¿Acaso los bancos centrales nos han dado monedas estables? ¿Acaso han eliminado las crisis?

¿En este siglo de monedas fiduciarias y bancos centrales, acaso los resultados han sido mejores y nos han brindado una moneda estable? La perfomance del Banco Central argentino desde su creación puede evaluarse con un dato: desde entonces se le han quitado trece ceros a la moneda que emite. El caso de la Reserva Federal en los Estados Unidos es mejor, pero tampoco buena: 3.000%  de inflación. Lo comenta Thomas Hogan, del American Institute for Economic Research en una nota titulada: “The Fed Hits 3,000 Percent Inflation”, https://www.aier.org/article/the-fed-hits-3000-percent-inflation/

“La Ley de la Reserva Federal fue aprobada por el Congreso en diciembre de 1913, y los bancos regionales de la Reserva Federal abrieron sus puertas en noviembre de 1914. La comparación del nivel de precios a fines de 1914 con el nivel actual nos dice cuánta inflación total de precios tiene la economía estadounidense. ha experimentado bajo la Fed.

El índice de precios al consumidor (IPC) es la medida del nivel de precios de EE. UU. más utilizada y de más larga duración, pero existen desacuerdos sobre la precisión del IPC histórico. MeasuringWorth agrega datos macroeconómicos, como tasas de interés, producción económica y el nivel de precios de las fuentes históricas más confiables.

Los datos históricos del IPC de MeasuringWorth muestran que el nivel de precios de EE. UU. aumentó un 2.920,2 por ciento desde 1914 hasta 2022.

Si bien el conjunto de datos de MeasuringWorth solo proporciona datos anuales, podemos agregar datos mensuales para el año en curso a partir de los datos oficiales del IPC de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Según los datos de BLS, el IPC aumentó un 2,74 por ciento (sin desestacionalizar) en la primera mitad de 2023.

Eso lleva la inflación total bajo la Reserva Federal a 3.000,2 por ciento.”

Richard Cantillon y el peor problema de la inflación: el impacto de la emisión monetaria en los precios relativos

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA, vemos a Richard Cantillon en su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General. Cantillon fue seguramente un personaje, nacido en Irlanda pero luego desarrollando sus actividades empresariales en Francia, escribió ese libro que bien puede compartir el podio con La Riqueza de las Naciones de Adam Smith.

Allí, no solamente describe con elegancia y precisión el impacto de la mayor cantidad de dinero, sino que, en la parte del texto que leemos, presenta el que luego fuera llamado “efecto Cantillon”, esto es, que el impacto de la emisión de dinero no eleva a todos los precios por igual, sino que distorsiona los precios relativos. Acá un par de párrafos donde presenta esta idea:

“Supongamos ahora que a causa de la residencia de embajadores y viajeros extranjeros en Inglaterra se haya introducido en la circulación otro tanto de dinero del que había al principio; este dinero pasará primero por las manos de diversos artesanos, criados, empresarios, etc., que hayan participado en las empresas de transporte, diversiones, etc., de estos extranjeros; los industriales, colonos u otros empresarios sentirán el efecto de este aumento de dinero, gracias al cual se creará, en un gran número de personas, la costumbre de un gasto mayor que en el pasado, lo que en consecuencia encarecerá los precios del mercado. Incluso los hijos de estos empresarios y artesanos incurrirán en nuevos gastos: en esta situación de abundancia sus padres les darán dinero para sus placeres menudos, y con ellos comprarán pasteles y otras golosinas, y esta nueva cantidad de dinero se distribuirá de tal modo que ciertas personas antes privadas de dinero podrán ahora disponer de él. Muchas compras que anteriormente se hacían por evaluación se efectuarán en lo sucesivo con dinero en mano y, por consiguiente, será mayor la velocidad de circulación del dinero que la que antes existía en Inglaterra. De todo esto induzco que cuando se introduce doble cantidad de dinero en un Estado no siempre se duplica el precio de los productos y mercaderías. Un río que se desliza y serpentea por su cauce no corre con doble rapidez porque se duplique el caudal de sus aguas. La proporción de carestía que el aumento y la cantidad de dinero introducen en un Estado dependerá del rumbo que este dinero imprima al consumo y a la circulación. Cualesquiera que sean las manos por donde pase el dinero que se ha introducido en la circulación aumentará naturalmente el consumo; pero este consumo será más o menos grande según los casos, y afectará en mayor o menor escala a ciertas especies de artículos o mercaderías, según el capricho de los que adquieren el dinero. Los precios de mercado se encarecerán más para ciertas especies que para otras, por abundante que sea el dinero. En Inglaterra el precio de la carne podrá encarecerse al triple, mientras que el precio del trigo sólo se aumenta en una cuarta parte.”

