Hayek y los hechos en la ciencias sociales

Con los alumnos de Escuela Austríaca, de UCEMA, vemos cuestiones metodológicas en un texto de Hayek titulado “Los hechos en las ciencias sociales”, que dice:  

“… ¿qué tipo de hechos estudian las ciencias sociales? Esta pregunta plantea directamente otra, que por diversos motivos es crucial para mi problema: ¿a qué nos referimos cuando decimos ‘una clase especial de hecho’? ¿No son dados como hechos de una clase determinada, o nosotros hacemos que lo sean por el modo en que los analizamos? Obviamente, todo el conocimiento que tenemos del mundo exterior proviene, en alguna medida, de la percepción sensorial y, por lo tanto, de nuestro conocimiento de los hechos físicos. Pero, ¿significa esto que obtenemos todo nuestro conocimiento únicamente a partir de hechos físicos? La respuesta depende de cómo definamos ‘una clase especial de hechos’.  

Una analogía tomada de las ciencias físicas servirá para aclarar esta posición. Todas las palancas o los péndulos que podamos concebir tienen propiedades químicas y ópticas, pero, cuando hablamos de palancas o péndulos no hacemos referencia a hechos químicos u ópticos. Lo que convierte una serie de cosas individuales en hechos de una clase determinada son los atributos que seleccionamos para tratarlos como integrantes de esa clase. Esto es, obviamente, un lugar común, pero significa que, aunque todos los fenómenos sociales que podamos analizar puedan tener atributos físicos, para nuestros fines no necesitan ser hechos físicos. Eso depende de cómo creamos conveniente clasificarlos para el análisis de nuestros problemas. Las acciones humanas que observamos y los objetos de esas acciones, ¿son miembros de la misma clase o de clases distintas porque se nos presentan –a nosotros los observadores- como físicamente similares o diferentes, o en función de otro criterio?  

Ahora bien, las ciencias sociales, sin excepción, se ocupan del comportamiento de los individuos para con su medio (otros hombres o cosas); tal vez debería decir que estos son elementos a partir de los cuales estas ciencias construyen modelos de relaciones entre muchos individuos. ¿Cómo hemos de definir o clasificar a los objetos de su actividad si queremos explicar o comprender sus acciones? ¿Cómo hemos de clasificar los objetos cuando intentamos explicar lo que los hombres hacen con ellos? ¿Según sus atributos físicos -lo que nosotros podemos averiguar sobre ellos al estudiarlos- o utilizando algún otro criterio?” 

Muchas preguntas, por supuesto, de difícil respuesta. En fin, hay que ver el artículo completo:  

Hayek, Los hechos en las ciencias sociales 

https://www.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/08/Los-hechos-en-las-ciencias-sociales.pdf 

 

