¿Son un problema los oligopolios? Y, ¿es lo mismo si se generan en el Mercado o por regulaciones? (II)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre olligopolios en base a este comentario:

¿Se le ocurre algún mercado oligopólico? ¿Cuál sería?

¿Genera esto algún inconveniente? ¿Debería hacerse algo al respecto?

Pongo un ejemplo: ¿no es oligopólico el mercado de calificadores de riesgo? Pues hay básicamente tres: S&P, Moody’s y Ficht’s. ¿Habría que hacer algo?

Sus opiniones:

  • Evidentemente creo que los mercados oligopolistas perfectos no se han de intervenir, ya que según la definición de estos hay una competencia entre las empresas y ninguna de ls cuales es la dominante.

También creo que la clasificación de duda las agencias de calificación actual en tandem monopolista ¿no crees?, muy dependientes de las direcciones político-financieras

  • Yo creo que el profesor ha seleccionado este ejemplo porque no habiendo una ley que obligue a usar agencias con nombre y apellidos; si que hay que usar calificaciones de riesgo y deben ser de «reconocida solvencia».

O sea, es un oligopolio sutil, disfrazado, …

Me recuerda a los sistemas de puntuacion de las oposiciones en la Universidad de mi epoca. En vez de poner que el candidato debia llamarse Pedro Perez se puntuaba mucho la docencia y casi nada las publicaciones para que ganase Pedro Perez 🙂

Aqui pasa algo similar. Si una aseguradora va al regulador con su cartera de bonos AAA segun S&P/Moody’s/Fitch no hay ningun problema. Si tu y yo creamos «Ros & Rod Risk Management» y la misma empresa va con nuestras calificaciones al regulador/banco/stakeholder como que no va a colar facil.

  • Interesantísimo el párrafo en el que hablas de que no es necesario intervenir en un mercado con estructura de oligopolio para que haya competencia y que el abuso se genera con el amigopolio.

Totalmente de acuerdo contigo. Es una auténtica pena que los políticos y los gobiernos de turno no se den cuenta de esto y que no tomen cartas en el asunto. Realmente hacen todo lo contrario: siguen colocándose en sus consejos de administración, probablemente, a cambio de favores del pasado y del futuro. Y no es que yo esté en contra del lobbismo, todo lo contrario, pero esto, desde mi punto de vista no es lo mismo. Los políticos y los gobiernos, cuanto mas lejos de la empresa privada estén, será mejor para todos!!!

  • No sólo se me ocurre un mercado oligopólico se me ocurren muchos.

El caso de España es el que conozco de primera mano, con las energéticas y la compañía Telefónica. Inconvenientes podemos encontrarlos como barreras de entrada para posibles competidores, precios fijados, todo regulado por y para ellos. Como se dice » Ellos se lo guisan, ellos se lo comen»

En cuanto a la última pregunta, si bien en un principio no se observa oligopolio, parémonos a pensar en su funcionamiento, igual algo nos nos cuadra.

Coincido con Juan totalmente, creo que pertenecen a Lobbys fuertes y poderosos, que deciden el cómo, el cuándo y el por qué.

  • Creo que la pregunta debería ser: ¿es posible la existencia de un oligopolio sin la intervención del estado? – a mi me da la impresión que en un mercado libre es complicado encontrarse con un oligopolio. He aquí un ejemplo del resultado de la intervención del estado en el mercado de las medicinas en un país pobre: http://www.elcato.org/el-salvador-el-colmo-moral-y-economico-del-oligopolio
  • El oligopolio como se indico en clase es un grupo de vendedores que se pone de acuerdo para no competir entre si. Bajo este prisma existe oligopolios en nuestras sociedades. En los comentarios anteriores se han indicado ya bastantes, (de energia, de minerales, de telecomunicaciones etc etc).

Desde mi punto de vista el problema es la relación de este tipo de empresa con el poder político (el estado). Si realmente el estado solo se centrase en defender la propiedad privada y en alguna cuestión adicional creo que la creatividad humana llevaría a que los oligopolios no perdurasen en el tiempo. Sin embargo el estado hace todo lo contrario y favorece a este tipo de actores de mercado con regulaciones que favorecen sus intereses. Los problemas que generan es que estan amparados por la regulación confeccionada a medida y a partir de aqui generan unas barreras de entradas importantes para los competidores perjudicando en ultima instancia a los consumidores. De todos es conocido los acuerdos entre estas empresas para mantener los precios a un determinado nivel que les favorece. Luego se les pilla, el estado maquilla la situación con una multita millonaria que sale en los medios y a volar. en españa el ultimo caso mas sonado en relación a esto se ha dado en el sector energetico.

Yo lo que intentaria hacer sería evitar por todos los medios que los politicos pudiesen entrar despues de sus mandatos en este tipo de empresas como recompensa a servicios prestados.

Por otro lado el mercado de calificaciones es claramente un oligopolio. Algun compañero indico que no, que si alguien tenia 2.000 millones podía hacer una cuarta agencia y listo. No estoy para nada de acuerdo. Es un mercado muy reducido, controlado y con muchos intereses por parte de todos los agentes ecónomicos y de hay que la barrera de entrada sea enorme (2.000 millones¡¡¡¡¡¡). El porque de esto según mi punto de vista:

  1. Para empezar las agencias de calificación son una visagra clave en el mercado financiero. Por una absurda sensación de seguridad los inverores quieren predicciones. Que alguien les diga que comprar, que es seguro, etc etc.
  2. Los gobiernos vieron en esta necesidad de predicciones y de seguridad un escudo frente a sus malas politicas. Los ciclos llevan pasando desde hace 200 años (ya lo dijo jose ignacio) y en esa época no habia agencias de calificación. Vieron como digo un escudo, a quien acusar en caso que las cosas fuesen mal.
  3. Para ello se crean las agencias y las empresas para cubrirse dicen que ellos sólo emiten una «opinión». Lo vimos claramente cuando fueron llamados a declarar en EEUU por el crash de las subprime.
  4. Precisamente por lo anterior (para dar una sensación de seguridad a los inversores, para cubrirse las espaldas), hay que tener controlado a quien emite las calificaciones. Se crean legislaciones a medida, marcas reconocidas (con el paso del tiempo eso si), barreras de entrada etc.
  5. Hay por ley «obligación» de pasar por ellos para poder invertir a nivel institucional (Fondos de pensiones, fondos de inversión) y tambien para poder realizar emisiones de deuda (que compraran los institucionales).
  6. Todos estos factores hacen que favorezca la aparicion del oligopolio en este sector y a nadie le interesa que esto cambie. Ni una sola de esta agencias vio, por poner un ejemplo, que lehman, freddie y fannie mac eran empresas de riesgo (las calificaban antes de su colaapso como triple AAA) que perjudicaban a los inversores claramente. Luego quiebran, las llevan al congreso, dicen que era su opinión y ninguna consecuencia.

