Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA, vemos uno de los artículos más citados aunque no podamos decir que forma parte del «mainstream» de la economía, ya que pocos economistas toman nota o hacen caso de sus conclusiones: «El Problema del Costo Social», de Ronald Coase.
Coase fue Premio Nobel de Economía 1991. Comenzó su carrera académica como Profesor en la London School of Economics en Gran Bretaña y en las Universidades de Buffalo y Virginia en Estados Unidos. Desde 1964 se desempeñó en la Universidad de Chicago, específicamente en la Escuela de Derecho, de la cual fue Profesor Emérito en la cátedra Clifton R. Musser.
1. El problema a examinar
Este trabajo se refiere a las actividades de una empresa que tienen efectos perjudiciales en otras. El ejemplo más común es el del humo de una fábrica que provoca efectos nocivos en los que ocupan las propiedades vecinas. El análisis económico de tal situación se ha realizado usualmente en términos de una divergencia entre el producto privado y social de la fábrica, siguiendo el tratamiento de Pigou en The Economics of Welfare. La conclusión a la que parece haber conducido este tipo de análisis a la mayoría de los economistas es que sería deseable responsabilizar al dueño de la fábrica por el daño causado a los afectados por el humo, o, alternativamente, fijar un impuesto variable al propietario de la fábrica según la cantidad de humo producido, equivalente en términos monetarios al daño que causa, o, finalmente, excluir a las fábricas de los distritos residenciales (y presumiblemente de otras zonas en las que el humo tendría efectos perjudiciales).
Mi opinión es que los cursos de acción sugeridos son inadecuados porque llevan a resultados que no son necesariamente deseables.”
Y Concluye:
Si los factores productivos son considerados como derechos, se hace más fácil comprender que el derecho a hacer algo que tenga un efecto dañino (tal como la creación de humo, ruido, olor, etc.) es también un factor de producción. Así como podemos usar un pedazo de tierra de forma tal que evite que alguien cruce por ella, o estacione su auto, o construya su casa, también podemos usarla de forma tal que le neguemos a ese alguien un panorama, o la quietud, o el aire puro. El costo de ejercitar un derecho (de usar un factor de producción) es siempre la pérdida que sufre la otra parte como consecuencia del ejercicio de ese derecho: la incapacidad para cruzar la tierra, estacionar el auto, construir una casa, disfrutar de un paisaje, tener paz y quietud, o respirar aire puro.
Sería deseable que las únicas acciones desarrolladas fueran aquellas en que lo que se ganase tuviere un mayor valor que lo que se perdiese. Pero al elegir entre ordenamientos sociales, en el contexto en el que las decisiones individuales son tomadas, debemos tener en mente que un cambio del sistema existente que conduzca a un mejoramiento en algunas decisiones puede muy bien conducir a un empeoramiento de otras. Además, debemos considerar los costos involucrados en operar los distintos ordenamientos sociales (ya sea el funcionamiento de un mercado o de un departamento de Gobierno), como también los costos que demandará la adopción de un nuevo sistema. Al diseñar y elegir entre ordenamientos sociales debemos considerar el efecto total. Este es el cambio de enfoque que estoy proponiendo.
El texto relata cómo de cada actividad económica, hay un detrás y un efecto secundario no deseado, y cuáles podrían ser las maneras más eficientes de solucionar o de al menos apaciguar el daño producido. El valor de cada producto y su forma de producir inciden en los medios para evitar el perjudican ciento de un tercero. También dependerá sí el actor es responsable por el daño causado o sí no lo es.
Aborda el hecho de sí el estado debería perder controles e impuestos a los daños y sí deberías ser proporcionales a de coste de producción. Existe el peligro de efectos dañinos en un un estado que intervenga demasiado en la economía de las empresas y regula gran parte de la economía del país.
NOVEDOSO
Me resulta novedoso que existan en el mundo pensamientos tan opuestos cómo sí el estado debería o no intervenir en la economía. Cada uno de los autores que defienden la postura, exponen argumentos válidos y reales con muestras de que el sistema se comportó de acuerdo a lo deseado en cada caso.
PREGUNTAS
¿Cómo se determina sí un país necesita de un estado benefactor o más bien liberal?¿Cuáles son las características de cada estado?
¿Hasta qué punto debería intervenir un estado en la economía privada?
¿Cómo se cuantifica económicamente el daño causado de una empresa hacia otra o hacia el medio ambiente?
Resumen
En su ensayo “El problema del costo social”, Ronald Coase tiene un objetivo principal, el cual es “corregir un concepto erróneo en la forma que los economistas enfocan cuestiones de política”. El error que cometen los economistas en su análisis es considerar al gobierno como una fuerza correctiva de las fallas de mercado que no tiene costos. El argumento del autor es que, si los costos de transacción son bajos o inexistentes y los derechos de propiedad que los fallos judiciales establecieron no permiten una solución económica eficiente, se producirá una reasignación de estos derechos a quienes les asignen un valor mayor, aunque las cortes fallen en contra de estos. El problema principal que estudia Coase en esta obra es el caso de las actividades de una empresa que tienen efectos perjudiciales en otras. La naturaleza de este problema es recíproca, ya que la pregunta que debe hacerse no es “¿Cómo se puede evitar que A haga daño a B?”, ya que restringir a A le causaría un perjuicio a esta, entonces la pregunta que tiene que tener lugar es “¿Debe permitirse que A dañe a B o que B dañe a A?”.
En primer lugar, Coase estudia, utilizando varios ejemplos, el caso de un sistema de precios con responsabilidad por el daño, en este el negocio que causa el daño debe pagar por todo el daño y el sistema de precios funciona correctamente (la operación de un sistema de precios es sin costo). Luego, da más ejemplos para explicar el caso de un sistema de precios sin responsabilidad por daños, en el cual el sistema de precios funciona de forma correcta pero el negocio que ocasiona un daño no es responsable de pagar por este. Comparando estos dos casos, el autor demuestra que la asignación de recursos será igual en ambos.
El sistema de precios no suele funcionar correctamente, es decir, sin costos. Para realizar transacciones en el mercado es necesario saber con quien quiero intercambiar, informar a los demás qué deseamos transar y en qué términos, negociar, redactar un contrato, revisar este para que no exista ningún error y sea satisfactorio para todas las partes, entre otras cosas. Estas operaciones suelen ser muy costosas, aspecto que suele impedir que se den muchas transacciones que tendrían lugar en un mercado con un sistema de precios que funcionase correctamente. En este caso, el reordenamiento de derechos que Coase explica que sucedería en los casos de un sistema sin costos, se producirá únicamente cuando el incremento del valor de la producción generado por tal reordenamiento sea mayor que los costos de transacción.
Finalmente, Coase propone un cambio de enfoque como solución a los errores que cometen los economistas en su análisis, lo que genera que no alcancen conclusiones correctas en el tratamientos de los efectos dañinos.
Novedoso
El aspecto que me resulto muy novedoso del ensayo de Coase es la utilización de una gran cantidad de ejemplos de casos judiciales para ilustrar y fortalecer sus argumentos. Esto permite comprender mejor los conceptos desarrollados. Un ejemplo que me pareció muy interesante es el del caso del panadero y el medico, en el cual el ruido de las máquinas del panadero molestaba al medico y le impedía hacer su trabajo, ocasionándole así un daño. Las cortes le dieron la razón al medico ante su pedido de que el panadero no utilizara sus máquinas. Sin embargo, Coase plantea que “el médico hubiese deseado renunciar a sus derechos y permitir que la maquinaria continuara actuando si el panadero le hubiese pagado una suma de dinero que fuese mayor que la pérdida de ingresos que sufriría por tener que trasladarse a una ubicación más costosa o menos conveniente o por tener que reducir sus actividades en esta ubicación o, como se sugirió, por tener que construir una pared separada que amortiguara el ruido y la vibración”. El panadero hubiese estado dispuesto a pagar esta suma si fuese menor que el dinero que perdería por no poder utilizar su maquinaria. Sucedería lo mismo, pero al revés, si la corte le hubiese otorgado los derechos al panadero, quien renunciaría a estos si el medico le diese un pago mayor al que obtendría por utilizar las máquinas y el medico realizaría el pago si este fuese menor que el dinero que perdería por el daño que le ocasiona el ruido.
Preguntas al autor
1) ¿Sería posible implementar en la realidad un sistema de precios sin costos?
2) ¿Los cálculos para establecer el costo de los daños causados se miden únicamente en términos monetarios o intervienen otros factores?
3) ¿Sería posible implementar un sistema en el que una corte establezca cuánto pagar por los daños en vez de otorgarle todos los derechos a uno de los involucrados?
Coase centra su texto en estudiar los efectos que tiene una empresa sobre otras, y su argumento empieza planteando que el eje tiene que estar en evadir perjudicar. Si se limita la actividad a un sector, la perjudico, pero al mismo tiempo estoy beneficiando la actividad de otros sectores. La respuesta de Coase es que se debe estudiar qué valor en realidad cada sector obtiene, y cuánto se sacrifica. De esto el autor desprende que no es útil que un sector de la industria pague a otro sector un valor alto por el potencial daño que el primer sector puede llegar a causar, ya que en una posición de equilibrio, a largo plazo no va a cambiar, no importa quien sea responsable de los daños colaterales en distintas industrias.
Luego de varias ejemplificaciones, se entiende que el error radica esencialmente a la hora de que uno considera al Estado como la fuerza exterior correctora de los fallos que pueden ocurrir en el mercado. Coase argumenta que si se tienen en cuenta los costos de las transacciones de mercado, y estos mismos son bajos o nulos, y que por otra parte, los derechos de propiedad no brinda soluciones eficientes, orgánicamente se generará un acomodamiento de los derechos hacia lo que se valora más. En los casos más extremos que el autor ejemplifica, el problema radica en cómo se tiene que maximizar el valor de la producción, argumentando que ambos sectores de la industria causan algún tipo de daño, por ende ambos tienen que tener en cuenta eso a la hora de tomar decisiones.
Concluye entonces, que si nos enfrentamos a una situación que tiene efectos dañinos en ciertos sectores, no hay que restringir, sino que hay que tomar decisiones, estudiando las ganancias, para así evitar el daño colateral, es decir, decidir si la ganancia es mayor que el daño de la pérdida.
Lo que más me llamó la atención fue la relación que establece Coase entre justicia y economía, señalando que la toma de decisiones a la hora de ver las ganancias para evitar los daños, tiene que ser mayor a la pérdida que se va a sufrir de otras maneras. Explica brevemente que si se tiene costos a la hora de reordenar los derechos ya previamente discutidos en el sistema legal, la justicia se posicionará en los casos económicos según como tengan que emplearse recursos, teniendo en cuenta que delimitar los derechos es resultante de las leyes.
