Buchanan presenta el análisis económico de la política: dejemos de lado esa visión romántica

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I de Económicas (UBA), vemos a James Buchanan presentando al “análisis económico de la política” y proponiendo dejar de lado una visión “romántica” de la política, según la cual todas las imperfecciones de la sociedad podrán ser resueltas por su intermedio. Algunos párrafos de su conferencia

Buchanan

“El título principal que he dado a esta conferencia, «Política sin romanticismos» fue escogido por su precisión descriptiva. La Teoría de la Elección Pública ha sido el vehículo a través del cual un conjunto de ideas románticas e ilusiones sobre el funcionamiento de los Gobiernos y el comportamiento de las personas que gobiernan ha sido sustituido por otro conjunto de ideas que incorpora un mayor escepticismo sobre lo que los Gobiernos pueden hacer y sobre lo que los gobernantes harán, ideas que sin duda son más acordes con la realidad política que todos nosotros podemos observar a nuestro alrededor. He dicho a menudo que la elección pública ofrece una «teoría de los fallos del sector público» que es totalmente comparable a la «teoría de los fallos del mercado» que surgió de la Economía del bienestar de los años treinta y cuarenta. En aquel primer esfuerzo se demostró que el sistema de mercados privados fallaba en ciertos aspectos al ser contrastado con los criterios ideales de eficiencia en la asignación de los recursos y en la distribución de la renta. En el esfuerzo posterior, en la elección pública, se demuestra que el sector público o la organización política falla en ciertos aspectos cuando se la contrasta con la satisfacción de criterios ideales de eficiencia y equidad. Lo que ha ocurrido es que hoy encontramos pocos estudiosos bien preparados que están dispuestos a intentar contrastar los mercados con modelos ideales. Ahora es posible analizar la decisión sector privado-sector público que toda comunidad ha de tomar en términos más significativos, comparando los aspectos organizativos de varias alternativas realistas.

Parece cosa de elemental sentido común comparar las instituciones tal como cabe esperar que de hecho funcionen en lugar de comparar modelos románticos de cómo se podría esperar que tales instituciones funcionen. Pero este criterio tan simple y obvio desapareció de la conciencia culta del hombre occidental durante más de un siglo. Tampoco puede en absoluto decirse que esta idea sea aceptada hoy de forma general. Tenemos que admitir que la mística socialista de que el Estado, la política, consiguen alcanzar de alguna manera el «bien público» trascendente pervive todavía entre nosotros bajo diversas formas. E incluso entre aquellos que rechazan tal mística hay muchos que buscan incesantemente el ideal que resolverá el dilema de la política.

Permítaseme ahora ser algo más concreto e intentar definir con mayor precisión la Teoría de la Elección Pública. Tal definición puede hacerse quizá de la forma más clara por referencia a la Teoría Económica, aunque sólo sea porque esta última es más conocida.

¿Qué es la Teoría Económica? Es un cuerpo de análisis que ofrece una comprensión, una explicaci6n del complejo proceso de intercambio que llamamos “una economía». Es un cuerpo de análisis que nos permite relacionar el comportamiento de los participantes individuales en la actividad de mercado, ya sea como compradores, vendedores, inversores, productores, empresarios, con los resultados que se obtienen para toda la comunidad, resultados que no entran en los propósitos o en el conocimiento de los participantes individualmente considerados.

La Teoría de la Elección Pública básicamente toma los instrumentos y los métodos de aproximación que han sido desarrollados hasta niveles analíticos bastante sofisticados en la Teoría Económica, y aplica estos instrumentos y métodos al sector político y gubernamental, a la política, a la economía pública. Como ocurre en la Teoría Económica, el análisis intenta relacionar el comportamiento de los actores individuales en el sector gubernamental, es decir, el comportamiento de las personas en sus distintas facetas como votantes, como candidatos a cargos públicos, como representantes elegidos, como líderes o como miembros de los partidos políticos, como burócratas (todos estos son roles de «elección pública»), con el conjunto de resultados que podemos o podríamos observar. La Teoría de la Elección Pública intenta ofrecer una comprensión, una explicación de las complejas interacciones institucionales que tienen lugar dentro del sector político. Insisto aquí en la palabra «complejas», ya que el contraste apropiado debe hacerse con el enfoque que modeliza el sector público como una especie de monolito, con una existencia propia, de alguna forma separada y aparte de los individuos que realmente participan en el proceso.”

Sobre la relación entre la calidad institucional y las mejoras en calidad de vida y desarrollo humano

La historia no tiene leyes. Podemos aplicar el razonamiento y la comprensión para determinar una o varias relaciones causales de un determinado hecho histórico y sostener que esas fueron sus causas, pero no podemos elaborar desde esa base una ley que nos permita realizar proyecciones sobre situaciones futuras. El determinismo histórico se derrumbó con el Muro de Berlín.

Pero si la historia no tiene leyes, la ciencia económica sí las tiene. Son las leyes de la economía o —para ser más exactos— las leyes de la acción humana, la praxeología, las que prueban la relación causal entre la existencia de un marco institucional que respeta y promueve los derechos individuales —la propiedad, la libertad contractual y de intercambios, de expresión y opinión— y la mayor cantidad de oportunidades que se presentan a los individuos.

No obstante, suelen presentarse también ejemplos históricos para mostrar la causalidad entre instituciones y desarrollo humano, y esto puede hacerse en el sentido antes mencionado. Los ejemplos abundan: la vigencia de los derechos individuales y las limitaciones al gobierno tras la Carta Magna y la Revolución Gloriosa, y la consiguiente Revolución Industrial y el progreso de Inglaterra; la conformación de los Estados Unidos y su avasallante crecimiento durante los siglos XIX y XX; el marco institucional de posguerra en Alemania Occidental y su comparación con los resultados de Alemania Oriental; lo mismo entre Corea del Sur y Corea del Norte, o entre Hong Kong y China; el gran cambio institucional ocurrido en Chile en dos etapas, una económica —bajo un gobierno dictatorial— y otra cívico-política —tras la restauración democrática—; el gran auge de Argentina tras su unificación bajo una Constitución basada en los principios antes expuestos.

No obstante, entre los economistas predomina el análisis estadístico basado en regresiones. Al margen de los problemas metodológicos que puedan plantearse, lo cierto es que pueden encontrarse estudios econométricos que parecen demostrar relaciones entre cualquier tipo de variables, sin determinar estrictamente relaciones de causalidad. Hay muchos que se han concentrado en la relación entre calidad institucional y desarrollo humano.