Y luego:
“De ello infiero que un aumento de dinero efectivo en un Estado provoca siempre, en él, un aumento de consumo y la costumbre de un más elevado nivel de gastos. Pero la carestía originaRichada por ese incremento de dinero no se distribuye por igual entre todas las especies de productos y mercaderías, proporcionalmente a la cantidad de dinero incrementado, a menos que dicho incremento penetre por los mismos canales de circulación que el dinero primitivo, es decir, a menos que los que ofrecían en los mercados una onza de plata no sean los mismos y los únicos que allí ofrecen ahora dos onzas, cuando la cantidad de dinero en circulación se duplica, lo que nunca ocurre. Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero nuevo dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida.”

La emisión monetaria genera ganadores y perdedores. En nuestro caso es claro: gana el Estado y perdemos los demás

La política monetaria no es neutral, el dinero que la autoridad monetaria genera beneficia a algunos y castiga a otros, lo cual desata una puja de distintos sectores para recibir los beneficios y no tanto los costos de la emisión. En el caso argentino la cuestión parece clara, el beneficiario de la creación de moneda es el Estado, que tiene para cubrir los gastos que interesan a los políticos que estén en su control. EL tema es tratado en este artículo: Rouanet, L., de Western Kentucky University y Hazlett, P., de George Mason University:  “The redistributive politics of monetary policy”. Public Choice 194, 1–26 (2023). https://doi.org/10.1007/s11127-022-01009-w

“Si bien la ausencia de un efecto sistemático de la política monetaria sobre la riqueza y la distribución del ingreso puede parecer desalentadora para los investigadores, esta ausencia tiene, paradójicamente, importantes consecuencias para la economía política de las instituciones monetarias. En este artículo, argumentamos que el efecto de la creación de dinero en la distribución del ingreso y la riqueza dependerá tanto del equilibrio económico como político prevaleciente. En otras palabras, las consecuencias distributivas de la inflación dependerán de qué grupos de interés sean capaces de controlar el proceso de creación de dinero para su propio beneficio. Sin embargo, es precisamente debido a la dificultad de identificar a los perdedores de la inflación que es poco probable que los perjudicados por la política monetaria desempeñen un papel en su formación. La política monetaria puede entenderse como un proceso que brinda beneficios concentrados a grupos de intereses especiales mientras impone pérdidas dispersas y no fácilmente identificables a otros grupos. Por lo tanto, mientras que algunos economistas, especialmente los economistas de la tradición austriaca, han enfatizado cómo el impacto de los cambios en la oferta monetaria depende de los canales a través de los cuales el dinero se “inyecta” en la economía (Hayek, 1931; Mises, 1949; Garrison, 2000). ), es probable que la selección de tales canales esté determinada por la lógica de los grupos de interés. Por otro lado, mientras que la literatura existente sobre la economía política del dinero se ha centrado principalmente en el impacto del ciclo electoral (Abrams & Iossifov, 2006; Nordhaus et al., 1989; Drazen, 2000), así como en cuestiones de tiempo inconsistencia (Kydland & Prescott, 1977; Barro & Gordon, 1983) y la maximización del señoreaje (Cagan, 1956), tiende a dejar de lado el papel de los grupos de interés en la configuración tanto de las herramientas como de los objetivos que subyacen a la política monetaria. Las políticas de creación de dinero y asignación de crédito, por otro lado, permiten aplicar la lógica de los grupos de interés a la organización de la producción de dinero. Los efectos Cantillon son una cuestión de elección pública.”