2 pensamientos en “Hayek y los hechos en la ciencias sociales

  1. Resumen:
    Hayek aborda en este artículo cuál, en su opinión, debería ser el método a emplear en las “ciencias sociales”.
    Las cs. soc. se ocupan del comportamiento de los individuos para con su medio. El primer tipo de elementos de los que se ocupan son el medio sobre el cuál actúan. Los medios en las cs. soc. son, no sus propiedades físicas “reales”, sino lo que las personas creen que son, puesto que de ello (la creencia o entendimiento individual) depende la acción de cada individuo, que es lo que intentamos comprender; entonces, clasificamos los objetos de la actividad humana en función de lo que creemos que la persona observada conoce acerca de ellos. El segundo tipo de elementos de los que se ocupan es la acción humana en sí misma. Del mismo modo, ella no se debe a ninguna similitud objetiva o física, sino a la intención atribuida a la persona actuante, y es en función de estas intenciones que la clasificamos. En definitiva, este inteligir la acción o conducta humana constituye la única forma en que podemos comprenderla o entenderla. La interpretación de la acción humana como algo deliberado y significativo (“purposeful”) requiere de una definición de los objetos de estos elementos como la mencionada, esto es, en términos de opiniones e intenciones de las personas actuantes; así, de los conceptos de los medios (definidos en términos de la intención de una persona hacia ellos), podemos llegar a conclusiones sobre lo que serán las acciones.
    La aplicación de semejante procedimiento en las cs. soc. parece estar en conflicto con el empleado en las cs. nat. (emplear conceptos, clasificaciones, que hacen referencia a situaciones que todos reconocemos “intuitivamente” y que son la base sobre la que se desarrolla toda la interrelación social entre los hombres, pero que no podemos testear empíricamente por no poder establecer ninguna condición física que las defina y esté siempre presente en ellas). No obstante, el conflicto no es tal puesto que, a medida que nos ocupemos de seres más diferentes de nosotros, podremos comprender (en el sentido de inteligir) cada vez menos. Es decir, en las cs. soc. lo que hacemos (puesto que podemos, a diferencia de en las cs. nat.) al hablar de “comprender” la acción de una persona es adecuar lo que observamos en la realidad a patrones que ya posee nuestra propia mente; o sea, esas acciones “tienen sentido” solamente por haberlas considerado como el tipo de cosa que se ajusta al esquema de mi propia acción deliberada. Donde no existe esta posibilidad de interpretar en términos de analogías con nuestra propia mente, como sucede en las cs. nat., ya no podemos “comprender” en este sentido; aquí radica la diferencia esencial entre las disciplinas de las cs. soc. y nat.
    Esta clasificación, sin embargo, no es en las cs. soc. nuestro fin último, sino una forma conveniente de organizar nuestros datos (clasificándolos en clases de comportamiento individual) para todo lo que queremos explicar; a partir de estos elementos construimos modelos hipotéticos, teorías (“compositivas”, porque se componen a partir de los elementos inteligibles), en un intento por reproducir las pautas de las relaciones sociales que reconocemos en el mundo que nos rodea. De hecho, los llamados “hechos”, tanto en las cs. soc. como en las nat., son precisamente modelos mentales que construimos a partir de elementos que encontramos en nuestras propias mentes; con la única diferencia de que en las cs. soc. hacemos explícito lo que en el lenguaje cotidiano está implícito (puesto que su objeto de estudio nos es inteligible). Entonces, la tarea de las cs. soc. consiste en constituir los “hechos sociales” (o sea, elaborar teorías sociales), entendidos como esquemas estructurales de relaciones entre actividades individuales inteligibles, que el historiador pueda aplicar (conscientemente) cuando intente combinar los elementos que encuentra dentro de un todo inteligible, o sea, para interpretar los hechos históricos. De esto se deduce que las teorías sociales nunca pueden ser verificadas o falseadas con referencia a los hechos (empíricamente); lo que podemos y debemos verificar (empíricamente) es la presencia de nuestros supuestos en el caso particular. No obstante, si puede someterse a prueba la consistencia de la teoría: puede ser impertinente (condiciones que estipula nunca ocurren) o inadecuada (no toma en cuenta muchas condiciones). Es este el único tipo de teoría social que podemos aspirar a hacer, y no teorías basadas en generalizaciones empíricas, puesto que los hechos sociales no son objetos físicos definidos que se ofrecen a la observación, sino categorías familiares a nuestra propia mente (que podemos comprender únicamente por intelección); nunca nos enfrentamos con “toda la realidad”, sino que siempre analizamos una selección de ella hecha con la ayuda de nuestros modelos.

