Convenio YPF-Petronas, tribunales en Francia y jurisdicción en Canadá. Competencia inter-jurisdiccional

En el medio del conflicto judicial con los holdouts, La Nación informa que “YPF cerró un acuerdo similar al de Chevron”: http://www.lanacion.com.ar/1722583-ypf-cerro-con-petronas-un-acuerdo-similar-al-de-chevron

El acuerdo, dice el artículo, “activará en 2015 un proyecto de inversión de hasta u$s 550 millones en Vaca Muerta, de los cuales la compañía extranjera pondrá u$s 475 millones”.

Petronas

Muy bien, hasta aquí es la descripción de un acuerdo de inversión en este promisorio yacimiento de shale oil, pero quiero referirme aquí a lo que se comenta en este párrafo:

“El convenio es similar al que YPF cerró con Chevron el año pasado y despertó una fuerte polémica. Estipula que un eventual conflicto entre las partes se definirá en tribunales de Francia, se rige por legislación internacional (del estado de Alberta, Canadá) y no se difundirá públicamente.”

La polémica a la que hace referencia se refiere a su no difusión, amparada en el hecho de que todavía se trata de una empresa “privada”, aunque gestionada por el estado, y que estas empresas no tienen ninguna obligación de hacer públicos sus contratos.

Pero lo que resulta interesante comentar más detenidamente es el resto del párrafo, que los conflictos se definirán en tribunales de Francia y que el contrato se rige por legislación del estado de Alberta, Canadá. Claro, no podía ser New York. Esto muestra un fenómeno importante: la globalización de la justicia, o, mejor dicho, la competencia entre jurisdicciones.

La ciencia política define al estado como aquella entidad que ejerce el monopolio de la coerción dentro de un determinado territorio. Como parte de ese poder administra unas fuerzas armadas, policías y la justicia. Pero he aquí que la llamada “globalización” pone en cuestión al menos parte de ese monopolio. Las partes de todo tipo de contrato internacional pueden elegir la jurisdicción en la cual se van a dirimir sus conflictos. Esto pone en competencia a los distintos sistemas jurídicos, donde aquellos que ofrecen “seguridad jurídica” terminan “atrayendo consumidores” y quienes no los pierden.

Es el caso de este contrato. Al margen de toda retórica nacionalista, lo cierto es que YPF no hubiera podido conseguir inversores, ni Chevron ni Petronas, si hubiera exigido jurisdicción nacional. Esto quiere decir que la jurisdicción nacional no es confiable, que pierde en esa competencia global entre jurisdicciones.

Ante esta circunstancia nos quedan las siguientes opciones:

  1. Dar prioridad a la soberanía, reclamar la jurisdicción local y quedarnos sin las inversiones extranjeras. Esta posición puede adular el sentimiento nacionalista de muchos pero nos deja sin explotar el recurso ya que no existe ahorro interno suficiente como para financiar semejante inversión.
  2. Aceptar una jurisdicción que sea confiable para el inversor, como en este caso los tribunales de Francia. Se obtiene la inversión pero si hay algún problema se tendrá que resolver en otros tribunales.
  3. Lograr que el sistema jurídico sea confiable. Es decir, “competir” exitosamente con las otras jurisdicciones. Esto requeriría parlamentos que no modifican los contratos con sus legislaciones o violan derechos de propiedad y luego jueces que hacen cumplir los contratos y no avalan su violación.

Lamentablemente, toda la discusión actual se centra, básicamente, en las opciones 1 y 2, pero en verdad la mejor es la 3, ya que eso no solamente protegería a inversores extranjeros sino también a todos los ciudadanos locales, que podrían también confiar en su sistema judicial.

En definitiva, el caso YPF-Petronas nos muestra que el sistema jurídico está sujeto a la competencia. Tal vez la mejor forma de honrar el espíritu nacional sería contar con un sistema jurídico que los extranjeros elijan para sus contratos. Imaginemos que un contrato entre una empresa china y otra en Uganda dijera que cualquier disputa se resolverá en los tribunales argentinos. Parece totalmente imposible, pero no lo es. Después de todo, Alberta, Canadá no es muy diferente de, digamos, Chubut. Solo nos diferencia la “seguridad jurídica”.

¿Exuberancia irracional en los precios de viviendas y terrenos en Vaca Muerta?

Carlos Pagni escribe en La Nación un muy breve artículo sobre el pueblo llamado Añelo, ubicado  en la zona de desarrollo de los nuevos yacimientos de shale oil y shale gas en Neuquén:  http://www.lanacion.com.ar/1687200-anelo-la-fiebre-del-shale-ya-tiene-su-meca

Vaca Muerta

Lo reproduzco todo porque es corto:

“En 1948, en Coloma, California, un agricultor descubrió pepitas de oro. La noticia atrajo una oleada de cazafortunas que pasó a la historia como «la fiebre del oro».

Neuquén tiene hoy su Coloma. Se llama Añelo, y está sobre Vaca Muerta . Desde que se decidió explotar ese yacimiento, Añelo es un caso de «exuberancia irracional». Alquilar un monoambiente puede costar $ 18.000 por mes. Y el local de un maxiquiosco, $ 25.000. Un lote de 500 m2 cuesta US$ 100.000. Una hectárea cerca de la ruta, US$ 300.000.Casi todos los terrenos son fiscales. En 2010, Añelo tenía 2500 vecinos. Ahora tiene más de 4000.

Aún nadie sabe qué tipo de negocio es Vaca Muerta. Pero la fiebre del shale gas y el shale oil está desatada. A pesar de que Añelo carece de infraestructura, se multiplican las inversiones hoteleras. Como la provincia y el municipio no se pusieron de acuerdo, ya hay dos parques industriales.

Añelo es la metáfora del desafío nacional. Puede simbolizar una vía rápida hacia la modernidad. O ser la semilla de un nuevo conurbano.”

No creo que debiéramos llamar a lo que ocurre “exuberancia irracional”. No quiere decir que ésta no exista. Se utiliza eso para señalar las «burbujas» que se generan en distintos activos originadas en políticas monetarias expansivas. Es decir, la autoridad monetaria emite, aumenta la oferta de dinero por sobre su demanda, y ese dinero adicional se dirige a comprar algunos activos, donde aparece una «burbuja», que luego se pincha. Como en la Argentina hay también exceso de emisión monetaria se pueden generar «burbujas» (aunque las nuestras son casi siempre en el dólar paralelo). ¿Es Añelo un caso «de esos?

No creo, es una clara respuesta a lo que ocurre en la zona. Es un desierto, no hay nada. La señal del mercado es muy clara, hacen falta más viviendas, maxiquioscos. Esos precios son una señal muy fuerte que busca atraer inversores para que vayan y los construyan.

Anticipo que algunos van a pensar que eso muestra gente que se está aprovechando. Sí, claro, como cualquiera, pero sobre todo están señalando la escasez y generan el incentivo para reducirla. El problema básico es que hay pocos oferentes y muchos demandantes. Si la tierra está tan cara, bien podría el estado vender sus terrenos fiscales y aumentar la oferta, los precios caerían.

Lo peor que podría hacerse en ese caso es intervenir en los precios, por ejemplo, fijando precios máximos para las viviendas o los alquileres, pues de esa forma estaríamos destruyendo la señal que llama a los gritos a los inversores a poner su dinero allí en viviendas y comercios.