Con los alumnos de la UBA Económicas, vemos a Hayek en Los Fundamentos de la Libertad. En ese gran libro uno de los capítulos trata los temas de la igualdad, el valor y el mérito. Así comienza:
“Ha constituido el gran objetivo de la lucha por la libertad conseguir la implantación de la igualdad de todos los seres humanos ante la ley. Esta igualdad ante las normas legales que la coacción estatal hace respetar puede completarse con una similar igualdad de las reglas que los hombres acatan voluntariamente en sus relaciones con sus semejantes. La extensión del principio de igualdad a las reglas de conducta social y moral es la principal expresión de lo que comúnmente denominamos espíritu democrático, y, probablemente, este espíritu es lo que hace más inofensivas las desigualdades que ineludiblemente provoca la libertad.
La igualdad de los preceptos legales generales y de las normas de conducta social es la única clase de igualdad que conduce a la libertad y que cabe implantar sin destruir la propia libertad. La libertad no solamente nada tiene que ver con cualquier clase de igualdad, sino que incluso produce desigualdades en muchos respectos. Se trata de un resultado necesario que forma parte de la justificación de la libertad individual.
Si el resultado de la libertad individual no demostrase que ciertas formas de vivir tienen más éxito que otras, muchas de las razones en favor de tal libertad se desvanecerían. Las razones en favor de la libertad no exigen que el gobernante trate a todos igualmente, porque se presuma que los hombres son de hecho iguales, ni tampoco porque se pretenda hacerlos iguales. La dialéctica en pro de la libertad no sólo proclama que los individuos son muy diferentes, sino que en gran medida se apoya en dicha presunción; reitera, por lo demás, que las diferencias existentes entre los humanos no pueden servir de justificación cuando el gobernante intenta discriminar coactivamente entre los gobernados, y obstaculiza la implantación de aquel trato diferencial a que habría de acudir la autoridad si deseara garantizar posiciones iguales en la vida de los individuos que de hecho presentan entre ellos notables diferencias.
Quienes modernamente abogan por una igualdad material de más largo alcance, rechazan constantemente que su pretensión se fundamenta en el supuesto de que todos los mortales, de hecho, sean iguales. Ello no obstante, amplios sectores todavía creen que esta es la principal justificación de tales aspiraciones. Pero nada produce más daño a la pretensión de igualdad de tratamiento que basarla en una presunción tan obviamente falsa como la de la igualdad de hecho de todos los hombres. Basar los argumentos para la igualdad de trato de las minorías nacionales o raciales en el aserto de que no difieren de los restantes hombres es admitir implícitamente que la desigualdad de hecho justificaría un tratamiento desigual y la prueba de que en realidad existen algunas diferencias no tardaría en manifestarse. Es esencial afirmar que se aspira a la igualdad de trato no obstante el hecho cierto de que los hombres son diferentes.”
RESUMEN
El gran objetivo de la lucha por la libertad es conseguir la implantación de la igualdad de todos los seres humanos ante la ley. La igualdad ante la ley y la igualdad material no solamente son diferentes, sino contrapuestas, pudiendo obtenerse una de las dos, pero no las dos al mismo tiempo. En este sentido, Hayek se opone contra todos los intentos de imprimir en la sociedad un patrón de distribución deliberadamente escogido. La desigualdad económica no justifica el recurrir a la coacción o al privilegio discriminatorio como remedio. Sin embargo, aclara que el objetar contra el uso de la coacción para imponer una distribución más igual o más justa no quiere decir que uno no la considere deseable.
La mayoría de la gente no combate la mera existencia de la desigualdad, sino que censura la que las recompensas no se correspondan con los méritos de quienes las reciben. Sus quejas se apoyan en el descontento que el éxito de algunos hombres produce en los menos afortunados, o mejor dicho, en la envidia. Disfrazar esto como “justicia social”, es una seria amenaza de la libertad, señala Hayek. Aunque la mayoría de la gente considera muy natural la pretensión de que todos sean recompensados tan sólo por los merecimientos de su esfuerzo y trabajo, tal afirmación se basa en una colosal soberbia.