    Interesante/novedoso:
    La lectura me encanto. Me parece que abordó temas que no suele uno ver al estudiar estrictamente economía, puesto que son en realidad metodológicos, pero que son de la mayor relevancia porque la manera en que teorizamos (lo cual indefectiblemente hacemos, consciente o inconscientemente, como explica Hayek que sucede en el caso de los historiadores) constituye el piso en que estamos parados al hacer, en este caso, ciencia económica.
    Una de las cosas en particular que me resultó interesante, y que me parece que resuena bastante con nociones que hemos estudiado con Gabriel Zanotti (en filosofía de las ciencias en primer año), es la siguiente idea. Plantea que (o al menos eso yo le entendí), de hecho, los llamados “hechos”, tanto en las cs. soc. como en las nat., son precisamente modelos mentales que construimos a partir de elementos que encontramos en nuestras propias mentes; con la única diferencia de que en las cs. soc. hacemos explícito lo que en el lenguaje cotidiano está implícito (puesto que su objeto de estudio nos es inteligible). En definitiva nos dice que no hay observación de los “hechos” empíricos al margen de la teoría (sin “prejuicios”), sino que siempre, indefectiblemente, hay (aunque sea implícitamente) una teoría con que interpretamos esos “hechos” (el problema que en filosofía de la ciencia se denomina, Gabriel nos mencionó, “theory-ladenness”, o carga-empírica, de las observaciones).
    También me resultó muy interesante (y en consonancia con lo expuesto en el anterior párrafo) la nota al pie que hace luego de decir lo siguiente: “Y esto se debe simplemente a que estos conjuntos o estructuras sociales (…) no son objetos definidos que se ofrecen a la observación (…) nunca nos enfrentamos con toda la realidad, sino que siempre analizamos una selección hecha con la ayuda de nuestros modelos”. En la nota al pie dice: “No estoy seguro de que este punto constituya una verdadera diferencia entre las ciencias sociales y las naturales. Si no lo es, creo que son los científicos naturales los que están equivocados al creer que se enfrentan a toda la realidad, y no meramente a ‘aspectos’ seleccionados de ella”. Lo que me resulta interesante es que parece plantear un cierto monismo metodológico (mismo método, esencialmente, para cs. soc. y nat.), al igual que Popper, en el sentido de que tanto en las cs. soc. como en las nat. planteamos necesariamente hipótesis, que son por naturaleza conjeturales y, por tanto, sujetas a falsación; no obstante, la diferencia entre unas cs. y las otras radica en el objeto de estudio, y, en consecuencia, en los métodos que nos permiten elaborar estas hipótesis: en las nat. este método es la creatividad del científico, mientras que en las soc. es la “intelección” o comprensión (de la acción humana en tanto yo soy también un humano actuante). Me pareció interesante traer esto a colación puesto que otros referentes austríacos, como por ejemplo Benegas Lynch, defienden en cambio un dualismo metodológico, donde no habría en las cs. soc. elemento conjetural alguno en las teorías, y, por tanto, no tendría lugar alguno la falsación, lo cual me sienta como un cerramiento crítico, como si el sistema fuera irrefutable e indiscutible.

    3 preguntas a los autores (Hayek y Machlup):
    1) (a ambos) ¿Qué opinaría, a la luz de lo expuesto, del apriorismo extremo en la escuela austríaca?
    2) (a Hayek) Justamente, como entiendo usted plantea, ¿podríamos decir que los modelos mentales que armamos nos sirven para “aproximarnos” a la “realidad” pero, en tanto siguen siendo conjeturas (sociales), debemos ser conscientes de que no son en sí mismos la realidad, y mantenernos abiertos a la crítica y al diálogo?
    3) (a Hayek) ¿Estaría de acuerdo con pasar del típico “complejo de inferioridad” de las cs. soc. (respecto a las nat.), a un cierto, por así decirlo, complejo de superioridad, en tanto, de hecho, contamos con la ventaja de que, como usted menciona al final, “(..) mientras que al mundo de la naturaleza lo miramos desde fuera, al mundo de la sociedad lo vemos desde dentro”?

  2. En el documento de Hayek, titulado “Los hechos en las ciencias sociales”, el autor se dedica a explicar diversas características de las ciencias sociales y argumenta en contra de muchas prácticas que se utilizan como instrumentos de análisis y a las que estamos acostumbrados hoy en día. Muchas veces en las ciencias sociales, con el afán de hacerlas más “científicas”, se instrumentan métodos propios de las ciencias naturales que caen en errores conceptuales ya que los fenómenos de las ciencias sociales responden a situaciones de espacio-tiempo particulares y nunca igualmente reproducibles. Un punto fundamental de Hayek es que esos hechos de espacio-tiempo particulares, al momento de ser analizados, no son objetivamente diferenciables de otros hechos y por eso muchas veces se llegan a conclusiones diferentes para el mismo problema. Pero, es todavía más importante, el hecho de que el análisis está sujeto a la interpretación de la realidad del propio analista, ya que la única forma de entender las acciones humanas es a través de analogías con nuestra propia mente. Los objetos, de por sí, no tienen ninguna funcionalidad o significado para los seres humanos, sino que la adquieren solamente para nosotros y varía dependiendo de las personas. Según el autor, lo que hacemos al hablar de “comprender la acción de una persona” es adecuar lo que observamos en la realidad a patrones que ya posee nuestra propia mente. Por estos motivos, Hayek se pregunta si es legítimo utilizar en el análisis científico conceptos que son reconocidos “intuitivamente”, o si deberían evitarse por no poder establecer ninguna condición física de la cual podamos inferir con certeza que esas acciones o hechos pertenecen a la clase a la cual nos estamos refiriendo. Uno debe reconocer las cosas por como son para las personas de ese tiempo y lugar determinado, lo cual, aunque pueda ser muy aproximado, nunca podrá determinarse con certeza ya que no existen dos mentes idénticas.

