Böhm-Bawerk explica las razones del éxito de las teorías de Marx, aunque temprano se mostraron erróneas

Con los alumnos de UCEMA, en la materia Escuela Austriaca, vemos a Eugen von Böhm-Bawerk en una discusión central con Marx sobre la Teoría del Valor. BB lanza sus críticas a las bases teóricas de la teoría del valor-trabajo. Pero no deja de analizar porqué esas teorías erróneas terminaron por tener tanta aceptación. Así comienza:


“La buena suerte de Karl Marx como autor

Como autor, Marx fue un hombre de envidiable ventura. Su obra no se puede clasificar entre los libros fáciles de leer o de comprender. La mayoría de los libros de este tipo –aun aquellos con una dialéctica más asequible y una ilación matemática más liviana— habrían encontrado completamente obstaculizado el camino hacia la popularidad. Pero, contrariamente, Marx se ha transformado en el apóstol de un amplio círculo de lectores, incluyendo a aquellos que, por norma, no leen libros difíciles. Más aún, la fuerza y la claridad de su razonamiento no eran tales como para convencer a nadie. Al revés, hombres calificados como los pensadores más serios y valiosos de nuestra ciencia, por ejemplo Karl Knies, han afirmado, desde un comienzo, mediante argumentos imposibles de pasar por alto, que la enseñanza de Marx estaba repleta, de principio a fin, de toda clase de contradicciones, tanto de lógica como de hechos. Podría fácilmente haber sucedido que la obra de Marx no hubiera encontrado partidarios ni entre el público común —que no podía entender su difícil dialéctica— ni entre los especialistas, que sí la comprendían, pero captaban demasiado bien sus limitaciones. Sin embargo, en la práctica, ha sucedido lo contrario.

Tampoco ha sido perjudicial para su influencia el hecho de que la obra de Marx haya permanecido como una estructura incompleta durante su vida. Generalmente, y con razón, desconfiamos de los primeros volúmenes, no proyectados a nuevos temas. Los principios universales pueden describirse seductoramente en las «Secciones Generales» de un libro, pero sólo se pueden corroborar si realmente poseen la fuerza de convicción que les atribuye su creador cuando, en la elaboración del sistema, se confrontan con todos los hechos minuciosamente. En la historia de la ciencia, muchas veces se ha dado el caso de que un primer volumen, promisorio y respetable, no ha sido continuado en un segundo volumen simplemente porque, bajo el propio análisis investigador del autor, los nuevos principios no soportan la prueba de las situaciones concretas. Pero la obra de Karl Marx no ha sufrido estos contratiempos. La gran masa de sus seguidores, basándose en la fuerza de su primer libro, tenía una fe ciega en sus obras aún no escritas.

Circunstancias que contribuyeron al éxito de Marx

Esta confianza, por una parte, fue sometida a una severa e inusual comprobación. Marx había expresado, en su primer libro, que todo el valor de las mercancías se basaba en el trabajo involucrado en ellas y que en virtud de esta «ley del valor» deberían intercambiarse en proporción a la cantidad de trabajo en ellas invertido; que, además, la rentabilidad o plusvalía ganada por el capitalista era el fruto de la explotación del trabajador; que, sin embargo, el monto de la plusvalía no estaba en proporción al monto total del capital invertido por el capitalista, sino sólo al monto de la parte «variable» —esto es, a aquella parte del capital pagado en sueldos y salarios—, mientras que el «capital constante», el capital empleado en la adquisición de los medios de producción, no aumentaba la plusvalía. En la vida diaria, sin embargo, la rentabilidad del capital está en proporción al capital total invertido; y, principalmente por esto, las mercancías no se intercambian de hecho en proporción a la cantidad de trabajo invertido en ellas. En este punto, por lo tanto, había una contradicción entre teoría y práctica que escasamente admitía una explicación satisfactoria. Pero esta contradicción manifiesta tampoco escapó al análisis de Marx. Con respecto a ella, el autor dice: «Esta ley (esta ley, a saber, establece que la plusvalía está en proporción sólo con la parte variable del capital) contradice claramente toda la experiencia prima facie». Pero al mismo tiempo declara que la contradicción es sólo aparente y su solución requiere juntar muchos cabos sueltos, postergándose para los siguientes volúmenes de su obra. La crítica especializada pensó que podía anticiparse con relativa certeza que Marx nunca cumpliría su compromiso, ya que, como era difícil probarla, la contradicción era insoluble.