Así, por ejemplo, Roll & Talbott (2003) analizan los determinantes del ingreso bruto per cápita y concluyen que los derechos de propiedad tienen el mayor impacto positivo, al tiempo que el volumen de la actividad informal tiene también el mayor, pero negativo. También contribuyen a la explicación los niveles de la regulación (-), de la inflación (-), de las libertades civiles (+), de los derechos políticos (+), de la libertad de prensa (+), de los gastos gubernamentales (+) y de las barreras al comercio (-). Para comprobar que estas variables son causas y no efectos, analizan la trayectoria del ingreso bruto antes y después de importantes liberalizaciones políticas o golpes dictatoriales durante la segunda mitad del siglo XX. En promedio, las liberalizaciones son seguidas de notorios incrementos de los ingresos, mientras a los eventos antidemocráticos les siguen claras reducciones. Su conclusión es que los países pueden desarrollarse más rápidamente protegiendo los derechos de propiedad, promoviendo la independencia de la justicia, atacando la corrupción, desmantelando las pesadas regulaciones, permitiendo la libertad de prensa y protegiendo los derechos políticos y las libertades civiles.

Conclusiones similares obtienen Gwartney, Holcombe y Lawson (2004). Chong y Calderón (2000) midieron empíricamente el vínculo entre medidas de desarrollo institucional y pobreza durante el periodo 1960-1990 y concluyeron que, cuanto más eficientes son estas, menor es el grado, incidencia y severidad de la pobreza. Sus regresiones muestran resultados favorables para una medida general de calidad institucional como también para un índice de riesgo de expropiación y otro de calidad de la burocracia. Niclas Berggren (1999) mide la relación entre libertad económica e igualdad de ingresos y descubre que cuanto mayor fue el incremento de libertad económica durante el periodo 1975-1985, mayor es el nivel de igualdad en este último año [1].

Por supuesto, también la actividad emprendedora está vinculada con una mayor cantidad de oportunidades. Nyström (2008) y Bjørnskov y Foss (2007) ofrecen evidencias sobre los determinantes de la actividad emprendedora respecto a un conjunto de países, mostrando que mayores niveles de libertad económica, un menor tamaño del gobierno, una adecuada estructura legal y de respeto al derecho de propiedad, y menores regulaciones al crédito, al trabajo y a los negocios, tienden a incrementar la actividad emprendedora.

[1]. En cuanto a la relación con algunos indicadores sociales, Baldocci et al (2004) concluyen: “Mejorar la gobernabilidad es un poderoso instrumento para mejorar los indicadores sociales y el crecimiento. Un cambio en el índice de gobernabilidad desde un promedio bajo a uno alto es asociado con una reducción inmediata de 0,5 puntos porcentuales en la mortalidad infantil, un incremento de 6 puntos porcentuales en la tasa compuesta de ingreso a la educación, y un crecimiento de 1,6 puntos porcentuales en el crecimiento del PBI per cápita. A través del impacto reforzador de un mayor ingreso sobre el capital humano, esta medida puede llevar aun a mejores indicadores sociales. Por ejemplo, puede incrementar el ingreso a la escuela primaria en 10 puntos porcentuales en diez años sin recursos adicionales. El impacto positivo de elevar un país de un nivel menor a uno superior al promedio es comparable con un incremento del gasto en educación de 1% del PBI”. (p. 26).

Calidad Institucional: Argentina, uno de los que más ha caído. Primero: Suiza, en América: Canadá

Presentamos ayer con la Fundacion Libertad y Progreso el Índice de Calidad Institucional 2015. Disponible aquí:

Español: http://www.libertadyprogresonline.org/wp-content/uploads/2015/04/ICI-SPA_2.pdf

Inglés: http://www.libertadyprogresonline.org/wp-content/uploads/2015/04/ICI-2015EN-_2.pdf
El ICI evalía la calidad instiucional de 192 países del mundo. La Fundacion Libertad y Progreso enfatiza en su comunicado, por supuesto, la situación argentina. Pero en el texto puede verse la situación de todos esos países. Aquí lo que dice LyP:

Según el Indice de Calidad Institucional 2015, presentado ayer por la Fundación Libertad y Progreso vía Agrositio.com; la Argentina está peor que Líbano, Rusia y Uganda en calidad de instituciones, ocupando el lugar 137 en una lista de 193. “Desde 2005, Argentina es el país que más deterioro tuvo en todo el mundo en instituciones como libertad de prensa, vigencia del estado de derecho o libertad económica. Estamos, en cuanto a calidad de instituciones, en niveles comparables a los de Mozambique, Ucrania y Gabón”, explicó el académico Martín Krause, encargado de presentar el Indice ayer junto a los economistas Diana Mondino y Aldo Abram, en un panel moderado por el periodista Ricardo Bindi.

