Esperanzas para África. Una reciente encuesta de Gallup muestra algunos resultados que generan esperanzas sobre el futuro de África y, por lo tanto, del hambre y la pobreza en el mundo. África viene creciendo fuerte en los últimos años, elevando sus niveles de ingreso per cápita. Como siempre, se trata de hacer algunas reformas de apertura hacia los mercados, tener cuentas fiscales más sólidas y monedas más estables y los países empiezan a crecer, y ese crecimiento saca a más gente de la pobreza que cualquier plan internacional de ayuda.
La encuesta muestra que África es el continente con un porcentaje más algo de gente que piensa que si se trabaja duro se sale adelante (85%), seguida de América del Norte (84%). América Latina muestra un 79% y el último lugar es para la ex URSS con 56%: http://www.gallup.com/poll/174263/belief-work-ethic-strong-across-africa.aspx
Malawi, Ghana, Túnez, Zambia y Ruanda son los países con más altos porcentajes de todo el continente.
Curiosamente, en los países francófonos para tener éxito en la vida lo más importante son los contactos y conexiones (49%), mientras que en los países anglófonos lo más importante es la educación (59%). Es también más alto el porcentaje en estos últimos de gente que cree que trabajando duro se progresa (90%) aunque la brecha se con los francófonos (87%) se ha reducido (antes era de 7 puntos porcentuales).
Dos de cada tres africanos creen que sus países son buenos lugares como para comenzar un emprendimiento: http://www.gallup.com/poll/174314/training-money-barriers-starting-business-africa.aspx?utm_source=alert&utm_medium=email&utm_campaign=syndication&utm_content=morelink&utm_term=World
Un 32% que no tiene un negocio dice que está pensando en comenzar uno aunque solamente un 23% dice que tiene acceso a capacitación y un 22% a financiamiento.
No hay mejor ayuda que generar las condiciones para que la gente se ayude a sí misma, y al mismo tiempo a otros.
Otro tema crucial. Leyendo el escrito, recordaba que hace medio siglo atrás, la América Latina estaba en su conjunto en muchas mejores condiciones, en términos de ingreso per capita y de nivel de desarrollo industrial o agrícola, que los países del Asia Oriental, que Taiwan, Corea del Sur, Singapur (países que se empezaban a hacer), que Malasia, China, Indonesia, la India, en fin. Ojalá, este gran continente despierte a la realidad. Al paso que vamos, bien podría ser que en dos generaciones o menos, estemos por debajo del Africa a la que hoy cuántos en este subcontinente miran con conmiseración, a veces cargada de de petulancia.
A principios de los años ochenta, el gran escritor mexicano Carlos Fuentes, observando con angustia lo que pasaba en la América Latina, se preguntaba si este subcontinente pasaría a ser la India del mundo occidental, si sería este un vasto subcontinente de países limosneros. Así era; efectivamente, la India aparecía ante los ojos del mundo como el exponente de lo fallido de un imenso país condenado a la postración; sus políticas estatistas de ese entonces no auguraban una salida. La América Latina, aún gozaba de claras ventajas y de mejor base, que si no sabía aprovechar más adelante lamentaría.
El gran escritor, veía con claridad que la tarea la estábamos haciendo mal. Así seguiríamos en una pendiente sin fin, con la excepción de unos muy pocos países que aún vacilantemente o con el rechinar de dientes de algunos para los que el totalitarismo del estado y la esclavización de la generalidad es el sistema de sus preferencias, tomaron nuevos rumbos.
Hoy, cuánto quisiera la América Latina tener la pujanza y el bien andar de los países que alguna vez fueron vistos como los irremediablemente rezagados. Lamentablemente, no se aprende en estos países. Durante más de una década se ha gozado de condiciones propicias en el medio internacional y cuánto desperdicio se observa, cuánta falta de hacer un buen aprovechamiento.
Ojalá el Africa logre los mayores éxitos, que se ponga con decisión en el camino del desarrollo y que, igualmente lo haga la América Latina, para que deje de ser un continente de países que, con algunas excepciones, ve pasar a su lado, en andar firme, a otros que lo sobrepasan y le ganan terreno rápidamente. América Latina tiene que ganar sentido de lo práctico, de lo real.
Cómo seducen a estas naciones los cantares de las sirenas de los asistencialismos, del recibir y dar lo menos. Cómo no ven el daño que se les está haciendo, anulándolos, menoscabándolos en su dignidad de seres que pueden responder por su destino pero que, gozozos van a hipotecarse ante los demagogos, ante los absolutistas, ante los subyugadores, ante los sembradores de esperanzas de bienestar que terminan trocándose en desengaños y en sometimiento, ante los predicadores del resentimiento, del pesar por el bien ajeno, del odio al éxito ajeno individual o colectivo.
Cuanto más se medita en el asunto, más claro se aprecia que el más grande obstáculo para el desenvolvimiento pujante, con vigor, de los países de la América Latina, se encuentra en las instituciones, entendidas en el sentido de North y Thomas, en el de “un ordenamiento entre unidades económicas que determina y especifica la forma en que estas unidades pueden cooperar o competir”.
Los emprendimientos son unas de las vías que tienen las personas para afrontar las épocas de crisis económicas y falta de empleo. Muchos consideran que las crisis y la escasez estimulan la creatividad y esto lleva a que se generen proyectos que pueden llegar a buen puerto, tanto para el bienestar personal del que lo lleva adelante, como para terceros si esos proyectos generan trabajo para otros; tambien hay emprendimientos que pueden tener un fin solidario para con ciertos sectores relegados de la sociedad.