Preguntas
Este tipo de conflictos, ¿puede ser tratado por alguna institución no gubernamental?
Si no hay un sistema judicial que determine las ganancias, ¿Cómo se llega a un acuerdo entre empresas?
¿Es el Estado la mejor respuesta a los casos donde no existen los derechos de propiedad previamente legislados?¿Cuál es el rol del Gobierno?
CONCEPTOS DESARROLLADOS
El artículo “El problema del costo social” es sobre un estudio que trata de dar una respuesta económica y analítica a la problemática que surge cuando una actividad o servicio producido por un particular A tiene efectos negativos (“daños”) sobre la integridad, la productividad o las existencias de B. Coase nos explica que se suele tratar la controversia desde un punto de vista de restricción contra aquella actividad que provoca los daños, aunque, explica, la verdadera radica en “limitar el daño mayor”. El argumento propuesto mediante el ejemplo del ganadero y el agricultor nos lleva a la conclusión de que los productores consideran en su marco de costos a los reparos que deban realizar en las actividades que afectan, en otras palabras, el ganadero seguirá comprando cabezas de ganado hasta aquel punto donde el costo marginal por mantener a este y el costo marginal por los daños que causen sean iguales a la rentabilidad marginal del ganado. En cuanto al agricultor, los beneficios que le traiga el campo pisoteado son compensados por el ganadero. El autor también desarrolla sobre la implicancia del estado y en su rol como mediador jurídico entre las partes para estos casos. Esto es debido a que, volviendo al primer caso, si el ganadero se encuentra con un gran número de campos vecinos pisoteados, mediar con todos ellos puede incurrir en mayores costos (ya que, según Coase, las negociaciones están necesariamente acompañadas de costos) del que tendría mediar con uno solo: el estado. Aunque únicamente en este caso vemos beneficios evidentes en la intervención del estado.
He podido identificar en el artículo dos problemas centrales que Ronald desarrolla por fuera de la problemática central que se expuso en el párrafo anterior, estos son; 1. El rol de los jueces y el poder judicial; y, 2. El argumento expuesto contra Pigou.
Para el primer caso, explica a lo largo del texto las responsabilidades de los jueces y el poder judicial con la economía, si bien él lo define como estado, considero que es un deber que recae sobre el poder judicial. Por ejemplo, en la consideración que hace al estado como una “súper empresa” con la cual los particulares negocian y deben lidiar para administrar la distribución de los factores de producción. También remarca la tendencia de los jueces a dejar de lado la cuestión económica para casos donde su utilización facilitaría su resolución, o, en el mejor de los casos, hacer un acercamiento por medio de cuestiones morales.
En cuanto al segundo punto, Coase expone los argumentos de Pigeou en la situación hipotética de un ferrocarril, bajo un contexto que Pigeou describe en su texto. La conclusión determina que una intervención favorecedora a los granjeros afectados por sobre el servicio que brinda el ferrocarril acabaría por quebrar al servicio de este último, sacándolo del mercado. No haber intervenido en contra del ferrocarril hubiera llegado a un punto de equilibrio donde su servicio sería funcional y generaría un ‘surplus’, incluso remunerando los daños causados a los granjeros.
CONCEPTOS INTERESANTES
La lectura me pareció sumamente interesante en cuanto al desarrollo económico de disputas sociales y conflicto de intereses. Es evidente que la justicia no ha logrado incorporar conocimientos económicos en su campo de acción, cosa que de alguna manera queda expuesta en la teoría de Coase. Jamás me hubiera imaginado que una mera tendencia legal a favorecer ‘A’ o ‘B’ podría desembocar en una completa erradicación de un servicio o industria, esto es algo que el artículo describe con mucha exactitud, por medio de detalles y valores, que ayudan a la lectura. Desde otro punto de vista, un estado interventor no solo implica costos para sus operativos burocráticos o sus esfuerzos judiciales, sino que ataca directamente a actividades que, de no existir esta intervención, crearían riqueza, trabajo y calidad de vida. Claramente, Pigou y su modelo de estado benefactor queda muy lejos de un aparato estatal que alcance a “igualar los ordenamientos presentes con las tendencias naturales”.
PREGUNTAS
Creo que una vez entendido el problema sustancial del estudio marginal y analitico del caso, sumando los componentes legales y las negativas intervenciones estatales, sigo considerando que el autor no tiene en cuenta conceptos como el calentamiento global. Me parece que al tratar de llevar la conflictividad de los intereses contrapuestos a las manos de los particulares y el mercado, la sociedad termina por caer en una tragedia de los comunes. Ya que ningún individuo o grupo que produzca en cantidades industriales va a querer reducir su beneficio, por lo que terminamos obteniendo una indeseable, pero necesaria, intervención del estado. En resumen, el análisis de Coase es un excelente estudio económico del costo social, pero no puede comprenderlo totalmente porque no incorpora conceptos que difícilmente tengan fundamentos económicos, como el cambio climático (que, de hecho, considerar a las actividades contaminantes como pagos negativos racionalmente llevaría a no producir). Para usted (Robert) ¿Puede tenerse en cuenta mi análisis?
“Es posible describir una molestia causada por la empresa pública en forma mucho más agradable que cuando la misma cosa es realizada por una empresa privada” ¿Considera que esto es un fenómeno asentado en el siglo XXI?
“Si el propietario de la fábrica es obligado a pagar un impuesto igual al daño causado, sería deseable instituir un sistema de impuestos doble y hacer que los residentes del distrito paguen una suma igual al costo adicional incurrido por el propietario de la fábrica” ¿No podemos plantear este argumento bajo la misma situación de los ganaderos y los granjeros?¿Si la fábrica se planta en una zona residencial y puede estimar costos en denuncias. Esto racionalmente lo haría no instalarse allí dado que se excederian sus costos de sus beneficios?
Resumen:
Coase se preocupa en su escrito “El problema del costo social” por las maneras en las que se ha establecido que aquellas empresas o individuos que causen un daño deben pagar por lo causado. Comienza destacando que hoy en día lo más aceptado para hacer en situaciones donde las actividades de una empresa tenga efectos perjudiciales en terceros es responsabilizar al dueño por el daño causado y hacerle pagar por el o fijar un impuesto que cambie según el tamaño y la intensidad del daño. Sin embargo, el autor destaca que no necesariamente los resultados de las soluciones antes propuestas sean las más deseables o eficientes. En cambio, propone que la cuestión es recíproca, es decir, que siempre se plantea en el sentido de que A dañó a B y se debe restringir o castigar a A, pero haciendo eso se deja de lado el perjuicio que B inflige a A al hacerle pagar por el daño. Entonces, lo que realmente debería hacerse frente a una situación de, por ejemplo, la contaminación de un arroyo, es pensar si el valor de los peces perdidos es mayor o menos al valor del producto que se produce en la fábrica que contamina el arroyo. En pocas palabras, se debe comparar el valor de ambos lados del problema para poder tomar una decisión adecuada ya que el objetivo debe siempre ser evitar el daño mayor. Como un ejemplo de esto usa el ejemplo de un granjero y un ganadero, en el que el rebaño del ganadero causa daños en la cosecha del granjero y termina arruinándolas, lo que obliga al ganadero a pagar por el daño. Sin embargo, Coase logra probar que en una transacción de mercado entre el ganadero y el granjero, con un sistema de precios sin costos, ambos podrían coordinar sus necesidades y llegar a un punto en el que se maximice el valor de la producción sin hacer que el ganadero deba pagar por el daño. En cambio, podría alquilar la tierra o pagarle al granjero por no cultivar en la tierra que arruinan los animales. De esta manera, la asignación de recursos sería siendo igual a lo que hubiera sucedido si se hubiera hecho pagar al ganadero por el daño, pero en este caso se pueden asegurar de la maximización del valor de la producción.
No obstante, la realidad no es así sino que las transacciones de mercado son operaciones muy costosas ya que hay que saber con quién intercambiamos, informar al otro e inspeccionar que el otro esté cumpliendo el contrato. Únicamente se llevaría a cabo una transacción de mercado para un reordenamiento de derechos si los valores de la producción que obtenga de esta transacción sean mayores a los costos de hacerla. Sino, normalmente se va a recurrir a la justicia o a pagar los daños, por lo que es probable que no se llegue a la respuesta más eficiente para el sistema económico. Teniendo esto en cuenta, Coase propone que hay formas alternativas para arreglar situaciones de daños o reordenamiento, como las empresas y el gobierno. Con las empresas, las transacciones se transforman en decisiones administrativas y con el gobierno, este tiene autoridad respaldada en la ley y la policía por lo que puede regular los factores de producción y cómo usarlos. Sin embargo, todas las soluciones tienen costos y no hay razón para suponer que la regulación del gobierno o de la empresa será beneficiosa o la más eficiente. Es difícil saber qué sistema es mejor para la compensación de daños o cual es el que proveerá la mayor eficiencia ya que para saberlo se debería poder comparar el producto que se lograría con cada sistema y eso es muy dificultoso. A lo que hay que prestar atención es si la ganancia por evitar el daño es mayor o menor que la pérdida que se sufriría por restringir la acción del que produce el daño.
Lo novedoso/importante:
Me pareció novedosa la propuesta de Coase relativa a que tal vez la literatura con la que se venía trabajando hasta ahora no estaba viendo la imagen completa, sino que se estaba dejando de lado los costos y las pérdidas que sufre aquella empresa que debe pagar por causar un daño a otra o al medio ambiente. Me parece bastante interesante la propuesta que hace sobre mirar los dos lados de la situación y tratar de encontrar una solución o alternativa que no sacrifique la eficiencia y el valor de un producto en pos de las reparaciones de un daño. Algo en lo que no estuve de acuerdo y me pareció que necesitaba más desarrollo para ser considerado eran los ejemplos que el da que involucran poblaciones mayores a 2 individuos o 2 empresas. Sentí que cuando buscaba aplicar su teoría en ejemplos como el que da sobre una empresa que produce humo y está afectando a todos los vecinos de la zona, lo hacía de una manera demasiado abstracta e impracticable ya que proponía ideas como que los vecinos podrían mudarse y que, como el pago de esta inconveniencia sería menor al pago del daño, podría ser una opción viable para arreglar la situación. Siento que cuando se toman situaciones así y se analizan de una manera tan abstracta se pierde la viabilidad del argumento. En definitiva el punto central del texto es no ver únicamente el daño provocado sino el daño que se da a partir del castigo hacia aquel que lo causó; así como también la evidencia de que no siempre los impuestos o el pago a los daños va a ser la mejor respuesta.
Preguntas:
¿Existen maneras para reducir los costos de transacción entre individuos o empresas?
