El paternalismo de la «salud pública» termina justificándose en la difusa idea de la «justicia social»

En la revista Regulation, del Cato Insitute, Pierre Lemieux escribe un muy interesante artículo sobre la “salud pública” y cómo ha cambiado, desde un comienzo en el cual supuestamente proveía solamente ‘bienes públicos’, a una agenda política que busca imponer ciertas preferencias a la gente. El artículo original, aquí: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2015/9/regulation-v38n3-4.pdf

Van algunos párrafos:

Paternalismo

Una línea relacionada de ataque sobre las preferencias y opciones individuales es que algunas personas tienen mejor conocimiento de la salud que otros. Si los consumidores no saben lo que es bueno para ellos, alguien que «sabe mejor» debe decidir en su lugar. Este enfoque es llamado paternalismo y sirve para justificar las intervenciones coercitivas.

Pero, ¿quiénes son estos paternalistas sabios que saben mejor que el individuo cómo maximizar su bienestar? El Historiador británico del siglo XIX Thomas Macaulay describió el problema: “Y decir que la sociedad debería regirse por la opinión de los más sabios y mejores, aunque es cierto, es inútil. ¿Quién decidirá quiénes son los más sabios y mejores?”

En la práctica, activistas y expertos en salud pública se asemejan a los reyes filósofos de Platón. Reinan, subvencionados, en universidades e instituciones de salud del gobierno, aparentemente sabiendo lo que es bueno para la sociedad y dispuestos a imponerlo por la fuerza. Expertos en salud pública niegan esto y afirman que son meramente quienes aplican lo que la sociedad quiere. Turnock habla del valor de actividades de salud pública «en los ojos de la sociedad.» El Instituto de de Medicina define la salud pública como «lo que nosotros, como sociedad, hacemos colectivamente para asegurar las condiciones en las que personas pueden ser saludables.»

Abhay Indrayan, ahora retirado profesor de Bioestadística en la Universidad de ciencias médicas de Delhi, invoca tales preferencias sociales:

“Si tienes recursos para salvar solamente una vida, ¿elegiría a alguien con 25 o con 70 años de edad? Ha sido observado que la mayoría de las sociedades valora la vida entre 15 a 40 años más que la edad más joven o más viejo. Tenga en cuenta que estamos hablando de preferencias sociales y no de opciones individuales.”

Esta mención a la preferencia es un disparate científico, más allá de sus preocupantes implicaciones políticas. Un resultado bien conocido de la teoría de elección social y economía del bienestar es que simplemente las «preferencias sociales» no existen si, por esto, nos referimos a una democrática y coherente agregación de todas las preferencias individuales. El término «sociales», que no tiene ningún significado científico comprobable, puede ser simplemente un término para evitar la metodología científica utilizada por economistas de bienestar en el debate sobre el bienestar social y las preferencias sociales. Anteriormente en estas páginas (verano 2003), expliqué que las llamadas «preferencias sociales» son incompatibles (como vemos a menudo en los resultados electorales) o dictatoriales en el sentido que algunas personas buscan imponer sus preferencias a los demás.

 La noción contradictoria que los estúpidos consumidores también son sabios votantes que eligen a los políticos iluminados que contratan filósofos reyes paternalistas para dirigir la sanidad pública puede explicar por qué la justicia social debe venir al rescate. La justicia social determinará lo que sucede en salud pública, cómo deben ser la compensaciones, qué estado  «físico, mental y social bienestar» debe ser favorecido, y quién va a pagar por ello. Pero tenga en cuenta que sólo hemos retrocedido al círculo de los Reyes filósofos, ya que la justicia social es un concepto filosófico (y económico) complejo al que sólo pueden dar contenido los filósofos, que han debatido esto durante siglos.

La justicia social es un espejismo que nunca puede ser alcanzado porque siempre encontrará algunas personas que no obtienen lo suficiente de él, y la solución será más justicia social. (Véase Friedrich Hayek y Anthony de Jasay sobre este tema.) En el campo de la salud pública, los valores o preferencias utilizados serán los de los expertos a cargo o sus amos políticos. (En este contexto, los valores son simplemente preferencias sobre estados de la sociedad recomendados).

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