Hay dos caminos para la cooperación social, con incentivos positivos o negativos. Los primeros son los beneficios de la cooperación y los segundos son los castigos por no hacerlo. ¿Cuál de ellos es mejor? Es lo que trata este paper titulado “Learning to cooperate in the shadow of the law”. Journal of the Economic Science Association, por Roberto Galbiati (ECON – Département d’économie (Sciences Po) – Sciences Po – Sciences Po – CNRS – Centre National de la Recherche Scientifique); Emeric Henry (Institut d’Études Politiques [IEP] – Paris) y Nicolas Jacquemet (PSE – Paris School of Economics – UP1 – Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne.: https://hal.science/hal-04511257/document
“La aplicación formal de castigos a los desertores puede sostener la cooperación cambiando los incentivos. En este artículo presentamos un segundo efecto de la aplicación de la ley: también puede afectar la capacidad de aprender sobre la cooperación del grupo. De hecho, en contextos con una aplicación estricta, es difícil para distinguir a aquellos que cooperan debido a la amenaza de multas de aquellos que son tipos intrínsecamente cooperativos. Siempre que un grupo sea intrínsecamente cooperativo, la aplicación de la ley tiene un efecto dinámico negativo sobre la cooperación porque ralentiza el aprendizaje sobre valores en el grupo que ocurrirían bajo una aplicación más débil. Ofrecemos teoría y evidencia experimental que respalda este mecanismo. Utilizando un experimento de laboratorio con interacciones independientes y reemparejamiento aleatorio, observamos que, en las primeras interacciones, haber enfrentado un entorno con multas en el pasado disminuye la cooperación actual. Mostramos además que esto resulta de la interacción entre la aplicación y el aprendizaje: el efecto de haber cumplido socios cooperativos tiene un efecto más fuerte en la cooperación actual cuando esto sucedió en un ambiente sin aplicación de la ley. Sustitución de una señal de desviación sin multa por una señal de cooperación sin multa en el historial de un jugador aumenta la cooperación actual en un 10%; mientras sustituirlo por una señal de cooperación con una multa aumenta la cooperación actual sólo en un 5%.”
Dos comentarios:
1) A partir de la evidencia de influencia negativa en la cooperación futura por parte de la presencia de leyes con penas, podría pensarse que las leyes entonces deberían concentrarse en proveer herramientas e instancias para resolver disputas que puedan surgir de la interacción entre las partes. También, abre la posibilidad a que estas herramientas e instancias puedan ser ofrecidas por privados.
2) Pensando en juegos de cooperación con gran cantidad de integrantes, el mayor costo que se tendría para cooperar sería el de información (acerca de beneficio de cooperar, conducta requerida, o beneficio de desvío, y conducta realizada). Esto es más relevante incluso en un juego repetido en donde los participantes pueden ingresar o retirarse libremente. Recordemos que, en un mercado con gran cantidad de oferentes, y sin poder de mercado, la colusion es impracticable. Por lo tanto, el rol que cumple la ley en la actualidad puede ser tomado como un servicio para informar costos individuales (multas) por generar costos sociales (no solo daño a las víctimas, sino también aumento de riesgo al resto de la sociedad en caso de que no se desincentive lo suficiente la mala conducta). Nota: quizás los daños emocionales sean un estimador eficiente de los costos sociales por aumento de riesgo?