¿De qué manera podrían llevarse a cabo cálculos que nos indiquen qué alternativa es mejor tomar a la hora de hacerse cargo por un daño causado socialmente?
¿Cómo trataría el tema del daño al medio ambiente específicamente?
El problema del costo social – Ronald H Coase
Resumen del texto:
• En esta ocasión, hemos leído el paper EL PROBLEMA DEL COSTO SOCIAL DE Ronald H Coase, en el cual el autor realiza un estudio fundamental para la Ciencia Económica, en palabras de George Stigler, premio nobel del año 1982, Coase fue igual de importante para la economía como lo fue Arquímedes para el desarrollo de las ciencias naturales.
Coase, intenta responder al dilema de la variable del gobierno en el estudio de la economía. Los economistas suelen equivocarse a la hora de ver donde colocar al gobierno, ya que lo ven como la figura que debe corregir las fallas que tiene el mercado. El afirma que esto es un error.
Siguiendo esta línea, se crea el “Teorema de Coase” el cual menciona que los costos de transacción, siendo bajos o inexistentes, en la medida que no permitan una solución eficiente, traerá aparejado reasignación de derechos por verse desaprovechados estos costos. Este teorema también ha sido utilizado en el Derecho, en contextos distintos.
En el primer capitulo, Ronald Coase menciona algunos casos donde, usualmente, las personas creemos que el gobierno debe asumir responsabilidad y limitar una actividad puntual por ser nociva para la vida social, por ejemplo, el humo toxico de una fabrica. Si una fabrica es culpable de determinada cantidad de emisión de gases tóxicos, uno tendería a pensar que el gobierno debe tomar cartas en el asunto, para Coase no. La cuestión aquí es evitar un daño mayor, por ende, si A le provoca daño a B, el autor menciona la posibilidad de no intervenir para que esto no resulte en un perjuicio.
Supongamos una situación en donde un ganadero incrementa su ganado, con posibilidad de que los animales se desbanden y destruyan los cultivos ajenos. Si hay una inversión mayor en animales, habrá una menor inversión en cultivos, es decir, la cría de ganado tendrá como efecto disminuir lo plantado. El autor cita un ejemplo numérico o aritmético donde demuestra mediante un sistema similar a teoría de juegos las oportunidades de convenios satisfactorios que tiene el ganadero y el agricultor de llegar a un acuerdo final. Supongamos ahora que tienen la posibilidad de realizar acuerdos sobre donde cultivar y donde no. Si el hombre que cultiva, decide hacerlo en una franja cercana a donde la otra persona tiene los animales, es probable que salga perdiendo, ya que los animales destruirían la agricultura y ambos perderían, ya que el agricultor perdería 1$ y el ganadero perdería 10$, a largo plazo es insostenible. La solución que tienen estas dos personas, es que llegaran a una situación de redistribución del ingreso y la riqueza entre ambas partes, ninguno cedería a abandonar el lugar ni obtendrían ganancias de cercar la tierra. En condiciones de ausencia de mercado, seria una complicación la realización de las dos actividades juntas, ya que no habría ganancias generales, como el autor menciona con terminos puramente economicos. Por el contrario, lo que permite la existencia de ambas actividades es que existan las condiciones de mercados. “Un procedimiento que permita el pago del daño causado por el ganado a la cosecha, pero no la posibilidad de dejar el cultivo, provocaría un empleo demasiado reducido de los factores de producción en la cría de ganado y un empleo demasiado grande de los factores en el cultivo. Un procedimiento que permita el pago del daño causado por el ganado a la cosecha, pero no la posibilidad de dejar el cultivo, provocaría un empleo demasiado reducido de los factores de producción en la cría de ganado y un empleo demasiado grande de los factores en el cultivo.” (Coase) Ronald Coase lo menciona, de forma apropiada, la mejoría y el abanico de posibilidades que se extienden por existir transacciones de mercados, por ejemplo, la posibilidad de solucionar la situación alquilando las tierras y cobrando un alquiler.
En el siguiente párrafo, plantea ahora una situación hipotética y opuesta a la que mencionamos anteriormente, donde la persona que destruía el negocio del otro individuo debía pagar por lo que había hecho. El negocio que ocasiona el daño no debe pagar por eso, no debe hacerse cargo de sus actos, menciona el autor. Luego de mencionar esto, cita algunos ejemplos numéricos, para finalizar con la afirmación: EL TAMAÑO DE LA MANADA SERA EL MISMO, SEA EL GANADERO CULPABLE O NO POR EL DAÑO CAUSADO A LA COSECHA. Considerando esto, se puede decir que al ganadero le convendría aumentar su manada muy por encima del que el quisiera para poder inducir al granjero a realizar un pago total mayor. “Pero el resultado final (que maximiza el valor de la producción) es independiente de la tesis de la ley, si se supone que el sistema de precios actúa sin costos.” (Coase)
Los efectos nocivos de las actividades de una firma pueden asumir una amplia variedad de formas. Por ejemplo, un edificio alto que obstruye la corriente de aire hacia un molino de viento, o un medico que no puede trabajar por el ruido de las maquinas de un panadero, este ultimo caso finalizó con la resolución de que el medico tenia derecho de evitar que el panadero usara su maquina. “El médico hubiese deseado renunciar a sus derechos y permitir que la maquinaria continuara actuando si el panadero le hubiese pagado una suma de dinero que fuese mayor que la pérdida de ingresos que sufriría por tener que trasladarse a una ubicación más costosa o menos conveniente o por tener que reducir sus actividades en esta ubicación o, como se sugirió, por tener que construir una pared separada que amortiguara el ruido y la vibración.” (Coase) Esta parte del texto citado, justifica el hecho de poder llegar a acuerdos sin limitar a uno u otro: “La solución del problema depende principalmente de si el uso continuado de la maquinaria agrega más al ingreso del panadero que lo que disminuye el ingreso del médico” (Coase)
Siguiendo esta lógica, si el panadero ganaba el caso, el medico le tendría que haber pagado para que no use las maquinas o mudarse, el caso vuelve a ser el mismo que el del agricultor y el ganadero. Los jueces desconocieron el hecho de que las instalaciones residenciales adicionales obtenidas no eran mayores que el valor del pan o del hierro vendido en otro ejemplo que el autor cita, es decir, personalmente entiendo que los jueces dictaminaron en base a la ley y a creencias, no pensando en el aparato productivo y económico del sistema.
El autor continua en el cuerpo del texto mencionando otras situaciones donde hay demandantes y demandados, como el caso de cooke vs forbes o sturges vs bridgman, con productos que estaba comprobado que afectaban la salud, quizás intencionalmente. Algo similar sucede con el problema del incendio y el humo que afecto a una población determinada, ¿Cómo repartimos la culpa? ¿La culpa es del que encendió el fuego o es el que hizo la pared? “Con el fuego, no hubiese habido
molestia por el humo sin la pared; con la pared, no hubiese habido molestia
por el humo sin el fuego. Eliminando la pared o el fuego desaparecería la molestia del humo. Sobre el principio marginal está claro que ambos eran responsables” El dictamen de los jueces de que era el hombre que encendía el fuego
quien causaba la molestia por el humo es verdadero sólo si suponemos que
la pared es el factor dado. Esto es lo que los jueces hicieron decidiendo que
el hombre que elevó la pared alta tenía un derecho legal a hacerlo. El caso
hubiera sido mucho más interesante si el humo hubiese dañado la madera.
Entonces, hubiese sido el constructor de la pared quien sufriría el daño.
Aquí el autor hace un punto muy interesante sobre la naturaleza del problema, los jueces DECIDEN en base a su razonamiento legal, los economistas deben decidir sobre la naturaleza del problema económico. Pero, si quitamos el bien que se destruyo, la pared que se incendio, ¿El problema continua? En termino de causas, ambas partes causaron el daño. Los dos tienen su responsabilidad en el curso de acción.
Los jueces, tienen un criterio muy distinto al de un economista, por ejemplo, en el caso de la “doctrina del privilegio perdido” Esta doctrina establece «que si un derecho legal se prueba que ha existido y ha sido ejercitado durante un cierto número de años, la ley debe presumir que tuvo un origen legal». Por ende, esto suena algo irrelevante y hasta difícil de entender, pero se aleja mucho de la visión de un economista, el cual debe analizar cual es el rol de la maximización del valor de la producción.
En el capitulo 6, se expone bajo el supuesto de la inexistencia de los costos para llevar a cabo transacciones de mercado, digamos, el caso citado entre el ganadero y el agricultor sobre las facilidades que otorgaba la existencia de los mismos. Pero, esto es un mero ejemplo teórico, ya que como bien menciona el autor: “Este es, obviamente, un supuesto muy irreal. Para llevar a cabo transacciones de mercado es necesario, entre otras cosas, descubrir con quién deseamos transar, informar a la gente que deseamos intercambiar y en qué términos, conducir negociaciones que lleven a un convenio, redactar el contrato, llevar a cabo la inspección necesaria para asegurarnos de que los términos del contrato se observan.” (Coase) Este tipo de situaciones son costosas, es decir, no son gratuitas como mencionamos. Ahora, este tipo de transacciones incrementan los costos de producción, es decir, puede llevar a que se suspenda o se emprenda una actividad. En base esto, se deduce que los costos administrativos de emprender son menores que los costos de transacción, ya que sino no hay incentivos a emprender, digamos, no te conviene. Cuando los contratos son muy difíciles o extensos, seria poco sorprendente si finalmente se decide no emprender y no por motivos económicos. Se emprende cuando las condiciones son posibles y las ganancias son aceptables y suficientes. Pero la empresa no es la única solución posible para este problema. “Los costos administrativos de organizar las transacciones dentro de la firmas pueden también ser altos, y particularmente cuando se realizan muchas actividades distintas dentro del control de una sola organización. En el caso de la molestia del humo, que puede afectar a un gran número de personas comprometidas en una amplia variedad de actividades, los costos administrativos pueden ser tan altos que hagan imposible cualquier tentativa de manejar el problema dentro de los confines de una sola empresa. Una solución alternativa es la regulación directa por parte del Gobierno.” “El Gobierno puede imponer regulaciones que establezcan lo que la gente debe hacer o no, y cuáles deben ser obedecidas.” Es decir, el autor coloca el gobierno en una especie de manto que puede cubrir y tiene el poder de permitir algunas cosas que las empresas deberían afrontar u obedecer, influyendo en factores de producción o decisiones administrativas. El gobierno puede evitar el mercado, puede decretar el tamaño de las propiedades y que leyes se implementan relacionadas a la explotación de recursos. El gobierno tiene poderes para obtener sus recursos a un costo menor al que lo obtiene un privado, pero puede ser costoso por el mero hecho de existir. Es decir, porque el gobierno intervenga no quiere decir que va a ser mas barato ni que va a tomar mejores decisiones que los privados.
