Con los alumnos de la UBA Económicas, vemos a Samuelson y a Coase en un debate central. Es sobre los faros, pero en verdad sobre los bienes públicos y el papel del Estado.
En cuanto a la provisión de bienes públicos, la respuesta casi inmediata es que deben ser provistos por el Estado, ya que el mercado sería incapaz de hacerlo. El caso típico, presentado por distintos economistas, es el de un faro, en relación con el cual la imposibilidad de excluir a quien no pague, una vez que la luz es emitida, daría como resultado una conducta de free rider, que trataría de evitar el pago, dado que es imposible evitar que vea la señal de todas formas. El ejemplo aparece en John Stuart Mill, Henry Sidgwick y Alfred C. Pigou, con ese mismo argumento de la “no exclusión”, y reaparece en Paul Samuelson con otro adicional, según el cual no tendría sentido excluir a los que no pagan, ya que no hay congestionamiento en el servicio; es decir, no hay ningún costo extra, si un barco más observa la señal del faro para guiarse. En este caso no solamente sería improbable que el sector privado proveyera los faros, sino que, de poder hacerlo, no sería conveniente, ya que cada barco desincentivado para navegar por dichas aguas debido al pago del peaje por los servicios del faro, representaría una pérdida económica social
Conocida es la respuesta de Coase (1974) a este ejemplo, después de estudiar la historia de los faros en Inglaterra y demostrando que durante varios siglos fueron financiados y administrados por los dueños de barcos y emprendedores privados. Durante varios siglos, en Gran Bretaña, los faros fueron construidos y mantenidos por Trinity House (Inglaterra y Gales), los Comisionados de Faros del Norte (Escocia) y los Comisionados de Faros en Irlanda, cuyo presupuesto provenía del Fondo General de Faros, formado a su vez por los cargos que pagaban los armadores de buques. Esto en cuanto se refiere a los faros que ayudaban a la navegación general, ya que los faros de tipo “local” eran financiados por los puertos, que recuperaban los gastos en que incurrían mediante los cargos que hacían a quienes los utilizaban.
Había pocos faros antes del siglo XVII. Trinity House era una institución que evolucionó desde un gremio de navegantes en la Edad Media, que en 1566 obtuvo el derecho a proveer y regular las ayudas a la navegación, que incluyen, además de los faros, boyas, balizas y otras marcas.
Coase (p. 360) sostiene que “a comienzos del siglo diecisiete, Trinity House estableció faros en Caister y Lowestoft. Pero no fue sino hasta fines de ese siglo que construyó otro. Entretanto la construcción de faros había sido realizada por individuos particulares. De 1610 a 1675 Trinity House no construyó ningún faro nuevo. Por lo menos diez fueron construidos por individuos particulares”. Trinity House se oponía a estas iniciativas privadas, pero los particulares evitaban el incumplimiento del control de tal organización obteniendo una patente de la Corona, que les permitía construir el faro y cobrar el peaje a los barcos que supuestamente se beneficiaban del mismo.
La intervención de la “Corona” y el cobro de un “peaje” parece indicar la participación estatal, por más que el faro fuera construido por algún particular. Es decir: se necesitaría el poder estatal para tener la posibilidad de cobrar peajes, en forma coercitiva, a los barcos que transitaran por tal ruta marítima. Pero no era este el caso. Coase subraya que el particular presentaba una petición de los armadores y operadores de buques sobre la necesidad del faro, el beneficio que obtendrían con él y su voluntad para pagar el peaje, por lo que se trataba de una operación voluntaria y el Estado participaba simplemente porque se había adueñado de la autoridad para erigirlos, ya que el acuerdo entre armadores y operadores y el particular se podría haber realizado de todas formas, sin seguir obligatoriamente ese camino, pues los primeros aceptaban voluntariamente el pago y no actuaban como free riders.
He aquí un tema importante, ya que, según la teoría de los bienes públicos de Mill/Sigdwick/Pigou/Samuelson, todos buscarían su beneficio inmediato, consistente en no tener que pagar dicho peaje, sabiendo que, una vez que el faro estuviera allí, no podrían excluirlos de su uso, y que, actuando todos de esa forma, el cobro del peaje y la provisión privada serían imposibles. Sin embargo, esto no ocurría; evidentemente había otros elementos que llevaban a una conducta diferente, entre los cuales podemos destacar dos: un sentido de cooperación entre los armadores, aunque fueran competidores entre sí, o que no se le diera importancia al hecho de que algunos pasarían por allí y recibirían el servicio gratuitamente.
Buscando algún ejemplo más cercano en el tiempo y el espacio, ya vimos que los residentes de Buenos Aires no tienen que ir más lejos del río junto al que se asienta su ciudad. Allí, en el canal por el que el río Luján desemboca en el Río de la Plata, hay una serie de boyas con la inscripción “UNEN” y una numeración. Esta sigla significa “Unión Nacional de Entidades Náuticas”, que reúne a los distintos clubes náuticos privados. La provisión de esta señalización proviene de aportes voluntarios privados, que realizan estos clubes, y en definitiva de las cuotas sociales que pagan sus socios. No parece que estos actúen como free riders e incluso, si algún barco pasa por allí y no pertenece a ninguno de esos clubes, ello no constituye impedimento para que los demás se organicen, y provean y mantengan este sistema de señales. Y no solo eso: los mismos clubes tienen en sus entradas sobre la costa balizas rojas y verdes, con el obvio fin de ayudar a sus socios en la maniobra de entrada y salida, pero brindando también un servicio gratuito a quienes pasan por allí. Nuevamente, la existencia de estos free riders no frena o limita la provisión de tales servicios.
¿Habría más señales de ese tipo, si pudiera cobrar a esos free riders? Depende de con qué se lo compare: si es con una supuesta condición ideal, parecería que sí, y en tal caso esa comparación daría como resultado una “falla” del mercado, pero Coase y Demsetz (en Cowen, pp. 107-120) denominan a esto “el enfoque Nirvana”: es decir, algo así como comparar las imperfecciones de este mundo con el ideal del Paraíso, dado que lo que corresponde es comparar arreglos institucionales alternativos; en este caso, esta provisión voluntaria privada, con una posible provisión estatal. En el caso de las boyas UNEN mencionadas, su misma existencia es una demostración del “fracaso de la provisión estatal”, ya que los clubes lo han hecho ante la inacción pública al respecto.
Comenta Coase una historia de notable espíritu emprendedor, relacionada con el famoso faro de Eddystone, erigido en un peñasco, a veinte kilómetros de Plymouth. El Almirantazgo británico recibió un pedido para construir un faro y Trinity House consideró que era imposible; pero en 1692 el emprendedor Walter Whitfield hizo un acuerdo con Trinity House, por el que se comprometía a construirlo y a compartir las ganancias. Nunca llegó a construirlo, pero sus derechos fueron transferidos a Henry Winstanley, que negoció un acuerdo mejor: recibiría todas las ganancias durante los primeros cinco años y luego los repartiría en partes iguales con Trinity House, durante otros cincuenta años. Construyó primero una torre y luego la reemplazó por otra, cuya conclusión tuvo lugar en 1699, pero una gran tormenta lo destruyó en 1703, cobrándose la vida de Winstanley y de algunos de sus trabajadores. Dice Coase (p. 364): “Si la construcción de faros hubiera quedado solamente en manos de hombres motivados por el interés público, Eddystone hubiera permanecido sin faro por largo tiempo. Pero la perspectiva de ganancias privadas asomó nuevamente su horrible cara”.
Otros dos emprendedores, Lovett y Rudyerd, decidieron construirlo de nuevo, y el acuerdo se pactó en mejores términos: una concesión por noventa y nueve años, con una renta anual de cien libras y el cien por cien de las ganancias para los constructores. El nuevo faro se completó en 1709 y operó hasta 1755, cuando fue destruido por un incendio. La concesión, que tenía todavía unos cincuenta años por delante, había pasado a otras manos y los nuevos propietarios decidieron construirlo nuevamente, para lo que contrataron al mejor ingeniero de esos tiempos, John Smeaton, que completó una nueva estructura de piedra en 1759, que se mantuvo operando hasta 1882, cuando fue reemplazado por una estructura nueva, elaborada por Trinity House.
Según Coase, un informe del Comité de faros de 1834 reporta la existencia de cuarenta y dos faros en manos de Trinity House, tres concesionados por ella a individuos, siete concesionados por la Corona a individuos particulares, cuatro en manos de propietarios según distintos permisos, un total de cincuenta y seis, de los cuales catorce estaban en manos privadas, amparados por distintos acuerdos de propiedad. Trinity House, recelosa de la competencia, y argumentando que bajo su égida los peajes serían más bajos, terminó consiguiendo el monopolio de los faros y todos quedaron bajo su órbita.
En una respuesta directa a Mill, Sidgwick, Pigou y Samuelson, Coase concluye: “… los economistas no deberían utilizar los faros como un ejemplo de servicio que puede ser provisto solamente por el Estado. Pero en este trabajo no se intenta resolver la cuestión de cómo debería organizarse y financiarse el servicio de faros. Eso deberá esperar estudios más detallados. Entretanto, los economistas que deseen señalar un servicio como mejor provisto por el Estado, deberían utilizar un ejemplo que tenga más fundamento” .
Samuelson, Paul – The Pure Theory of Public Expenditure
Coase – The lighthouse in economics
Sinopsis
El clásico artículo de Samuelson muestra un análisis de la provisión de bienes públicos en la Economía, realiza una formalización y hace mención de los problemas con la no revelación de los deseos de los consumidores por el bien público, advierte que existe una cantidad óptima, pero es difícil de determinar por dicho problema. El paper de Coase muestra por otro lado, el gran uso que se hizo del ejemplo del faro (como bien público) en la ciencia económica, a través de varios ejemplos de libros de textos. Pero prosigue el artículo mostrando que a través del tiempo en Inglaterra los faros fueron operados por entes privados y que no tuvieron los problemas que mencionan Mill, Pigou y Samuelson, etc. además muestra que las razones por las que el Estado empezó a desplazar a los privados son diferentes de las relacionadas al problema del bien público.
2 conceptos importantes
-Bien público, los dos textos tratan de los bienes públicos, mientras que el de Samuelson resalta la formalización y la solución a la provisión, el de Coase muestra cómo en la realidad un bien que se pensaba que era público funcionó a través de provisión privada.
-Del texto de Samuelson se puede ver claramente el problema de que los individuos no revelen sus preferencias por el bien, generando dificultades para establecer la provisión óptima del bien público. Problema importante para la Econompía del bienestar.
3 preguntas:
– (sobre el texto de Coase) Coase muestra como el ejemplo del faro es pésimo para hablar sobre bienes públicos. ¿Propone algún mejor caso de bien público puro en otro texto?
– (sobre el texto de Coase) Si bien se pudo abastecer a los faros privados a través de las cuotas que pagaban los barcos en ciertos puertos, ¿Se puede verificar que no hubo free-riders, o sea individuos que se hayan beneficiado de los faros pero que no pagaron cuotas?
– Siendo que el análisis de caso de Coase va totalmente en dirección opuesta a lo argumentado por economistas de la talla de Samuelson y Arrow, ¿Generó discusión en la academia el aporte de Coase? ¿O paso desapercibido?
SINTESIS DE The Theories of Public Spending de P.A. Samuelson y The Lighhouse in Economics, de R. Coase
Ambos papers contraponen las visiones de Samuelson y Coase acerca de la provisión de bienes públicos. Samuelson sostiene la visión más difundida, que hay bienes públicos que deben ser provistos por el Estado, por la imposibilidad de que los privados puedan explotarlos debidamente, cobrando a todos los usuarios que consumen el bien y evitando la aparición de free-riders. El ejemplo típico, tomado por Samuelson y otros autores como Mill, Pigou y Sigwick, es el faro. ya que impide excluir a los que no pagan el servicio. El autor agrega que aunque se pudiera pagar, la existencia de un cobro de un toll x parte de un privado desincentivaría la navegación de algunos barcos cerca del faro, generando pérdidas económicas y sociales.
En la vereda contraria, Coase afirma que el sistema de faros ingleses es un mal ejemplo para defender la provisión de bienes públicos por el Estado, ya que en varios períodos los faros ingleses fueron concesionados en forma exitosa a privados (dueños de barcos por ej) por parte de la Corona. El faro, para Coase, es un pésimo ejemplo y los economistas se deberían abstener de usarlo como ejemplo de provisión de bienes públicos. Algunos faros por ejemplo eran financiaos por los puertos, que recuperaban los gastos en que incurrían mediante los cargos que hacían a quienes los utilizaban.
Incluso pone de ejemplo un período de 65 años en que la concesionaria (suerte de UTE publico privada) Trinity House, que se oponía a los faros construidos por privados, no construyó ningún faro, mientras que por la iniciativa privada de individuos se construyeron una decena,
Acá se destaca el hecho que según Samuelson y sus colegas, todos los barcos buscarían evitar el peaje, sabiendo que con el faro ya hecho nadie podr{ia evitar que lo usen, con lo cual la existencia de un manejo privado del faro se harian inviable. Pero según Coase esto no ocurría, ya que había cooperación entre lso armadores y por otro lado, se restaba importancia al hecho de que algunos pasarían necesariamente por la costa sin pagar el servicio del faro.
Dos temas que me llamaron la atención
1) Cuando Coase destaca que atando el servicio público a uno privado (por ejemplo el toll del uso del faro al servicio de amarras del puerto) se puede sortear el dilema de cómo cobrar a los usuarios de los barcos
2) Como el sistema de faros se pudo gestionar y organizar entre privados, practicamente sin presencia del Estado, mostrando que mientras hay reglas y posibilidad de lubro la mano invisible del mercado genera los mecanismos para que los sistemas funcionen
Tres preguntas
1) Samuelson: ¿No cree que el siglo XXI ya ha mostrado sobradamente la ineficiencia de la provisión de bienes públicos por parte del Estado?
2) Coase: ¿Se puede aplicar también su teoría a servicios como el tren, o el subte, que tienen fama de ser deficitarios pero son necesarios?
3) ¿La existencia de free riders es inevitable en la provision de bienes publicos y debe tomarse como parte de los costos de provisión de «bienes publicos»?
Guía de discusión: Samuelson – Coase
Resumen del texto
Al comienzo del texto «The pure theory of public expenditure», Samuelson plantea la existencia de dos tipos de bienes: «private consumption goods», aquellos parcelados para el consumo individual; y aquellos cuyo uso no priva el consumo a otras personas, denominados «collective consumption goods». De este modo, establece que cada individuo posee preferencias ordinales, presentes en sus funciones de utilidad; así como también plantea la existencia de una función de producción que relaciona los outputs de todos los bienes y tiene rendimientos decrecientes. Al analizar la situación, el autor expone que una máquina calculadora omnipresente podría hacer funcionar todo, aunque, debido a que no existe, el mecanismo competitivo de precios podría suplantarla. Sin embargo, explica también que no se encuentra un sistema de precios descentralizado que sirva para determinar el nivel óptimo de consumo colectivo, ni una teoría de beneficios de impuestos. Por tanto, Samuelson finaliza mencionando que la solución existe, el problema radica en cómo hallarla, para lo que sugiere una serie de alternativas basándose en distintos campos de estudio.
Por otro lado pero íntimamente relacionado, encontramos el texto «The lighthouse in economics», escrito por Coase. Aquí, el autor critica la idea generalizada en economía basada en la imposibilidad del pago seguro de los dueños de los barcos que se benefician de la luz del faro. Este ejemplo, tan usado para esta temática, fue citado por Mill -quien plantea que si no existe un sistema para instituirlo, la provisión privada es imposible- por un lado, Sidgwick y Pigou -quienes sugieren que si los barcos no pagan peajes, el gobierno debería intervenir- por el otro, y finalmente Samuelson – quien, a diferencia del sistema de precios citado anteriormente, analiza que el gobierno provee ciertos servicios públicos indispensables sin los que la comunidad no podría vivir y no podrían ser suministrados por privados. Coase expone sus teorías para plantear luego que todos los pensadores deberían conocer la evolución del «sistema británico de faros» para desarrollar sus estudios.
De este modo, explica su historia, desde los siglos XVII y XVIII, atravesando el período elizabethiano, hasta el XIX, argumentando que existieron períodos en los que el servicio de faros era provisto de modo privado.
Es por este desarrollo acerca del sistema que Coase arriba a una serie de conclusiones y soluciones, como podría ser la de Cournot, por ejemplo; para luego finalizar su escrito aclarando que existe un error de los autores citados anteoriormente ya que no estudiaron el sistema del faro ni a otros economistas; en otras palabras, en realidad sí se podría proveer el sistema privadamente y el gobierno solo debería encargarse de su propiedad.
Aspectos interesantes
Me resulto de suma utilidad la lectura de ambos autores, ya que había tratado el tema desde el punto de vista de Pigou y, solamente un poco, de Samuelson. En el texto de Coase, me gustó el detenimiento que realiza en el estudio del sistema, cuando, por lo general, temas teóricos de esa índole suelen darse de forma muy acotada o incluso basándose en supuestos en lugar de recurrir a los datos históricos. Además, es un texto provechoso ya que compila y compara las ideas de los principales exponentes del tema.
A su vez, es muy interesante poder recurrir al texto original de Samuelson para entender su pensamiento, ya que desarrolla, amplifica y aclara su teoría, citando por ejemplo el mecanismo de precios que no es mencionado en el texto de Coase.
Preguntas al autor
1) En el texto de Samuelson se hace referencia a una «new welfare economics», ¿a qué se refiere? ¿En qué se diferencia con la anterior?
