir menos. Este es el único camino por el que Europa reconstruirá su maquinaria económica, si se puede reconstruir.”

Abajo Hitler

“Esta reconstrucción no puede hacerse desde afuera, debe venir de adentro. No es solamente cuestión de técnica económica, menos aún de ingeniería, es una cuestión de moral social e ideologías sociales. Puede tener éxito solamente sobre la base de un retorno al capitalismo y a los métodos económicos del siglo XIX. Por supuesto, muchos contemporáneos creen que existe una alternativa, el socialismo. No es parte de este ensayo discutir los pros y los contras de estos sistemas de cooperación social. El análisis teórico de esta cuestión nos podría llevar lejos. Solo quiero enfatizar que la experiencia tanto de Rusia como de Alemania no justifica un juicio favorable a los métodos socialistas. Lo que se necesita es asegurar a los europeos algo mejor que el modo de vida ruso.”

La primera e inmediata consecuencia del armisticio y las desmovilización de millones de soldados será un tremendo aumento del desempleo. Probablemente algunos charlatanes recomendarán, como remedio, obras públicas, trabajos de campo y servicios compulsivos. Pero, ¿quién va a pagar esos gastos? EL problema no es ocupar el tiempo sino un trabajo que produzca bienes que los productores de materias primas y alimentos de países no europeos quieran aceptar como pago. Ningún gobierno ni sistema socialista podrá producir esos bienes para exportación. Para ello se necesitan emprendedores.”

“El espíritu de empresa y la iniciativa de los emprendedores ha transformado Europa en los últimos doscientos años de un continente de masas hambrientas y descalzas a un mundo de consumo masivo de bienes antes conocidos como lujos. Si hay alguna esperanza de recuperación está en la iniciativa de los individuos. No olvidemos que los partidos nacionalistas de Europa han destruido su civilización en nombre de la lucha contra el individualismo y el liberalismo. Los emprendedores deberán reconstruir lo que los gobiernos y políticos han destruido.”

Por su parte, Cowen se enfoca en los mitos:

  1. Que la recuperación europea fue fruto del Plan Marshall: en su pico, ésta no llegó al 5% del PBI de Alemania, mientras que los costos de ocupación aliados y reparaciones oscilaron entre 11 y 15%. La impresionante recuperación de Alemania fue fruto del plan de liberación de la economía implementado por Ludwig Erhard. La recuperación de Austria se disparó cuando se redujeron sustancialmente las partidas que recibía del Plan.
  2. Que el Plan promovió el espíritu de libre empresa en Europa. Cowen dice que quienes dirigieron la política exterior norteamericana de posguerra tenían fuertes inclinaciones intervencionistas.
  3. Que contribuyó a evitar una recesión en la economía norteamericana. Los $17.000 millones que pusieron en Europa no se gastaron en los Estados Unidos, aunque muchas compras se hayan hecho allí.

La Navidad capitalista es puro shopping, ¿o es en verdad ocuparse y preocuparse de los demás?

Dale Steinreich comenta sobre la Navidad en un artículo publicado en 1995: http://mises.org/library/capitalist-christmas-0

“Halloween tiene un tinte socialista. Figuras amenazantes llegan a tu puerta si ser invitadas, demandan tu propiedad y amenazan con realizar algún truco no especificado. En síntesis, es como funcionan los gobiernos.

El día de Acción de Gracias ha sido reinterpretado por el hombre blanco, luego de quemar, violar y robar al noble indio, tratando de arreglarlo con una cena barata de pavo. El Año Nuevo puede arruinarse porque es el comienzo de un nuevo año fiscal, y sabemos que estaremos trabajando para el gobierno por los siguientes cinco o seis meses.

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Por eso amo la Navidad. Hasta hoy sigue siendo una celebración de libertad y vida privada, como también un necesario descanso de la incesante politización de la vida moderna. Es la más pro-capitalista de las celebraciones porque sus alegrías temporales se basan en la propiedad privada, el intercambio voluntario y el beneficio mutuo.