Dura (y acertada) crítica de Nicolás Cachanosky y Emilio Ocampo a la inflación causada por el conflicto

Hace unos días publiqué un comentario sobre un paper de Lorenzoni y Werning proponiendo que el origen de la inflación no es básicamente monetario sino el conflicto. Mi comentario hacía referencia a que el Jefe de Gabinete de Alberto Fernández se había colgado de ese trabajo para concluir que la inflación argentina no es responsabilidad del gobierno. Ese Jefe de Gabinete ya no está más, aunque no lo echaron por haber apoyado estas ideas sino por otras cosas.

Ahora viene una respuesta seria a ese trabajo en el siguiente paper publicado por UCEMA: Serie DOCUMENTOS DE TRABAJO: “IS INFLATION CAUSED BY CONFLICT?”, por Nicolás Cachanosky y Emilio Ocampo, Abril 2023, Nro. 852: https://ucema.edu.ar/publicaciones/doc_trabajo.php

Así comienza:

“A nuestro entender, el artículo de Lorenzoni y Werning (2023, en adelante L&W) busca haceruna contribución original a la teoría del conflicto de la inflación desarrollada por Rowthorn (1977) por: a) “aislar” el conflicto como la causa próxima de la inflación con un modelo de trueque simplista, y b) incorporar el conflicto en un amplio modelo neokeynesiano con salarios y precios escalonados en cuales las “aspiraciones” de los trabajadores y las empresas se construyen en expectativas bajo varios supuestos.

Siguiendo los pasos de Blanchard, L&W intenta «reconciliar» las teorías conflictivas de la inflación común en la tradición poskeynesiana con los desarrollados bajo el nuevo keynesianismo paradigma (para una descripción general ver Vernengo, 2005, Lavoie, 2014; Lavoie y Rochon, 2023) y refuerzan la conclusión de que el conflicto es “la causa más general y próxima de la inflación”.

Podemos resumir nuestras conclusiones de la siguiente manera. Además de tener serias dudas sobre la práctica relevancia y la utilidad del modelo de trueque de L&W, encontramos sus suposiciones metodológicamente cuestionables, ya que incluyen un numerario “imaginario”. Es un modelo de pseudo trueque que sólo demuestra que en un escenario completamente irreal, el conflicto podría generar inflación (si un imaginario numerario existe.) Su consistencia matemática no garantiza su solidez conceptual o relevancia práctica. Con respecto a la incorporación de la hipótesis del conflicto en un nuevo keynesiano modelo con precios y salarios escalonados y expectativas racionales, también cuestionamos su validez. Finalmente, creemos importante resaltar las raíces ideológicas de la teoría del conflicto. de la inflación y las prescripciones de política que lógicamente se derivan de ella.”

El gobierno (USA) hace una encuesta sobre las causas de la inflación…, y entre las opciones no pone al banco central!?

La culpa en otro lado. EL gobierno norteamericano encara una encuesta para conocer qué es lo que sabe la gente sobre la inflación, ofrece ciertas causas para seleccionar entre ellas pero, se olvida de incluir nada menos que la emisión monetaria del banco central, en ese caso la Reserva Federal. Esto lo trata en un muy buen artículo, Ryan Bourne, quien es R. EVAN SCHARF CHAIR FOR THE PUBLIC UNDERSTANDING OF ECONOMICS en el Cato Institute. Se titula: “What Americans (and Pollsters) Don’t Know about Inflation”:  https://www.cato.org/commentary/what-americans-pollsters-dont-know-about-inflation

Es muy bueno para el debate en la Argentina, donde muchos sostienen que la inflación es un fenómeno “multicausal”, lo cual es una obviedad, probablemente no exista ningún fenómeno económico o social que sea “unicausal”, pero muchas veces ese argumento de la multicausalidad es utilizado para negar o minimizar el impacto de la emisión por parte del banco central.