2) En el escrito de Coase se plantea que la mayor eficiencia se alcanza por medio del manejo del gobierno, ¿consideraría mejor que todos los bienes y servicios pasen a sus manos?
3) Con respecto al mismo autor, ¿conocía la metáfora de la «tragedia de los comunes» al momento de escribir su obra?
Poul samuelson: The Pure Theory of Public Expenditure
Coase: The lighthouse in economics
Los textos hablan de la división entre los bienes públicos y privados, en el caso de samuelson establece que la provisión de un bien público deberá llevarse hasta el punto en el cual la cantidad de bien privado que los consumidores están dispuestos a ofrecer a fin de obtener una medida adicional de bien público y el coste de proveer ese bien sean iguales, donde no hay un punto único optimo si no que se comparan dos puntos el de interdependencia y otro sin interdependencia, dice que el máximo bien estar se encuentra cuando la sociedad produce el máximo de los bienes que pueda producir. En cuanto a coase nombra distintas opiniones como las de pigou que dice que el producto marginal neto cae donde es casi imposible cobrar por el servicio, samuelson dice que algún servicio público indispensable aporta al bien social. El argumento apunta a los faros como un ejemplo de un servicio que nunca se proporcionaría sin el apoyo del gobierno. Sin embargo, una mirada cercana a la evolución de los sistemas de faros de Inglaterra muestra que varios empresarios privados construyeron y corrieron faros de manera rentable. El gobierno compró todos los faros y estableció una autoridad central en el siglo XIX con el fin de estandarizar las tarifas de los faros a los barcos que los usaban. Siendo en un principio estas tarifas diferenciadas según el barco y abonadas en los puertos.
Aspectos interesantes
La mirada de como es el comportamiento de los bienes públicos en la economía y de sus orígenes privados. Otro aspecto es que desde aquellos tiempos las producciones de bienes públicos se entregaban a manos de privados “conocidos” como por ejemplo a los parlamentarios.
Preguntas
1. ¿Qué opina de bienes públicos tecnológicos en el siglo 21 como por ejemplo el wifi?
2. A samuelson ¿qué tan importante es la cultura en relación con las necesidades sociales de los bienes públicos?
3. ¿que importancia le da al rango político en la distribución de los bienes públicos?
Coase plantea que hay bienes o servicios como los faros, los cuales deben ser provistos por el Estado y no por empresa privadas. Esto se debe a la imposibilidad de asegurar el pago de los dueños de los barcos que se benefician de la utilización del faro y por lo tanto no es redituable para individuos o firmas privadas construir y mantener faros.
Samuelson plantea que la actividad gubernamental, en el caso del faro, es justificable por las externalidades que este genera. Los faros ayudan a cualquier barco que lo vea y logra que estos no choquen contra las piedras o las costas. Cómo los empresarios no pueden excluir a quien paga de quien no y por lo tanto no pueden obtener un beneficio de esto. Dada la importancia de esta actividad debe ser realizada por el gobierno.
Lo novedoso del texto es que Pigou plantea que los servicios sin compensación, brindados por el Estado, tienen está característica (de no ser compensados) porque el producto marginal neto cae por debajo del producto marginal neto social porque estos servicios y bienes tienen dificultad de poder cobrar por su utilización y por lo tanto de sacar rédito económico por proveerlos.
Samuelson plantea que el Estado brinda ciertos servicios públicos indispensables los cuales son indispensables para la vida, los cuales no pueden ser brindados por empresas privadas como el mantenimiento de la defensa nacional o la administración de la justicia.
Preguntas a los autores
1. Samuelson plantea que ciertos bienes y servicios deben ser brindados por el Estado por el simple hecho de que no se puede excluir ni discriminar precios. Por lo tanto, en caso de poder realizarse debería ser provisto por un individuo o una empresa privada?
2. Coase plantea que que proveer bienes públicos no genera beneficio económico y por lo tanto tampoco lo genera para el Estado que lo provee. De qué forma se podría disminuir está pérdida económica?
3. Coase plantea que si no se puede asegurar el pago el Estado debe brindar el servicio o el bien. En el caso de que se pueda asegurar el pago pero el Estado está más calificado para proveer este servicio, debería ser brindado por el Estado o por una firma privada?
Ambos autores van a tratar el tema de la provisión de bienes publico por parte del Estado y el comportamiento free ridder. Samuelson separa a los bienes en dos categorías: los bienes de consumo ordinarios que se pueden repartir entre diferentes individuos y el consumo de un individuo disminuye la cantidad de ese bien y los bienes de consumo colectivo, los cuales todos disfrutan en el sentido de que el consumo de tal bien por parte de cada individuo no conduce a la substracción del consumo de ese bien por parte de cualquier otro individuo. Estos últimos son los bienes públicos que deben ser provistos por el Estado. Por su parte, Coase cuestiona la premisa de que todos los bienes públicos deben ser previsto por el Estado. Coase argumenta que solo los bienes públicos extremos van a tener que ser provistos por el Estado, ya que existen incentivos de los agentes privados a proveer ciertos bienes públicos y da el ejemplo de los faros en Inglaterra para solventar esta hipótesis.
Me resulto sumamente interesante el análisis que hace Coase a partir del ejemplo de la provisión de faros. Coincido totalmente en que muchas veces la existencia de agentes free ridders no impide que el bien sea provisto por un privado, ya que, se obtendrían beneficios igualmente. Este análisis de Coase nos lleva a replantearnos si es correcto o no que el Estado intervenga en la economía provisionando los bienes públicos o si el sector privado va a encontrar incentivos para invertir aun cuando este presente el comportamiento free ridder. Del texto de Samuelson es muy interesante todo el análisis que realiza en términos de bienestar social y optimo paretiano y que a partir de esto el Estado se pueda designar una política de gasto público para alcanzar un óptimo social.
Preguntas:
1 – Samuelson. ¿Consideraba posible un acuerdo entre el Estado y privados para provisionar bienes públicos?
2 – Coase plantea el caso de los faros en Inglaterra en el cual eran provistos por el sector privado. ¿Cambiaría el análisis de Coase si se llega a un punto de congestionamiento en el cual la gran cantidad de barcos navegando debido a este comportamiento free ridder producen un gran tránsito en las aguas y los privados que habían invertido en los faros se ven perjudicados?
3 – ¿Es correcto pensar que los avances tecnológicos facilitan la identificación de los agentes free ridder permitiendo así ir eliminándolos y produciendo cada vez mayores incentivos a la inversión privada?
Alumno: Juan Ignacio Berlingeri Paolicchi / Registro: 883.600
Sinopsis de “The pure theory of public expenditure” de Paul A. Samuelson y de “The Lighthouse in economics” de Ronald H. Coase
En el paper de Samuelson el autor plantea la existencia de dos tipos de bienes: aquellos que son privados (el hecho de que uno pague excluye al otro de consumirlo y, si uno lo consume, el otro no puede hacerlo) y los bienes públicos (que no cumplen con las dos características de los bienes privados). Formaliza las ecuaciones y los supuestos para luego plantear la imposibilidad de una solución en forma descentralizada a partir del mecanismo de precios para el caso de los bienes públicos, planteando como problema fundamental de esta imposibilidad el problema del free-rider. En principio y dentro de un marco teórico, el mecanismo de precios podría asignar eficientemente la provisión de bienes públicos. Se podrían establecer los precios basándose en señales por parte de los individuos que expresen la valoración que sienten éstos por el bien en cuestión y, en función de ello, se les podría cobrar un precio que refleje esta valoración; no obstante, según el autor esto en la práctica no puede suceder, toda vez que los individuos no tienen incentivos a revelar sus preferencias. Como no revelan sus preferencias, pueden disfrutar del bien en su totalidad dejando que otros afronten los costos, constituyendo el problema del polizón o free-rider. Por lo tanto, para Samuelson surge una falla de mercado en el caso de los bienes públicos que el mecanismo de precios descentralizado, es decir, la interacción de los agentes en forma privada, no puede resolver.
En el paper de Coase, el autor expone brevemente los argumentos de autores como Mill, Samuelson, Pigou y Sidgwick que justificaban la intervención estatal para el caso de los bienes públicos. Los argumentos iban desde que era imposible cobrar un peaje a aquellos individuos que se vean beneficiados por un faro (esta teoría era fuertemente defendida por Mill, Pigou y Sidgwick) hasta argumentos un poco más extremos que establecían que, en el caso de que efectivamente se pudiera detectar a aquellos individuos que se vieran beneficiados por el faro, el hecho de que el costo marginal de proveer el bien a un individuo más sea cero generaba una pérdida social económica que, para resolverla de manera eficiente, no debería cobrarse ningún peaje a aquellos que usaran el bien. Luego de exponer todos estos argumentos, Coase establece que es de gran importancia conocer la historia de los faros británicos para contraponer los argumentos de los autores previamente mencionados. El trabajo de Coase consiste en detallar puntillosamente historias del siglo XVII, XVIII y XIX donde los individuos, en forma privada, proveyeron faros sin que el Estado tenga que intervenir. Luego de dar varios ejemplos, el autor concluye que no hay evidencia suficiente para justificar la necesidad de intervención del Estado como proponían los autores inicialmente mencionados.
Dos aspectos importantes de la lectura
Un aspecto interesante es que, visto en retrospectiva, Samuelson comienza a prestarle atención a un tema que estaba siendo muy poco tratado por los economistas de la época, que es la teoría del gasto público óptimo, haciendo especial énfasis en el tratamiento de los bienes públicos como distintos de los privados. Esta formalización del problema, con un un enfoque matemático y micro-fundamentado, abre un fructuoso debate en el cual comienzan a visibilizarse las fallas del mercado y, como contraposición, las fallas del Estado, desarrolladas ampliamente por autores como Coase o Arrow.
El segundo aspecto que me pareció realmente muy interesante fue el hecho de que, mientras en el paper de Samuelson no se presenta evidencia empírica de situaciones donde los individuos no hayan tenido incentivos a revelar sus preferencias y se haya fallado en la provisión privada de bienes públicos, Coase decide exponer ejemplos históricos donde existieron casos de provisión de bienes públicos en forma privada durante los siglos XVII y XVIII: por ejemplo, durante los años 1610 a 1675 se construyeron 10 faros en forma privada. El mecanismo era el siguiente: los individuos solicitaban una patente a la Corona que les permitía construir faros y cobrar peajes a los barcos que presumiblemente se veían beneficiados por su uso. Es el hecho de exponer evidencia empírica histórica el que le otorga una gran solidez al argumento de Coase para argumentar que no hay evidencia empírica suficiente que fundamente la necesidad de intervención estatal.
Tres preguntas
1) Samuelson: Luego de que haya pasado más de medio siglo de la publicación de su paper y que se hayan presentado evidencias que prueban la existencia de bienes considerados por usted mismo como públicos (el caso de los faros) provistos de forma privada, ¿por qué cree que todavía sigue sobreviviendo su teoría en los manuales de finanzas públicas, los cuales proponen la existencia de fallas de mercado brindando como solución inexorable la intervención estatal?
2) Coase: Además de los faros y el caso británico en el que existieron individuos que instalaron faros y cobraban peajes de forma privada, tirando abajo el ejemplo de Samuelson del faro como bien público que debe ser provisto necesariamente por el Estado, ¿qué otro ejemplo podría poner sobre casos donde la provisión de bienes considerados públicos haya sido en forma privada?
3) Coase: ¿Qué opina el autor de la provisión de ciertos servicios de salud por parte del Estado a aquellos individuos que se ven imposibilitados de pagarla, como por ejemplo las campañas de vacunación que previenen a la sociedad de enfermedades contagiosas? Se me ocurre el caso de las campañas de vacunación porque bien podrían ser consideradas como bienes públicos (el hecho de que una persona se beneficie no impide a otra beneficiarse y no se puede excluir a ningún individuo de los beneficios que genera que una persona esté vacunada, cumpliendo así con las condiciones de no rivalidad y no exclusión).
Guido Ramagnano – 888.452
Los textos de Coase y Samuelson intentan explicar nociones sobre el beneficio social a través de dos métodos diferenciados. Para hacerlo, por un lado, el economista estadounidense muestra por medio de la Teoría de la Utilidad cómo lograr representar el “best state of the world”, un punto óptimo en términos de utilidad que debe ser conseguido a través de la política económica del gasto público entendiendo en todo momento la dificultad que implica llevar el cálculo matemático al campo social de las “welfare politics”. Con el mismo propósito, Coase presenta un paper con distintas posturas acerca de la administración más eficiente en términos económicos de un faro. De un lado, las posturas de Samuelson, Mill, Sidgwick y Pigou, quienes pretenden que el estado se encargue de su puesta en marcha dado que no existen incentivos para que un privado los construya y cobre “peajes” a quienes se benefician por su uso. Y del otro, la historia británica que muestra distintas formas que fue tomando el gerenciamiento de ellos, desde sectores tanto públicos como privados.
Pienso que tomar al faro como una paradoja entre bien público y privado dispara un amplio análisis posible sobre quién debe gestionar su administración. Desde este lado, es muy meritorio el trabajo de Coase por reunir ideas de diferentes fuentes. Una parte en particular que llamó mi atención fue el hecho de entender que si bien el protagonismo del Estado es necesario porque los empresarios privados no tienen forma de excluir y discriminar a cada barco que pasa cerca o lejos del servicio de luz, esta administración gubernamental tampoco lleva a un punto eficiente porque a un servicio con costos marginales distintos de cero se estaría correspondiendo un precio nulo. En otras palabras, se podrían estar cubriendo los gastos derivados de la prestación mediante el cobro de algún tipo de pago para quienes se ven beneficiados en sus actividades comerciales. En relación al texto de Samuelson, siempre es interesante leer a uno de los economistas más renombrados del último tiempo, abarcando un tema complejo que siempre necesita supuestos y limitaciones.
Preguntas:
• Coase: ¿Qué otros bienes ha reconocido que puedan presentar la misma paradoja acerca del bien público o privado? ¿Por qué un puerto podría otorgar servicios excluyendo a quien no paga y un faro no?
• Samuelson: ¿Por qué menciona que la única restricción de la función de bienestar social es que debe variar cuando varíen las preferencias individuales ordinales? ¿Permanecería inalterada ante un cambio cardinal de la utilidad?
• Coase: ¿Cree usted que si fuera posible el cobro por el uso del faro, todos ellos estarían administrados por entidades privadas? ¿Existiría algún incentivo para que la intervención estatal guíe la actividad?
Samuelson, «The Pure Theory of Public Expenditure» y Coase, «The Lighthouse in Economics»
Resumen:
Ambos textos tratan sobre la cuestión de los bienes púbicos. El texto de Samuelson comienza con una diferenciación entre bienes de consumo privado y bienes públicos o de consumo colectivo. En los bienes privados el consumo de un individuo impide el consumo de otros, mientras que en los bienes públicos todos los individuos disfrutan en común. Es decir, el consumo de un individuo no disminuye o impide de ninguna forma el consumo de otro. La conclusión que plantea Samuelson en su trabajo es que ningún sistema de precios descentralizado sirve para llegar a una asignación óptima para el caso de los bienes públicos. Dado que ninguna persona puede ser excluida del consumo, todos tienen incentivos a aparentar tener un interés menor en el consumo del bien público del que realmente tienen, para de esta forma no pagar por el verdadero consumo que hacen del bien.
En el texto de Coase, el autor critica el uso que hacen muchos economistas del faro como ejemplo de un servicio que debe ser provisto por el gobierno. El argumento que suele usarse es que no es posible que un faro sea provisto por individuos privados, dada la imposibilidad de asegurarse el cobro por el servicio. Coase hace un estudio de la historia del sistema británico de faros para mostrar que los faros de hecho fueron provistos de forma privada durante muchos años. A muchos individuos les fue posible construir y mantener faros de forma rentable, a través de una petición que hacían los propios dueños de los barcos y transportistas a la Corona para que le fuera otorgado el permiso al individuo privado para construir un faro y cobrar peaje a los barcos que se beneficiaran de él. Más adelante, la provisión de faros se adjudicó a una organización privada con ciertas obligaciones públicas, Trinity House, con la intención de que disminuyera el monto de los peajes. De todas formas, el financiamiento del servicio continuó proviniendo de peajes cobrados a los barcos, y el sistema que defiende Samuelson, de financiamiento de los faros a través de impuestos generales, jamás se implementó en el Reino Unido. Con este relato histórico, Coase muestra que los faros no necesariamente deben ser provistos por el gobierno y, más generalmente, que suele haber una gran cantidad de alternativas de arreglos institucionales de los cuales puede elegirse.
Asombroso o novedoso:
En primer lugar, me pareció muy interesante el argumento que hace Coase en contra de la provisión de los faros por parte del gobierno con fondos de impuestos generales por una cuestión de eficiencia administrativa. Coase afirma que cuando son los propios usuarios del servicio los que pagan por él, solamente apoyarán cambios cuando los beneficios sean mayores que los costos, contribuyendo a la eficiencia. Además, cuando el financiamiento viene de fondos generales, se involucran autoridades menos locales en la administración del servicio y este mayor costo burocrático también es costoso en términos de eficiencia. Me pareció un argumento interesante porque pone en evidencia las falencias de la administración gubernamental, que muchas se dejan de lado al plantear soluciones mediante la provisión estatal.
Otro aspecto que me pareció novedoso es el enfoque de Coase de buscar arreglos institucionales en la historia. En lugar de plantear situaciones ideales donde la provisión de bienes y servicios tiene que estar dada o bien por mercado o bien por el gobierno, el enfoque de Coase sugiere observar los arreglos institucionales surgidos de forma espontánea a lo largo de la historia y así darse una idea de las múltiples alternativas disponibles.