Si las empresas no involucran, el gobierno omite la situación, se puede optar por no hacer nada. “La ganancia que provenga de la regulación de las acciones que dan lugar a los efectos nocivos será menor que los costos asociados a la regulación del Gobierno.” Es decir, el problema ahora es elegir los arreglos sociales para manejar estos efectos nocivos que no han sido empleados por nadie para ser solucionados. ¿El gobierno toma buenas decisiones a la hora de solucionar problemas o es una sobreestimación?
En el capitulo 7, se mencionan casos británicos y estadounidenses de utilidades nocivas y efectos dañinos. Durante el reinado de Jacobo, se creía que construir molinos de viento afectaría al abastecimiento de aumentos de la ciudad, en Estados Unidos se discutía si construir un edificio es una acción nociva ya que le irrumpimos la vista a las persona. Si legalmente se dijera que si y que debería ser ilegal la construcción de altos edificios no existirían ciudades. A su vez, no habría construcciones y algunas ramas de la economía que hoy conocemos como industria o servicios tampoco existiría. Las discusiones de esa parte del texto giran en torno al derecho comun y a las molestias, la corte debe decidir para que lado apelar, como en el caso de Andreae vs Selfridges and Company Ltd. La pregunta es, que diria el autor sobre los economistas y el Gobierno luego de mencionar este caso: “Cuando la legislación decide que una cosa puede, en todos los casos, hacerse o autoriza ciertos trabajos en un lugar dado con un fin específico, o garantiza poderes con la intención de que se ejerciten, aunque deje abierto el modo de ejercitarlos, ninguna acción se ejercerá por derecho común por molestia o daño que sea el resultado indispensable de llevar a cabo los poderes legales así conferidos. Esto es así ya sea que el acto que cause el daño se autorice para fines públicos o para beneficio privado. Los actos realizados bajo poderes otorgados por personas en quienes el Parlamento ha delegado autoridad para ejercer dichos poderes, por ejemplo, por órdenes provisionales de la Comisión de Comercio, se consideran como que han sido realizadas bajo autoridad legal.” Es decir, volvemos a la SUPEREMPRESA que es el Gobierno, como mencione anteriormente, en algunos paises con mayor libertad y margen de acción que le otorga la ley, en otros con menos, pero el poder existe.
En el capitulo 8, Ronald Couse nos brinda un análisis general que tiene sus cimientos en la teoría de Pigou, que aparecen en la divergencia entre los productos netos privados y social. Es decir, explicar porque los intereses privados que rigen bajo una normativa tienden a distribuir lo mas favorablemente los recursos disponibles y como el estado podría mejorar esta distribución. Pigou menciona y se diferencia de los economistas que colocan a la postura del Gobierno como mero órgano que acumula poder en pos de brindar algunos bienes públicos pero no intervenir demasiado en la esfera social y menciona que si el interés propio promueve el bienestar económico ello se debe a que las instituciones humanas fueron creadas para eso. PERO, en todas las civilizaciones y paises hay errores, fracasos e imperfecciones. Hay obstáculos que limitan la correcta distribución y provocan que las fuerzas económicas deban ser controladas por los Gobiernos de modo que buscan promover el bienestar económico. Pigou quería decir que algunos mencionaron que no habría que tener intervenciones estatales pero el sistema se ha comportado bien como lo ha hecho por la intervención del estado, pero los mercados continúan con algunos errores. ¿En donde falta corregir?
Ambos autores construyen una teoría que a mi entender nos esta diciendo que hay situaciones naturales que el estado puede mejorar, por ejemplo, las chispas que caen en los arboles durante el paso de una locomotora. En el caso de que el tren no sea del estado y el bosque se incendie alguien tiene que pagar la compensación. Por ende, el tren, es de alguien, no puede aparecer de la nada. De todas formas, este ejemplo según el autor del paper no explaya bien una teoría aplicada donde se vea correctamente el rol de Gobierno. En base a esto, Coase explica por qué no esta de acuerdo con Pigou en los capítulos que siguen.
Para concluir y pasar a la parte llamativa/interesante del texto quiero explicar porque Coase se aleja de la postura de Pigou. La teoría es defectuosa, afirma en primer lugar, es un error que haya personas que crean en esta corriente de pensamiento y se la enseñen a sus alumnos. Veamos el ejemplo que cita el escritor: “El enfoque a los problemas que discutimos se hace a través de un examen del valor de la producción física. El producto privado es el valor del producto adicional resultante de la actividad particular de un negocio. El producto social es .igual al producto privado menos la disminución en el valor de la producción en otra parte, por la que no paga una compensación el propietario del negocio. Así, si se usan 10 unidades de un factor (y ningún otro) para hacer un cierto producto cuyo valor es $ 105, y el propietario de este factor no es compensado por su uso, no lo puede evitar, y estas 10 unidades del factor proporcionarían productos en su mejor uso alternativo que valen $ 100, entonces el producto social es $ 105 menos $ 100, o sea, $ 5. Si el negocio paga ahora una unidad del factor y su precio es igual al valor de su producto marginal, entonces el producto social se eleva a $ 15. Si se pagan dos unidades, el producto social aumenta a $ 25, y así sucesivamente hasta que alcanza $ 105 cuando reciben su pago todas las unidades del factor.” En este ejemplo aritmético, como nos tiene acostumbrados el autor, deja claro que en el análisis se dejo de lado el valor del producto social, solamente se emprendió con el costo de oportunidad. El hecho de que existan planes sociales, ha sido objeto de análisis SOLAMENTE desde el punto de vista de los impuestos: “El impuesto debería ser igual al daño causado y variar según la intensidad de éste. Como no se propone que el producto del impuesto deba pagarse a quienes sufren el daño, esta solución no es la misma que la que forzaría al negocio a pagar compensación a los damnificados por sus acciones, aunque los economistas, generalmente, no parecen haber notado esto y tienden a tratar las dos soluciones como idénticas.” Es decir, un sistema de impuestos (en un mundo con información imperfecta) para alguien que contamina de mas, según Coaser, llevaría a costos indudablemente altos por evitar un daño, limitando la producción resultante de las quejas por el humo.
LLAMATIVO/INTERESANTE
Decidí reservar los párrafos de conclusión para hacer mi exposición sobre lo que mas me intereso del paper. El autor nos menciona que los economistas se han equivocado en el foco de análisis, es decir, están corridos de la realidad sobre el rol del Gobierno en una economía debido al actual enfoque de los problemas de la economía de bienestar, ahí radican los problemas a la hora de hacer conclusiones. Usualmente estamos acostumbrados a mencionar que el sistema debe eliminar aquellos obstáculos que no la dejan florecer, sin tener en cuenta las consecuencias u efectos colaterales. Como mencione en el desarrollo, los economistas analizan en términos de costo de oportunidad constantemente, por lo que se debería analizar las situaciones sociales de la misma manera. Las cuestiones que nos brindan las políticas de la economía de bienestar deben ser juzgadas por sus resultados a la hora de intervenir.
Siguiendo esta linea, las personas tenemos nuestro mundo ideal. Todos pensamos como seria un mundo mas justo, lamentablemente, no se ha descubierto como obtenerlo o todavía se sigue discutiendo cual debe ser el camino a seguir, pero todos coincidimos que para obtener una linea de conducción se debe analizar en base a que hicimos bien y que hicimos mal, respaldándonos en experiencias pasadas, pero siempre pensando en términos de costos y beneficios. La concepción de que es un derecho obtenido y que es un factor de producción no esta definido de forma global, ya que citando un párrafo: “ El costo de ejercitar un derecho (de usar un factor de producción) es siempre la pérdida que sufre la otra parte como consecuencia del ejercicio de ese derecho: la incapacidad para cruzar la tierra, estacionar el auto, construir una casa, etc” en base a esto, se debería definir en que condiciones se ejercen los derechos y hasta donde podemos utilizar un factor de producción dentro de un ordenamiento legal. En base a un consenso general y respaldándonos en experiencias pasadas, se pueden idear modelos económicos y políticos equilibrados, con roles equilibrados y un mundo mas cerca del modelo “ideal”.
PREGUNTAS
¿El autor esta de acuerdo con la explotación de recursos naturales dentro de un marco legal que lo permita?
¿En que puntos Coase esta de acuerdo con Pigou y en cuales no?
¿En un mundo con información imperfecta, en que debe basarse el Gobierno para la creación de impuestos apropiados sin pasarse de la raya ni quedarse a mitad de camino según Coase?
Resumen:
En “El problema del costo social”, Robert Coase analiza el efecto que tienen las externalidades negativas en la economía y propone un nuevo punto de vista económico en cuanto a cómo lidiar con ellas. Según el autor, considerar al gobierno como una fuerza correctiva de las fallas de los mercados que no tiene costos es un error. El principal problema que analiza Coase son los efectos negativos y perjudiciales que tienen las acciones de una empresa determinada sobre otra. Si la empresa A daña a la empresa B, la solución no es restringir a A ya que se estaría dañando a la misma. Lo que hay que cuestionarse es cómo evitar el mayor daño; basándose en los ingresos que tienen ambas empresas y en las pérdidas que podría llegar a tener cada una, establecer quién puede dañar a quién. Mediante varios ejemplos, como el del ganadero y el granjero, establece que ambas partes tienen cierta responsabilidad en cuanto al daño ocasionado. El que genera el perjuicio no necesariamente debe hacerse cargo de él; en lugar de que el gobierno intervenga y “corrija” cuestiones transaccionales del mercado, sería mejor que se estableciera un acuerdo entre las partes para que así no haya efectos negativos sobre la economía por las medidas regulatorias llevadas a cabo. Según el autor, dado que el fenómeno de las externalidades tiene una naturaleza recíproca, independientemente de si hay o no de bajos costos de transacción, ambas partes involucradas pueden llegar a un acuerdo que sea mutuamente satisfactorio para luchar contra las externalidades.
Novedoso/sorprendente:
Me pareció muy interesante que el autor plantee a las externalidades como un fenómeno recíproco y el concepto de que en realidad el que causa el daño no debe hacerse cargo del mismo ni tampoco debería sufrir una restricción por parte del gobierno ya que se estaría generando un daño nuevamente. Me pareció muy buena la idea de que no se debería tomar al gobierno como actor principal en estos casos, sino que los protagonistas principales pueden entablar un acuerdo que beneficie a todos sin la necesidad de involucrar al Estado. También me ayudó mucho la cantidad de ejemplos que utiliza el autor en el texto para poder ilustrar mejor sus ideas, tanto casos judiciales concretos como ejemplos más didácticos como el del granjero y el ganadero o el panadero y el médico.