En las compras de Navidad, encontramos persistentes señales de programas de caridad en acción y pocas de aquellas (burocracias paternalistas) que no funcionan. El Ejército de Salvación, quienes reparten saludos y las cajas llenas de productos y juguetes que se reparten son verdadera caridad. Estas donaciones están basadas en la volición, no en la coerción, lo cual es la clave de su éxito.

La gente se queja de la “comercialización”, pero todas las compras y ventas están dirigidas hacia satisfacer las necesidades de otros. Aun si el receptor no da regalos a su vez, el que regala recibe satisfacción. No existe aquí el juego de suma cero o negativo del proceso político que transfiere propiedad de un grupo a otro.

Santa Claus, a diferencia de las figuras de Halloween, llega a tu casa con regalos y Buena voluntad, y nunca toma nada excepto leche o galletitas. Nunca pensarías en esconderle la platería. A diferencia de los burócratas del gobierno, Santa Claus y sus trabajadores son totalmente confiables, e incluso trabajan horas extras para crear los productos deseados por millones.

Si el Departamento de Trabajo llegara alguna vez a investigar el Polo Norte, encontrarían todo tipo de violaciones laborales: salud (muy frio) y seguridad, seguro de desempleo (¿lo pagan?, salario mínimo (¿hay explotación ahí?), horas extras (Dios sabe las horas que trabajan), derechos civiles (¿no emplean gnomos?). Pero el punto es que allí todos están voluntariamente, y lo consideran un honor y un privilegio.

Los árboles de Navidad son encantadores y las granjas que los producen son el último modelo de política ambiental. Los árboles se cosechan y se replantan para futuras celebraciones, un proceso totalmente guiado por la demanda de mercado. Si se trasladara esta política a los parques y bosques nacionales, podríamos satisfacer la demanda de madera, bajar su precio y asegurar que los árboles siempre tienen valor.

Las tarjetas de Navidad son un producto de arte atractivo, comunicado a las masas en formas que el gobierno nunca apoyará. Quienes las producen tienen que satisfacer a consumidores reales, quienes tienen mejor gusto que los administradores de subsidios públicos.

El punto débil de las tarjetas navideñas es que tienen que llegar vía el monopolio estatal del correo. Cada día, éste se enoja y advierte a los consumidores cautivos que las envían con dos semanas de anticipación. Si eres un burócrata del correo, no hay nada más irritante que los consumidores confundan tus operaciones con otras competitivas.

¿Qué hacemos cuando tenemos que enviar paquetes? Usamos servicios privados que proveen servicios por lucro aunque tienen prohibido por ley enviar cartas. Esas empresas dan la bienvenida a nuestros pedidos y no se quejan por el gran volumen.

En algún punto durante Navidad, la cultura oficial del gobierno y los medios –dominados por Obama y otros en Washington- desaparece de nuestra vista y no podemos sino recordar aquello que es más importante. Es la familia, la comunidad, el hogar, la tradición, los seres queridos, y otras las otras cosas que el gobierno desplaza durante el resto del año.

Este año, acordémonos de apreciar el papel que las instituciones capitalistas cumplen hacienda que sea éste un día más especial. Ni el gobierno nos puede quitar el espíritu navideño.”

Preguntas sobre la acción humana, la subjetividad del valor y la utilidad marginal (V)

Los alumnos de Microeconomía en Madrid leen partes de “La Acción Humana” de Ludwig von Mises y plantean preguntas al autor que trataré de contestar aunque no lo sea:

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¿Actúa el hombre únicamente guiado por la escasez? ¿Acaso no es posible sustituir un estado de cosas poco satisfactorio por otro más satisfactorio, al margen de que exista escasez o no?

Si no hubiera escasez no tendría que actuar, ya “estaría” en ese otro estado más satisfactorio, o su tránsito sería automático.

¿Sería acertado decir que con el transcurso del tiempo van desapareciendo los bienes libres y que en el futuro todos los bienes serán económicos?

Con algunos puede suceder eso. Por ejemplo, puede comenzar a escasear el aire limpio, y llegar entonces a tener un valor. Pero también pueden surgir otros bienes libres. Por ejemplo, en el lenguaje surgen palabras nuevas que todos usamos gratuitamente.

