Richard Cantillon y el peor problema de la inflación: el impacto de la emisión monetaria en los precios relativos

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA, vemos a Richard Cantillon en su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General. Cantillon fue seguramente un personaje, nacido en Irlanda pero luego desarrollando sus actividades empresariales en Francia, escribió ese libro que bien puede compartir el podio con La Riqueza de las Naciones de Adam Smith.

Allí, no solamente describe con elegancia y precisión el impacto de la mayor cantidad de dinero, sino que, en la parte del texto que leemos, presenta el que luego fuera llamado “efecto Cantillon”, esto es, que el impacto de la emisión de dinero no eleva a todos los precios por igual, sino que distorsiona los precios relativos. Acá un par de párrafos donde presenta esta idea:

“Supongamos ahora que a causa de la residencia de embajadores y viajeros extranjeros en Inglaterra se haya introducido en la circulación otro tanto de dinero del que había al principio; este dinero pasará primero por las manos de diversos artesanos, criados, empresarios, etc., que hayan participado en las empresas de transporte, diversiones, etc., de estos extranjeros; los industriales, colonos u otros empresarios sentirán el efecto de este aumento de dinero, gracias al cual se creará, en un gran número de personas, la costumbre de un gasto mayor que en el pasado, lo que en consecuencia encarecerá los precios del mercado. Incluso los hijos de estos empresarios y artesanos incurrirán en nuevos gastos: en esta situación de abundancia sus padres les darán dinero para sus placeres menudos, y con ellos comprarán pasteles y otras golosinas, y esta nueva cantidad de dinero se distribuirá de tal modo que ciertas personas antes privadas de dinero podrán ahora disponer de él. Muchas compras que anteriormente se hacían por evaluación se efectuarán en lo sucesivo con dinero en mano y, por consiguiente, será mayor la velocidad de circulación del dinero que la que antes existía en Inglaterra. De todo esto induzco que cuando se introduce doble cantidad de dinero en un Estado no siempre se duplica el precio de los productos y mercaderías. Un río que se desliza y serpentea por su cauce no corre con doble rapidez porque se duplique el caudal de sus aguas. La proporción de carestía que el aumento y la cantidad de dinero introducen en un Estado dependerá del rumbo que este dinero imprima al consumo y a la circulación. Cualesquiera que sean las manos por donde pase el dinero que se ha introducido en la circulación aumentará naturalmente el consumo; pero este consumo será más o menos grande según los casos, y afectará en mayor o menor escala a ciertas especies de artículos o mercaderías, según el capricho de los que adquieren el dinero. Los precios de mercado se encarecerán más para ciertas especies que para otras, por abundante que sea el dinero. En Inglaterra el precio de la carne podrá encarecerse al triple, mientras que el precio del trigo sólo se aumenta en una cuarta parte.”

Y luego:
“De ello infiero que un aumento de dinero efectivo en un Estado provoca siempre, en él, un aumento de consumo y la costumbre de un más elevado nivel de gastos. Pero la carestía originaRichada por ese incremento de dinero no se distribuye por igual entre todas las especies de productos y mercaderías, proporcionalmente a la cantidad de dinero incrementado, a menos que dicho incremento penetre por los mismos canales de circulación que el dinero primitivo, es decir, a menos que los que ofrecían en los mercados una onza de plata no sean los mismos y los únicos que allí ofrecen ahora dos onzas, cuando la cantidad de dinero en circulación se duplica, lo que nunca ocurre. Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero nuevo dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida.”

La emisión monetaria genera ganadores y perdedores. En nuestro caso es claro: gana el Estado y perdemos los demás

La política monetaria no es neutral, el dinero que la autoridad monetaria genera beneficia a algunos y castiga a otros, lo cual desata una puja de distintos sectores para recibir los beneficios y no tanto los costos de la emisión. En el caso argentino la cuestión parece clara, el beneficiario de la creación de moneda es el Estado, que tiene para cubrir los gastos que interesan a los políticos que estén en su control. EL tema es tratado en este artículo: Rouanet, L., de Western Kentucky University y Hazlett, P., de George Mason University:  “The redistributive politics of monetary policy”. Public Choice 194, 1–26 (2023). https://doi.org/10.1007/s11127-022-01009-w

