Al considerar la Teoría de los Juegos para analizar el Contrato Social, Anthony de Jasay (La Antinomia del Contractualismo, Libertas 23, Octubre de 1995) considera lo que llama el “dilema del contrato”. En síntesis, este se pregunta por qué alguien va a cumplir su parte del contrato si la otra parte ya lo ha hecho. Incluso si fueran contratos regulares, repetidos, aunque pudiera tener incentivos para cumplirlos para poder realizar los contratos siguientes, ¿por qué tendría incentivos para cumplir el último? ¿Y si alguien no va a cumplir el último, por qué la otra parte va a cumplir el ante-último, y así sucesivamente? Así analiza el tema en base a juegos repetidos:
“Supongamos que un viajero llega a un puerto exótico y lo engañan, le venden objetos falsificados y un mozo insolente le cobra un precio excesivo por la comida que le sirve. El viajero, a falta de otra manera de recuperar lo que es suyo, se va sin dejar propina. Cabe el interrogante de si lo habría hecho en el caso de que lo hubieran tratado mejor. De cualquier modo, él no prestará dinero a los nativos ni éstos le venderán mercaderías a crédito. Para todos, el contrato con él es un “último contrato”; no volverá nunca, y si lo hiciera algún día, no podría decir con quién ha tratado la primera vez; él sabe que es así, todos saben que lo sabe y si no lo supiera debería saberlo. Sin embargo, si actúa como si no lo supiera y participa en “últimos contratos” en los cuales a la otra parte no le interesa demasiado actuar correctamente, esto se debe a que al viajero no le importa tanto que el contrato sea correcto o a que no cuenta con información alguna ni puede obtenerla fácilmente, y la otra parte tiene poco que perder si la obtiene. De esto se deriva el Teorema del Viajero de Paso: uno de los que suscriben un “último contrato” es un viajero de paso y ninguna de las partes tiene mucho que arriesgar. A menos que se den ambas condiciones, es improbable que un contrato sea el “último” en el sentido que esta palabra tiene dentro de la teoría de los juegos.
Cuando las partes tienen la expectativa de un nuevo convenio o esperan tratar con alguien que a su vez haya tratado, o pueda hacerlo aún, con la otra parte, o esté vinculado a ella por lazos de parentesco, amistad, solidaridad o posible reciprocidad, o que tenga acceso a las mismas fuentes de información y se entere de las mismas murmuraciones locales y de las mismas noticias respecto de los negocios, cuando, en resumen, las partes viven en una sociedad real, es muy improbable que un contrato entre ellas funcione de acuerdo con la pura lógica de esa abstracción que es el “último contrato”. Ésta puede desempeñar un papel importante en la “gran sociedad” de Hayek, con su “orden extendido”, y en el “gran grupo” cuyos miembros, anónimos, actúan en forma aislada, sin que los demás sepan nada de ellos (aunque no resulta claro cómo podrían encontrar, en ese caso, alguien que quisiera tratar con ellos sin conocerlos). Rara vez puede darse entre personas que tienen nombres, viven en lugares determinados, se ganan la vida con ocupaciones particulares, tienen un pasado y aspiran a tener cierta clase de futuro.
Alguien que tiene un nombre, vive en un lugar, trabaja en algo y forma parte de la sociedad lo pensará dos veces antes de considerar las promesas recíprocas tal como el dilema del prisionero de una única jugada dice que debe hacerlo. Tendrá que reflexionar muy cuidadosamente sobre sus asuntos y atar todos los cabos sueltos antes de dejar de cumplir un contrato como si fuera el último en que va a intervenir. Al sentirse tentado, pensará en la famosa respuesta dada por Hobbes, e impropia de él, al “Tonto” bastante hobbesiano que piensa que la razón puede dictar el incumplimiento de una promesa y la contumacia: “Por lo tanto, el que quebrantare su Convenio, y consecuentemente declarare que a su juicio le asiste razón para hacerlo, no podrá ser recibido en sociedad alguna, cuyos miembros se unen en procura de la Paz y la Defensa, como no sea por error de quienes le recibieron; y cuando fuera recibido, no podrá ser retenido por ellos, sin que vean el peligro del error que han cometido” (Hobbes, 1651, 1985, p. 205).
Este el articulo muestra lo que ya vimos con la teoría de los juegos, especialmente con el dilema del prisionero, en donde la estrategia dominante era traicionar y cuyo defecto era ser un juego de única vez. Lo que se trata de analizar en este articulo es porque la gente tiene que cumplir las promesas y los contratos si supone o cree que la contraparte no va a cumplir, y esto se explica con los juegos repetidos, en donde la gente no sabe la cantidad de veces que se encontrara con esa persona con la que contrato, por lo tanto tendrá que considerar si la estrategia dominante en ese caso será traicionar, ya que es probable que pueda encontrarse con el otro en el futuro y sufrir las consecuencias de la traición. Además no solo deberá tener en cuenta el impacto de su decisión sobre la contraparte, sino también respecto de terceros, ya que será su reputación la que estará en juego, tal como se sostiene en el libro “El Foro y El Bazar”.Por lo tanto según todo esto la estrategia que deberá seguir será la de cooperar, ya que al no saber las veces que se van a encontrar, nunca le convendría traicionar.
Muy interesante lo que plantea el autor, dejando en evidencia que resulta muy difícil o imposible aplicar la teoría del dilema del prisionero a la economía, siendo este de aplicación excepcional.
En el caso del viajero de paso que plantea el texto, resulta clarisimo que las partes no estan en igualdad de condiciones a la hora de traicionar o cooperar.
Poniendonos del lado de la oferta usando como ejemplo la comida de un turista en un restaurant, la opcion de traicionar parece muy debilitada, dado que en el mundo actual con el auge de las telecomunicaciones pensar a un cliente como un «extranjero o turista de paso» seria un pensamiento ignorante, ya que ese mismo cliente, puede perfectamente comentar a amigos o allegados su experiencia en el restaurant y ademas existen numerosos sitios webs como redes sociales (guia oleo, facebook, booking en el caso de hoteles, etc) en el cual la reputacion es dada por los clientes que puntuan libremente, por lo que un cliente satisfecho puede atraer innumerables clientes, asi como un cliente que no fue bien atendido, ahuyentara a otros, ya sean del mismo pais como del extranjero, estos obviamente en menor medida, dado la lejania de ese potencial cliente.
En cuanto en el lado de la demanda, la traicion podria ser mas viable y quizas la tactica mas comun en cuanto el dar propina o no es el «TIT FOR TAT» . Seguramente si hicieramos un relevamiento de las propinas en los restaurant esa este extranjero o no, este dara una propina segun si el restaurant cooperó o traicionó. Es por esto en realidad en que el cliente en este caso esta en una situación mas favorable dado que siempre es el que realiza la segunda jugada.
Por supuesto que traicionar en el caso de la demanda es la situacion mas beneficiosa, pero con dicha actitud probablemente no pueda volver a ese restaurant que suplió su necesidad de forma eficiente y ademas tendra tambien esta decision un componente etico, (La propina parece tener un componente mas etico que economico, porque la contraprestacion en realidad es pagada con el precio), por lo que su decision puede ser mal vista desde el punto de vista moral o etico por sus afines.
TEMAS NUEVOS / IMPORTANTES
La “coalición con el soberano” parece ser una expresión vieja para Jasay aunque sí puntualiza que la expresión moderna de esta aseveración es “alianza para el control del estado entre grupos articulados, organizados y que se sirven a sí mismos. En diversos países de América Latina figura este tipo de “asociación” con los gobiernos, sobre todo en lo que respecta a las empresas, asociaciones o cámaras de industria. De pronto también se asumen grupos políticos representativos de minorías que promueven alianzas con el gobierno en turno para obtener mayor poder o participación en los asuntos que ellos creen más importantes para la sociedad desde su perspectiva de idealista. Si esto es bueno o es malo, debiera mirarse a los grandes países que cuentan con un limitado número de partidos políticos y buscar un “ideal” para el que está en desarrollo. Considero que el tema de sustentabilidad económica es crucial, pero en ocasiones la parte política de los países impide un mayor avance.
PREGUNTAS AL AUTOR
1) Qué opina el autor sobre la forma de gobierno Suizo?
2) El autor menciona en su artículo que David Gauthier fracasó al sostener que es una actitud racionalmente individual y colectiva acatar lo establecido en un contrato. Este argumento se refiere solamente a la aseveración de que es necesario un equilibrio entre las partes o es que Anthony De Jasay intentaba demostrar que no es posible una anarquía ordenada?
3) Podemos discutir un ejemplo de sociedad sin estado? Qué condiciones primarias debería existir antes de adoptar una sociedad que se condujera bajo términos netamente voluntarios por parte de sus ciudadanos? Es realmente “primitivo” el respeto al compromiso reciproco como lo denomina Jasay en su artículo?
Este el articulo desarrolla un tema interesante explicado con la teoría de los juegos, especialmente con el dilema del prisionero, en donde la estrategia dominante era traicionar en vista de obtener un propósito personal, aunque esa estrategia nos lleve a No obtener el resultado deseado si cooperáramos.
El articulo se pregunta por que alguien tendría la necesidad de cumplir un contrato o promesa si no esta seguro si la otra parte va a serlo ? Y la clave esta en la repetición de los juegos teoría que intenta explicar que las personas no sabemos a ciencia cierta cuantas veces podemos cruzar a una persona que traicionamos y corremos el riesgo de sufrir ataques posteriores por la actitud negativa e incluso nuestra reputación se vería manchada respecto d esa persona y de terceros que podrían tomar conocimiento de esa traición y muy difícilmente querrán contratar con nosotros.
La regla general sobre el tema de la cooperacion es que si es posible, en todo caso, tiene y debe ser posible para que se logre llegar lo mas cerca a un equilibrio general de mercado. Una forma de explicar la cooperacion es a traves de la llamada teoria de los juegos en la que la mas conocida es el dilema del prisionero: aqui ambos se traicionan, el resultado es negativo para los dos por su actitud egoista, no hay cooperacion. La teoria que se utiliza para destructurar este dilema del prisionero es la llamada ojo por ojo, es decir, se colabora en todas las transacciones y en la ultima se traiciona y como socialmente no conocemos o no sabemos cual es la ultima transaccion no debemos traicionar sino que la estrategia dominante seria cooperar. Y todo ello porque las interacciones casi siempre son REPETIDAS. Y funciona en todas las transacciones, nunca sabemos si esa transaccion va a ser la ultima por lo tanto cada uno de los que participan deben cooperar para lograr que el intercambio de bienes y servicios se produzca correctamente para que el mercado siga su recorrido.
En el caso planteado por el autor del Teorema del viajero de paso es un caso excepcional, la regla general no se produce, pero debe haber dos condiciones: uno de los que suscribe el «ultimo contrato» es un viajero de paso y ninguna de las partes tiene mucho que arriesgar. Ahora en una opinion personal uno nunca sabe cuando una transaccion es la ultima, no estamos excentos de volver al mismo lugar por motivos personales como por ej vacaciones, o por viajes de trabajo, y mas importante para el que ofrece el servicio en el lugar puede que viva del turismo y hacer eso con uno no lo modifica economicamente, pero si trata de traicionar a todos los turistas, estos perderan confianza en el producto y por medio de la competencia a nivel turistico por ejemplo, buscaran otros lugares donde las partes colaboren en los intercambios. Como dice el autor en una parte del articulo: «… alguien que trabaja en algo dentro de una sociedad tendra que reflexionar muy cuidadosamente sobre sus asuntos y atar todos los cabos sueltos antes de no cumplir un contrato como si fuera el ultimo en que va a intervenir…»
El autor plantea una situación que puede ser analizada teniendo en cuenta la teoría de los juegos, cuando vemos que en la vida real las personas interactúan en una sociedad de manera continua, como es el caso de los contratos, es claro que la estrategia dominante no es la traición. Cuando se trata de continuas interacciones entre las personas dentro de una sociedad lo que conviene es cooperar, demostrar al resto que pueden mantener una relación contractual, por ejemplo, con esa persona porque no va a defraudar, de esta manera hay mayores incentivos para actuar de la manera correcta.
Por otro lado si tenemos en cuenta el caso del viajero es muy relativo el “último contrato” y el utilizar esa estrategia pensando que un viajero o turista no va a influir, por lo tanto no se tienen incentivos para tratarlo bien o mantener una buena relación; si pensamos en una ciudad turística y tenemos en cuenta que ese viajero luego conocerá más gente a la que le contara su experiencia o quizás decida publicar esta mala experiencia en Internet y de esa manera divulgar lo que vivió en ese lugar, podría pensarse que no es una buena decisión la que tomaron en dicho restaurante ya que en cierta manera están perjudicándose para que futuros turistas y clientes decidan ir a ese lugar. Por lo tanto considero que tanto en los contratos cuando se trata de mantener buenas relaciones, como en la vida en sociedad donde hay continuas interacciones la estrategia dominante siempre es la cooperación.
Se explica el impacto de la traición; del no cumplimiento y de sus consecuencias a futuro; no es conveniente traicionar si va haber sucesivos encuentros con los demas «jugadores». Mas bien se debe cooperar para evitar un impacto negativo .. podemos dar un ejemplo muy corriente que aplica en la actualidad: mercado libre o compras online donde se dejan comentarios de los oferentes de productos que concretaron ventas con los compradores… como influirá la traición de un vendedor a un comprador ? la respuesta se encuentra en el último parrafo de este texto .. el incumplimiento de un contrato o la traición en una «jugada» acarrea efectos negativos en una sociedad para su nombre y su reputación . Se debe pensar dos veces en la inconveniencia de traicionar a menos que se quiera cargar con sus consecuencias
Claramente este articulo lo podemos relacionar con el «dilema del prisionero» y con el capitulo 6 del libro «El Foro y el Bazar», donde los juegos repetidos dejan de lado la estrategia dominante de traicionar como bien lo explica el «dilema del prisionero», para tener incentivos de cooperar fomentada por el constante trato con el otro. Lo que también acarrea confianza en los individuos para no traicionar y cooperar.
Mi respuesta a ¿Por que cumplir con los contratos y promesas?, tiene que ver con la psicología evolutiva, donde a través de procesos evolutivos aportan incentivos a cooperar. Y como lo fundamentaba Rowthorn, no siempre la gente maximiza sus resultados materiales, sino que simplemente repite lo que hace la mayoría, cuanto mayor sea el numero de conformistas mas estable se vuelve la cooperación, entonces, deberíamos apelar a nuestra conciencia sobre como queremos que las personas se dirijan hacia nosotros y hacer lo mismo para con ellos.
Me parece interesante encontrarle a la Teoría de los Juegos, especialmente al «Dilema del Prisionero» una aplicación en la realidad. Durante el curso hemos estudiado que si bien para la teoría predominante la cooperación prácticamente no era posible, distintas situaciones demuestran que no solo es posible sino que ocurre, y al producirse las partes son beneficiadas.
El caso del «Dilema del Prisionero» es desalentador en cuanto a la esperanza de cooperación, debido a que para ambas partes la estrategia dominante es traicionar. Sin embargo, esto es así ya que se trata de un juego de única vez, algo que en la realidad generalmente no ocurre, ya que las interacciones sociales son continuas y repetidas y uno no sabe cuando puede volver a toparse con aquella persona a la que ha traicionado, con lo cual la traición va a ser analizada mas cautelosamente, tendiendo a optar en cierta medida por la cooperación. Esto no solo en virtud de la relación entre las partes, sino también por los efectos que causaría mi decisión sobre terceros, ya que podría afectar mi reputación y salir seriamente perjudicado.
Y la cooperación volvería a ser dejada de lado en el caso de que las partes conocieran el número final de transacciones que van a realizar, ya que esto los motivaría a traicionar en la última.
En cuanto a la pregunta que plantea el autor sobre el contrato social, «¿Por que tendrían incentivos para cumplir el último?», en mi opinión en base a lo que he tomado del curso, es que siempre va a ser conveniente cooperar. Considero acertada la postura de Dan Kahan cuando habla de la «reciprocidad». Esto quiere decir que las acciones de las personas van a ser recíprocas, es decir, que cuando alguien ve a otro cooperar, va a tener un incentivo para hacerlo; y de la forma contraria, cuando vea que los demás traicionan, va a optar por traicionar también. Y por mas que siempre haya alguien que pretenda beneficiarse de los demás (free rider), si todos cooperáramos un poco mas obtendríamos mayores beneficios.
Como ya se ha mencionado, el articulo esta fuertemente vinculado con la idea que se desarrolla en «Teoría de los juegos», por lo que pueden resaltarse básicamente los siguientes aspectos:
A) Traición: Si esta predomina la cooperación no es posible, justamente porque la traición (incumplir un contrato o tomar ventaja de una situacion contractual) genera desconfianza entre las personas. Esta desconfianza es la que impide que entre las partes puedan volver a celebrarse nuevos contratos, llevando las transacciones al mínimo, lo cual es perjudicial para la sociedad. Incluso en el caso de «El dilema del prisionero» se ve claramente como poner por encima el interes personal no solo perjudica al resto, si no tambien a uno mismo. (Refutando la idea de la mano invisible).
Para este tipo de casos, autores como Olson, quienes consideran que el ser humano es maximizador por naturaleza y que por ende tiene a ser un free raider, entienden que la solucion consiste en que el Estado castigue las externalidades negativas y subsidi las positivas.
B) Reciprocidad: Consiste en actuar correctamente para obtener la misma respuesta a futuro de otros, lo cual conlleva al beneficio general. Si uno es reciproco genera confianza en el otro, generando esto que se realicen muchas mas transacciones.
Respecto a esto algunos autores estan de acuerdo al considerar que la naturaleza del hombre consiste en ser reciproco, no maximizador, y que por lo tanto, el mercado debe autorregularse en función a la reputación y prestigio de quienes llevan a cao las transacciones.
En mi opinion personal, sostengo que la motivación de las partes por cumplir el contrato consiste en:
– Quien traiciona pierde la oportunidad volver a negociar con la parte afectada, debido a la desconfianza que se produce por el incumplimiento.
– Quien incumple corre el riesgo de que su prestigio se vea afectado a los ojos de tercero, lo cual frustraria negocios futuros.
– Quien desea traicionar sabe que existe un sistema (el poder judicial) que se encarga de hacer cumplir los contratos, ya que poseen fuerza de ley, de forma coactiva.
Al estudiar el dilema del prisionero, cuando se tratan de “juegos de única vez”, las personas tienden a la traición.
Sin embargo, en la vida real es muy difícil que se de esta circunstancia de “ultima vez”. Como bien lo expone el autor, vivimos en sociedad y estamos en constante comunicación unos con otros, tenemos expectativas. Me gustaría destacar que cada uno de nosotros tenemos una reputación. Con esto quiero decir que más allá, de que existan personas que no cumplen con sus contratos, el perjuicio no solo recae en la otra parte, sino en ellos mismos
En una sociedad como en la que vivimos hoy en día en la cual con un simple clic podemos conocer mucha información de la persona con la cual contratamos. Por lo cual es difícil que por más que una persona considere que no volverá a realizar un contrato con la otra parte, se exponga de manera en esto dañe su reputación, ya que al vivir en sociedad, siempre necesitaremos del otro para satisfacer nuestras necesidades y generar así el intercambio.
Así, vemos con en realidad la conducta de las personas tiende a la cooperación muta, para lograr el beneficio común. Desde este punto de vista, como nos enseña el autor, es mucho más fácil comprenderlo.
Este articulo me remite al capitulo 6 del libro, aquel que trata sobre el «dilema del prisionero» , donde se establece que los juegos repetidos se eja de lado la estrategia dominante de traicionar.
Respondiendo un poco lo que pregunta el articulo, con respecto al por que cumpli con los contratos; se relaciona y tiene mucho que ver con la evolucion del ser y muy bien lo fundamente Rowthor, donde dice que la gente no thace referencia a la parte material del contrato, sino que al final termina haciendo lo que la mayoria hace.
En relación con la «teoría de los juegos», Anthony de Jasay plantea el problema del “dilema del contrato”, que en concordancia con el famoso “dilema del prisionero” nos trae el problema de si es posible la cooperación voluntaria entre los hombres.
En el “dilema del prisionero”, se trata de un juego de una sola vez, de situaciones terminales, donde la estrategia dominante es traicionar y existe un incentivo para ser free riders del esfuerzo de los demás, pero la realidad nos muestra situaciones de relaciones continuas, en la que el dilema se vuelve un juego repetido, y que a diferencia de los simples, los contratos de entregas repetidas no obedecen a la lógica del dilema del prisionero. Es decir que frente a un continuo contacto conviene cooperar, porque es más beneficioso para ambas partes, pero este incentivo podría desaparecer si se conoce el momento en que el juego termina, es el caso de los juegos finitos, principal interrogante que se plantea en el “dilema del contrato”.
Entonces ante la pregunta dada, por qué hacer alguien cumpliría con su parte del contrato si la otra parte ya lo ha hecho, debe entenderse que hay varios factores que influyen en la decisión de una persona entre ellas esta no solo la probabilidad de encontrarme con el otro jugador en el futuro y enfrentarme a su reacción sino que, debo analizar las consecuencias de mis actos frente al resto de la sociedad, quienes de seguro rechazaran interactuar con quien engaño, esto es o debería ser un incentivo más fuerte que el de traicionar, es razonar que es más conveniente a largo plazo. Es decir, si tiene más valor beneficiarme en ese momento por traicionar, entendiendo también que de seguro será repudiado por mi actitud agoista o acatar mi compromiso dando una mayor valoración a las relaciones con los demás, en consideración que el cumplimiento conlleva una mejor recompensa que el incumplimiento.
Por otro lado encontramos aspectos tales como los valores morales y culturales, el respeto al otro, el valor dada a la palabra, los que hacen obligatorio el cumplimiento del contrato
Pero la vida cotidiana nos muestra que ni la moralidad ni la preocupación del que dirán influyen o desalientan muchas veces para no romper con un compromiso asumido, prefiriéndose el beneficio inmediato.
Las personas interactúan e intercambian constantemente, razón por la cual se da (más de lo que se cree) una tendencia a actuar con lealtad, honestidad y probidad, una tendencia a «cooperar», con el fin de formarse un prestigio y generar confianza en las contra-partes. Es decir, crear expectativas de nuevos intercambios: aquellos con los que intercambiaron, tendrán un incentivo para volver a hacerlo en el futuro, y también distribuirán esa información entre sus pares. Las situaciones de intercambios únicos (en los cuales podría darse una tendencia a «traicionar») no son comunes en la realidad; pero incluso si se diese el caso del Viajero de Paso, es muy probable que, si el comerciante actúa deshonestamente, el viajero divulgue esa información en su círculo social y en el pueblo o lugar donde actúa el comerciante, y si esa información trasciende es probable que genere desconfianza en los actuales clientes del comerciante.
Por lo tanto, el beneficio obtenido por cooperar es mayor al obtenido por traicionar. Así, la tendencia dominante, en realidad, consiste en cooperar, y podemos ver cómo la Mano Invisible de Adam Smith se confirma nuevamente.
En «El dilema del prisionero» de Avinah Dixit y Barry Nalebuff se plantea que la teoría de los juegos intenta estudiar las acciones humanas en sociedad: esto es cuando existe interdependencia y tanto las acciones que algunos realicen como los resultados que se obtengan de ellas dependen de las acciones de otros. Por esa razón se la asocia normalmente con la estrategia tratando de determinar cuales son las acciones que los «jugadores» seguirían para asegurarse los mejores resultados posibles.
El «dilema del prisionero» plantea una situación ya conocida por nosotros de la cual se desprende que la confesión (traición) es la estrategia dominante para cada uno de los sospechosos. Pues bien, se cree que el «otro» va a actuar en beneficio propio, lo que motiva a traicionar y no a cooperar. Al mismo tiempo se infiere tomando en cuenta el tiempo de la condena, que hubiese sido menos pernicioso para ambos sospechosos que ambos hubiesen optado por guardar silencio ( cooperar) ya que la pena que se les impondría a cada uno sería sólo d un año y no de tres como la que obtendrían al traicionarse.
Dicho esto cabe preguntarnos si es posible la cooperación, si aún ante la existencia de tentadores incentivos para «jugar sucio» se puede cooperar y/o mantener la cooperación. Pues sí, se puede, y si surge el interrogante de como se lo hace, la respuesta nos viene dada con las repeticiones del juego: en la realidad, rara vez, los juegos van a ser de una sola vez.
El artículo en cuestión, nos muestra el contenido del artículo de Dixit y Nalebuff. Traición como estrategia dominante, desconfianza, incentivos a hacer trampa, una situación lúgubre, un resultado adverso para ambas partes o por lo menos subóptimo. Puntualmente lo que se busca analizar es la motivación que tienen las personas para cumplir con los contratos celebrados o las promesas realizadas aún ante el temor o la desconfianza de que el otro sujeto del contrato no lo haga o ante la posibilidad de que merodee por sus cabezas la chance de beneficiarse aún sin haber sido sujeto activo en la producción de dicho beneficio.
Esta motivación se explica a través de los juegos repetidos.
Contratamos habitualmente, en diferentes sitios, con diferentes sujetos. ¿No existen chances de volvernos a topar con la misma persona con la que contratamos anteriormente?. Altas son las posibilidades de que esto ocurra,. ¿ No nos importa traicionar?. ¿O deberíamos evaluarlo?. Las consecuencias de incumplir un contrato y las de toparme con el acreedor que vio menoscabado su crédito son una variable a tener en cuenta. Y ¿acaso no es importante la confianza que otros tengan en mí, confianza que no sólo se resume al otro sujeto del contrato sino a terceros ajenos al mismo pero que paralelamente o a futuro pueden llegar a interactuar conmigo en un marco contractual?. Sin lugar a dudas, la confianza que otros tengan en mí accionar, el prestigio que pueda ir «construyéndome» estará moldeado por mis acciones a la hora de cumplir con mis deberes y obligaciones.
Como dije en líneas anteriores, en el día a día, difícilmente nos hallemos frente a juegos de única vez, por el contrario, debemos ser conscientes de que interactuamos constantemente en sociedad, y los costos de traicionar hoy a alguien pueden ser altos mañana , cuando no sabemos si nos volveremos a topar con quien hemos traicionado. Esto justamente conlleva a que antes de traicionar evaluemos si esto realmente es lo que más nos conviene.
En cuanto a la pregunta que plantea el autor sobre el contrato social, “¿Por qué tendrían incentivos para cumplir el último?”, pues bien, yo creo que cooperando los resultados van a ser siempre mejores, no sólo para quienes cooperan directamente sino para una sociedad toda en donde las acciones de todos, en menos o mayor medida repercuten en las de los otros.
Y me animo a decir que el planteo de Kahan de descabellado no tiene nada, promover la confianza es fundamental y ver a otro actuar también determina como lo haremos nosotros, ya sea para bien o para mal.
El tema que trata este articulo es aplicable a la «Teoria de los Juegos» y el Dilema del prisionero, que hemos visto en clase. Basicamente lo que se plantea es que los individuos, en su afan de conseguir un beneficio personal, generalmente tienden a «traicionar» a la contraparte, porque esto les proporciona mayores y mejores resultados o ventajas, al menos al corto plazo. Esto únicamente seria posible si se tratase de una única relación o intercambio, pero la realidad que rige los mercados muestra algo totalmente diferente. Como hemos visto, el mercado no es algo estático, inamovible, sino que por el contrario es dinámico y se encuentra en constante movimiento. De esta manera, los individuos se relacionan constantemente y de manera continuada con los demás, en busca de satisfacer la mayor cantidad de necesidades a partir del intercambio. Expuesto esto, claramente no seria muy conveniente el traicionar (no cumplir con mi parte del contrato) al otro, ya que esto probablemente y a pesar de que las ventajas sean mas importantes al corto plazo, traería consecuencias perjudiciales mas adelante. Sostengo esto porque como mencionaron anteriormente, hay cosas mas importantes en juego tales como la reputación. Si uno no cumple con su parte del contrato o lo hace pero de forma ineficiente o inacabada, posiblemente en un futuro el resto de los individuos no tenga interés en contratar conmigo, ya que no obtendrían ningún beneficio en contratar con alguien que incumple con sus obligaciones.
Por esto sostengo la importancia de desempeñarse con diligencia y buena fe, ya que esto probablemente influya mucho en un futuro, y en nuestra manera de relacionarnos.
Para analizar el artículo en cuestión tenemos que tener en cuenta la teoría de los juegos, la cual intenta estudiar la interdependencia de las acciones de los individuos en tanto que las acciones que unos realicen como sus resultados, va a depender de las acciones que realicen otros. Dentro de esta teoría, encontramos “ el dilema del prisionero” que nos demuestra que en una situación en la cual dos hombre están en busca de su propios interés ( no caer en prisión) se ven guiados por una mano invisible a un resultado adverso para ambos: cada uno de ellos entiende que la única solución posible es traicionar al otro para poder lograr su interés personal y esto se da en el contexto de que se trata de una única situación, una única jugada, en donde la estrategia dominante es la traición… Podemos relacionar lo dicho sobre el “dilema del prisionero” a los hechos planteados en el artículo respecto del accionar del turista (viajero de paso), el cual se va sin dejar propina. El viajante actúa de esa manera persuadido de que esa será la última vez que vea al mozo ( recordemos que está de paso) y que si algún día volviera a dicho restaurant nadie se acordaría que se fue sin dejar propina ni tampoco él de quien fue la persona que lo atendió. Ahora bien, distinta sería la situación si nuestro viajero se relacionara de forma continua con el mozo. El contacto y la interrelación en forma constante harán que ambos dirijan su accionar hacia la cooperación. Pero no solo es necesario la repetición para que se vean incentivados a cooperar mutuamente, sino se podría caer en “la paradoja de la cadena de negocios”, esta es cuando ambos jugadores ( en términos dela teoría del juego) supieran la cantidad fija de jugadas, lo que los llevaría a cooperar hasta llegar a la ante última jugada en donde uno terminaría traicionando y de esa forma sacando mayor ventaja. Por lo cual, la cooperación se obtiene no solo con la repetición sino también cuando no es conocido la cantidad de veces que se relacionará con la otra parte, porque así se evitaría de caer en lo que se conoce como “el ojo por ojo”, ya que si uno traiciona en la próxima jugada seguramente reciba lo mismo de su contrincante en la próxima. Además, hay q tener en cuenta que los individuos están inserto en una sociedad, es decir, que también se vinculan con terceros ajenos a la relación contractual, y por lo cual les importa cuidar de tener una buena reputación, que es lo que se encuentra en juego a la hora de incumplir con un contrato u obligación ( traicionar)…
La Teoría de Juegos es utilizada por la economía para demostrar que en el éxito de un emprendimiento, no solo cuentan nuestras decisiones sino que tienen especial relevancia las decisiones que puedan tomar los demás. Y más aún, mis propias decisiones se hallarán condicionadas a lo que yo crea que serán las decisiones del resto. Y tal como lo va desarrollando la publicación del autor, comienza a ser relevante no solo como dije, que mis decisiones se condicionarán a lo que yo piense que hará el resto sino que también voy a pensar que ellos actuaran a su vez, pensando en lo que creen que yo voy a hacer.
Es decir, esta teoría intenta explicar el comportamiento y la interacción de los diversos agentes de un mercado, así como los incentivos que llevan a éstos a realizar sus procesos de decisión. No es un modelo exclusivo de la economía, toda vez que el objetivo es acertar con la estrategia y adelantarse y prever la estrategia del otro; por lo que es utilizado en otras ciencias y hasta en algunos juegos de azar.
En el Dilema del prisionero se analizan los incentivos que tienen dos presos encarcelados por un delito menor para delatar al otro a fin de verse cada uno individualmente, en la mejor situación o liberarse de la misma. La conclusión que explica este ejercicio, es que el pensamiento lógico por separado de cada prisionero hace que al final cada uno tome por separado la decisión que es mejor para él individualmente y no la que sería la mejor decisión para el bien común.
La situación alcanzada finalmente es un «equilibrio de Nash»: situación en la que cada jugador individual no gana nada modificando su estrategia mientras que los otros mantengan las suyas.
Por último preguntaría, en lo cotidiano, en las relaciones de toda la comunidad, cual es el fenómeno que a la mayoría de la sociedad, nos hace respetar el “contrato social”?, un deber moral? En verdad pensamos en el bien común? Nuestra propia búsqueda de paz y seguridad? En lo personal concuerdo con Hobbes que será la misma sociedad la que castigue a quien lo quebrante; aunque tarde en llegar ese castigo, al final llegará.
Cuando se habla de la teoría de los juegos y específicamente a juegos que no se prolongan infinitamente, existe una clara tendencia a traicionar al otro jugador. Es decir, no hay una actitud de cooperación; caso contrario de aquellas jugadas infinitas en las que sí se incentiva esta actitud. Respecto a los contratos, a mi parecer, dependiendo del tipo de contratación que se efectúe, puede que la persona esté más incentivada a cumplirlos o no. Volviendo a citar a Hobbes, al desarrollar su concepción de contrato social y la motivación del hombre a formar parte del mismo; menciona la figura del «Soberano». El mismo consiste en un poder visible constituido, que infunde temor a quienes se encuentren bajo su esfera. Mi punto es que al existir esta figura, el incentivo a traicionar será mucho menor por miedo a que se le infunda un castigo por su incumplimiento; en cambio, la tendencia a traicionar será mucho mayor en aquellos aspectos en los que el poder del Soberano no logra inmiscuirse.
Al analizar el interrogante de por qué cumplir con las promesas y contratos, se plantea una situación en la que está en juego la posibilidad de cooperar o no.
La estrategia a seguir es distinta si se trata de un juego de una sola vez o de juegos repetidos, donde existe la perspectiva de relaciones futuras con la parte traicionada.
En este último marco la parte que traiciona no solo tendría que tener en cuenta el impacto de su decisión sobre la reacción futura del otro jugador sino también sobre terceros, ya que su reputación estaría en juego; y dado que en los intercambios de la vida real los jugadores se eligen aquel que no tenga una reputación de cumplir sus compromisos no lograría realizar intercambios.
Al plantearse si puede existir la cooperación en situaciones donde cada individuo tiene u incentivo para ser egoísta surge la estrategia TIT FOR TAT por la cual cualquier conducta cooperativa para que evolucione y sea la dominante debe cumplir con los requisitos de viabilidad inicial, robustez y estabilidad.
También los contratos repetidos sirven para resolver problemas por la asimetría de la información ya que de lo contrario ésta impediría la culminación de intercambios.
Si se juega repetidamente se ofrece a cada jugador la oportunidad de castigar al otro jugador por la no cooperación en juegos anteriores. El incentivo para defraudar puede ser superado por la amenaza del castigo.
Si la transacción se realiza en una ciudad grande, donde la información será de difícil difusión el jugador puede traicionar en el último contrato buscando su propio beneficio. En cambio si se trata de un pueblo donde todos se conocen, el jugador tendría que pensar en las consecuencias que le traería. Es decir, el que traiciona en una jugada perderá el prestigio y le será difícil que otros jugadores le tengan confianza una vez que se ha perdido dicha institución.
A pesar que la estrategia predominante es la de traicionar, las estrategias que priorizan la cooperación obtienen mejores resultados. Y cuál será la estrategia que el jugador elija dependerá del resultado que busque.
El objetivo es realizar la estrategia óptima previendo a la estrategia del resto.
La conclusión a la que se llega es que la cooperación tiende a ser la estrategia elegida cuando el juego tiene infinitas partidas.
La clave reside en que el dilema de los juegos con el dilema del prisionero la traicion es aplicable cuando es una unica interaccion donde las partes en caso de traicionar no habra una condena porque es una unica interaccion. Por eso la estrategia dominante es la traicion.
Sin embargo, cuando se trata de una sociedad, donde hay interacciones permanentes y uno desconoce cuando puede volver a interactuar con esa persona, la estrategia dominante es la cooperacion. Esto es asi, poque un elemneto fundamental es el prestigio que tiene cada uno a la hora de intercambiar con el otro. Esta cooperacion debe ser incorporada al derecho positivo y plasmarse en instituciones a diferencia de la traicion que genera free riders que deben ser castigados por normas que son las consecuencias por su mal actuar en sociedad.
La pregunta del título del presente artículo, ¿por qué cumplir con los contratos y promesas?, nos lleva a analizar la teoría de los juegos. Hemos visto que en el dilema del prisionero, la estrategia dominante era traicionar. ¿Por qué? Porque al ignorar la estrategia de la otra parte (cooperar o traicionar), y ser un juego de una única vez, seguramente optará por traicionar, sospechando que el otro prisionero lo hará también, para obtener más ventajas para sí mismo, y para obtener su libertad en el caso que el otro participante decida cooperar. Sin embargo, cuando las jugadas son repetidas y no sabemos cuál jugada será la última, la estrategia dominante será cooperar. Jasay plantea entonces, ¿por qué una persona va a cumplir su parte en el contrato cuando la otra parte ya cumplió la suya? ¿Cuál sería el incentivo para cumplir con la última parte del contrato?. Es decir, para cumplir con la última jugada. Para ejemplificar esta situación, se refiere al Teorema del viajero de paso. En el mismo, una parte es un viajero de paso, y ninguna de las partes tiene mucho incentivo para cumplir, porque no tiene mucho que arriesgar. El viajero que llega al destino exótico, como lo engañan (o traicionan) al venderle objetos falsos, cobrarle un precio excesivo y atenderlo mal, decide no dejar propina. Decide traicionar también. En ese caso, aún cuando actualmente otros viajeros podrían enterarse a través de internet de esta situación, no creo sea motivo suficiente para suspender el viaje a la isla, aunque sí podría servir a los futuros viajeros para estar alertas y evitar esos problemas o engaños. Sin embargo, en la mayoría de los contratos o promesas, es importante también el tema de la confianza y la reputación. Entonces volviendo al ejemplo del viajero, no creo que beneficie a ninguna de las partes la falta de cooperación. El mozo, preferirá seguramente tratar bien al cliente, pues eso le puede traer más beneficios (por ejemplo más propina), y no hacerlo, en cambio, lo puede perjudicar (el cliente podría quejarse en el momento, y el mozo ser sancionado o despedido). El viajero, pese a que lo más probable es que no vuelva a ese destino exótico, si se siente a gusto seguramente dejará propina. Y esto es así, porque a veces no solo se trata de maximizar el beneficio para uno mismo, sino que existen costumbres y valores que la mayoría de las personas conocen y respetan. En la generalidad de los casos, sucede que no sabemos cuándo volveremos a realizar una transacción con la misma persona, y esto se transforma en un incentivo para cumplir, porque también está en juego nuestra reputación y credibilidad. Pero aún sabiéndolo, traicionar a la otra parte (no cumplir) podría perjudicar no solo posibles contratos futuros con la contraparte, sino con terceros ajenos a esa relación contractual. Además hay que tener en cuenta que en el caso de los contratos, existen consecuencias frente al incumplimiento, pues la ley establece la fuerza obligatoria de los contratos. Quizás, de no existir esta tutela legal, más personas se verían tentadas a no cooperar. Pero aún así, el tema de la confianza, y en sociedades más pequeñas, el conocimiento de la contraparte y de su reputación se torna fundamental a la hora de decidir cumplir con la última jugada (es decir, cuando la otra parte ya cumplió).
