John Stuart Mill sobre el impacto del consumo en la producción. El impulso por el lado de la oferta

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA  vemos la famosa y maltratada “Ley de Say”. Además de leer al autor original, vemos al clásico del siglo XIX, John Stuart Mill, sobre el impacto del consumo en la producción. Así comienza:

“Antes del surgimiento de aquellos grandes autores cuyos descubrimientos han dado a la política económica su actual carácter relativamente científico, las ideas sostenidas universalmente tanto por los teóricos como por los hombres prácticos acerca de las causas de la riqueza nacional tuvieron su fundamento en ciertos puntos de vista generales que en la actualidad casi todos aquellos que se han dedicado a investigar el tema consideran, con justicia, completamente erróneos.

Entre los errores más perjudiciales en cuanto a sus consecuencias directas y que contribuyeron en mayor medida a que no se lograra una concepción adecuada de los objetivos de la ciencia, o de la prueba aplicable a la solución de los interrogantes que plantea, figuraba la gran importancia atribuida al consumo. Crear consumidores era el fin principal de la legislación en materia de riqueza nacional, de acuerdo con la opinión generalizada. Un gran y rápido consumo era lo que los productores de todas las clases y categorías deseaban para enriquecerse a sí mismos y enriquecer al país. Este objetivo, bajo las distintas denominaciones de una gran demanda, una circulación activa, un gran gasto de dinero y a veces totidem verbis un gran consumo se consideró como la condición fundamental para la prosperidad.

En el estado actual de la ciencia, no es necesario debatir esta doctrina en su forma y aplicación más absurda. Ya no se sostiene la utilidad de un gran gasto gubernamental con el objeto de fomentar la industria. En la actualidad no se piensa que los impuestos son «como el rocío que vuelve en forma de lluvia fecunda». Ya no se considera que se beneficia al productor, al tomar su dinero, siempre que se le devuelva a cambio de sus bienes. No hay nada que impresione más a una persona reflexiva, con un profundo sentido de la superficialidad de los razonamientos políticos de los dos últimos siglos, que la favorable acogida general otorgada hace tanto tiempo a una doctrina que, si es que prueba algo, prueba que la gente más se enriquece cuanto más se toma de sus bolsillos para gastar en los placeres propios; que el hombre que roba dinero de un negocio, siempre que lo gaste nuevamente en el mismo negocio, es un benefactor del comerciante a quien le roba y que la misma operación, repetida con suficiente frecuencia, originaría la fortuna del comerciante.

En oposición a estos evidentes absurdos, los economistas políticos establecieron triunfalmente que el consumo nunca necesita incentivo. Todo lo que se produce ya está consumido, sea con el fin de la reproducción o del goce. La persona que ahorra sus ingresos no es menos consumidora que aquella que los gasta: los consume de manera diferente; el ingreso proporciona alimentos y vestimenta para ser consumidos, herramientas y materiales que serán utilizados por los trabajadores productivos. Por lo tanto, hay consumo hasta el punto máximo admitido por el monto de producción. Pero de las dos clases de consumo, reproductivo e improductivo, el primero incrementa la riqueza nacional mientras que el segundo la perjudica. Lo que se consume por el mero goce, desaparece; lo que se consume; para reproducir, deja a cambio bienes de igual valor, generalmente con el agregado de una ganancia. El efecto habitual de los intentos del gobierno para incentivar el consumo es simplemente impedir el ahorro; es decir, promover el consumo improductivo a costa del reproductivo y disminuir la riqueza nacional por los mismos medios con que se intentaba incrementarla.

Lo que un país necesita para enriquecerse nunca es el consumo sino la producción. Donde hay producción, podemos estar seguros de que no falta el consumo. Producir implica que el productor desea consumir, si no ¿por qué se dedicaría a un trabajo inútil? El productor puede no desear consumir lo que é1 mismo produce, pero su motivo para producir y vender es el deseo de comprar. Por lo tanto, si los productores generalmente producen y venden cada vez más, ciertamente también compran, cada vez más. Una persona puede no necesitar más de lo que produce, pero necesita más de lo que otro produce; y, produciendo lo que el otro necesita, desea obtener lo que el otro produce. Por lo tanto, nunca habrá una cantidad producida de bienes en general mayor que la cantidad de consumidores. Pero puede haber, y siempre hay, una gran cantidad de personas que desean convertirse en consumidores de alguna clase de bienes pero no pueden satisfacer su deseo porque no cuentan con los medios necesarios para producirlos o para producir algo a cambio de ellos. Por lo tanto, el legislador no necesita preocuparse por el consumo. Siempre habrá consumo para todo lo que puede producirse hasta que se satisfagan por completo las necesidades de aquellos que poseen los medios de producción, y entonces la producción ya no se incrementará. El legislador sólo debe tener en cuenta dos elementos: que no exista obstáculo alguno que impida que aquellos que poseen los medios de producción los utilicen de la forma que consideren más conveniente para su interés; y que aquellos que no cuentan en la actualidad con los medios de producción para satisfacer su deseo de consumo tengan todo tipo de facilidad para adquirir los medios que, al convertirse en productores, tendrán la posibilidad de consumir.”

