El origen de la palabra liberal: ¿cuándo y dónde? Desde el tiempo de Adam Smith

¿De dónde viene la palabra liberal? ¿Cuándo y dónde se originó? Lo analiza Daniel B. Klein, profesor de George Mason University en este artículo: Klein, Daniel B., ‘Liberal’ as a Political Adjective (in English), 1769–1824 (November 3, 2023). GMU Working Paper in Economics No. 23-37, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4621786 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4621786

Así lo presenta:

“Los datos de la digitalización de textos muestran que “liberal” adquirió un significado político sostenido por primera vez alrededor de 1769: los principios políticos liberales de Adam Smith y sus asociados. Los conjuntos de evidencia incluyen: (1) la no aparición en inglés antes de 1769 (con algunas excepciones); (2) el florecimiento a partir de 1769 del “plan liberal”, el “sistema liberal”, los “principios liberales”, la “política liberal”, etc.; (3) la aparición, a partir de la década de 1770, de usos políticos de “liberal” en el Parlamento; (4) la aparición del mismo en el Edinburgh Review, 1802-1824.

El adjetivo político liberal cobró vida alrededor de 1769 y se mantuvo hasta que aparecieron los sustantivos políticos liberalismo y liberal en la década de 1820.

Los datos de Francia, Alemania, Italia y España confirman que Gran Bretaña fue el primero en adoptar un sentido político de “liberal”.

Se muestran los autores clave.”

El infiel y el profesor: un extraordinario libro sobre la amistad entre David Hume y Adam SMith

Este es un libro super interesante. Se trata de la relación personal, de amistad e intelectual, entre nada menos que David Hume y Adam Smith. The Infidel and the Professor: David Hume, Adam Smith, and the Friendship That Shaped Modern Thought (Princeton University Press, 2017). Lo presenta su autor Dennis Rasmussen: https://www.adamsmithworks.org/documents/the-infidel-and-the-professor-the-friendship-of-adam-smith-and-david-hume

“El infiel y el profesor es el primer libro que se centra en la amistad de Adam Smith con David Hume, que es posiblemente la mayor amistad en la historia de la filosofía. El libro sigue el curso de su amistad desde su primer encuentro en 1749 hasta la muerte de Hume más de un cuarto de siglo después, examinando tanto sus interacciones personales como el impacto que cada uno tuvo en la perspectiva del otro.

Mi objetivo principal al escribir el libro era contar la historia de la amistad de Hume y Smith de una manera accesible y entretenida con la esperanza de llegar a la audiencia más amplia posible. Pero también traté de hacer una serie de contribuciones a la literatura académica sobre estos pensadores. Algunas de estas contribuciones se describen a continuación, comenzando con algunos puntos generales y luego avanzando hacia algunos más específicos.

El infiel y el profesor

En primer lugar, y lo más obvio, el libro se basa en toda la evidencia disponible para brindar el relato más completo hasta el momento de la relación personal e intelectual de Hume y Smith. Mi fuente principal, naturalmente, es la gama completa de las obras de Hume y Smith. Como trato de demostrar, existen numerosas referencias a Hume, tanto explícitas como implícitas, en prácticamente todo lo que escribió Smith. Lo contrario es menos cierto, ya que Hume, el mayor de los dos por una docena de años, había compuesto casi todos sus escritos antes de que Smith comenzara a publicar los suyos (aunque Hume escribió una reseña anónima de La teoría de los sentimientos morales poco después de su publicación).

También analizo su correspondencia (hay cincuenta y seis cartas sobrevivientes entre ellos) y me baso en una serie de otras fuentes contemporáneas y casi contemporáneas, incluida la biografía de Smith de Dugald Stewart; la miríada de escritos de James Boswell; y la autobiografía del ministro moderado Alexander Carlyle y el diario del dramaturgo John Home, quienes viajaron en los mismos círculos que Hume y Smith. También me sirvo de la correspondencia privada de algunos de sus conocidos; los periódicos, reseñas de libros y obituarios del día; y las anécdotas recopiladas por Henry Mackenzie y John Ramsay de Ochtertyre, entre otros.”