De acuerdo a Krause, el deterioro argentino en instituciones no es un dato menor, ya que afecta directamente y palpablemente la posibilidad de desarrollo de los argentinos y las empresas. “Los países que cuidan la calidad de sus instituciones tienen mucho mayor porcentaje de inversión extranjera directa, y eso es una herramienta central para el desarrollo”, dijo Krause. “Los países bien rankeados en la tabla, que protegen la inversión y la actividad emprendedora muestran un mejor desempeño económico y, con ello, ofrecen más oportunidades de progreso a sus habitantes. Como contraparte, la violación de los derechos de propiedad, la libertad contractual, la libertad de precios, el exceso de regulaciones y trabas al funcionamiento de los mercados afectan la inversión y se pagan con un menor crecimiento y mucho menos oportunidades y calidad de vida para los ciudadanos”, destacó Krause.
Seguidamente, Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, habló de cómo recuperar el liderazgo en instituciones que Argentina supo tener a principios de siglo XX. “Va a haber que tomar medidas difíciles, pero no hay muchas opciones para el candidato que viene. La diferencia entre los candidatos va a ser si toman esas medidas en forma gradual o de shock. Hay que parar el desmadre fiscal, ajustar el tipo de cambio, y cambiar la lógica del asistencialismo por herramientas que permitan capacitar a las personas y que recuperen su dignididad y sus capacidades. Los candidatos no lo pueden decir porque dicen que pierden votos, por eso los que no somos candidatos tenemos que concientizar a la gente de que se van a tener que tomar medidas difíciles pero es la única forma de salir adelante”, explicó Abram.
El economista coincidió en que el deterioro de la calidad institucional no es menor, y tiene consecuencias reales. “No es casualidad de que Argentina es uno de los países del mundo adonde mas se han fugado capitales, por arriba de 150 mil millones de dólares. Y todo tiene que ver la falta de confianza en la moneda y en lo que hacen los Gobiernos con las reservas del Central”, destacó.
A su turno, Diana Mondino destacó la importante función que tiene el “Agribusiness” en la Argentina como posible salida del estancamiento. “La capacidad del país de crecer en el segmento de agronegocios es quizás la más alta entre todos los países del mundo. Producir telefonitos es una tontería, lo que tiene que hacer el país si apostar a agroindustria, a la producción de biotecnología, combustibles verdes, metalmecánica, y que con la agroindustria de norte se fijen las políticas de educación, infraestructura, etc, para fortalecer ese potencial”, destacó Mondino. “Argentina tiene posibilidades enormes y muy diversas en las industrias agro y biológicas, y somos muy competitivos en eso. Tenemos que orientar las políticas a ese sector. No es que hay que abandonar lo industrial, pero hay que apostar a lo que tiene chances de mejorar”, explicó Mondino.
“Finalmente otro tema es el de la carga fiscal, si se sacan o no retenciones por ejemplo. Y lo que hay que entender es que, si se sacan retenciones, no es que deja de entrar plata al país, sino que en vez de entrar todo ese dinero al Estado, se va a redistribuir entre el productor, el transportista, el que cosecha y el almacenero del pueblo”, finalizó.
Un récord para olvidar
En 2015, la Argentina se convirtió en el país que más cayó en los últimos diez años en el Indice de Calidad Institucional que elabora la Fundación Libertad y Progreso desde 2007, llegando al puesto 137 de 193 países.
Ademas, de acuerdo a este Indice, Argentina es uno de los países que más calidad institucional perdió desde 1996, cayendo 93 puestos. Le acompañan en la caída Bolivia (cayó 99 puestos en calidad institucional), Seychelles (cayó 94), Ecuador (cayó 81), Venezuela (cayó 75), Zimbabwe (cayó 72), Mali (cayó 62), Paraguay (cayó 61) y Madagascar (cayó 60 puestos).
En tanto, entre los países líderes en cuanto a sus instituciones políticas y de mercado, lideran la tabla Suiza, Nueva Zelanda, Finlandia y Dinamarca. Aún en los países que estaban bajo la Cortina de Hierro hasta 1989 la mejora es destacable en la mayoría de los casos en los últimos años. Así, entre los que más han mejorado su calidad institucional en los últimos veinte años se pueden destacar a Georgia (subió 81 lugares en calidad institucional), Rumania (trepó 49), Croacia (trepó 45), Bulgaria (trepó 40), Lituania (trepó 37), Armenia (subió 34), Letonia (subió 29), Albania (subió 26) y Bosnia Herzegovina (subió 25). Rusia, por otro lado, no ha registrado mejoras. Lo había hecho luego de la caída del régimen comunista pero desde 1996 retrocedió 18 posiciones. Finalmente Ruanda, un país que supo sufrir fuertes conflictos, logró escalar 60 posiciones en este ranking desde 2006.
En lo que se refiere al continente americano, las principales mejoras desde 1996 corresponden a Perú (subió 20 lugares en el Índice), Colombia (creció 15 puestos) y Brasil (creció 5) y los peores desempeños a Bolivia (descendió 99 puestos), Argentina (descendió 93), Ecuador (cayó 81), Venezuela (cayó 75), Paraguay (bajó 61 lugares) y Honduras (cayó 54). Por otro lado, desde 2006, las principales mejoras de la región corresponden a Perú (subió 10 puestos), Uruguay (subió 8), Costa Rica (trepó 7), Colombia, Canadá y Paraguay (treparon 2 lugares cada uno).

El Indice de Calidad Institucional, elaborado por el académico Martín Krause para la Fundación Libertad y Progreso, cuenta con el apoyo de la Fundación Naumann y Relial. El Indice se calcula tomando ocho indicadores elaborados por organismos internacionales y promediándolos (los índices internacionales “Vigencia del estado de derecho”, “Voz y Rendición de Cuentas”, “Libertad de Prensa” y “Percepción de Corrupción”, “Competitividad Global”, “Libertad Económica” (Heritage), “Libertad Económica” (Fraser) y “Haciendo Negocios” (Doing Busisness, del Banco Mundial).

 

Las diferencias culturales en los negocios internacionales y en la calidad institucional

El trabajo de Geert Hofstede es muy interesante y tiene múltiples aplicaciones. Hofstede trabajaba en IBM y comenzó allí un programa para comprender las diferencias culturales que impactaban en el desempeño de la empresa en los países en los que estaba presente. Allí descubrió un área no explorada y desarrolló, ya fuera de IBM, un proyecto de investigación sobre las diferencias culturales en los países del mundo. Más información aquí: http://geert-hofstede.com/ o aquí: http://geerthofstede.eu/.

Hofstede

El análisis comparativo de las culturas nacionales puede ser útil en distintos sentidos. En mi caso, lo vemos ahora con los alumnos de UCEMA para considerar las importantes diferencias culturales que pueden impactar en los negocios internacionales. Vemos allí un texto donde se analiza el trabajo de Hofstede y el de Edward Hall con ejemplos tales como los problemas y oportunidades que han encontrado las empresas Dunkin’ Donuts y Baskin & Robbins al extenderse globalmente con productos que, en algunos casos son absolutamente desconocidos o están lejos de las costumbres y tradiciones de algún país. Y no es solo una cuestión de gustos, también se encontraron con problemas por las distintas valoraciones de sus franquiciados, por ejemplo en Rusia donde ávidos de aumentar las ventas comenzaron a vender alcohol en los locales; o con problemas para expresar el mismo nombre: Dunkin’ Donuts no sabía cómo traducir su nombre en caracteres chinos y finalmente eligió unos que significaban “Aros Dulces Dulces” (¡)

En fin, el trabajo de Hofstede da para mucho más. También lo he utilizado para analizar diferencias en valores en distintas sociedades que luego pueda explicar la distinta calidad de sus instituciones.

Hofstede desarrolló en un primer momento cuatro categorías:

  1. Distancia en el poder: se refiere a la aceptación de las jerarquías por parte de aquellos que están abajo, no en la cúspide de ellas. Podríamos interpretarlo como en qué medida se aceptan las opiniones de superiores jerárquicos sin mayor cuestionamiento o en qué medida se siente confianza para diferir con el superior.
  2. Evitar la incertidumbre: es la tolerancia por la incertidumbre y la ambigüedad. Las culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.
  3. Individualismo: se refiere a cuánto están los individuos integrados en grupos. Por un lado hay sociedades donde se espera que los individuos se arreglen por sí mismos y con sus familias, mientras que otros se encuentran integrados en grupos muy fuertes y cohesivos, que los protege a cambio de su lealtad.
  4. Masculinidad: los valores masculinos parecen diferir entre sociedades más de lo que difieren los femeninos. Los primeros son aquellos que enfatizan una conducta decisoria y competitiva mientras que los valores femeninos enfatizan la modestia y la bondad. En los países “femeninos” las mujeres y los hombres comparten esos valores de modestia y bondad, mientras que en los “masculinos” hay más diferencia porque los hombres son más decisorios y competitivos.

Luego se agregaron otras dos categorías:

  1. Orientación hacia el largo plazo: Las sociedades orientadas al largo plazo fomenta virtudes pragmáticas como el ahorro, la persistencia, y la adaptación a circunstancias cambiantes. Las orientadas al corto plazo, en cambio, hacia virtudes relacionadas con el presente y el pasado como el orgullo nacional, respeto por la tradición y cumplir ciertas obligaciones sociales.
  2. Indulgencia versus contención: en ciertas sociedades se permite la libre gratificación de ciertos impulsos relacionados con el disfrute de la vida y el entretenimiento y las otras las suprimen y regulan con normas sociales muy estrictas.

