El racismo «objetivo» y el uso de palabras en sentido afectivo: el caso de Edinson Cavani

Edinson Cavani es ahora jugador de Boca, pero la interesante página Law & Liberty vuelve a publicar un artículo de hace un par de años sobre un problema que el jugador tuvo por referirse a alguien como “negrito” en el sentido afectivo que tiene el uso de esa palabra al menos aquí por el Río de la Plata. El tema se comenta en una nota de Theodore Dalrymple que se titula “Cavani’s crime: ‘Objetive Racism’: https://lawliberty.org/the-false-conviction-of-edinson-cavani/
Es presentada así:

“Cuando el futbolista uruguayo Edison Cavani respondió “Gracias, negrito” a la felicitación de un amigo en las redes sociales, los medios estallaron en indignación. Como explicaron algunos compatriotas de Cavani, el término “negrito” no se considera despectivo en el español uruguayo; es un término cariñoso usado entre amigos. Eso no supuso ninguna diferencia para las autoridades pertinentes, que suspendieron y multaron a Cavani incluso después de exigir disculpas poco sinceras. Dalrymple reflexiona sobre la extraña situación en la que el Manchester United coincidió simultáneamente en que el castigo era justo y también insistió en que Cavani no tenía ninguna intención malévola. ¿Qué significa que el racismo esté completamente divorciado de la actitud y la intención del racista putativo? Cavani, como atleta de élite, podría permitirse pagar su multa, pero el coste para la cultura británica puede ser mucho mayor.”

Un extremista de derecha, racista y xenófobo. cambia de rumbo y se vuelve un liberal clásico

Poco conozco de Richard Hanania salvo que es un nombre conocido por sus posiciones de extrema derecha, racistas y xenófobas pero aquí escribe contando cómo y porqué ha abandonado todas esas ideas y se ha convertido en un liberal clásico. Se trata de un artículo publicado en la revista Quillette con el título: “My Journey Out of Extremism: And how I became a small-l liberal”: https://quillette.com/2023/08/07/my-journey-out-of-extremism/

Así lo presenta la editora Claire Lehmann:

“Algunos pueden cuestionar mi decisión de publicar Richard Hanania, especialmente a la luz de las recientes revelaciones del Huffington Post. Quiero aclarar que estoy compartiendo su trabajo no porque esté descartando la gravedad del extremismo de extrema derecha entre los jóvenes. Por el contrario, creo que es un problema genuino que exige respuestas reflexivas.

La razón detrás de la publicación del ensayo de Hanania a continuación radica en la escasez de narraciones que retraten el viaje de los jóvenes para alejarse de las ideologías extremistas a través de los procesos de madurez y moderación. Necesitamos más historias como la que ofrece Richard para que sirvan de guía a quienes puedan estar cayendo en el radicalismo.

A lo largo de los años, he visto a muchas personas «canceladas» y he visto cómo amigos y colegas se radicalizaban políticamente y se amargaban personalmente. Debido a esto, creo que es esencial destacar a las personas que han experimentado una transformación al moderar sus puntos de vista, resistiendo la trampa del victimismo y el agravio.

Como dijo en broma Oscar Wilde, cada santo tiene un pasado y cada pecador tiene un futuro. Por lo tanto, si alguien que alguna vez fue extremista ha logrado crecer y evolucionar positivamente, su narrativa tiene valor y merece ser compartida.”

— Claire Lehmann, editora en jefe

Uno de esos temas que no se pueden discutir: ¿sólo los blancos son racistas?

Ya que se habla mucho de racismo, ¿sólo los blancos son racistas? Buena pregunta. Jerry Barnett publica un artículo en Quillette sobre el tema en relación a los movimientos anti-racistas: https://quillette.com/2022/02/09/how-social-justice-killed-anti-racism/

Otro de los temas que se discuten desde una perspectiva ideológica y que están sujetos a la censura. Hay cierta opiniones que, simplemente, no pueden expresarse, pero Barnett no hace caso a eso.

