No hay que olvidar esto: en la Unión Soviética el Partido Comunista decidía con quién y dónde se tomaba alguien vacaciones

La izquierda se renueva y propone siempre nuevos “derechos”, pero es necesario recordar los “derechos” que tenían en los países de la órbita socialista. Nos parecería ahora una locura. Esto se comenta en el artículo de Tim Brinkhof, periodista holándes, en JSTOR Daily con el título “Workers of the World, Take PTO!” (PTO es paid time off, o vacaciones pagas): https://daily.jstor.org/workers-of-the-world-take-pto/

“En la Unión Soviética, el gobierno regulaba casi todos los aspectos de la vida. Los censores decidían qué libros podían publicarse. Los comediantes tenían que enviar material para su aprobación antes de poder ponerse detrás de un micrófono. No aplaudir un discurso de Joseph Stalin podría hacer que arrestaran a una persona. También podría escuchar una copia pirata de los Beatles.

Incluso dónde, cuándo y con quién irías de vacaciones lo determinaba el Partido Comunista.”

“Desde la década de 1930, era costumbre que los ciudadanos soviéticos viajaran en grupos de 25 a 40 personas reunidas al azar por sus sindicatos. Cuando los adultos se relajaban en los centros turísticos o se embarcaban en giras, sus hijos eran enviados a campamentos de verano administrados por grupos juveniles estatales como los Jóvenes Pioneros o el Komsomol.

Cuando las vacaciones aún eran una novedad en la primera parte del siglo XX, a las familias no les importaba estar separadas. Sin embargo, en 1963 los sentimientos habían cambiado; una encuesta del periódico Komsomol’skaia Pravda de la Liga de la Juventud Comunista reveló que hasta el 45 por ciento de los vacacionistas soviéticos preferían viajar con amigos o familiares, en comparación con solo el 15 por ciento que disfrutaba de la compañía de extraños.”

Feriados obligatorios: mientras nos creemos patriotas, nos vamos a la playa por el fin de semana largo…

Argentina tiene 18 feriados por año, México tiene 7.  El gobierno modificó eso ahora por decreto reduciendo el número a 15 y desató una intensa polémica. La oposición, obviamente, se opone. Algunos gobernadores se oponen, algunos periodistas dicen que nunca se ha hecho un cálculo de beneficios y costos de las medidas, ya que si bien los feriados benefician a las zonas turísticas, perjudican a los comerciantes de la ciudades de donde salen los turistas. Es decir, los feriados no generan riqueza, simplemente definen si se va a consumir en Buenos Aires o en Mar del Plata.,

La discusión es aburrida. ¿Qué tal si discutimos si tiene que haber feriados en primer lugar?

¿Qué significa un feriado? Pues que el gobierno define que se trata de un día no laboral. Y que supuestamente se festeja algo (la independencia, por ejemplo), o se rememora alguna tragedia (la muerte de algún prócer, o un golpe de estado, por ejemplo).  Por cierto, la gente hace poca diferencia y lo toma como un domingo adicional, con poca relación con el contenido. ¿O acaso alguien sabe algo de la batalla de la Vuelta de Obligado de 1845? Pero el 20 de Noviembre es un excelente día de primavera para pasear.

En el medio de toda esta hipocresía, no nos detenemos a pensar si los feriados tienen sentido. Dicho así, pareciera la opinión de un verdugo de los trabajadores, pero esto no tiene nada que ver. Cuando un empleador contrata a un empleado toma en cuenta para esa decisión el costo de ese empleado, lo cual incluye su salario más todas las cargas sobre el salario, y éstas incluyen los días de vacaciones y los feriados, que son similares.

Entonces, cuantos más días feriados, más costoso es el empleado, y cuantos menos feriados, más barato. En el primer caso se reduce la demanda de trabajadores y en el segundo se amplía.

Pero en el medio de todo este análisis, ¿qué prefiere el trabajador? Nadie se lo ha preguntado. Simplemente se asume que el trabajador prefiere trabajar menos a trabajar más. Claro, así planteado el tema parece obvio, pero, ¿será así? Digo, si se le pregunta a un trabajador si prefiere xx días de feriado a cambio de xx menos ingreso, ¿qué diría?

La respuesta es que no sabemos qué diría, y es probable que las respuestas serían diferentes: algunos preferirían más días libres y otros más ingresos. Pero el estatismo no permite que se expresen estas preferencias individuales, quiere una solución homogénea para todo el ganado que asume similar.

Además, al ser celebraciones o lamentos forzados, no cuenta ni para quienes los imponen ni para quienes los acatan. ¿Podríamos decir que un presidente es más patriota porque ha impuesto como feriado una fecha determinada; o que lo es quien ese día se queda en su casa o se va de viaje? Todo eso es una farsa. No podemos contar ni la decisión de uno, ni la reacción del otro dentro del rubro ‘patriotismo’.

En ese sentido, si no hubiera feriados obligatorios tendríamos acuerdos entre las partes, o decisiones individuales que serían muchos más valiosas y con una justificación moral que las actuales no tienen. Es decir, si un almacenero decide el 25 de Mayo no abrir y acercarse al Cabildo para honrar a quienes buscaban liberarnos tiene un valor cívico mucho más alto que si lo obligan a cerrar y se queda en su casa viendo televisión. Un trabajador firmaría un contrato en el cual tiene cierta cantidad de días no laborales, que puede destinar para vacaciones, o para ir también al Cabildo y encontrarse con el almacenero para honrar a los patriotas.

Claro, todo esto parece estúpido, tal vez nadie lo haría, pero entonces será que a nadie le importa mucho el tema, muy a nuestro pesar. Peor es querer imponer patriotismo a la fuerza y pretender que en esos días, la gente celebra o lamenta algo que es, por cierto, importante.