Para los alumnos de Económicas, UBA: Frederic Bastiat (1801-1850) fue un gran divulgador y polemista. Sus trabajos, por supuesto, no son ‘académicos’, pero eso no implica que no estén basados en ideas que lo son. Pero he aquí una breve colección de sus artículos con el título de “Lo que se ve y lo que no se ve”: http://www.hacer.org/pdf/seve.pdf
Es particularmente importante para los estudiantes de Economía ya que se trata de aprender las consecuencias de las acciones humanas más allá de sus efectos inmediatos. Por ejemplo, y en relación a lo que analizara Say, esto dice Bastiat en un artículo titulado “El cristal roto”:
“¿Ha sido usted alguna vez testigo de la cólera de un buen burgués Juan Buenhombre, cuando su terrible hijo acaba de romper un cristal de una ventana? Si alguna vez ha asistido a este espectáculo, seguramente habrá podido constatar que todos los asistentes, así fueran éstos treinta, parecen haberse puesto de acuerdo para ofrecer al propietario siempre el mismo consuelo: « La desdicha sirve para algo. Tales accidentes hacen funcionar la industria. Todo el mundo tiene que vivir. ¿Qué sería de los cristaleros, si nunca se rompieran cristales?
Mas, hay en esta fórmula de condolencia toda una teoría, que es bueno sorprender en flagrante delito, en este caso muy simple, dado que es exactamente la misma que, por desgracia, dirige la mayor parte de nuestras instituciones económicas. Suponiendo que haya que gastar seis francos para reparar el destrozo, si se quiere decir que el accidente hace llegar a la industria cristalera, que ayuda a dicha industria en seis francos, estoy de acuerdo, de ninguna manera lo contesto, razonamos justamente. El cristalero vendrá, hará la reparación, cobrará seis francos, se frotará las manos y bendecirá de todo corazón al terrible niño. Esto es lo que se ve.
Pero si, por deducción, se llega a la conclusión, como a menudo ocurre, que es bueno romper cristales, que esto hace circular el dinero, que ayuda a la industria en general, estoy obligado a gritar: ¡Alto ahí! Vuestra teoría se detiene en lo que se ve, no tiene en cuenta lo que no se ve.
No se ve que, puesto que nuestro burgués a gastado seis francos en una cosa, no podrá gastarlos en otra. No se ve que si él no hubiera tenido que reemplazar el cristal, habría reemplazado, por ejemplo, sus gastados zapatos o habría añadido un nuevo libro a su biblioteca. O sea, hubiera hecho de esos seis francos un uso que no efectuará.
Hagamos las cuentas para la industria en general. Estando el cristal roto, la industria cristalera es favorecida con seis francos; esto es lo que se ve. Si el cristal no se hubiera roto, la industria zapatera (o cualquier otra) habría sido favorecida con seis francos. Esto es lo que no se ve.
Y si tomamos en consideración lo que no se ve que es un efecto negativo, tanto como lo que se ve, que es un efecto positivo, se comprende que no hay ningún interés para la industria en general, o para el conjunto del trabajo nacional, en que los cristales se rompan o no.
Hagamos ahora las cuentas de Juan Buenhombre. En la primera hipótesis, la del cristal roto, él gasta seis francos, y disfruta, ni más ni menos que antes, de un cristal. En la segunda, en la que el accidente no llega a producirse, habría gastado seis francos en calzado y disfrutaría de un par de buenos zapatos y un cristal.
O sea, que como Juan Buenhombre forma parte de la sociedad, hay que concluir que, considerada en su conjunto, y hecho todo el balance de sus trabajos y sus disfrutes, la sociedad ha perdido el valor de un cristal roto. Por donde, generalizando, llegamos a esta sorprendente conclusión: « la sociedad pierde el valor de los objetos destruidos inútilmente, » — y a este aforismo que pondrá los pelos de punta a los proteccionistas: «Romper, rasgar, disipar no es promover el trabajo nacional, » o más brevemente: « destrucción no es igual a beneficio. »
¿Qué dirá usted, Moniteur Industriel, que dirán ustedes, seguidores de este buen Sr. De Saint-Chamans, que ha calculado con tantísima precisión lo que la industria ganaría en el incendio de París, por todas las casas que habría que reconstruir? Me molesta haber perturbado sus ingeniosos cálculos, tanto más porque ha introducido el espíritu de éstos en nuestra legislación. Pero le ruego que los empiece de nuevo, esta vez teniendo en cuenta lo que no se ve al lado de lo que se ve. Es preciso que el lector se esfuerce en constatar que no hay solamente dos personajes, sino tres, en el pequeño drama que he puesto a su disposición. Uno, Juan Buenhombre, representa el Consumidor, obligado por el destrozo a un disfrute en lugar de a dos. El otro, en la figura del Cristalero, nos muestra el Productor para el que el accidente beneficia a su industria. El tercero es el zapatero, (o cualquier otro industrial) para el que el trabajo se ve reducido por la misma causa. Es este tercer personaje que se deja siempre en la penumbra y que, personificando lo que no se ve, es un elemento necesario en el problema. Es él quien enseguida nos enseñará que no es menos absurdo el ver un beneficio en una restricción, que no es sino una destrucción parcial. — Vaya también al fondo de todos los argumentos que se hacen en su favor, y no encontrará que otra forma de formular el dicho popular: «¿Que sería de los cristaleros, si nunca se rompieran cristales?”