Preguntas:
¿Siempre es posible que ambas partes lleguen a un acuerdo mutuamente beneficioso?
En el caso de que no se pueda llegar a un acuerdo, ¿considera que el gobierno sí debería intervenir y regular?
Para establecer el alcance de las externalidades, ¿cómo se mide el daño producido por parte de una empresa a otra?
RESUMEN
En este texto, Coase estudia cómo resolver el problema de aquellas actividades que, siendo ejecutadas por una empresa, repercuten negativamente en otras. El autor se queja del hecho de que el enfoque tradicional ha obviado el hecho de que si A inflige un daño a B, el hecho de dejar de infligírselo representaría un perjuicio para A. Concluye que, dado que no es posible decidir quién tiene derecho a infligir un daño al otro, es preciso que la búsqueda se oriente a evitar el daño mayor. Será aquella actividad que ‘produzca más’ en términos económicos, considerados todos los factores que la rodean, la que tendrá prioridad a la hora de infligir daño a una parte menos productiva.
Para analizar las formas de contrarrestar un daño a un tercero, Coase analiza dos modelos: el primero, con un sistema de precios con responsabilidad por el daño, y el segundo, con un sistema de precios sin responsabilidad por el daño.
En el primer sistema, la empresa que realiza la acción con consecuencias negativas para el tercero, debe pagar a este el valor monetario de la producción dañada por su actividad dañina, al precio de mercado del bien, que hubiera podido ser vendido por el tercero si la actividad mencionada no hubiera interferido. Para ejemplificar este caso, el autor menciona una situación en la que un ganadero y un granjero tienen dos campos colindantes, en donde la cantidad de reses que tenga el ganadero influye negativamente sobre los cultivos del granjero. Coase concluye que, en este sistema en donde el ganadero debe pagar al granjero lo que le cueste a este último los destrozos producidos por las reses, el ganadero no incrementará el tamaño de su manada a menos que el valor que esto le reporte sea mayor que los costos adicionales que se le imponen (en compensaciones al granjero).
En este caso, el granjero seguirá sembrando la misma cantidad que antes de la aparición de las reses, pues lo que no pudiera vender en el mercado por destrozos de los cultivos, le será pagado por el ganadero, y sus ingresos totales permanecerán constantes.
En el segundo sistema (sin responsabilidad por daños), el ganadero (siguiendo con el ejemplo) no deberá pagar al granjero los destrozos que sus reses provoquen en los cultivos del segundo. Pese a que intuitivamente uno pensaría que a razón de esto el ganadero elegiría tener una manada de novillos mucho mayor, la conclusión a la que arriba Coase es que el tamaño de la manada permanecerá igual, sea o no responsable el ganadero por el daño causado a la cosecha. Esto se da porque, al saber que luego de cierta cantidad de novillos las pérdidas resultarán muy altas, el granjero se ofrece a pagar un monto al ganadero con tal de que este no supere cierta cantidad de reses en su manada.
Más adelante en el texto, el autor ilustra diversos ejemplos en los que se pone nuevamente a prueba la conveniencia o no de que la empresa deba pagar por el daño infligido al tercero. Intercala conceptos de Derecho, diferenciando entre las prioridades de las Cortes y de los economistas. Uno de los ejemplos que da es la de un médico que ve perjudicada su actividad por culpa del ruido de las máquinas del panadero vecino: en este caso, el médico denuncia ante la Corte esta situación, y la decisión que toman los jueces es la de obligar al panadero a cesar en la utilización de las máquinas. Aquí, Coase analiza la ya mencionada diferencia entre los puntos de vista legalistas y económicos. Plantea que la decisión de los jueces fue tomada en pos de favorecer las instalaciones residenciales de la zona, sin tomar en cuenta, como habría hecho un economista, si el valor de estas instalaciones y de la actividad del médico eran mayores al valor del pan o del hierro perdido. Además, si se hubiese dado la oportunidad, el médico podría haber permitido que la maquinaria continuara actuando si el panadero le hubiera compensado económicamente por los ingresos perdidos a causa de la misma. La cuestión estriba, entonces, en si el uso de la maquinaria del pan agrega más al ingreso del panadero que lo que disminuye el ingreso del médico.
Más adelante y con el ejemplo de una chimenea, una pared y un humo mal ventilado, Coase concluye que si bien los jueces deben decidir sobre la responsabilidad legal de un determinado hecho, no por eso los economistas deben perder de vista la naturaleza del problema económico.
En un tercer sistema en donde las transacciones de mercado tienen un costo, al contrario de lo que vimos hasta ahora, muchas transacciones se evitan por el costo que conllevan. Es por esto que el reordenamiento de los derechos sólo ocurrirá cuando “el incremento en el valor de la producción a consecuencia del reordenamiento sea mayor que los costos en que se incurriría por este hecho”.
Coase hace también mención al Gobierno, considerándolo una super empresa, que es capaz de influir sobre el uso de los factores de producción e incluso evitar el mercado, algo imposible de realizar por una empresa. Aclara que la regulación gubernamental directa no siempre presenta mejores resultados que la solución a través de empresas.
El autor también menciona casos como las demoliciones, en donde cierta molestia ha de ser tolerada por la imposibilidad de realizar la actividad sin perturbar a un tercero. Se trata de casos de molestias temporales que no exigen un pago en forma de compensación a los vecinos.
Uno de los puntos que más recalca el autor es que, al manejar acciones con efectos dañinos, la solución no es siempre restringir a los responsables de las mismas. Hay que evaluar si la ganancia de evitar el daño es mayor que la pérdida sufrida en el caso de no evitarlo, y sólo así podrá decidirse si la intervención vale la pena o no.
Coase menciona también a otro autor, Pigou, que estudia los casos en los que una persona A, al prestar un servicio por el que realiza un pago a B, también presta servicios a otras personas a las que no se puede solicitar pago por el beneficio que obtienen. Pigou sostiene que debe haber acción estatal para corregir el problema. Coase plantea el caso de un ferrocarril que larga chispas que queman cultivos, y lo analiza según los sistemas de compensación o no compensación por el daño. Si el ferrocarril es responsable por el daño causado por las chispas, debe pagar una compensación al terrateniente, a quien le dará igual si la cosecha se ve dañada o no, pues su ingreso permanecerá igual (ídem caso del ganadero y el granjero). Sin embargo, su posición es muy diferente cuando el ferrocarril no es responsable. Si el ferrocarril no es responsable por el incendio, se concentrará solamente en su propia ganancia y maximizará el número de trenes por día, mientras que si es responsable, elegirá cesar en sus operaciones, pues no le justificará dar servicio al costo de hacerse cargo de los daños a los cultivos.
Desde el punto de vista económico, resulta en un mejor producto final que el ferrocarril no se haga responsable del daño a los cultivos, por lo cual, por raro que parezca, una situación en donde los daños no sean compensados no es necesariamente indeseable.
Coase también menciona el tema de los impuestos, y comenta que para los economistas modernos estos deben ser iguales al daño causado y variar según la intensidad de este. Sin embargo, considera que no hay razón para creer que una realidad con o sin impuestos pueda ser mejor que otra: tan solo llevan a consecuencias diferentes.
Según el autor, el fracaso de los economistas en alcanzar conclusiones correctas en el tratamiento de los efectos dañinos se da por un enfoque equivocado de los problemas de la economía del bienestar. Es necesario cambiar el enfoque y la concepción de lo que es un factor de producción.
NOVEDOSO/SORPRENDENTE
Me pareció novedoso el hecho de que no siempre sea mejor que exista una compensación por parte de quien daña hacia quien es dañado, ya que la intuición me dice que lo correcto es que quien daña se haga cargo de su daño. Por otro lado, me llamó la atención la definición de factor de producción que da Coase, definiéndolo como el derecho a llevar a cabo acciones físicas. Nunca había escuchado esa definición y me pareció interesante. También me pareció novedoso que el autor hable del Gobierno como una empresa, ya que me parece que es una visión del Gobierno no muy común entre los economistas que hemos visto en clase. Considerar que el Gobierno es capaz de actuar como un individuo privado constituye, a mi parecer, un gran avance para la economía política.
PREGUNTAS
1) ¿No sería necesario considerar también los valores no monetarios de los daños y beneficios a la hora de tomar una decisión sobre qué actividad debe prevalecer y cuál debe cesar?
2) ¿Podría explicar más explícitamente a qué se refiere por “derecho consuetudinario” y por qué serían actividades molestas las que no son reconocidas como tales por el mencionado derecho?
3) Dice que “… el efecto dañino debe ser substancial para que actúe la justicia…”. ¿Quién determina si un efecto dañino es o no es substancial?
RESUMEN
En “El problema del costo social”, Ronald Coase, se dispone a explicar un error que existe en los análisis que realizan los economistas, según lo que advierte este error consiste en considerar al gobierno como una herramienta que corrige las fallas que puede haber en los mercados y que esto no representa un costo. A lo largo de su texto enumera una serie de ejemplos en los que se ven enfrentados dos actores, como es el caso de un ganadero y un granjero, pero también algunos más específicos como Cooke vs Forbes o Sturges vs Bridgman, entre varios otros que utiliza a modo de ejemplo para sustentar su explicación y su análisis acerca de los costos de efectos dañinos sobre la vida de las personas o sobre la fabricación de productos. Entre los casos a los que hace mención podemos encontrar que el primero de ellos sobre el ganadero y el granjero presenta una línea básica para el análisis y tratamiento o las diferentes soluciones que pueden derivarse de los problemas. En este ejemplo, los animales del ganadero pasan por la tierra que pertenece al granjero y de alguna manera arruinan su plantación, desde este punto desarrolla qué pasaría en cada caso si el ganadero le paga al granjero por los daños causados por sus animales y cómo serían finalmente los costos y ganancias para cada uno de ellos. En su explicación incluye diversos factores o condiciones a tener en cuenta para la resolución de la problemática como el correcto funcionamiento del sistema de precios. Pasando por los otros ejemplos, comenta que sucede con la intervención de la justicia, es decir, cómo actúa la justicia y en favor de quién falla en cada caso particular como el de una construcción que imposibilita la correcta salida del humo de una casa inmediatamente a su lado.
Continúa enumerando varias soluciones posibles que se pueden llegar a tomar en diferentes casos que presenten este tipo de problemáticas, estas son: con una empresa, con la regulación directa del gobierno o no hacer nada. Con respecto a la segunda solución, Coase explica que este actor puede influir utilizando métodos autoritarios para resolver el conflicto, también dice que el gobierno cuenta con el apoyo de algunos organismos de los que dispone más fácilemente aunque esta solución tiene una contracara, que son las presiones políticas, que sea organismo que pueda regular con el poder del Estado no quiere decir, neesariamente, que la resolución sea la mejor. De todas maneras que el gobierno se vea involucrado no es sinónimo de que esta solución no tenga costo alguno ya que cualquiera de las soluciones van a suponer un costo ya sea mayor o menor.