3 preguntas:
1) Samuelson: En el texto se plantea que, en el contexto de los bienes públicos, todos los individuos tendrían incentivos a mentir sobre su verdadera valoración del bien para beneficiarse del consumo sin pagar por él. Dado que los individuos suelen interactuar repetidas veces, ¿no sería posible establecer un mecanismo de castigo a los free riders en interacciones futuras que hiciera que su comportamiento no fuera óptimo dinámicamente?
2) Coase: ¿Cómo respondieron los economistas a favor de la provisión gubernamental de los bienes públicos a este trabajo? ¿Hubo alguna modificación al análisis tradicional de los bienes públicos?
3) Coase: Así como nuevos arreglos institucionales podrían permitir la provisión privada de bienes públicos, innovaciones tecnológicas podrían posibilitar la exclusión. ¿Puede ser que la provisión gubernamental de bienes públicos desaliente la innovación tecnológica como una solución de mercado a la imposibilidad de excluir?
Samuelson – «The Pure Theory of Public Expenditure»
Coase – «The Lighthouse in Economics»
Al analizar los textos de Samuelson y Coase, podemos encontrar una forma de ver contraria al momento de hablar de los bienes públicos y privados.
Samuelson afirma en su escrito que los bienes públicos deben ser brindados por el Estado, ya que si estos fueran brindados por el sector privado seguramente lo explotarían de mala manera.
Por otro lado, Cose sostiene que el sistema de faros existentes en la historia inglesa no es la mejor manera de ejemplificar la provisión de bienes públicos por parte del Estado. Para ello explica en su escrito como fue evolucionando el sistema de faros británicos, la creación de diversos Comités de control y administración, la construcción y concesión de faros por parte del sector privado, hasta que en 1853 se posibilito cierta reducción de los impuestos a la luz y el precio se acerco mas al costo marginal.
Con respecto a lo que me llamó la atención fue en primer instancia, como la historia temprana británica, muestra contrariamente a la creencia de muchos economistas y para mi sorpresa también, que una empresa privada pueda proporcionar un servicio de faro, y que al mismo tiempo no es considero uno de los mejores ejemplos de bienes públicos.
Por otro lado, me sorprende como ciertas personas del sector privado fueron según Samuelson, lo suficientemente extraños como para intentar hacer una fortuna dirigiendo un negocio de faros, y con la conclusión de Coase, de que realmente lograron hacerlo.
1. Coase. ¿Cómo contempla el autor la existencia de faros y/o luces locales particular de cientos de ciudadanos, quienes no poseen ni el mas minimo interés por cobrar peajes por el uso de sus luces? ¿De igual manera la Comision de los faros deberían regularlos?
2. Coase. ¿Cuál considera el autor que serian ejemplos mas solidos de bienes públicos que el mas famoso faro de la economía?
3. Samuelson. El autor plantea que la administración privada de los faros puede que no sea optima socialmente. ¿Cómo contempla entonces la introducción de un impuesto por parte del Estado con el fin de financiar el mantenimiento de los mismos; considerando que este no seria utilizado por el total de los ciudadanos? ¿Seria de igual manera optimo socialmente?
Resumen.
Una mirada rápida alrededor del estado actual de nuestra ciencia nos puede dejar la impresión de que se ha abandonado la dicotomía “intervención-no intervención” en pos de una mirada mas selectiva: El Estado debe intervenir allí donde el mercado no logra un resultado socialmente óptimo.
Con mucha frecuencia, muchos autores han visto al Estado como única solución al problema e, implícitamente, se lo ha entendido como un organismo benevolente, eficaz y con la capacidad necesaria para corregir estos resultados en pos de acercarlos al óptimo social. Esta es la tesis de Paul Samuelson en “The pure theory of public expenditure”. Ante la existencia de bienes públicos, ningún sistema de fijación de precios descentralizado puede servir para determinar de manera óptima los niveles de consumo de los individuos. Esto es debido a que, las personas actuando en su propio interés pueden sacar provecho de la situación llevando señales falsas al mercado que no reflejan su disposición a pagar por el bien. El hecho de que solo algunos paguen y todos se beneficien del mismo, genera los incentivos incorrectos y lleva a una subprovisión del bien en cuestión.
Sin embargo, Ronald Coase realiza una crítica a uno de los ejemplos más difundidos por autores como J. S. Mill, A. C. Pigou y H. Sidgwick, utilizado para demostrar el deficiente resultado al que llegaría la provisión privada y, por tanto, la necesidad de intervención gubernamental: los faros. La existencia de amplia evidencia respecto a la provisión satisfactoria de faros en forma privada pareciera ir en contra de sus postulados. En Gran Bretaña, por ejemplo, los faros fueron financiados por tasas pagadas por los usuarios de los puertos más que por la acción gubernamental.
Así el ejemplo de los faros no es más que una ilustración conceptual construida para lograr una intuición que permita demostrar la tesis que se propusieron demostrar. En ese sentido, Coase hace un llamado al cambio en el enfoque que le damos a la construcción de nuestras teorías. Si pretendemos construir generalizaciones que nos ayuden a entender el mundo y obtener conclusiones prácticas de política económica, debemos estudiar como son llevadas a cabo las actividades en la realidad y cómo funcionan bajo distintas instituciones para lograr identificar cuáles son los factores determinantes del problema a resolver y dejar de pararnos sobre la base de ejemplos conceptuales poco sólidos.
El papel del Estado en la economía.
Si bien tratamos el caso de un bien público en particular, me sorprendió como, de nuevo, aparece la cuestión de si el Estado es realmente un organismo cuya intervención proporciona resultados deseables o no. El mismo está formado por personas igual de capaces que los agentes de la economía, que no tienen más información que ellos (incluso es muy discutible si no tienen menos) y que están movidos por incentivos políticos que pueden distorsionar los resultados en detrimento del bienestar de una sociedad. En síntesis, son falibles y, en ocasiones, resulta altamente costoso, eso lo sabemos bien. Entonces, son es evidente el hecho de que la intervención del Estado realmente permita una mejora a la solución de mercado y si lo hiciera ¿a qué costo sería? No se trata de un pesimismo acerca de la función del gobierno sino, mas bien, que debemos hacer una correcta evaluación acerca de sus capacidades para la resolución de los problemas que enfrentan los individuos en la sociedad. En definitiva, ese es su propósito.
– ¿Qué diría Samuelson acerca de los sobrecostos existentes en la obra pública en nuestro país? ¿Tomó en cuenta los incentivos políticos o supuso un organismo eficaz en su tarea?
– ¿Cuál sería la impresión de ambos autores acerca de los proyectos de Participación Público-Privada (PPPs) en los que el Estado busca reducir los costos de la obra pública vía financiamiento privado?
– ¿Creería R. Coase que deberíamos realizar una autocrítica en Argentina y replantearnos el rol que queremos que tenga el Estado en nuestra sociedad?
1) Samuelson y Coase hacen referencia a dos tipos de bienes, los bienes públicos y privados. Samuelson desarrolla las características de cada uno, cómo es que los bienes privados son producidos por por el sector privado y las características de estos bienes es que son excluyentes y rivales, a diferencia de los bienes públicos, que son no rivales y no excluyentes, de manera que el bienestar de un individuo no se reduce cuando otro consume un bien público, pero los mismos al ser no excluyentes no son provistos por el mercado. Samuelson argumenta que estos bienes deben ser proveidos por el Estado, siendo el hacedor de política un maximizador de la función de bienestar social, que contiene las preferencias de la sociedad por los bienes públicos y privados.Coase da un ejemplo de los bienes públicos, como lo son los faros, y desarrolla como debería ser la producción de faros y como lo fue en el caso de Gran Bretaña.
2) Lo más novedoso fue, ya que el tema de los bienes públicos lo he visto en Finanzas Públicas, el desarrollo que hace Coase, al hablar de la evolución del mercado de los faros en Gran Bretaña; como evolucionó la provisión de faros a través del tiempo, como se mezclo la parte privada con la esfera pública vía incentivos y cómo se fue organizando en cada época la organización pública que se encargaba de estos temas. También es de mi agrado como el sector público al intervenir en la economía para corregir distorsiones en el mercado, logra hacerlo, por lo menos teóricamente.
3)
a) Para Samuelson ¿ No le parece que la formulación del bienestar social puede recaer en puros juicios de valor con respecto a la sociedad sin reflejar realmente si la beneficia o no?
b) Para Coase ¿ Cuando contratistas privados hicieron los primeros faros en Gran Bretaña, que no fueron muy durables, no cree que pasó por la precarización de elementos de la construcción por haber sido construido por el sector privado?
c) Para ambos ¿ No creen que en la teoría con los bienes públicos, no se suele descontar de gastos a los que conlleva que el Estado provea tales bienes, de manera que el excesivo gasto al que se recurre termina empeorando la funciona de bienestar social en vez de maximizarla?
Samuelson indica que existen dos tipos de bienes, los de consumo privado que pueden distribuirse entre diferentes individuos de acuerdo a sus relaciones, y los de consumo colectivo (bienes públicos) a los que todos pueden acceder.
Los bienes públicos presentan características especiales, son no rivales, ni excluyentes. Por esta razón, el mercado no los puede proveer ni regular, porque en caso de ser así, facilita la existencia de free riders. Da como ejemplo el caso de un faro, ningún barco puede ser privado de la luz del mismo, pague o no por el servicio, entonces no existe incentivo para pagar por él. En tal caso, los bienes públicos deben ser provistos por el Estado, para regular esta falla del mercado.
Coase, sin embargo, dice que sí pueden regularse por el mercado y da como ejemplo el sistema de faros de Gran Bretaña. El mismo se organiza de forma eficiente a través de asociaciones privadas que recolectan fondos pagados por los dueños de los barcos. Entonces, como conclusión indica que no existe motivo para la intervención estatal en este aspecto porque sería ineficiente y de poca calidad.
Lo Novedoso
Me resulta novedoso el trabajo de Coase porque no se me ocurría ejemplos de bienes públicos que puedan proveerse ni regularse en forma privada. Refutando así la teoría de que la única forma de provisión de los bienes públicos es a través del Estado.
Y en el caso de Samuelson, que utilizara a Pareto para explicar la imposibilidad de una solución descentralizada
Preguntas
Samuelson:
1- No es mejor que el Estado regulase el caso de los free riders que proveer los bienes públicos (en cuanto a costos)?
2- El Estado tiene preferencias para la provisión de bienes públicos?
Coase:
1- Existe algún bien público que sólo pueda ser provisto por el Estado? O concluye que el Estado no necesita interferir en ningún caso?
2- No cree que dejar en manos del mercado la provisión de los bienes públicos es riesgoso, ya que puede tener fallas?
Samuelson asume 2 categorías de bienes: de consumo público y de consumo privado. Los de consumo público tienen la característica de poder ser consumidos por unos sin privar de su consumo a otros. Asumiendo preferencias ordinales respecto del consumo, existe un estado en el que se alcanza un óptimo de Pareto, que sería el “mejor caso del mundo”. Alcanzar esta solución en forma espontánea y descentralizada es imposible. Lo más cercano a una “máquina” capaz de lograr esto un sistema de precios producto de un mercado de competencia perfecta, siempre y cuando los bienes de consumo sean privados. Ahora bien, ningún sistema descentralizado puede determinar óptimamente los niveles de consumo público, ya que todas las personas tienen incentivos para dar falsas señales sobre cuantos bienes públicos desean, para evitar asumir su costo.
Lo interesante del texto es la realización de que no es posible calcular un estado óptimo de consumo de bienes públicos, en tanto que mientras se den las condiciones de mercado, puede acercarse a una solución más cercana al óptimo en el caso del consumo de bienes privados. En este sentido, lo más lógico para llegar a un punto más cercano al estado óptimo sería reducir y reemplazar los bienes de consumo públicos por privados en la mayor medida posible, y proteger al mercado de distorsiones competitivas, siempre que sea posible.
– ¿Qué opinaría el autor de quienes piden que haya “más estado” presente?
– ¿Qué opinaría de la privatización de servicios que constituyen monopolios naturales?
– ¿Cómo podría incentivarse que los sujetos den señales de interés respecto del consumo de bienes públicos?
PS: pido disculpas, no pude leer el texto de Coase. Espero que al menos se considere como un credito parcial. Saludos.
Samuelson, The pure Theory of Public Expenditure.
Coase, The Lighthouse in Economics.
Alumno: Lucio Wasserman
Número de registro: 882652
Sinopsis:
Samuelson afirma que la mayoría de los economistas han estado focalizados en optimizar el sistema impositivo, pero que muy pocos estudiaron una teoría del gasto óptimo. Él se propone hacer esto último. Divide a los bienes en: de consumo privado y de consumo colectivo (el consumo de unos no afecta al de otros). Dado un conjunto de supuestos, entre los que se incluye que todos los bienes son de consumo privado, el mercado competitivo llevaría al óptimo. Pero los bienes de consumo colectivo existen, y ningún sistema descentralizado puede determinar óptimamente sus cantidades. Lamentablemente, si bien afirma que existe un óptimo que podríamos establecer, sostiene que no tenemos forma de obtener la información necesaria para lograrlo.
Coase menciona a varios economistas que ponen al faro como el ejemplo de un bien que debería ser provisto por el estado. Hace un estudio de la historia del sistema de faros en el Reino Unido. Esto le permite concluir que las aseveraciones de los economistas que proponían a los faros como bienes que deberían ser provistos por el estado tenían desconocimiento del funcionamiento del sistema de faros, hacían proposiciones ambiguas, y que probablemente, si eran llevadas a cabo, implicarían pérdidas de eficiencia.
Conceptos:
Lo que más me atrajo de Samuelson fue su remarcación de una línea de investigación poco explorada, pero fundamental: la teoría del gasto óptimo. Es cierto que hay muchos economistas hablando de la (in)eficiencia de muchos impuestos, pero poco he leído acerca de la dirección que debería tomar el gasto público. Me parece especialmente relevante en el momento actual, en el cual los estados tienen un tamaño considerable, que es probable no pueda ser justificado bajo la teoría de que solo debe proveer bienes públicos/de consumo colectivo.
De Coase me parece absolutamente destacable su rigurosidad en la investigación. Incluso en un tema que puede parecer tangencial, como los faros, no decidió realizar afirmaciones desde el vacío de su conocimiento sobre dicho sistema (como hicieron tantos antes que él), sino que antes de concluir algo, realizó un estudio acerca de la historia del sistema de faros.
Preguntas:
A Samuelson:
• Más allá de que su objetivo en este trabajo sea la teoría del gasto óptimo, ¿cuál es su teoría de la imposición óptima? ¿Cuándo deberían cobrarse impuestos? ¿A quiénes? ¿Qué impuestos deberíamos tener?
• Demuestra que dadas nuestras restricciones informativas y el funcionamiento del mercado descentralizado, nos es imposible alcanzar el punto óptimo. ¿Qué propone ante estas dificultades?
A Coase:
• Tal como explica esta autor, es probable que las afirmaciones de los economistas acerca de los faros estén basadas en el desconocimiento del funcionamiento de esos sistemas. Pero el faro es usado solo como un ejemplo de bien público / de consumo colectivo. ¿Qué piensa acerca de la cuestión de fondo, es decir, de la provisión estatal de bienes públicos / de consumo colectivo? Conocimos ya su teoría acerca de la imposición, ¿tiene una teoría del gasto?
Paul Samuelson escribió “Una Teoría Pura del Gasto Público”, texto en el que formuló su teoría sobre los bienes públicos, su eficiente provisión, y el accionar del Estado al no haber conocimiento sobre las preferencias de los individuos. Mediante una fórmula, Paul estableció la relación óptima de producción entre bienes privados y bienes públicos. El autor afirma que los bienes públicos son aquellos que no tienen rivalidad, exclusión ni congestión y, consecuentemente, deberían ser provistos por la autoridad pública. Él desarrolló una fórmula para llegar al óptimo de bienestar social mediante una supuesta relación eficiente de producción entre bienes privados y públicos. Este “punto óptimo de bien común” al que llega la fórmula es tal de forma que la cantidad de bien privado que los consumidores están dispuestos a perder a fin de obtener una unidad adicional de bien público, y el costo de proveer ese bien sean iguales. Cuando esta relación se satisface, ocurre que cualquier sustitución de bien público por privado lleva a una disminución del bienestar o la utilidad general. Así, se puede entender la propuesta de Samuelson simplemente como que el óptimo de bienestar se encuentra cuando la sociedad produce el máximo de bienes que puede utilizando los medios existentes y en las proporciones más convenientes.
Por otro lado, el autor hace énfasis en la necesidad de la intervención Estatal debido al problema que generan los llamados “Free Riders”. ¿Quiénes son estos? Aquellos oportunistas que disfrutan de ciertos bienes sin tener gasto alguno, aprovechando las contribuciones de otros individuos, siendo imposible su exclusión del consumo. Su argumento era que, debido a que la gente puede beneficiarse de los bienes públicos sin tener que pagar por ellos, no funcionaría simplemente su provisión privada. Como resultado, estos bienes estarían insuficientemente abastecidos. Por lo tanto, la imposición del pago obligatorio mediante impuestos es necesaria ya que el mercado no puede proveerlos eficientemente.