Hay un claro oligopolio en el sector de las agencias de calificación. Y si no intentad responderme a esta pregunta. ¿quien se equivocaba al valorar estas empresas, warrent buffet que no las tocaría ni con un palo o las agencias de calificación? y ahora lo mas importante ¿porque tenian esa valoración?

Mi repuesta: Oligopolio vs sentido común,

  • Se me ocurren varios ejemplos de mercado o sectores oligopólicos en España: sector del agua, energía, telecomunicaciones…

Los inconvenientes que un mercado oligopólico pueda generar, vendrían originados por mala praxis (negociación y fijación de precios entre empresas, aunque esté prohibido) de los ejecutivos de dichas empresas quizás producidos, en parte importante, por excesos continuos en la regulación de dichos sectores y quizás también por un ambición desmesurada por parte de sus directivos (aunque este punto es mas discutible).

Lo que, a priori, parece claro es que suele tratarse de sectores que proveen productos de necesidad sin los cuales es difícil funcionar. Por este motivo, tienen una posición de fuerza importante si los comparamos con otros mercados. Además tienen una generación de recursos muy potente y relativamente estable. Las barreras de entrada son muy fuertes y es casi imposible que dejen de ser oligopolios en pro de la competencia.

Según parece, hoy en día existen más de 70 agencias de rating en todo el mundo aunque lo cierto es que el 90% del mercado está en manos de 3 de estas: Standard & Poors, Moody´s y Fitch. Desde ese punto de vista, se puede decir que este sector funciona casi como un oligopolio, pero no es menos cierto que si estos no hiciern bien su trabajo, el otro 10% restante podría llegar a incomodarlos. Aunque difícil!!

¿Son un problema los oligopolios? Y, ¿es lo mismo si se generan en el Mercado o por regulaciones? (I)

Los alumnos de OMMA en Madrid, discuten sobre olligopolios en base a este comentario:

¿Se le ocurre algún mercado oligopólico? ¿Cuál sería?

¿Genera esto algún inconveniente? ¿Debería hacerse algo al respecto?

Pongo un ejemplo: ¿no es oligopólico el mercado de calificadores de riesgo? Pues hay básicamente tres: S&P, Moody’s y Ficht’s. ¿Habría que hacer algo?

Sus opiniones:

  • A mí el primero que se me viene a la cabeza, al menos en España, es el mercado energético. Yo no soy un experto en este sector, pero creo que se reparten el mercado en unas pocas compañias como Endesa, Iberdrola o Gas Natural. También el sector está bastante regulado, y las compañias tienen mucha relación con los poderes políticos. Como demuestra que en sus consejos de administración se sientes varios ex- altos cargos de los anteriores gobiernos. Con lo cual hace sospechar que el entendimiento entre ellos es beneficioso para los dos y al ser precios regulados…

Esto ha generado un aumento del precio de la energía muy alto en los últimos 10 años. Recuerdo en concreto al presidente de OHL ,en una entrevista que le hicieron, mostrar su malestar con el sector energético español, ya que este estaba intentando invertir en producir energía propia en una planta para abaratar costes en la empresa y tenía muchas complicaciones regulatorias para entrar en el mercado. Al final esto perjudica a los consumidores finales y también a la competitividad de las empresas y no haciendo atractivo el país para inversores extranjeros.

Yo creo que la solución que tenemos la mayoría que hacemos este máster es la misma o muy cercana. Lo mejor que podrían hacer es desregular el sector, para permitir la competencia y así favorecernos todos. Tanto consumidores como el propio sector.

  • Se me ocurren oligopolios de dos tipos:

1) Microsoft con Windows y Google con Android. Casi monopolios en sus sectores, pero generados como resultado de proveer sostenidamente un valor más alto que sus competidores. Dónde está el problema? Hay libertad de competencia, entendiendo que hay respeto a la propiedad privada y libertad contractual.

2) Siguiendo el hilo argumental de Mario. Mercado energético español. Con toda las barreras de entrada posibles, cargados con toda la inflación regulatoria propia de nuestra administración… nos crea un sector ineficiente al extremo de tener >40% de sobrecapacidad y precios muchísimo más altos que los que cabría esperar en un mercado de libre operación, desregulado. Energía solar costando 5 veces el precio de venta, obligatoriedad de comprar carbón nacional a un precio x3 casi, etc.

Aquí sí que encontramos problemas. Nos encontramos con un mercado fuertemente regulado y donde los operadores no compiten entre sí, tienen mercados cautivos repartidos geográficamente y precios de venta marcados y regulados. No hay posibilidad de elección, no hay alternativa más que seguir pagando y protestar poco, que hace tiempo que nos dicen que vivimos en el mejor país del mundo.

En cuanto al oligopolio presentado por el Profesor, en referencia a las agencias de rating, no, no es oligopolio castigando a clientes; no hay barreras de entrada y no se compara la regulación con sector energía, ni de lejos. El juego está abierto a cualquier equipo que invierta unos 2.000 millones de dólares y que pueda formar una cuarta calificadora de la talla y porte de las otras tres y entrar en competencia. Para dar magnitudes, 50.000 millones es el valor que costó el mayor proyecto energético en Australia, 300 millones los famosos aeropuertos españoles que se construyen de 3 en 3, etc. No es suficientemente restrictiva la barrera de entrada, lo que realmente es restrictivo es conseguir un desempeño tan «brillante» como estas empresas. Lo de brillante debo también colocarlo en perspectiva después de las calificaciones de Lehman y demás… Quizás más fuerte sea la barrera de entrada del Brand Equity, como el que tiene Sotheby´s o Christie´s (sin haberlo deseado acaba de surgir otro oligopolio virtuoso)

Os dejo un vídeo de Fernando Herrera en el Juan de Mariana, muy ilustrativo

https://www.youtube.com/watch?v=6sVHdSTubuE

Y un artículo bastante interesante:

http://www.ilustracionliberal.com/30/competencia-y-monopolio-gabriel-calzada.html

  • Yo creo que en las agencias de calificacion hay interferencia gubernamental en cuanto a la obligatoriedad de utilizar a las de «reconocido prestigio». La recien creadas no pueden ser de «reconocido prestigio» por definicion.