Algún párrafo del artículo:

“El primer problema es que “la Reserva Federal” simplemente estaba ausente como una opción para que el público emitiera un juicio. Ya sea que las tasas de interés sean demasiado bajas durante demasiado tiempo, demasiado dinero en circulación o cualquier otra variable monetaria, YouGov simplemente no les dio a los encuestados la oportunidad de culpar a la política monetaria y a la Reserva Federal por la inflación actual. Eso es un descuido masivo.

De las opciones que se les dieron, hubo algunas respuestas razonables:

  • un enorme 90 por ciento de los estadounidenses culpó mucho (60 por ciento) o un poco (30 por ciento) al “precio del petróleo extranjero” por la inflación actual, que, como contribuyente a través de su impacto del lado de la oferta, es bastante justo.
  • El 81 por ciento culpó al exceso de gasto federal. Dado que las instituciones gubernamentales imprimieron y tomaron prestados billones y enviaron a las personas cheques que los compensaron mucho más de lo necesario para suavizar los ingresos durante la pandemia, esto también tiene una base sólida en varias teorías macro para aumentar el nivel de precios.
  • El 84 por ciento culpó a la «pandemia de COVID-19». Esto, nuevamente, es razonable dado tanto el golpe al suministro que causó la pandemia como el enorme estímulo macroeconómico que se generó en respuesta a ella.

Sin embargo, resultados de magnitud similar en otros lugares sugieren que el juego de la culpa se trata más de la sabiduría popular que de la economía bien pensada.”

Emisión o muerte… No; es emisión y muerte… de la demanda de dinero, y caída en la hiper

Esto puede ser novedoso para quienes viven con monedas relativamente estables, pero no para nosotros. Este paper trata sobre cómo los eventos políticos afectan la demanda de dinero, y su caída puede llevar a la hiperinflación, tomando el caso de los assignats emitidos en la Revolución Francesa.

Cutsinger, Bryan and Rouanet, Louis and Ingber, Joshua S., “Assignats or Death: The Politics and Dynamics of Hyperinflation in Revolutionary France”. Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4218405  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4218405

 

“Después de una revolución precipitada por déficits gubernamentales insostenibles, una explosión de papel moneda llamada asignat provocó un rápido aumento de los precios que no se volvió a ver en Europa hasta la adopción generalizada de normas fiduciarias discrecionales en el siglo XX. El valor de la asignación dependía de la propiedad que el gobierno revolucionario había expropiado para respaldarla. La decisión de retirar las asignaciones de la circulación utilizando los ingresos recaudados por la venta de la propiedad expropiada fue, en última instancia, política. Examinamos cómo los cambios en el equilibrio político afectaron la demanda de las asignaciones y encontramos evidencia de dos choques de demanda de dinero que corresponden al colapso del apoyo político a las asignaciones. Nuestras estimaciones de la demanda de la asignación indican que el primer choque redujo la demanda de saldos reales hasta en un 70\%. El segundo choque provocó la ruptura total de la relación negativa entre los saldos reales y la inflación. Nuestros resultados dan mayor credibilidad a la opinión de que la política influye en la demanda de dinero, ya que afecta el respaldo fiscal de una moneda.”

¿Las expectativas de inflación de economistas, políticos, empresarios y la gente, son diferentes? Acá, no mucho

En medio de una situación que muestra a los precios de la economía creciendo a niveles no vistos desde hace mucho tiempo y la preocupación que esto genera, además de la sensación de estar fuera de control, dos economistas del Banque de France se refieren a las distintas expectativas que pueden tener distintos actores. El paper se titula “Information Frictions Across Various Types of Inflation Expectations”, por Camille Cornand & Paul Hubert: https://publications.banque-france.fr/sites/default/files/medias/documents/wp873.pdf

No conozco que se haya realizado un estudio similar en Argentina pero dada la experiencia inflacionaria que tenemos sospecho que las expectativas de inflación en los empresarios han de estar muy cerca de las de los profesionales, y las de la gente en general tampoco serán tan distintas.

Así se resume este trabajo:

“La dinámica macroeconómica depende en gran medida de los procesos de expectativas. La política monetaria consiste en gran parte en el manejo de las expectativas de inflación de los distintos agentes (hogares, empresas, pronosticadores profesionales). Por lo tanto, es de suma importancia que los banqueros centrales conozcan la fuerza de las fricciones de información que afectan las expectativas de inflación dentro y entre las diferentes categorías de agentes económicos.

