Todos los que se oponen a la dolarización deben explicar cómo garantizan credibilidad en el tiempo

Más de Nicolás Cachanosky sobre la dolarización, ahora con énfasis en un tema central, ¿cómo creer que nuestro banco central pueda cumplir sus compromisos? El artículo se titula “Lessons from Argentina’s Dollarization Debate: The Challenge of the Commitment Device”, publicado por el American Institute for Economic Research: https://www.aier.org/article/lessons-from-argentinas-dollarization-debate-the-challenge-of-the-commitment-device/

“Para aquellos economistas que se resisten a la falacia del Nirvana de comparar la dolarización del mundo real en Argentina con un banco central imaginado que funciona bien, surge una cuestión crucial: la necesidad de un dispositivo de compromiso creíble. Las políticas del Banco Central argentino no se consideran, ni pueden considerarse, creíbles, independientemente de cuán técnicamente sólidas puedan ser.

Es esencial distinguir la dolarización de otros regímenes monetarios, como una vinculación fija o una junta monetaria. La dolarización implica una moneda única. Los regímenes de paridad fija y de caja de conversión involucran dos monedas distintas unidas por una política monetaria (paridad fija) o un compromiso cambiario (caja de conversión). Esta distinción tiene importantes implicaciones institucionales. A diferencia de una paridad fija o una caja de conversión, un gobierno no puede abandonar fácilmente la dolarización.

Argentina ha abandonado con frecuencia los tipos de cambio fijos. También ha anulado la convertibilidad del peso al dólar estadounidense. Estas opciones no están disponibles bajo la dolarización. La desdolarización requeriría que el gobierno introduzca una moneda completamente nueva que el público no quiere. Consideremos el desafío del dinero en circulación. ¿Iría el gobierno a casas individuales y obligaría a los propietarios a cambiar sus dólares estadounidenses por una nueva moneda que rechazan? Una dictadura podría lograr tal medida. Pero en una democracia tal medida probablemente provocaría el derrocamiento de los titulares.”

Artículo en La Nación: El Banco Central (BCRA), dilema institucional, su independencia y la nuestra

La Nación 29/12/23: BCRA, un dilema institucional

https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-bcra-un-dilema-institucional-nid29122023/

Cuando consideramos las tasas de inflación en toda América Latina para 2022 surge un vínculo con la calidad de las instituciones monetarias de cada uno de los países. En primer lugar, se encuentran los países dolarizados (Panamá 2,1%, Ecuador 3,7%, El Salvador algo más alto 7,3%); seguidos de los países que lograron seguir alguna regla monetaria y con independencia del Banco Central (Brasil 5,8%, Uruguay 8,2%, Perú 8,5%, Costa Rica 7,9% y otros) y en último lugar los que no tienen ni moneda ni independencia (la Argentina 94,8%, Venezuela 305,7%).

El marco institucional monetario es un tema de fundamental importancia, más allá de quienes ocupen determinadas posiciones. En el caso de la Argentina, la institucionalidad monetaria es más que pobre y de allí los resultados que vemos. En primer lugar, hay poca estabilidad de las normas: el Banco Central informa que la ley conocida como Carta Orgánica del BCRA, sancionada en 1992, fue modificada 5 veces por otras leyes (1995, 2002, 2003, 2008 y 2012) y doce veces por decreto. En cuanto a la designación de su directorio, que incluye la del presidente y el vicepresidente, la realiza el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado por un lapso de seis años, pudiendo ser designados nuevamente. Desde la aprobación de la ley hubo catorce presidentes de la entidad, lo que da un promedio de 2,21 años cada uno.

Esa es la letra, en la práctica la independencia del Banco Central no existe: cada gobierno nombra su presidente y sus directores. Esto ha planteado un dilema al nuevo gobierno, ya que, por un lado, busca recomponer la institucionalidad monetaria, pero al mismo tiempo no puede dejar a cargo a quienes la han destruido. Y, aunque con claros fundamentos, cuando un nuevo gobierno nombra nuevas autoridades, seguimos sin alcanzar esa independencia que el resto de los países latinoamericanos nos muestran con mejores resultados.