“Si bien la ausencia de un efecto sistemático de la política monetaria sobre la riqueza y la distribución del ingreso puede parecer desalentadora para los investigadores, esta ausencia tiene, paradójicamente, importantes consecuencias para la economía política de las instituciones monetarias. En este artículo, argumentamos que el efecto de la creación de dinero en la distribución del ingreso y la riqueza dependerá tanto del equilibrio económico como político prevaleciente. En otras palabras, las consecuencias distributivas de la inflación dependerán de qué grupos de interés sean capaces de controlar el proceso de creación de dinero para su propio beneficio. Sin embargo, es precisamente debido a la dificultad de identificar a los perdedores de la inflación que es poco probable que los perjudicados por la política monetaria desempeñen un papel en su formación. La política monetaria puede entenderse como un proceso que brinda beneficios concentrados a grupos de intereses especiales mientras impone pérdidas dispersas y no fácilmente identificables a otros grupos. Por lo tanto, mientras que algunos economistas, especialmente los economistas de la tradición austriaca, han enfatizado cómo el impacto de los cambios en la oferta monetaria depende de los canales a través de los cuales el dinero se “inyecta” en la economía (Hayek, 1931; Mises, 1949; Garrison, 2000). ), es probable que la selección de tales canales esté determinada por la lógica de los grupos de interés. Por otro lado, mientras que la literatura existente sobre la economía política del dinero se ha centrado principalmente en el impacto del ciclo electoral (Abrams & Iossifov, 2006; Nordhaus et al., 1989; Drazen, 2000), así como en cuestiones de tiempo inconsistencia (Kydland & Prescott, 1977; Barro & Gordon, 1983) y la maximización del señoreaje (Cagan, 1956), tiende a dejar de lado el papel de los grupos de interés en la configuración tanto de las herramientas como de los objetivos que subyacen a la política monetaria. Las políticas de creación de dinero y asignación de crédito, por otro lado, permiten aplicar la lógica de los grupos de interés a la organización de la producción de dinero. Los efectos Cantillon son una cuestión de elección pública.”

La Nueva Economía Institucional: North, Ostrom, los cambios en precios relativos y las ideas e ideologías

Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca y Economía Institucional, de UCEMA, vemos ahora algunos autores importantes de la Nueva Economía Institucional, incluyendo a Douglass North, quien (junto con Thomas), presenta su visión original sobre el crecimiento del mundo occidental y más adelante muestra un cierto cambio en su visión, sin tanto énfasis en los cambios institucionales a partir de cambios en los precios relativos, y mayor énfasis en la influencia de las ideas e ideologías. También vemos a la primera mujer en obtener el Premio Nobel en Economía, Elinor Ostrom. Estas son las lecturas

North & Thomas; Una teoría económica del crecimiento del mundo occidental: https://riim.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/08/North-Thomas.pdf \

 

Instituciones, Ideología y Desempeño Económico: http://www.elcato.org/instituciones-ideologia-y-desempeno-economico

 

Ostrom, Elinor, Beyond Markets and States: http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/economic-sciences/laureates/2009/ostrom-lecture.html

 

Ménard, Claude (Centre d’Economie de La Sorbonne, University of Paris). “Disentangling institutions: a challenge”. Agric Econ 10, 16 (2022). https://doi.org/10.1186/s40100-022-00223-w\\

Dura (y acertada) crítica de Nicolás Cachanosky y Emilio Ocampo a la inflación causada por el conflicto

Hace unos días publiqué un comentario sobre un paper de Lorenzoni y Werning proponiendo que el origen de la inflación no es básicamente monetario sino el conflicto. Mi comentario hacía referencia a que el Jefe de Gabinete de Alberto Fernández se había colgado de ese trabajo para concluir que la inflación argentina no es responsabilidad del gobierno. Ese Jefe de Gabinete ya no está más, aunque no lo echaron por haber apoyado estas ideas sino por otras cosas.

Ahora viene una respuesta seria a ese trabajo en el siguiente paper publicado por UCEMA: Serie DOCUMENTOS DE TRABAJO: “IS INFLATION CAUSED BY CONFLICT?”, por Nicolás Cachanosky y Emilio Ocampo, Abril 2023, Nro. 852: https://ucema.edu.ar/publicaciones/doc_trabajo.php

Así comienza:

“A nuestro entender, el artículo de Lorenzoni y Werning (2023, en adelante L&W) busca haceruna contribución original a la teoría del conflicto de la inflación desarrollada por Rowthorn (1977) por: a) “aislar” el conflicto como la causa próxima de la inflación con un modelo de trueque simplista, y b) incorporar el conflicto en un amplio modelo neokeynesiano con salarios y precios escalonados en cuales las “aspiraciones” de los trabajadores y las empresas se construyen en expectativas bajo varios supuestos.