Estas fricciones informativas se caracterizan por la frecuencia de revisiones y discrepancias en las expectativas de inflación. Debido a que el costo de recolectar y procesar información puede ser diferente para varias categorías de agentes, la fuerza de las fricciones de información dentro y entre varias categorías puede variar dramáticamente.”

No se ve muy bien pero el cuadro de arriba a la izquierda son los profesionales, a la derecha los políticos, abajo a la izquierda las empresas y a la derecha la población general. Supongo que en Argentina, los cuadros de abajo se parecen a los de arriba.

Richard Cantillon: el impacto de la creación de moneda en los precios, ¿absolutos o relativos?

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA, vemos a Richard Cantillon en su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General. Cantillon fue seguramente un personaje, nacido en Irlanda pero luego desarrollando sus actividades empresariales en Francia, escribió ese libro que bien puede compartir el podio con La Riqueza de las Naciones de Adam Smith.

Allí, no solamente describe con elegancia y precisión el impacto de la mayor cantidad de dinero, sino que, en la parte del texto que leemos, presenta el que luego fuera llamado “efecto Cantillon”, esto es, que el impacto de la emisión de dinero no eleva a todos los precios por igual, sino que distorsiona los precios relativos. Acá un par de párrafos donde presenta esta idea:

“Supongamos ahora que a causa de la residencia de embajadores y viajeros extranjeros en Inglaterra se haya introducido en la circulación otro tanto de dinero del que había al principio; este dinero pasará primero por las manos de diversos artesanos, criados, empresarios, etc., que hayan participado en las empresas de transporte, diversiones, etc., de estos extranjeros; los industriales, colonos u otros empresarios sentirán el efecto de este aumento de dinero, gracias al cual se creará, en un gran número de personas, la costumbre de un gasto mayor que en el pasado, lo que en consecuencia encarecerá los precios del mercado. Incluso los hijos de estos empresarios y artesanos incurrirán en nuevos gastos: en esta situación de abundancia sus padres les darán dinero para sus placeres menudos, y con ellos comprarán pasteles y otras golosinas, y esta nueva cantidad de dinero se distribuirá de tal modo que ciertas personas antes privadas de dinero podrán ahora disponer de él. Muchas compras que anteriormente se hacían por evaluación se efectuarán en lo sucesivo con dinero en mano y, por consiguiente, será mayor la velocidad de circulación del dinero que la que antes existía en Inglaterra. De todo esto induzco que cuando se introduce doble cantidad de dinero en un Estado no siempre se duplica el precio de los productos y mercaderías. Un río que se desliza y serpentea por su cauce no corre con doble rapidez porque se duplique el caudal de sus aguas. La proporción de carestía que el aumento y la cantidad de dinero introducen en un Estado dependerá del rumbo que este dinero imprima al consumo y a la circulación. Cualesquiera que sean las manos por donde pase el dinero que se ha introducido en la circulación aumentará naturalmente el consumo; pero este consumo será más o menos grande según los casos, y afectará en mayor o menor escala a ciertas especies de artículos o mercaderías, según el capricho de los que adquieren el dinero. Los precios de mercado se encarecerán más para ciertas especies que para otras, por abundante que sea el dinero. En Inglaterra el precio de la carne podrá encarecerse al triple, mientras que el precio del trigo sólo se aumenta en una cuarta parte.”

Y luego:
“De ello infiero que un aumento de dinero efectivo en un Estado provoca siempre, en él, un aumento de consumo y la costumbre de un más elevado nivel de gastos. Pero la carestía originaRichada por ese incremento de dinero no se distribuye por igual entre todas las especies de productos y mercaderías, proporcionalmente a la cantidad de dinero incrementado, a menos que dicho incremento penetre por los mismos canales de circulación que el dinero primitivo, es decir, a menos que los que ofrecían en los mercados una onza de plata no sean los mismos y los únicos que allí ofrecen ahora dos onzas, cuando la cantidad de dinero en circulación se duplica, lo que nunca ocurre. Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero nuevo dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida.”

