¿Qué pasa si uno pudiera votar a más de un candidato? Hay quienes piensan que sería un mejor sistema electoral

Ya que estuvimos en período electoral y ahora se habla de reformas, podemos considerar las ventajas y desventajas de distintos sistemas electorales. ¿Qué tal si uno tuviera la oportunidad de votar a varios candidatos? Al igual que ahora, ganaría el que obtiene más votos. Lo explican y comentan en este artículo: Hamlin, A. y  Hua, W, del Center for Election Science: “The case for approval voting”. Const Polit Econ 34, 335–345 (2023). https://doi.org/10.1007/s10602-022-09381-x

“En los últimos años, los ciudadanos de muchos estados y ciudades de EE. UU. han presionado por varias reformas de los métodos de votación. Esto plantea la importante pregunta de qué reforma cumplirá mejor con los objetivos normativos y prácticos de la democracia representativa. Si bien también evaluamos las críticas al respecto, defendemos en este artículo que el voto de aprobación es la respuesta procesable más simple. Más específicamente, argumentamos que el voto de aprobación ofrece claras ventajas, no solo en relación con el statu quo del voto por pluralidad, sino también en relación con reformas alternativas. Al dar a los votantes la capacidad de apoyar a varios candidatos por igual, la votación de aprobación otorga una verdadera agencia al electorado para seleccionar fuertes ganadores entre un grupo de candidatos que es más competitivo, diverso y receptivo a lo que quieren los votantes. Como reforma electoral de bajo costo pero de alto impacto, la implementación del voto de aprobación puede crear mejoras significativas y duraderas en la calidad de la representación y las políticas.”

Una cosa es ir a votar, otra es cómo se cuentan los votos y según como se haga el resultado puede ser diferente

Último sobre sistemas electorales, en este caso, el conocido como sistema Borda que analiza en este artículo de Donald G. Saari, Department of Mathematics and Department of Economics, University of California Irvine: Saari, D.G. “Selecting a voting method: the case for the Borda count”. Const Polit Econ 34, 357–366 (2023). https://doi.org/10.1007/s10602-022-09380-y

“De importancia al seleccionar un método de votación es si, de manera regular, sus resultados capturan con precisión la intención de los votantes. Una sorpresa es que muy pocos procedimientos hacen esto. Otra característica deseada es un enfoque de decisión para ayudar a los grupos a llegar a un consenso (Sección 5). Como se ha descrito, estos objetivos se satisfacen únicamente con el conteo de Borda. Abordar estos objetivos requiere comprender qué puede salir mal, qué causa las dificultades para votar y qué tan malas pueden ser. Para evitar tecnicismos, todo esto se ilustra con ejemplos acompañados de referencias para los lectores que deseen un análisis completo. Como se muestra (Secciones 1 a 3), la mayoría de los problemas reflejan una pérdida de información vital. Comprender esta característica ayuda a demostrar que la descripción típica del teorema de Arrow, «con tres o más alternativas, ningún método de votación es justo», no es precisa (Sección 2).”

Una reforma electoral que hace más competitiva la elección de diputados, senadores y gobernador

A veces algún cambio en el sistema político se produce, y a veces parece que para mejorarlo. Siempre es difícil esto porque quienes tienen que votar y aprobar un cambio son aquellos que fueron electos con el sistema vigente y temen que un cambio los deje afuera. Pero a veces se da, tal es el caso de Alaska, que ha ido a un sistema donde hay cuatro finalistas y los votantes los ordenan en un ranking. Se comenta en este artículo de Cato at Liberty, “Evaluating Alaska’s First Run with Final Four Voting”, por Walter Olson, quien es senior fellow at the Cato Institute’s Robert A. Levy Center for Constitutional Studies: https://www.cato.org/blog/evaluating-alaskas-first-run-final-four-voting

“He escrito antes sobre el nuevo sistema electoral Final Four de Alaska (una primaria universal a partir de la cual avanzan cuatro candidatos, y la elección general emplea la votación por orden de preferencia). Es probable que el problema permanezca en las noticias ya que Nevada y quizás otros estados puedan seguir con sus propias versiones, en su mayoría expresadas como Final Five en lugar de Four.

Ahora, el miembro del R Street Institute, Ryan Williamson, ha escrito una evaluación de cómo funcionó el plan de Alaska en su período de prueba el año pasado. Resumen: funcionó bien.

