Durísima crítica a las políticas restrictivas impuestas en la pandemia y el rol de los economistas

Durísima crítica a las políticas restrictivas implementadas por los gobiernos ante la pandemia del COVID y el rol que cumplieron los economistas. El artículo es parte de la Discussion Paper Series del Institute of Labor Economics (IZA), IZA DP No. 15294. Los autores son Gigi Foster, de la University of New South Wales y Paul Frijters LSE, MBS College Saudi Arabia and IZA. Se titula “Hiding the Elephant:  The Tragedy of COVID Policy and Its Economist Apologists”: https://docs.iza.org/dp15294.pdf

Se refiere principalmente a Australia, pero con referencia al resto del mundo. Así comienzan sus conclusiones:

“En este documento, hemos documentado cómo los bloqueos promulgados en Australia y en otros lugares fueron una respuesta política desproporcionada y en gran medida ineficaz al COVID-19. Estas políticas iban en contra de los consejos contenidos explícita e implícitamente en los libros de texto, modelos, códigos de ética y consenso científico predominantes de las décadas anteriores, posiblemente violando los códigos de Nuremberg que exigen una visión razonada de que la cura no es peor que la enfermedad. Hemos documentado cómo, al principio, algunos de los principales economistas de las burocracias estatales y la academia en varios países ya habían calculado que el daño esperado de las políticas superaría con creces cualquier estimación razonable de lo que podría evitarse con los bloqueos, con este consejo a menudo enterrado por gobiernos o, como mínimo, ignorados.”

 

 

El alto costo de la pandemia que no aparece en las estadísticas: la restricción de las libertades

Kai  A. Konrad y Sven  A.  Simon del Max Planck  Institute  for Tax  Law  and  Public  Finance se preguntan acerca del costo de las medidas tomadas en relación a la pandemia del Covid-19. Todos sabemos el costo económico que estas tuvieron, generando una caída de la actividad económica que recién ahora se llega a recuperar, y no en todos los países.

En un paper titulado “Paternalism  Attitudes  and  the Happiness  Value  of Fundamental  Freedoms”, https://dx.doi.org/10.2139/ssrn.3816728, investigan cómo la gente ha valorado la restricción de sus libertades individuales, algo que no aparece en ninguna estadísticas. Entre sus conclusiones:

“La mayoría de las constituciones democráticas consideran el derecho humano básico a la integridad física junto con los derechos de libertad fundamental como derechos inalienables. Sin embargo, ninguno de estos derechos es absoluto en el sentido de que anulan todos los demás derechos. Esto se vuelve relevante cuando diferentes derechos humanos fundamentales entran en conflicto entre sí. Los ejemplos pueden incluir tiempos de guerra, catástrofes naturales, terrorismo o, como se estudió en este documento, los efectos adversos de una pandemia. En estas circunstancias, varias ramas del gobierno necesitan intercambiar algunos de los derechos fundamentales en conflicto. Las medidas adoptadas deben ser idóneas, apropiadas y proporcionadas. No se permite que las desventajas de una medida sean desproporcionadas en relación con sus beneficios. Sin embargo, algunas de estas desventajas o costos pueden ser difíciles de medir. Esto hace que las medidas de valor atribuidas a las libertades personales sean interesantes tanto desde una perspectiva epistemológica como desde un punto de vista político.

Proponemos que la contribución a los cambios en la satisfacción con la vida sea tal medida. Mostramos que las restricciones a las libertades personales son costosas en términos de satisfacción con la vida: según lo medido en el primer trimestre de la pandemia de Covid-19 de 2020, representan aproximadamente la mitad de la reducción total en la satisfacción con la vida en comparación con el nivel de satisfacción con la vida antes de la pandemia en Enero de 2020. Este es un efecto grande, cuyo tamaño es comparable a otros eventos importantes en la vida, como el desempleo, el matrimonio o el divorcio. Además, encontramos que las restricciones a las libertades personales tienen un impacto negativo independientemente del cambio general real en la satisfacción con la vida. Por el contrario, los efectos de la crisis en otros dominios de la vida no tienen un efecto tan grande en la satisfacción con la vida de los participantes y encontramos más heterogeneidad en estos dominios. Por ejemplo, mientras que la situación doméstica se deterioró para aquellos con una disminución pronunciada en la satisfacción con la vida, mejoró la satisfacción con la vida para aquellos con un cambio cero o positivo en la satisfacción con la vida. En comparación con el efecto de las restricciones de las libertades personales, los cambios tanto en la situación económica como en la situación de la salud solo tuvieron un pequeño impacto negativo en la satisfacción con la vida en promedio.”

