¿El péndulo de la opinión pública vuelve ahora hacia la economía de mercado? ¿Alberdi renace?

Cuando vemos Economía Institucional y Economía Política Constitucional, consideramos el tema del cambio institucional. Vemos distintas teorías que buscan explicar estos cambios para luego prestar atención más precisa al cambio de ideas, al poder de la opinión pública, ya destacado por los clásicos como un determinante fundamental de los cambios.

Alberdi 2

Vemos que la opinión pública va cambiando y los políticos buscan ubicarse donde puedan conseguir una mayoría. Esto es explicado por el “teorema del votante medio” del Public Choice. También vemos que muchos países han alcanzado cierto “consenso” sobre determinadas instituciones o políticas, las que no cambian con los cambios de gobierno. Se mantienen estables, la distribución de los votantes no cambia mucho. Esto genera condiciones de estabilidad política que facilitan la inversión al generar mayor grado de certidumbre.

Pero algunos países de América Latina son un caso especial, no logran generar ese consenso y se trasladan de un lado al otro del espectro de ideas con cierta facilidad. Esos cambios están muchas veces asociados a crisis, ya que las crisis aumentan la demanda de ideas, de explicaciones sobre lo que ha ocurrido. En la Argentina que iba a la hiperinflación, la mayoría asumió que las causas eran la ineficiencia del gasto público y la emisión monetaria. Luego vinieron las privatizaciones en los 90s. En el 2001 se interpretó que la causa de la crisis era el FMI o el neoliberalismo, y luego vino el “modelo productivo, etc”.

Ahora, esta noticia, comenta una encuesta que estaría mostrando que el péndulo va nuevamente para el otro lado (¿): http://www.urgente24.com/227035-el-gran-pendulo-argentino-privatizaciones-vuelven-a-ser-populares

Tal vez no sea que las privatizaciones se vuelven más populares, no al menos las plagadas de corrupción en los 90s, sino un avance hacia economías de Mercado como los países que hoy más prosperan, incluso los que tenemos cerca en América Latina.

Comenta la noticia:

“Luego de una década en la que términos como “iniciativa privada”, “capitalismo” o “privatizaciones” fueron “mala palabra” en la opinión pública argentina, el fracaso del modelo económico kirchnerista está haciendo volver el péndulo a la derecha con toda la energía. Hoy la mayoría, según una encuesta en la ciudad de Buenos Aires, quiere que cambie el llamado “modelo” por uno con menos intervención del Estado en la economía.

La encuesta, realizada para IMAGEN por la Universidad de Belgrano, muestra que 2/3 quieren que cambie el modelo, aunque, al yendo interior de esos dos tercios, algo más del 15% prefiere incluso más presencia del Estado, lo que deja una mayoría exigua, pero mayoría al fin, a favor de un “modelo” económico con menos peso del Estado.”

“Ahora hay una ligera mayoría que quiere menos presencia del Estado en la economía. Son procesos lentos, pero está claro que hay un cambio de perspectiva”, explica Orlando D’Adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano y autor de la encuesta. Hace dos años, una encuesta similar de la UB daba que la mayoría estaba por mantener en manos del Estado a las empresas reestatizadas por el régimen kirchnerista.”

“Hoy hay una mayoría a favor de menos estado. Se nota un cambio de tendencia con dos años atrás, y ni que hablar con respecto a 2008”, concluye D’Adamo.”

Los argentinos han alcanzado ya ciertos consensos: la importancia del respeto a los derechos humanos, el rechazo a los golpes militares. Falta alcanzar un consenso respeto a las instituciones y políticas necesarias para retomar el progreso: ¿Cuáles? No voy a plantear ninguna aquí, ya las ha presentado Juan Bautista Alberdi en estas páginas, con la evidencia clara que ellas llevaron a la Argentina a encontrarse entre los 10 países más prósperos del mundo y atrajeron a todos nuestros abuelos.

10 pensamientos en “¿El péndulo de la opinión pública vuelve ahora hacia la economía de mercado? ¿Alberdi renace?