Siguiendo los pasos de Blanchard, L&W intenta «reconciliar» las teorías conflictivas de la inflación común en la tradición poskeynesiana con los desarrollados bajo el nuevo keynesianismo paradigma (para una descripción general ver Vernengo, 2005, Lavoie, 2014; Lavoie y Rochon, 2023) y refuerzan la conclusión de que el conflicto es “la causa más general y próxima de la inflación”.

Podemos resumir nuestras conclusiones de la siguiente manera. Además de tener serias dudas sobre la práctica relevancia y la utilidad del modelo de trueque de L&W, encontramos sus suposiciones metodológicamente cuestionables, ya que incluyen un numerario “imaginario”. Es un modelo de pseudo trueque que sólo demuestra que en un escenario completamente irreal, el conflicto podría generar inflación (si un imaginario numerario existe.) Su consistencia matemática no garantiza su solidez conceptual o relevancia práctica. Con respecto a la incorporación de la hipótesis del conflicto en un nuevo keynesiano modelo con precios y salarios escalonados y expectativas racionales, también cuestionamos su validez. Finalmente, creemos importante resaltar las raíces ideológicas de la teoría del conflicto. de la inflación y las prescripciones de política que lógicamente se derivan de ella.”

No podés ser populista y ambientalista a la vez: controlaron el precio del gas y generaron daños por millones de dólares

El populismo quiere ahora presentarse como amistoso con el ambiente, pero eso contradice sus políticas de controles de precios que estimulan el consumo de energía. El mayor daño ambiental es analizado por Alexander Hill, del Departamento de Economía de Arizona State University:  Hill, Alexander, The Environmental Consequences of Price Regulation: Lessons from the U.S. Natural Gas Market. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4200066  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4200066

“La regulación de precios puede generar grandes distorsiones en los resultados, en particular consecuencias ambientales no deseadas. Este documento utiliza la imposición de un precio máximo de gas natural en boca de pozo de EE. UU. de 1954 a 1989 como marco para estimar estos impactos ambientales. Utilizando un enfoque basado en microdatos para estimar el consumo contrafactual de gas natural y combustible para calefacción residencial entre 1960 y 2000, este documento muestra que el precio máximo provocó un daño ambiental promedio de $5600 millones anuales. Esta cantidad más que duplica las estimaciones previas del costo del precio máximo. Las pérdidas fueron más altas en el noreste y el Atlántico medio y alcanzaron su punto máximo entre 1967 y 1980 con $ 8 mil millones anuales. (JEL Q48, L51, Q51) palabras clave: pérdida de bienestar, precio techo, gas natural, medio ambiente”

Otra vez más sobre el impacto de legislar el salario mínimo en los sueldos más bajos… ¿y los que quedan afuera?

Es un tema de nunca acabar pese a la evidencia existente, el impacto de las regulaciones sobre el salario mínimo en los ingresos. Puede que por un tiempo mejore el salario de algunos empleados, como dice el trabajo que consideramos aquí. Pero nada dice de quienes se quedan fuera del mercado laboral porque ese mismo salario encarece su contratación.

Un paper titulado “How Important Are Minimum Wage Increases in Increasing the Wages of Minimum Wage Workers?, parte de la serie RESEARCH BRIEFS IN ECONOMIC POLICY NO. 300 del Cato Institute, por Jeffrey Clemens y Michael R. Strain analiza este tema una vez más: https://www.nber.org/papers/w29824