Con las titulizaciones hipotecarias y el crash financiero de 2008 demostraron su absoluta incompetencia. Habeis oido que se les culpe de la crisis? Yo tampoco 🙂 Estan protegidas y amparadas por la legislacion.

Las barreras de entrada economicas (no regulatorias) son legitimas. Es decir, una empresa nueva electrica, que le vamos a hacer, tendra que invertir en centrales electricas, que son caras. Es inevitable. Lo que deberia evitarse es que haya procedimientos de licencias, permisos, autorizaciones… que de forma arbitraria impiden el acceso libre a nuevos competidores.

  • Si Mario, estoy desacuerdo, pero estos Triopolios tienen una ventaja natural, las fuertes barreras de entrada que tienen, ejemplo crear redes de transporte, centrales nucleares, presas, centrales térmicas.

También juegan a la ventaja competitiva política, son empresas muy amparadas por los partidos políticos.

El otro dia me confesaron que Acciona ampara PSOE en España y la otra al PP

En fin, como no

  • A Mi se me ocurre el mercado de las Telefónicas, Los mineras de Materiales estratégicos (Cobre, Coltan et)

Telefónicas son mercados con fuertes barreras para entrar, el cual las empresas compiten entre ellas, no suele haber ninguna que domine del todo el mercado (salvo en mercados protegidos (telefónica de corea del norte, cuba…etc))

En el caso de cobre los mayores productores son Codelco (Chilena) y Minera Mexico, con su producción ya vendida y en plena competencia… Aquí me atrevo a decir que no funcionaría como oligopolio sino como Monopolio ya que Codelco marca el precio de sus competidores.

¿Genera esto algún inconveniente? ¿Debería hacerse algo al respecto?

El inconveniente que generan es debido a que hay pocos participantes en este tipo de mercado, cada oligopólico está al tanto de las acciones de sus competidores. Dado que las decisiones de una empresa afectan o causan influencias en las decisiones de las otras, se establece una situación de equilibrio en el grupo de oferentes, con lo cual deja de existir competencia de mercado

Pongo un ejemplo: ¿no es oligopólico el mercado de calificadores de riesgo? Pues hay básicamente tres: S&P, Moody’s y Ficht’s. ¿Habría que hacer algo?

Absolutamente, pero a mi me parece que corresponden a Lobbys muy poderosos, hago una analogía de grandes jugadores de golf decidiendo en cada juego que hacer y que certificar, esta claro que no son precisamente la mano transparente de Smith.

Habría que hacerse puntuar entre ellos como penitencia durante al menos 10 años….. (jejejeje)

  • Si entendemos como oligopolio que hay un numero reducido de empresas, esta situacion se da en mi opinion cuando se requiere la utilizacion de un recurso limitado (ferrocarriles, red electrica, red de gas, comunicaciones moviles) o cuando hay economias de escala que favorecen el negocio (supermercados, petroleo, microprocesadores).

Por ejemplo, el mercado de microprocesadores para ordenadores personales esta dominado por Intel y AMD.

No creo que la existencia de oligopolios plantee en principio problemas. El caso de los microprocesadores es claro, la existencia de dos empresas dominantes no ha sido un factor que haya disminuido la innovacion y la disponibilidad de ordenadores cada vez mas potentes y mas baratos. Si Intel y AMD abusasen elevando precios otras empresas como Infineon, Freescale, ARM, NXP, etc. entrarian en el mercado a competir y los precios se reducirian. Es la libertad de participar en el mercado la que favorece la competencia.

De lo anterior se deduce que no es necesario intervenir en un mercado con estructura de oligopolio para que haya competencia. El abuso se genera con el «amigopolio» que consiste en dar un mercado a un grupo de personas/empresas bien conectadas con el poder impidiendo el acceso libre al mercado a otros posibles participantes.

La calificacion de riesgo es, en efecto un mercado oligopolico. El problema en este mercado (sin ser especialista) es que los gobiernos obligan a empresas como aseguradoras o planes de pensiones a invertir solamente en deuda con calidad reconocida por estas empresas dominantes. Lo cual es una barrera de entrada a otras agencias de calificacion de riesgos. De haber falta de competencia esta provendria de este tipo de imposiciones; y no del hecho de que haya pocas agencias de calificacion.

Por otro lado, el fallo monumental de las agencias previo a la crisis financiera de 2008 deberia haber demostrado claramente que no hacen del todo bien su trabajo. Pero ahi siguen. Quizas su monopolio obedece a un privilegio estatal mas que a la competencia en el mercado libre.

Crowdsourcing: las empresas usan el conocimiento disperso tal como lo señalara Hayek

No mencionan a Hayek, pero es el tema de Hayek. Un reciente artículo publicado en el volúmen 14 2014 número 2 de la Revista Cuadernos de Gestión que se publica en Bilbao, trae el siguiente artículo: “Crowdsourcing: la descentralización del conocimiento y su impacto en los modelos productivos y de negocio”, por Mª Isabel Alonso de Magdaleno y Jesús García García, de la Universidad de Oviedo: http://www.ehu.eus/cuadernosdegestion/revista/index.php/es/numeros?a=da&y=2014&v=14&n=2&o=2

Esto dice su resumen: “La participación activa del usuario en la Red no solo ha empezado a fomentar nuevos modelos productivos, sino también todo un modelo de negocios alrededor de los mismos. Muchas empresas están comenzando a explotar ventajas competitivas, en costes o en diferenciación, derivadas de la participación del usuario y su disponibilidad a colaborar en diversos proyectos en los que no siempre media, necesariamente, contraprestación económica; y cuando existe, suele ser inferior a la que exigiría un profesional medio por realizar el mismo trabajo. En este trabajo se analiza el fenómeno del crowdsourcing desde ambas vertientes, así como el importante impacto económico y social que genera esta nueva forma de trabajo. Dado que la base del crowdsourcing se encuentra en el efecto red, se comienza realizando un planteamiento crítico basado en la consideración de Internet como un espacio participativo que empodera a individuos y agentes económicos y en el que se analizan sus ventajas y límites. Posteriormente, y en base al estudio de diferentes casos, se sistematizan las características principales del crowdsourcing para definir tres modelos básicos en función de su consideración como modelo de negocio, como producción colaborativa con fines altruistas o como un híbrido de ambos.”