Coase, sigue en su texto haciendo una comparación de los pensamientos que tienen los escritores en esta materia de diferentes lugares como los escritores norteamericanos contra los británicos. Finalmente habla acerca de la doctrina y tratamiento que ha sido desarrollada por Pigou y cuáles son los errores que encuentra y en qué posturas se diferencia de él.
A modo de conclusión el autor deja una frase que es buena para resumir y condensar todo lo desarrollado por él en este artículo: “Sería deseable que las únicas acciones desarrolladas fueran aquellas en que lo que se ganase tuviere un mayor valor que lo que se perdiese. (…). …debemos considerar los costos involucrados en operar los distintos ordenamientos sociales (ya sea el funcionamiento de un mercado o de un departamento de Gobierno), como también los costos que demandará la adopción de un nuevo sistema. Al diseñar y elegir entre ordenamientos sociales debemos considerar el efecto total. Este es el cambio de enfoque que estoy proponiendo.”
Este fragmento de su conclusión demuestra bien lo desarrollado en su artículo sobre los costos en los que se ven inmersos tanto ganaderos como granjeros o demandados como demandantes en las diferentes circunstancias frente a los problemas que se les presentan y cómo el mismo Coase plantea un cambio desde donde debería verse el enfoque de análisis que tienen los economistas.
NOVEDOSO
Lo que me pareció particularmente novedoso o que llamó mi antención de este texto es cuando el autor menciona que hubo un cambio en el fallo de Bryant vs Lefever en el que finalmente se terminó culpando al dueño de la casa quien prendía el fuego por el humo, ya que si el mismo no prendiera el fuego no se generaría el humo que a él tanto le molesta, diferente es el fallo previo donde se culpabilizaba a los que habían levantado una pared donde se encontraba su chimenea y a su vez colocaron maderas sobre la misma.
PREGUNTAS AL AUTOR
¿ Por qué lo que se utilizó en el caso Bass vs Gregory llamado “doctrina del privilegio perdido” no aplica de la misma manera para el caso Bryant vs Lefever siendo que los dos lugares son de propiedad privada?
¿ Por qué como bien dice al inicio del artículo los economistas fallan en el análisis de las problemáticas y teniendo en cuenta ya planteado su cambio de enfoque, qué dificultad se presenta para que cambien de foco?
Guía Coase
El problema del costo social
Franco Marconi
Resumen:
Iniciando el texto de Coase, vemos cómo hace examina y contempla el problema y su naturaleza, demostrando que la lógica del problema debe ser percibida como una lógica tanto económica como legal. Busca encontrar hasta donde las acciones individuales que causan cierto perjuicio a otros, esto es, que tienen un costo social, deben ser penalizadas o no. Desarrolla una serie de ejemplos tanto teóricos cómo reales y teorizando primero sobre la base de un sistema de precios sin costos y otro con. Vemos cómo luego toma la realidad y realiza una importante nota para sus posteriores consideraciones, los costos de transacciones y de mercado. Es aquí donde despliega distintas opciones para resolver los problemas legales dentro de un marco económico, desarrollando las regulaciones estatales, las empresas o simplemente convenios unilaterales. Continuando con esto, Coase busca mostrar el marco sobre el cual se basa la justicia para accionar sobre los derechos de las distintas propiedades y su uso, marcando que necesariamente se utiliza un pensamiento económico, sea tácito o explícito, para determinar ciertos límites. Es aquí donde desarrolla una gamma de ejemplos y citas que sustentan su opinión. Sobre lo expuesto, el autor desarrolla una serie de cuestiones alrededor de las actividades de empresas públicas, siendo esta parte del sistema que de una forma u otra debería proteger del daño social, concluye Coase, estas terminan por defender y mantener su impunidad por sobre los individuos perjudicados y por tanto sostiene que la existencia del estado benefactor no hará más que aumentar este fenómeno. Ahora bien, siguiendo con el texto, el autor cita ahora a Pigou y analiza parte de su teoría económica, demostrando que no siempre es la acción gubernamental es algo beneficioso y que corrige ciertas tendencias naturales. Es sobre esto que Coase busca demostrar un error en el planteamiento de Pigou demostrando que generalmente ciertas regulaciones del estado perjudican a la sociedad; es aquí donde busca demostrar que comparar costos o beneficios privados con sus contracaras sociales es un error de cálculo y que lleva a errores cómo que se debe castigar por ciertas molestias. Para concluir, vemos que todo lo tratado a lo largo del escrito fue una serie de demostraciones de errores en el análisis de políticas económicas y de enfoques; tal es así que el autor nos propone pasar a uno donde se adapte todo a la realidad práctica, se compare entre existencias y se dirima de ahí la capacidad de utilizar los derechos. Esto lo demuestra al considerar necesario evaluar los costos de utilizar los derechos individuales sobre el resto de la sociedad y por tanto entrar de lleno en el entretejido de las relaciones económicas actuales, enmarcando y concretando las relaciones futuras.
Novedad:
Cabe destacar de Coase el interesante análisis que realiza sobre el costo social de las diversas acciones individuales, demostrando a lo largo del escrito la mentalidad económica que rige en la justicia y cómo esta afecta a su vez a la sociedad que ha de juzgar. Sobre este punto, reconociendo el hecho de que se trate de enmarcar dentro de la política y la justicia una racionalidad económica que permitiría una evaluación de costos y beneficios, creo que descree de muchos factores no económicas que impactan directamente en estas condiciones. Tal es así la cultura o la educación que estas son capaces de dirimir por si solas varias cuestiones de este tipo; tomando como ejemplo la Argentina y sus constantes luchas laborales. Luego, reconozco interesante el enfoque planteado, concuerdo en la imperante necesidad de un máximo posible de concreción y por tanto es vital el acercamiento a la realidad. Sin embargo, es sumamente importante reconocer que la racionalidad extrema deriva de la sola mirada al presente y sus supuestos reales muy posiblemente encapsulen toda solución que se pueda pensar. La necesidad de la filosofía y de un poco de pensamiento fuera de lo real ayuda a plasmar las sensaciones de un idealismo sobre una realidad sombría; donde se busca de una forma u otra procurar una cierta salvación y mejoramiento del bienestar humano.
Preguntas:
¿Por qué sería capaz el Estado de resolver conflictos particulares por sobre esos mismos particulares? ¿No incurriría en los mismos costos y por tanto tendría un tercero que pagar por ellos?
Si nos encontramos sumidos tanto económicamente como moralmente en un lugar indeseable, ¿Cómo podría el individuo que ha de generar políticas públicas escapar de esa realidad si ha de adherirse a ella para evitar idealismo?
RESUMEN
En el artículo “El problema del costo social”, Ronald Coase pretende corregir la perspectiva de los economistas al tratar asuntos respecto a la intervención del gobierno para resolver conflictos derivados de los daños que un agente le pueda ocasionar a otro mediante el uso de explicaciones económicas y de derecho.
Primeramente, señala que el problema real consiste en decidir si se debe permitir que un agente dañe a otro, pero tomando en cuenta que lo primordial es evitar el daño mayor.
El autor comienza su análisis con el caso en donde el sistema de precios funciona correctamente, lo que implica costos de transacción nulos, y donde el agente que perjudica paga por el daño causado. Para ello utiliza como ejemplo a dos agentes, un ganadero y un granjero; el problema radica en que el ganado del primero destruye las cosechas del segundo, de esta manera la solución es que el ganadero pague por la cosecha destruida y asuma ese costo dentro de su estructura de costos.
Un caso alternativo es donde el sistema de precios funcione correctamente pero el ganadero no es responsable por la destrucción de cosechas. Para Coase, la asignación de recursos es igual en este caso y en el anterior. Sin embargo, es necesario conocer si la actividad que se supone como perjudicial es la responsable del daño, si no es así no habrá lugar para la reasignación adecuada.
Posteriormente expone varios ejemplos de cómo se han resuelto casos parecidos al anteriormente mencionado por la vía judicial, esto demuestra que no todo el que realice una actividad perjudicial necesariamente deberá dejar de hacerla y que incluso hay casos en donde ambas partes son las causantes del problema .Sin embargo, el autor expone un razonamiento conocido como el teorema de Coase, donde dice que siempre es posible modificar mediante transacciones de mercado la delimitación legal inicial de los derechos, y estas no tienen costos, se reasignarán los derechos de forma que conduzca a un incremento en el valor de la producción.
Asimismo, también advierte que suponer que las transacciones tienen un costo nulo es irreal. De hecho, el proceso que implican las transacciones por lo general es muy costoso. De esta manera, el reordenamiento de los derechos señalado en el teorema solo se presentará cuando los costos sean menores que el incremento en el valor de la producción.
Una solución al problema de la existencia de los costos es que una empresa adquiera los derechos legales de todas las partes, la que afecta y la afectada, para que el reordenamiento de las actividades no sea un proceso de arreglo contractual, sino uno administrativo. Otra solución es la regulación directa del gobierno. Ya que ve al gobierno como una “superempresa” que puede evitar el mercado y que tienen a su disposición el uso de la fuerza para que las medidas implementadas se cumplan. Sin embargo, Coase señala que el aparato administrativo puede ser sumamente costoso, además de que está sujeto a presiones políticas y no está atenido a la competencia, por lo que puede conseguir resultados ineficientes.
Por otro lado el autor señala el problema de que los economistas no tengan una visión objetiva del problema de los daños y de los derechos, así como también que se crea que el sistema judicial no considere las ganancias sobre las pérdidas. Para ello, expone una serie de casos en donde podríamos pensar, en primera instancia, que los daños de ciertas actividades deberían ser evitados en favor de los perjudicados, pero estaríamos pasando por alto que todas esas actividades pueden tener un derecho que les otorga la posibilidad de ser realizadas y, por lo tanto, estaríamos equivocados al pensar que deben de desaparecer solo porque perjudiquen a otro: “La sanción legislativa transforma en legal lo que de otro modo sería una molestia”.
Por último, Critica que Pigou argumente que la acción del gobierno es la solución para el reordenamiento de las asignaciones y así evitar o compensar los daños. Mediante el ejemplo de un ferrocarril, que con las chispas que genera al avanzar provoca el incendio de un bosque y se ve obligado a compensar por ello, Coase llega a la conclusión de que la creencia de que el agente que cause daños debe ser obligado a compensar a los dañados es resultado de no comparar el producto total obtenible con los arreglos sociales alternativos.
