¿El populismo arrastra también a los partidos opositores? ¿Todos terminan compitiendo por quién lo es más?

Ahora que llegó al Norte, el populismo preocupa a todos, y los académicos comienzan a escribir al respecto, también los economistas. Aquí Luigi Guiso, Helios Herrera, Massimo Morelli, Tommaso Sonno publican en el Centre for Economic Policy Research, un paper titulado Demand and Supply of Populism: www.cepr.org/active/publications/discussion_papers/dp.php?dpno=11871

Su resumen:

“Definimos como populista un partido que defiende las políticas de protección a corto plazo sin tener en cuenta sus costos a largo plazo. En primer lugar, estudiamos la demanda de populismo: analizamos los impulsores de la votación populista utilizando datos a nivel individual de múltiples oleadas de encuestas en Europa. Las preferencias individuales de voto son influenciadas directamente por diferentes medidas de inseguridad económica y por la disminución de la confianza en los partidos tradicionales. Sin embargo, los choques económicos que socavan la seguridad de los votantes y la confianza en los partidos también desalientan la participación electoral, mitigando así la demanda estimada del populismo al ignorar esta selección de votantes. La inseguridad económica afecta las intenciones de votar por los partidos populistas y los incentivos de participación también indirectamente porque provoca la caída de la confianza en las partes.

En segundo lugar, estudiamos el lado de la oferta: encontramos que los partidos populistas tienen más probabilidades de aparecer cuando se acumulan los impulsores de la demanda de populismo, y más en países con controles y equilibrios débiles y con mayor fragmentación política. La respuesta política de los partidos no populistas es reducir la distancia de su plataforma a la de los nuevos participantes populistas, aumentando así la oferta agregada de políticas populistas.”

No parece haber nada que no sepamos ya acerca del populismo, pero es interesante el punto de cómo los otros partidos se acercan al populismo. ¿Será el caso del radicalismo en Argentina, por ejemplo? En 1945 aprobaron la Declaración de Avellaneda, que quería ser algo más populista que el joven peronismo.