En muchos países hay escuelas que son financiadas por el estado pero son gerenciadas privadamente, en algunos casos Estados Unidos) pueden llamarse “charter schools” o “sponsor led” (Reino Unido) y en el caso argentino hay muchas escuelas privadas que reciben una parte importante de su presupuesto del estado. Ahora bien, parece que cuando se transfiere alguna escuela totalmente estatal a un sistema de este tipo, mejora notablemente su desempeño. Es lo que se analiza en este artículo publicado por el National Bureau of Economic Research (NBER): “SCHOOL MANAGEMENT TAKEOVER, LEADERSHIP CHANGE, AND PERSONNEL POLICY” Emma Duchini, Victor Lavy, Stephen Machin y Shqiponja Telhaj de las universidades de Essex, Warwick, London School of Economics y Sussex. Working Paper 31994 http://www.nber.org/papers/w31994
“Las escuelas públicas de bajo rendimiento y alta pobreza luchan notoriamente por atraer y retener buenos docentes. Este artículo estudia un entorno en el que organizaciones independientes, incluidas organizaciones benéficas y empresas, se hacen cargo de la gestión de escuelas de bajo rendimiento, mientras que la financiación sigue siendo pública. Aprovechando la expansión escalonada de las academias de inglés dirigidas por patrocinadores desde principios de la década de 2000, mostramos que la adquisición liderada por los patrocinadores conduce a cambios sustanciales en el cuerpo docente y la política de personal escolar. La probabilidad de que el patrocinador nombre un nuevo director se duplica tras la toma de posesión; el nuevo director está, en promedio, mejor pagado y es más probable que provenga de escuelas destacadas. La adquisición también induce a la selección de docentes: los docentes de mayor edad y de menor rendimiento abandonan la escuela, y nuevos docentes provenientes de escuelas destacadas se unen a la escuela dirigida por el patrocinador. Por último, los patrocinadores reestructuran sustancialmente el esquema de recompensas de los docentes y abandonan una escala salarial basada exclusivamente en la antigüedad, lo que lleva a un aumento del 10 por ciento en la dispersión salarial entre docentes con la misma experiencia.”