El origen de las normas y la propensión al intercambio, hasta en los monos

Con los alumnos de OMMA-UFM en la Maestría de Economía, un interesante grupo con predominio de españoles y guatemaltecos, comenzamos a ver el papel de las normas en el funcionamiento de los mercados y la economía en general. Revisaremos la teoría y comenzamos ahora a considerar el libro. De su primer capítulo, destaco aquí la importancia de la normas:

«La convivencia pacífica en sociedad es posible porque seguimos ciertas normas, formales e informales, que nos permiten determinar cuál va a ser la conducta de los demás. En ausencia de ellas, la vida en sociedad sería difícil. El filósofo inglés Thomas Hobbes pensaba que se asemejaría al “estado de naturaleza” donde rigen la “ley de la selva” y el “sálvese quien pueda”.

No obstante, parece que nunca ha existido tal cosa como un “estado de naturaleza” donde el ser humano viviera sin normas pues éstas serían anteriores al hombre mismo. Y éste nunca vivió en un paraíso de independencia individual sino que siempre, desde su origen, formó parte de grupos. Los estudios antropológicos muestran que los derechos de propiedad existieron mucho antes que el desarrollo de la agricultura hace unos diez mil años, lapso que es tan sólo un breve momento en la historia del ser humano quien ha cazado y producido herramientas en pequeños grupos de familias o tribus por unos dos millones y medio de años. El origen del comercio se remonta a unos cien mil años atrás.

Nuestros esquemas de normas éticas habrían surgido, no como el fruto del uso de la razón, sino al compás con su desarrollo.[1] Ciertas visiones enfatizan la necesidad de un acto formal que de origen a la norma. Por ejemplo, Buchanan (2009, p. 26) plantea este ejemplo: Robin Hood y el Pequeño Juan se encuentran frente a frente en un puente donde solamente pasa uno de ellos. No habría ninguna regla “natural” que se pudiera invocar para quien sigue y quien se retira[2]. Sin embargo, esto es muy dudoso, a esa altura de la evolución es más que probable que existiera ya una norma que es generalmente reconocida como tal: la establecida por el propietario del puente, o por quien lo construyera, la del que llega primero al comienzo del puente, la del que viene del Norte, o de Sur, la del que va a la ciudad, o el que regresa, etc.

Las normas fueron desplazando a nuestras respuestas instintivas porque los individuos comenzaron a ver los resultados positivos que obtenían respetándolas. De la misma forma en que los animales comenzaron a desarrollar sus propios instintos de “posesión” o “territorio”, los seres humanos desarrollaron tempranas normas de propiedad, muy probablemente en relación a sus propios “territorios” o a sus herramientas y utensilios. Las bandas de cazadores no tenían desarrollado un concepto de propiedad sobre la tierra, pero sin duda respetaban distintos territorios y sabían muy bien de quién era cada herramienta y el derecho que tenía para usarla.[3]

Intercambio monos

La propensión al intercambio, según Vernon Smith, estaría presente incluso en los ancestros del ser humano. Si los seres humanos y los chimpancés modernos se separaron de nuestro ancestro común hace unos 5 a 6 millones de años, comparten, más que ningún otro primate no humano, una notable so­fisticación en su organización social y tienen una notable capacidad para involucrarse en actos de reciprocidad, tanto positiva como negativa. Smith llama “reciprocidad po­sitiva” al acto en que un individuo respondea los bienes o favores que otro le ha transferido previamente. Citando las investigaciones del biólogo holandés Frans de Waal comenta que el número de transferencias de comida entre chimpancés en una dirección se relacionaba positivamente con las transferencias en la dirección opuesta: “si A comparte mucho con B, entonces B, en general, comparte mucho con A, y si A comparte poco con C, entonces C también comparte poco con A”. También “el acicalamiento afecta el compartir posterior: la probabilidad de A de ob­tener comida de B mejoraba si antes A había acicalado a B duran­te el día” (De Waal, 1996).

 

[1] Dice Hayek (1990, p. 55):“La capacidad de aprender es más el fundamento que el logro de nuestra razón o de nuestro entendimiento. El hombre no viene al mundo dotado de sabiduría, racionalidad y bondad: es preciso enseñárselas, debe aprenderlas. No es la moral fruto de la razón, sino que fueron más bien esos procesos de interacción humana propiciadores del correspondiente ordenamiento moral los que facilitaron al hombre la paulatina aparición no sólo de la razón sino también de ese conjunto de facultades con las que solemos asociarla. El hombre devino inteligente porque dispuso previamente de ciertas tradiciones –que ciertamente hay que emplazar entre el instinto y la razón- a las que pudo ajustar su conducta. A su vez, ese conjunto de tradiciones no derivan de la capacidad humana de racionalizar la realidad, sino de hábitos de respuesta. Más que ayudarle a prever, se limitan a orientarle en cuanto a lo que en determinadas situaciones reales debe o no debe hacer.”

[2] Una vez que salimos de las actividades que son en gran medida (si no completamente) internas de las personas, estrictamente privadas en el sentido real de éste término, hay pocos límites ‘naturales’ que puedan lograr de manera convincente un acuerdo general”. “En ausencia de fronteras ‘naturales’ entre individuos en las actividades que puedan emprender, surge la necesidad de una estructura definitoria, una imputación entre personas, en sí misma, sea arbitraria”. (Buchanan 2009, p. 27).

[3]Comenta Vernon Smith (2004, p. 124): “La clave para entender nuestra vieja “propensión al trueque e intercambio” se encuentra, creo, en nuestra capacidad para la re­ciprocidad, que fue seleccionada evolucionariamente y que cons­tituye la base del intercambio social, mucho antes que hubiera co­mercio en el sentido económico convencional. Todos los humanos, en todas las culturas, intercambian favores. Aunque la forma en que se expresa culturalmente la reciprocidad es infinita­mente variable, desde un punto de vista funcional, la reciprocacidad es universal. Hacemos cosas beneficiosas para nuestros amigos e implícitamente esperamos que nuestros amigos hagan cosas bene­ficiosas para nosotros. Es más, esta condición define esencialmen­te la diferencia entre amigos y enemigos. Evitamos relacionarnos con aquellos que no reciprocan. Tú me invitas a comer y dos me­ses después yo te invito a comer. Te presto mi auto cuando el tu­yo está en el garage y luego tú me ofreces tus entradas para el fút­bol cuando estás de viaje. Las amistades no necesariamente están conscientes de “llevar cuentas” de sus reciprocidades mutuas y el hecho que estemos en una relación de intercambio es tan natural como inconsciente, por lo que, en la práctica, la damos por senta­da. Sin embargo, una vez que dos amigos toman conciencia de una asimetría en la reciprocidad, la amistad se ve amenazada. Más aún, a las personas que persistentemente tienen problemas en es­tablecer o mantener amistades se les califica de sociópatas subclí­nicos (personalidad antisocial), que no poseen la capacidad in­consciente y la intuición para la reciprocidad”.