Hayek

El crowdsourcing, esto es, abastecerse de ese conocimiento que se encuentra disperso entre muchas personas diferentes, es una derivación clara del concepto hayekiano de conocimiento disperso y del proceso de mercado como mecanismo para su recolección y transmisión. Para los interesados, Hayek desarrolló este concepto en muchas de sus artículos y libros, pero comenzó, tal vez como una derivación del debate sobre el cálculo económico en el socialismo (que fracasa por la falta de conocimiento de los planificadores) en un par de artículos:

Economía y conocimiento, una conferencia que dictara en el London Economic Club en 1936 y que fuera publicada en 1937 en Economica, revista académica de la London School of Economics: http://www.econlib.org/library/NPDBooks/Thirlby/bcthLS3.html

The Use of Knowledge in Society, publicado en la American Economic Review en 1945: http://www.econlib.org/library/Essays/hykKnw1.html

Estos artículos, no solamente abren la puerta al análisis de fenómenos como el crowdsourcing, son también una crítica al modelo de equilibrio general que presupone conocimiento perfecto por parte de los participantes en el mercado, y modifica el centro de la atención de la economía moderna: hasta entonces, los economistas estudiaban al ser humano actuante respondiendo a incentivos, Hayek ahora agrega una categoría fundamental adicional: es necesario analizarlo teniendo en cuenta sus incentivos y el conocimiento del que disponga.

Mueren esperando trasplantes de órganos y mientras tanto nos negamos a ponerles precios

Hay temas que son urticantes. Uno de ellos es la compra y venta de órganos humanos. Los economistas han señalado hace tiempo ya, que cuando un bien tiene un precio cero, es decir, es gratis, entonces tendrá una alta demanda y una restringida oferta. Esto parece suceder con los órganos, ya que en todos los países escasean al mismo tiempo que mucha gente se lleva órganos sanos a la tumba. Pero plantear la existencia de un mercado ofende a más de uno.

trasplante

Un trabajo de Julio Elías (Ucema), Nicola Lacetera (Universidad de Toronto) y Mario Macis (John Hopkins University) analiza este tema: “¿Valores sagrados? El efecto de la información sobre las actitudes hacia el pago por órganos humanos”, NBER Working Paper 20866, http://www.nber.org/papers/w20866.pdf

Aquí su resumen:

“Muchas transacciones económicas son prohibidas –aún en ausencia de preocupaciones sobre la salud o la seguridad o externalidades negativas- debido a las preocupaciones éticas que ocasionan estos intercambios, los que son percibidos como ‘repugnantes’ si se realizan a través del mercado. Establecer un sistema de pagos por órganos humanos es un ejemplo particularmente relevante dadas sus implicancias para la salud pública. En casi todos los países estos pagos están prohibidos porque con considerados moralmente inaceptables –una prohibición que las sociedades parecen aceptar a pesar de las largas listas de espera y las altas tasas de mortalidad para las personas que esperan un trasplante. Hemos investigado cuán profundamente se enraízan estas actitudes y, en particular, si proveer información sobre cómo un mecanismo de precios podría aliviar la escasez de órganos puede cambiar la opinión de la gente sobre la legalización de estas transacciones. Realizamos una consulta experimental con 3.147 personas en los Estados Unidos y encontramos que la provisión de información aumenta significativamente el apoyo en favor de pagos por órganos desde una base del 52 al 72%, y este aumento se aplica a los subgrupos más relevantes de la muestra analizada. Otros estudios sobre el apoyo a otras actividades moralmente controversiales muestra que el cambio de actitud en respuestas a la información depende del tipo de actividad en consideración y la interacción con otras creencias.”

Para quienes efectivamente repugnan estas posibles transacciones, el trabajo trae algunos datos:

“Solamente en los Estados Unidos hay más de 120.000 personas en listas de espera para trasplantes de órganos. Cada año se realizan solamente unos 29.000, y unas 10.000 personas mueren esperando un órgano o dejan la lista de espera porque están ya muy enfermos. El período promedio de espera para un trasplante de riñón es de 4,7 años, más de 2,9 más que hace una década. El costo de la escasez de oferta también se muestra en la carga financiera de procedimientos alternativos, tales como la diálisis en el caso de los riñones, que tiene en costo estimado de 250.000 dólares por paciente”.

Muchos se preguntarán cómo podría ser un mercado posible. ¿Acaso los pobres venderían sus órganos para salir de una urgencia económica? Nada de eso. Walter Block señalaba hace tiempo que muy probablemente existiría un sistema de seguros donde la compañía contrataría con sus clientes para que le entregaran sus órganos sanos al morir, sabiendo que también podrían recibirlos en caso de necesidad de otros clientes. Y la empresa no tendría incentivos para matar a sus clientes, la reputación al respecto sería de fundamental importancia para atraerlos en primer lugar. En fin, poco podemos saber sobre cómo desarrollarían los emprendedores un mercado de este tipo, asumiendo una estricta vigencia y respeto del derecho a la vida, la propiedad y los contratos.