Sus argumentos, sin embargo, no produjeron ninguna impresión en el conjunto de sus seguidores. Su simple promesa excedía todas las refutaciones lógicas. La larga demora de Marx para cumplir con su promesa de resolver la paradoja La inquietud fue mayor aún cuando en el segundo volumen de la obra de Marx, que se publicó después de la muerte del maestro, no aparece ningún intento por lograr la anunciada solución (que, de acuerdo al plan completo de toda la obra, se reservaba para el tercer volumen), y tampoco existía el menor indicio sobre el rumbo que Marx tomaría en la búsqueda de una respuesta. Pero el prólogo del editor, Friedrich Engels, no sólo reafirmaba que la solución estaba en el manuscrito dejado por Marx, sino que también incluía un abierto desafío, dirigido principalmente a los seguidores de Rodbertus, para que, en la etapa previa a la aparición del tercer volumen, intentaran con sus propios recursos solucionar el siguiente problema: «cómo puede y debe ser creada una tasa promedio equitativa de rentabilidad sin contraponerse a la ley de valor, sino en virtud de ella».

Respuesta insólita a la propuesta de Engels de presolucionar la paradoja de Marx

Considero que uno de los tributos más impactantes que pudo recibir Marx como pensador fue que el desafío no lo recogió únicamente el grupo al que estaba dirigido, sino que muchísimas otras personas provenientes de diferentes círculos. No sólo los seguidores de Rodbertus, sino que hombres de la misma línea de Marx, e incluso economistas no adheridos a ninguno de estos líderes de la escuela socialista, aun los que Marx llamó probablemente «economistas comunes y corrientes», se enfrentaron en el intento de penetrar la posible trama teórica de Marx, cubierta aún por un velo de misterio. Entre 1885 (año en que apareció el segundo volumen de «El Capital» de Marx) y 1894 (publicación del tercer volumen) se desarrolló un concurso ordinario de premios en ensayo sobre «la tasa promedio de rentabilidad y su relación con la ley de valor».

De acuerdo con el punto de vista de Engels —ya fallecido al igual que Marx— planteado en su crítica a estos concursos ensayísticos, nadie logró resolver el problema ni obtener el premio.

La «solución» de Marx publicada finalmente en 1894, con 27 años de retraso

Finalmente, después de una larga demora en la conclusión del sistema de Marx, el tema ha llegado a una etapa en la cual es posible establecer una decisión definitiva. De la simple promesa de una solución, cada uno podía pensar como quisiera. Eran incomensurables los argumentos. Incluso las refutaciones acertadas frente a los intentos de solución hechos por sus opositores, aun cuando estos autores afirmaron haberlas concebido y realizado en el espíritu de la teoría de Marx, no fueron aceptadas por los partidarios de Marx, ya que éstos siempre podían apelar a la precaria conformidad del prometido original. Pero, finalmente, éste ha sido publicado y ha proporcionado, después de 30 años de lucha, un campo de discusión sólido, escrupuloso y bien definido, donde ambos bandos pueden adoptar una posición y luchar por sus ideas, en vez de, por un lado, contentarse con la esperanza de futuras revelaciones y, por el otro, pasarse de una interpretación falsa a otra, a la manera de Proteo.”

2 pensamientos en “Böhm-Bawerk explica las razones del éxito de las teorías de Marx, aunque temprano se mostraron erróneas

  1. En el texto “Una Contradicción no Resuelta en el Sistema Económico Marxista” de Eugen von Boehm-Bawerk, se desarrolla una crítica a la teoría y obra de Karl Marx. A lo largo de todo el documento, el autor va señalando y criticando todas las inconsistencias y contradicciones de las que está repleta la teoría marxista. Además, durante el análisis, Boehm-Bawerk critica la metodología implementada por Marx para ir descartando todos los elementos que participan en la formación de los precios para luego decir que el único que no puede ser eliminado es el trabajo. De esta manera pasa a justificar la teoría del valor trabajo, y que es solo el trabajo la base del valor de intercambio, ya que el trabajo es el factor común que yace en el valor de los bienes. Sin embargo, el autor desmiente este punto como a muchos otros.

