Más sobre los controles de precios: un libro sobre sus malignos efectos en el Reino Unido

Creo haber recomendado antes aquí la lectura del libro “4000 años de controles de precios y salarios” de Robert Schuettinger y Eamon Butler, disponible en la web, pero si quieren sumar algo más sobre el tema pueden ver el libro publicado por el Institute of Economic Affairs de Londres, titulado “Flaws and Ceilings: Price controls and the damage they cause”, por los siguientes autores: CHRISTOPHER J. COYNE, RACHEL L. COYNE, PHILIP BOOTH, RYAN BOURNE, STEPHEN DAVIES, ROBERT C. B. MILLER, COLIN ROBINSON, STEVEN SCHWARTZ, W.STANLEY SIEBERT, CHRISTOPHER SNOWDON AND RICHARD WELLINGS: https://iea.org.uk/publications/research/flaws-and-ceilings-price-controls-and-the-damage-they-cause

“Los controles de precios dañan los mercados al impedir que aumente la oferta de productos para satisfacer la demanda. Pueden causar importantes pérdidas de bienestar, un deterioro de la calidad del producto, una reducción de la inversión y, a la larga, precios más altos. Los controles de precios también fomentan los mercados negros y la actividad económica ilegal.

 

En el mercado laboral, los salarios mínimos pueden reducir el empleo. Esto es especialmente cierto entre los grupos más vulnerables. Los salarios mínimos también pueden alargar las condiciones de desempleo y crear mercados laborales en los que los «afortunados» de adentro ganen a expensas de los «desafortunados» de afuera.

 

Los controles de alquiler en el Reino Unido fueron desastrosos en cuanto a su efecto sobre el sector privado de alquiler. En el período de control, el sector privado de alquiler cayó de tres cuartas partes a una décima parte del parque total de viviendas. Desde la liberalización, el alquiler privado se ha recuperado hasta representar alrededor de una sexta parte de toda la provisión de viviendas.

…” Sigue

Regulaciones: dos por una

Cécile Philippe, directora del Institut Économic Molinari, responde a una entrevista de Radio Classique, sobre una iniciativa novedosa sobre regulaciones, disponible aquí: http://www.institutmolinari.org/radio-le-one-in-two-out,1819.html

Transcribo:

“La nueva idea nos llega, como a menudo, del Reino Unido: el “dos por una” (“One in two out”). Sí, en verdad, “una regulación más, dos regulaciones menos”. Es un método que ha permitido simplificar la vida de las empresas entre nuestros vecinos británicos. Esto permitiría acelerar el golpe simplificador que propone François Hollande, pero que tarda en concretarse.”

¿En qué consiste este método?

En Enero de 2011, la coalición británica se planteó un objetivo ambicioso: ser el primer gobierno en reducir la carga reglamentaria más que aumentarla durante su mandato. El gobierno se ha dado un método simple, restringiendo a los decisores políticos. La adopción de toda nueva regulación o norma generando costos para las empresas debe seguirse de la supresión de otra reglamentación que tenga un costo equivalente. Esta regla ha sido empleada en 2011 y 2012.

Pero, entonces no es un esquema “dos por una”.

Efectivamente, pero las cosas se aceleraron a partir de 2013, los decisores han adoptado un objetivo aún más ambicioso para facilitar la vida de los actores económicos. Desde entonces una nueva regulación no puede introducirse salvo que derogue una norma representando un costo económico dos veces más importante. De ahí el “dos por una”. Balance: los parlamentarios son incentivados a concebir regulaciones aún menos penalizadoras y a aliviar aún más las restricciones regulatorias que pesan sobre las empresas.

¿Y ha funcionado?

Según las autoridades, es un éxito. Sostienen que esta política habría permitido a las empresas ahorrar 1.300 millones de Euros entre 2011 y 2012. El peso reglamentario habría alcanzado si nivel más bajo desde 2002 con una reducción de la cantidad total de nuevas leyes del 8%. Los cambios operados sobre las leyes existentes disminuyen en relación a ellas un 16%. Por ejemplo, flexibilizando las normas sobre las apuestas y recompensas en los juegos de azar por un monto de 41 millones de Euros o suprimiendo las exigencias mínimas de azúcar en golosinas con bajas calorías.

¿Qué resultado podría obtener esto en Francia?

En un país como Francia los resultados podrían ser más fulgurantes. Por un lado, no hemos encontrado hasta el momento un método de simplificación que funcione. Por otro, tenemos mucho trabajo por delante. En la clasificación del indicador Haciendo Negocios del Banco Mundial, que mide la facilidad para realizar emprendimientos, Francia está clasificada en el puesto 38º.

Estamos lejos, detrás de un gran número de socios europeos. Estamos, por supuesto, detrás del Reino Unido en la 10º posición, y también de Alemania u Holanda, respectivamente en las posiciones 21º y 28º. Los márgenes para mejorar son, entonces, importantes, de allí el interés de adoptar un método que ha sido probado para pasar del discurso a los actos.

¿Hace falta adoptar el método británico?

En realidad, podríamos aprovechar la experiencia inglesa para mejorar el método. Los británicos han excluido muchas áreas en su programa, por ejemplo, una gran cantidad de regulaciones europeas, el régimen fiscal o ambiental. Balance: se cuenta que el 42% de las nuevas normas están fuera del campo de aplicación de la norma del 2011. Debería adoptarse el método británico, aplicable a todas las regulaciones para amplificar el golpe de simplificación.”

 

 

En América Latina, Chile se encuentra en la posición 34 del índice comentado, Puerto Rico 40, Perú 42, Colombia 43, México 53, Panamá 55, Guatemala 79, Uruguay 88, Costa Rica 102, Paraguay 109, Brasil 116, Nicaragua 124, Argentina 126, Honduras 127, Ecuador 135, Bolivia 162, Venezuela 181.