“La discusión popular comúnmente supone un papel descomunal para los aumentos del salario mínimo como impulsor de los aumentos salariales para los trabajadores con salario mínimo. En este documento, investigamos la precisión de esta presunción utilizando datos de los estudios de ingresos de la Encuesta de Población Actual (CPS). Los datos de salarios y ganancias de CPS nos permiten evaluar la fracción de trabajadores con salario mínimo que reciben un aumento dentro de los 12 meses de su aparición inicial como trabajadores con salario mínimo. En promedio, de 2010 a 2019, encontramos que aproximadamente el 75 por ciento de los trabajadores con salario mínimo que permanecen empleados experimentan un aumento salarial dentro de los 12 meses. Esta fracción es mayor durante los últimos años de la muestra, cuando el mercado laboral ha sido fuerte, que en los primeros años. La fracción de trabajadores con salario mínimo que reciben aumentos salariales es moderadamente mayor cuando los estados promulgan aumentos del salario mínimo que cuando no lo hacen. También encontramos que la fracción de trabajadores con salario mínimo que reciben aumentos salariales está correlacionada con varias medidas de estrechez del mercado laboral. Finalmente, las ganancias salariales se asocian muy comúnmente con cambios de industria y/u ocupación. Esto destaca la importancia de la progresión profesional para el crecimiento de los ingresos entre los trabajadores de nivel inicial. La gran mayoría de las ganancias salariales realizadas por los trabajadores con salario mínimo parecen ser impulsadas por la progresión profesional y los aumentos en la demanda laboral. Los aumentos del salario mínimo desempeñan un papel modesto como impulsor de las trayectorias de ingresos más allá de dar forma al propio trabajo inicial, típicamente efímero, con salario mínimo.”

Richard Cantillon: el impacto de la creación de moneda en los precios, ¿absolutos o relativos?

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA, vemos a Richard Cantillon en su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General. Cantillon fue seguramente un personaje, nacido en Irlanda pero luego desarrollando sus actividades empresariales en Francia, escribió ese libro que bien puede compartir el podio con La Riqueza de las Naciones de Adam Smith.

Allí, no solamente describe con elegancia y precisión el impacto de la mayor cantidad de dinero, sino que, en la parte del texto que leemos, presenta el que luego fuera llamado “efecto Cantillon”, esto es, que el impacto de la emisión de dinero no eleva a todos los precios por igual, sino que distorsiona los precios relativos. Acá un par de párrafos donde presenta esta idea:

“Supongamos ahora que a causa de la residencia de embajadores y viajeros extranjeros en Inglaterra se haya introducido en la circulación otro tanto de dinero del que había al principio; este dinero pasará primero por las manos de diversos artesanos, criados, empresarios, etc., que hayan participado en las empresas de transporte, diversiones, etc., de estos extranjeros; los industriales, colonos u otros empresarios sentirán el efecto de este aumento de dinero, gracias al cual se creará, en un gran número de personas, la costumbre de un gasto mayor que en el pasado, lo que en consecuencia encarecerá los precios del mercado. Incluso los hijos de estos empresarios y artesanos incurrirán en nuevos gastos: en esta situación de abundancia sus padres les darán dinero para sus placeres menudos, y con ellos comprarán pasteles y otras golosinas, y esta nueva cantidad de dinero se distribuirá de tal modo que ciertas personas antes privadas de dinero podrán ahora disponer de él. Muchas compras que anteriormente se hacían por evaluación se efectuarán en lo sucesivo con dinero en mano y, por consiguiente, será mayor la velocidad de circulación del dinero que la que antes existía en Inglaterra. De todo esto induzco que cuando se introduce doble cantidad de dinero en un Estado no siempre se duplica el precio de los productos y mercaderías. Un río que se desliza y serpentea por su cauce no corre con doble rapidez porque se duplique el caudal de sus aguas. La proporción de carestía que el aumento y la cantidad de dinero introducen en un Estado dependerá del rumbo que este dinero imprima al consumo y a la circulación. Cualesquiera que sean las manos por donde pase el dinero que se ha introducido en la circulación aumentará naturalmente el consumo; pero este consumo será más o menos grande según los casos, y afectará en mayor o menor escala a ciertas especies de artículos o mercaderías, según el capricho de los que adquieren el dinero. Los precios de mercado se encarecerán más para ciertas especies que para otras, por abundante que sea el dinero. En Inglaterra el precio de la carne podrá encarecerse al triple, mientras que el precio del trigo sólo se aumenta en una cuarta parte.”

Y luego:
“De ello infiero que un aumento de dinero efectivo en un Estado provoca siempre, en él, un aumento de consumo y la costumbre de un más elevado nivel de gastos. Pero la carestía originaRichada por ese incremento de dinero no se distribuye por igual entre todas las especies de productos y mercaderías, proporcionalmente a la cantidad de dinero incrementado, a menos que dicho incremento penetre por los mismos canales de circulación que el dinero primitivo, es decir, a menos que los que ofrecían en los mercados una onza de plata no sean los mismos y los únicos que allí ofrecen ahora dos onzas, cuando la cantidad de dinero en circulación se duplica, lo que nunca ocurre. Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero nuevo dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida.”