Nociones centrales del liberalismo de Adam Smith en un libro de Daniel Klein (descarga gratuita)

Daniel B. Klein es un experto en Adam Smith, profesor e investigador en el Mercatus Center de George Mason University. Ha publicado un libro, y la buena noticia adicional es que se pueda bajar gratis y completo. Se titula Central Notions of Smithian Liberalism: https://clpress.net/books/central-notions-of-smithian-liberalism/

Así lo presenta:

“Nociones centrales del liberalismo smithiano explora nociones jurídicas, políticas y económicas. El autor hace historia intelectual como una forma de teorizar, es decir, para promover la teoría política, la teoría jurídica, la teoría moral, la teoría social, la teoría económica. El autor trata sobre Adam Smith y el liberalismo que compartió con David Hume y Edmund Burke. Representan lo mejor del liberalismo clásico. Su liberalismo clásico se llama hoy acertadamente liberalismo conservador. Los capítulos se derivan principalmente de artículos sustanciales publicados previamente en revistas académicas. Los capítulos exponen la justicia, la libertad, el dualismo jurídico, la teoría política convencionalista humeana y el liberalismo smithiano de Smith. Un capítulo escrito con Erik Matson, «Convención sin convocatoria», explica la convención natural, trascendiendo la «naturaleza» y la «convención» y atestiguando el lugar de Hume y Smith en las tradiciones de la ley natural y ampliando nuestra comprensión de esas tradiciones. Un capítulo pregunta y responde: «¿Es justo buscar ingresos honestos?». Otro capítulo identifica cuatro conjuntos de reglas que no están en conflicto, a saber, (1) la ley del gobierno, (2) la justicia conmutativa, (3) la ética en sentido amplio y (4) la ley del gobierno justo. Otros capítulos relacionan el liberalismo smithiano con varios temas, incluido el cerebro dividido de Iain McGilchrist, estar agradecido sin estar agradecido y el Export-Import Bank. El capítulo final considera la suerte del liberalismo en relación con las actitudes predominantes hacia la alegoría y Dios.”

Adam Smith para todos los gustos y sobre todos los temas: Journal of the History of Economic Thought

Y para agregar a la interminable serie de artículos sobre los 300 años del nacimiento de Adam Smith, he aquí un número entero de la revista Journal of the History of Economic Thought dedicado a nuestra gran autor. Éste es el contenido:

Smith at 300: Introduction, By:  Duarte, Pedro; Hurtado, Jimena

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:a4bgp&r=hpe

Smith at 300: Adam Smith on Equity, Society, and Stability, By:   Ramos, Aida

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:jyh9s&r=hpe

Smith at 300: How selfish soever man may be supposed, By:       Horn, Karen

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:gcvtp&r=hpe

Smith at 300: The Natural Recompense of Labor, By:       Andrews, David

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:tmdp3&r=hpe

Smith at 300: Adam Smith and the idea of «police», By:  Cunha, Alexandre Mendes

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:wt2mz&r=hpe

Smith at 300: A Violent Fit of Laziness, By:           Skwire, Sarah

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:v7fbn&r=hpe

Smith at 300: Negative Justice and Political Wisdom, By:               Carrasco, Maria

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:qhpgr&r=hpe

Smith at 300: Reading and Rereading «The Corruption of Moral Sentiments, By: Liu, Glory M.

