¿Un aporte a la teoría del valor desde Egipto? ¿Una teoría objetiva basada en las «calorías»?

Siempre es bueno que aparezcan contribuciones y estudios de teoría económica de países donde no se encuentran usualmente grandes contribuciones. Por esa razón es que me pareció interesante que se publicara un texto de Aniss Mennoune  estudiante de la Faculté des Sciences Juridiques, Economiques et Sociales, Souissi Université Mohammed V de Rabat (Marruecos). El tema es muy interesante y lo describe el título: Theories of value in the history of economic thought, from objective theory of value to the subjective one : Analysis and diagnostic: https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-03702153/document

La evolución de la teoría del valor está bien explicada, desde Adam Smith, pasando por Ricardo y llegando a Marx, cuya teoría del “valor-trabajo” fuera sepultada por la Revolución Marginalista de Menger, Jevons y Walras. Pero luego, en fin, sostiene que una teoría del valor “objetivo” ha vuelto a surgir de la mano de un economista egipcio, quien planteara que hay una medida objetiva del valor que serían… las calorías?!? Así concluye:

“En conclusión, la teoría del valor ha conocido una larga marcha a lo largo de la historia de la ciencia en general, y se ha desarrollado en paralelo. Se advierte que existen a grandes rasgos dos corrientes dentro de una misma teoría: La explicación objetiva del valor desarrollada y adoptada primero por los Clásicos, como contraparte de la estimación subjetiva del valor puesta en el seno del pensamiento Neoclásico. Verificando las proposiciones de las dos corrientes respecto a las condiciones exigidas por la unidad de medida y como se demostró anteriormente para los Neoclásicos: La imposibilidad de cuantificar la satisfacción que procura el consumo de un bien por un lado y la inadecuación de la teoría cuando tratarse de bienes o usos materiales impide que la unidad de medida propuesta se considere correcta y científica. Asimismo para la explicación objetiva del valor, el tiempo dedicado a la producción en horas es siempre estable (una hora siempre es igual a una hora), Universal también (una hora en Marruecos es igual a una hora en Argelia), pero no es el unidad de medida correcta para medir la cantidad de energía que el cuerpo ha gastado, por la sencilla razón de que se pueden suministrar dos cantidades diferentes de energía en la misma cantidad de tiempo. Y es en este último punto que Muhammed Adel Zaky toma la delantera buscando la unidad de medida adecuada. Las calorías gastadas en el proceso de producción son estables en promedio para el cuerpo humano, Universales ya que todos los seres humanos consumen energía, y Científicas porque es la unidad de medida correcta propuesta y adoptada por los campos de la salud y la nutrición. Sobre esta base se puede comparar el valor de dos bienes, cuántas calorías costaron para su producción. Es cierto que eso significa implícitamente que la misma mercancía puede tener dos valores diferentes si son producidos por personas de diferentes sexos donde el hombre consume en promedio más energía que una mujer, pero esto no es razón suficiente para rechazar la unidad de medida. siempre y cuando satisfaga las condiciones por un lado, y la desigualdad del consumo de energía provenga de la diferencia de cuerpos entre los dos sexos, algo completamente natural.”

Zanotti no lo sabe, pero aquí le explica a nutricionistas y médicos, los errores de las teorías objetivas del valor

Con los alumnos de la materia Proceso Económico de la UFM, todos ellos nutricionistas o médicos, vemos ahora la teoría del valor. Para eso leen a Murray Rothbard, en el primer capítulo de El Hombre, el Estado y la Economía; y a Gabriel Zanotti en unas clases que brindara en la escuela del Almirante Sánchez Sañudo, donde dice sobre las teorías «objetivas» del valor:

Cuando digo valor, no me
estoy refiriendo a los valores éticos ni estéticos. Me estoy refiriendo a la teoría del
valor que explica el valor de los bienes en el mercado.
Todos sabemos intuitivamente que no es lo mismo una cosa que otra. La honestidad
es un valor moral irrenunciable pero a veces no es rentable. Y puede ser que el
primer cuadro que pintó Picasso no valiera nada en el mercado.
¿Cómo vamos a encarar, pues, la teoría del valor en el mercado? Vamos a hacer
una primera y típica subdivisión: valor objetivo y valor subjetivo. Hablar de un
valor objetivo no es un error, porque los valores éticos son objetivos. Pero la teoría
del valor objetivo en economía es otra cosa. Esa teoría trata de encontrar un
elemento que esté en las cosas de manera independiente de las valoraciones de las
personas en el momento de comprar y vender. Ese elemento puede ser la escasez, el
costo, el trabajo, la utilidad, etc.
O sea que las teorías objetivas del valor afirman que el valor está en las cosas y no
en las personas que valoran. Estas teorías se encuentran con algunos problemas. Por
ejemplo, vamos a suponer que, basándonos en lo que ya vimos, afirmamos que la
escasez es el origen del valor. Parece razonable. Sin embargo, cuando decimos que
algo es escaso, ¿lo es en relación a qué? Por ejemplo, los sombreros como los que
usa el Almirante (perdón!!) son muy escasos hoy en día en la ciudad de Buenos
Aires, pero a la vez son muy poco demandados. O sea que si algo es escaso (en
relación a lo que fuere) pero su demanda es cero, no vale nada. Con el tema del
costo pasa lo mismo. Es muy comprensible que si a uno le ha “costado” mucho
hacer o fabricar tal o cual cosa (en tiempo, en capital, en trabajo, en recursos
naturales, etc.) entonces uno mismo lo valora mucho. Pero, de vuelta, si el producto
no es demandado en el mercado, no vale nada. Todo el que haya sido empresario y
haya trabajado sin protecciones sabe que por más altos que sean sus costos, puede
ser que su precio de venta esté por debajo del costo o que no valga nada.
Lo mismo sucede con respecto al trabajo. Si yo quisiera fabricar un avión, el
trabajo que eso me puede tomar puede demandar toda una vida, pero el resultado va
a ser un completo desastre. No va a ser valorado en el mercado de ningún modo.
Con respecto al tema de la utilidad, pasa lo mismo que con la escasez. Es razonable
que se piense que si un bien es útil va a tener valor, pero en ese caso se confunde su
utilidad técnica con la demanda.
Por ejemplo, se puede decir que este grabador es objetivamente útil para grabar la
conferencia. Pero si hacemos un túnel del tiempo y vamos a la antigua Grecia a
vender grabadores, nadie lo va a comprar. Por más que sea objetivamente útil para
grabar las charlas de los grandes filósofos. Algo puede ser objetivamente útil pero
eso no quiere decir que sea demandado en el mercado.