¿Si el valor depende del sujeto, como se sabe en la práctica cual es el valor que debería tener un bien?

No se sabe. Lo que existirá es un precio, como fruto de las distintas valoraciones individuales.

Otras obras suyas (libros, artículos, conferencias) ¿me ayudarían a entender su punto de vista sobre las materias tratadas en La Acción Humana?

Recomiendo las lecturas sugeridas en el programa, los libros de Menger y Böhm-Bawerk.

De todos los conceptos expuestos ¿cuáles cree que permanecen vigentes a día de hoy?

En general todos ellos, son la base de la economía. El tema es que son tan fundamentales que muchos textos de economía los pasan por alto y comienzan desde la formación de los precios. Pero lo que Mises muestra es que hay cantidad de temas “filosóficos” en el análisis de estos fundamentos. Y cuando no se forma una base bien sólida, luego hay problemas para acertar el camino correcto más adelante.

El mundo evidentemente ha cambiado desde la redacción y publicación de este texto. ¿Hablaría el autor en estos momentos de cosas superfluas, en abundancia?

El mundo ha cambiado pero las leyes económicas son las mismas, en el Imperio Romano y en Corea del Norte.

Según von Mises, el valor de los bienes de primer orden determina el valor de los órdenes de mayor orden, pero ¿es esto realmente así? Es decir, si una autoridad de manera arbitraria fija el valor de un bien eso afecta a todos los otros bienes con los que se relaciona, ¿no? ¿Hay alguna situación que en la que el autor vería adecuada esa arbitrariedad?

El autor no vería adecuada esa arbitrariedad, por supuesto. Es porque valoramos fumar que tiene valor la planta de tabaco. Si mañana dejáramos de fumar y la planta no tuviera otro uso, se convertiría en una maleza. Y las máquinas para cosechar tabaco, si no pueden convertirse para otro cultivo, también perderían su valor. ¿Y el trabajo? El trabajo es un servicio que se utiliza en la producción de todo producto. El trabajo en el tabaco perdería valor, pero no en todos los otros usos del tabaco. El trabajador del tabaco usaría su trabajo, por ejemplo, en la cosecha de otro producto.

¿Por qué cree Ud. que el término praxeología tiene un uso tan restringido?

Porque no “prendió” entre los economistas y en las ciencias sociales.

¿Qué consejo nos daría para surcar el mar de temas tan complejos como: fines, medios, valor, necesidades, intercambio, acciones, bienes, servicios, órdenes, ganancia, pérdida, etc.?

Leer y pensar. Preguntar. Conversar con profesores y otros alumnos. Y volver a leer.

¿Cómo puedo aplicar la Ley de Utilidad Marginal en el día a día? – algunos ejemplos por favor.!

¿Valoraste la clase? ¿Valorarías igual que la repita? ¿Y que la dicte por tercera vez? ¿Cuarta?

Te tomas un café por la mañana. Es una gran satisfacción. ¿Otro? ¿Un tercero?

La utilidad marginal está detrás de todas tus acciones diarias.

Parece que en el artículo toda acción está basada en la utilización de unos medios para la consecución de un objetivo , la aplicación de la lógica al extremo, sin embargo hay muchas decisiones que se toma por intuición, capricho o sin lógica alguna, como responde el autor a tales cuestiones?

Mises no dice que todas nuestras acciones sean “razonadas” y “meditadas”. Como sea que lleguemos a ellas, las realizamos porque por alguna razón (tal vez por intuición o capricho), creemos que es el objetivo a alcanzar.

¿Porque la praxeologia rechaza el estudio de la ciencia?

No rechaza la ciencia como tal sino que se trata de utilizar otras ciencias para comprender las consecuencias de la acción humana. Tal vez la química nos pueda explicar por qué nuestro cerebro elige ciertos fines, pero es la praxeología la que nos explicará las consecuencias de nuestro accionar.

Teniendo en cuenta los resultados de estudios de la acción humana, ¿Podrías establecer unas pautas éticamente correctas de comportamiento?

Voy a arriesgar ciertas conclusiones “éticas” del análisis de la acción humana.