Las restricciones para viajar a Cuba que impone Trump terminan alimentando el discurso cubano

El Mises Institute reproduce esta nota de Alice Salles sobre los viajes a Cuba:

“La prohibición de viajar a Cuba de Trump es un muro contra los estadounidenses

Alice Salles

El Estado tiene demasiado poder sobre las personas. Pero la mayoría de nosotros no podemos comprender realmente cuán profundo es este poder hasta que nuestras vidas son completamente cambiadas por una nueva política.

Tres años después de que el presidente Obama redujera las restricciones para viajar a Cuba, la administración Trump impuso nuevas restricciones para los turistas estadounidenses. Esta nueva política afecta a los aviones y barcos privados y corporativos, a los cruceros y a otros viajes de grupo a la nación isleña.

En un comunicado de prensa, el secretario de Hacienda, Steven Mnuchin, dijo que la prohibición de viajar fue restablecida debido al «papel desestabilizador en el Hemisferio Occidental, proporcionando un punto de apoyo comunista en la región y apoyando a los adversarios de Estados Unidos en lugares como Venezuela y Nicaragua, fomentando la inestabilidad, socavando el imperio de la ley y suprimiendo los procesos democráticos».

Con las nuevas restricciones, dijo Mnuchin, la administración espera «mantener los dólares estadounidenses fuera del alcance de los servicios militares, de inteligencia y de seguridad cubanos».

En Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Eduardo Rodríguez Parrilla, dijo que Estados Unidos quiere «[sofocar] la economía y[dañar] el nivel de vida de los cubanos para obtener concesiones políticas a la fuerza».

Bruno Eduardo Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, criticó fuertemente las nuevas sanciones a los viajes.

«Rechazo enérgicamente las nuevas sanciones anunciadas por #US vs. #Cuba que restringen aún más los viajes de los ciudadanos de #US a Cuba, con el objetivo de sofocar la economía y dañar el nivel de vida de los cubanos para obtener concesiones políticas por la fuerza», escribió Parrilla en Twitter. «Una vez más, fracasarán».

Independientemente de cómo se sienta, el conflicto entre el gobierno de Estados Unidos y el régimen cubano no debería afectar a la gente que no tiene nada que ver con ello. Ya sea que los funcionarios de ambos países lo reconozcan o no, no tienen autoridad legítima sobre la vida de las personas.

El Estado no debería dictar la política de viajes

Este nuevo ataque a Cuba, admitió el propio Mnuchin en su declaración, se debe a la estrecha asociación de Cuba con Venezuela. Pero debido a que estas restricciones afectan directamente a los ciudadanos cubanos, ya que muchos sólo pueden ganarse la vida gracias a los turistas estadounidenses, el movimiento de Trump podría ser visto como un acto de guerra.

Ya sea que usted apoye o no a los regímenes opresivos de Venezuela y Cuba, la naturaleza de la política de la actual administración no puede ser ignorada, ya que pone a Estados Unidos, una vez más, en el papel de la policía del mundo. Y como hemos visto en el pasado, desempeñar este papel significa poner en peligro la vida de personas inocentes.

Mientras que para algunos podría parecer bien castigar a todo el país por su gobierno corrupto, la realidad es que los cubanos no están enamorados del comunismo… Por el contrario, muchos están de acuerdo en que su gobierno no los representa. Pero cuando Estados Unidos impone sanciones o prohibiciones de viajar, termina alimentando la propaganda del Estado cubano y restringiendo el derecho del individuo a hacer lo que le plazca con su propio dinero. Al final, los que más sufren son los cubanos, muchos de los cuales viven del intercambio con extranjeros.”

