Los políticos persiguen su interés personal; habrá que ver si esto coincide con el interés general

El análisis económico de la política (Public Choice), nos permite entender mejor la política porque parte del principio de quienes se ocupan de ella, buscan alcanzar sus propios intereses, lo mismo que hacemos todos los demás en el mercado. No son ángeles que se ocupan solamente del bien común. Luego, habrá que ver si el sistema político canaliza esos incentivos hacia algo que podamos llamar “bien común”. Art Carden, profesor de Economía en Samford University analiza esto en el artículo “From Here to Serenity: How Public Choice Makes Me Less Cynical”: https://www.econlib.org/library/columns/y2023/cardenpublicchoice.html

“Después de que James M. Buchanan ganó el Premio Nobel, algunas personas sugirieron que la elección pública era demasiado obvia para un Nobel. Para otros, estaba mal. Algunos dijeron que era ambos. Otros afirmaron que la elección pública es inmoral: después de todo, Buchanan escribió a partir de la “observación hogareña” de que las personas responden a los incentivos y persiguen sus intereses en la arena política tal como lo hacen en el mercado. Basó su análisis en creencias realistas acerca de cómo las personas realmente actúan en lugar de visiones elevadas sobre cómo podrían hacerlo. La política, argumentaban sus críticos, debería manifestar nuestras mejores y más profundas inclinaciones morales. Es donde nos reunimos para determinar lo que es de interés para todos. El mercado es donde decidimos lo que es de interés para cada uno y luego peleamos por ello. Finalmente, asumir que la gente vota egoístamente podría hacer que la gente vote egoístamente, en detrimento de todos nosotros. ¿No es esto profundamente cínico, quizás incluso inmoral, en la medida en que asume que no somos capaces de nada más que codicia y en la medida en que nos anima a ser codiciosos?

Tal vez, pero creo que la elección pública me lleva a una visión del mundo menos cínica. Sus postulados —el individualismo metodológico, la elección racional y la política como intercambio— nos permiten explicar muchos fenómenos observando y analizando los incentivos y las limitaciones de las personas. En otras palabras, podemos explicar cuántas patologías políticas son las consecuencias no deseadas de buenas personas que responden a malos incentivos que emanan de instituciones que suprimen sin querer el valioso conocimiento social.”

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