Coase, por su parte, cita el caso del faro para hacer su propio análisis respecto de la provisión de bienes públicos por parte del Estado. Su posición se opone a los grandes aportes de Pigou, Sidgwick, y Samuelson, quienes apoyaban la provisión estatal a causa de la imposibilidad de exclusión por precio. Él analiza el sistema histórico británico de provisión de faros, en el que los propietarios de barcos y usuarios del puerto pagaban un arancel obligatorio a una institución proveedora y reguladora de estos bienes. Este sistema, con el tiempo, fue haciendo desaparecer a los faros privados que eran ineficientes. Cabe aclarar que la institución reguladora no era conducida por el gobierno, sino que era una organización privada.
Me llamó la atención la siguiente frase de Samuelson: «El verdadero debate hoy en día en la economía gira en torno a encontrar el balance correcto entre el mercado y el gobierno. Ambos son necesarios. Cada uno puede complementar al otro». Si bien Coase ejemplifica la posibilidad de provisión privada de un bien público, ya sabemos que hay excepciones del mercado en las que la acción estatal es necesaria.
1) COASE – ¿A qué apunta el autor con este texto? Dado que los faros son unos de los bienes públicos más representativos, ¿Su posición es que el Estado no debe intervenir nunca en la economía?
2) SAMUELSON- El autor está a favor de un Estado centralizado. ¿Qué opina de la subdivisión en Municipios que ofrezcan distintos bienes públicos, de forma que sea más accesible para los habitantes moverse a donde más satisfagan sus necesidades?
3) SAMUELSON- ¿Cómo propone el autor que debería establecerse la recaudación de impuestos? ¿Deberían ser regresivos, progresivos, o proporcionales?
Paul Samuelson – The pure theory of public expenditure
Ronald Coase – The lighthouse in economics
En “The pure theory of public expenditure”, Paul Samuelson formaliza un módelo de maximización de utilidad incorporando bienes de consumo colectivo, es decir, aquellos cuyo consumo no afecta las cantidades que pueden consumir los demás, del cual concluye que a pesar de que exista una solución, es difícil encontrarla, debido que ningún sistema de precios puede determinar las cantidades óptimas de provisión dado que los individuos tienen incentivos a buscar su propio beneficio aprovechándose de la característica pública de dicho bien.
Por su parte, Coase en “The lighthouse in economics” analiza el caso de los faros, un servicio comúnmente citado como público que, observando el caso británico, fue fuertemente impulsado por la iniciativa privada hasta 1836, cuando el Parlamento decidió que pasen a manos de una única entidad pública, con la finalidad de reducir las cargas que se debían pagar para su mantenimiento, lo cual contradice los motivos por el que economistas como Mill, Pigou o Samuelson consideraban que un bien debía ser público.
Quisiera destacar la vuelta de tuerca que realiza Coase al análisis con respecto a la provisión de bienes públicos: La inacción estatal a la hora de proveerlos debería ser argumento suficiente para la ““intervención privada””, donde la propia necesidad de que alguien lo brinde permite que sea viable el cobro por el mismo. De esta manera, el autor continúa una crítica ya vista en “El problema del costo social” contra quienes opinan que bajo ciertas circunstancias solo es viable la intervención estatal.
Otro elemento que me resultó interesante fue el análisis de Samuelson con respecto a los incentivos que tienen los individuos a desviarse de su verdadero consumo óptimo de bienes públicos, brindando señales falsas al respecto, solo para incrementar su propio beneficio.
Preguntas
1) Coase, ¿Considera que hay algún servicio/bien que necesariamente deba ser brindado por el Estado?
2) Samuelson, ¿Considera que podrían implementarse ciertas medidas para desincentivar la actitud free-rider, ya sea desde lo económico (cobro por el servicio prestado), o desde lo social (rechazo por parte de los demás individuos)?
3) Coase, ¿Cree que lo que usted expuso con respecto a los faros británicos podría generalizarse al caso de todos los monopolios legales creados por el Estado?
Samuelson hace una distinción entre dos tipos de bienes: los bienes de tipo colectivo (bienes públicos) y los bienes privados. Los bienes públicos son no rivales mientras que los bienes privados sí lo son. Bajo el supuesto de que cada individuo tiene preferencias ordinales, Samuelson intenta encontrar el punto óptimo lo cual es imposible de hacer. Por lo tanto, el autor llega a la conclusión de que es imposible encontrar una solución descentralizada ya que los individuos tienen incentivos a mentir (a asignarle un valor menor al que realmente le considerarían) y por lo tanto surge el problema del free rider que querría beneficiarse a valores más bajos de equilibrio.
Coase empieza su paper ilustrando el ejemplo de un faro. Un faro es un bien público que puede ser utilizado por los barcos para guiarse. El costo para el Estado es el mismo ya sea que el faro sea utilizado por uno, dos o cien barcos. Es muy difícil para un Estado cobrarles a los barcos por utilizar el servicio del faro, sin embargo, Coase da el ejemplo de los faros en Inglaterra que fueron construidos por el sector privado con la intención de cobrar por la utilización de estos. Para Coase no es el Estado quien debería proveer todos los bienes públicos ya que algunos podrían ser provistos por el sector privado.
El argumento de Coase me resultó interesante, aunque en realidad es algo que vemos cotidianamente; por ejemplo, en las rutas. Si el Estado hace una ruta es casi igual que lo use uno, dos o veinte autos. Sin embargo, muchas veces licita las rutas y el sector privado construye ahí peajes. Creo que estamos migrando hacia un mundo en el cual el sector privado va a tomar la posta de los bienes públicos, se me ocurren dos ejemplos: en Argentina, los PPP. En Estados Unidos, Spacex compite contra la NASA para lanzar satélites. Algo que antes podría ser solamente brindado por el Estado se provee cada vez más por el sector privado.
La mención de Samuelson al free-rider mismo si no es novedosa porque la hemos estudiado anteriormente en la materia, me llamó la atención porque sigue pudiéndose aplicar a este tipo de casos.
1) Samuelson: ¿Cómo podríamos solucionar el problema de los free-riders?
2) Coase: Estoy de acuerdo en que hay ciertos bienes públicos que podrían ser brindados por el sector privado, pero aquellos que no serían rentables para el sector privado deberían ser provistos por el sector público. Por lo tanto, ¿El rol del Estado en los bienes públicos debería ser siempre deficitario?
3) Coase: Dejando de lado los «beneficios» que podría obtener el sector privado al ofrecer bienes públicos. ¿La salud, educación y seguridad deberían siempre ser provistos por el Estado? ¿Por qué?
Resumen:
Samuelson critica que los economistas han descuidado la teoría del gasto público, gastando sus energías en la teoría de los impuestos. Define dos tipos de viene los públicos y los privados. Los públicos son los que permiten el free riders y son provistos por el estado y a su vez el consumo de los mismos no disminuye la cantidad disponible del mismo en cambio los privados al consumirlos si disminuyen su cantidad; un ejemple que plantea Samuelson de los bienes púbicos es el faro. El faro solo puede ser suministrado por el estado ya que ningún empresario realizaría este proyecto porque no le generaría un beneficio a futuro.
Coase estudia minuciosamente el sistema de los faros británicos y podemos ver que el faro no siempre es un bien público como lo plantea Samuelson. Algunos faros fueron tomados por el sector privado donde cobraban un impuesto a los puertos por el uso del mismo. También critica la postura que toma Mill, Sidgwick y Pigou quienes creían en la intervención gubernamental para la administración de algunos bienes.
Novedoso:
Lo que me llama la atención es todo el trabajo que realiza Samuelson presenta el faro como un ejemplo de un bien público en donde el Estado es el cargado del mismo ya que le sector privado no interviene dado que no recibiría un beneficio. Por otro lado, Coase nos muestra todo un análisis del sistema de faros británicos donde podemos ver que el sector privado tenía control de los faros y cobraban un impuesto, un arancel a los puertos por el uso del mismo. Samuelson tomo al faro como ejemplo de un bien público y Coase todo lo contrario.
Preguntas los autores:
1)Samuelson ¿Existe algún bien público que lo pueda administrar un empresario, o sea sin intervención del estado?
2)Samuelson ¿Cree que el estado y los empresarios podrían trabajar juntos en un bien público, y de esta manera beneficiarse ambos?
3)Coase ¿Existe algún bien público hoy en día? ¿Cree que sería mejor la intervención del estado en los bienes privados o no?
Yasmin García
The Pure Theory of Public Expenditure – Paul A. Samuelson
The Lighthouse in Economics – Ronald H. Coase
Alumno: Juan Carlos Halliburton, Nro Reg: 861879
Resumen:
The Pure Theory of Public Expenditure es un paper corto de características neoclásicas y de rigurosidad matemática en el que se trata la diferenciación de consumo de bienes públicos (collective) y privados mediante criterios de optimalidad de Pareto y ecuaciones microeconómicas. La diferencia principal entre ambos bienes es que los públicos se pueden consumir sin reducir la cuantía disponible para otros agentes. El autor llega a la conclusión que es imposible llegar a una solución mediante un sistema de precios descentralizado que determine los niveles óptimos del consumo colectivo, ya que existen individuos que consumirán el bien público sin pagarlo (Free Riders). Por el contrario el caso de los bienes privados que son excluyentes del consumo, los agentes se ven obligados a revelar sus preferencias. El autor sostiene que estos bienes públicos tienen que ser ofrecidos por el Estado, ya que los privados no tendrían incentivos de proveerlos. En el texto de Coase, el faro es el típico bien que los autores como Mill, Sidgwick, Pigou y luego Samuelson ( en “Economics”) hacen referencia cuando hablan de bienes que tienen que ser provistos por el Estado. Coase hace un estudio histórico del sistema de faros en Gran Bretaña y demuestra que por 400 años los privados tenían incentivos para construirlos y mantenerlos. Coase concluye que el ejemplo de los faros es un pésimo ejemplo de bien público.
Lo novedoso:
Me intereso la formalización matemática del padre de la síntesis neoclásica (Paul Samuelson), y los criterios paretianos para la determinación de óptimos. Siempre me intereso el concepto de Optimo de Pareto, ya que veces el Estado, redistribuyendo rompe con este optimo, ya que empeora la situación de unos para mejorar la de otros. Sobre la cuestión de las fallas de mercado y la respuesta simplista de que estas tienen que ser corregidas por el estado, Coase se empeña en demostrar que puede haber arreglos entre partes para tratar el caso de las externalidades, mediante la delimitación rigurosa de derechos de propiedad (como vimos en el TP de la semana pasada) y en este caso el de los bienes públicos, no siempre el mejor tratamiento lo da el Estado. Sería interesante tratar el tema de Public Choice (o fallas del estado) en contra punto con estos de falla de mercado. Del texto de Coase, es novedoso el análisis histórico, que a veces los economistas dejan de lado y se centran en la formalización matemática. La evidencia histórica a veces difiere de la teoría pura matemática, ambas son esenciales para explicar la realidad.
Preguntas que le haría al autor:
1) (Para Samuelson) Teniendo en cuenta que los bienes públicos tienen características de no rivalidad ni exclusión, el caso de la policía es un ejemplo típico de bien público. ¿Cómo explica la aparición de seguridad privada en los últimos años?
2) (Para Coase) En tiempos de J. S. Mill, se entendía que ciertos sectores eran propios de la administración pública, como la salud, la educación la seguridad etc, ¿La aparición de salud privada, educación privada y seguridad privada, no va en detrimento de sus contrapartes públicas? ¿Qué opinión le merece el subsidio de escuelas privadas por parte del estado?
3) (Para Samuelson) ¿Cómo es posible romper con el anonimato de los free riders? ¿Es posible que ciertos mecanismos como la SUBE puedan ser utilizados para discriminar entre usuarios de mayores ingresos y de menores ingresos aplicando tarifas diferenciadas? ¿Cree que a medida que la tecnología avance será posible mitigar el fenómeno del polizón?
ALUMNA: ANTONELLA PINI REGISTRO:873812
1) RESUMEN
Samuelson en su texto explica la existencia de dos tipos de bienes: públicos y privados. Define el bien público como no rival (cuando su uso por una persona no perjudica o impide el uso simultaneo por parte de los otros individuos) y no excluyente (cuando no se puede impedir su usufructo por usuarios potenciales o reales). Dichos bienes facilitan la existencia de los denominados “free riders” que son aquellos consumidores que se benefician de ellos sin pagar contraprestación alguna. Para ejemplificar, expone la idea de un bien público, el Faro, y plantea la idea de que es el Estado quien debe proveer los bienes públicos fundamentando los casos puntuales de intervención.
Coase es quien estudia de forma detallada la idea de los Faros presente en Gran Bretaña y llega a la conclusión de que los mismos pueden ser provistos de forma privada ya que existen arreglos institucionales que hacen viable dicha provisión financiada por sus usuarios o socios, cobrando un canon en los puertos para poder obtener un beneficio. De esta manera nos muestra que es erróneo el problema de los free riders propuesto por Samuelson en su texto.
2) NOVEDOSO/IMPORTANTE
Lo interesante del texto de Coase es ver como el ejemplo del Faro puede ser un tipo de bien privado y no público como se estudia en la carrera. Ver como un mismo ejemplo tiene su contra cara aunque me resulta confuso entender cómo se establecen las preferencias del consumidor para definir un precio de mercado y de esta manera proveer el mismo de forma privada.
3) PREGUNTAS
• Samuelson: Ya que los individuos no revelan sus preferencias, por lo que el precio es igual a cero. ¿cómo mide/define el Estado “cuanto” tiene que tener en dinero para poder proveer los Bienes Públicos?
• Coase: ¿el Estado tiene que proveer algún bien o los mismos están privadamente garantizados?
• Coase: dado su ejemplo: ¿qué piensa de los free riders? ¿es posible su existencia? ¿o siempre se encuentran señales de mercados para identificarlos?
SINOPSIS
En su corto artículo publicado en 1954, Paul Samuelson presenta su teoría sobre los “bienes de consumo colectivo” (que nosotros llamamos “bienes públicos”). Esta teoría, según el mismo autor, resultaría innovadora ya que, a excepción de contados economistas que estudiasen el consumo público, el camino que siguió la academia en relación al estudio sobre el rol del Estado en la economía se enfocó en los impuestos (“taxation”) más que en hallar una trayectoria óptima para el consumo y provisión de bienes por parte del sector público.
A pesar de que no se encuentra en su texto de 1954, en el cual presenta a través de fundamentos microeconómicos porqué existen ciertos bienes que no pueden ser provistos por parte del sector privado y que en tal caso es el sector público quien debe proveerlo dada su importancia para la sociedad, el ejemplo de los faros es incluido en su manual ‘Economics’ desde el año 1961 como un ejemplo de un bien público “ideal”.
Es este ejemplo el cual se encarga de derribar Ronald Coase en 1974, en “The lighthouse in economics”. Coase, argumenta que, a pesar de que los faros son utilizados por muchos economistas a lo largo de la historia como un ejemplo de un bien que nunca podría ser provisto sin el apoyo del Estado, con la mirada puesta sobre la evolución histórica del sistema de iluminación marítima británico es sencillo descubrir que el sistema fue administrado por bastas empresas de capital privado de manera rentable.
Por otro lado, Coase nota que el gobierno no tomó control de la administración de los faros ni se encargó de sus costos, aun habiendo adquirido los edificios en el Siglo XIX con el fin de estandarizar el sistema. De haberlo hecho, hubiese creado ineficiencias. En vez de ello, dejó que los usuarios del sistema pagasen por su uso a través de cargos que se cobraban en los muelles británicos.
CONCEPTOS
Según mi parecer, el concepto que más relevancia tiene del texto de Samuelson es el de la provisión de bienes y servicios que el sector privado no está dispuesto a prestar (en caso de que esto sea cierto y no exista eficiencia económica en la producción privada de dicho bien, a diferencia del caso de los faros coasianos) por parte del sector público. Dicho concepto (el de bien público) sigue vigente en el mainstream de la economía política contemporánea y se ha convertido en pilar de una rama de dicha ciencia que ha tenido tanta importancia en la academia y en la práctica como lo es la economía del bienestar. Destaco, también, que la fundamentación de dicha teoría fuese hecha a través de un modelo matemático que la sustente y no meramente a través de la presentación conceptual del desarrollo de su tesis.
Por otro lado, me parece destacable la crítica que formuló Coase al ejemplo del faro (pero sobre todo indirectamente a la teoría de la provisión de bienes públicos) en términos de su aporte a la literatura, que resultó el puntapié inicial del debate acerca de los bienes públicos. Durante el tercer cuarto del siglo XX, la provisión de bienes por parte del Estado fue un fenómeno aceptado e incorporado al mainstream de la economía política, sin embargo Coase -en un contexto en el que el Estado de Bienestar atravesaba una crisis- se encargó de cuestionar el supuesto de ineficiencia de la provision privada de ciertos bienes a través de un simple contrafáctico.
PREGUNTAS
·RC: Como comenta en su texto, todos los empresarios privados que deseasen construir un faro tenían que obtener un permiso por parte de la corona para hacerlo. Usted no lo explicita, pero esto implica que les fue otorgada cierta autoridad para forzar a los navíos a pagar por el uso de los faros. Si esto es cierto, ¿hubiese sido posible que el mercado, actuando libremente y sin intervención estatal, proveyese el servicio de iluminación? ¿No cree que, aunque el sector privado construyese los faros sin ayuda del gobierno, les hubiese sido imposible operar sin ella?
PS: Parte de la crítica de Coase es válida debido a que usted caracteriza a los “bienes de consumo colectivo” como -en términos del lenguaje económico contemporáneo- bienes públicos puros. De hecho, en su presentación de la historia del sistema de faros, el rol del gobierno está presente en todos los ejemplos de administración privada del sistema. ¿Cree que habiendo introducido en su modelo un intermedio entre bienes públicos puros y bienes privados puros -tal como “bienes club”, su teoría hubiese estado exenta de la crítica de Coase?