“Una revisión de la evidencia inicial encontró que las carreras en el estado se volvieron más civilizadas y competitivas en general”, escribe Williamson. Aunque el cambio de procedimiento fue grande, “causó poca interrupción en la composición del gobierno… Es importante destacar que los habitantes de Alaska vieron el proceso favorablemente, describiéndolo en gran medida como ‘simple’ a pesar de algunos argumentos en contrario”.

Un objetivo clave de las reformas era aumentar la competencia electoral, y eso parece haber sucedido. En particular, menos candidatos se postularon sin oposición y menos contiendas se decidieron de manera efectiva en primarias partidarias de baja participación en las que solo podría participar entre el 10 y el 20 por ciento de los votantes de un distrito. “El 60 por ciento de los habitantes de Alaska informaron que las elecciones de 2022 fueron más competitivas que otras elecciones recientes”. Si bien las contiendas animadas y de alto perfil para el Senado y la Cámara de Representantes de los EE. UU. atrajeron la mayor parte de la atención nacional, las contiendas estatales pueden ser, de alguna manera, la medida más reveladora: “En comparación con los cinco ciclos electorales anteriores, 2022 marca el nivel más alto de competencia para el estado de Alaska. escaños legislativos”. Aun así, a los titulares en general les fue bien. Y contrariamente a lo que se dice sobre un supuesto plan para “arreglar las elecciones” a favor de los demócratas, “a los republicanos de Alaska en general les fue bien con el enfoque de los cuatro primeros… La evidencia muestra que los republicanos no vieron ningún cambio en su capacidad para traducir su apoyo en escaños

Propuestas para mejorar el sistema electoral ranqueando a todos los candidatos que se presenten

Uno de los problemas que presentan los sistemas electorales, y no de fácil solución, es que no miden la intensidad de las preferencias. Es decir, un voto, tanto sea en una boleta única como en boletas separadas, es un voto, y no nos dice nada de cuán intenso era el deseo del votante de que ese candidato ganara, puede ser que le da lo mismo, que eligió al menos malo o que se muere porque esa persona gane. Es por eso que desde hace tiempo ya han surgido propuestas que buscan reducir, aunque sea algo, ese problema, pidiéndole al votante que ranquee a los candidatos según su mayor o menor aprobación.

En este paper Eric Kamwa se trata el tema: “On Two Voting systems that combine approval and preferences: Fallback Voting and Preference Approval Voting”. 2022. ￿hal-03614585￿: https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-03614585/document

“La votación de aprobación de preferencia (PAV) y la votación de respaldo (FV) son dos reglas de votación que combinan aprobación y preferencias. Fueron introducidos por primera vez por Brams y Sanver (2009). Bajo PAV, los votantes clasifican a los candidatos e indican cuáles aprueban; con FV, clasifican solo a los candidatos que aprueban. En este artículo, complementamos el trabajo de Brams y Sanver (2009) explorando algunas otras propiedades normativas de FV y PAV. Mostramos, entre otros, que FV y PAV satisfacen y no cumplen los mismos criterios; poseen dos propiedades que AV no tiene: la optimización de Pareto y el hecho de elegir siempre al ganador absoluto de Condorcet cuando existe. Para elecciones de tres candidatos y un electorado muy grande, comparamos FV y PAV con otras reglas de votación al evaluar las probabilidades de satisfacer los criterios de mayoría de Condorcet. Encontramos que PAV funciona mejor que la regla de Borda. También encontramos que en términos de acuerdo, FV y PAV están más cerca de las reglas de puntuación que de la votación de Aprobación. Nuestro análisis se realiza bajo el supuesto de Cultura Anónima Imparcial.”

¿Con más apertura y competencia en el sistema electoral no se terminaría castigando a los corruptos?

Parece que en el área política podemos tener malas noticias cuando pensamos estar avanzando hacia mayores niveles de competencia. En un reciente estudio publicado por la Toulouse School of Economics: https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-03629643 se plantea que el cambio desde un sistema electoral de representación proporcional con lista cerrada a uno con lista abierta (es decir, que la lista la arma el votante), daría como resultado mayor cantidad de votos para candidatos corruptos. Si fuera así, es una pena. Los autores son :

Rumilda Cañete, Josepa Miquel-Florensa, Stéphane Straub, Karine van der Straeten. “Voting Corrupt Politicians Out of Office? Evidence from a Survey Experiment in Paraguay”. 2022. ￿hal-03629643