 

 

La competencia, más que perfecta o imperfecta, es un proceso de descubrimiento

Utilizamos “modelos ideales” en economía como una forma de comprender el funcionamiento de ciertas variables económicas, pero para avanzar en el análisis es preciso remover los supuestos ideales para acercarnos a comprender el mundo real que, obviamente, está lejos de ser perfecto. Sin embargo, la economía predominante se ha quedado en el modelo ideal en el caso de la competencia y compara la realidad contra este ideal de la “competencia perfecta”, contra el cual, por definición, todo es imperfecto. Hasta allí podríamos estar de acuerdo, pero luego, saltan de ese concepto a proponer y reclamar la regulación estatal de la competencia en los mercados, por ser esta “imperfecta” en relación a ese estándar ideal, e introducen al estado regulador que está mucho más lejos aún de alguna perfección. Al respecto comenta Hayek sobre la competencia “perfecta” en su conferencia “La competencia como proceso de descubrimiento” dictada en Chicago en 1968:

Hayek

Es difícil defender a los economistas del cargo de haber discutido la competencia, por cerca de 40 o 50 años, basándose en conjeturas que si reflejaran la verdad del mundo real harían que la competencia fuera algo sin interés e inútil. Si alguien conociera efectivamente todo lo concerniente a aquello que la teoría económica llama datos, la competencia sería, en realidad, un método inútil para asegurar un ajuste a estos hechos. No es sorprendente, por tanto, que algunos se hayan visto inducidos a concluir que podemos prescindir totalmente del mercado, o que los resultados de éste sólo deberían usarse como un primer paso para garantizar una producción de bienes y servicios que podamos manejar, corregir o redistribuir del modo que queramos. Otros, cuya idea de la competencia pareciera derivar únicamente de los textos modernos, han concluido, naturalmente, que ésta no existe.

Contra esto es útil recordar que dondequiera que se pueda justificar racionalmente el uso de la competencia, ello será sólo sobre la base de que no conocemos anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores. Ya sea en los deportes como en los exámenes, y no menos en la adjudicación de contratos gubernamentales o de premios a la poesía, sería obviamente inútil organizar competencias si supiéramos de antemano quién será el ganador. Como se indica en el título de la conferencia, propongo que la competencia sea considerada como un procedimiento para descubrir hechos que, de no recurrir a ella, serían desconocidos para todos o, por lo menos, no serían utilizados.

Esto puede parecer tan obvio e indiscutible a primera vista como para que no merezca ninguna atención. No obstante, de la formulación explícita del aparente axioma anterior se siguen de inmediato algunas interesantes consecuencias, las que no son tan obvias. Una de ellas es que la competencia es valiosa sólo porque, y en tanto, sus resultados son imprevisibles y diferentes, en general, de aquellos que alguien pudiera haber perseguido deliberadamente. Y, aún más, que los efectos generalmente provechosos de la competencia deben incluir el desilusionar o derrotar algunas expectativas o intenciones particulares.

… la teoría económica parece cerrarse a veces, desde un principio, el camino hacia una evaluación del carácter del proceso de la competencia, ya que parte de la suposición de una oferta “dada” de los bienes escasos. Pero, cuáles son éstos o qué cosas constituyen mercaderías y cuán escasas o valiosas son éstas es lo que la competencia, precisamente, debe descubrir. Únicamente los resultados provisorios, que resultan del proceso del mercado en cada etapa, indican a los individuos lo que deben buscar. La utilización del conocimiento, ampliamente disperso en una sociedad que tenga una distribución extensiva del trabajo, no puede descansar en el hecho de que los individuos conozcan todos los usos particulares a los cuales pueden aplicarse las cosas que les son familiares dentro de su propio medio ambiente individual. Los precios dirigen su atención a aquello que vale la pena descubrir respecto de lo que el mercado ofrece en materia de ciertos bienes y servicios. Esto significa que las combinaciones de conocimientos y habilidades individuales —en alguna medida, siempre únicas—, que el mercado permite usar, no constituyen, ni siquiera en una mera primera instancia, un conocimiento de los hechos que los individuos puedan registrar y comunicar, si alguna autoridad así lo solicitase. El conocimiento al cual me refiero consiste más bien en una capacidad para descubrir las circunstancias especiales, lo que sólo será efectivo si los poseedores de este conocimiento son informados por el mercado acerca de qué clase de bienes o servicios son requeridos y cuál es la urgencia de esta necesidad.”

 

La Navidad capitalista es puro shopping, ¿o es en verdad ocuparse y preocuparse de los demás?

Dale Steinreich comenta sobre la Navidad en un artículo publicado en 1995: http://mises.org/library/capitalist-christmas-0

“Halloween tiene un tinte socialista. Figuras amenazantes llegan a tu puerta si ser invitadas, demandan tu propiedad y amenazan con realizar algún truco no especificado. En síntesis, es como funcionan los gobiernos.

El día de Acción de Gracias ha sido reinterpretado por el hombre blanco, luego de quemar, violar y robar al noble indio, tratando de arreglarlo con una cena barata de pavo. El Año Nuevo puede arruinarse porque es el comienzo de un nuevo año fiscal, y sabemos que estaremos trabajando para el gobierno por los siguientes cinco o seis meses.

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Por eso amo la Navidad. Hasta hoy sigue siendo una celebración de libertad y vida privada, como también un necesario descanso de la incesante politización de la vida moderna. Es la más pro-capitalista de las celebraciones porque sus alegrías temporales se basan en la propiedad privada, el intercambio voluntario y el beneficio mutuo.

En las compras de Navidad, encontramos persistentes señales de programas de caridad en acción y pocas de aquellas (burocracias paternalistas) que no funcionan. El Ejército de Salvación, quienes reparten saludos y las cajas llenas de productos y juguetes que se reparten son verdadera caridad. Estas donaciones están basadas en la volición, no en la coerción, lo cual es la clave de su éxito.

La gente se queja de la “comercialización”, pero todas las compras y ventas están dirigidas hacia satisfacer las necesidades de otros. Aun si el receptor no da regalos a su vez, el que regala recibe satisfacción. No existe aquí el juego de suma cero o negativo del proceso político que transfiere propiedad de un grupo a otro.

Santa Claus, a diferencia de las figuras de Halloween, llega a tu casa con regalos y Buena voluntad, y nunca toma nada excepto leche o galletitas. Nunca pensarías en esconderle la platería. A diferencia de los burócratas del gobierno, Santa Claus y sus trabajadores son totalmente confiables, e incluso trabajan horas extras para crear los productos deseados por millones.