·PS: A más de medio siglo de la presentación de su trabajo, es posible apreciar en los distintos Estados una amplia gama de niveles de participación del gobierno en el mercado en términos de provisión de bienes públicos. Considerando que la contraparte de ello es el pago de un impuesto por parte de toda la sociedad y no solamente por quien consume el bien, ¿qué modelo de Estado contemporáneo -si es que alguno- considera que lleva a cabo de manera más eficiente la participación en el mercado?
Romina Blasucci 877941
En ambos textos nos encontramos con la cuestión de intervención gubernamental donde diferentes autores como Samuelson,Pigou,Sidwick fueron realizando sus aportes según diferentes concepciones acerca de esta problemática. Primero podemos ver en el texto de Coase una ejemplificación que muchos economistas toman como base de referencia para sacar conclusiones acerca del tópico anteriormente mencionado, estamos hablando de los faros en la economía. Donde este autor no solamente alude una posición claramente inversa a la de Samuelson (quien sostiene por medio de su teoría de bienes públicos y privado que se puede llegar a un óptimo por medio de la producción de ambos bienes únicamente) sino que hace gran hincapié a la cuestión de expresión de autores como los nombrados frente a una determinada problemática. Coase cree que no se puede determinar un hecho como la producción de faros como referencia hacia una opinión acerca de si la intervención pública es eficiente o no, deben realizar los estudios necesarios donde debemos tener en cuenta todos los contextos que nos rodean y las posibilidades que tenemos en dicho mercado para su correcta producción.
ATRACCION
Me parecio de gran relevancia el punto central de Coase. Samuelson, Pigou creo que son expresados en la literatura económica como ellos expresaron sus ejemplificaciones acerca de sus opiniones, como si están dadas. Donde en la carrera podemos ver a la teoría de bienes públicos, a las representaciones de Pigou como ejemplificaciones de modelos económicos, donde muchas veces además de no ser refutadas tiene bases que no son tan sólidas como para tomarlas como predeterminantes al pensamiento económico.
Coase comienza hablando de lo sucedido en Gran Bretaña acerca de la producción de faros, no para querer demostrar su postura acerca de la producción de bienes por parte de entes privados sino para demostrar las falencias que tienen dichos autores en sentar opiniones frente a contextos que no son tomados en cuenta, donde creo que substraen una parte abstracta de la situación e intentar darle una solución mediante teorías generales replicadas en individuales.
PREGUNTAS AL AUTOR.
Coase , más allá que su objetivo fue replicar una ejemplificación sin delimitar explícitamente sus fundamentos acerca como debe intervenir aquellos entes gubernamentales ¿ Cómo podríamos saber las delimitaciones del estado cuando ocurren situaciones “imprevistas” donde se necesita una producción determinada en un momento determinado que nunca fue vista?
Samuelson, sabemos que una de las grandes causas que determinan la intervención del Estado, son las fallas del mercado. ¿ Por qué se cree que el Estado si será un “corrector” de esta ineficiencia cuando como bien sabemos el ente gubernamental no siempre asegura producciones optimas ?
Cuando Coase habla sobre las patentes que eran otorgadas según ciertos beneficios políticos, ¿ No cree que en el sector privado hay mayor preponderacia del interés individual frent a el colectivo?
Coase se propone analizar el papel que juega el ejemplo del faro en la parte de la economía que intenta explicar la naturaleza y tratamiento de los bienes públicos. Para eso, enuncia una serie de pronunciamientos por parte de economistas sobre este bien en particular para luego demostrar, mediante sucesos históricos que tuvieron lugar en Gran Bretaña, que los mismos no se condicen con la realidad. En específico, nota que la recaudación de pagos por uso del servicio no es imposible, tal como afirmaban Mill, Sidgwick y Pigou. Asimismo, hace especial alusión a que, contrariamente a lo que sostenía Samuelson, los agentes privados encontraron redituables las inversiones concernientes a la construcción de faros. Por último, Coase asegura que la solución que propone Samuelson consistente en modificar la forma de financiamiento para no cobrar “peajes” que superen el costo marginal de provisión del servicio a un barco más (que en este caso es cero) no generaría indudablemente una mejora en el bienestar, ya que es posible que la falta de incentivos den lugar a una reducción en la eficiencia de la provisión, por lo cual, los costos fácilmente podrían superar a los beneficios sociales adquiridos producto de la política. En síntesis, el autor demuestra que no es indiscutible que un bien como el faro sea un buen ejemplo de bien público, y concluye en que los economistas no se han adentrado en un estudio de cómo se desarrolla la provisión de este servicio en la práctica.
En el modelo de Samuelson, que expone su teoría del gasto público, podemos apreciar el pensamiento del economista para con los “bienes de consumo colectivo”; demuestra de forma teórica que la provisión de bienes cuyo carácter impide excluir a algunos usuarios no encuentra incentivos para realizarse, como consecuencia de la falta rentabilidad, ya que los consumidores no tienen incentivos para revelar sus verdaderas preferencias acerca del consumo de este bien.
Me pareció interesante la forma en que Coase llega a demostrar que un faro, que en parte impide la exclusión de algunos usuarios (barcos que hacen uso del servicio pero no pasan por puertos británicos), puede llegar a ser provisto por el mercado de manera redituable. Nos lleva a pensar que quizás no todos los bienes que se consideran indefectiblemente públicos presenten el problema del “free riding” en la totalidad de sus usuarios. Por otro lado me parece valiosa la exposición teórica de Samuelson en pos de demostrar que, si se asume una provisión descentralizada de “bienes de consumo colectivo”, no se podría determinar los niveles de consumo óptimo de este tipo de bienes; todo esto suponiendo que los mismos son de carácter público «puro».
Coase: Respecto al no cobro por el uso de servicios cuyo costo marginal de provisión es nulo. ¿No cree que el planteamiento de Samuelson, en términos de eficiencia teórica, es correcto y que la pérdida de eficiencia producida falta de incentivos podría resolverse de otra forma, pero sin recurrir a cobrar “peajes” que exceden el costo marginal del uso (en este caso cero)?
Samuelson: ¿Cómo resolvería el tratamiento de determinados bienes públicos cuya provisión a gran escala por parte del estado es muy ineficiente en contraste con una provisión a pequeña escala?
Samuelson: ¿Tiene en cuenta el problema de la agregación cuando propone la herramienta “función social de bienestar”?
Guia sobre Textos de Samuelson y Coase
Resumen:
Estos textos hablan acerca de la provision de bienes públicos. Samuelson argumenta que estos bienes tienen 2 caracteristicas: consumo no rival e imposibilidad de exclusión (o por lo menos altos costos de exclusión) y por este motivo no habria incentivos a la provision privada, ya que podría haber personas que se beneficien del bien sin pagar por ello (free-riders). La solución de Samuelson consistía en la provision publica de este tipo de bienes, donde la eficiencia se alcanzaría mediante el conocimiento de las preferencias individuales, un problema que debería resolver la política. Coase responde analizando la historia de un caso particular de bien publico: los faros portuarios. Su análisis consistio en demostrar que existieron incentivos privados para producir el bien antes de la intervencion estatal y que la provision publica no garantiza un resultado mas eficiente.
Interesante o novedoso del texto:
Lo mas interesante de estos textos es que se ve una mirada alternativa a algo que en la facultad parece un axioma: los bienes públicos no son provistos por el mercado y si lo hacen su provision es ineficiente, por ende el estado debe proveerlos. Si bien es cierto de que la provision privada podria no ser optima por el problema de que no se puede excluir de su consumo al free-rider. ¿Hay garantías de que la provision estatal solucione este problema? Si bien el estado puede solucionar esto obligando a todos al pago de estos bienes pero al no conocer las preferencias individuales ¿Cómo se puede asegurar que el estado puede proveerlos de una forma mas eficiente de la que lo haría el mercado? ¿Cómo se puede medir esto?
Preguntas:
1) Samuelson: ¿Se podria lograr algún mecanismo de revelación voluntaria de preferencias de bienes publicos, ya sea por información anónima obtenida en el censo nacional o algún otro mecanismo? Al ser anónimo, a priori no habría incentivos de la persona a mentir, ya que su valoracion del bien publico no esta ligado al monto del pago de ellos.
2) Samuelson: Para la solución al problema de la provision optima de bienes públicos. ¿No seria mejor comparar la perdida de eficiencia por la provision privada (por no poder excluir a los free-riders) contra la perdida de eficiencia por la provision publica (por obligar a todos al pago de esos bienes, donde el precio en impuestos puede ser mayor o menor de lo que la sociedad valora el bien) ¿Podria lograrse algún método para valuar cual de estas perdidas es menor y ver que solución es mas eficiente?
3) Coase: ¿Seria correcto decir que el problema del free-rider podria ser valido solo en algunas sociedades y no como un problema general de la ciencia económica? Ya que podria haber sociedades mas moralistas que no tuvieran este problema u otras donde este tipo de conducta tenga condena social. Por lo tanto en algunas sociedades no habría ningún problema en lograr la eficiencia mediante la provision privada.
En 1954, Paul Samuelson publico uno de sus papers con mas repercucion en el mundo de la economía, The Pure Theory of Public Expenditure , que formalizo el concepto de bienes públicos que el llamaba bienes de consumo colectivo (bienes no rivales y de no exclusión). Resalto el concepto de Freeriders y sus implicaciones en el mercado, siendo estas negativas. Se da de ejemplo un lighthouse, su traducción siendo faro ya que el servicio que brinda este es no rival y de no excluyente. Coase, utiliza el ejemplo del faro en Gran Bretaña y falsea el ejemplo de Samuelson, diciendo que este no es un bien público. Menciona que el sistema de faros está formado por organizaciones privadas y estas son mantenidas por los dueños de los barcos.
Novedoso:
Más allá del significado del texto, nunca me hubiera imaginado que un faro era bancado por dueños de barcos sino que era algo del estado. No es novedoso pero también es interesante volver a ver el tema del freerider o polizón y como este inhabilita al mercado para la asignación de los bienes públicos.
Preguntas al autor:
S- Puede existir una sociedad sin el problema del polizón?
S- Que ideología o forma utilizaría usted para determinar que bienes deberían ser públicos y cuáles deberían estar en manos de agentes privados?
C- Además de los faros, que otros ejemplos podrías dar de bienes que tienen la ilusión de ser públicos pero en realidad no lo son.?
The pure theory of public expenditure, por Paul Samuelson.
The lighthouse in economics, por Ronald Coase.
Alumno: Lucas Albano Masucci (881.953)
Resumen:
Los textos se encargan de analizar la provisión de bienes públicos y como hace injerencia el estado en los mismos. Muchas veces, como en el caso de los faros, que el estado sea el que provea ese bien público no está muy bien fundamentado y Coase se encarga de refutarlo.
Para empezar, el texto de Samuelson se encarga de hacer un análisis del consumo por parte de los individuos y del gasto en bienes públicos por parte del estado. Los individuos van a dividir su consumo en consumo privado y consumo colectivo para satisfacer cierta función de utilidad. El problema del estado va a consistir en sortear la disyuntiva de que cantidad de bienes públicos para consumir proveer para mantenerse en un óptimo Paretiano Esto se suma a la dificultad de que el mercado/sociedad no arroja las suficientes señales y la actitud de las personas no es fácil de modelizar. Samuelson se encarga brevemente de formalizar matemáticamente su teoría.
Finalmente, Coase hace un análisis del servicio provisto por los faros. Hay muchos economistas que fundamentan fuertemente que este tipo de servicio tiene que ser provisto por el estado ante la dificultad de cobrarle a los barcos que utilizan el mismo y esto sería la razón por la que ningún privado se metería en el negocio. Coase hace uso de la historia de faros del Reino Unido para desmentir este pensamiento y mostrar como hay otra salida que es más eficiente. A todos los barcos en mayor o menor medida y de acuerdo con sus necesidades se les cobraba una tarifa al tocar puerto que financiaba a un fondo para la construcción y manutención de faros a lo largo del Reino Unido. Esto desplazo a los faros privados y demostró que si se le podía poner un precio al servicio.
Aspectos novedosos del texto:
Me pareció interesante por demás el texto de Coase y como aplica la historia del Reino Unido para refutar a grandes economistas que tienen grandes teorías sobre los bienes públicos. A priori, nunca pensé que habría alguna manera de cobrar por el uso de bienes públicos como es el caso de los faros en el Reino Unido. Me resulto muy innovadora la idea de cobrar por su uso a los barcos, aunque me resulta extraña la idea que se lo cobre a todos los barcos como los que son usados para recreación también. Me hubiese gustado ver una teoría de como hacer para solo cobrarles a los que realmente hayan usado el servicio/bien y no a todos los barcos.
Por parte de Samuelson, me pareció muy interesante la idea de como determinar que cantidad de bienes públicos proveer para mantenerse en un óptimo Paretiano. El mercado brinda mucha incertidumbre con los problemas de extracción de señal y esto es algo muy difícil de determinar.
Preguntas:
1) Para Coase: ¿Cree que en un país donde la justicia no es la mejor y la inversión en infraestructura es de baja calidad es definitivamente mejor un sistema de faros privados en su totalidad mediante concesiones por ejemplo?
2) Para Coase: ¿No hubiese sido mejor un sistema en donde solo se les cobre a los barcos que efectivamente usaron el servicio del faro y no a la mayoría de los barcos?
3) Para Samuelson: ¿Podría agregarse la condición de déficit fiscal en el cálculo de su teoría?
Resumen
The Lighthouse in Economics – Coase
The Pure Theory of Public Expenditure – Samuelson
Los dos autores de los textos, tanto Coase como Samuelson, tratan el tema del gasto Publico, Samuelson por un lado dice que los economistas le dieron mucha importancia al tema impositivo dejando de lado el gasto óptimo de bien público, hace distinción entre dos tipos de bienes, uno de consumo privado y otro de consumo público donde este tiene las características de no rivales ni excluyentes.
Samuelson está a favor de que los bienes públicos sean provistos por el estado, tomando como ejemplo el faro ya que la luz que genera tiene las características de un bien publico, dice que este servicio no lo podría proveer un agente privado ya que no le podría generar beneficio debido a la imposibilidad de cobrar por su uso, generando así Free Riders.
Por otro lado Coase refuta lo dicho por Samuelson explicando como evoluciono el sistema de faros en el Reino Unido, y como muchos de estos fueron construidos por manos privadas cobrando peajes los cuales eran pagados por los propietarios de los buques, donde el gobierno solo intervenía para conceder los derechos de propiedad.
Lo que me parece interesante del texto es como Samuelson utiliza contribuciones de otros economistas como Pareto para mostrar su modelo de bienes públicos, aun teniendo argumentos muy validos pero a su vez demostrados por Coase que no es necesario la intervención estatal en muchos casos para poder proveer ciertos servicios trayendo a alusión nuevamente la teoría de la Mano invisible que ordena el mercado.
Preguntas:
– ¿Para Coase, el único papel que debería cumplir el Estado es generar la facilidad para que entes privados provean ciertos servicios, o cree que debería tener un rol activo en otros aspectos?
– Para Samuelson ¿Cree que su teoría queda refutada por completo, o este tema tratado por Coase es un caso particular en medio de su teoría?
– Para Coase, ¿Si el sector privado proveyese todos los bienes públicos, todos serian proporcionados de forma eficiente? Si no fuese así ¿Cree que podría generarse acuerdos para generar empresas mixtas que puedan hacer trabajo mutuo y así proveer un servicio eficiente?
Resumen
En la lectura correspondiente a esta semana los autores Samuelson y Coase hacen un análisis desde distintos puntos de vista de un tema poco tratado como lo son los bienes públicos. En su texto Samuelson hace una distinción entre los bienes, por un lado, tenemos los de consumo público cuya característica es la no rivalidad y los bienes de consumo privado. Su postura se basa en que la provisión de estos bienes públicos debe ser efectuada por el Estado ya que así se alcanzaría el óptimo social, dado que no se puede implementar un precio que sea eficiente y además surgen problemas de información ya que los individuos tendrían incentivos a dar señales falsas.
Por otro lado, Coase, quien afirmaba que los bienes públicos podrían ser provistos por empresarios privado y usando el ejemplo de Samuelson para refutarlo. En su escrito cita el sistema de faros en Inglaterra que fue provisto por empresarios privado y funciono de manera eficiente hasta su estatización.
Novedoso
Me llamo la atención el análisis exhaustivo de los bienes públicos y el entusiasmo de Coase por refutar viejos dogmas económicos como por ejemplo la provisión de estos bienes. El poder mensurar y mercantilizar los bienes públicos hizo que su distribución fuera más eficiente. Por el lado de Samuelson me interesó el análisis que hace de las preferencias de los individuos y del factor información.
Preguntas
Samuelson: ¿Existe la posibilidad de tener una administración mixta para los bienes públicos?
¿Los free riders podrían considerarse como un costo hundido en la provisión de bienes públicos?
Coase: Para que la administración de los agentes privados sea eficiente ¿Debería existir un mecanismo que regule los precios del mercado? Caso contrario podríamos caer en un monopolio y eso afectaría el bienestar social.