  1. Es muy interesante analizar el poder de la opinión pública, el cambio de ideología de la sociedad en su conjunto, y más aún cuando dicho cambio implicaría un arduo trabajo (incluso ideológico) por parte de nuestros funcionarios para arribar a un anhelado progreso a través de un estado, ya no tan intervencionista, sino más bien con una menor intervención pero ¡eficiente!. Aquí se habla de un cambio de “modelo” por uno con una menor intervención por parte del Estado en la economía. Si analizamos la “teoría del votante medio”, según ella, los políticos tienden a ubicarse en aquel lugar que les garantizará la mayor cantidad de votos, es decir, donde su ubique la mayoría, y en teoría, dirigirán sus discursos hacia los fines que dicha mayoría pretende (en este caso hablamos de una menor intervención del estado); pero ¿qué sucede cuando los cambios pretendidos por la mayoría resultan contrarios respecto de las medidas económicas, políticas que el gobierno viene implementando?, ¿Acaso el gobierno también estaría dispuesto a cambiar el rumbo del péndulo? (ej. privatizaciones) Lo cierto es que, claramente este cambio de “modelo” hacia una menor intervención del estado, tiene como correlato el malestar de la sociedad debido a que la economía entró en recesión en los últimos dos trimestres, con inflación, caída del consumo, suspensiones y despidos en algunos sectores; de ello se pueda inferir que dichos cambios surgen como consecuencia de épocas de crisis, en búsqueda de determinadas respuestas a los problemas, pues de lo contrario, cuando la economía está bien, el humor social es bueno y por ende, no reclamaría cambio alguno. Pero cuando la gente percibe por ejemplo, la inflación: no puede consumir y no tiene plata en el bolsillo, apunta a los funcionarios reclamando un cambio que les garantice mejoras y que contribuya a retomar el progreso. Si bien es visible el cambio de tendencia en la opinión pública ¿Será posible que ello impacte en los hechos? No lo sé, pero se ha dado un primer paso, sumamente elemental y relevante en este proceso de cambio, como lo es el cambio de perspectiva en la gente.

  2. La opinión pública, un elemento tan importante como así también determinante en la política como en la economía. Considero, y afirmando lo que dice el texto que los países que van sufriendo a lo largo de la historia crisis, tempestades con los políticos que llevan el mando son aquellos en los cuales «el péndulo» se mueve con gran rapidez, con un vaivén sin fin. Esto claramente (y exponiendo nuevamente el tema ya estudiado de la «apatía racional» de los votantes) creo que se debe o es el «acelerador» de dicho péndulo: la expectativa que tienen los ciudadanos a la hora de elegir a sus representantes, sean votos intensos o apáticos…creo que siempre existe esa porción de expectativa o ilusión de que las cosas van a mejorar en comparación con el presente y esto a medida que el gobernante está en el mando (prevaleciendo sus conductas corruptas) va desapareciendo y crea reacciones adversas y contrarias al respecto y es en este momento donde el péndulo ahora se mueve hacia el otro extremo. Personalmente creo y de hecho, se dijo en clase dentro de la primer parte de la materia que la opinión pública es uno de los limites y accionar del oportunismo político, por no decir el más valorado, y es sano que esto se de así debido a la falta de expresión a nivel general del cual carecemos en estos tiempos y especialmente los países de sudamericanos pasando por distintos modelos, crisis, privatizaciones, medidas económicas, etc.

  3. La opinión publica es un elemento importante al oportunismo político de los candidatos, es una franja en la cual se mueven para poder conseguir votos, pero que podemos entender por opinión publica? o en todo caso la opinión publica de quien?. De hecho en un país como Argentina,con tantas diferencias en las clases sociales se pueden construir varias opiniones, en las cuales el político elegirá una entre todas ellas, la que considere mas eficiente para alcanzar sus objetivos. Lo razonable seria elegir la opinión mayoritaria. En los últimos años se ha incrementado el sentimiento popular, nacionalista, «patrio», esto se ha visto reflejado en varias estatizaciones que han devenido hoy en día en administraciones desastrosas con perdidas enormes (véase Aerolíneas Argentinas), quizás el paradigma empiece a cambiar cuando al opinión mayoritaria sea la de privatizar. La encuesta fue realizada en la Ciudad de Buenos Aires, en el cual la política económica llevada a cabo por sus gobernantes es totalmente distinta a la política económica en el plano nacional, sera que esta opinión publica de que vuelvan las privatizaciones puede ser extendida a todo el territorio nacional?.
    Desde mi punto de vista las privatizaciones son buenas porque aumenta la competencia y la eficiencia en la productividad, siempre y cuando también exista algún órgano de contralor, ahora bien: puede existir un órgano que supervise la actividad de estos agentes privados y no se vea motivado por los beneficios personales de sus miembros? o que no se vea empapado por la corrupción?