Si bien hay algunos estudios que indican que La Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) se ubicó en un 16% en el último año (cuando en 2011 marcó que un 21% de personas se dedicaba a emprender en Argentina) debido a una política económica inestable, con ciertos riesgos que hace que aquellos que quieran emprender puedan llegar a posponer su proyecto, en la Argentina la actividad emprendedora es alta y dinámica.
Tal vez se necesiten mas programas de financiamiento para ayudar a que los emprendimientos, sobre todo al principio que es cuando pueden requerir mayor inversión, no se aborten y puedan seguir su curso.
Para concluir, y trayendo las palabras con las que Ud. Dr. cierra este post («No hay mejor ayuda que generar las condiciones para que la gente se ayude a sí misma, y al mismo tiempo a otros») no podemos obviar que a raíz de la crisis que se vivió en el año 2002, surgieron asociaciones ciciles que brindan apoyo y microcréditos a emprendedores. Por ejemplo, hace unos años me comentaron sobre la ONG Enlace Social, que ayuda a mujeres emprendedoras (que a gente cercana a mi le ha servido mucho) y que acá comparto el enlace por si puede ser de utilidad para alguien: http://www.enlacesocial.org.ar/ .
Como esta, han surgido muchas organizaciones que tienen como fin ayudar a los emprendedores, para que se generen mas fuentes de trabajo y tambien para recuperar la industria en nuestro país.
Es menester destacar el desarrollo económico que existe en los países en cuestión. Los países mencionados comúnmente llamados subdesarrollados poseen un problema intrínseco cultural y social que es la falta de conexión entre las personas y la economía tales como la falta de inversión como la falta de posibilidades reales y desconocimientos de lo que conlleva llevar a cabo un negocio. Las crisis económicas estimulan la creatividad es cierto, pero lo cierto es que no es lo mismo una crisis en un país desarrollado que en uno que no lo es claramente el impacto en la población es diferente agudizando la miseria en los que menos tienen. Por ello pienso que la mejor inversión que puede hacer un estado es la capacitación y el financiamiento a emprendedores para que le permitan llevar a cabo su industria y asi obtener una reactivación de los mercados a nivel al menos regional desarrollando gradualmente la zona.
En épocas de crisis o de escasez es justamente cuando mas sale a la luz la capacidad de emprendimiento de las personas.
Basta con que suceda algo fuera de lo habitual, que ya habra alguien que buscara como cubrir esa necesidad.
Es como el ejemplo del la lluvia, comienza a llover y de la nada, aparece ya gente vendiendo paraguas que no sabes ni de donde salieron ni como lo hicieron tan rapido, pero ahi estan, son emprendedores natos. Y eso va mas alla del nivel social que cada uno pueda tener, porque asi como puede ser emprendedor un gran empresario, tambien puede serlo una persona de escasos recursos, aunque claro, los primeros tienen mas facilidad para poder concretar sus emprendimientos.
Como dice el informe, pienso que se deberian dar las condiciones y garantias para que las personas puedan tener posibilidades de tener sus emprendimientos sobre todo en epocas de escasez.
Considero que las crisis que vivimos en Argentina o en Africa, nos fueron adaptando a ser mas emprendedores poco a poco, como una especie de supervivencia. Si los comparamos con las crisis europeas, a ellos, aun con educacion y quizas mas recursos, les costo mucho mas el tema de ser emprendedores, supongo porque no estaban acostumbrados a las crisis como si nosotros o e el caso de Africa, a pasar necesidades.
Toda crisis implica un cambio, todo cambio trae consigo nuevas actitudes, nuevas metas, nuevas formas de ver el mercado. Los emprendimientos son una de esas «luces» que muchas personas divisan en tiempos turbios, aparentemente oscuros y sin salida. Personas que sin empleo, buscan tenerlo, personas con visión empresaria, personas que necesitan emplearse para cubrir, al menos en parte, sus necesidades básicas, personas con sensibilidad social que miran más allá de su propio ombligo. Emprender, para mi, es como quien dice, «poner toda la carne al asador», arriesgarse, proyectar, y autoestimular la creatividad que muchas veces se ve relegada debido a las circunstancias desalentadoras que reinan. Emprender y los emprendimientos en sí, pueden ser generadores de esperanza, una apuesta fuerte y fructífera si el contexto apoya a quienes deciden dar el puntapié de inicio. Considero que el trabajo dignifica, el trabajo engrandece y por ello apostar y ayudar a quienes buscan abrirse camino en el mercado también es necesario para alcanzar una mayor riqueza en el país. Los emprendimientos, como bien dije en líneas anteriores, demandan financiamiento, ayuda integral, confianza, facilidades, por eso, ayudar a ayudarse, ayudar a ayudar, es completamente necesario para que un país que puede ser tan rico y que es tan rico en muchos aspectos, lo sea y lo siga siendo. Con poco se puede hacer mucho y con mucho muchas veces se hace poco, por eso facilitar herramientas, brindar espacios, ayuda económica, generar incentivos y respaldar las nuevas ideas en aras de un bien personal y colectivo, van a marcar la diferencia. Leer el artículo y observar los porcentajes, y considerarme desde este lugar también parte de ese porcentaje que cree que trabajando duro se sale adelante, se progresa y que la educación es el pilar fundamental del crecimiento me hace pensar que estas palabras son más que acertadas: «No hay mejor ayuda que generar las condiciones para que la gente se ayude a sí misma, y al mismo tiempo a otros. – «. Por ello yo acompaño mi comentario con dos frases que creo acordes a la cuestión planteada : » La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser «. Hesíodo. y » Solo triunfa quien se levanta y busca a las circunstancias y las crea si no las encuentra». George Bernard Shaw.