North & Thomas: Una teoría económica del crecimiento del Mundo Occidental

Los alumnos leen a North & Thomas: «Una Teoría Económica del crecimiento del Mundo Occidental»: http://www.proglocode.unam.mx/system/files/Douglass%20North%20y%20Robert%20Thomas%20-%20Una%20teor%C3%ADa%20econ%C3%B3mica%20del%20crecimiento_0.pdf

Comentan el contenido y luego van algunas preguntas:

1. La lectura comienza por explicar los históricos ciclos de expansión geográfica y su efecto en la productividad y los precios. En resumen, en la medida que aumentaba la población si la producción no le excedía a esta (o se integraba al sistema) disminuían las utilidades, los salarios y el nivel de vida aumentando el hambre y las enfermedades y las catástrofes sociales.

2. En ese proceso se comienza el proceso de inter-regionalización y especialización que servían para impulsar la productividad que no se escapaba del dilema malthusino cuando se alcanzaba alta densidad poblacional. Para ello se inserta el cambio tecnológico como herramienta.

3. Siendo las instituciones económicas y su funcionamiento determinantes para el desempeño crecimiento económico la misma esta en función de la innovación y sus derivados (economías a escala y reducción de costos por transacción).

4. Sin embargo, la innovación que provocaba cambio institucional o de reglas no estaba exenta del proceso político.

5. El aparato gubernamental con su poder coercitivo resulto ser el mecanismo mas eficaz para los comerciantes y empresarios que utilizaban al primero para gestionar sus intereses.

6. La expansión del comercio obedeció a factores como el crecimiento demográfico, la colonización y regionalización.

7. Nace de forma limitada el concepto de propiedad o posesión privada de la tierra dado el valor que se le dio a la misma mediante la renta.

8. Ante los costos de transacciones por falta de información del mercado se desarrollan procesos alternos para obtener información que redujera costos.

9. En Occidente se desarrolla todo un sistema de propiedad privada, patentes, protección propiedad intelectual y cumplimiento legal de contratos, uso de concesiones y subsidios que elevó la innovación y las tasas de rendimiento de las actividades económicas.

10. Esa reorganización acumulativa de disposiciones secundarias generó el ambiente para el cambio de la estructura institucional creando un balance entre lo privado y lo colectivo.

Preguntas

 

  1. ¿Como la teoría Malthus se aplicaría a la realidad que tenemos en nuestros países de reducción de tasas natalidad y aumento en longevidad?

Respuesta: Es cierto que el trabajo de North & Thomas presenta una visión “malthusiana” en algunos aspectos, pero referida al período previo al capitalismo. Ya que esa “condena” de Malthus cae con la innovación y la iniciativa empresarial. Gracias a ella los recursos no son escasos sino abundantes, y la producción crece más rápido que la población. Por eso, desde la época en que Malthus escribiera (alrededor de 1800) el PIB per cápita mundial en promedio ha crecido de unos 300 dólares anuales a unos 7000 dólares, y la población mundial ha crecido de unos 1000 a unos 7000 millones de habitantes.

  1. La expansión geográfica de la sociedad fue una solución histórica a los problemas de sobrepoblación y generaba productividad. Como se explicaría la productividad ante la nueva realidad del mundo con los avances tecnológicos y la reducción de la población. Véase reducción en matricula de estudiantes en escuelas, pueblos sin residentes, desempleo, etc.

Respuesta: aumenta la productividad per cápita debido a la mayor inversión en capital. Cada individuo es ahora más productivo gracias a que utiliza conocimientos, maquinarias y herramientas que le permiten producir mucho más, y mejor, que antes.

  1. Entiende que la movilidad social es distinta hoy día a como lo era en el periodo de la lectura. Entiéndase por movilidad social la posibilidad de una persona de moverse en el esquema de poder económico por medio de la educación, profesión, etc.

Respuesta: por cierto esto ha cambiado en el capitalismo. Antes, el que nacía agricultor moría agricultor, y así sus hijos y nietos. Y el que nacía señor, transmitía eso a sus herederos. En una sociedad de mercado eso no está fijo, las familias ricas pueden terminar con herederos pobres y otros hacerse ricos de la nada. Lamentablemente, todo tipo de privilegios y regulaciones crean un “capitalismo de amigos” que más se parece a los privilegios de la Edad Media.

  1. Menciona que el costo que implica la instalación de un agente en un puerto extranjero es el mismo, sin importar que el intercambio comercial sea del orden de 1,000 o de 1,000,000 de libras. Considera el autor que al día de hoy las leyes aduaneras y los aranceles de importación son realmente eficientes con respecto a las reglas institucionales de la alta Edad Media y posteriores para proteger la competitividad? Ya que,  no obstante, aun luchamos contra un viejo problema: la piratería.

Respuesta: En esa época la necesidad de contar con agentes respondía a un problema de información. Hoy eso se ha superado, aunque aún se necesiten agentes para controlar los despachos, o promover nuevos negocios. Es más, las empresas se han internacionalizado, produciendo ya en otros países y, ahora, produciendo a nivel global. Los problemas de entonces no estaban tanto vinculados con la piratería de los productos sino con garantizar el despacho y el cobro, ya que en ese entonces no había “marcas” para piratear.

2)            Entre las décadas a mitad del siglo XI se decretó la orden de Los Caballeros Templarios para salvaguardar la tierra santa y la tierra prometida. Cuidaban las riquezas de la gente y llevaban las mercancías del vendedor al lugar del comprador sin importar la distancia y las zonas peligrosas. El comercio más seguro fomentó la expansión comercial interregional. Considera el autor que esta forma de ofrecer seguridad para la expansión de los mercados en aquella época, fue también un factor determinante para promover las actividades económicas de mayor productividad? Hoy en día, no requerimos de Caballeros Templarios, sino de mejoras a las leyes que promuevan la inversión.

Respuesta: De alguna forma, los Caballeros Templarios fueron precursores de un sistema bancario internacional que se desarrollaría posteriormente, en particular en Venecia.

3)            El autor considera que la teoría de su modelo descansa en las fuerzas del mercado y en el poder coercitivo del gobierno. Quizá esta fuerza cooperativa fue crucial en los periodos del desarrollo y expansión comercial desde el siglo XI; sin embargo, que piensa el autor que hoy en día los empresarios son en cierta medida los provocadores del proteccionismo por parte del gobierno? Será que el gobierno está de acuerdo en una mayor recaudación de impuestos a costa del egoísmo empresarial de conseguir mayores ganancias, en lugar de fomentar el verdadero objeto social?