  4. Esta muy claro la gran importancia que tiene la opinión publica sobre la política económica del país. Los políticos se centran en decir lo que los ciudadanos quieren escuchar a fin de conseguir más votos. En estos últimos años se busco un disenso en la opinión de la sociedad sobre el gobierno de turno, para lograr así terminar con una política que lleva ya varios años instalada. El problema aquí no son las diferentes posturas de la gente sino que » o estas a favor o estas en contra» que lo único que hace es dividir y enfrentar a la sociedad. Y en esta situación no se ve lo bueno que hizo un gobierno, sino todo lo malo, que a lo único que lleva es la destruir todo lo que se construyo en dicho gobierno, para reformarlo completamente. Esto no es siempre lo correcto, quizás lo mejor sea continuar y reforzar lo bueno que se hizo y corregir aquello que se hizo mal, además de procurar no cometer los mismos errores. Claro esta que para conocer que se hizo bien y que se hizo mal, se necesita información, pero esto no es lo que más le interesa al votante; y es justamente por eso que el cambio no se produce.

  5. En la Argentina se fue dando el claro ejemplo que sucede en la mayoría de America Latina, donde no se logra llegar a un consenso en la sociedad por un razonable periodo de tiempo. Coincido en que una de las causas que provoca esto son las constantes crisis que sufren estos países generando nuevas y cambiantes ideas en la opinión publica.
    Buscando noticias relacionadas con este articulo encontré una en el diario La Nación del 18 de Abril de este año, la cual no tiene explícitamente que ver con la encuesta que da a conocer que hoy en día el péndulo va para otro lado, en relación con el cambio de idea social sobre las privatizaciones, pero si da cuenta de los cambios de Estado en la Argentina en los últimos años y de cómo el Estado en la actualidad intenta abarcar mas funciones que no le correspondería dejando de lado sus funciones esenciales, descuidando y desprotegiendo a la sociedad. El titulo de la noticia es ¨ La crisis del Estado Gendarme ¨ por Natalio Botana. http://www.lanacion.com.ar/1683058-la-crisis-del-estado-gendarme
    El comentario me resulto muy interesante en sus distintos puntos pero hare hincapié en los mas relacionados con este post.
    En una parte del texto hace referencia a que el Gobierno preocupado por las esferas del oficialismo o la propaganda financiada hace surgir la nueva finalidad de este que es la inclusión social, dejando de lado la inseguridad y el crimen organizado. Creo que con esto se puede ver como el Gobierno intentando acaparar a toda la sociedad crea nuevos fines, para generar mayor consenso en la opinión publica pero esto es imposible ya que se descuidan otras preocupaciones, no creo que esta haya sido la finalidad del Gobierno, es mas hoy el oficialismo no reconoce de este descuido en el cual dejo a la sociedad y hace muy poco o mas bien nada para solucionarlo. Continua el texto, ¨Antes estas carencias, el Estado habría abandonado sus funciones esenciales en aras de un despilfarro de subsidios, propaganda y clientelismo.
    Por estas y otras razones conviene precisar el significado tan pregonado en la actualidad de la ausencia del Estado. En realidad, más que una ausencia, se trata del disloque derivado de la sobrepresencia del Estado en aquello que no le corresponde ¨
    Hoy vemos como la sociedad ha cambiando respecto a la idea de este tipo de Estado como bien dice la noticia del cambio de dirección del péndulo el cual aclara que hoy hay una mayoría a favor de menos Estado.
    En mi opinión considerando ambos textos la sociedad no es que esta buscando menos Estado sino que el Estado vuelva a ocupar su rol principal y deje de lado si esas políticas que hace por demás (solo para generar mas consenso) y se ocupe y preocupe por el desarrollo de políticas mas significantes y necesarias para la población, en fin, que el Estado vuelva a ser Estado y no un ente que cada vez intenta abarcar mas funciones y al fin y al cabo no logra cumplir completa y eficientemente con ninguna de ellas.

