Casi todos proponen políticas públicas, pero la coerción no resuelve los problemas

Los políticos argentinos entienden que van a resolver los problemas de la sociedad a través de “políticas públicas”, es decir, medidas que toma el Estado; esto es usando la coerción, que es lo que las distingue de las decisiones que se toman en el mercado. Este paper trata de la coerción: Geloso, Vincent, “The Coercion Bias in Economic Measurement” (January 17, 2023). GMU Working Paper in Economics No. 23-02, Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=432732 4 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4327324

“¿La coerción mejora el bienestar económico? En términos de narrativas estándar en economía normativa, alguien puede responder afirmativamente usando modelos positivos basados ​​en derechos. En esos modelos, los poderes coercitivos del estado se utilizan para extraer ingresos fiscales que financian la producción de bienes y servicios que los mercados no proporcionarían (por ejemplo, bienes públicos como la defensa nacional o el control de inundaciones que no son rivales ni excluibles o la gestión de externalidades). En este caso, tanto la producción medida como el bienestar deberían aumentar. ¿Qué pasa si los gobernantes aplican una coerción extrema esclavizando a su pueblo, introduciendo la servidumbre u otras instituciones coercitivas? Lo que respondo en este capítulo es que la producción medida (es decir, medida por los datos de las cuentas nacionales) exagera el bienestar bajo coerción extrema. Esto crea lo que yo llamo el “sesgo de la coerción”, en honor a Robert Higgs, que frustra el significado de las medidas económicas. Argumento que este sesgo tiene ramificaciones importantes tanto para los debates históricos como para los debates políticos modernos. Ilustro esa importancia al considerar los debates sobre las consecuencias económicas de la esclavitud en los Estados Unidos durante el período anterior a la guerra y los debates sobre el papel de la libertad económica para estimular el crecimiento económico.”

¿Qué es la libertad? ¿Cómo definirla? ¿Es acaso posible la libertad si no es bajo el imperio de la Ley?

¿Qué es la libertad? ¿Cómo definirla? Alguien ha planteado alguna vez que no somos “libres” porque, por ejemplo, no podemos volar. No soy ‘libre’ de salir al balcón del décimo piso y dar dos pasos para adelante. En verdad, sí puedo hacerlo nadie me lo impide, sólo que será lo último que haga. El argumento y el ejemplo parecen estúpidos pero esa frase “nadie me lo impide” nos da una pista para definir la libertad. Así lo hace David Boaz en su libro “The Libertarian Mind”: http://www.cato.org/libertarianmind

“No es fácil definir la libertad. El autor Leonard Read dijo: ‘Libertad es la ausencia de restricciones generadas por humanos contra la generación de energía creativa’. El premio Nobel en economía, F. A. Hayek se refirió al ‘estado en el cual cada uno puede utilizar su conocimiento para su propio propósito’ y también como ‘la posibilidad de que una persona actúe según sus propias decisiones y planes, en contraste con la posición de que uno está irrevocablemente sujeto a la voluntad de otro, quien por medio de su arbitraria decisión puede obligarme a actuar o no actuar de cierta forma’. Tal vez sea mejor entender la libertad como la ausencia de fuerza física o la amenaza de fuerza física. John Locke presentó su definición de libertad bajo el imperio de la ley:

‘El fin de la ley no es abolir o restringir, sino preservar e incrementar la Libertad. Porque en todos los estados de seres creados capaces de tener Leyes, cuando no hay Ley, no hay Libertad. Porque ser Libre es serlo de las limitaciones y violencia de otros, lo que no puede ocurrir si no hay Ley. Pero la Libertad no es, como nos dicen, la Libertad de cada persona de hacer lo que desee (Porque, ¿quién sería libre cuando el humor de cualquier otro puede imponerse sobre el suyo?). Pero una Libertad para disponer, y ordenar, como desee, sus personas, sus acciones, sus posesiones y toda su Propiedad, con la aceptación de todas las Leyes bajo las cuales se encuentra; y con ello no está sujeto a la voluntad arbitraria de otro, sino Libre para seguir la propia.’

Esto es, una persona libre no está ‘sujeta a la voluntad arbitraria de otro’ y es libre de decidir sobre su propia persona y su propiedad. Pero solamente puedes tener esa libertad cuando la ley protege tu libertad y la de los demás.

Como sea que definamos la libertad, podemos reconocer algunos de sus aspectos. Libertad significa respetar la autonomía moral de cada persona, considerando a cada una como dueño de su propia vida, y cada uno siendo libre de tomar decisiones sobre su vida.

La libertad nos permite definir el significado de la vida, o lo que es importante para nosotros.

Por lo que cada uno de nosotros debería ser libre de pensar, de hablar, de escribir, de pintar, de crear, de casarse, de comer, beber y fumar, de iniciar y dirigir negocios y de asociarse con otros como desee. Cuando somos libres podemos construir nuestras vidas como deseemos.

Las consecuencias sociales de la libertad son igualmente deseables. La libertad lleva a la armonía social. Tenemos menos conflictos cuando hay menos comandos y prohibiciones sobre cómo deberíamos vivir –en términos de clase o casta, religión, moda, estilo de vida o educación-…

La libertad económica significa que la gente es libre de producir e intercambiar con otros. Los precios libremente acordados transmiten información a toda la economía sobre lo que la gente desea y cómo se puede hacer más eficientemente. Para que un orden económico funcione, los precios tienen que decir la verdad. Una economía libre da incentivos a la gente para innovar, inventar y producir más bienes y servicios para toda la sociedad. Eso significa más satisfacción de más necesidades, más crecimiento económico, y un mayor nivel de vida para todos.