Sus conclusiones:

“La respuesta oficial a la creciente influencia del nacionalismo negro racista ha sido ignorarlo. Hoy, el sitio del SPLC ya no enumera a los grupos nacionalistas negros por separado, sino que elige incluirlos bajo el título tonto de General Hate, que es, con mucho, su categoría más grande, y parece estar dominada por nacionalistas negros. Las estadísticas de delitos de odio del FBI también sugieren que, per cápita, las personas negras cometen más delitos de odio que cualquier otro grupo. En 2019, el 23,9 % de los delitos de odio registrados en EE. UU. fueron cometidos por personas de raza negra, que representan solo el 12,1 % de la población. Los blancos, por su parte, cometieron el 52,5 por ciento de los delitos de odio, mientras que constituyen el 57,8 por ciento de la población.

 

Por supuesto, es importante señalar que los delitos de odio los comete solo una pequeña proporción de cualquier grupo demográfico. Pero el resultado final de la última década es este: mientras que los medios de comunicación y la comunidad antirracista se han centrado cada vez más en los blancos (e, implícitamente, en los judíos y los asiáticos) como la raíz de todo el mal racista, una cantidad desproporcionadamente grande y creciente de odio racial es que emana de los movimientos nacionalistas negros. El hecho de que los medios de comunicación y el establishment antirracismo no discutan honestamente este triste desarrollo es un escándalo.”

 

La discriminación racial, el uso de estadísticas, y un banco que discrimina en sus préstamos

El tema de la discriminación ha aflorado nuevamente, luego de las noticias que llegan desde los Estados Unidos. Desde los años 1960 se ha impulsado distintas políticas que buscan “compensar” la discriminación que hubieran sufrido ciertos grupos en el pasado. Pero definir esos grupos en el presente, y en qué grado son discriminados no parece nada sencillo

Comenta el profesor de economía de Stanford, Thomas Sowell, en su libro “The Quest for Cosmic Justice”:

Sowell

“Hemos visto cuán fácil es equivocarse por amplio margen cuando se trata de interpretar la historia. Es igualmente fácil hacerlo con las estadísticas contemporáneas. Si uno busca suficientes números, eventualmente se encontrará con alguna estadística que parezca confirmar su propia visión. Estas son las llamadas ‘estadísticas ¡Ahá!’ Otras estadísticas, que sugieren conclusiones opuestas no generan ningún ¡Ahá!, pero es más probable que sean pasadas por alto y olvidadas.”

“Un conjunto de estadísticas originó una tormenta periodística y política en 1993; mostraba que los solicitantes negros de créditos hipotecarios eran rechazados a una tasa superior que los solicitantes blancos. El Washington Post declaró que ‘existe un sistema de crédito hipotecario racialmente sesgado’, y otras numerosas publicaciones, políticos y activistas se sumaron al coro de denuncias. Sin embargo, el mismo conjunto de estadísticas mostraba que el porcentaje de solicitantes blancos rechazados era mayor que el de los asiáticos americanos. Sin embargo, estas estadísticas no generaron ningún ¡Ahá!, ninguna queja de que los blancos eran discriminados en favor de los asiáticos americanos, porque no era ésta la visión prevaleciente. En síntesis, los números son aceptados como evidencia cuando acuerdan con los preconceptos, y rechazados cuando no.”

“Las comparaciones estadísticas asumen implícitamente que los grupos siendo comparados son realmente comparables en las variables relevantes. Sin embargo, muy a menudo ni siquiera están cerca de ser comparables. Por ejemplo, un análisis más profundo de las estadísticas sobre créditos hipotecarios muestra que los solicitantes de préstamos para vivienda, de grupos minoritarios, tienen mayores niveles de endeudamiento, peores historias crediticias, solicitaron el préstamo para cubrir una mayor porcentaje del valor de la propiedad en cuestión, y también era más probable que buscaran financiamiento para unidades de habitación múltiple en vez de casas unifamiliares, siendo las primeras consideradas como una inversión más riesgosa. Aun así, se aprobó el 72% de las solicitudes inmobiliarias de miembros de grupos minoritarios, comparado con el 89% de las aplicaciones de blancos. Esta diferencia de 17 puntos porcentuales cae a 6 puntos porcentuales cuando variables relevantes se mantienen constantes. Más aun, todas las diferencias estadísticas que permanecen pueden ser rastreadas a una tasa de aprobación en un solo banco. ¿Por qué el gobierno no inició ninguna acción legal contra este único banco blanco racista? Pues porque no era ni blanco, ni racista. Era un banco propiedad de negros.”