  6. La opinión pública de los ciudadanos es de gran importancia para los políticos, pero su gran problema es que esta va cambiando, y ello genera que sus preferencias como votantes también. Hemos estudiado la teoría del votante medio, por medio de la cual los partidos políticos o candidatos tratan de estar cerca de la media. Es decir que el político siempre buscara posicionarse hacia el punto en el cual se encuentra la curva de distribución. Pero ello no ha logrado que se genere un consenso de políticas que favorezcan altamente a la sociedad, ya que la esencia de la temporalidad de los gobiernos genera cortoplacismos y es por esta razón, que los políticos simplemente buscan alcanzar mayorías, ser reelectos, en fin, mantenerse en carrera política lo que trae aparejado que simplemente se ocupen de mantenerse en el poder, más que generar políticas que prevalezcan a futuro y sean en beneficio de la sociedad, no solo a nivel social, sino también económico.
    Creo que el gran péndulo argentino se encuentra relacionado no solo con las crisis ocasionadas, sino también con los grandes desencuentros provocados por los diferentes gobiernos que han estado gobernando a partir de la llegada de la democracia en 1983.
    Luego de varios años en donde podría decir que las decisiones tomadas eran absolutamente arbitrarias y de facto, la llegada de la democracia le ha permitido a los argentinos repensar el tipo de nación que querían ser, tanto a nivel social y económico. Pero a pesar de ello, creo que en esos momentos fue prioritario para los ciudadanos ocuparse de vivir en libertad.
    Los primeros años del gobierno de Alfonsín, les han servido a los argentinos para reencontrarse con aquella libertad y con el estado de derecho que no habían tenido por muchos años, afrontando también una inserción en el mundo de los negocios que en aquel entonces no era sencilla, teniendo en cuenta la fuerte depreciación de los precios de los productos básicos de exportación.
    Luego se llega al primer recambio democrático, con un gobierno con una decisión tomada sobre el camino que habría que recorrer durante los períodos que le tocó gobernar.
    Y así fue como el estado comenzó a seducir a la población convenciéndola de que la mejor decisión era dejar en manos privadas una gran cantidad de empresas que hasta ese entonces se encontraban íntegramente en manos del estado nacional.
    Luego cuando el país tuvo que elegir un nuevo gobierno, hubo varios cambios de titularidades de empresas en manos de la denominada económica del amiguismo, en donde el estado otorgaba a sus allegados el manejo de varias empresas.
    Hubo beneficios que no pudieron ser capitalizados ya que el gobierno dejó de lado sus obligaciones básicas, educación, seguridad, orden social para convertirse en un mero administrador de los ingresos y dejando en manos de las provincias la administración de estos temas.
    Creo que en términos de política, en estos momentos la población siente que hay que privatizar, ya que de esta forma y debido a las falencias que hay dentro del estado como la corrupción, la falta de interés con respecto a la salud y educación, entre tantas otras, mejoraran la situación del país. Fehacientemente creo que simplemente con políticas a largo plazo, con el consenso social se pueden trazar los lineamentos futuros de crecimiento.
    No importa para que lado este el péndulo si para la privatización o para la estatización, las cosas no van a funcionar como en otros países sino se efectúa un cambio profundo desde la educación de un país que es lo más importante.