De igual manera, rechaza las propuestas de Pigou de resolver el problema por medio de impuestos y subsidios; y señala que los economistas cometen un error al tomar esta solución como idéntica a la de las compensaciones, puesto que los impuestos no se pagan directamente a los que sufren el daño. Además, los impuestos tienen fallas como el hecho de que su imposición conlleva costos muy altos y a que pueden ser aplicados de manera errónea.
Para finalizar propone un cambio de enfoque para encontrar verdaderas soluciones a los problemas de los efectos dañinos. Ese cambio de enfoque implica aceptar que la solución a los problemas económicos debe de tomar en cuenta más aspectos que solo los económicos. Aceptar también que no hemos descubierto como llegar al mundo ideal desde el punto en donde nos encontramos. Y entender que un factor de producción no es una entidad física solamente, sino un derecho para desarrollar acciones físicas que puede que perjudiquen a otros, pero no por ello, deben ser censuradas porque provienen de un derecho.
LO NOVEDOSO
Me pareció interesante la mirada del autor sobre la función del gobierno en estos casos y como resalta que muchas veces el accionar de este es mucho más costoso para las partes, que puede terminar empeorando sus situaciones, además de no siempre ser su participación como mediador la mejor opción en términos de eficiencia y bienestar.
La relación entre el derecho y la economía. Principalmente su argumento de que cuando las partes afectadas por la externalidad pueden negociar sin costo el resultado es siempre eficiente sin importar quién es el responsable jurídicamente de esos costos negativos. Y por último considero que el uso de ejemplos jurídicos para ilustrar los conceptos aporta claridad al texto y a la vez lo hace interesante.
PREGUNTAS
– ¿Por qué cree que sin intervención estatal se llegaría a la mejor solución? ¿Hay algún caso en que se puedan obtener mejores resultados gracias al gobierno?
– Cuando dice que es necesario evaluar si “la ganancia por evitar el daño es mayor que la pérdida que se sufrirá como resultado de detener la acción que ocasiona el daño”. ¿Los daños son solo monetarios o engloba otros tipos?
Resumen
Ronald Coase presenta un tópico principal en su ensayo de “El problema del costo social” que es enmendar el falso enfoque que toman los economistas cuando abordan cuestiones en el área de la política. Su punto de partida es que, al contrario de lo que creen los economistas, la fuerza correctiva del gobierno ante las fallas de mercados tiene costos (reflejados en los recursos públicos), y que a su vez cuanto más autoritarias son estas medidas correctivas, más costosas son. No siempre castigar a A por causarle dano a B va a generar el outcome más deseable, es decir, no siempre que se castigue al responsable del problema va a ser la solución óptima, sino que es posible que esta solución se encuentre en hacer un balance de costos y daños y a partir de ella ver quién debe ser adjudicado responsable o que solución tomar. Como ejemplo de esto presenta el problema del granjero y el ganadero, donde una respuesta simple sería pedirle al ganadero que pague por el daño causado en las cosechas del granjero, aunque el enfoque que presenta Coese sitúa a ambos actores en una transacción de mercado en una realidad con un sistema de precios sin costos. La idea sería que con la plata que el ganadero pagaría el impuesto, este rente o compre la tierra del ganadero que previamente el ganadero había arruinado. De esta forma los recursos asignados son los mismos que si el ganadero pagaba el impuesto, lo único que es distinto es el outcome de la situación, ya que en el plan que propone el autor, se llega a maximizar el valor de la producción. Aunque esto es solo un ejemplo, ya que en la vida real el mercado involucra costosas transacciones que infieren en las decisiones de sus actores, lo que significa que por mas que esta idea parezca posible, para que una transacción de mercado que reordene las producciones de forma más eficiente muchas veces se necesitan otras herramientas. El ejemplo del granjero y del ganadero solo es posible porque el incremento del valor de la producción es mayor al costo que le involucra al ganadero comprar/alquilar la tierra del granjero. El autor propone como aproach alternativo que el gobierno, en vez de castigar siempre a quien hace daño, puede ,con su autoridad, regular el uso de los factores y establecer acuerdos entre las partes involucradas para lograr producciones que maximicen su valor productivo. Esta solución promete funcionar en algunos casos, sin embargo no siempre, ya que el tipo de solución ideal está sujeta a varias aristas, con lo cual a la hora de buscar la mejor forma de minimizar el daño, Coase propone que se castigue a un actor/empresa siempre y cuando el costo de hacerlo sea menor que el costo de que aquella empresa siga generando una externalidad negativa, ya que si el daño que genera la empresa/actor es menor al impacto que involucraria una intervención del gobierno para restringir la acción del que produce el daño, Coase no recomendaría intervenir en lo absoluto.
Novedoso:
Aunque Coase explica que la intervención gubernamental para reorganizar las producciones que generan externalidades negativas es sumamente contraproducente en la mayoría de los casos debido a la reciprocidad que existe entre el pago del daño y el daño en sí, me resulta curioso que este proceder sea el más aceptado en muchas economías del mundo. Muchos gobiernos parecen seguir la propuesta de Pigou en The Economics of Welfare que pone toda la responsabilidad en la empresa que genera el daño sin analizar demasiado el coste que podría involucrar castigar a dicha empresa. Siento que es importante el análisis de Coase para que gobiernos de países como Argentina donde ya sea por ‘comodidad’ o por cuestiones políticas se castiga a quien ejecuta un daño -al parecer- sin tener en cuenta que dicho castigo deja peor parado al país en un plano económico. Coase demuestra cómo, a veces, poner un marco regulatorio perjudica a productores que pueden llegar a ofrecer outcomes positivos a costa de daños menores, y cómo por momentos el mercado puede resultar como una fuerza resolutiva en sí, sin necesidad del gobierno.
Preguntas:
1. Muchas empresas hoy en día llevan a cabo producciones que dañan el ecosistema, esto es un efecto cuyo alcance no se va a poder medir con precisión hasta dentro de algunos años. Siendo que el daño no se hace visible en lo inmediato y el beneficio de producción de las empresas sí, ¿que priorizaria el autor, la producción y el beneficio inmediato o el salvamento del medio ambiente?
2. ¿Cómo explica que los impuestos -propuestos por Pigou- sigan teniendo tanta vigencia?
3. Además del ejemplo previamente mencionado, existe alguna situación en la que se pudiese observar una transacción dentro de un sistema de precios pero sin costos para los actores?
Resumen:
Coase nos presenta el teorema que lleva su nombre donde comienza proponiendo que, si los costos de transición son bajos/inexistentes y los derechos de propiedad no permiten solución económica eficiente, la respuesta es redistribuir o reasignar esos recursos a quienes lo valoren más (hablando de literalmente asignarle valor a ese recurso o bien en disputa). Provee varios ejemplos que demuestran diferentes variantes de condiciones en las que se puede aplicar el teorema para decir, en pocas palabras, que un sujeto A afecta a un sujeto B y que debe haber un análisis para enmendar las acciones de A haciendo un balance de daños y pagos con B. Precisamente el punto que quiere hacer es que debe haber un balance correspondiente entre el daño hecho por A y el pago que recibirá B por el mismo, lo que pretende Coase es que estos sujetos lleguen a un acuerdo entre ellos, de ser posible. Depende por supuesto de estos sujetos de crear este balance para que sea acorde el daño con el pago (cuánto esta dispuesto a negociar A) y si se aceptará el convenio (depende de B). Por “daño” también nos podemos referir a la disputa entre A y B sobre por ejemplo 1 hectárea que se comparte entre el territorio de A y el de B. Depende de los sujetos negociar y aceptar/rechazar la oferta, por ejemplo si A quiere esa hectárea porque sabe el potencial de producción y el valor que puede obtener le va a ofrecer a B un pago por la ocupación de este territorio y depende de B aceptar o rechazar esta oferta porque al igual que A, hace un análisis de ingreso/valor de la producción y su costo para calcular si le es beneficioso hacer una cosa u otra. Luego, introduce la teoría de Pigou quien cree más en la intervención estatal para realizar los mismos convenios que propone Coase y en los castigos en forma de impuestos proporcionales al valor de un costo social infringido. Ambos Coase y Pigou por supuesto toman estos postulados desde el aspecto tanto económico como legal e incluyen conceptos de cada una de estas disciplinas.
Novedoso/interesante:
Respetando que tanto Coase como Pigou abordan sus temáticas y desarrollan sus postulados desde su perspectiva personal, me parece interesante que uno no aprende más del otro. Es decir, me parece interesante que Coase no toma tan en cuenta la intervención estatal como lo hace Pigou y que Pigou no considere tanto la libertad individual de los hombres para realizar acuerdos como lo hace Coase. Es a mi parecer que este punto se puede resolver diciendo que es una simple diferencia de opiniones e incluso quizás, aventurándome un poco más, diciendo que es una clara muestra de cómo ve cada uno de ellos al hombre, cómo entienden la naturaleza humana, o posiblemente una simple y llana diferencia de ideologías políticas en cuanto al rol del Estado, entre otros temas. A pesar de esta “crítica”, hacia el final del fragmento dedicado a Pigou, este menciona que concluye que la solución es un cambio de enfoque (hablando precisamente del Estado de bienestar). Esta diferencia de perspectivas entre estos autores provee al lector dos caras de la misma moneda dándonos no solo la explicación de cada uno de ellos, sino que además una mayor amplitud de análisis.
3 preguntas:
1) Considerando que Pigou menciona el Estado laissez-faire, ¿qué sucedería con los convenios entre los sujetos en un Estado autoritario?
2) ¿Cree que Pigou tiene algo de razón al creer en las instituciones para regular los convenios entre los hombres o confía lo suficiente en ellos, aun con la posibilidad del error humano y considerando la naturaleza humana?
3) ¿Qué tanto deberíamos hacer respetar los detalles y tecnicismos (incluso los más minúsculos) de la Law of nuisance, qué tan estrictos y minuciosos tenemos que ser al respecto?
El problema del costo social – Ronald H. Coase
Resumen:
En este escrito el autor se propone brindar un nuevo enfoque a las cuestiones políticas frente a las externalidades. Coase propone un enfoqe ecónomico, él entiende que las leyes y los derechos, pueden ser vistos como un factor de producción más, dado que éstos pueden ser reasignados por el mercado hacia aquellos que más lo necesitan. Es decir, en última instancia lo que se juega en un conflicto de externalidades negativas por una actividad económica, son los derechos del productor a desempeñar su actividad como le plazca frente al derecho del tercero a no ser perjudicado. Coase entiende que a la corte deberá dirimir y elegir a quien beneficiar, pero incorporando a su evaluación una perspectiva económica, considerando en qué arreglo legal se obtendrá un mayor producto para la sociedad en conjunto.