Si la inflación es multicausal, al gobierno no le van a gustar cuáles son las múltiples causas

El ministro de Economía argentino, y muchos líderes políticos del actual gobierno creen y enfatizan que el problema inflacionario es “multicausal”. En realidad, todos los fenómenos sociales son multicausales, pero ellos lo dicen para desestimar el impacto del déficit fiscal y la emisión monetaria y buscar otras causas de las cuales no sean responsables.

James Dorn publica un artículo en Cato at Liberty titulado “The Menace of Fiscal Inflation”, donde también plantea la multicausalidad, pero seguramente una que no les gustará a nuestros políticos y funcionarios, ya que las “múltiples” causas que destaca son el descalabro fiscal y la emisión para cubrir el gasto.

https://www.cato.org/blog/menace-fiscal-inflation

“Hoy, la inflación ha alcanzado un máximo de 40 años, en respuesta al despilfarro fiscal y la política monetaria acomodaticia. Los pagos directos en efectivo a individuos y empresas en 2020 y 2021, que totalizaron más de $5 billones, junto con el rápido crecimiento del dinero base, bajo el programa de compra de activos a gran escala de la Fed (también conocido como expansión cuantitativa o QE), han combinado con interrupciones en la cadena de suministro global para generar tasas de inflación que están sustancialmente por encima del objetivo a largo plazo de la Reserva Federal del 2 por ciento.

John Cochrane (2022), miembro sénior de la Institución Hoover, presenta un caso convincente de que, aunque la inflación generalmente se puede entender como un fenómeno monetario, sus raíces a menudo se pueden rastrear hasta el dominio fiscal, es decir, a la presión política para usar el banco central para acomodar el gasto deficitario del gobierno. Tanto la monetización de la deuda como las caídas en helicóptero fiscal, o lo que Cochrane llama «inflación fiscal», deben reconocerse.

Este artículo examina las fuentes fiscales y monetarias de la inflación actual y enfatiza la importancia de la rectitud fiscal y el control monetario en la formación de expectativas sobre la inflación futura. Sin instituciones fiscales y monetarias sólidas que sean transparentes, restringidas por el estado de derecho y confiables para el público, persistirá el peligro de una inflación futura.”

Juicio morales sobre aumentos repentinos de precios: ¿con alta inflación la gente condena al mercado?

En el DISCUSSION PAPER SERIES IZA (Instituto de Economía Laboral) DP No. 15238, Julio Elías de la Universidad del CEMA, publica un artículo titulado “Is the Price Right? The Role of Morals, Ideology, and Tradeoff Thinking in Explaining Reactions to Price Surges”, junto a Nicola Lacetera de University of Toronto y Mario Macis, de Johns Hopkins University e IZA: https://docs.iza.org/dp15238.pdf

“Los aumentos repentinos de precios a menudo generan desaprobación social y solicitudes de regulación y control de precios, pero estas intervenciones pueden causar ineficiencias y escasez. Para estudiar cómo las personas perciben y razonan sobre los aumentos repentinos de precios de diferentes productos bajo diferentes regímenes de políticas, llevamos a cabo un experimento de encuesta con residentes de Canadá y EE. UU. Los análisis econométricos y textuales indican que los precios no se ven solo como señales de escasez; provocan una oposición generalizada y reacciones morales fuertes y polarizadas. Sin embargo, la aceptación de los precios no regulados es mayor cuando las compensaciones económicas potenciales entre los precios no regulados y los controlados son importantes y cuando los mayores costos de producción contribuyen a los aumentos de precios. La prominencia de las compensaciones también reduce la polarización de los juicios morales entre los partidarios y los opositores de los precios no regulados. En parte, la aceptación de ajustes de precios gratuitos está impulsada por las actitudes generales de las personas sobre la función de los mercados y el gobierno en la sociedad. Estos hallazgos están corroborados por un experimento de donación y sugieren que el conocimiento de las causas y las posibles consecuencias de los aumentos de precios puede inducir opiniones menos extremas sobre el papel de las instituciones del mercado en el gobierno de la economía.”