  7. Buenas noches.
    Creo que no resulta conveniente volver a las privatizaciones (al manejo del Estado por el Mercado), puesto que el modelo neoliberal implantado en nuestro país en la década del ´70 con la dictadura cívico militar y, profundizado en la década del ´80 y con mayor fuerza aún en los ´90, dejó como consecuencia, la crisis económica, social, cultural y política más trágica de nuestra historia reciente.
    Es por ello, que resulta beneficioso, para el progreso y desarrollo de un país, la presencia de un Estado fuerte, que intervenga en la economía/mercado, para lograr un objetivo primordial, el cual es la Justicia Social, objetivo que únicamente puede lograrse a través de la función financiera estatal de la Redistribución de la Riqueza (por medio de impuestos progresivos que graven la mayor capacidad contributiva de los individuos y, a través del gasto público y social, principalmente, mediante gastos públicos de transferencia). Y, dicha intervención estatal con miras a lograr una mejor y más equitativa distribución de la renta (que los teóricos liberales la denominan peyorativamente “teoría del dictador benevolente”) es necesaria, puesto que esas desigualdades y miserias sociales, que el liberalismo naturaliza, son productos del propio y deficiente sistema capitalista, de cuño Individualista-Egoísta, que ellos tanto defienden.
    Es por ello, que resulta de vital importancia la actuación estatal en la economía, a través de las finanzas públicas funcionales para alcanzar, dentro de la desigualdad estructural que el sistema capitalista engendra, la igualdad social (desplazando de la escena pública al flagelo del pensamiento individualista y egoísta, propios del neoliberalismo).
    El factor principal de estas finanzas públicas funcionales es el Gasto Público, que conforme a esta teoría, lo importante no es el tamaño del gasto o del déficit, sino que, como su nombre lo indica (finanzas “funcionales”), lo que importa es cómo se gasta y para qué se acumula deuda, análisis que a diferencia de la Teoría de la Elección Pública, ve al gasto público como un elemento importante en la construcción de sociedades más justas y civilizadas.
    Es decir, lo que en realidad se plantea en esta discusión alrededor del gasto público y de la función estatal de la redistribución de la riqueza es, la contradicción principal entre una política que alienta la concentración de la renta y espera que las soluciones lleguen por “derrame” (política neoliberal, con los nefastos resultados sociales que ella conlleva y que conocemos y no debemos olvidar), y otra que se afirma en un crecimiento con inclusión social más una activa intervención del Estado para atender lo que el modelo productivo de mercado no resuelve (implementada desde 2003 en adelante). Incluso, el Banco Mundial (organismo internacional para nada afín a las ideas kirchneristas), emitió una advertencia sobre LA NECESIDA DE ATENDER CON POLÍTICAS PÚBLICAS CUESTIONES SOCIALES QUE EL MERCADO NO RESUELVE Y QUE, EN EL PEOR DE LOS CASOS (aunque no llegue a reconocer tanto), PROVOCA. Y ¿cómo las provoca?: acá un ejemplo claro del poder de las grandes empresas concentradas, desestabilizadoras y formadoras de precios, como Loma Negra SA, que por su afán individualista de maximizar sus utilidades, prefieren Dictaduras Militares Neoliberales que les garanticen sus rentabilidades:

    http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-247054-2014-05-25.html

    De los informes que incriminan a la empresa Loma Negra SA surge el modus operandi de los poderes concentrados del mercado. En este informe concreto se sostiene que “la abrupta caída en los ingresos de los trabajadores, que se ve reflejada en los Estados Contables al analizar el costo laboral en comparación con los ingresos facturados, es la que permite un incremento de la ganancia empresaria. Durante esos años el sostenido aumento de la facturación no fue acompañado ni por un incremento proporcional en el total de costos de la empresa, ni por un incremento del costo laboral. Esto permitió un aumento notable en la rentabilidad de Loma Negra SA y en el resultado del ejercicio que pasa de ser negativo al 31 de marzo de 1976 a un resultado positivo que superó los 150 millones de pesos en el período finalizado el 31 de marzo de 1981. Pero este incremento en la ganancia empresaria no se vio reflejado en la carga impositiva. Por el contrario, la presión fiscal se redujo en forma igualmente salvaje”.
    Es decir, así funciona la “libertad de mercado”, cuando el Estado se encuentra ausente y reducido a un mínimo que, solamente, garantiza los intereses económicos de unos pocos, en desmedro del conjunto social.
    Es por todo ello, que resulta imprescindible la presencia de un Estado fuerte, que oriente sus políticas al objetivo primordial de la Redistribución de la Riqueza (que únicamente se puede lograr afectando algunos privilegios de ciertos sectores, sin que eso impida que sigan gozando de muchos otros), objetivo que el Gobierno actual viene logrando y que, por ese motivo es resistido fuertemente.