Si las valoraciones son individuales, y subjetivas. No hay un estándar objetivo de valor. Entonces se desprendería de eso una presunción en favor de la libertad, de forma tal que cada persona pueda buscar alcanzar los fines que “subjetivamente” desea alcanzar y no los que los demás queramos imponerle. ¿Y hasta dónde llega esa libertad? En una isla solitaria llega hasta los límites que impone la naturaleza: no puedo volar o saltar de una isla a otra. En una sociedad, además de los límites naturales existen límites sociales: mi libertad tiene que compatibilizarse con las mismas libertades de los demás.

Teniendo en cuenta los resultados de estudios de la acción humana, ¿Son previsibles dichas acciones en el futuro?

Podemos predecir que las personas perseguirán los fines que estimen más valiosos, pero será muy difícil predecir cuáles estos van a ser. Quienes lo hacen mejor…., son los emprendedores, que luego son recompensados con el éxito.

La «política cambiaria» o la desgracia de mezclar el tipo de cambio con la política.

Las declaraciones del presidente del Banco Central argentino, en relación a una posible reducción de las prohibiciones y restricciones existentes en el mercado de cambios (http://www.lanacion.com.ar/1753835-el-presidente-del-banco-central-ahora-anticipa-que-habra-una-apertura-gradual-del-cepo-cambiario) ha desatado, como era de esperar, una interesante discusión entre economistas acerca de las posibilidades de hacerlo dadas las restricciones que impone la actual situación y las perspectivas en cuanto a las reservas de la autoridad monetaria.

Como siempre, también, la discusión se centra en cuestiones de coyuntura, las que adquieren prioridad sobre temas de fondo. En general, los economistas son de la opinión que esas prohibiciones y restricciones deben eliminarse pero son tan cuidadosos respecto a la coyuntura que se termina olvidando el objetivo final, si es que en verdad éste existe dentro de tal análisis.

Olvidemos la coyuntura por un momento (aunque después volveremos sobre ella). Veamos la situación en términos de derechos. Si el objetivo final es recuperar la vigencia los derechos de propiedad y la posibilidad de disponer de ellos en la moneda que a uno le parezca mejor, ya que con su propiedad cualquiera puede hacer lo que estime mejor en tanto y en cuanto no dañe la propiedad de otros, alcanzar esa situación será lograr un “tipo de cambio libre”.

¿Hay algún objetivo “colectivo” superior que determine la restricción de tales derechos en aras de algo como el ‘bien común’? Seguramente muchos mencionarán cosas tales como la ‘estabilidad macroeconómica’, pero lo cierto es que la libertad de disponibilidad de la propiedad no es una fuente de inestabilidad, más bien lo contrario. La historia muestra que la inestabilidad macroeconómica es generada por los gobiernos, por sus déficits fiscales, su endeudamiento y su manejo de la emisión monetaria, no porque la gente disponga de sus derechos de propiedad.

Si esto es así, el objetivo final sería restituir esos derechos, situación que, además, recuperaría la vigencia de la Constitución Nacional. En tal sentido, los objetivos serían:

  1. Devolver el derecho de propiedad a los exportadores. Eliminar la obligación de entregar las divisas que obtienen al Banco Central; podrían ingresarlas o no, según su criterio. El efecto económico de esta disposición sería el siguiente: si ingresaran esas divisas contribuirían a la revaluación del peso (con política monetaria neutra) en relación a los ahora más abundantes dólares en el mercado.
  2. Devolver el derecho de propiedad a los importadores. Eliminar las licencias previas y todas las trabas sobre las importaciones. Esa mayor capacidad de importar contribuiría a la devaluación del peso en relación al dólar.
  3. Se removerían todo tipo de restricciones para el ingreso o egreso de divisas por cualquier motivo (inversiones, turismo, ahorro). El ingreso de inversiones, el turismo entrante y el ahorro de extranjeros en pesos tendería a revaluar la moneda local; el flujo de inversiones al exterior, el turismo saliente y el ahorro de locales en moneda extranjera tendería a devaluar la moneda local.