    Relacionado con lo anterior, Fritz Machlup escribió un texto titulado “El problema de la verificación en economía”, en el cual se hace un análisis metodológico de la verificación de teorías e hipótesis generales (alejándose de Hayek con respecto a proposiciones que se refieran a eventos individuales o condiciones en un particular momento o lugar). Para el autor, la verificación se refiere sólo a generalizaciones hipotéticas. Según Machlup: “para establecer o verificar hechos históricos, debemos apoyarnos en la aceptación de numerosas hipótesis generales (teorías); y para verificar hipótesis generales, debemos apoyarnos en la aceptación de numerosos datos representando “hechos” observados o inferidos en varios momentos y lugares.”. Cabe mencionar que, cuando uno dice que una hipótesis está confirmada, en realidad quiere decir que no está disconfirmada, ya que está sujeta a avances científicos que puedan refutarla en el futuro.
    Además, Machlup describe dos posiciones contrapuestas de la economía: la economía pura, exacta y apriorística que sostiene a la ciencia económica como un sistema de verdades a priori, producto de la razón pura a través de deducciones y disciplina puramente axiomática; y la economía ultra-empirista que se oponen al apriorismo y rechazan cualquier sistema teórico construido sobre supuestos no verificados o no verificables.

    Algo que me pareció muy interesante es lo multifacético que es Hayek como académico. En esta oportunidad lo encontramos por fuera de su ámbito más común que es la economía y aun así me sorprende. Particularmente “Los hechos de las ciencias sociales” me permitió organizar mejor y ampliar las ideas que ya venía pensando de antemano, tanto para la interpretación de como los hombres vemos la realidad y analizamos situaciones históricas,a o de personas muy diferentes a nosotros y todos los problemas que esto conlleva para poder entender la acción humana correctamente. También me hizo pensar en que incluso los mismos objetos o acciones que para nosotros en el pasado pueden significar una cosa, en el futuro pueden no ser lo mismo, lo cual complejizaría aún más el problema. Por ejemplo, en la Primera Guerra Mundial, los soldados que antes de partir veían a las ratas como plaga y las rechazaban profundamente, es probable que, en el medio del contexto de trincheras con hambre y cansancio, muchos de esos soldados hayan visto a las ratas como su salvación ya que era lo único que podían comer.
    Otro ejemplo menos drástico: en la Argentina previa a la pandemia, algunas personas considerarían que no dar un beso para saludar era un síntoma de frialdad o algo por el estilo, pero, hoy en día con la pandemia, a algunas de esas mismas personas ni se les ocurre saludar de esa forma y rechazarían que los quieran saludar así.
    De esta forma, no solo hay distintas percepciones para las acciones u objetos entre los distintos seres humanos, sino que en determinados contextos estas percepciones cambian dificultando más entender al resto desde nuestra perspectiva personal y siempre subjetiva.
    Como dato curioso: Hayek menciona a Tierra del Fuego en su documento.

    Preguntas:
    1) En base a lo desarrollado en el texto de Hayek ¿Cree que hay una realidad objetiva y los seres humanos la interpretan desde su subjetividad, o no existe tal realidad objetiva?
    2) ¿Hayek consideraría a la econometría un instrumento válido de la ciencia económica?
    3) ¿Qué opina de la postura de Friedman en la cual no importa la irrealidad de los supuestos sino la capacidad de predicción del modelo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *