Distancia al poder y rechazo a la incertidumbre

En este intento de análisis sobre la relación entre ideas e instituciones, veremos ahora si el análisis de Hofstede y sus categorías muestra algúna relación entre el predominio de ciertos valores y la calidad institucional según la mide el Índice de Calidad Institucional. Ahora veremos dos: distancia al poder y evitar la incertidumbre.

Distancia al poder:

Recordemos la definición: se refiere a la aceptación de las jerarquías por parte de aquellos que están abajo, no en la cúspide de ellas. Podríamos interpretarlo como en qué medida se aceptan las opiniones de superiores jerárquicos sin mayor cuestionamiento o en qué medida se siente confianza para diferir con el superior.

Parece bastante evidente que aquellos países son más abiertos a diferir con los que están en posiciones jerárquicas muestras mejor calidad institucional; los otros más relacionados con regímenes autoritarios o dirigidos por líderes carismáticos populistas que se apoderan la de cúspide de una jerarquía que luego no se cuestiona:

País Distancia al poder Posición ICI País Distancia al poder Posición ICI
Austria

11

16

Croacia

73

78

Israel

13

38

Singapur

74

23

Dinamarca

18

2

África Occidental

77

Nueva Zelanda

22

4

India

77

98

Suiza (alemana)

26

3

Ecuador

78

151

Irlanda

28

12

Indonesia

78

105

Noruega

31

8

Países árabes

80

Suecia

31

5

Bangladesh

80

143

Finlandia

33

1

China

80

122

Suiza

34

3

México

81

88

Costa Rica

35

46

Venezuela

81

182

Alemania

35

13

Surinam

85

113

Gran Bretaña

35

9

Serbia

86

95

Australia

36

6

Rumania

90

65

Holanda

38

10

Rusia

93

140

Canadá

39

7

Filipinas

94

99

Estonia

40

20

Guatemala

95

108

Luxemburgo

40

14

Panamá

95

55

Estados Unidos

40

11

Malasia

104

57

Lituania

42

30

Eslovaquia

104

40

Evitar la incertidumbre

De Nuevo recordemos su definición: es la tolerancia por la incertidumbre y la ambigüedad. Las culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.

En este caso los países con mayor calidad institucional son aquellos que aceptan la incertidumbre, buscan reducirla con su iniciativa individual a diferencia de los otros que lo hacen a través de normas y reglamentaciones. No extraña encontrar aquí a los países con mejores calificaciones en el subíndice de calidad de las instituciones económicas. En el otro extremo se encuentran muchas sociedades latinas y conservadoras, con menor apego al riesgo:

País Evitar la incertidumbre Posición ICI País Evitar la incertidumbre Posición ICI
Singapur

8

23

France

86

25

Jamaica

13

76

Panamá

86

55

Dinamarca

23

2

España

86

28

Hong Kong

29

15

Perú

87

64

Suecia

29

5

Eslovenia

88

44

China

30

122

Rumania

90

65

Vietnam

30

138

Japón

92

19

Gran Bretaña

35

9

Serbia

92

95

Irlanda

35

12

Surinam

92

113

Malaysia

36

57

Bélgica (francesa)

93

India

40

98

Polonia

93

39

Filipinas

44

99

Bélgica

94

17

Estados Unidos

46

11

El Salvador

94

94

Canadá

48

7

Rusia

95

140

Indonesia

48

105

Malta

96

36

Nueva Zelanda

49

4

Bélgica (holandesa)

97

Sudáfrica (blanca)

49

60

Uruguay

100

41

Noruega

50

8

Guatemala

101

108

Australia

51

6

Portugal

104

31

Eslovaquia

51

40

Grecia

112

84

 

 

 

4 pensamientos en “Distancia al poder y rechazo a la incertidumbre

  1. s culturas que buscan minimizar estas situaciones tienen leyes y normas estrictas y la creencia en una verdad absoluta a nivel filosófico y religioso. Los opuestos aceptan la incertidumbre, son más tolerantes de opiniones diferentes, tratan de tener la menor cantidad de reglas posibles, pero cumplirlas.

    Evidentemente somos un país con índices de institucionalidad muy bajo, estamos llenos de normas y reglamentaciones pero que no reducen la incertidumbre por falta de incumplimiento o por modificaciones constantes de las normas y reglas de juego y al no haber certidumbre la iniciativa individual se reduce y se deterioran las inversiones y desalientan a los emprendedores. Es una constante que se mantiene en el país y frenó su desarrollo y crecimiento.

  2. En cuanto al concepto de «Distancia al Poder», entiendo que aquellos países en los cuales el sistema educativo es mucho más fuerte, deberían tender a ser aquellos en los cuales exista un cuestionamiento mayor a las relaciones jerárquicas, y una crítica constante a las diferentes decisiones gubernamentales que se adoptan. Ahora bien, existen además otros factores que también resultan influyentes, además de la educación. Es muy claro que la educación por sí sola no suministra el único incentivo para que una sociedad tienda al cuestionamiento crítico de las decisiones de sus gobernantes. Si bien, entiendo que es la herramienta fundamental, también tenemos que tener en cuenta qué es lo que llamamos educación de calidad, y cómo se da ese incentivo «cuestionador». Muchos Estados invierten en educación, pero en verdad el contenido de esos conocimientos son más orientados a lo técnico que a lo social. De manera que, en ellos el pensamiento social se orientará hacia lo productivo; y en mucho menor escala a lo filosófico-social.

    Claro está que esto es una simple opinión personal en base a un análisis particular.

    En el artículo se menciona que resulta «evidente que aquellos países que son más abiertos a diferir… cuentan con mejor calidad institucional», en tanto que los demás están más relacionados con «regímenes autoritarios» o «líderes carismáticos populistas». En mi opinión, está muy claro que si existe un cuestionamiento a la autoridad imperante -siempre racional; y fundado en argumentos objetivos y sólidos- la calidad institucional se incrementará. Ya que, de la crítica constructiva pueden nacer soluciones a los diferentes conflictos sociales -y por qué no- económicos que puedan surgir.

    Respecto del segundo concepto, a saber: «Evitar la incertidumbre». Entiendo que está íntimamente relacionado con el precepto anterior, y creo que la base también debería estar regida por el nivel educativo de las sociedades.

    Claramente la aceptación de dogmas, como normas morales o jurídicas, de carácter incuestionable demuestra la falta de interés y de pensamiento crítico y racional del sujeto que se adapta a ellos. Ahora bien, no debemos olvidar que esas tradiciones son trasladadas de una generación a otra. Es por eso que, tanto la educación que brinda el núcleo familiar, como la que debería suministrar el Estado necesariamente tiene que orientarse hacia un pensamiento crítico que cuestione y razone los hechos, sin aceptarlos por el simple hecho de ser impuestos por una institución jerárquicamente facultada para ello. El dogmatismo religioso es otra herramienta funcional que posibilita esta situación, ya que es un principio básico de cualquier religión la aceptación de sucesos aparentemente inexplicables por medio de la razón, como «verdades absolutas» a través de una imposición de un sistema de castigo ante la falta de «fe». Es decir, la necesidad de creer, aceptar y obedecer para obtener a cambio la «salvación del alma», sin razonar los motivos de esas conductas impuestas.

    En este sentido, este sustento de la falta de racionalización y aceptación de reglas impuestas a través de lo religioso se extiende hacia lo jurídico, aceptando la sociedad la imposición de normas legales por parte de sus gobernantes.

    Ahora bien, como surge del artículo en cuestión, este exceso de imposiciones lleva a que exista una tendencia hacia la desobediencia de ellas por parte de algunos sectores sociales, especialmente aquellos que se consideran excluidos del sistema económico y social. Claramente, esa obediencia se da por un temor hacia el castigo. En el caso de los sectores excluidos ese temor tiende a desaparecer, ya que encontrándose en una situación de marginalidad es difícil que puedan temer un castigo superior a su situación actual -asimismo creo que existen otros factores que no considero oportuno mencionar, ya que me extendería en demasía en este comentario-.

    En cambio, en aquellas sociedades en donde prima la razón, incentivada por un sistema educativo sólido, sus habitantes razonarán el motivo por el cual se deben cumplir esas normativas. Además, no olvidemos que -como mencione anteriormente- ese nivel intelectual llevó a que se cuestionaran las instituciones gobernantes del Estado, con lo cual al momento de sancionar las normas se tuvo en consideración la posible repercusión social de su imposición. Entonces, al comprender el motivo por el cual se impone esa conducta -o inacción- la sociedad en su conjunto tenderá a acatar la norma, no por el temor al castigo, sino por entender lo beneficioso de su cumplimiento. Quedando siempre un margen social excluido que incumplirá con ello, pero tendiendo a reducirlo considerablemente.

    Eso con respecto a la cuestión jurídica, que es de mi preferencia a la hora de un análisis filosófico. Asimismo, en lo ateniente a lo económico, también podríamos usar el mismo razonamiento, ya que las medidas que deben adoptarse a la hora de buscar el desarrollo económico de un Estado se encuentra regido por normas jurídicas y decisiones de carácter administrativo. Para llegar a esas decisiones en general, se debe acudir a mecanismos de análisis racionales que cuestionen las causas y los resultados de esas medidas. Y resulta fundamental la intervención social en este proceso, ya que los diferentes actores sociales se verán impulsados por sus intereses particulares, lo cuales solamente pueden defender e incrementar a través del uso de la razón, aceptando lo que racionalmente sea impuesto conociendo los posibles resultados que puedan producir; y las causas que los motivaron.

    Repito, es una opinión completamente personal, sin sustento en ningún autor en particular. Con lo cual acepto -y me gustaría leer- opiniones contrapuestas.

    Saludos.-

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