Siguiendo esta línea, Hayek opina que la deliberada provisión de oportunidades iguales a todos por parte del Estado, sería opuesta a la libertad y no podría justificarse como medio de hacer el mejor uso de todos los conocimientos disponibles, salvo bajo la presunción de que el gobernante conoce mejor que nadie la manera de utilizar las inteligencias individuales. La ilimitada variedad de la naturaleza humana, el amplio grado de diferencias en la potencialidad y capacidad de los individuos es una de las más precisas realidades que ofrece la especie humana.
NOVEDOSO
Me pareció muy interesante el texto de Hayek; cómo lo encaró y los temas que trató. Para destacar, opté por dos pasajes. El primero, en el cual es contundente en su opinión acerca del mito de la justicia social: «Si en verdad todos los deseos no satisfechos implican el derecho a acudir en queja a la colectividad, la responsabilidad individual ha terminado. Una de las fuentes de descontento que la sociedad libre no puede eliminar es la envidia, por muy humana que sea. Una de las condiciones esenciales para el mantenimiento de tal género de sociedad es que no patrocinemos la envidia, que no sancionemos sus pretensiones enmascarándolas como justicia social.»
El segundo, lo elijo por la reflexión novedosa que hace sobre mérito y éxito; «Una sociedad en la cual se presumiese que los ingresos elevados son prueba de mérito y los ingresos bajos falta del mismo; en la que se creyese universalmente que la posición y la remuneración se corresponden con el mérito; sería probablemente mucho más insufrible para los fracasados que otra en la que se reconociese francamente que no existe necesariamente conexión entre el mérito y el éxito.»
PREGUNTAS
1) Usted menciona que «si bien el Estado ha de tratar a todos igualmente, no debe emplearse la coacción en una sociedad libre con vistas a igualar más la condición de los gobernados. El Estado debe utilizar la coacción para otros fines.» ¿A qué otros fines se refiere?
2) ¿Es un concepto ideal el cual es imposible de alcanzar el de «igualdad de oportunidades»? (o en otras palabras, asegurar a todos el mismo punto de partida) ¿Cuál cree que es el factor más influyente que genera la inevitable igualdad de oportunidades? ¿La clase social en la que se nace, la región, la alimentación, la capacidad cognitiva…?
3) ¿Coincide entonces con Friedman en que aquellas sociedades que pongan la igualdad por encima de la libertad no conseguirán ninguna de las dos? ¿Podemos considerar esto como una “verdad” científica bajo la concepción popperiana? (ya que la evidencia empírica todavía no ha logrado falsar la afirmación de Friedman)
resumen: el autor comienza este capítulo explicando que la igualdad ante la ley de todos los individuos conduce a la libertad. está libertad genera desigualdades en muchos aspectos, la cual es un resultado necesario que forma parte de la libertad individual. si bien los individuos son diferentes, esto no justifica el accionar de los gobernantes para darles un distinto trato ante la ley y así garantizar posiciones iguales en la vida de dichos individuos. si los individuos fuesen todos iguales el concepto de libertad no tendría sentido. para Hayek la igualdad material de los hombres no existe, por lo que la igualdad ante la ley lleva a la desigualdad, lo cual no implica que los estados deban tratar a los individuos de distinta forma para lograr una mayor igualdad. Hayek se opone ante todo intento de imprimir en la sociedad un patrón de distribución elegido, sea la igualdad o la desigualdad. buscar una sociedad más igualitaria puede ser deseable pero no es justificativo para el uso de la coacción del estado, la cual debe utilizarse para otros fines. a lo largo del texto evalúa las distintas causas de la desigualdad cómo la familia, la herencia, las diferencias en educación, mostrando en cada caso que las políticas para fomentar la igualdad terminan empeorando las condiciones de la población , ya que al ser imposible brindarle las mejores condiciones a todos los individuos la única forma de incrementar la igualdad es privar de las mejores condiciones a quienes pueden