Volvamos ahora a la coyuntura. Si todo esto ocurriera, ¿cuál sería el saldo entre presiones devaluatorias y revaluatorias? En verdad, es muy difícil de decir, habrá muchas otras variables en juego que afectarán las expectativas de todos y determinarán nuestra conducta, aunque está claro que esas tres medidas, si fueran creíbles, generarían mucha más confianza que desconfianza.

Pero buena parte de la discusión actual sobre el relajamiento de los controles se centra en la cantidad de reservas que pueda tener el Banco Central. Puede ser que esa preocupación esté asociada a que no se genere un cambio brusco que altere drásticamente la posición patrimonial de la gente (esto es, una fuerte devaluación o una fuerte revaluación). Pero puede ser también que, en verdad, el objetivo final no sea devolver derechos como se planteara más arriba sino que se está pensando en sostener un determinado tipo de cambio. ¿Ycuál debería ser?

Muchos analistas consideran saberlo. Tal vez tendrían que tener algo de humildad. Pero el meollo de la discusión es que consideran al tipo de cambio como una herramienta de la política económica, no como su resultado.

Hemos tenido muchas décadas ya con políticas económicas que consideran el tipo de cambio como una herramienta. Esto fue así tanto en los 70s, como en los 80s, como en los 90s, como ahora. No pueden decir que haya sido un éxito. Mientras se ocupaban del tipo de cambio cometían un exceso fiscal tras otro. ¿Hubieran sido los costos económicos mayores si el tipo de cambio lo hubieran determinado oferentes y demandantes en lugar de algún experto (sea presidente del Banco Central o ministro de Economía)?

La “política cambiaria” ha demostrado que no hay nada peor que mezclar la “política” con el “tipo de cambio”… O tal vez sí, la “política monetaria”, esto es, mezclar la “política” con la “moneda”.

Mises analiza el fin de la primera globalización. No entendería a quienes no quieren la segunda

Mises analiza la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, pero lo hace en 1940, varios años antes de que esta guerra concluyera, en una conferencia en la Universidad de Columbia: “Postwar Reconstruction of Europe”. Allí considera el fin de la primera “globalización” (durante el siglo XIX), en cierta forma adelantando lo que sucedería en esos años en Argentina y el resto de América Latina:

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“Pero la transferencia de capital y trabajo se ha frenado hace tiempo ya. Fue la “Realpolitik” la que dio fin con el período de laissez-faire y laissez-passer. Hoy, la migración internacional es prácticamente imposible y puede que, en un futuro no muy distante, las migraciones sean restringidas aun dentro de las mismas fronteras de los países por los mismos factores que ya han reducido las migraciones internacionales.

La movilidad del trabajo había generado una tendencia hacia la ecualización de la productividad marginal del trabajo. Las grandes disparidades en salarios y niveles de vida entre distintas áreas del mundo disminuían gradualmente. Hoy, el trabajo es prácticamente “nacional”. Este hecho tiene la tendencia no solamente de perpetuar sino de agravar las desigualdades en los niveles de vida y civilización entre las distintas naciones. Los salarios son hoy mucho más altos en los Estados Unidos y en los dominios británicos que en la misma Inglaterra; en Europa los salarios son más bajos cuando más nos alejamos hacia el este y hacia el sur de Inglaterra.

No menos ha cambiado la situación con respecto a la oferta de capital. La inversión extranjera se basaba en el supuesto de que se respetarían los derechos de propiedad. Precisamente lo opuesto ha ocurrido. Podemos, con seguridad, decir hoy que la expropiación de los derechos de los inversores extranjeros y el repudio de los préstamos internacionales son considerados como un instrumento regular de la política económica y financiera. Es una práctica gubernamental generalmente tolerada que utilicen sus poderes soberanos para la nacionalización de empresas en manos de extranjeros. Es una regla común establecer regulaciones al mercado de cambios para anular los créditos de los acreedores extranjeros.”

Lo que, tal vez, le hubiera costado imaginar, es que la misma historia se repitiera en el siglo XXI, no ya en cuanto a un fin de este segundo proceso de globalización que actualmente vivimos, sino que algunos países decidieran aislarse y no participar del mismo.