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:avkmc&r=hpe

SMITH AT 300: MEN OF BLESSED AND BEGUILING INGENUITY, By:             Drylie, Scott

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:75phv&r=hpe

Smith at 300: Adam Smith on rhetoric and the philosophy of science: By:              Dow, Sheila

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:g43ye&r=hpe

Smith at 300: Adam Smith on Edinburgh and Glasgow, By:            Smith, Craig

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:7q54p&r=hpe

Smith at 300: Commercial Society and The Women’s Question, By:          Kuchar, Pavel

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:se64h&r=hpe

Smith at 300: Useless Companies, By:     Rothschild, Emma

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:rhxs5&r=hpe

Smith at 300: Universal Human Nature, the Division of Labour and African Development, By:      Lange, Jérôme

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:pu2hc&r=hpe

SMITH AT 300: SMITH ON EMPATHY AND SYMPATHY, By:               Fontaine, Philippe

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:s3be2&r=hpe

Smith at 300: The dignity of trade, By:    Paganelli, Maria Pia

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:sfzqr&r=hpe

Smith at 300: The Lure of Poetry and Profit, By: Dekker, Erwin

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:mvcdh&r=hpe

SMITH AT 300: ON REGULATION OF THE LABOUR CONTRACT, By:              Aspromourgos, Anthony

URL:      http://d.repec.org/n?u=RePEc:osf:socarx:5dm92&r=hpe

Más sobre Adam Smith a 300 años de su nacimiento: libertad, igualdad y justicia

Más sobre Adam Smith en los 300 años de su nacimiento. En este caso es una entrevista a Daniel B. Klein, professor of economics and JIN Chair at the Mercatus Center at George Mason University, titulado “Happy 300th, Adam Smith!”: https://www.aier.org/article/happy-300th-adam-smith/

“Los pensadores escoceses del período 1700-1800 son una cosa, pero no una cosa homogénea. En mi opinión, David Hume y Adam Smith están por encima de los demás y bastante parecidos (Hume sonríe ante las mejoras de Smith).

Entonces, ¿de qué tratan Hume y Smith? Hume dijo: “[L]a libertad es la perfección de la sociedad civil; pero aun así la autoridad debe ser reconocida como esencial para su misma existencia.”

Hume y Smith explicaron que la libertad, es decir, que el gobierno no se meta con las cosas de otras personas, sino que “permita que cada hombre persiga su propio interés a su manera, según el plan liberal de igualdad, libertad y justicia”, es una aspiración justa. Ese es el tema principal de La Riqueza de las Naciones.

Pero la autoridad, esencial para la libertad, presupone pisar la libertad, porque una especialidad de la autoridad de la que habla Hume es que institucionaliza su juego con las cosas de otras personas. Hace cosas, abiertamente, que serían criminales si las hiciera su vecino o socio comercial. Hume y Smith confrontan la paradoja y sugieren un camino a seguir. Smith lo llamó “el plan liberal de libertad, igualdad y justicia”. Durante un tiempo seguimos con el programa y tuvimos la era liberal.

¿Qué clase de hombre era Smith? ¿Conocemos algún dato interesante sobre su carrera y su vida personal?

Era intensamente privado sobre ciertas cosas. Probablemente tuvo algunas aventuras amorosas, pero no sabemos mucho sobre ellas. A los 36 años produjo una gran obra, la primera edición de La teoría de los sentimientos morales, y anunció planes para dos futuras grandes obras, una de las cuales entregó, La riqueza de las naciones, la otra, sobre jurisprudencia, no . Sus 13 años como profesor en Glasgow los recordó “como los más útiles y, por lo tanto, como el período más feliz y honorable de mi vida”.

Adam Smith en sus dos obras principales, Teoría de los Sentimientos Morales y Riqueza de las Naciones

Vemos con los alumnos de Ucema a Adam Smith en sus dos textos principales, aunque uno mucho mas conocido que el otro. ¿El Adam Smith del libro “Teoría de los Sentimientos Morales”, parece ser diferente del autor de “La Riqueza de las Naciones”?. Muchos han planteado una contradicción entre la visión que Smith tiene del ser humano en uno y otro texto. ¿De dónde salió este problema? ¿Es realmente así? Ya buscaremos aclarar este dilema.