Ahora, el problema radica en que es la misma legislación la que impone cierto punto de partida para esas negociaciones de derechos y dependiendo del costo de transacción para la reasignación de derechos, ésta tendrá una influencia mayor o menor. En el caso de que el costo de transacción sea alto, el mercado tendrá muy poco margen para reasignar los derechos y sólo se efectuaran aquellas reasignaciones cuyo resultado sea más valioso que el costo de transacción. Así en estos casos, pueden ser más flexibles a la intervención estatal para una nueva reasignación de derechos (como por ejemplo la legislación de actividades molestas), pero Coase sostiene que esto se debe hacer siempre tratando de buscar el mejor resultado, es decir, aquél donde el producto total sea mayor. En cambio, en situaciones donde los costos de transacción son bajos o inexistentes, el gobierno se puede limitar a definir bien los derechos in abstracto y tener una jurisprudencia previsible, y así el mercado se ocupará de asignar los derechos más eficientemente.
El autor continúa brindando cierto apoyo empírico e histórico de su análisis haciendo hincapié en la necesidad de este enfoque económico, a su vez, demostrando como se suele tener un sesgo en la academia económica a la hora de enfrentar estas situaciones de externalidades poniendo al gobierno como el único que puede resolver la situación mediante impuestos, para lo cual hace alusión a Pigou. Coase refuta la posición del economista afirmando que su análisis se enfoca erróneamente en querer minimizar la divergencia entre el producto privado y el producto social, al hacer esto se pasan por alto la importancia de maximizar el producto total (privado y social) al cual Coase apela que debe siempre enfocarse la solución.
Novedoso:
Coase nos presenta un enfoque muy renovador tanto a la política como al derecho, al cual nos demuestra que se les puede incorporar la economía de una manera simbiótica. Es muy impresionante el poder ver los derechos de cada actor social, como la base y las reglas de juego de la economía, y a su vez, como factores productivos. En última instancia, son los derechos los que determinan el producto de la economía, pero también es necesario una retroalimentación donde se examine y evalúe modificar las reglas de juego, es decir, los derechos. Coase nos enseña que de eso se trata al final, de encontrar el ordenamiento social que maximice el producto para toda la sociedad.
Preguntas:
¿Usted considera que una sociedad sin gobierno podría convivir exitosamente?
¿Considera a esa sociedad como preferible a una con estado?
¿No cree que el hecho de que se elija desde un legislador quienes pueden tener derechos para ciertas cosas como una incursión en la planificación social que Mises critica?
Texto:
En el artículo “El Problema del Costo Social” de Ronald Coase se trata de una investigación económica acerca de las problemáticas cuando ocurre una cierta actividad bajo parámetros de daños.
Esta se la conoce como externalidades negativas, las cuales se identifican como un coste dañino provocado por una determinada actividad.
Las diferencias de Coase y Pigou sobre esta definición son de relevancia en la investigación.
Si bien Pigou fue el primero en investigar estos comportamientos sobre este tema, para Coase hay falencias. Una de ellas es la solución que plantea sobre las externalidades.
Coase explica que cuando ocurre un comportamiento de bajos costos de transacción, se debe poner de acuerdo de una forma que se trate de beneficiar a ambos sin importar quien es el que obtiene el derecho.
A lo largo del trabajo expone el ejemplo de un médico y panadero y otros ejemplos que el autor usa para poder entender el comportamiento sobre el derecho de propiedad de la sociedad.
En este ejemplo habla sobre las máquinas del panadero que es propietario de su territorio hace muchos años y el caso del médico, quien se ha mudado recientemente y le molesta los ruidos de estas máquinas ya que no lo dejan ejercer en su profesión.
A partir de este ejemplo ocurren las normas sobre los límites y las problemáticas que implican.
Por otro lado, el Estado para Coase actúa como una fuerza exterior que quiere evitar a toda costa los fallos de un determinado mercado limitando de esta forma la actividad productiva.
Por último, el autor identifica que con la ausencia o con bajos costos de los costos de transacción podría llegar a ser beneficioso para poder internalizar las externalidades. Siendo así una solución donde no se asignarían derechos.
Importante:
Me ha parecido relevante la situación sobre el humo de las empresas y el punto de vista de los economistas y de Coase.
Responsabilizar al dueño sobre el daño del humo, restringirlo a través de impuestos o excluir a estas empresas de la sociedad es una de las actividades que para el autor no le parece la correcta.
Para él no se debe hacer esto ya que inhibe la actividad que es importante para la economía siendo que la productividad se va a volver baja.
Explica que al ejercitar un determinado derecho como un factor de producción, siempre estará expuesto a una pérdida por la otra parte. Concluye que cuando se trata de mejorar ciertas acciones a la vez genera un empeoramiento sobre otras.
Con este argumento Coase logra dar el nuevo criterio sobre el desarrollo económico en donde una actividad puede ser eficiente responsabilizando a la parte que sufre el daño.
Preguntas:
¿Usted cree que el análisis de Pigou pueda ser conllevada a la vida económica de estos tiempos?
¿Qué otras medidas se podrían llegar a tener en cuenta para poder eliminar las externalidades negativas?
Si ninguna de las partes se ponen de acuerdo para una posible solución y son de igual importancia para la producción, ¿que se debería hacer?
1)
En el texto “El problema del costo social”, el economista Ronald Coase explica que los distintos sectores económicos se afectan entre sí, y que sus acciones tienen consecuencias, y cómo la intervención del estado en un sector económico puede dañar unos sectores pero beneficiar a otros. Por ejemplo, si se limita el sector de transporte de avión, se afectan sus ingresos, pero al mismo tiempo se perjudica el sector de turismo. Coase explica que actualmente se considera que si una empresa hace algo que perjudique a un tercero, la empresa tiene que reparar el daño. Coase dice que esto no es necesariamente la mejor opción para la economía. Por ejemplo: si una compañía que produce energía a base de carbón destruye la industria agraria en sus alrededores debido a la contaminación, lo aceptado hoy en día es que la empresa tiene que pagar daños a los granjeros. Pero Coase difiere de este pensamiento y explica que lo que hay que hacer es comparar el valor de la energía producida con el que hubieran generado los productores agrarios. En base a estos datos, se puede tomar el camino que sea menos dañino. Coase también menciona que el estado tiene las herramientas y el poder para rectificar situaciones de daños a terceros, ya que tiene la ley y la fuerza para aplicarla. Asimismo, advierte que la intervención del estado puede ser una pendiente resbaladiza, ya que la intervención del estado siempre es costosa y puede resultar en pérdidas, además, no hay garantía de que el estado sea eficiente. Señala que siempre lo más importante es plantearse si el valor perdido por el daño ocasionado es menor o mayor que el valor producido por el proceso que resultó en ese daño colateral, para no terminar en una situación de pérdida de valor.
Coase también menciona a Pigou, quien cree más en la intervención estatal para reparar los daños causados por privados a la sociedad, como por ejemplo la contaminación de un río por parte de una fábrica, a través del mecanismo de impuestos basados en el daño causado. Sería como una estrategia para prevenir la tragedia de los comunes.
2)
Me resulta interesante esta nueva perspectiva de resolver conflictos basado en que es lo que genera mayor valor para la economía. Es una idea que jamás había escuchado ya que por lo general cuando se causan daños a un tercero el enfoque está en que sea compensado, no en lo que es “mejor” para la economía. Me causa algunas preocupaciones ya que de cierta manera pone el bien común sobre el bien individual. Por ejemplo, si una fábrica arruina mi campo, si, puede que la fábrica genere más valor, pero la ganancia de ese valor generado va para la fábrica, no para mi, que ahora me quede sin ganancias, y a lo mejor una respuesta que sea mejor para la economía no es lo que es mejor para mi, y yo terminó en pérdida. Me preocupa cómo esto afecta la igualdad ante la ley y el libre mercado.
3)
¿Quién determina qué industria es más valiosa? Hay millones de factores que pueden afectar esto.
¿En un sistema en el que las reparaciones son basadas en cuánto valor genera cada uno, cómo se previene que el que decida el valor no sea sobornado? ¿Cómo se protege a los pequeños productores de las grandes corporaciones?
¿Este sistema no resultaría en que efectivamente las personas no sean iguales ante la ley, y que su derecho a la propiedad privada esté basado en su riqueza?
Resumen:
En este artículo, Coase se propone analizar el tratamiento actual que se le da a situaciones de externalidades.
Comienza analizando un tipo particular de situación en la cual se da una externalidad, los derechos de propiedad están definidos de la manera A, y no hay costos de en las transacciones y/o en los acuerdos entre los involucrados. En este caso explica cómo se llega a un óptimo social y eficiente.
Luego define una situación en la que los derechos están definidos al revés de A, y de todas maneras se llega a un óptimo.
Explica que esto se debe a la no existencia de costos, para luego analizar que ocurre en el mundo real donde si hay costos de negociación.
Termina llegando a la conclusión de que el sistema legal tiene una forma de analizar las situaciones mucho más óptima que los economistas, ya que los primeros consideran cada caso particular y las consecuencias de sus acciones. En cambio los economistas, que siguen el ejemplo de Pigou el cual analiza en detalle, suelen mirar solo una parte de las consecuencias, llevando a resultados ineficientes.
Finalmente propone como deberían analizarse estos problemas en el futuro, de una manera más similar a como lo hacen los juristas, buscando el camino que lleve al mayor producto social.
Lo novedoso o sorprendente:
Me resultó muy interesante todo este análisis respecto a la ley y los derechos de propiedad, ya que, si bien siempre hablamos en economía del debate entre propiedad privada y la propiedad pública, nunca había examinado en detalle los pormenores de esto, utilizando además ejemplos reales como hace Coase.
También me resulta interesante que Coase no rechaza completamente la idea del estado, sino que le da un rol. Esto me parece que va de acuerdo con otra cosa que menciona en su texto, que es diferenciar entre mundos ideales y mundos reales, y como lo mejor que podemos y debemos hacer es analizar la realidad que se nos presenta y como esta podría ir mejorando de acuerdo con las acciones que tomemos, no centrarse en tratar de forzar a la realidad a un ideal todavía lejano o inexistente.
Tres preguntas:
1) ¿Cuál sería, bien definido, el rol que debiera cumplir el estado?
2) ¿De qué manera podríamos disminuir los costos de negociaciones libres entre particulares para que estos puedan resolver más eficientemente por sí mismos las disputas respecto a las externalidades?
3) Dada la complejidad de la realidad y la infinita cantidad de variables, ¿Qué tan probable es que seamos capaces de encontrar la solución que lleva al mayor bienestar social?