En estos textos escritos por Paul Samuelson y Ronald Coase, se desarrolla un debate sobre la provisión de bienes públicos. Por un lado, Samuelson identifica dos tipos de bienes, los de consumo privado, los cuales se distribuyen de forma optima a través del libre juego del mercado, y el sistema de precios y los de consumo colectivo, los cuales, dadas sus características particulares, (la no rivalidad y no exclusión) no alcanzan un óptimo de distribución a través del mercado. Samuelson identifica el problema de los bienes de consumo colectivo en la imposibilidad de distribuirlos a través del sistema de precios, ya que los individuos, al no poder ser excluidos del consumo, pueden disfrutar de la provisión del bien sin incurrir en costos, mientras otros lo paguen. Estos individuos, llamados free-riders, desalientan la provisión del bien y generan una situación en la que no se llega a una distribución social óptima. Además, este tipo de bienes pueden ser disfrutados por múltiples consumidores sin aumentar los costos del agente que los provee. Samuelson concluye entonces, que estos bienes deben ser provistos por el Estado.
Por el otro lado, Coase analiza la cuestión de los bienes públicos desarrollando el caso de los faros en Inglaterra, un servicio que se ha tomado como ejemplo de bien colectivo por muchos economistas para demostrar la necesidad de provisión de un bien por parte del Estado. En primer lugar desarrolla las posiciones de Pigou, Sidwick, Mill y Samuelson, y luego demuestra, mediante fuerte evidencia empírica, como la construcción y mantenimiento de los faros en Inglaterra fue sostenido por iniciativa privada durante muchos años. El sistema funcionaba mediante el otorgamiento de patentes por parte de la Corona a los empresarios, y luego estos cobraban a los barcos que se beneficiaban por la existencia del faro. De esta manera, Coase demuestra que el faro no es el mejor ejemplo para tratar la cuestión de los bienes públicos y abre un nuevo debate sobre la existencia y tratamiento de este tipo de bienes.
Lo que me resultó llamativo de la lectura comparativa de ambos textos es el contraste que se puede encontrar, no solo en las ideas que plantean ambos autores, sino en el modo de argumentar y sostener estas ideas. Por un lado, el texto de Samuelson esta cargado de formalizaciones y desarrollo teorico-matemático, mientras que el de Coase, tiene una gran cantidad de evidencia histórica y empírica. En este debate aparece una cuestión que suele repetirse en el debate económico, la distancia que hay entre el desarrollo teórico y los hechos. Coase demuestra como muchos economistas han tomado un ejemplo (el del faro) para ilustrar su teoría sin investigar si realmente este ejemplo era útil o si servía para contrastar teoría con la realidad. Este autor a través de su investigación sobre los faros en Inglaterra, implícitamente, pone en duda la tan difundida idea del rol del Estado en la provisión de bienes públicos. Esto muestra como a veces lo que se considera como “sentido común” no es suficiente si no se investigan los hechos en profundidad.
Preguntas:
1) Samuelson: ¿No considera que el sostenimiento de ciertos servicios públicos (como puede ser el caso de los faros) a través de los impuestos, pueda llevar a una distribución regresiva de la riqueza, ya que se le quitan recursos a sectores que no se benefician del uso de estos bienes?
2) Coase: ¿Cual es su posición respecto a la provisión de bienes por parte el Estado que son considerados de importancia por su capacidad de asegurar igualdad de oportunidades y desarrollo social, tales como la educación pública?
3) Coase: Según su texto, en el período en el cual muchos faros se sostenían por iniciativa privada, los derechos sobre estos se obtenían a través del otorgamiento de patentes por parte de la Corona, por ende había un pequeño grado de intervención del Estado a través de estas concesiones. ¿Se puede deducir de este hecho cual sería el rol del Estado en la provisión de este tipo bienes?. Es decir, ¿es este rol el de garante de los derechos de propiedad?
Textos: Samuelson, Paul – The Pure Theory of Public Expenditure & Coase – The lighthouse in economics
Alumno: Ramón Biaus; Registro: 855.939
Resumen:
En el texto de Samuelson se describe el modelo de la falla en la solución descentralizada para alcanzar un óptimo (de Pareto e inclusive hacer una optimización dados ciertos supuestos) en la provisión de bienes públicos. En este paper intenta demostrar que no existe sistema de precios descentralizado que logre alcanzar el óptimo y apunta que para los consumidores de estos bienes es de su interés el no-revelar o falsear sus preferencias respecto de du valoración del bien público en cuestión. Ahora, él dice que el problema tiene solución dentro de un sistema centralizado (dice “existe”), pero que queda pendiente el “cómo encontrarla”. Aún así, señala que un impuesto de acuerdo a la Teoría del Beneficio Impositivo no sería de ayuda para solucionar el problema computacional del óptimo.
Coase, por otro lado, comienza su tratamiento del tema de la provisión de bienes públicos haciendo referencia a un ejemplo que se ha difundido entre los economistas: el faro. Y lo trata yendo a la historia, y a cómo ha ido evolucionando la regulación/el Derecho en Reino Unido sobre el tema. Ronald Coase señala con mucha elocuencia cómo los privados han ido solucionado el problema de los “free riders”, por ejemplo, juntando “patrocinios” a un nuevo faro. Y mostraba que los beneficiados aportaban a la construcción del faro, contradiciendo lo señalado por Samuelson, que sería de su interés el negar o falsear sus preferencias. Un ejemplo de solución institucional de la época fueron los “derechos de iluminación” donde los privados le pedían al gobierno que autorizara su faro, ellos lo construían y usufructuaban por un tiempo, y luego pasaba a manos del Estado, a cambio del cobro de estos derechos de iluminación a las embarcaciones beneficiadas. Samuelson habría dicho que este tipo de soluciones era imposible, o que no contribuía a una solución óptima. Pero como bien señala Coase: si la construcción de faros hubiese estado bajo responsabilidad de los hombres con el corazón en el interés público, Eddystone se habría quedado bastante tiempo sin faro.
Preguntas: a Samuelson: dado su gran despliegue de capacidad de modelizar, pero que la historia pruebe su subestimación de la realidad ¿cuál es el límite para el uso de la matemática en economía?
A Coase: dado ese avance casi sistemático de Trinity House sobre los emprendimientos privados y su estrangulamiento regulatorio, ¿qué límite le pondría al Estado para que no vuelva a suceder tal anulación de la iniciativa privada?
A Samuelson: dado que los gobiernos también lo integran personas con diversos intereses y ordenamientos de preferencias ¿no consideraría ud que la “solución centralizada” NO existe, es decir, que no existe tal organismo que esté compuesto de un gran número de individuos con un único e igual orden de preferencias?
Samuelson considera que un bien publico “puro” es una falla de mercado. Aquel que no presenta problema de rivalidad. Esto significa que, una vez suministrado, el hecho de que otra persona lo consuma tiene un coste adicional de recursos igual a cero. Como vemos en el texto de Coase el faro, una vez que se ha encendido la luz, no se incurre a ningún coste cuando un barco adicional lo utiliza como guía.
Otra de sus características principales es la “no exclusión”; no hay posibilidad de exclusión del consumo de un bien cuando es extremadamente caro o imposible impedir que lo consuma alguien que no esta dispuesto a pagar. Retornando al ejemplo, este proporciona un servicio de “no exclusión” porque es imposible impedir a ningún navio que aproveche la señal.
En el caso de un bien publico, es imposible obtener alguna rentabilidad con las características intrínsecas que posee, porque la racionalidad individual, lo llevara a no revelar sus preferencias. Por mas valoración que el bien tenga, hay negativa a pagar el precio del mismo. Por lo tanto, es común encontrar a personas que dejan que otras paguen al tiempo que disfrutan de los beneficios (free rider). Todas estas cuestiones generan que el mercado produzca menos que lo eficiente, o produzca cero unidades
Me resulto interesante, ya que este tema lo vi en profundidad en Finanzas Publicas que, pese a las criticas que se le hicieron a Samuelson sobre que es realmente un bien publico, todos coinciden que el mercado no puede operar solo si se trata de estos tipos de bienes. Por consiguiente, debido a la no revelacion de preferencia, el Estado debe intervenir, a través del establecimiento de impuestos, en el mercado para llevarlo a un punto eficiente en sentido de Pareto; y una vez logrado, dejar al mercado que se desarrolle por su cuenta.
Coase plantea que hay bienes o servicios como los faros, los cuales deben ser provistos por el Estado y no por empresa privadas. Esto se debe a la imposibilidad de asegurar el pago de los dueños de los barcos que se benefician de la utilización del faro y por lo tanto no es rentable para los privados construir y mantener faros.
1) La regla de Samuelson abre la posibilidad para la intervención del gobierno en el mercado, ya que si el Estado no se ocupa de producir al punto de eficiencia, el mercado no lo hará. Sin embargo, la regla solo se cumplirá si el Estado se financia con impuestos y para aplicar dicha regla, se requiere conocimiento de las preferencias de los individuos, que en la practica resulta dificultoso lograr conocerlas. Entonces, que medidas tiene el Estado para poder aproximarse a las preferencias individuales?
2) Que tipos de impuestos considera necesarios Samuelson, deben ser progresivos o regresivos?
3) Coase plantea que que proveer bienes públicos no genera beneficio económico. Entonces, de qué forma se podría disminuir está pérdida económica?
«The lighthourse in economics» – R. H. Coase
«The pure theory of public expenditure» – P. Samuelson
Resumen:
En los textos citados, ambos autores abordan el rol que debe jugar el Estados sobre la eficiente provision de los bienes publicos.
En primer lugar, Paul Samuelson presenta un modelo que muestra la optimizacion del gasto en donde los agentes consumen dos tipos de bienes, uno privado y otro colectivo (todos disfrutan de su consumo y el consumo de un agente no afecta el de otro). El argumento central esta en que no es posible establecer un sistema de precios descentralizado para poder determinar los niveles optimos de consumos colectivos ya que los agentes, generarian falsas señales de desinteres sobre el consumo colectivo con tal de obtener un beneficio personal dando poca informacion sobre su costo.
En segundo lugar, R. Coase, aborda la tematica de los bienes publicos con un ejemplo clasico dentro de los economistas que es como excluir o no a los agentes economicos que se benefician o no del uso de un faro. El punto esta en que una provision de un servicio como este jamas podria ser realizado por otro agente que no sea el Estado por la dificultad que presentaria una optima capitalizacion del uso del mismo por cualquier barco que se beneficie por el mismo. Coase, hace una mirada mas profunda del tema y ve que contrariamente a los postulados de otros economistas (Pigou, Mills) sobre la afirmacion que los bienes publicos deberian ser provistas unicamente por el Estado, previo al siglo 19, los faros eran provistos de manera privada de manera eficiente.
Novedoso:
De ambos autores me resulta asombrosa la aproximacion que hacen al interes de fondo que es la optima provision de bienes publicos ya sea por parte de Estado o del sector privado (caso del faro). Si los bienes publicos son en su mayoria pagados a traves de impuestos por la sociedad ¿Por que es la sociedad misma la que lleva a «esconder» su interes sobre los mismos si en definitiva lo que se quiere es tener un bien publico de calidad? (Quejas sobre funcionamiento de subterraneos, colectivos, rutas en mal estado, alumbrado, etc). Me resulta muy curioso que hasta el dia de hoy, este debate siga totalmente abierto a pesar de las mejoras tecnologicas que hay para poder beneficiar la produccion de los mismo, aminorando costos, y obteniendo mejor calidad. ¿Siempre sucedera que los bienes publicos dificilmente podran ser dados cumpliendose sus dos caracteristicas de no rivalidad y no excluyente? ¿Es entonces ese el punto optimo al cual el Estado desea llegar? ¿Son necesarias mayores regulaciones, o las que hay no son eficientes para llegar a un punto mas «armonico»?
Preguntas:
1.- Coase ¿Es la tecnologia una herramienta importante para minimizar los costos de los bienes publicos y asi hacerlos mas eficiente? ¿Por que es un factor no incluido en los modelos de este indole?
2.- Samuelson ¿Como es posible llevar a cabo politicas de bienes publicos con los empresarios? ¿No harian estos un «passthrough» a los consumidores en cada periodo que deban eficientizar la provision del servicio? ¿Como podemos evitar esto?
3.- Samuelson ¿Que metodo usado por los agentes privados, podria utilizar el Estado para poder tener una mejor informacion a la hora de proveer un bien publico?
Ambos textos, tanto el de Samuelson como el de Coase tratan sobre los bienes públicos. El texto de Samuelson resulta ideal para comprender claramente el concepto de bienes públicos y los problemas que los mismos involucran en la economía. Samuelson plantea que el principal problema de los mismos es la no revelación de preferencias por parte de los mismos y cómo los mismos son capaces de reconocer las cualidades de un bien público aprovechando sus beneficios sin dar nada a cambio, lo que es conocido como el problema del “free rider”. Por su parte, Coase desarrolla en su texto el más típico ejemplo de un bien público, el faro pero plantea que la provisión privada del mismo no necesariamente significa una asignación ineficiente de recursos ni los problemas mencionados por la mayor parte de autores que tratan los bienes públicos.
En cuanto a lo novedoso no encuentro nada a destacar dado que ya había leído ambos textos para otras materias. Sin embargo, me parece importante no pasar por alto la visión de Coase, que contradice en parte la postura generalizada sobre los bienes públicos y da lugar a la duda, lo que no permite tomar como “verdad absoluta” a las otras posturas y obliga, según creo yo, a seguir profundizando en este tema.
Preguntas:
1- Para Samuelson: Dada la actitud egoísta de los agentes económicos que buscan maximizar su propio beneficio, ¿cree que es imposible la solución del problema del free rider o que podría haber otra alternativa para solucionarlo y que este tipo de bienes pueda ser ofrecidos por privados?
2- Para Coase: usted dio como solución al problema del faro la implementación de un impuesto a los barcos que utilizaban dicho puerto, sin embargo, ¿asegura esto una asignación eficiente de recursos? ¿No traería esto otros problemas, como por ejemplo, el encarecimiento de costos de transporte?
3- Para Samuelson: ¿existe realmente un bien puramente público o todos se encuentran con alguna limitación en cierto punto? De existir, ¿cuál sería un ejemplo?
Samuelson, “The Pure Theory of Public Expenditure” y Coase, “The Lighthouse in Economics”
Samuelson y Coase utilizan el ejemplo del faro para desarrollar su postura acerca de los bienes públicos y privados. Samuelson, opinaba que es muy difícil llegar a una asignación óptima de bienes públicos y privados, ya que la gente encuentra incentivos para preferir a los primeros sobre los segundos debido a que estos pueden ser utilizados por todos de la misma manera, sin afrontar costos o siendo estos muchos más bajos que en el caso de los bienes privados; a su vez, opinaba que había ciertos bienes (como el faro) que era conveniente que se encentre bajo una administración pública antes que privada debido a su método de utilización en la cual todos lo pueden utilizar sin tener que afrontar gastos. Por otro lado, Coase opinaba que no necesariamente los bienes de características similares a la de los faros debían encontrarse bajo la administración pública, y para explicar esto utiliza el desarrollo de los faros británicos que se encontraban bajo administración privada, y generaban una mayor utilidad para los consumidores de esta manera que siendo bienes públicos, pagando un peaje a las compañías que manejaba a estos faros, pero tomando como punto de partido para cualquier bien de similares características.
Algo novedoso que me resulta de ambos autores es como pueden partir de un mismo ejemplo para poder explicar con fundamentos dos posturas contrapuestas, remitiendo ambos a ejemplos históricos. A su vez, me resulta interesante el hecho de que un bien pueda generar más o menos utilidad e incentivos a su consumo dependiendo si este se encuentro bajo una compañía que lo administre o si se encuentra bajo la administración del Estado, ya que a mi entender en ambos casos uno termina pagando por el bien o por el servicio que es otorgado, con la diferencia de que aquellos que provee el Estado suelen tener un menor costo que los que proveen los privados, aunque en estos textos no se esté haciendo hincapié en ese factor si que se estaría focalizando en el acceso y al uso de dicho bien.
Preguntas:
1) ¿Qué pensarían los autores a cerca de las empresas privadas que proveen bienes públicos en la actualidad como podrían ser las compañías que se encargan de cobrar peajes en rutas y autopistas?
2) ¿Piensan los autores que los bienes o servicios más necesarios para el desarrollo cotidiano de la vida de los individuos, como la luz y el gas, deberían permanecer bajo una administración privada o pública? ¿Qué piensan ellos que es más conveniente?
3) ¿Existe otro caso como el de los faros el cual pueda servir de ejemplo de bienes o servicios que generan una mayor o menos utilidad encontrándose bajo el manejo del Estado o bajo el manejo de compañías dependiendo del lugar donde se encuentren?
Juan Ignacio Espósito 881617
Textos: “The Pure Theory of Public Expenditure” y “The lighthouse in economics”
Autores: Paul Samuelson y Coase.
Alumno: Daniel Felipe Muñoz Gordillo
Síntesis:
Los textos acuden a la interpretación de porque algunos servicios deberían ser públicos y lo difícil que sería para un privado brindar un servicio sin resultar perjudicado.
Por tanto, Samuelson expone los argumentos de como el único proveedor de ciertos servicios debe ser el Estado, este comenta el servicio que ofrece un faro, y las situaciones que pueden perjudicar a un privado, sobre todo cuando hay usuarios que no pagan por dicho servicio. Por su parte, Coase parte del mismo ejemplo, pero comentando ciertos casos en los cuales los privados en ciertas situaciones si pueden resultar beneficiados al brindar dichos servicios, comenta en su caso la diferenciación en el cobro del servicio, ya que según el estado debe usar medios forzosos para cobrar el servicio, mediante su autoridad, cuando en realidad dicho poder no requiere ser ejercicio para obtener el pago, dado que los usuarios estarían dispuestos a pagar el mismo, dada la utilidad de este servicio.