Raymond de Roover: poco avance después de los Escolásticos hasta John Stuart Mill

Con los alumnos de la materia Historia del Pensamiento Economico y Social de UCEMA vemos el análisis de Raymond de Roover sobre los Escolásticos y los Mercantilistas. Respecto a los primeros, y considerando a San Bernardino de Siena, considera:

Sin enfatizar mucho estas proposiciones, me parece que sin lugar a dudas San Bernardino tenía una teoría sicológica del valor e incluso alguna idea vaga sobre variación en grados de utilidad.
Según él, el precio justo se determina por «la estimación
que se hace, en común, por todos los ciudadanos de una comunidad» (aestimatio a communitatibus civilibus facta communiter). En mi opinión, es claramente el precio competitivo de
un mercado libre. Cuán correcta sea esta interpretación no está
en cuestión, ya que Bernardino es claro en su condena a las
prácticas monopolistas, es decir, a «los acuerdos fraudulentos
y perniciosos» por medio de los cuales los mercaderes hacen
subir los precios para obtener más utilidades. Finalmente, San
Bernardino establece que la «dificultad» de producir un bien lo hace más escaso y valioso. ¿Se refiere a que el costo de producción determina el precio al afectar la oferta? Un punto interesante es que «dificultad», en vez de oferta, es lo que aparece
como factor determinante del precio en las lecciones de Francis Hutcheson, profesor de Adam Smith. El concepto no es usado
en La Riqueza de las Naciones, pero reaparece en los Principios
de Economía de Ricardo (Cap. 20), donde se dice que el valor
depende de la dificultad o facilidad de producción, lo cual parece ser sinónimo de más o menos mano de obra.
En su Lógica de la Economía Política, Thomas de Quincey
(1785-1859), tratando de mejorar lo de Ricardo, reconoce dos
fuentes de valor: utilidad y dificultad de obtención. Su discusión
es extensamente citada y aprobada por John Stuart Mili en sus
Principios de Economía Política (Libro III, Cap. 2, 91). Estas
observaciones llevan a dos conclusiones. Primero, el uso persistente de la misma terminología indica una continuada tradición. Segundo, parece ser que esta parte del análisis del valor
experimentó poco progreso, si alguno, desde los tiempos de
San Bernardino hasta John Stuart Mill. Por el contrario, incluso se puede argumentar que el análisis de este último es inferior,»

Juicio morales sobre aumentos repentinos de precios: ¿con alta inflación la gente condena al mercado?

En el DISCUSSION PAPER SERIES IZA (Instituto de Economía Laboral) DP No. 15238, Julio Elías de la Universidad del CEMA, publica un artículo titulado “Is the Price Right? The Role of Morals, Ideology, and Tradeoff Thinking in Explaining Reactions to Price Surges”, junto a Nicola Lacetera de University of Toronto y Mario Macis, de Johns Hopkins University e IZA: https://docs.iza.org/dp15238.pdf

“Los aumentos repentinos de precios a menudo generan desaprobación social y solicitudes de regulación y control de precios, pero estas intervenciones pueden causar ineficiencias y escasez. Para estudiar cómo las personas perciben y razonan sobre los aumentos repentinos de precios de diferentes productos bajo diferentes regímenes de políticas, llevamos a cabo un experimento de encuesta con residentes de Canadá y EE. UU. Los análisis econométricos y textuales indican que los precios no se ven solo como señales de escasez; provocan una oposición generalizada y reacciones morales fuertes y polarizadas. Sin embargo, la aceptación de los precios no regulados es mayor cuando las compensaciones económicas potenciales entre los precios no regulados y los controlados son importantes y cuando los mayores costos de producción contribuyen a los aumentos de precios. La prominencia de las compensaciones también reduce la polarización de los juicios morales entre los partidarios y los opositores de los precios no regulados. En parte, la aceptación de ajustes de precios gratuitos está impulsada por las actitudes generales de las personas sobre la función de los mercados y el gobierno en la sociedad. Estos hallazgos están corroborados por un experimento de donación y sugieren que el conocimiento de las causas y las posibles consecuencias de los aumentos de precios puede inducir opiniones menos extremas sobre el papel de las instituciones del mercado en el gobierno de la economía.”