Si el Departamento de Trabajo llegara alguna vez a investigar el Polo Norte, encontrarían todo tipo de violaciones laborales: salud (muy frio) y seguridad, seguro de desempleo (¿lo pagan?, salario mínimo (¿hay explotación ahí?), horas extras (Dios sabe las horas que trabajan), derechos civiles (¿no emplean gnomos?). Pero el punto es que allí todos están voluntariamente, y lo consideran un honor y un privilegio.

Los árboles de Navidad son encantadores y las granjas que los producen son el último modelo de política ambiental. Los árboles se cosechan y se replantan para futuras celebraciones, un proceso totalmente guiado por la demanda de mercado. Si se trasladara esta política a los parques y bosques nacionales, podríamos satisfacer la demanda de madera, bajar su precio y asegurar que los árboles siempre tienen valor.

Las tarjetas de Navidad son un producto de arte atractivo, comunicado a las masas en formas que el gobierno nunca apoyará. Quienes las producen tienen que satisfacer a consumidores reales, quienes tienen mejor gusto que los administradores de subsidios públicos.

El punto débil de las tarjetas navideñas es que tienen que llegar vía el monopolio estatal del correo. Cada día, éste se enoja y advierte a los consumidores cautivos que las envían con dos semanas de anticipación. Si eres un burócrata del correo, no hay nada más irritante que los consumidores confundan tus operaciones con otras competitivas.

¿Qué hacemos cuando tenemos que enviar paquetes? Usamos servicios privados que proveen servicios por lucro aunque tienen prohibido por ley enviar cartas. Esas empresas dan la bienvenida a nuestros pedidos y no se quejan por el gran volumen.

En algún punto durante Navidad, la cultura oficial del gobierno y los medios –dominados por Obama y otros en Washington- desaparece de nuestra vista y no podemos sino recordar aquello que es más importante. Es la familia, la comunidad, el hogar, la tradición, los seres queridos, y otras las otras cosas que el gobierno desplaza durante el resto del año.

Este año, acordémonos de apreciar el papel que las instituciones capitalistas cumplen hacienda que sea éste un día más especial. Ni el gobierno nos puede quitar el espíritu navideño.”

El uso del conocimiento dentro de las organizaciones. ¿Planificación o mercados?

Lowell Bryan y Claudia Joyce, de la consultora McKinsey, publicaron el libro “Mobilizing Minds: Creating Wealth from Talent in the XXIst Century Organization”: http://www.amazon.com/Mobilizing-Minds-Creating-Century-Organization/dp/0071490825/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1417809885&sr=8-1&keywords=mobilizing+minds

No sé si los autores habrán leído el artículo de Friedrich Hayek “El uso del conocimiento en la sociedad”, un clásico de la economía: http://www.hacer.org/pdf/Hayek03.pdf, pero lo cierto es que su análisis y su propuesta parecen inspirados en ese texto. Su planteo es que el conocimiento no es perfecto y se encuentra disperso entre los miembros de una organización, una empresa, y que es necesario algún procedimiento para saber dónde ese conocimiento se encuentra y cómo darle el mejor uso.

Hayek

Esto dicen en un artículo que resume el libro, cuando analizan si es importante administrar el conocimiento existente o crear conocimientos nuevos: http://www.mckinsey.com/insights/strategy/making_a_market_in_knowledge

“Lo cierto es que el verdadero valor proviene menos de administrar el conocimiento y más –mucho más- de crearlo e intercambiarlo. Y la clave para alcanzar este objetivo es comprender que el conocimiento realmente valioso de una compañía se encuentra básicamente en las mentes de sus empleados más talentosos. Más aún, es poco probable que éstos intercambien su conocimiento sin un retorno apropiado por el tiempo y la energía que han puesto para ponerlo en alguna forma en la que pueda intercambiarse. También debe ser suficientemente valioso para buscarlo.”

“En síntesis, intercambiar conocimiento en forma eficiente dentro de toda una empresa es menos un problema tecnológico que organizacional: incentivar a personas que no se conocen a trabajar en conjunto por un su propio y mutuo interés. Existe, por supuesto, una solución bien conocida y probada para permitir intercambiar cosas de valor entre partes que no se conocen. Lo llamamos un mercado.”

“Por supuesto que han existido mercados de conocimiento durante mucho tiempo, a través de libros y artículos o servicios públicos como las bibliotecas. Más recientemente, empresas como Amazon, America Online o Yahoo!, han actuado como mercados externos para el conocimiento público. Pero no hay un equivalente mercado interno para el conocimiento valioso localizado dentro de la empresa.”

“Entonces, ¿cómo hace una empresa para crear mercados internos efectivos cuando el producto es algo tan intangible como el conocimiento ganado por la experiencia y el razonamiento personal? Los mercados efectivos necesitan, entre otras cosas, objetos de valor para el intercambio, precios, mecanismos de intercambio y competencia entre proveedores. A menudo hay también estándares, protocolos y normas, y facilitadores que los hacen funcionar mejor.”

“El papel de la empresa es proveer un mecanismo de intercambio para que los autores y quienes buscan conocimiento lleguen al Mercado por su propio interés. Alcanzar este objetivo requiere inversiones en infraestructura tecnológica y en el personal que hará su mantenimiento, para que funcione.”

“Un mercado interno de conocimiento tiene características especiales. Para empezar, la empresa es el beneficiario último del esfuerzo para formar y mantener un mercado de conocimientos. Por lo tanto, la empresa, más que el comprador, es responsable de recompensar a los autores para asegurarse de que estén motivados a producir objetos de conocimiento valiosos.”

El avance de los mercados no es solamente porque cayó el Muro de Berlín y muchos países se sumaron a las economías de mercado, es también por este tipo de desarrollos que ocurren a nuestro alrededor. No digo que este avance sea un proceso irreversible, pero si pensamos en la simple división entre mercados y planificación, desde hace años que éstos vienen superando al control y el constructivismo social.