Nuevo e importante:
Es importante el análisis de estos autores en cuanto la comprensión de lo que es un servicio público, no solo por el bien que proveen a las personas, sino por las vicisitudes que implican a los inversores privados los cuales, por su intención de obtener grandes beneficios, desconocen que existen riesgos que pueden significar fracasos e inclusive la toma de propiedades de servicios que deben ser realizados por el estado.
Es para mi nuevo estos casos de los faros, no tenía conocimiento de estudio al respecto, y menos aún de aquellos individuos los cuales decidieron asumir los riesgos de lo que implica un proyecto de grandes magnitudes y con poco acompañamiento, dado que se expone el capital y el margen de un particular o privado.
Preguntas:
1) Coase: ¿Considera que en algún momento existan privados que les interese brindar servicios sin ningún beneficio, y sea solo con el fin de obtener beneficio común?
2) Samuelson: ¿Cuál es su opinión respecto a la privatización de ciertas empresas y servicios que históricamente fueron estatales?
3) Ambos autores: ¿Consideran que es oportuno la combinación de capitales privados y estatales, en empresas que brindan servicios públicos, y que sean eficientes por completo tanto para usuarios e inversores?
En los textos “The Pure Theory of Public Expenditure” y “The Lighthouse in Economics”, tanto Samuelson como Coase, respectivamente, tratan el problema de la provisión de bienes públicos. Samuelson define a los bienes públicos como aquellos cuyo consumo por parte de un individuo no reduce la cantidad que otro puede consumir del mismo bien. Debido a esta característica, el sistema de precios no servirá como forma de determinar el nivel de consumo óptimo de estos bienes, y, como consecuencia, los agentes económicos tenderán a comportarse como free riders. Samuelson concluye, entonces, que la existencia de este tipo de bienes impedirá alcanzar el óptimo social en la economía solamente por medio del accionar individual. Coase, por su parte, centra su texto en el análisis de un bien particular, el faro, a menudo utilizado como ejemplo de bien público puro. Repasando la historia de su provisión en Gran Bretaña, este autor encuentra distintos casos en los que ciertos faros fueron construidos y administrados por agentes privados, sin que el problema del free rider representara un impedimento. Su conclusión será, entonces, que, siempre que se aseguren los derechos de propiedad, los faros no necesariamente deben ser provistos por el gobierno.
Los conceptos que más llamaron mi atención de los textos fueron, del de Samuelson, la inclusión, además de los supuestos más habituales, de la necesidad de que todos los bienes sean privados para que la solución descentralizada, o de mercado, permita alcanzar el óptimo social, y, del de Coase, el tratamiento de la cuestión de los bienes públicos recurriendo al análisis de los datos del “mundo real”. Esto último me parece especialmente destacable, ya que, en ocasiones, parecería que, al centrarse en la discusión teórica de un tema, se termina por relegar la contrastación del poder predictivo de las distintas hipótesis y teorías, lo cual, en mi opinión, es en última instancia la característica fundamental de cualquier ciencia.
Preguntas:
1) Coase: ¿La conclusión a la que llega sobre los faros puede generalizarse al resto de los llamados “bienes públicos puros”? ¿Podría ocurrir, por ejemplo, que un agente privado provea, siguiendo su propio interés, el alumbrado público o la seguridad nacional?
2) Samuelson: Si en lugar de usarse impuestos de suma fija para financiar el gasto del sector público y la provisión de bienes públicos se utilizara algún otro impuesto que distorsionara las decisiones de los agentes, ¿aun así se podría alcanzar un óptimo social?
3) Coase: Si un determinado bien público puede ser provisto por un agente privado, ¿esto implica que este último lo hará, necesariamente, de forma más eficiente que el sector público?
RESUMEN:
En los textos, ambos autores tratan el tema de los bienes públicos y si es posible que estos sean provistos en forma privada. Por un lado, Samuelson argumenta que los bienes públicos, dada su característica de no exclusión, no pueden ser provistos de manera privada descentralizada. Esto es porque los individuos no tienen incentivos a revelar sus preferencias, es decir, a revelar cuánto estarían dispuestos a pagar por el bien, ergo, tienen incentivos a tener un comportamiento del tipo “free rider” en el cual no pagan por el bien, pero disfrutan de su uso. Por otro lado, Coase hace hincapié en un bien público en particular, los faros, típico ejemplo utilizado en la literatura para caracterizar el concepto de bien público. En el artículo, Coase, se propone explorar la historia de la provisión del servicio de faros en Gran Bretaña y como aquí si hubo provisión privada de manera muy prospera, contrariamente a lo que argumentaban Samuelson y otros economistas. Coase concluye que si es posible organizar un mecanismo efectivo de cobro por el servicio tipo peaje (toll) y asignar derechos de propiedad a la explotación de los bienes públicos, es posible una provisión privada de bienes públicos eficiente (y hasta más eficiente que la provisión publica).
NOVEDOSO/ASOMBROSO
En primer lugar, me sorprendió la historia de la provisión del servicio de faros en el Reino Unido, la verdad es que no la conocía y me pareció interesante. En este caso creo que Coase demuestra y de manera muy fundamentada que la provisión de bienes públicos de manera privada es posible para el caso de los faros, lo cual me pareció novedoso ya que, al haberlo visto como el típico ejemplo de bien público, esto no era posible. Por otro lado, me pareció interesante como ambos autores parecen tener argumentos totalmente contrapuestos, pero en mi opinión no lo son tanto. Esto lo digo porque Samuelson deja la puerta abierta a encontrar un sistema que pueda garantizar la revelación de preferencias de los usuarios de los bienes públicos y dice que si el sistema se encuentra la provisión privada es posible. Coase, por su parte, encuentra este sistema y demuestra que la provisión privada es posible, como lo dije anteriormente. Samuelson lo que resalta en su artículo es la dificultad que hay para encontrar este sistema de revelación de preferencias, no que no lo haya.
3 PREGUNTAS
1) ¿Qué piensa Samuelson acerca del artículo de Coase, le criticaría algo? ¿Hay alguna crítica hacia el razonamiento de Coase?
2) ¿No cree Coase que es posible que haya otras causas para la provisión publica de ciertos bienes que no sea la eficiencia, como puede ser la equidad?
3) Coase encuentra que hay un bien público que puede ser provisto en forma privada. ¿Esto aplica para todos los bienes públicos?
Resumen:
Los dos textos centran su atención sobre la provisión de bienes públicos. El texto de Samuelson, empieza diferenciando los bienes ordinarios de consumo privado y bienes de consumo colectivo, en base a su posibilidad de exclusión. El autor establece que los individuos encuentran sus preferencias representadas en la función de utilidad y que si. Si los bienes son públicos, la búsqueda del propio interés lleva a la mala información en las señales que dificulta la eficiencia, por lo que deberian ser provistos por el estado porque además no se superaría el comportamiento de los free riders. Por otro lado, la opinión de Coase de los bienes públicos, utilizando el ejemplo del sistema de faros en el Reino Unido. Coase intenta explicar cómo el faro a diferencia de lo que uno pensara, fue promovió en parte por el espíritu emprendedor del sector privado. Para finalizar, llega a la conclusión de que no se debería utilizar al faro como ejemplo de un servicio público, únicamente provisto por el estado, por lo que debería ser reemplazado por otro bien.
Interesante:
Los más interesante es como el análisis de Coase sobre los faros muestra que no todas las teorías que rigen en economía se aplican de una manera totalmente distinta en la realidad. Lo que También resulta interesante el espíritu emprendedor de los productores privados ingleses, y como se presentaban los proyectos Trinity con el consentimiento de los operadores de buques, demostrando que de la cooperación voluntaria siempre resulta en ganancias para ambas partes.
Preguntas:
Samuelson: Si existen bienes públicos que serían mejor manejados en manos del sector privado, entonces ¿los bienes que eran considerados públicos, pasan a ser privados?
Ambos ¿Un mercado como las expansiones de redes eléctricas de alta tensión, debería ser privado o público suministrado por el estado? ¿Y los contratos del tipo participación publico privada?
Ambos ¿Qué dicen de la posibilidad de que el estado produzca los faros y luego le venda la concesión a los privados en una licitación?
Agustin Santellan
RESUMEN – Los textos de Samuelson y Coase hablan principalmente del problema del free rider en la provisión de bienes públicos. Samuelson presenta un modelo formal del bienestar donde se explica que la relación optima de producción y distribución entre bienes públicos y privados. Esta relación optima fue llamada la Condición de Samuelson. Por su parte, Coase hace referencia a la provisión de bienes públicos desde el ejemplo de los faros en Inglaterra. El autor explica que la provisión de este bien fue ineficiente por parte del Estado británico, y como era necesario utilizarlos para la navegación se generaron acuerdos entre entes privados, cobrando tarifas según el tamaño y tipo de embarcación que pasaban por el lugar.
NOVEDOSO- De los textos de Samuelson y Coase, el punto más interesante para mí fue la conclusión de Coase sobre los bienes públicos. Aun sabiendo que la luz del faro es un bien público, es decir no rival / no excluyente, el mismo puede ser provisto de manera privada cobrando un arancel en el puerto a los barcos.
PREGUNTAS –
Coase – ¿Qué bien cree que debe ser solamente provisto por el Estado?
Coase – ¿Todos los bienes pueden ser provistos de manera eficiente por parte de agentes privados?
Samuelson – ¿Qué solución propondría para tratar el tema de los free riders?
En las publicaciones de Coase y Samuelson, encontramos como punto en común sus teorizaciones acerca de los bienes públicos. A grandes rasgos podríamos escindir entre la ´´teoría´´ desarrollada por Samuelson y un caso más «práctico´´desarrollado por Coase.
El primero de estos autores nos detalla mediante una modelización matemática el porqué de la provisión de algunos bienes recae necesariamente en manos del Estado: la imposibilidad de conocer las preferencias de los agentes respecto a sus cantidades de consumo. Se plantea incluso que algún mecanismo de votación o censo podría utilizarse para subsanar esto, pero también sería imperfecto, además de costoso.
Coase, por otra parte, desarrolla una breve historia de los faros portuarios en Reino Unido, mostrando cómo fue provisto este bien y haciendo hincapié en que algunos agentes privados se han beneficiado con su explotación. Ese breve relato tiene el objetivo central de mostrar que-en lo que a los faros respecta- no existe una imposibilidad de provisión privada, sino que viene dado por una mayor eficiencia y menores costos.
Como conceptos a resaltar de estas dos lecturas, me gustaría destacar dos propuestas por Coase en su desarrollo histórico-teórico. En primer lugar, como se mencionó anteriormente, la importancia de separar imposibilidad de ineficiencia. Se ejemplifica sólo con un bien, pero en la economía deben de existir más ejemplos que sigan esta regla: ser de provisión estatal por maximizar eficiencia y reducir costos. En segundo lugar, una idea que queda algo implícita: la importancia del Estado de proveer determinados bienes donde la necesidad existe, pero la rentabilidad no es lo suficientemente elevada. Podrán existir casos donde los riesgos sean altos (o ganancias bajas) y ningún privado querrá invertir de manera voluntaria, pero eso no implica que no exista un deseo insatisfecho en los ciudadanos.
Tres preguntas a formularle a los autores:
1) Para Samuelson: ¿ Si en un futuro (no tan lejano) se pudiera desarrollar un sistema de elección plena en el cual cada ciudadano escoja qué bienes públicos desea obtener y qué precio pagaría por ellos (una suerte de votación electrónica), podría existir una provisión privada de la gran mayoría de bienes que hoy son públicos? Claro está que no se incluye la Justicia, el Poder de Policía, entre otros.
2) Para Coase: existe la teoría vigente en muchas ramas de la epistemología que desarrolla que antes de cambiar alguna institución, se debe entender bien qué fue lo que la determinó de esa forma y cómo se originó. Dado el relato histórico expuesto: ¿Podríamos argumentar que no existen cimientos tan sólidos en la institución «faros de luz-provisión estatal´´ y que si algún privado lograra bajar los costos sustancialmente, podría reverse su provisión?
3) También para Coase: ¿ Hasta qué punto podría hacerse extensivo el planteo de impuestos-particulares para quienes usan el servicio (como el ejemplo de que la luz de los faros no está incluida en el impuesto general, sino en uno particular para quienes se benefician de la misma) y cómo esto podría alivianar la carga tributaria elevada de muchos países del mundo? La tendencia va hacia centralizar impuestos o hacia separarlos por utilización?
The LightHouse In Economics – R. H. Coase
The Pure Theory Of Expenditure – Paul A. Samuelson
Plaza Belisario – 88.44.21
Resumen:
En el texto de Coase el autor hace un análisis muy complete sobre los faros en Inglaterra, explica como fue avanzando la situación a lo largo del tiempo. Primero hace un estudio sobre el cobro de peajes y las formas posibles en que se puede aplicar. En principio había una empresa denominada Trinity House que tenía los derechos de cobrar peaje por los faros que habían en Inglaterra, esta utilizaba los fondos recaudados para subsidiar a los marineros retirados y familiares de estos. La forma de cobrar los peajes comenzó siendo según los faros que se atravesaba y se cobraba en los puertos. El problema fue que Trinity House no construyo la cantidad de faros necesarios sino que dependió de inversiones privadas con concesiones por largos periodos, esto llevo a una complicación muy importante para poder navegar por Inglaterra dado que había multiples peajes en esta que no tenían relación alguna. En 1850 comenzó un proceso de privatización de los faros en Inglaterra, con el fin de establecer una forma uniforme de peaje y que todo lo que se generase por los faros se destine a la casa. Finalmente los peajes terminaron siendo uniformes definidos según el peso que transportaban y si eran barcos extranjeros o locales, los locales tenían la ventaja de pagar tarifas más reducidas por los faros mientras que los extranjeros pagaban cuotas más pesadas. Sin embargo cuando ambos habían abonado la misma cantidad de peaje, estos quedaban eximidos de pagar.
Por su parte Samuelson hace un estudio más bien matemático acerca de la maximización de la utilidad para las personas, en esta analiza la utilidad marginal que generan los bienes y como esta se coindice con los precios que se pagan por los bienes. Sin embargo hace hincapié en que no es posible que se pague una tarifa social por un bien público porque es imposible que se establezca un precio que coincida con la utilidad que le genere a las personas y asimismo muchas personas tendrían incentivos para mentir y fingir que le genera menor utilidad dicho bien.
Novedoso:
Coase hizo un analisis muy fuerte y completo, en el analizo las situaciones con empresas privadas proveyendo un bien público bajo el incentivo de la ganancia personal, y lo comparo con la situación cunado este bien público depende únicamente del sector público como este se concreta de manera mínima y necesaria. Asimismo estableció que si el sector público debe encargarse de proveer el bien, no solo implica un esfuerzo grande proveerlo sino también implica otro esfuerzo muy grande asegurar el cobro necesario por la utilización. El sector público es un ordenador de las situaciones pero no es un generador de oportunidades, el sector privado es tan solo un maximizador de beneficios que siempre que vea una posible ganancia se va a ver involucrado sin importar el riesgo que pueda existir.
Preguntas:
1- Los trenes en Argentina hoy en día están en una situación muy precaria y únicamente conectan las provincias con el puerto de buenos aires para poder sacar los productos para exportar. Es más bien sabido que en aquellas estaciones donde frenaba el tren, se construía un pueblo a su alrededor, dando lugar a un pequeño pueblo. ¿Considera Coase que la falta de conexión entre las otras provincias se habría generado si se seguía adelante con un modelo privado de concesiones?
2- ¿Es posible que se lleven adelante grandes avances logísticos como el “Paseo del Bajo” en la Ciudad por parte del sector privado o siempre se necesitara de la participación del sector público? ¿Lo mismo aplica para los convenios Públicos Privados?
3- ¿Considero Samuelson que su análisis sobre los Bienes Públicos estaba estudiando todas las variables posibles o simplemente realizo un análisis desde el punto de vista matemático y lo adecuo para que acompañe su teoría?
Ambos actores apuntan a analizar la relación entre individuos maximizadores , el estado y la distribución de ciertos servicios.Coase por un lado habla de un caso particular , los faros.
Estos brindan un servicio público el cual a primera vista se pensaría que no es posible identificar y cobrar a las personas que lo utilizan. Por esta imposibilidad se piensa que es un servio que no podría ser brindado por un individuo del sector privado.
Hay una imposibilidad de calcular el ingreso marginal de que un barco adicional se beneficie del faro.
Samuelson aborda el tema de los bienes públicos utilizando un enfoque de individuos maximizadores con funciones de utilidad.
El concluye que no existe un mecanismo capaz de diferencias ls distintas funciones de utilidad de cada uno de los individuos y llevarlos todos a una situación de óptimo de pareto.
Samuelson entendía que los individuos tenían comportamientos que perjudican la utilidad de otros, esto último impactaba en la función de utilidad social.
Se genera una dicotomía entre dos fenómenos: el costo de que un barco mas use el faro es nulo pero el costo para un barco es positivo.
Lo novedoso:
Ambos actores tocan el terreno de el beneficio como sociedad, buscando separar quienes se benefician , como identificarlos y como , de ser necesario, cobrarles por dicho servicio recibido. Los bienes sociales están en fuerte disonancia con la idea de la mano invisible, ya que como explica Samuelson, existen free-riders que buscan desviarse de los deseos que mejoran la función de utilidad social para buscar beneficios mayores.