La independencia del Banco Central requiere que sus autoridades permanezcan en sus cargos más allá de la gestión en la que fueron designados o que los miembros de su directorio sean designados periódicamente por sucesivos gobiernos tal como lo hace la Reserva Federal en Estados Unidos y en muchos países latinoamericanos. Lula ha tenido que mantener a Roberto Campos Neto aunque ha intentado removerlo, por ahora sin éxito.

Pero parece claro que, dada la situación, el nuevo gobierno argentino no podía si no remover a su cúpula, como mínimo. Esto quiere decir que para que un proceso como el de Brasil ocurra habría que esperar a un cambio de gobierno dentro de 4 años, o tal vez dentro de ocho y que el gobierno siguiente mantuviera a las autoridades que recibe, aunque siguiendo la tradición bien podría designar a los propios.

Estamos ante un nudo gordiano, el que Gordias ofreció a Zeus, y tal vez la solución sea como la de Alejandro Magno: la dolarización sería equivalente a cortar el nudo. Enfrentados a un dilema de difícil o tal vez imposible solución se recurre a algo tajante que elimina el dilema directamente. Ya no se trata de alcanzar la independencia de una institución porque esta deja de existir. Ya no hace falta que se mantengan ciertas autoridades porque ya no hay “autoridades monetarias” y la única autoridad es la gente que elige la moneda que quiera usar. Tampoco hay “política monetaria”, pues ya sabemos los resultados que nos ha traído: no hay nada peor que mezclar a la moneda con la política. Y como hemos visto la recompensa puede ser aun mayor, como muestran los países dolarizados.

Es decir que podemos hablar de dos tipos de independencia: una es la de las autoridades monetarias respecto de las autoridades políticas y la otra, la de nosotros respecto de ambas, es la independencia de los ciudadanos para decidir por sí mismos la moneda que quieren usar. Se dice que la segunda es muy difícil de implementar y alcanzar, pues la primera lo es mucho más. Ese es el dilema que enfrentamos nosotros.

Consejo Académico, Fundación Libertad y Progreso

Hay quienes nos miran desde afuera y nos dicen: Argentina debería dolarizar, paper del Cato Institute

En el medio de toda esta discusión respecto a la dolarización en Argentina, vale considerar una visión desde afuera como la que nos presentan Daniel Raisbeck y Gabriela Calderón de Burgos en esta introducción a un Briefing Paper sobre el tema que publica el Cato Institute. Se titula “Why Argentina should dollarize”: https://www.cato.org/blog/why-argentina-should-dollarize

Así comienza:

“Por primera vez desde 1991, Argentina sufre tasas de inflación anual superiores al 100 por ciento. Mientras los votantes se preparan para acudir a las urnas el 13 de agosto, fecha de las primarias presidenciales para todos los partidos, la mayoría piensa, independientemente de la ideología, que la inflación es el problema más apremiante del país. Mientras tanto, una minoría significativa, el 29 por ciento según una encuesta, ahora considera que la mejor manera de abordar la inflación es deshacerse del peso argentino por completo y adoptar el dólar estadounidense como moneda oficial. Tienen toda la razón.

Como explicamos en un nuevo documento informativo publicado hoy, la dolarización funciona porque priva a la clase dominante local de todo control sobre la moneda nacional. Esto protege el poder adquisitivo de la gente común de los excesos de políticos crónicamente derrochadores y, a menudo, serviles, o simplemente incompetentes, de los banqueros centrales. Junto con Perú, una economía semidolarizada, los tres países totalmente dolarizados de América Latina—Panamá, Ecuador y El Salvador—han tenido los niveles de inflación más bajos de la región durante los últimos 20 años (y mucho más en el caso de Panamá). A diferencia de muchos países de la región, el trío dolarizado no vio una inflación de dos dígitos después de la pandemia de Covid-19. Steve Hanke, economista de la Universidad Johns Hopkins, lo expresa bien: la dolarización equivale a instituir el estado de derecho en la esfera monetaria.