El «mercado» de las religiones es muy competitivo. Y parece que eso las favorece

En estos días se publicaron algunos artículos que muestran datos acerca de las preferencias religiosas de los argentinos. Así, por ejemplo, en este artículo de Denise Rabin, informa que:

“El 87% de los argentinos cree en Dios, 4% menos que en 2011. Y el 87% de aquéllos se identifica como católico, 13% más que hace dos años. Sin embargo, entre los católicos, sólo el 18% asiste a algún oficio religioso por semana. Mientras los matrimonios por Iglesia cayeron casi 70% desde 1990, los bautismos se mantienen estables, con una leve disminución de 1,2%. En 2012, el 74% de los bebes fue bautizado.” http://www.lanacion.com.ar/1745370-fe-y-familia-son-menos-los-que-creen-en-dios-pero-mas-los-que-se-dicen-catolicos

Al día siguiente, en la sección ADN Cultura, Nora Bär publica un excelente artículo titulado: “Las neurociencias de la fe: en busca de respuestas”. Si bien el principal contenido del artículo se relaciona con las investigaciones científicas que buscan explicar la existencia de creencias religiosas a partir del análisis del funcionamiento del cerebro, también trae datos acerca de la configuración religiosa del país y del mundo: http://www.lanacion.com.ar/1745534-las-neurociencias-de-la-fe-en-busca-de-respuestas

“Hay alrededor de 10.000 diferentes religiones, cada una de las cuales está convencida de que la suya es la única Verdad y que sólo ellos la poseen. [.] Alrededor del 64% de la población mundial pertenece al catolicismo, protestantismo, islamismo o hinduismo. Durante muchos años, el comunismo era la única creencia permitida en China [.]. Pero en 2007, un tercio de los chinos de más de 16 años dijeron que eran religiosos. Dado que esa cifra viene de un diario controlado por el Estado, el China Daily, el número verdadero de creyentes es probablemente más alto. Alrededor del 95% de los norteamericanos creen en Dios, el 90% reza, el 82% cree en los milagros, más del 70%, en la vida después de la muerte.”

Religiones

“En la Argentina, el doctor Fortunato Mallimacci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, investigador del Conicet y docente del seminario Sociedad y Religión, hizo un atlas de religiones en el país, el primero desde 1960, cuando el Censo Nacional de Población preguntó sobre esta temática. Hace medio siglo, más del 90% se identificaban con el catolicismo. Hoy, este culto sigue siendo mayoría: es la religión que profesa el 76% de la población; un 11% dice ser agnóstico o ateo, y el 11,3%, evangélico. En el estudio de Mallimacci, el 61% dijo que se relacionaba con Dios por su propia cuenta, sin mediación institucional. A este grupo, el científico lo cataloga como «cuentapropistas religiosos».”

“Según un estudio de Marita Carballo de 2005, hoy son casi 3000 los grupos religiosos inscriptos en la Secretaría de Culto de la Nación. Y a pesar de que hay quienes suponen que el avance de la ciencia y la tecnología destierran la religiosidad, las estadísticas sobre este punto son controvertidas. El estudio de Carballo sugiere que, por el contrario, ésta iría en aumento: en 1984 el 62 % de los argentinos se consideraban personas religiosas; en 1991, el 70%; seis años después, el 79% y, en 1999, el 81%. La misma tendencia mostraban quienes opinaban que la religión era muy importante en su vida: pasaron del 40 al 55% entre 1991 y 1999.”

En términos económicos, este parece ser un “mercado” bastante competitivo. Esta es precisamente la visión que presenta Gary Becker (1930-2014), quien recibiera el Premio Nobel de Economía en 1992. Becker visitó Argentina en 1999 y dictó una conferencia titulada: “La Naturaleza de la Competencia”; Gary Becker (Libertas, 2000), : http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/11_9_Becker.pdf

Allí dedica una sección específica a la religión comentando cómo algunas religiones han recibido privilegios por parte del poder político en distintos momentos de la historia, que Adam Smith era crítico de los privilegios de la iglesia de Inglaterra, y analizando algunas investigaciones que concluyen que cuando mayor es la diversión religiosa, mayor es la devoción. ¿será que esto explica el aumento de la religiosidad que verifica Carballo en su investigación? ¿Que, por ejemplo, la “competencia” de los evangélicos explicaría ese mayor crecimiento?

 

Hayek, el uso del conocimientos en la sociedad, y el mercado de talentos dentro de una empresa

Las empresas internacionales, con muchas sedes en diferentes países del mundo, se enfrentan con un problema similar al que planteara Friedrich A. Hayek en su famoso artículo “El uso del conocimiento en la sociedad”. El conocimiento se encuentra disperso entre todos los miembros de la organización y no resulta sencillo aunque sea conocer siquiera donde está. Entre otros, es necesario conocer dónde se encuentra cada talento dentro de la organización.

Hayek

En la revista McKinsey Quarterly, de la consultora de ese nombre Lowell L. Bryan, Claudia I. Joyce, y Leigh M. Weiss plantean una solución “hayekiana” aunque no mencionan al autor. El artículo se llama: “Organizando un mercado de talentos”: http://www.mckinsey.com/insights/organization/making_a_market_in_talent

“Las compañías inteligentes comprenden el valor competitivo de contar con gente talentosa y ocupan considerable tiempo para identificar y reclutar a individuos de alto calibre, donde sea que se encuentren. El problema es que muchas empresas prestan poca atención a asignar sus talentos internos efectivamente. Pocas empresas ocupan a la gente talentosa en forma que generen ventajas competitivas –maximizando su visibilidad y movilidad y creando experiencias laborales que los ayuden a desarrollar sus capacidades y experiencias. Muchos gerentes frustrados han buscado en vano por la persona indicada para una tarea en particular, sabiendo que se encuentra en algún lugar de la empresa. Y mucha gente talentosa ha sufrido la experiencia de quedar escondido en algún rincón de la empresa, nunca encontrando las experiencias y desafíos indicados para crecer y, finalmente, se van.”

¿Cuál es la solución para este tipo de problemas? Organizar un mercado:

“Los estudios de abogados y otros grupos de servicios, academia, y unidades de Investigación y Desarrollo suelen tener mercados de talentos informales, donde los empleados senior buscan a los mejores empleados junior y éstos, a su vez, pueden elegir las posiciones más atractivas. Estos mercados funcionan generalmente bajo normas informales de conducta y lo hace mejor cuando sus miembros son menos de 100 y se conocen unos a otros.