“Este documento desafía la sabiduría convencional de que dar a los votantes más poder, tanto formalmente a través del uso de sistemas electorales más “abiertos” como informalmente a través de un acceso más fácil a la información sobre las malas acciones de los políticos, necesariamente dará como resultado que voten a los políticos corruptos fuera de sus cargos. Centrándonos en una comparación entre los sistemas de representación proporcional de lista cerrada y de lista abierta, mostramos teóricamente que es probable que abrir las listas genere un gran cambio de porcentaje de votos a favor de los partidos en el poder, que en muchos países resultan ser los más corruptos. . Diseñamos un experimento de encuesta para probar estas predicciones en Paraguay y encontrar evidencia de apoyo sólida. No encontramos en nuestro contexto que la falta de información sea un gran obstáculo para que los votantes despidan a los políticos corruptos; en todo caso, bajo el sistema más abierto, los partidarios del partido en el poder tienden a emitir más votos por políticos con un historial reciente de corrupción.”

 

En tiempos de definición de candidatos en primarias, Gordon Tullock sobre la matemática de los sistemas electorales

En estos momentos de definiciones de alianzas y candidatos, con los alumnos de la materia Public Choice vemos a Gordon Tullock sobre sistemas electorales y escrutinios de elecciones:

Tullock

“La democracia ha tenido un serio problema desde hace ya un largo período. Un poco antes de la Revolución Francesa, Condorcet, un matemático distinguido y miembro de la Academia Francesa, descubrió un problema matemático en el proceso de votación. Al comienzo de la década de 1950, Keneth Arrow, quien luego se convirtió en Premio Nobel, en parte por este trabajo, formuló una demostración general en orden a que todos los procesos de votación están sujetos a este muy severo problema.

El Imperio Romano fue en general un gobierno muy exitoso, pero tenía lo que hoy consideraríamos una forma muy grotesca para tomar ciertas decisiones importantes. Mataban un buey, observaban detenidamente su hígado y de acuerdo a esta inspección cuidadosa decidían lo que pensaban que los dioses querían que ellos hicieran. Hoy diríamos que no estaban recibiendo orientación de parte de los dioses; pueden haber sido engañados por sus sacerdotes, lo que tal vez ocurrió aun con la mejor de las intenciones. Por otra parte, pueden haber estado recibiendo una serie de resultados al azar.

Las matemáticas, según pronto les explicaré brevemente, plantean la posibilidad real de que el acto de votar, que es la base de toda estructura democrática, sea de la misma índole, ya que no es algo producido por la voluntad del pueblo o que sume las preferencias, sino que es simplemente un generador de sucesos al azar. No estoy diciendo que podamos demostrar que es así, sino que en este momento no hay forma de probar lo contrario; por cierto, el trabajo matemático realizado indica que es así.

Habiendo presentado esta demostración como una especie de advertencia a todos ustedes en contra de poner atención al resto de mi charla, procederé ahora a hablar acerca de problemas prácticos al diseñar una Constitución. Si todos ustedes, una vez escuchada la demostración, se paran y se van, no estaré en posición de reclamar.

Cuadro 1

Votante 1: A B C

Votante 2: B C A

Votante 3: C A B

Déjenme comenzar con el Cuadro 1: tenemos un cuerpo de votantes compuesto por 3 personas que son el señor 1, el señor 2 y el señor 3, y ellos están escogiendo entre las alternativas A, B y C, y cada uno de ellos tiene el orden de preferencia que he mostrado, o sea, el señor 1 prefiere a A sobre B y a B sobre C. Preguntémonos qué pasaría si votaran sobre el asunto. El procedimiento habitual en la mayoría de las legislaturas, cuando hay más de dos alternativas, es agruparlas de a pares. Por ejemplo, pongamos a A contra B y luego a la alternativa ganadora contra C. Al observar este caso, vemos que el señor 1 votaría por A, el señor 2 votaría por B y el señor 3 votaría por A, resultando en que A tiene más votos que B. A continuación se toma el ganador en contra de la alternativa C; en este caso, el señor 1 votará por A, el señor 2 por C y el señor 3 por C; por lo tanto, C le gana a A. Esta es la forma en que característicamente se detiene el proceso en las legislaturas comunes.

Pero supongamos que somos escépticos y en vez de decir que como C gana a A y A gana a B, C le debe ganar a B. Al observar cuidadosamente vemos que el señor 1 votaría por B, el señor 2 votaría por B y el señor 3 votaría por C. En otras palabras, no hay una sola proposición que pueda ganar si las consideramos todas, ya que una de estas tres proposiciones será derrotada por una de las otras. Esto se llama un ciclo de votación.