acceder a ellas. es imposible impedir que ciertas personas posean determinadas ventajas. este tipo de políticas conspiran contra las libertades individuales.Hayek establece una diferencia entre mérito y valor, caracterizando al primero como un atributo que se deduce de un esfuerzo subjetivo y no puede medirse por los resultados, mientras que el valor si depende de los resultados. en una sociedad libre las recompensas materiales no se otorgan debido al merito cómo las personas desearían, sino por el valor que tiene el resultado de los esfuerzos del hombre para los individuos. el mérito no puede ser recompensado, por lo que los individuos deben buscar la mayor utilidad con el menor esfuerzo o mérito. la idea de recompensa por mérito posee atrás una importante soberbia, ya que considera que hay individuos que pueden calificar si la gente ha utilizado mal o bien talentos o recursos que posee y si sus logros son o no meritorios.así cómo no existe un individuo competente para guiar las acciones humanas, no existe uno para recompensar por el esfuerzo, esto va contra las ideas de la libertad, recompensando a los individuos por sus obligaciones cumplidas y no por su éxito, eximiendoloss de las responsabilidades y riesgo de sus acciones.
preguntas:-¿qué opina sobre el caso chileno y cómo es posible evitar estas situaciones, logrando que haya una distribución más equitativa sin violar las libertades individuales? (teniendo en cuenta que hay una gran parte de la población en sudamérica que critica a la desigualdad y va a manifestarse, perjudicando así el bienestar de la sociedad).
-¿considera que muchas de las críticas que se hace a las corrientes de pensamiento económico liberales están basadas en el igualitarismo, donde la envidia que genera la desigualdad se sobrepone a la búsqueda de una sociedad con un mayor bienestar de los individuos? (ya que valoran más la búsqueda de una sociedad igualitaria que la erradicación de la pobreza u otros objetivos como la búsqueda del crecimiento y desarrollo)
-¿considera que la existencia de un estado, con su poder de coacción, atenta de alguna manera contra la libertad?
GONZALO A. OCHOA
N° 888587
RESUMEN:
En esta ocasión, Hayek empieza explicando el concepto de “igualdad”. Enfatiza que la única clase de igualdad que conlleva a la libertad es la igualdad de los preceptos legales y generales y de las normas de conducta. No obstante, la libertad causa desigualdades en distintos aspectos, pero este es un resultado necesario que forma parte de la justificación de la libertad individual. Debe existir la posibilidad de ser aún más exitoso. La igualdad ante la ley y la igualdad material son diferentes y contrapuestas. La igualdad ante la ley conduce, inevitablemente, a la desigualdad material.
Por otro lado, Hayek se apoya en dos afirmaciones básicas. La primera es la creencia de cierta similitud entre todos los humanos. Ningún hombre o grupo de hombres posee la capacidad de determinar las potencialidades de otros humanos, y no debe ser confiada a nadie el ejercicio de tal facultad. La segunda afirmación presupone que la adquisición por determinado miembro de cierta comunidad de alguna habilidad para realizar obras especialmente valiosas en opinión de sus semejantes, constituye siempre una ventaja para esa comunidad. Los partidarios de la “igualdad” consideran de manera distinta las diferencias de capacidad individual debidas al nacimiento y aquellas que son consecuencias de la influencia del medio que rodea al ser humano (las que son resultado de la naturaleza y las que derivan de la educación). Las primeras se encuentran más allá del control humano, pero las otras son atribuibles a factores que se pueden alterar. La agitación igualitaria tiende a concentrarse en las desigualdades que originan las diferencias de educación.
Luego analiza el conflicto entre el mérito y el valor. El primero describe los atributos de la conducta que la hacen merecedora de alabanza, a diferencia del valor, que no necesariamente se encuentra relacionado con el mérito. El mérito no se deduce del objetivo, sino del esfuerzo subjetivo (no se juzgan los resultados).