Bueno, parece estar presente ya en el primer párrafo del primer capítulo de la Teoría. Dice así:

“Por más egoísta quiera suponerse al hombre, evidentemente hay algunos elementos de su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de los otros de tal modo, que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el placer de presenciarla. De esta naturaleza es la lástima o compasión, emoción que experimentamos ante la miseria ajena, ya sea cuando la vemos o cuando se nos obliga a imaginarla de modo particularmente vívido. El que con frecuencia el dolor ajeno nos haga padecer, es un hecho demasiado obvio que no requiere comprobación; porque este sentimiento, al igual que todas las demás pasiones de la naturaleza humana, en modo alguno se limita a los virtuosos y humanos, aunque posiblemente sean éstos los que lo experimenten con la más exquisita sensibilidad. El mayor malhechor, el más endurecido transgresor de las leyes de la sociedad, no carece del todo de ese sentimiento.”

AdamSmith

¿No es, acaso, Adam Smith quien nos habla de que las personas persiguen su interés personal, que no esperamos de la bondad del carnicero que éste tenga en su comercio la carne que necesitamos para nuestra comida de hoy? ¿Qué no apelamos a su bondad sino a su interés? Gran parte de la economía parece haberse quedado en estos aportes del autor y profundizado su visión del individuo egoísta denominado “maximizador de utilidad” y, en particular, de utilidad monetaria.

 

A 300 años de su nacimiento, Adam Smith es presentado por otro, Vernon Smith, premio Nobel 2002

A 300 años del nacimiento de Adam Smith es interesante conocer la visión de otro Smith, en este caso Vernon Smith, premio Nobel en Economía 2002. Lo presenta en un artículo publicado por Reason titulado “Adam Smith Understood That We Need Each Other”: https://reason.com/2023/06/16/adam-smith-understood-that-we-need-each-other/

“La curiosidad natural de Smith en cuanto a las fuentes del orden lo llevó a investigar por qué y cómo nuestras acciones son sociales, y exploró las consecuencias de esas acciones. Su principio metodológico clave, que lo separaba del pensamiento moderno, era distinguir los orígenes de la acción humana de sus consecuencias. Concluyó que nuestra maduración como ser social se manifiesta en tres fases.

En la primera fase, al observar a los demás —familiares inmediatos, luego amigos y vecinos— nos damos cuenta de lo que otra persona debe sentir en función de nuestros propios sentimientos experimentados en situaciones similares. Observamos la expresión de alegría o de tristeza de otra persona en un contexto particular, y recordamos lo que sentimos en una circunstancia similar. Esta habilidad surge y probablemente ayuda a moldear nuestra capacidad de simpatía. Como dice Smith, nunca podemos saber lo que siente otra persona, excepto a través de nuestra imaginación al cambiar de lugar con ellos y recordar lo que sentimos en su situación.

En la segunda fase de nuestra maduración social, nos damos cuenta de que la simpatía va en ambos sentidos: los demás están formando juicios comprensivos de lo que debemos sentir en situaciones como las que ellos han experimentado. Cuando observamos a los demás, ellos nos observan a nosotros. En una situación de alegría, entramos en un sentimiento de compañerismo mutuo que es una fuente de placer. Cuando la situación es de aflicción, el compañerismo es un consuelo para la persona que experimenta la aflicción. Nuestros sentimientos asociados con la tristeza y la angustia son más intensos y profundos que los relacionados con la alegría y la euforia.”

…..

En la fase tres, sabiendo lo que los demás deben sentir sobre nuestras propias acciones y maneras, tomamos en cuenta sus juicios y valoraciones en las acciones que tomamos. Proyectamos y modificamos nuestras acciones, como lo haría un «espectador justo e imparcial».

Adam Smith: ¿contradice en La riqueza de las naciones lo que dijo en Teoría de los Sentimientos Morales?

Vemos con los alumnos de Eseade al Adam Smith del libro “Teoría de los Sentimientos Morales”, que parece ser diferente del autor de “La Riqueza de las Naciones”. Muchos han planteado una contradicción entre la visión que Smith tiene del ser humano en uno y otro texto. ¿De dónde salió este problema? ¿Es realmente así? Ya buscaremos aclarar este dilema.

