La desigualdad ha disminuido, pese a las constantes quejas y afirmaciones en contrario. Es lo que concluye el premio Nobel en economía, Angus Deaton, en el siguiente artículo en coautoría con Tim Besley, de Princeton: History of inequality, Dimensions of Inequality: The IFS Deaton Review, Oxford Open Economics, 2024, 3, https://eprints.lse.ac.uk/121230/1/odad096.pdf
“Para pensar en la desigualdad actual, tenemos que pensar en la desigualdad del pasado. Esto es válido para las desigualdades económicas (de ingresos y riqueza) y quizás aún más válido para las desigualdades en materia de salud, estatus, ciudadanía e influencia política.
Estudiar el pasado nos recuerda que debemos ser realistas sobre el ritmo del cambio y poner las tendencias actuales en contexto. Y, aunque cada desafío parece único para quienes lo atraviesan, los paralelismos con experiencias pasadas pueden ayudarnos a recordar cómo nuestros antepasados lidiaron con las tensiones creadas por los cambios tecnológicos, las guerras, las enfermedades y su entorno natural. Necesitamos saber dónde estamos hoy en relación con lo que ha sucedido antes, y hay mucho que aprender del estudio de cómo y por qué cambió la desigualdad.
La historia nos enseña que, por difíciles que parezcan las cosas hoy, las desigualdades son mucho menores que antes. Aunque hay muchos debates en curso sobre las injusticias en la vida moderna, casi todos los aspectos de la vida social, económica y política son más inclusivos que en el pasado.”