Subsidios, dumping y libre comercio unilateral: no se puede comprar barato

En un post reciente se comentaba el tema del “dumping” de productos subsidiados por un gobierno en el mercado global. Pierre Lemieux, en un artículo en la revista Regulation, plantea el caso de los paneles solares producidos en China y exportados a los Estados Unidos, http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2014/10/regulationv37n3-8_1.pdf#page=4

Ahora veremos específicamente el tema del dumping y el libre comercio unilateral:

“Para la ley comercial internacional, aplicada por organizaciones como la OMC, exportar algo a un precio menor al costo de producción es ‘dumping’, y está prohibido. Las exportaciones de paneles solares chinos son un claro caso de dumping si son posibles gracias a un subsidio del gobierno, lo cual es probable. Nótese que una empresa maximizadora de ganancias sin subsidios no va a ‘regalar’ sus productos, excepto para sacarse de encima algún excedente temporal o como una promoción. Por lo que el temor al dumping es muy exagerado. Solamente puede persistir a través de subsidios gubernamentales, y los contribuyentes extranjeros no van a mantener su bondad por siempre.”

“Los gobiernos tratan de argumentar que la protección contra el dumping no es proteccionismo. La Comisión Europea ha declarado (patéticamente):

‘Las medidas de defensa del comercio no son proteccionistas. Ni son ilegales. Por el contrario: son la respuesta legal para salvar a una industria que sufre dumping masivo desde un tercer país. Las medidas de defensa comercial buscan emparejar la cancha nuevamente. No existe tal cosa como un derecho a importaciones baratas, pero con dumping.’

“La Comisión sería más persuasiva si argumentara que no existe tal cosa como un derecho general a productos baratos y subsidiados. Pero entonces estaría serruchando la rama donde se para porque subsidiar es la esencia de los actuales gobiernos. Es bastante poco controvertido que los norteamericanos y europeos no tienen derecho a recibir productos subsidiados por contribuyentes chinos, pero por qué alguien tendría el derecho a prohibir que esos consumidores acepten la oferta china? El problema está en los que dan, no en los que reciben.”

“Es muy fácil disfrazar al proteccionismo bajo la etiqueta del dumping y la cancha pareja. En la actualidad, la mayoría de los productos son subsidiados por los gobiernos de una forma u otra, y tratar de distinguir entre subsidios directos o indirectos requiere mucho talento. Excepto por el libre comercio –la libertad de compradores y vendedores para decir sí o no- no existe una definición no arbitraria de una cancha pareja.”

“El caso de los paneles solares provee un buen ejemplo del argumento por el libre comercio unilateral. Si un estado prohíbe a sus residentes importar o fuerza a sus contribuyentes a subsidiar exportaciones, los individuos en otro país no ganan nada imponiendo restricciones similares a sí mismos. Si tu vecino tira rocas en su puerto, no ganas nada tirando rocas en el tuyo. La mejor política, por cierto, es el libre comercio multilateral. Pero si esto no puede alcanzarse, la libertad de importar unilateral está en el segundo lugar. Y como las importaciones de un país se pagan, en definitiva, con sus exportaciones, otros países podrán exportar solamente si permiten importaciones.”

“Las importaciones son lo que es importante. En su libro Principios de Economia, de 1848, John Stuart Mill lo explicaba correctamente:

‘La única ventaja directa del comercio exterior son las importaciones… La vulgar teoría [del proteccionismo] no considera este beneficio y sostiene que la ventaja del comercio está en las exportaciones: como si no fuera lo que un país obtiene, sino aquello que entrega, por su comercio exterior, lo que supuestamente gana con él. …Esta noción es comprensible, cuando pensamos que los autores y líderes de opinión sobre cuestiones comerciales han sido siempre hasta aquí los vendedores. Es, en realidad, un reliquia sobreviviente de la Teoría Mercantil.”