Cuando se tiene dicho tipo de ordenamiento de las preferencias estamos ante la desafortunada circunstancia de que el resultado queda completamente determinado por el orden de la votación. Desgraciadamente, cualquiera sea el orden por el cual se sometan a votación, el asunto no mejora nada, ya que dicha votación sólo reproduce el mismo problema.

Así no hay salida. Parecería, sin embargo, que estoy recurriendo a mucha simetría en este diagrama, ejemplificando una situación muy improbable. La razón por la que apelo a esta simetría es porque tengo sólo 3 votantes, ya que si se tiene un número grande de votantes no es necesaria tanta simetría. Por ejemplo, si se supone que hay 100 votantes como el señor 1 y 100 votantes como el señor 2, ocurrirá el mismo fenómeno.

Las investigaciones de carácter matemático acerca de la frecuencia de los ciclos en el mundo real han resultado ser extremadamente difíciles. Yo comencé con eso, programando un computador; generé una gran cantidad de individuos en la memoria del equipo, les di órdenes de preferencia, los hice votar y conté los ciclos. Ese método se ha repetido después en una forma mucho más complicada y sofisticada y se han desarrollado numerosas técnicas matemáticas, todas las cuales inducen a creer que los ciclos son en realidad muy comunes. Sin embargo, debo decir que realmente no lo sabemos.”

Hablando de sistemas electorales, Tullock comenta la representación proporcional bicameral

Con los alumnos de la materia Public Choice, vemos una conferencia que dictara Gordon Tullock en Chile publicada luego en la revista académica Estudios Públicos con el título “Votación y Sistemas Electorales”. Comenta sobre la representación proporcional: Tullock

Hay otra proposición que es de una naturaleza similar, tiene aproximadamente el mismo efecto, es muy común y además está contemplada en vuestra nueva Constitución. Consiste en tener un cuerpo legislativo bicameral. Si los miembros de ambas cámaras son elegidos mediante dos sistemas distintos, el número efectivo de votantes que se requiere como respaldo para cualquier proyecto de ley es mucho mayor que la mayoría simple, porque es necesario tener la mayoría de los votantes de los distritos según se hayan organizado en una cámara y, además, la mayoría entre los votantes de los distritos según se hayan organizado en la otra cámara. Estas dos mayorías normalmente no coinciden. Por lo tanto, este sistema va en la dirección que he indicado.”

“Me parece, sin embargo, que en este caso puede que ustedes se hayan equivocado al diseñar vuestro cuerpo legislativo bicameral; no los puedo culpar demasiado, puesto que nosotros los norteamericanos cometimos el mismo error. Una de las Cámaras está básicamente distribuida en forma pareja en función de la población y, la otra, se constituye a partir de representantes por regiones, lo que significa que distintas personas tendrán grados de influencia radicalmente diferentes. Si me acuerdo bien, la región metropolitana elegirá a dos senadores y habrá algunas áreas escasamente pobladas del extremo austral que también elegirán la misma representación. Hacemos lo mismo en los Estados Unidos, ya que Alaska cuenta con dos senadores, al igual que California. No es infrecuente ver esto en democracias, pero en general creo que es menos eficiente que tener representatividad equivalente en ambas cámaras.

Si van a tener representatividad equivalente en ambas cámaras, entonces la cuestión se convierte en determinar en qué medida los votos de los ciudadanos tendrán distinta ponderación.

Lo que yo recomendaría es que ustedes usen simultáneamente lo que llamo el procedimiento anglosajón, es decir, cada circunscripción escoge a una persona para una de las cámaras y la variante europea de representación proporcional para la otra cámara, para tener así dos ordenaciones drásticamente diferentes. Tal como está redactada ahora la Constitución, sería posible elegir la Cámara Baja por medio de representación proporcional. Eso dejaría con la Cámara Alta en abierta desproporción. Por lo mismo, les sugeriría que esto fuese modificado en términos tales que la Cámara Alta tenga una distribución pareja. En todo caso, creo que el ideal sería tener una cámara constituida con régimen electoral mayoritario y la otra elegida por representación proporcional.

Me referí a esto como «representación proporcional continental». No creo que ustedes estén familiarizados con esto, pero en el mundo de habla inglesa las palabras «representación proporcional» se refieren a algo denominado como método de Haré, el que no es usado seriamente en ninguna otra parte; Australia e Irlanda lo tienen, pero normalmente tiene poco  efecto. A lo que me refiero es al tipo de esquema usado en Suiza, Italia, la República Federal de Alemania, etc. En general, esto se reduce a que la cantidad de escaños que un partido determinado tiene en el Congreso es proporcional al número de votos que obtuvo en las elecciones nacionales generales.”