En el siguiente capítulo, critica el concepto de “justicia social”. Se usa a veces en discusiones para valorar los efectos de las actuales instituciones de la sociedad, pero el sentido en que suele emplearse es esencialmente el mismo que el de «justicia distributiva». La exigencia de justicia social no se dirige al individuo, sino a la sociedad. Pero ésta es incapaz de obrar por un fin especifico, y la exigencia de justicia social se convierte por tanto en una exigencia dirigida a los miembros de la sociedad para que se organicen de tal modo que puedan asignar determinadas cuotas de la producción social a los diferentes individuos y grupos. La justicia social implica normas o conductas individuales, y la justicia distributiva está implicada con una decisión humana para un fin especifico subordinado a autoridades. Se cree en un agente superior (acción del estado) capaz de redirigir la moral hacia un fin específico, atentando contra el orden espontáneo generado por las interacciones individuales. Esta línea de pensamiento somete cada vez más a los individuos hacia un estado totalitario y separa la acción del resultado, o sea, el fracaso o el éxito es ajeno al proceso de acciones individuales. Pero los partidarios de la igualdad ignoran que las remuneraciones individuales son una recompensa por la utilidad que brindan éstos a quienes consumen sus bienes o servicios. Por lo tanto, el concepto de justicia social no se puede aplicar porque no permitiría el desarrollo eficiente de la sociedad.
NOVEDOSO:
“la adquisición por determinado miembro de cierta comunidad de alguna habilidad para realizar obras especialmente valiosas en opinión de sus semejantes, constituye siempre una ventaja para esa comunidad”. Hayek está explicando la mano invisible de Adam Smith.
El concepto de justicia social lleva implícita una gran injusticia individual y un castigo al esfuerzo atentando contra las voluntades individuales. Esto da pie a ideas Rothbardianas de que, sin estado, es decir, sin la violencia ejercida legítimamente por parte de un grupo, no tendría sentido hablar de justicia distributiva.
También es llamativa la idea de que todos los hombres son desiguales (en cierta forma) por naturaleza. Una verdad obvia y evidente pero que hoy en día molesta a muchos partidarios de la igualdad. Es destacable la distinción entre naturaleza y educación.
PREGUNTAS AL AUTOR:
1) ¿Podemos inferir que el entorno, es decir, la sociedad que rodea al individuo va condicionando las acciones de éste?
2) Cuando el individuo se encuentra en su primera etapa de vida él no es capaz de tomar decisiones libremente, sino que las decisiones (de educación, por ejemplo) son tomadas por los padres. De esa idea se extrae la tesis platónica que enuncia que “los individuos y las cosas existen en cuanto participan de la especie que los incluye, que es su realidad permanente” donde explica la primacía y anterioridad de la sociedad por sobre el individuo, que es una “casi perfecta nulidad”. ¿Qué diría Hayek sobre esta idea? (Tomando especialmente los conceptos de naturaleza y educación).
3) ¿Qué opinaría el autor de los resultados del famoso “juego del ultimátum” de la Teoría de Juegos que muestra que hay personas que tienden a preferir la “justicia distributiva” (aunque el resultado sea cero para cada participante) por encima de su bienestar individual?
RESUMEN
La igualdad ante las normas legales que la coacción estatal hace respetar puede completarse con una similar igualdad de las reglas que los hombres acatan voluntariamente en sus relaciones con sus semejantes. La extensión del principio de igualdad a las reglas de conducta social y moral es la principal expresión de lo que comúnmente denominamos espíritu democrático.
La igualdad de los preceptos legales generales y de las normas de conducta social es la única clase de igualdad que conduce a la libertad y que cabe implantar sin destruir la propia libertad. La libertad no solamente nada tiene que ver con cualquier clase de igualdad, sino que incluso produce desigualdades en muchos respectos. Se trata de un resultado necesario que forma parte de la justificación de la libertad individual. Si el resultado de la libertad individual no demostrase que ciertas formas de vivir tienen más éxito que otras, muchas de las razones en favor de tal libertad se desvanecerían.