En el complejo mundo corporativo, que involucra a miles de profesionales y gerentes, el mejor camino es formalizar un mercado de talentos –esto es, un mercado creado para relacionar los intereses de los individuos con los intereses de la compañía. Un mercado formal de talentos no surge espontánea y naturalmente, la empresa tiene que invertir para asegurarse que se terminan realizando intercambios que generan valor para ambas partes de la transacción; de lo contrario, fracasan. Los mercados formales de talentos pueden desarrollarse alrededor de áreas funcionales o puestos gerenciales. Grandes empresas con mercados formales de talentos incluyen a American Express e IBM.”

El “mercado” interno de talentos básicamente funciona como un externo. Quien necesita cubrir una determinada posición, define el puesto y las condiciones, luego publica la búsqueda en la página web interna para que los empleados de la empresa puedan verlo y postularse. En conjunto con Recursos Humanos, se realiza la selección y se otorga el puesto al candidato seleccionado.

“Las diferencias entre este Mercado formal de talentos y enfoques más tradicionales de gestión son considerables. Un mercado formal de talentos hace que los empleados mismos (más que los gerentes de línea o los de Recursos Humanos) sean responsables de gran parte de sus carreras. Segundo, abandona la idea que los gerentes ‘senior’ son dueños de talento. En un mercado de talentos, los empleados son “agentes libres restringidos” (las restricciones definen, por ejemplo niveles de pago y términos de servicio). Se espera que ellos encuentran las mejores oportunidades por sí mismos, y el mercado abre una competencia (no sobre el precio) a todo el campo de candidatos y alternativas de trabajo.”

Coase, Hayek, Mises y Buchanan sobre los mercados dentro de las empresas

El enfoque económico basado en modelos de equilibrio general desvió la atención del análisis del papel de emprendedor y la microeconomía terminó considerando a la empresa como una “función de producción”, una caja negra en la que entran inputs y salen outputs. De hecho, se desentendió de lo que sucede dentro de la empresa y de lo que la economía podría decir al respecto. Del texto de Wayne Leighton “El uso del conocimiento en la economía y la gestión: ¿pueden los mercados funcionar en las empresas?”:

Una mirada más de cerca a los aportes realizados por Coase, Hayek y la bibliografía posterior revela similitudes en cuanto a su relevancia para las teorías de gestión y el papel que desempeña el empresario, así como las limitaciones para aplicarlas en forma independiente. La visión coasiana de la empresa como un enfoque para minimizar los costos de transacción –lo que más adelante se describirá como un nexo de contratos– se mejora al entender en qué sentido dichos costos de transacción están relacionados con el conocimiento disperso y tácito. La visión hayekiana de que los precios transmiten información y asignan recursos eficientemente en una economía de mercado y, de modo similar, pueden asignar recursos eficientemente en una empresa, mejora al reconocer las limitaciones relacionadas con el problema de los costos de transacción. Coase y Hayek brindan aportes complementarios pero que se deben aplicar con conocimiento de la crítica misesiana.

La crítica misesiana de “jugar al mercado” dentro de la empresa es útil, porque demuestra que, en última instancia, es el empresario el que toma las decisiones vitales. Al mismo tiempo, el empresario, propietario o gerente pueden asignar recursos eficientemente dentro de la empresa, pero sólo mediante el uso del conocimiento disperso y tácito de los empleados. Algunos medios para aprovechar este conocimiento (es decir, algunos enfoques gerenciales) serán más efectivos que otros. Para la mayoría de los gerentes, la información necesaria para tomar decisiones efectivas (por ejemplo, qué proporcionar a los consumidores; qué combinación de recursos utilizar dentro de qué tipo de arreglos contractuales) estará totalmente en manos de esa única persona. Esto ocurre principalmente a medida que la empresa crece, lo que permite hacer que una analogía con la observación de Alfred North Whitehead (que la civilización progresa cuando se expanden las actividades que se pueden realizar sin pensar en ellas) sea especialmente apta para los gerentes de las empresas grandes o en crecimiento.

En parte, el desafío para la persona que toma las decisiones es cómo aprovechar este conocimiento disperso cuando existen asimetrías en la información, y cuando los propietarios y los empleados se ven ante incentivos diferentes. Este es un problema entre mandante y mandatario, relacionado con los costos de transacción. Más aún: el desafío es crear un ambiente en el que todas las personas de la empresa tengan incentivos para estar alerta, utilizar la información que quizá sólo ellos posean, y actuar sobre las oportunidades que quizá sólo ellos perciban. Los propietarios y los gerentes (actuando de un modo decididamente empresarial) pueden crear un valor adicional al crear una estructura organizacional que optimice estos incentivos, para que todos los empleados puedan utilizar el conocimiento y realizar acciones que generen ganancias.

Esto no significa que la empresa y el mercado sean equivalentes. Pero las diferencias pueden estar menos relacionadas con la efectividad de los precios en la asignación de recursos, y más con quién fija las reglas para el uso de los precios y quién crea las instituciones en las que opera la empresa. No existe la creación de un orden espontáneo en la empresa ni en ninguna otra parte; sólo la cultura, las reglas y otras instituciones hacen que el orden sea posible. En resumen, la cultura de la empresa (que se comentará más adelante) y sus reglas del juego son determinadas por procesos muy diversos en la sociedad, si la comparamos con la empresa. Como han advertido James Buchanan y otros, las reglas sobre la toma de decisiones son vitales para determinar los resultados. En una sociedad, las reglas constitucionales (o meta) proporcionan un marco idealmente diseñado para proteger los derechos fundamentales, como, por ejemplo, el derecho a la propiedad.

Dentro de este marco de reglas, las personas negocian, cooperan, contratan y comercian en acuerdos de mejora paretiana. La empresa también opera dentro de este conjunto de reglas establecido por la sociedad. Sin embargo, el empresario agrega otro nivel de reglas, en este caso diseñadas alrededor del juego de la creación de riqueza, además de cualquier otra cosa que produzca utilidad para él.

Las reglas del juego desempeñan un papel central en la opción pública, en la nueva economía institucional y en la economía austriaca. Pero estas reglas, útiles para explicar la asignación eficiente de recursos dentro de una sociedad, han sido aplicadas pocas veces a la teoría de la empresa y a la función del empresario. Excepciones notorias incluyen las obras de Langlois, Gifford y Foss.