Resumen:
El texto centra su contenido en la idea de que todas las acciones no comprenden un único efecto, sino una serie de ellos. El primer, es el más inmediato, el que se ve. Mientras que los demás aparecen sucesivamente, no se ven. En relación con esto, destaca que toda la diferencia entre un mal y un buen economista es que uno se limita al efecto visible; el otro tiene en cuenta el efecto que se ve y los que hay que prever. Por su parte, señala que por lo general cuando la consecuencia inmediata es favorable, las consecuencias sucesiva son dañinas y viceversa. De esta forma, un mal economista persigue un beneficio inmediato que será seguido de un gran mal. Como contrapartida, un buen economista persigue un gran bien para el futuro, a pesar de efectos inmediatos aparentemente perjudiciales. Luego, a medida que nos adentramos en el texto, el autor de ejemplos de situaciones oponiendo los conceptos mencionados anteriormente; lo que se ve vs lo que no se ve.
Lo novedoso/sorprendente:
Resulta novedoso el concepto de lo que se ve y lo que no se ve. Se puede ver muy a menudo como lo retratado por el autor en este aspectos se da en todos los ámbitos del día a día. A su vez, cabe remarcar que al igual que los otros autores clásicos estudiados a lo largo de la materia, Bastiat se muestra muy crítico de la intromisión por parte del Estado en la vida de la sociedad; pregonando claramente el liberalismo. Por otra parte, es sorprendente como refuta la una idea que hoy en día es aplicada por los hacedores de política económica, la idea de obra pública. Lejos de ser el gran motor que va impulsar la economía, Bastiat considera que la obra pública únicamente desplaza trabajo y consumo/inversión.
Preguntas al autor:
¿Cree usted que es necesaria una política de shock ante una situación extraordinaria (pandemia), que trae aparejado beneficios en lo inmediato seguido de perjuicios económicos?
¿Considera usted que la filosofía política que brindaría mayor bienestar a la sociedad es el minarquismo?
En su opinión, ¿Ser un buen previsor es requisito excluyente para ser un buen economista?
Resumen:
El autor comienza su texto exponiendo sobre los efectos que se ven y los que no se ven de las cosas. A mi entender, explica los costos de oportunidad de las acciones y critica la falta de utilización del concepto a la hora de evaluar determinado curso de acción. Se hace un recorrido por los distintos tópicos que componen una economía (producción, impuestos, capital, etc…), y se muestra el “lado B” de lo que se hace.
El autor propone libertad absoluta para que la sociedad desarrolle las actividades que considere fructíferas; y no que sea el Estado -a través de la tiranía y el desorden- quien centralice las decisiones sobre lo que la sociedad debiese hacer.
Novedoso:
Me resulta sorprendente del texto como el autor busca concientizar sobre los contrafácticos de las acciones y decisiones económicas. El autor menciona constantemente las consecuencias no sólo aguas arriba (visibles), sino también aquellas aguas abajo (lo que podría haber sido y no fue).
Me resulta llamativa la propuesta de juzgar las cosas no sólo por lo que se ve, sino también por lo que no se ve, debida cuenta que la inmensa mayoría evalúa los hechos por lo que son y no por lo que podrían haber sido.
Además, me gusta el planteo que realiza cuando menciona que todo gasto público sustituye gasto privado (a través de impuestos), ya que muestra la verdad de las restricciones presupuestarias y evita la ilusión de creer que lo público es gratis.
Preguntas:
*¿Cree que una sociedad contemporánea y moderna puede -y lo hace- evaluar a los políticos no en base a lo que hicieron de forma directa, sino en lo que hicieron pasivamente (hacer no haciendo algo)?
*¿Cree que los socialistas realmente no ven lo que detrás de cada acto, o que intencionalmente ignoran lo que está detrás? ¿Le atribuye al socialismo en este aspecto la ignorancia o la defensa de ciertos intereses?
*Tomando como principal ejemplo las fallas del mercado crediticio, pero haciéndolo extensivo a las fallas generalizadas, ¿Cuál es su visión respecto a los fallos de mercado? ¿Cómo cree que los mismos pueden ser solucionados?
“Lo que se ve y lo que no se ve” — Frederic Bastiat
Guía de discusión – Marco Di Giacomo – 889441
Resumen:
En este texto, Bastiat, describe un fenómeno que él llama “Lo que se ve y lo que no se ve”, el cual, luego explicará, marca la diferencia entre un buen economista y uno malo.