    Lo que más me ha llamado la atención es la metodología que ha utilizado Marx para plantear todas sus teorías y conclusiones. Según lo planteado en el texto, Marx ha seleccionado oportunamente los elementos que le han servido para desarrollar su teoría y dejando de lado cualquier cosa que lo pudiera contradecir. Por estos motivos, me sorprende que haya tenido la trascendencia que ha tenido a lo largo de la historia por parte de todo el mundo académico (hasta pasar al plano político y social). Como bien lo explica Boehm-Bawerk, El Capital se contradice de principio a final. En la parte posterior de la obra, Marx tuvo que confesar a sus lectores que en realidad las mercancías no se intercambian en proporción al tiempo de trabajo incluido en ellas, sino que unas veces se intercambian por encima y otras por debajo de esta proporción, justificándose diciendo que depende de si el capital invertido requiere una rentabilidad promedio mayor o menor. Otro postulado que me sorprendió fue “Si la oferta y la demanda se equilibran entre ellas, dejan de actuar. Si dos fuerzas ejercen el mismo poder en direcciones opuestas, se anulan entre ellas —no producen un resultado—, y los fenómenos que ocurren bajo estas condiciones deben ser explicados por algún otro elemento ajeno a estas fuerzas. Si la oferta y la demanda se anulan entre ellas, dejan de ser causales y no afectan el valor del mercado”. Pareciera ser que a Marx se le olvido que detrás de la oferta y la demanda el elemento de estudio es el ser humano. Es un error decir que si las dos cosas se igualan no producen un efecto y dejan de ser causales. Justamente, ese resultado de equilibrio es la causa de las acciones de los seres humanos que actúan permanentemente en el mercado; es falso que dejen de actuar.

    Preguntas:
    ¿Cuáles fueron las críticas o justificaciones de los marxistas actuales a lo desarrollado por Boehm-Bawerk y otros críticos de Marx?
    ¿Crees que muchas contradicciones en la obra de Marx se deben a que fue Engels quien publico los últimos tomos de El Capital?
    ¿Consideras que hubo algo de deshonestidad intelectual en Marx por la metodología empleada?

  2. Resumen:
    En este fragmento de uno de sus libros, Bohm-Bawerk comienza destacando lo que él considera un error esencial en la “ley de valor” de Marx, y se propone a continuación estudiarlo detenidamente. El error, para Bohm-Bawerk, radica en el hecho de que la “ley de valor” estipula que es la cantidad de trabajo invertida en la producción, únicamente, lo que determina, en último término, los precios (o costos) de producción, y en consecuencia también los precios de las mercancías, mientras que en la realidad se ve claramente que la cantidad de trabajo es solo un determinante de los precios de producción (e influye solo en el componente de salarios, pero no en el de la “rentabilidad media del capital invertido”), junto con otros factores (y por tanto no es el único), así como también se ve que los precios de las mercancías gravitan en torno a los costos de producción, en su totalidad, y no a la cantidad de trabajo. Dado que esta ley constituye la base de su sistema y es a partir de ella que deduce sus conclusiones más importantes (su teoría de la plusvalía y su denuncia de la organización capitalista de la sociedad), el hecho de que esta no sea plenamente válida, que es lo que va a dejar en evidencia el autor a lo largo del artículo, implica que todo su sistema está construido, en cierta forma, sobre una “torre de naipes”.

    Sorprendente/Novedoso:
    De Bohm-Bawerk, me sorprendió la profundidad y meticulosidad a lo largo de todo su análisis, al igual que en la lectura pasada de Menger. Si bien resulto difícil de seguir en un principio, al ir avanzando en la lectura iba quedando más clara el hilo conductor de toda su aguda argumentación.
    Me sorprendió, y resultó novedoso a la vez, el vasto número de estratagemas que tanto Marx como sus seguidores emplearon para intentar sortear las críticas al sistema que se les iban presentando, resultándome en muchos casos increíble lo cerca que estaban de rozar el absurdo y la tozudez para no ceder ni en tales casos. Si bien comprendo que todos debemos actuar en cierta manera así intelectualmente, me sorprende que Marx (según Bohm-Bawerk) haya intentado armar forzosamente un constructo teórico que encajara con su preconcepto, en lugar de buscar entender la esencia de los fenómenos que estudiaba (en este caso el valor).

    3 preguntas:
    1) ¿Cree que sea algo generalizado (y, en su justa medida, también natural e inevitable, dado que la elaboración de hipótesis en cualquier ciencia implica lleva inevitablemente teoría e interpretación implícita) en la ciencia el buscar armar una teoría no a fin de entender cierto fenómeno, sino de dar fundamento a una cierta conclusión preconcebida del fenómeno a la cual ya hemos llegado por otros medios?
    2) ¿Cree entonces que este “hecho estilizado” de la gravitación de los precios de las mercancías en torno a los costos de producción está correctamente explicado por la teoría de la utilidad marginal de Menger y sus deducciones lógicas, o agregaría algo más que considere esencial para explicar el fenómeno?
    3) ¿Cómo difieren las teorías del valor de Smith y Ricardo respecto a la de Marx?

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