Alberdi sobre la distribución de ingresos, la legislación laboral y los salarios

Con los alumnos de la UBA Derecho vemos a Alberdi en Sistema Económico y Rentístico sobre la distribución de los ingresos, la libertad de trabajo y los salarios.

De la libertad en sus relaciones con los salarios.

La libertad o derecho al trabajo, concedido a todos los habitantes de la Confederación por los artículos 14 y 20 de la Constitución, envuelve esencialmente el derecho a los provechos del trabajo. Todos tienen opción a los beneficios del trabajo, bajo las reglas de una entera libertad sobre su tasa entre el que ofrece el trabajo y el que lo busca.

El salario es libre por la Constitución como precio del trabajo, su tasa depende de las leyes normales del mercado, y se regla por la voluntad libre de los contratantes. No hay salario legal u obligatorio a los ojos de la Constitución, fuera de aquel que tiene por ley la estipulación expresa de las partes, o la decisión del juez fundada en el precio corriente del trabajo, cuando ocurre controversia.

Cuando la Constitución proclama la libertad o derecho al trabajo, no da por eso a todo trabajador la seguridad de hallar trabajo siempre. El derecho de ganar no es el poder material de hacer ganancias. La ley puede dar y da el derecho de ganar el pan por el trabajo; pero no puede obligar a comprar ese trabajo al que no lo necesita, porque eso sería contrario al principio de libertad que protege al que rechaza lo que no quiere ni necesita.

La Constitución, por sí, nada crea ni da: ella declara del hombre lo que es del hombre por la obra de Dios, su primitivo legislador. Dios, que ha formado a todos los hombres iguales en derecho, ha dado a los unos capacidad y a los otros inepcia, creando de este modo la desigualdad de las fortunas, que son el producto de la capacidad, no del derecho. La Constitución no debía alterar la obra de Dios. sino expresarla y confirmarla. Ni estaba a su alcance igualar las fortunas, ni su mira era otra que declarar la igualdad de derechos.

Garantizar trabajo a cada obrero sería tan impracticable como asegurar a todo vendedor un comprador, a todo abogado un cliente, a todo médico un enfermo, a todo cómico, aunque fuese detestable, un auditorio. La ley no podría tener ese poder, sino a expensas de la libertad y de la pro-piedad, porque sería preciso que para dar a los unos lo quitase a los otros; y semejante ley no podría existir bajo el sistema de una Constitución que consagra en favor de todos los habitantes los principios de libertad y de propiedad, como bases esenciales de la legislación.

  • II

De la igualdad en sus aplicaciones a los salarios

El principio de igualdad, tal como ha sido consagrado por los artículos 15 y 16 de laConstitución, tiene consecuencias infinitas en la buena distribución de los beneficios del trabajo.

La Constitución ha enriquecido los provechos del trabajo libre, aboliendo el trabajo esclavo y servil, que le hacía concurrencia desastrosa. En la Confederación Argentina no hay esclavos. Todo contrato de compra y venta de personas es un crimen infamante, dice el art. 15.

Desconociendo las prerrogativas de sangre y de nacimiento, los fueros personales y los títulos de nobleza, haciendo a todos los habitantes de la Confederación iguales ante la ley, y fijando el principio de igualdad como base del impuesto y de las cargas públicas, el art. 16 de la Constitución ha concluido con las antiguas divisiones de los hombres, respecto al trabajo y sus beneficios, en privilegiados y plebeyos, trabajadores y ociosos, extranjeros y nacionales, tributarios y no tributarios, clientes y señores feudales, bajo cualquiera denominación. Todos son admitidos por la ley a tomar igual asiento en el banquete de los beneficios del trabajo.

Con la abolición de los privilegios de todo género, dejan de ser constitucionales las leyes que establecen gremios cuerpos y matrículas de trabajadores. Tales instituciones son tradición de las corporaciones industriales de la edad media en Europa, que pudieron ser útiles en aquel tiempo, pero que hoy constituyen privilegios ofensivos de la igualdad, designada como base de la distribución de los beneficios del trabajo, declarado libre para todos los habitantes del país. Las inmigraciones extranjeras no podrán dirigirse en busca de trabajo y de salarios a países donde sea preciso incorpo-rarse en gremios, matricularse en corporaciones, someterse a cierta disciplina, para poder trabajar y ganar el pan.