Si las diferencias en los humanos no son de gran trascendencia, la libertad, entonces, no es muy importante y la idea de la valía individual tampoco lo es. De la circunstancia de ser en realidad los hombres muy diferentes se deduce, ciertamente, que si los tratamos igualmente, el resultado será la desigualdad en sus posiciones efectivas, y que la única manera de situarlos en una posición igual es tratarlos de distinta forma. Por lo tanto, la igualdad ante la ley y la igualdad material no solamente son diferentes, sino contrapuestas, pudiendo obtenerse una de las dos, pero no las dos al mismo tiempo. La igualdad ante la ley, que la libertad requiere, conduce a la desigualdad material. Con arreglo a tal criterio, si bien el Estado ha de tratar a todos igualmente, no debe emplearse la coacción en una sociedad libre con vistas a igualar más la condición de los gobernados. El Estado debe utilizar la coacción para otros fines.
De todas formas, existe cierta similitud entre todos los seres humanos. Esto implica que ningún hombre o grupo de hombres posee la capacidad de determinar concluyentemente las potencialidades de otros seres humanos y que ciertamente no debemos jamás confiar a nadie el invariable ejercido de tal facultad.
La mayoría de la gente no combate la mera existencia de la desigualdad, sino que censura la circunstancia de que las recompensas no correspondan a ninguna distinción recognoscible en los méritos de aquellos que las reciben. La respuesta comúnmente dada a ello es que una sociedad libre, en conjunto, logra tal clase de justicia. La sociedad libre tiene como característica esencial el que la posición individual no dependa necesariamente de los puntos de vista que los semejantes mantengan acerca del mérito que dicho individuo ha adquirido.
En el siguiente capítulo, menciona que la Justicia Social amenaza con destruir el concepto de ley como baluarte de la libertad individual. Lo que sigue sobre el capítulo me resultó novedoso.
NOVEDOSO
La exigencia de justicia social no se dirige al individuo, sino a la sociedad. Pero ésta es incapaz de obrar por un fin específico, y la exigencia de justicia social se convierte por tanto en una exigencia dirigida a los miembros de la sociedad para que se organicen de tal modo que puedan asignar determinadas cuotas de la producción social a los diferentes individuos y grupos. La justicia social implica normas o conductas individuales, y la justicia distributiva está implicada con una decisión humana para un fin específico subordinado a autoridades. Se cree en un agente superior (acción del estado) capaz de redirigir la moral hacia un fin específico, atentando contra el orden espontáneo generado por las interacciones individuales. Esta línea de pensamiento somete cada vez más a los individuos hacia un estado totalitario y separa la acción del resultado.
PREGUNTAS AL AUTOR
* ¿En qué situaciones el Estado tiene que usar la coacción?
*¿ Cómo debería actuar el Estado para tratar de ser justo en todo lo que hace?
El texto transita los tres conceptos del título, y los complementa con la garantía de las libertades individuales.
Para Hayek siempre habrá desigualdad porque las sociedades están estructuradas de esa forma. Existen clases sociales con diferentes accesos a la riqueza, educación y herencia. Alcanzar la igualdad es una característica deseable de toda sociedad, pero esto no tiene que justificar la coacción del Estado. Todos somos iguales ante la ley es algo que se tiene que garantizar, pero no la igualdad material. Actualmente, se considera la persecución de la igualdad como Justicia Social, y esto es una seria amenaza a la libertad individual.
En cuanto al mérito, nos señala que este no puede ser justificativo de los resultados. Nadie alcanza un resultado solo con merecerlo. Los seres humanos deberían perseguir un resultado con el menor esfuerzo posible, sin mérito.
Preguntas:
1- ¿Cuál es el papel del Estado, si este no puede usar su coacción para perseguir la igualdad?
2- ¿No cree que, si el estado usa su poder cohesivo para disminuir la desigualdad, esta incrementa, aumentando la posibilidad de disturbios sociales, y amenazando la estabilidad?