Respuesta: En ese entonces, los emprendedores capitalistas querían “entrar” al mercado y se enfrentaban a las trabas y privilegios existentes en favor de la aristocracia rural, por un lado, y los gremios de artesanos, por el otro. Los autores comentan que la eliminación de estas barreras explica en buena parte la posterior “Revolución Industrial”. En la actualidad, lo que se menciona es lo que suele llamarse “capitalismo de amigos”, con privilegios y barreras al ingreso de competidores: subsidios, proteccionismo.

La Nueva Economía Institucional – Douglass North

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I leen a Douglass North, “La Nueva Economía Institucional”. Una alumna comenta su contenido:

North

“La moderna economía institucional tiene como premisa integrar la teoría neoclásica teniendo en cuenta las bases de las instituciones y analizar como estas cambian. Son más amplias que las opciones tradicionales las cuales examinan solo precio y cantidad. Una economía de este tipo es un estudio contractual tanto político como económico que presentan regularidades en las interacciones entre agentes y atenúan las consecuencias de cambios en los precios relativos. En otras palabras, implican un mecanismo para hacer cumplir los contratos.”

“Donde no hay costos de transacción, no hay instituciones (ejemplo de ello es la economía neoclásica). Los pilares sobre los que subyacen las instituciones son los individuos maximizadores de su utilidad, los costos del intercambio que pueden ser reducidos haciendo el intercambio posible. El cambio institucional puede estar dado por modificaciones en la contratación. Debe ser teórica y basada en una teoría positiva sólida. El óptimo de Pareto no tiene sentido si no podemos especificar que es un gobierno eficiente si bien es posible asignar eficiencia a una serie de derechos de propiedad. La libertad de mercados no lleva necesariamente a la eficiencia de los mismos. Para ellos se requiere un sistema legal bien constituido que sea imparcial.”

Es muy interesante esta frase: “El óptimo de Pareto no tiene sentido si no podemos especificar que es un gobierno eficiente si bien es posible asignar eficiencia a una serie de derechos de propiedad”; ya que si entendemos que las valoraciones son subjetivas las mejoras paretianas solamente pueden darse a través de intercambios voluntarios. El criterio de Pareto descarta la coerción, ya que establece que algunos mejoren su situación “sin que empeore la situación de los demás”, pero no habría que usar la coerción si la gente pensara que con un estado mejora su situación. Ejemplo: la tributación sería voluntaria en un mundo paretiano.

Por eso la economía neoclásica deja de lado Pareto e incorpora el criterio de Kaldor-Hicks que introduce la compensación de aquellos que pierdan pero en términos potenciales: los beneficios de los que ganan serían mayores de los costos de los que pierden (típico cálculo utilitarista) aun cuando los primeros no lleguen a compensar a los segundos. Pero este criterio es insostenible, introduce comparaciones interpersonales de utilidad, asume que la política hará ese cálculo evaluando el “bienestar general”, que se pueden conocer las preferencias de los individuos sin que estas se revelen por medio de intercambios en los mercados, etc.

Algunos autores que hemos leído piensan que ese criterio no existe. Otros, como Buchanan, parten de que el óptimo en términos de decisión colectiva sería la unanimidad, ya que solamente con ella se puede evitar que una decisión colectiva genere externalidades negativas para algunos. Pero obtener la unanimidad es muy costoso y haría imposible prácticamente tomar cualquier decisión colectiva. Por eso Buchanan & Tullock sostienen que debería haber dos niveles de decisión: uno “constitucional” con la mayoría que apruebe las reglas generales se acerque lo máximo posible a la unanimidad; y luego otro nivel de decisiones “menos peligrosas” respecto a los derechos individuales, tales como decisiones de gestión pública o administrativas, que se tomarían por mayorías simples.

Lo cierto es que, como dice North, este tema no puede ser dejado de lado y simplemente asumir un “dictador benevolente” que ejerce el monopolio de la coerción en pos del bien común.

Preguntas de los alumnos:

  1. Teniendo en cuenta que la escuela escolástica le daban mucha importancia a los contratos dejando de lado problemas meramente económicos, ¿Se podría decir acaso que, combinado con la evolución de la teoría económica a lo largo de las décadas, aquí estaríamos viendo parte de la herencia de la corriente de Santo Tomas?Cuando se enfocaban en los contratos, por el contrario, era para ver si encubrían algún tipo de usura porque condenaban el interés.
  2. Respuesta: Solamente en el sentido que Aquino y los escolásticos le prestaban su mayor atención al tema de las justicia, tanto sea de las acciones individuales, como también de las relaciones de unos con otros (asimilable al ‘rule of law’). Reconocían la importancia de la propiedad y los contratos, pero no tenían una visión de ellas como “instituciones”, si su rol en el funcionamiento de la sociedad y los mercados.
  3. Sabemos que buena parte de autores institucionalistas americanos tienen una visión crítica darwiniana ¿Cuánta influencia tiene la teoría darwiniana en el concepto de institución?
  4. Respuesta: Mucha en algunos autores institucionalistas porque entienden que éstas son evolutivas. Pero la idea de la evolución es previa a Darwin, proviene de los escoceses (Ferguson, Hutcheson, Hume), de ellos la toma Darwin para llevarla a las ciencias naturales.
  5. ¿Es posible que se pueda sobrevivir hoy en día bajo las creencias puramente neoclásicas, solo teniendo en cuenta mediciones acerca del placer o el dolor de la gente?
  6. Respuesta: Supongo que la pregunta se refiere a la supervivencia de la teoría. Se puede, pero hace agua.
  7. ¿El autor cree que las diferencias institucionales entre aquellos países desarrollados y lo no desarrollados desempeñan un papel importante en los mayores niveles de desarrollo alcanzado? ¿Cómo se lograría un buen marco teórico para poder generar, y mantener, a las nuevas y buenas instituciones?
  8. Respuesta: Este ya existe, es todo el gran mundo de la economía institucional, un paraguas amplio bajo el cual entran tanto los austriacos como Public Choice, Law & Economics, Economía de los Derechos de Propiedad, y la NEI.
  9. ¿Qué tipo de modificaciones se deben realizar para poder generar buenas instituciones? ¿Prestándole más atención a los cuatro pilares que Ud. nos indica o cambios tanto políticos como educativos en la Sociedad para luego ir por los pilares?
  10. Respuesta: Hay varias teorías para explicar esto. North originalmente enfatizaba el cambio de precios relativos para explicar los cambios institucionales, pero más adelante se inclinó por el papel que cumplen los valores e ideas.
  11. ¿Las nuevas instituciones de qué forman nos garantizan un crecimiento económico y social sostenido?
  12. Respuesta: Como dice North, permiten coordinar las acciones de la gente en sociedad, y los mercados son eso, gente coordinando entre sí. Otorgan previsibilidad en las acciones de los demás, un elemento necesario para la inversión y, por ende, para el progreso.

