Quienes plantean futuros apocalípticos si los seres humanos seguimos explotando los recursos de este planeta han señalado que algunos de ellos, no renovables, o se han extinguido o estarían en peligro. ¿Y qué haríamos cuando se acaben? Pues parece que es bastante difícil, sino imposible, encontrar un mineral que se haya agotado. Lo comenta Ed Conway en este artículo de Doomslayer: “Hang On, Are There ANY Lost Minerals?”: https://newsletter.humanprogress.org/p/hang-on-are-there-any-lost-minerals
“Hace unos meses prometí escribir una serie de artículos que documentaran los materiales perdidos del mundo. Estaba muy entusiasmado con ello; con el tiempo esperaba crear un catálogo de todas esas sustancias que la humanidad solía utilizar para extraer de la corteza terrestre, pero que ahora están agotadas.
Por todo ello, ya es hora de informarles, queridos lectores, que fracasé. Después de un solo artículo (Malaquita), tomo la decisión de retirar la serie de Materiales Perdidos. ¿Por qué? Porque al intentar buscar minerales que se nos han acabado, llegué a una conclusión inesperada. Hasta ahora, no nos hemos quedado realmente sin nada.
Es cierto: como escribí en el primer artículo, cada vez es más difícil encontrar trozos decentes de malaquita, pero, de nuevo, no es que ya no quede malaquita. Ni lo más mínimo. Muchos de ustedes amablemente enviaron sugerencias de otros minerales que debería investigar. Un lector sugirió el silfio, una antigua planta romana muy elogiada, pero el problema no era tanto que estuviera o no agotada, sino que no sabemos realmente qué era el silfio.
Hubo algunas sugerencias muy útiles de piedras que solíamos tener en abundancia en el Reino Unido, pero que ahora no parece que tengamos en abundancia: cosas como el azabache de Whitby, la serpentina o el Blue John. Pero en cada caso tuve que concluir que, si bien ya no encontramos tantas de estas rocas que alineamos en nuestras costas (o, tal vez sea más preciso decir, regulamos mucho más su extracción), no hay escasez de especímenes geológicos similares en otras partes del mundo. Ciertamente no están «agotadas».