La dolarización a menudo se compara con el sistema de convertibilidad que Argentina implementó en la década de 1990, un régimen monetario que consiste en que el Banco Central mantiene una convertibilidad ilimitada entre su moneda y la que está vinculada a un tipo de cambio fijo. Ese sistema finalmente se vino abajo porque se desvió de seguir las reglas ortodoxas. Pero debido a que la dolarización simplemente reemplaza una moneda local por una extranjera, no depende de la promesa de la clase política de cumplir con un determinado conjunto de reglas y ha resultado mucho más difícil de deshacer. Como explicamos en nuestro informe de política, esto no implica la cesión de la política monetaria de un país a los Estados Unidos.

El paper está en: https://www.cato.org/briefing-paper/argentina-should-dollarize-pronto

Dolarización: una discusión intensa en Argentina que se extiende más allá de nuestras fronteras

El tema de la dolarización no solamente ha disparado una intensa discusión en Argentina sino también en una buena cantidad de economistas en otros países. He aquí dos interesantes trabajos sobre el tema. El primero es de John Cochrane, Senior Fellow de Hoover Institution en Stanford y Académico Adjunto del Cato Institute, en un post que se titula “Pro Dollarization”: https://johnhcochrane.blogspot.com/2023/11/pro-dollarization.html

Entre otros muy buenos argumentos:

“Creo que el compromiso previo es el argumento más poderoso a favor de la dolarización (como, por ejemplo, de la eurorización de Grecia): un país que dolariza no puede imprimir dinero para gastar más de lo que recibe en impuestos. Un país que dolariza también debe endeudarse enteramente en dólares y debe soportar un costoso incumplimiento en lugar de una inflación relativamente menos costosa si no quiere pagar sus deudas.

La inflación y la devaluación ex post siempre son tentadoras para pagar déficits, evitar pagar deudas, transferir dinero de los ahorradores a los prestatarios, beneficiar a los exportadores o estimular la economía antes de las elecciones. Si un gobierno puede comprometerse previamente a evitar la inflación y la devaluación, entonces podrá pedir prestado mucho más dinero en mejores condiciones y su economía estará mucho mejor en el largo plazo.

A menudo se aboga por un banco central independiente por el valor previo al compromiso. Bueno, ubicar el banco central a 5.000 millas de distancia en un país al que no le importa su economía es lo más independiente posible.”

Y aquí otro trabajo de Nicolás Cachanosky, Associate Professor of Economics and Director of the Center for Free Enterprise at The University of Texas at El Paso Woody L. Hunt College of Business, para el American Institute of Economic Research con el título “Hyperinflation and Dollarization: A Path to Economic Stability for Argentina”: https://www.aier.org/article/hyperinflation-and-dollarization-a-path-to-economic-stability-for-argentina/

Así comienza:

“Tras los resultados de las elecciones del domingo, Javier Milei se convertirá en presidente de Argentina el 10 de diciembre. Entre otras cosas, el presidente electo Milei ha prometido reemplazar el peso por el dólar estadounidense, una política conocida como dolarización. Algunos críticos han argumentado que la dolarización agotará las reservas de dólares estadounidenses del banco central argentino, lo que encarecería la dolarización y, en última instancia, resultaría en hiperinflación. Sin embargo, al formular esta crítica, malinterpretan la situación económica actual de Argentina y no consideran casos reales de dolarización durante crisis inflacionarias.

El riesgo de hiperinflación en Argentina no se debe a la defensa de la dolarización de Javier Milei. Más bien, es el resultado de años de políticas monetarias poco sólidas. La inflación ha aumentado constantemente desde 2007, mucho antes de que Milei propusiera la dolarización (y mucho antes de que casi nadie en Argentina pensara que la dolarización era probable).”