¿Cuáles son los 15 países con peor calidad institucional del planeta?

Vimos antes cuáles son los 15 países con mejor calidad institucional. Ahora veremos cuáles son los peores. Al ver la lista, tal vez surja la pregunta si debería estar Cuba entre ellos. ¿Tiene Cuba mejor calidad institucional que Venezuela? En fin, un tema que se podría discutir. Pero aquí sucede que Cuba ni siquiera aparece en tres de los ocho indicadores que se toman en cuenta para hacer el Índice, todos ellos vinculados con la calidad de las instituciones de Mercado, que allí no existen o lo hacen en forma muy precaria.

Corea - Kim

La evolución de las últimas posiciones es la siguiente:

Año 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 Dif. 2007/2014
País
Congo 177 177 174 176 173 175 183 166 -11
Guinea-Bissau 178 172 172 174 171 173 165 159 -19
Afganistán 179 182 180 187 181 182 179 164 -15
Rep. Centro Africana 180 175 176 178 176 168 177 163 -17
Angola 181 179 179 181 174 179 178 171 -10
Uzbekistán 182 184 185 184 184 178 164 177 -5
Siria 183 169 161 165 161 160 158 151 -32
Venezuela 184 183 181 185 180 174 172 161 -23
Myanmar 185 180 190 193 191 191 188 184 -1
Zimbabue 186 187 184 188 187 188 186 179 -7
Guinea Ecuatorial 187 185 182 186 185 185 181 175 -12
Congo, Dem. Rep. 188 188 187 191 188 186 184 182 -6
Chad 189 186 183 189 186 187 185 178 -11
Eritrea 190 189 186 190 183 183 176 162 -28
Turkmenistán 191 190 189 192 189 189 187 181 -10
Corea del Norte 192 191 191 194 190 190 189 183 -9

 

Corea del Norte continúa en la última posición, su resultado descendente en los ocho últimos años se debe al incremento del número de países comprendido en el índice. Las noticias sobre este país, los testimonios de detenidos políticos y las purgas internas entre miembros del mismo gobierno son una muestra de la violación de los derechos individuales, tanto políticos como económicos. La presencia de Venezuela en ese grupo ratifica el deterioro observado en ese país. Es, también, reflejo de una visión sobre la democracia que otros gobiernos de la región comparten, aunque no llegan a esos extremos. Se trata de la idea de que una mayoría electoral otorga un poder absoluto al gobernante, un poder tal que le permite avasallar los derechos de las minorías.

Esa visión “populista” de la democracia tiene larga data, y encubierta en el prestigio de ésta, genera gobiernos en definitiva totalitarios. Los derechos individuales no están sujetos a votaciones mayoritarias, son derechos previos a la misma constitución de un gobierno que ninguna mayoría circunstancial puede derogar. Es precisamente el respeto por los derechos individuales, el respeto de las minorías y la limitación a los abusos de gobierno lo que genera calidad institucional.

Los últimos puestos en el índice consisten en regímenes dictatoriales o en democracias populistas totalitarias que violan libertades tales como la de expresión y de prensa, de propiedad, de traslado, de asociación. En el subíndice de instituciones políticas las cinco últimas posiciones, partiendo del último puesto, corresponden a Turkmenistán, Corea del Norte, Uzbekistán, Eritrea y Guinea Ecuatorial. En el de instituciones de mercado lo son Corea del Norte, Cuba, Sudán del Sur (esta nueva nación se incorpora este año al ICI), Chad y Eritrea. Venezuela ocupa la posición 175 en instituciones políticas y 186 en instituciones económicas.

Argentina cayó 41 lugares en el Indice de Calidad Institucional desde 2007

La Fundación Libertad y Progreso difundió esta gacetilla para anunciar la nueva edición del Índice de Calidad Institucional. Estaré comentando más en futuros posts.

 

Argentina cayó 41 lugares en el Indice de Calidad Institucional desde 2007

FECHA 06,05, 2014

  • El control de cambios, políticas económicas erráticas y el avance sobre la libertad de prensa y la justicia explican el derrumbe del país en el ranking  /  La medición, hecha por el economista Martín Krause para la Fundación Libertad y Progreso, promedia 8 indicadores internacionales de calidad de instituciones políticas y de mercado para 192 países  / Venezuela, entre los peores desempeños

Según datos del Indice Internacional de Calidad Institucional 2014, que elaboró el economista Martín Krause para la Fundación Libertad y Progreso,desde 2007 la Argentina cayó 41 lugares en este ranking que mide la calidad institucional de los países tomando ocho indicadores elaborados por organismos internacionales y promediándolos. Así, el país se encuentra en el puesto 134 del ranking, que mide 192 países a partir de los 4 índices internacionales de instituciones políticas “Vigencia del derecho”, “Voz y Rendición de Cuentas”, “Libertad de Prensa” y “Percepción de Corrupción”; y los 4 índices internacionales de instituciones económicas  “Competitividad Global”, “Libertad Económica” (Heritage), “Libertad Económica” (Fraser) y “Haciendo Negocios” (Doing Bussiness, del Banco Mundial). (El informe completo del ICI 2014 puede descargarse en http://www.libertadyprogresonline.org/wp-content/uploads/2014/05/%C3%8Dndice-de-Calidad-Institucional-2014.pdf

La presentación, que estuvo a cargo de Martín Krause; el escritor y consejero académico de Libertad y Progreso, Marcos Aguinis; y el director ejecutivo de Libertad y Progreso, Aldo Abram, se realizó vía online en Agrositio.com, y fue seguido por 225 usuarios de 18 provincias y 5 países.   De acuerdo a este estudio, que cuenta con el apoyo de Relial (Red Liberal de América Latina) y la Fundación Naumann, Argentina se encuentra entre los países que más cayeron en Calidad Institucional desde 2007. “En ese período, cayó 41 posiciones en el ranking, igualando en caída a Madagascar (que cayó 41); y superando en la baja a El Salvador (cayó 32), Belice (cayó 31) y Fiyi (cayó 31). Sólo Kiribati (cayó 57) y Micronesia (cayó 56) superaron el descenso en el ranking Calidad Institucional de nuestro país”, destacó el informe elaborado por Krause.

“La caída de Argentina se profundiza a partir de los ataques del gobierno de Cristina Kirchner a la propiedad, como la expropiación de YPF o el control de cambios; el avance sobre la libertad de prensa, y un creciente descalabro económico. Además, contribuyeron a esto los avances contra la Justicia, que ponen en riesgo su independencia y el sistema de división de poderes; y una constante conducta de confrontación. Todo este panorama anula las posibilidades de consenso en el país y reducen a papel decorativo aquellas instituciones apropiadas para alcanzarlo, como el Congreso de la Nación.