  8. NOTA: Respuesta y aclaración respecto al concepto de “régimen” kirchnerista empleado por el autor anónimo del artículo de urgente24:
    Cito algunos fragmentos interesantes del artículo “La democracia conservadora” (Página 12) de Edgardo Mocca: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-247042-2014-05-25.html

    “Cuando se dice que la alternancia es mejor que el dominio prolongado de un partido, que el acercamiento hacia el centro es mejor que la polarización ideológica, que los partidos deben ser pragmáticos y no involucrarse en perspectivas ideologizadas, que es una suerte para la estabilidad democrática que la militancia política no exista, que la ausencia de pasiones políticas es un activo de la democracia, entonces se está abogando de modo rotundo por una visión conservadora del mundo; una concepción legítima como cualquier otra pero que no merece revestirse, como de hecho lo hace, con la pompa de la “ciencia política”.

    Dice esa “ciencia”, con mucha difusión mediática últimamente, que los partidos se han debilitado durante esta década y que con el “fin del ciclo” comenzará su reverdecimiento. Los epígonos “científicos” embellecen su diagnóstico (su programa) con nobles alusiones a las instituciones, al pluralismo, a la concordia y la tolerancia. Necesitados de un fantasma para validar su apuesta acuden a la noción de “RÉGIMEN”: creen ver en la política de estos años una tendencia a la instalación de un “régimen autoritario”. Curioso autoritarismo que soporta las más infames mentiras repetidas las veinticuatro horas de todos los días (la última importante no dudó en involucrar al Papa, la penúltima alude a un personaje que declaró en la Justicia a favor de Boudou y ahora insinúa que el Gobierno lo amenaza sin explicar por qué). Pero la invocación al autoritarismo es casi un reflejo condicionado en la legitimación del NEOLIBERALISMO. Fue, como vimos, el derrumbe de los viejos autoritarismos de diferente signo el telón de fondo sobre el que se desplegó la ofensiva política neoliberal. La “nueva democracia” surgida de los escombros autoritarios tenía (tiene) que ser de bajas calorías; puede llorar lágrimas de cocodrilo sobre la desigualdad social pero tiene que abstenerse de cuestionar el núcleo duro de la estructura que la sostiene y la reproduce. Al fin y al cabo, el mecanismo de la legitimación del orden vigente estuvo siempre vinculado (como magistralmente lo enseñó Albert Hirschman) con el recurso retórico de dar por sentado, al mismo tiempo, que la transformación es perjudicial, que es riesgosa y que es imposible. En los últimos años la agitación del fantasma autoritario –inseparable de cualquier intento de cambio– fue y sigue siendo su núcleo principal de la retórica reaccionaria. Mientras tanto en nuestro país y en varios otros de nuestra región, la política de partidos ha renacido porque han resurgido los conflictos silenciados durante el largo período del consenso neoliberal”.

  9. Creo que la unica solucion,es mayor solidez de las instituciones;ademas si bien hay determinados concensos generales,se debe buscar la eficiencia en la manera de administrar los recursos que son escasos,y ahi esta el debate eterno,quien lo hace?quien es mas eficiente?no quiero dejar de pensar que tambien Argentina fue un modelo estudiado en el mundo,por lo extremista respecto a las privatizaciones.Pero a la larga,pareceria que el mas eficiente para la asignacion de recursos es el mercado.

  10. Es evidente que la falta de una política económica “seria y prospera” hace que las ideas vayan de un lado para el otro, al principio un modelo puede parecer prospero, sobre todo si se tiene en cuenta el rol del político en impulsarlo y endulzarle los oídos a los ciudadanos con palabra que ilusionan mucho y siempre están dotadas de maravillas y soluciones mágicas que al poco tiempo termina por defraudar, y aquello que en un principio parecía maravilloso se vuelve la peor enfermedad de la que podía ser victima un estado o un gobierno y damos un giro, de incluso ciento ochenta grados hacia otra política completamente antagónica. La falta de credibilidad, eficacia, e inclusive, de honestidad por parte de los politicos y las consecuencias nefastas a las que nos llevan han de ser la causa de esta falta de consenso y estabilidad en las ideas, como no se produce en otras aspectos ahi citados, como en materia de derechos humanos, donde considero que se sigue una linea mas logica que la seguida en politicas economicas y con resultados mas favorables. Por otro lado, la relación entre políticos y ciudadanos siempre es, a mi parecer, una relación un tanto “emocional”, y también dada la falta de interés en el votante y la poca credibilidad hacia los políticos y sus medidas, lleva a estos cambios constantes.

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