El buen economista es el que tiene en cuenta “Lo que se ve”, el efecto inmediato y corto placista de una acción (ley, institución, etc.), y a su vez, es capaz de prevenir “Lo que no se ve” que sería el efecto a largo plazo de cualquier tipo de política. En cambio el mal economista solo queda deslumbrado por “Lo que se ve”, ya sea por intereses personales o por negligencia, y esto genera que se tomen decisiones que, si bien quizás traen un beneficio pequeño en el momento, desencadenaran una serie de eventos a través del tiempo que puede traer consecuencias mucho peores.
También, para explicitar su punto, da ejemplos de distintas situaciones en donde se observa el efecto “Lo que se ve y lo que no se ve”, como el famoso ejemplo del cristal roto, el cual no trae verdaderos beneficios económicos, sino que además afecta el bienestar del que debe reemplazar el cristal, ya que no puede gastar ese dinero en otra cosa que deseara.
Lo novedoso o sorprendente:
Creo que la introducción más novedosa e importante de este escrito, es la idea de pensar las cosas no solo en un plazo temporal (el inmediato o cortoplacista) sino que considerar las acciones como algo que tiene consecuencias múltiples a lo largo del tiempo. Y me atrevería a decir, desde un punto de vista personal, que estas consecuencias son verdaderamente incalculables.
Con lo cual le pone un freno un poquito más teórico a la libre intervención del mercado, o más bien se suma a los ya establecidos por Adam Smith por ejemplo, ya que las consecuencias son difíciles de predecir y el mercado por sí solo parecería llevarnos a un resultado óptimo, o por lo menos uno establecido sobre ciertas bases de moralidad y justicia, de humanidad, como cita Bastiat al final de su texto.
Tres preguntas:
1) ¿Es verdaderamente posible predecir “Lo que no se ve”? Cada vez pienso más que la economía es un entramado intertemporal demasiado complejo como para poder saber con certeza cuál será el efecto de nuestras intervenciones.
2) Viendo la pregunta 1), ¿Se puede intervenir de alguna manera más “broad”, menos invasiva, para así lograr, quizás no llegar a un punto específico deseado, pero mover a la economía en una “dirección” deseada?
3) Considerando su rol como comunicador, polemista y difundidor. ¿Cómo es la mejor manera de transmitirle , en su opinión, al público gral. las ideas aquí mencionadas?
Resumen
Una ley no engendran un solo efecto, sino una serie de ellos, lo primero que vemos es el efecto más inmediato y no los sucesivos , entonces aquí el autor encontrará sus bases para diferenciar entre un buen y un mal economista. El mal economista solo va mirar el efecto inmediato, él otro va a ver el efecto pero también va a tratar de prever lo que no es tan intuitivo. De esto desprende de que si los efectos inmediatos son eficaces a futuro serán un problema, aunque no explica mucho el porqué. También afirma que el buen economista se permitirá riesgo en el presente para tener una mejor economía a futuro.
Va a decir que la evolución de la humanidad es nefasta gracias a que buscamos el efecto rápido, sin pensar en el futuro, por ignorancia del mismo.
Los novedoso o lo significativo para mí son los ejemplos que pone
“La Experiencia y la Previsión. La experiencia enseña de manera eficaz pero brutal. Nos instruye de todos los efectos de un acto haciéndonoslos sufrir, y no podemos evitar…. Me gustaría, todo lo posible, sustituir este rudo doctor por otro más agradable: la Previsión. Esto es por lo que voy a investigar las consecuencias de algunos fenómenos económicos, oponiendo a las que se ven las que no se ven.”
«la sociedad pierde el valor de los objetos destruidos inútilmente, » —« Romper, rasgar, disipar no es promover el trabajo nacional, » o más brevemente: «destrucción no es igual a beneficio. » ya que como explica el texto, ese gasto para reconstruir lo roto, nos quitó la posibilidad de consumir otro bien y promover otra industria.
Preguntas
¿Se puede considerar al autor como maquiavélico ya que no va estar pensando en los medios sino directamente en los fines? Porque podemos notar que mientras el buen economista se arriesga en el presente para un mejor futuro, en el presente también los seres humanos deben subsistir.
Entiendo que al destruir algo, el individuo debería reponerlo entonces como cite más arriba perdería el beneficio de consumir otro bien, pero de no haberse roto ese algo, entonces no hubiéramos gastado en el reparo y esa industria que nos brindo el bien a reparar, no hubiera tenido un ingreso que a futuro también podría ser usado para satisfacer sus preferencias y asi beneficiar a una tercer industria. ¿ No se podría relacionar esto con la forma que tiene EEUU para producir guerras y así hacer que su industria armamentística sea la base de su economía y progreso?