Con los alumnos de UCEMA analizamos casos exitosos de empresarios argentinos que desarrollan negocios Internacionales. En este caso, Vittorio Monti analiza el caso de Los Grobo. Aquí algunos párrafos de su trabajo:
“El grupo los Grobo comenzó en 1984 como una empresa familiar centrada en la producción agropecuaria. Adolfo, hijo de Bernardo Grobocopatel fue el fundador y quien llevó el rumbo de la compañía durante los primeros años. Su principal objetivo era generar ganancias a través de la producción agropecuaria para así expandirse comprando más y más tierras. Luego de que Adolfo abandonase la empresa, llevándose con el 4500 hectáreas, Gustavo Grobocopatel, ingeniero agrónomo, tomo el liderazgo en la compañía. A través de su mando, la compañía dejo de invertir en tierra para así centrarse en arrendar los campos en donde se producía y destinar ese dinero remanente en inversiones de activos blandos. A través de inversiones en capacitación, tecnología y redes de comunicación y negocios, Los Grobo lograron convertirse en una compañía líder agroindustrial en la Argentina, con presencia en Uruguay, Paraguay y Brasil.”
“Hace casi un siglo, Abraham Grobocopatel llegó a la Argentina desde la Rusia imperial junto a su esposa y cinco hijos, escapando de la persecución a los judíos. Hacia 1962, Bernardo, hijo de Abraham, y sus tres hijos (de 26, 23 y 16 años) alquilaban 1.000 hectáreas de tierra para cultivos y ganado. Bernardo murió en 1967; sus tres hijos adultos continuaron cultivando juntos hasta 1979 . En ese momento, los hermanos Grobocopatel dividieron las 4.500 hectáreas de cultivo que eran de su propiedad. Adolfo, el segundo hijo de Bernardo (y el padre de Gustavo), siempre medía el éxito en hectáreas, Adolfo creía en la idea de ser dueños de la tierra. Durante los primeros 15 años de la compañía, Adolfo ejercía suficiente poder dentro del negocio familiar como para exigir que las ganancias se reinvirtieran en comprar tierras . En 1984 Adolfo funda Los Grobo Agropecuaria, compuesta de 4 empleados administrando 3000 ha., convirtiéndose en una compañía profesionalizada en los 90.
A fines de la década de los 80, Gustavo se convenció de que la siembra directa conservaría mayores rendimientos de los cultivos y conservaría mejor el suelo . El crecimiento de la compañía fue particularmente importante desde 1989 siendo ese el primer año en que Gustavo experimentó la siembra directa, hasta 1994/95. La adopción de la siembra directa creció rápidamente. Ya para la campaña de siembra 1991/92, el 100% del área sembrada por Los Grobo se realizaba bajo el sistema de siembra directa Esas 75.000 hectáreas fueron un gran paso, un punto de inflexión para Los Grobo, vinculado al “primer millón” de una compañía más. En este punto, Los Grobo aún era en gran medida una empresa familiar, con Gustavo y Paula en los campos, moviéndose lo más rápido posible ya que los altos precios de los commodities ayudaron a impulsar el crecimiento a mediados de los ‘90. Los Grobo comenzaba a ser demasiado grande como para que sólo fuera administrada por miembros de la familia: así, se contrataron los primeros profesionales externos en 1996.
El crecimiento exponencial afecto al negocio de muchas maneras. En los 80, cuando la compañía no contaba con tanto desarrollo, utilizaban sus propias maquinas. En cambio, en los 90, con gran crecimiento, no podían comprar suficiente maquinaria por lo que tomaron la decisión de tercerizar a los contratistas. Su propia estructura limitaba su crecimiento. Para esta época, la economía crecía, la hiperinflación ya había sido controlada al mantener la cotización del peso atada al dólar, los precios de las commodities eran altos y también lo eran las inversiones en agricultura. Como consecuencia de ello, el atractivo del sector agropecuario captó la atención de profesionales no vinculados a la agricultura, viéndose beneficiada la agricultura argentina. En el caso de los Grobo, se vieron beneficiados debido a que los contratistas terceros se convirtieron en sus socios. Se les pagaba una parte de la producción en vez de un salario fijo, naciendo así la red de los grobo. En la red de Los Grobo, los socios eran capacitados y posteriormente auditados para garantizar que cumplían con los estándares de calidad y que respetaban la metodología de la compañía.”
“Hoy, la empresa se ha posicionado como uno de los más importantes productores de granos del país y efectivo coordinador de procesos en la cadena agroalimentaria al desarrollar una extensa red de comercio colaborativo. Ha evolucionado hasta conformar una organización moderna basada en la innovación y apoyada en una sólida situación económica y financiera. A través de una estrategia innovadora, supo diferenciarse y crecer a lo largo de todo el país, no solo creciendo la empresa por si sola, sino generando desarrollo y sustentabilidad con el resto de sus proveedores y socios comerciales. Los Grobo buscaban un desarrollo mutuo, fundamentalmente a través de la implementación y desarrollo de tecnologías con sus socios comerciales, garantizando un crecimiento global. A través de las constantes evaluación de desempeño, garantiza las normas de calidad que tanto la diferencian en Sudamérica. La profesionalización de la gestión familiar y el hincapié en establecer buenas prácticas de gobierno corporativo garantizaron el éxito de la compañía. A futuro Los Grobo se plantearon los siguientes desafíos: La sistematización de procesos de planificación y control de gestión, y análisis de desvíos para la mejora en el manejo de las consecuencias proponiendo planes de acción alternativos. Desarrollar una metodología sistemática para evaluar y mejorar en forma consistente el conocimiento de clientes y mercados y la gestión de las quejas y reclamos. La integración de equipos de trabajo distantes geográficamente y con heterogeneidad de desarrollo. Profundizar la imagen corporativa a nivel regional”.