Otro punto que me pareció interesante discutir es el que el sistema de precios tal y como lo utilizamos, es insuficiente para ser utilizado como mecanismo de señal en el mercado de este tipo de bienes.
Preguntas a Samuelson:
– En un momento él habla de que debería haber forma de que todos los individuos actúen como «Parametri Decentralized Burocrats». ¿ Como se lograria eso?
– ¿Podría solucionarse el problema de los free-riders como un problema de riesgo moral?
Preguntas a Coase:
– La creación de un faro ayuda directamente a los barcos que transitan el área y a los puertos. Pero indirectamente la existencia de un faro podría concatenar beneficios para otras ramas y personas que no forman parte de la actividad marítima directamente. ¿Podría ser este un argumento valido para decir que el mantenimiento de un faro debería ser pagado por todos los individuos de la sociedad? ¿Si esto fuera así, el estado debería ser el único capaz de mantener dicha actividad?
Alumno: Federico Abálsamo.
The pure theory of public expenditur, Paul Samuelson.
The ligthouse in economics, Ronald Coase.
Tanto en el texto de Samuelson como en el de Coase es tratado el tema de los bienes públicos y la participación que debe tener el estado con respecto a ellos.
Comenzaremos con el de Samuelson, ya que el de Coase es mas una crítica a diferentes pensamientos con respecto a estos bienes de varias economistas entre ellos Samuelson.
Samuelson en su escrito comienza con una distinción entre bienes de consumo privado y bienes de consumo común o públicos. Donde los primeros implican que el consumo de un individuo excluye el consumo del resto de los individuos, siendo los otros todo lo opuesto.
El hecho de que ninguna persona sea excluida del consumo del bien público imposibilita saber cuanta utilidad le da realmente a este individuo y cuando estaría dispuesto a pagar, llegando a la conclusión de que por este motivo el mejor prestador de este bien sería el estado.
Como adelantamos en la introducción el texto de Coase plantea una crítica a varios economistas entre ellos, Mill, Sidwick, Pigou y el mismísimo Samuleson, por el uso del faro como bien público por excelencia.
A lo largo del trabajo el autor ejemplifica con numerosos casos donde los privados se encargaron del uso y explotación de los faros en Inglaterra, demostrando finalmente que no era necesaria la provisión por parte del gobierno para el buen funcionamiento de un bien con estas características.
Una de las cosas que mas me llamo la atención del texto es el uso del faro como ejemplo de bien público para la provisión por parte del estado. Si bien entiendo que es muy difícil el cobro a cada uno de los barcos que lo utilicen o que las cualidades del faro encajen a la perfección con la descripción de bienes públicos de Samuelson es complicado terminar de explicar por que el estado realmente debería ser quien lo provea.
Tal vez serían mucho mejores ejemplos las fuerzas armadas o el alumbrado publico para mostrar la externalidad que puede generar en la sociedad y la dificultad que le puede implicar cobrarle a cada individuo por su uso, llevando a que la mejor solución es la provisión del estado y el cobro por medio de impuestos.
Preguntas al autor:
1. Para Samuelson. Relacionado con el ultimo comentario del texto ¿no cree el autor que una mejor ejemplificación del bien público sería el alumbrado?
2. Para ambos. Con una visión tal vez mas moderna y con una justificación de que el bien público debe ser aquel que es necesario para la sociedad y el estado debe asegurarse de su provisión, como por ejemplo la educación o una campaña de vacunación, donde el consumo por parte de un individuo implica la exclusión de otro ¿Creen que estos tipos de bienes deberían considerarse públicos?
3. Para Coase. En su texto se centra en los faros, ¿el autor cree que el estado no debe proveer ningún bien público o existe algún bien que considera necesaria la intervención?
Los dos autores escriben acerca de la provisión de bienes publicos y sus consecuencias. Samuelson dice que hay dos tipos de bienes: los de consumo ordinarios, donde el consumo es rival y excluyente, y los bienes de consumo colectivo, los cuales no son rivales ni excluyentes, por lo que el consumo por parte de una persona no priva a otros de consumirlo. Estos últimos son los bienes públicos que deben ser provistos por el Estado. Por su parte, Coase cuestiona esto último, ya que no considera que el Estado sea quien debe preveerlos. Coase argumenta que solo algunos de ellos van a tener que ser provistos por el Estado, ya que otros pueden ser provistos por agentes privados que tienen ciertos incentivos a proveer bienes públicos. Para ello da el ejemplo de los faros en Inglaterra, como sustento de su creencia.
Lo poco que conocía de Coase tenía que ver con su Teorema de los costos bajos de transacción y no me sorprende que siga en la misma línea este texto, dado que su postura es desde un enfoque más liberal. Me parece interesante el planteo de que no todos los bienes públicos deben ser provistos por el estado ya que muchas veces son muy costosos y podría delegarse en los privados, sin embargo donde no haya incentivos privados, si o si deberá ser el estado quien los brinde.
¿ Podría existir una provisión mixta para Coase, en ciertos ámbitos donde la provisión meramente privada no sería rentable?
¿Cómo cree que considerarían el tema de internet y el acceso a la información?¿Debería tener provisión estatal?
¿Dejar en manos de los privados la provisión de ciertos bienes o servicios públicos no podrían llevar a ineficiencias en la provisión?
En su texto de la teoría pura del gasto público, Paul Samuelson se desvía un poco de la teoría impositiva para enfocarse en la teoría del gasto publico optimo. Explica que hay dos tipos de bienes, los bienes ordinarios de consumo privado y los bienes de consumo colectivo. Mientras que los primeros pueden llegar al optimo a través de mecanismos de mercado, los segundos no. Esto se debe a que en los bienes de consumo colectivo el consumo de una no afecta el consumo de otros y si bien existe un óptimo matemático para la función, esta misma depende de supuestos morales (e.g. sobre el bienestar de la sociedad) en su construcción.
Coase a su vez crítica uno de los ejemplos más comunes para los bienes de consumo colectivo, los faros. En su trabajo Los faros de la economía hace un análisis histórico de los faros británicos. Demostrando que aunque sea un bien de consumo colectivo este puede ser privado y rentable. Coase remarca la necesidad de corroborar los ejemplos que se utilizan en la economía, criticando a varios economista que crean ejemplos de forma teórica y ambigua, sin controlarlos contra la realidad.
Por un lado me despertó interés el enfoque que investiga Samuelson sobre el gasto público, saliendo de la teoría mas desarrollada y pudiendo mostrar con claridad una de las razones por las que existen los estados como también el aspecto subjetivo del bienestar social que manejan.
Por otro lado Coase muestra no solo un error frecuente de los economistas, de usar ejemplos sin corroborarlos, sino que también marca un camino para poder seguir desarrollando la teoría que presenta samuelson. Me parece muy importante notar que con la “simple” verificación contra la realidad es vital para seguir con el avance de la teoría.
(Coase) basándose en el caso de los faros; ¿Como ampliaría la teoría de Samuelson sobre los dos tipos de bienes?
(Coase) ¿Hay más casos observados de bienes de consumo colectivo que se manejen de forma privada? ¿Las razones que permiten la rentabilidad son las mismas en todos los casos?
(Samuelson, teniendo en cuenta la crítica de Coase) ¿No depende de la sociedad que se analice y su cultura si los bienes de consumo colectivo pueden ser privados o no?
El articulo de Samuelson plante un modelo basado en la maximización de la utilidad de un agente representativo que consumía, además de bienes privados, bienes públicos. La enseñanza de este trabajo es que los individuos no tienen incentivos a revelar sus preferencias sobre los bienes públicos, por lo tanto, sería necesario utilizar mecanismos de asignación diferentes al mercado que diseñaran un sistema de precios para este tipo de bienes. Dado que existe cierta dificultad de establecer un sistema de precios que regule el mercado de bienes públicos, Samuelson cree que un sistema de precios descentralizado no logra determinar los niveles óptimos de consumo colectivo y por lo tanto, justifica la intervención del Estado para la provisión de bienes publico cuya características principales son la no exclusión y la no rivalidad. Sin embargo, Coase le responde a Samuelson y argumenta que la provisión de bienes públicos bajo empresas privadas es posible ya que los proveedores lograban «atar» la provisión de un servicio con características de «público», a la provisión de un servicio «privado», como podría ser la amarra en un puerto.
Novedoso: los teóricos de los bienes públicos han traspasado los límites de la economía como ciencia positiva para entrar en el ámbito de la moral o de la ética.La justificación de la intervención del estado para proveer ciertos bienes y abarcar a una mayor cantidad de personas a poder beneficiarse de estos, debido a que si se dejara al mercado actuar libremente no se llegaría. El alumbrado en las villas o zonas rurales muchas veces no sería posible si el Estado no lo provee. Comparto la idea de que no existen bienes totalmente públicos o privados, sino un termino intermedio. Ejemplos hay muchos, como la radio o la televisión publica financiada por publicidad.
1. Samuelson ¿qué pasaría si la producción de bienes públicos tuviera consecuencias negativas, y no positivas, para otras personas, o si las consecuencias fueran positivas para algunos y negativas para otros?
2. Samuelson ¿Es el estado quien debe proveer los bienes públicos? Dado que esto requiere un costo de oportunidad para su financiación, ¿deben proveerse los bienes públicos?
3. Coase ¿como se pueden establecer derechos de propiedad sobre bienes públicos?
En los artículos expuestos por Coase y Samuelson encontramos tratada la problemática acerca de la provisión de bienes públicos (y en especial en el tradicional caso de los faros). En el caso de Samuelson, se establece que estos bienes no pueden ser privados de su uso, siendo inoportuna la provisión de los mismos por entes privados (ya que causarían una disminución en el producto social). Coase por otro lado, se circunscribe a la historia acerca de la construcción de faros en Inglaterra, observando que gran parte de los mismos fueron construidos y administrados por navegadores y dueños de barcos, pese a que existía un ente denominado «Trinity House» quien poseía los derechos y permisos para hacerlo. Fue a través de permisos de la corona que estos navegantes, por su propio interés, construyeron faros, de una manera mucho más eficiente y activa que lo había hecho el gremio. De este modo Coase sostiene que debería ser revisado el ejemplo del faro como un bien público que el estado debe exclusivamente proveer.
Me sorprendió en el caso de Samuelson que éste no solo considera que los bienes públicos deberían ser provistos por el gobierno ya que el sector privado no tiene incentivos para hacerlo, sino que también se manifiesta abiertamente en contra de que estos últimos intervengan en la situación debido a que originarían una caída del producto social. También es increíble observar cómo, cuando el estado o gobierno deja al sector privado actuar, se encuentra con grandes avances como sucedió con la construcción de los faros, en tiempos y cantidades ampliamente superiores. Por último, me sorprende para mal el papel que jugó Trinity House, desempeñando un papel lamentable en su rol de construir los faros, terminando apropiándose de aquellos faros producidos por el sector privado en su gran mayoría. Creo sinceramente que esta organización no constituyo algo más que una molestia para que la situación alcance un mejor camino.
Dado que Samuelson sostiene que el sector privado genera una pérdida social a la hora de la administración de bienes públicos ¿Sería capaz de prohibir su actividad en este rubro?
Coase sostiene que el faro no constituye el mejor ejemplo para citar en aquellas posturas cercanas a Mill ¿Con el resto de bienes públicos diría lo mismo?
¿No considera Coase que sería demasiado exhaustivo realizar un análisis para cada bien público y que por lo tanto se debería tomar una postura en general?
Samuelson, “The Pure Theory of Public Expenditure”
Coase, “The Lighthouse in Economics”
RESUMEN
En los presentes textos ambos autores discuten la cuestión de los bienes públicos desde distintas perspectivas. Samuelson diferencia los bienes de consumo colectivo (bienes públicos) con los bienes privado. Si yo consumo un bien privado impido el consumo de ese bien por otra persona, por ejemplo si me como un plato de fideos, otra persona ya no puede comerse ese mismo plato de fideos. Lo contrario sucede en los bienes públicos, si disfruto del alumbrado público no impido que otro lo haga. Partiendo de estas definiciones Samuelson concluye un sistema de precios descentralizado falla en alcanzar una asignación óptima de bienes públicos. Dado que nadie puede ser excluido de disfrutar de un bien público ¿por qué pagar si otro más lo hace? ¿por qué revelar que de verdad me interesa un bien público si eso implicaría que yo tenga que pagar más? (problema del free rider y problema de revelación de preferencias. En consecuencia el Estado debe intervenir. Coase, en cambio trae una nueva “luz” a este problema, que viene desde el ejemplo más típico que tenían los economistas el del faro. El faro por ser bien público es un servicio que debe ser provisto por el gobierno, argumentaban la mayoría de los econmistas. Coase se pregunta ¿Qué nos dice la realidad? ¿Cómo fue la historia de los faros? En Gran Bretaña los faros de hecho fueron provistos de forma privada durante muchos años. Los propios dueños de los barcos eran quienes le pedían a la Corona que se les otorgar un permiso a algún individuo privado para construir un faro y cobrar un peaje. La idea de Samuelson, de recaudar impuestos para que luego el gobierno construya y mantenga los faros nunca fue implementado en Gran Bretaña. Podemos concluir que suele haber otras alternativas a la provisión pública para cada bien público que pensemos.
ASOMBROSO/NOVEDOSO:
Lo que más despertó mi atención fue el enfoque de Coase de mostrar como a través de arreglos institucionales el problema de los bienes públicos fue solucionado por iniciativa privada a lo largo de la historia. Como la realidad es más compleja que cualquier modelo y que imperfecta o no nuevas soluciones y respuestas se van dando, independientemente del accionar del gobierno muchas veces. También me gustó mucho el análisis que usted (Martin Krause) hizo en clase, citó a Demsetz, en su idea de los problemas de comparar el mundo real con el mundo ideal. Que lo correcto es comparar dos situaciones reales. Es algo tan obvio pero al mismo tiempo asombroso porque este error de querer comparar la realidad con las utopías o ideales surge y re surge no solo en muchos libros, sino que yo mismo, adquirí esa mala costumbre. Sinceramente, más allá del tema central de los bienes públicos el texto de Coase y su clase, me hizo reflexionar respecto de cómo pensamos los problemas de la realidad económica. Muy interesante.
PREGUNTAS
1) Coase: Usted ciertamente tiene una forma distinta y muy inteligente de abordar los distintos temas económicos. En nuestra facultad en análisis suele ser por una solo camino, que consejo podría darnos para la reflexión económica?
2) Coase: ¿Cree que hay casos de ciertos bienes públicos que necesariamente tienen que ser provistos por algún gobierno?
3) Samuelson: Su análisis es muy interesante y la conclusión que yo extraje es: en un mundo ideal sería óptimo que un dictador benevolente, omnipotente (sin costos de recaudación y administración) y omnisciente (conozca todos los gustos en todo momento de todos los habitantes) provea los bienes públicos. Sin embargo, ¿No cree que fue un poco apresurado en pregonar la intervención estatal sin tener en cuenta las implicancias de un gobierno? ¿No cree que los economistas tenemos una tendencia -hasta inconsciente a veces, diría- a alejarnos de la realidad?
HORACIO NICOLÁS TANZI
879.209
“The lighthouse in Economics” y “The pure theory of public expenditure”.
Tanto Samuelson como Coase enfocan sus escritos hacia la temática de la provisión de los bienes públicos, pero lo hacen de una manera un tanto opuesta.
Samuelson, es partidario de que existen ciertos bienes que deben ser provistos por el Estado, dadas ciertas características, como el no poder excluir a nadie de su consumo y la no rivalidad. Esto lleva a que el consumo de un individuo no afecte el de otro, y así, al no ser algo restringido, no tenemos un libre juego de oferta y demanda que nos permita saber cuánto estarían dispuestos a pagar por él, ni qué nivel de utilidad les genera. Esto lleva a la conclusión de que es mejor que sean provistos por el Estado, ya que no siguen las mismas reglas que el resto de los bienes/servicios, y que su provisión a través de un ente privado sería demasiado compleja dados estos factores.
Coase interviene con el ejemplo de los faros, donde Samuelson asegura que son bienes que deben proveerse por el Estado ya que su provisión privada sería dificultosa. Sin embargo, Paul sigue mostrándose en oposición a la provisión privada, aun cuando ésta es viable, como es el caso de Gran Bretaña, donde este servicio es brindado por la corporación Trinity House. Coase interpreta que autores como Mill, Samuelson y Pigou han basado sus ideas en fundamentos limitados, sin investigar en profundidad el tema en hechos reales.
Lo que llamo mi atención
El ejemplo de los faros es lo que más me interesó, ya que lo desconocía y es una clara ilustración de que, al contrario de lo que nos han instaurado, se puede tener la intervención privada en la provisión de ciertos bienes. Personalmente, me pasa con frecuencia de cuestionar la calidad de ciertos servicios que brinda el Estado, pero jamás pensé a la presencia privada como una ocasional solución. Ahora creo deducir que muchas veces, vemos estas falencias en la provisión publica, porque al tratarse de personas buscando el bien “común”, no será igual que cuando buscan su bien “individual”.
Preguntas
– Coase: ¿Considera entonces, que la búsqueda de beneficio individual (objetivo del ente privado) lleva a mejores resultados, sea cual sea el caso del bien o servicio en cuestión? ¿Se debería limitar al Estado en otro tipo de provisión?
– Samuelson: ¿Cómo justificaría la existencia y subsistencia eficiente de Trinity House brindando servicios de faros, boyas, entre otros, en un periodo tan largo?
– Coase: ¿Qué piensa de casos como la salud publica, en donde intervienen factores vitales para el ser humano? ¿Y la Defensa Nacional?