Este artículo me lleva a reflexionar sobre la importancia de la reputación. En el caso del viajero que viene por única vez, los comerciantes y las personas que interactuan con él deben tratarlo correctamente para que dé buenas referencias a otros viajeros. Si se va disconforme, el viajero difamará a todas las personas que lo estafaron o que lo engañaron. En cambio, si se va conforme dirá que fue tratado correctamente, o no dirá nada pero no va a quitarle reputación al lugar. De esta manera se generará confianza y habrá más transacciones, obteniendo beneficios para todos los que contraten. De otra forma, no habrá intercambios y no se desarrollará la actividad económica. Por lo tanto, considero que es muy importante generar confianza y cuidar la reputación, sin aprovacharse de la circunstancia de que sea un contrato de única vez.
Este articulo plantea porque cumplir con las promesas de un contrato si la otra parte puede llegar a no cumplir. Esto se relaciona con la teoría de los juegos,el dilema del prisionero, donde la mejor opción era traicionar para poder obtener un beneficio propio.Pero esta mejor opción seria en un acto único en una sola jugada.En cuanto incorporamos múltiples jugadas la mejor opción de incentivo seria cooperar y no traicionar para poder asi generar confianza y beneficios. La clave entonces en una sociedad donde permanentemente contratan con diferentes personas va a ser cooperar y generar confianza así es como la buena reputación de las personas crece y genera buenos incentivos a la hora de contratar.
El articulo claramente se relaciona con la “Teoria de los Juegos”. En el dilema del prisionero la estrategia dominante es traicionar cuando las interacciones son por única vez. Esto hace que el resultado colectivo sea negativo para ambos contratantes.
Sin embargo, con el desarrollo de la tecnología y los medios de comunicación creo que esta situación se atenúa. Actualmente la rapidez con la que se trasmite la información hace que las personas tiendan a cooperar, ya que sus comportamientos anteriores influyen en la formación de su reputación o prestigio que puede determinar el éxito o el fracaso en el mercado. Así, el incentivo para defraudar puede ser superado por la amenaza del castigo, lo que conduce a un resultado cooperativo.
Coincido con los comentarios anteriores, en cuanto a la relación del artículo con La teoría de los juegos y El dilema del prisionero.
A través de la Teoría de los juegos, se explica que en la búsqueda del éxito además de nuestras propias decisiones tienen una especial relevancia las decisiones que toman los demás. Es precisamente lo que estudia dicha teoría, el comportamiento y la interacción de los distintos agentes, así como los incentivos que nos llevan a realizar nuestros procesos de decisión. Lo relevante es tomar una vía de actuación teniendo en cuenta lo que pensamos que harán los demás, sabiendo que ellos actuarán a su vez pensando en lo que creen que nosotros haremos. El objetivo es dar con la estrategia óptima adelantándose y previendo a la estrategia del resto (¿por qué cumplir con un «ultimo contrato», si no se a ciencia cierta si el otro cumplirá?).
Al igual que en El dilema del prisionero, el pensamiento lógico por separado del viajero y del personal del puerto es que cada uno tome la decisión que es mejor para él individualmente y no la que seria mejor para el bien común. Cada uno intento elegir de manera independiente la mejor alternativa a seguir, teniendo en cuenta que seria un «ultimo contrato», terminando en una posición peor que la que hubieran alcanzado si hubiesen cooperado desde un principio.
Ya planteaba Hobbes en El Leviatan el problema del dilema del prisionero. Todos los individuos se comportan de forma similar de modo que a uno sólo no le conviene cambiar su forma de actuación porque ello mas bien que disponerse a la paz significaría ofrecerse a si mismo como presa. En este caso, no cumplir con un contrato o promesa, significaría perder la confianza, la reputación.
El resultado más beneficioso en general seria que todos respetasen una serie de principios sociales. La solución que ofrece Hobbes es un pacto o contrato social. Cada individuo se compromete a respetar, pero con la condición de que todos los demás también lo respeten. Hobbes considera que son los principios morales los que conducen a esta solución.