Finalmente, cabe destacar como un factor que contribuyó a la caída el uso de poderes extraordinarios, que concentra aún más las decisiones en pocas personas y genera más incertidumbre”, señaló Krause.   Por su parte Abram destacó las bondades del libre comercio para las relaciones de los países, otro de los puntos que toca el estudio de Krause. “En un país adonde hay comercio fluido y buenas relaciones comerciales con otros países, es raro que se apoye a un gobierno belicoso. Un ejemplo es la Unión Europea, cuyos países tuvieron un pasado con muchos enfrentamientos. Con el balance que hay hoy en la UE es difícil imaginar una guerra entre sus integrantes”, explicó Abram.

El director de Libertad y Progreso también criticó el proteccionismo por sus efectos negativos en los ciudadanos. “Un gobierno en serio en vez de ponerse a proteger a los empresarios, los que tiene que empujar para que compitan y ofrezcan mejores productos a la población. Y eso también tiene que ver con la trasparencia y la calidad institucional. Cuando más democráticos y transparentes son los países, menos posibilidades de privilegios arbitrarios y protecciones puede haber para las empresas”, acotó Abram.

Seguidamente habló Aguinis, que destacó los ejemplos de los países que se propusieron mejorar en calidad institucional. “Si bien temo porque se deteriore aún más la calidad institucional y la educación en la Argentina, veo esperanza en la evolución de otros países. Miren lo que pasó con Ruanda, las tragedias que vivió en el pasado reciente, y cómo se está recuperando. Si la ciudadanía se lo propone y presiona a los dirigentes, podemos recuperarnos rápidamente”, destacó Aguinis. “Argentina es un país que se resiste a ser enterrado, por los extraordinarios dirigentes que tiene. Eso a pesar de algunos dirigentes que tiene, que no están a la altura de las circunstancias. Yo por ejemplo me pregunto que pasará en 2015, si va a haber tolerancia, período de gracia, para el nuevo gobierno que asuma y tenga que tomar medidas antipáticas. Y en la oposición nadie está debatiendo eso”, explicó el pensador.

Dos caminos a seguir: Venezuela o Perú

En el marco del ICI, y como contracara, cabe destacar para Krause que países con menos historial o tradición histórica institucional que Argentina, pero que se pusieron en la tarea de mejorar sus instituciones políticas y de mercado, lograron mejoras a destacar desde 2007. Tal es el caso de Ruanda, que subió 85 posiciones desde el puesto 169 hasta el 84; Albania, que subió 42; Laos, que subió 31; Indonesia, que trepó 28; Macedonia, que ascendió 25, y Qatar, que trepó 24 posiciones. Esto muestra que la Argentina puede recuperar calidad institucional si adopta las medidas necesarias para lograrlo.

En tanto, mirando los resultados del Indice 2014, Argentina podría observar dos grupos de países americanos que representan dos caminos distintos en la construcción de calidad institucional. El primer grupo está conformado por Venezuela, Cuba y Haití, que están entre los cinco países americanos con peor calificación en instituciones políticas y de mercado y tienen pésimos puntajes en los índices internacionales que se usan para hacer el ranking de Calidad Institucional.

El otro grupo que puede mirar Argentina es el conformado por Chile, por su constante posición destacada en el ranking; y Perú y Colombia, por sus avances en construcción de calidad institucional. “Perú, por ejemplo, es un país que ha mantenido consistentes políticas con gobiernos de distinto tinte, generando condiciones de seguridad para la inversión y un continuo proceso de crecimiento económico. Este país ha mejorado 20 posiciones desde 2007. Lo acompaña Colombia en esta mejora, aunque unos veinte puestos más atrás en el indicador general, mostrando la misma continuidad de políticas económicas más un destacado avance en materia de seguridad y violencia. El caso de Perú, sobre todo, sumado al de Chile, son ejemplos de los logros que permite la mejora de la calidad institucional y, además, que se puede salir de las peores condiciones imaginables (dictadura militar, hiperinflación, caos), y lograr consistentes mejoras que cambian la situación de esos países de forma tal que parece imposible que esos pasados hayan existido o puedan volver a ocurrir”, destacó el informe de Krause.

Los mejores y los peores del mundo y de América

Esta es la octava edición del Índice de Calidad Institucional y en todas ellas, cuatro países han ocupado las primeras posiciones entre 192 países, aunque cambiando el orden. En esta oportunidad Nueva Zelanda ocupa el primer lugar desplazando a Finlandia, que ahora ocupa el segundo, seguidos de Suiza y Dinamarca. Estos cuatro países nunca han dejado de ocupar las cuatro primeras posiciones desde que se hace esta medición. Los siguen Suecia, Australia, Canadá, Holanda, Noruega y el Reino Unido para completar los primeros diez lugares de 2014. En tanto, tomando solamente los indicadores de calidad política, los primeros puestos son ocupados principalmente por países escandinavos.

Las cinco primeras posiciones corresponden a Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda. “Existe una visión sobre estos países que no se corresponde con su situación actual, como si fueran países de alta libertad política pero de características socialistas en cuestiones económicas. Sin embargo, estos países ocupan también destacadas posiciones en el componente de las instituciones de mercado: Noruega está en el puesto 21, Suecia en el 13, Dinamarca en el 7 y Finlandia en el 6. Son países de alta calidad política y apertura económica”, destaca Krause.

Como contracara a estos países, Corea del Norte continúa en la última posición del ranking. Las noticias sobre este país, los testimonios de detenidos políticos y las purgas internas entre miembros del mismo gobierno son una muestra de la violación de los derechos individuales, tanto políticos como económicos. “La presencia de Venezuela en el grupo de los peores países en Calidad Institucional junto a Corea del Norte ratifica el deterioro observado en ese país.

Es, también, reflejo de una visión sobre la democracia que otros gobiernos de la región comparten, aunque no llegan a esos extremos. Se trata de la idea de que una mayoría electoral otorga un poder absoluto al gobernante, un poder tal que le permite avasallar los derechos de las minorías”, destaca Krause.  Los últimos puestos en el índice consisten en regímenes dictatoriales o en democracias populistas totalitarias que violan libertades tales como la de expresión y de prensa, de propiedad, de traslado, de asociación. En el subíndice de instituciones políticas las cinco últimas posiciones, partiendo del último puesto, corresponden a Turkmenistán, Corea del Norte, Uzbekistán, Eritrea y Guinea Ecuatorial. En el de instituciones de mercado lo son Corea del Norte, Cuba, Sudán del Sur (esta nueva nación se incorpora este año al ICI), Chad y Eritrea. Venezuela ocupa la posición 175 en instituciones políticas y 186 en instituciones económicas.  En lo que se refiere a América, otro dato interesante a observar del Indice es que, mirando a otros países del continente con problemas de calidad institucional (como Belice, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Ecuador o Bolivia) se observan fenómenos en común, como estatizaciones de empresas, default, política populista, versiones más moderadas del chavismo venezolano, avance sobre la prensa e intervencionismo económico.