Ya hemos mencionado en estas páginas, en más de una oportunidad, el debate sobre la causa de la inflación. He visto en estos días una opinión y un dato que dan mucha claridad a esta discusión. La opinión es del vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y presidente de la Coordinadora de Empresas de Industrias Alimenticias (COPAL), Daniel Funes de Rioja. El dato es del economista José Luis Espert.
Primero la entrevista: http://www.lanacion.com.ar/1692137-daniel-funes-de-rioja-el-gobierno-debe-intervenir-mas-fuerte-en-las-paritarias
“-Usted es titular de Copal, Coordinadora de Empresas de Industrias Alimenticias. Déjeme provocarlo: «Funes de Rioja pertenece al club de los formadores de precios».
-(Imperturbable) No es cierto. La industria de alimentos y bebidas no forma precios. Hay muchos componentes que están arriba en la cadena. Hay que ver el impacto de la materia prima, la logística, los impuestos, los salarios…
-Graciela Bevacqua, ex Indec, dice que los alimentos subieron más del 50% en 12 meses.
-Bueno, hay factores que perturban. Cae piedra o granizo sobre el tomate, y subió el tomate. Entonces, cuidado con las simplificaciones. Me parece que esto es como decir quién tiene la culpa de la inflación. Y yo contestaría «Fuenteovejuna, señor».
-Pero Fuenteovejuna es todos y es nadie. En este juego del Gran Bonete, nadie es culpable de la inflación. El Gobierno no se hace cargo, los empresarios tampoco…
-Sí, pero son todos los eslabones de la cadena.Desde la política macro hacia los costos energéticos o de la logística.”
Dada la primer pregunta, parece que la teoría que Funes de Rioja presenta es la de “inflación de costos”, esto es, que lo que genera el aumento de los precios es el aumento de los costos. Esta idea se refuerza en el comentario final cuando señala que “son todos los eslabones de la cadena”, y, ¿tal vez en un gesto de diplomacia?, engloba tanto a los costos (energéticos, de logística), con la política macro.
Pero, ¿acaso los costos no son precios también? Solo que no son precios de bienes de consumo sino precios de bienes intermedios, material primas, mano de obra. ¿Qué es lo que hace que esos precios aumenten entonces? ¿Cómo es la relación entre la política macro y los costos/precios?
Bueno, la entrevista sigue por otros temas y no trata este punto que es central. ¿Por qué aumentan los costos? ¿Hay algún villano al final de las cadenas, que tal como un maremoto genera una sacudida que luego se transmite por kilómetros hasta llegar a los precios de consumo?
José Luis Espert señala cuál es esa causa última con un dato tan claro como contundente. En una nota muy escueta señala:
“Enero de 1943-Marzo de 2013 (70 años) = 831 meses = 831 datos.
Emisión monetaria promedio mensual (cualquier definición de dinero que tomes) = 3.97%.
Inflación = 3.96%
Devaluación = 3.65%.
Emisión=inflación=devaluación.
O sea, a la larga, inflarás y devaluarás lo que emitas de dinero”.
Correlacionar dos variables no demuestra causalidad. Para eso hace falta una teoría. Esa teoría está implícita en la nota de Espert, ha sido ya presentada y comentada en este blog o, para ir a sus comienzos, por David Hume hace más de 250 años.
Esta muy buena la entrevista. A mi me parece que no es que la culpa no es de nadie porque se van pasando la bola, aca la culpa es del gobierno y no del gobierno en general, la culpa es de la presidente. No es muy complejo el tema, el presidente manda en el país es el administrador general, decide por todas las políticas que se llevan a cabo. No es que la culpa es de todos o no es de nadie, no. A la inflación se llega por políticas erróneas, por hacer mal las cosas. Y esas políticas son decisiones tomadas por el presidente de la republica.
Con respecto a la entrevista hay dos cuestiones que me llaman la atención.
La primera con respecto al ejemplo del aumento del precio del tomate: puede haber aumentos estacionarios en algunos productos, pero se da solo ante la escasez de ese producto. De hecho todos los años ocurren aumentos de este tipo y luego se vuelven a estabilizar, pero la inflación generalizada en los alimentos no se debe a un problema en la producción. Estamos acostumbrados a ir al supermercado y ver que con 100 pesos cada vez se compra menos. Los precios de los alimentos de la canasta básica aumentan constantemente pero nunca bajan, entonces no se trata de una simplificación.
La segunda cuestión es sobre la negación de Funes de Rioja acerca de que «la industria de alimentos y bebidas no forma precios». Un claro ejemplo de esto podrían ser las empresas lácteas «La Serenísima» y «Sancor» que son líderes en el mercado, e imponen a los consumidores el precio de este bien. Son formadoras de precios. Las restantes empresas no tienen más opción para poder competir en el mercado que poner sus productos a un precio inferior al que imponen estas marcas.
Nosotros como consumidores podemos ser «tomadores de precios», porque podemos optar entre comprarlo o no, pero hay productos que no podemos dejar de comprar y tenemos que adaptarnos a los aumentos de los mismos.
Dejo el link de un artículo que tiene relación con las empresas formadoras de precios:
http://www.elojodigital.com/contenido/9375-los-monopolios-los-kirchner-y-la-corte-suprema-de-justicia-mentiras-repetidas-hasta-e