Bueno, parece estar presente ya en el primer párrafo del primer capítulo de la Teoría. Dice así:

“Por más egoísta quiera suponerse al hombre, evidentemente hay algunos elementos de su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de los otros de tal modo, que la felicidad de éstos le es necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el placer de presenciarla. De esta naturaleza es la lástima o compasión, emoción que experimentamos ante la miseria ajena, ya sea cuando la vemos o cuando se nos obliga a imaginarla de modo particularmente vívido. El que con frecuencia el dolor ajeno nos haga padecer, es un hecho demasiado obvio que no requiere comprobación; porque este sentimiento, al igual que todas las demás pasiones de la naturaleza humana, en modo alguno se limita a los virtuosos y humanos, aunque posiblemente sean éstos los que lo experimenten con la más exquisita sensibilidad. El mayor malhechor, el más endurecido transgresor de las leyes de la sociedad, no carece del todo de ese sentimiento.”

AdamSmith

¿No es, acaso, Adam Smith quien nos habla de que las personas persiguen su interés personal, que no esperamos de la bondad del carnicero que éste tenga en su comercio la carne que necesitamos para nuestra comida de hoy? ¿Qué no apelamos a su bondad sino a su interés? Gran parte de la economía parece haberse quedado en estos aportes del autor y profundizado su visión del individuo egoísta denominado “maximizador de utilidad” y, en particular, de utilidad monetaria.

 

Siempre vigente a 300 años de su nacimiento: Adam Smith y la «simpatía»: ¿sentimiento o virtud?

Doscientos cincuenta años después Adam Smith sigue dando que hablar (esa es la definición de un “clásico”, siempre está vigente). En este caso sobre el concepto de “simpatía”, que presenta en su primera obra, Teoría de los Sentimientos Morales. Al respecto, se comenta en este trabajo: “An Investigation into the Smithian System of Sympathy:  from Cognition to Emotion”,   por Laurie Bréban, PHARE, University Paris 1 Panthéon-Sorbonne, publicado en  The Adam Smith Review, 10, pp. 22-40: https://hal-paris1.archives-ouvertes.fr/hal-03904227/document

“En la primera parte de la Teoría de los sentimientos morales (1759, 1790) −“De la propiedad de la acción”− Smith busca explicar el origen de la aprobación moral. Es bien sabido que la solución a este problema radica en su famoso concepto de simpatía. 1 Por supuesto, la cuestión de la naturaleza precisa de la simpatía smithiana dio lugar a una abundante literatura desde el siglo XIX con la aparición del Problema de Adam Smith. 2Este famoso Problema, que sugiere que existe una inconsistencia entre las dos obras principales de Smith, La teoría de los sentimientos morales y La riqueza de las naciones (1776), llevó a los estudiosos de Smith a cuestionar si la simpatía, en la Teoría de los sentimientos morales, era o no un sentimiento específico («el sentimiento de simpatía») o una virtud específica (como el altruismo o la benevolencia) como lo interpretaron los defensores del Problema de Adam Smith (con autores de la Escuela histórica alemana antigua como Carl Knies y Wiltold von Skarzynski en la parte superior de la lista). 3 Pero esto fue cuestionado, aunque mucho más tarde, por las contribuciones posteriores a la publicación científica de las obras completas de Adam Smith a fines de la década de 1970. 4Desde la publicación de la edición de Glasgow, generalmente se ha aceptado que la simpatía smithiana no se refiere a un sentimiento específico o una virtud específica”.