Lecciones de la dolarización en América Latina: cerrando el Banco Central y libre elección de moneda

Ya comenté antes el libro de Emilio Ocampo y Nicolás Cachanosky sobre dolarización. Ahora publican un paper titulado “Lessons from Dollarization in Latin America in the 21st Century”, por Nicolas Cachanosky; The University of Texas at El Paso; American Institute for Economic Research; UCEMA Friedman-Hayek Center for the Study of a Free Society; Emilio Ocampo, UCEMA y Alexander William Salter; Texas Tech University – Rawls College of Business; American Institute for Economic Research

Cachanosky, Nicolas and Ocampo, Emilio and Salter, Alexander William, Lessons from Dollarization in Latin America in the 21st Century (January 5, 2023). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4318258  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4318258

“Este artículo analiza la dolarización del siglo XXI en América Latina. Hacemos hincapié en que la dolarización es una reforma compleja que se puede implementar de muchas maneras diferentes. Extraemos tres lecciones importantes de estas experiencias: (1) mantener el banco central después de la dolarización es una vulnerabilidad institucional innecesaria que facilita la desdolarización compulsiva, (2) la opinión pública ofrece la defensa más importante de la dolarización contra los intentos populistas de revertirla, y ( 3) incluso si la dolarización no se respalda con reformas estructurales (o dichas reformas se revierten), sigue siendo superior al contrafactual de ninguna reforma con inflación persistente, alta y volátil.”

¿Milton Friedman, partidario de los tipos de cambio flotantes, apoyaría una dolarización?

Continuando con sus contribuciones al tema de la dolarización desarrollado en el libro de ese nombre publicado con Nicolás Cachanosky, Emilio Ocampo presenta ahora un artículo como parte de los Documentos de Trabajo de UCEMA titulado “MILTON FRIEDMAN:  AN EARLY ADVOCATE OF DOLLARIZATION?”   Emilio Ocampo   Agosto 2022 Nro. 836          https://ucema.edu.ar/publicaciones/doc_trabajo.php

No sé si habrá una versión en castellano, esta es la traducción de Google del resumen:

“La defensa de larga data de Milton Friedman a favor de los tipos de cambio flotantes ha contribuido a la creencia errónea de que se oponía a los regímenes de cajas de conversión o a la dolarización total. Nada mas lejos de la verdad. Durante un período de casi cinco décadas, Friedman dejó en claro que estaba a favor de los tipos de cambio flotantes para las naciones avanzadas pero no para las naciones en desarrollo. De hecho, fue uno de los primeros defensores de la dolarización en países que sufrían una inflación alta y crónica como Argentina. Curiosamente, rara vez se sabe que uno de los primeros debates sobre las ventajas y desventajas de la dolarización y las cajas de conversión tuvo lugar en 1973 en Washington, D.C., durante una audiencia en el Congreso que enfrentó a Friedman contra el economista argentino Ricardo Arriazu. El propósito de esta breve nota es rastrear la evolución del pensamiento de Friedman sobre el tema desde mediados de la década de 1950 hasta su muerte y los eventos que lo influenciaron.”

El Banco Central está quebrado: ¿podríamos empezar con elegir la moneda que uno quiera utilizar?

Con los alumnos de la UBA Económicas, Historia del Pensamiento Económico II (Escuela Austriaca), terminamos el semestre y ellos ahora eligen el tema que les gustaría leer. Alguno pidió ver algo sobre propuestas “austriacas’ para la coyuntura. Habiendo leído a Mises en sus artículos sobre la coyuntura austriaca a fines del siglo XIX y en el XX, sugiero que toda su atención hubiera estado puesta en resolver el déficit fiscal. En el aspecto monetario, hubiera propuesto pasos para volver a un patrón oro puro, pero dado que éste sistema monetario no existe actualmente, tal vez hubiera aceptado la propuesta que hacen Nicolás Cachanosky y Adrian Ravier, comentada aquí en nuestro blog conjunto:  https://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2014/01/14/a-proposal-of-monetary-reform-for-argentina-with-adrian-ravier/

Dice Nicolás:

“Argentina está pasando, nuevamente, por un momento crítico en materia económica y monetaria. Junto con Adrian Ravier escribimos una propuesta de reforma monetaria para Argentina. Esta propuesta es, de hecho, una actualización de la que Hanke y Schuler hiciesen para Argentina a fines de la década del 90.

En resumen, la propuesta consiste en una dolarización flexible más un sistema de banca libre. Por dolarización flexible queremos decir que si bien es de esperar que de cerrar el BCRA y eliminar el peso como moneda el dólar sea la moneda utilizada, haya libertad de realizar transacciones en la moneda que se desee. Es decir, en lugar de desatarse del peso para atarse al dólar, el punto es tener una libertad de elección en el uso de la moneda y se que deje el dólar si se encuentra una mejor alternativa. Por banca libre queremos decir que se de libertad al sistema bancario de emitir sus propias notas bancarias convertibles a dólares o a la moneda que consideren necesario (o intentar emitir su propio dinero fiat).

Somo conscientes que una propuesta como esta se encuentra, muy posiblemente, fuera de lo políticamente viable en Argentina. Pero el objetivo de este documento no es plantear una propuesta sujeta a lo políticamente posible, sino plantear una propuesta de reforma monetaria superadora acotada al marco institucional internacional presente. Como decía Hayek, el trabajo del economista consiste en hacer políticamente viable lo que es económicamente conveniente. Este documento es un humilde intento de nuestra parte en contribuir a que esto suceda.”

Algo del debate posterior:

Nicolas, quería consultar por que la necesidad de dolarizar y partir de una imposición? Se puede dejar el peso y que este compita con el dolar. O sea, no sería conveniente, estimular la libertad de elección de la moneda por los particulares. Si quieren que exista el peso, el BCRA y quien sea, pero que la ley permita a la gente elegir en que moneda pactar su transacciones. Obviamente que es de esperar que el dolar desplace al peso, pero esto no sería por medio de una imposición desde arriba, ya que una dolarización, según entiendo, y sino correginos, debería implementarse desde el BCRA, para luego cerrar este.

El tema es muy interesante para el debate y es son muy buenas estas propuestas para que el mismo se habrá y se llegue a la discusión de los tema de fondo. Los felicito.

Respuesta:

La única imposición es cerrar el BCRA dada su poca seriedad. No me parece realista creer que mientras haya un BCRA se lo va a forzar a competir en igualdad de condiciones.

Pero hay libertad absoluta para elegir la moneda que los agentes económicos quieras. Lo más probable es que, al menos de entrada, sea el dólar dado que ya tiene presencia en el país y es la moneda internacional de intercambio. Pero esto no es cambiar la imposición de una moneda por otra. De allí el término “dolarización flexible.”

Adrian Ravier dijo:

Buen punto el de Sergio, y coincido con Nicolás. Pero quiero agregar que de eliminarse el curso forzoso y el curso legal, el peso -bajo la Ley de Gresham- sería desplazado en el mercado por el dólar o divisas que mantienen mejor el poder adquisitivo. El resultado sería similar, aun si se permitiera que el BCRA siguiera gestionando el peso.

Pero eliminar el BCRA tiene la ventaja de que se elimina el incentivo perverso del poder político a imponer nuevamente en el futuro el curso forzoso de la moneda “nacional”. De lo que se trata es de encarecer el costo de retornar a una institución que le ha hecho mucho daño a la Argentina, como de hecho se explica en el artículo.”

-.-

A estas alturas, el BCRA no tiene con qué dolarizar, así que, por mi parte, primero permitiría el uso de cualquier moneda, luego vería cómo liquidar esa institución quebrada.