¿Qué somos, egoístas o altruistas? Vernon Smith comenta al otro Smith, Adam: ambas cosas

Con los alumnos de Instituciones, Derecho y Economía de Eseade completamos el análisis de las instituciones leyendo un artículo de otro Smith, Vernon, premio Nobel de Economía 2002 por sus aportes para el desarrollo de la economía experimental. El artículo se llama “Las dos caras de Adam Smith”:

Vernon Smith - copia

“No es de la benevolencia del carnicero, del cervecero, o del panadero, de quienes debemos esperar nuestra cena, sino de la preocupación de estos por sus propios intereses… Esta división del trabajo no está originada en ninguna sabiduría humana, que anticipa y procura la opulencia a la que da lugar. Lo está en la necesaria, aunque muy lenta y gradual consecuencia, de una cierta propensión que observamos en su naturaleza, que sin buscar esa utilidad generalizada, lo inclina al trueque e intercambio de una cosa por otra”. La riqueza de las naciones, Adam Smith, 1776

“No importa cuán egoísta se suponga al hombre, es evidente que hay ciertos principios en su naturaleza que lo hacen interesarse en la fortuna de los demás, y transforman la felicidad de aquellos en necesaria para él, aunque no obtenga de eso otro placer más que observarla”. La teoría de los sentimientos morales, Adam Smith, 1759

Para Vernon Smith, como para Coase en un post anterior, no hay contradicción y recurre a la antropología y la sicología evolutiva para concluir:

“Sin embargo, estas dos visiones no son inconsistentes si reconocemos como un rasgo distintivo fundamental de los homínidos su propensión universal al intercambio social. Esta propensión se expresa tanto en el intercambio personal en las transacciones sociales en pequeños grupos, como en el comercio impersonal, por medio de extensos mercados de grandes grupos. De esa manera, podemos decir que Smith tenía solo un axioma de comportamiento: “la propensión al trueque e intercambio de una cosa por otra”, donde los objetos de intercambio los interpretaré de tal manera que incluyan no solo bienes, sino también regalos, asistencia y favores, fundados en la simpatía y preocupación por los demás. Esto es, “en la generosidad, humanidad, amabilidad, compasión, amistad y estima” (Smith, 1759).”

“Como se puede observar en los registros etnográficos y en experimentos de laboratorio, ya sea que se intercambien bienes o favores, en ambos casos se producen ganancias, que son las que los seres humanos buscan incesantemente en todas las transacciones sociales. Así, este axioma de Adam Smith, interpretado de manera que incluya el intercambio de bienes y de favores -cuando éste ocurre en distintos instantes del tiempo-, así como el comercio de bienes -cuando éste es efectuado en un instante preciso del tiempo, ya sea por medio del dinero o por medio del trueque por otros bienes-, es suficiente para caracterizar la mayor parte de los emprendimientos sociales y culturales humanos. Esto explica por qué la naturaleza humana parece inducir a las personas a preocuparse simultáneamente de sí misma y de los demás, y permitiría entender el origen y fundamento último de los derechos de propiedad.”

“El derecho de propiedad es una garantía que permite que ciertos actos sean realizados por personas dentro de los marcos definidos por ese derecho. Nosotros automáticamente pensamos en el Estado como el garante contra represalias cuando los titulares del derecho lo ejercen. Pero los derechos de propiedad preceden a los estados-naciones, porque el intercambio social al interior de tribus sin Estado, y el comercio entre estas tribus precede a la revolución agrícola ocurrida hace solo 10.000 años, un mero pestañeo en la escala de tiempo de la emergencia de los humanos. Tanto el intercambio social como el comercio reconocen implícitamente derechos mutuos para actuar que se traducen en lo que normalmente llamamos “derechos de propiedad”. ¿En qué sentido son estos derechos “naturales”? La respuesta, creo, se encuentra en la universalidad, espontaneidad y valor adaptativo evolucionario de la reciprocidad. La reciprocidad en nuestro actuar, que se observa en la conducta humana (y también prominentemente en la de nuestros parientes cercanos, los chimpancés), es el fundamento de nuestro rasgo distintivo como criaturas de intercambio social, intercambio que hemos extendido para incluir el comercio con personas sin parentesco y también con miembros de otras tribus mucho antes que adoptáramos la agricultura y la ganadería como formas de vida.”