11 pensamientos en “John Stuart Mill sobre el impacto del consumo en la producción. El impulso por el lado de la oferta

  1. “SOBRE LA INFLUENCIA DEL CONSUMO EN LA PRODUCCION” John Stuart Mill

    Resumen:

    En el texto, Mill declara que los economistas políticos establecieron, que el consumo no necesita incentivo, ya que todo lo que se produce ya está consumido, ya sea con el fin de la reproducción o del goce, por lo cual hay consumo hasta el punto máximo posible de la producción. El desarrolla que lo que un país necesita para enriquecerse no es el consumo sino la producción, ya que, según el autor las causas de la prosperidad nacional son una gran demanda, una circulación activa y un consumo rápido, siendo que existe una naturaleza exacta del beneficio que otorga al productor, la aparición de un nuevo cliente. Explica que existe la demanda activa y circulación rápida cuando las mercaderías se venden tan rápido como se producen, y el capital asignado a la producción es liberado tan pronto como ésta se completa, para emplearse inmediatamente en más producción. Por el contrario, hay inactividad y estancamiento cuando las mercaderías producidas permanecen durante mucho tiempo sin ser vendidas y gran parte del capital productivo del país permanece inactivo.

    Lo novedoso a destacar:

    Lo destacable en este texto fue la frase del autor sobre el rol de los gobiernos que dice “que el hombre que roba dinero de un negocio, siempre que lo gaste nuevamente en el mismo negocio, es un benefactor del comerciante a quien le roba…” refiriéndose a la situación en la que estos gobiernos recaudan impuestos en grandes cantidades, que por falta de conocimientos o alternativas, terminan utilizando ese dinero en fomentar el consumo para beneficiar al productor al que anteriormente se le cobraron impuestos. También es importante destacar la diferencia que establece el autor, entre como un aumento del consumo de los extranjeros, pueda generar en un comercio o una industria especifica un mayor bienestar, pero como este incremento del bienestar no se traduce en la gran mayoría de los casos a nivel nacional, ya que se compensa en otras industrias, además de que en la mayoría de los casos este consumo es de goce, por lo cual el beneficio transitorio de este aumento en el consumo no se trasladará a un aumento legítimo de la riqueza de la nación.

    Preguntas:

    ¿Por qué cree que hasta hoy en día los gobiernos buscan fomentar el consumo y no la producción?
    ¿tiene el gobierno un rol principal en el funcionamiento del mercado o su rol es de mero observador?
    ¿existe algún caso particular en el cual el consumo para el goce sea beneficioso para la economía?

  2. RESUMEN

    En el documento leído, Mill hace hincapié en que la mayoría de los teóricos y hombres que dieron explicaciones sobre la riqueza nacional estaban equivocados. Sus errores perjudicaron el potencial de un país y por ende no se deben volver a cometerlos.

    Se creía que el consumo era condición fundamental para la prosperidad de una Nación. Mill responde a esto, diciendo que es la producción la que enriquece a un país ya que donde hay producción hay consumo porque el productor produce sabiendo que alguien lo va a consumir sino ni produce. Sin embargo, de aquí surge el dilema de personas que quieren consumir un bien y no pueden porque no los pueden producir o porque no tienen los medios para producirlos.

    Un punto fundamental del documento es el capital. Mill dice que el capital es todo aquello que está destinado para ser utilizado reproductivamente. Sin embargo, el capital puede estar dormido, es decir, inactivo que no produce. Aquí, surge el problema que es transformar ese capital “cautivo” en activo. Para ello, Mill resalta la importancia de tener nuevos demandantes ya que van a despertar en el productor las ganas de producir y así utilizar su capital inactivo. De esta manera un nuevo cliente trae numerosas ventajas. Una de ellas es la mencionada anteriormente y otra es bajo el supuesto de que el productor no tiene capital inactivo, pero ve que la demanda aumenta se va a ver incentivado a ahorrar e invertir en más capital siempre y cuando vea que esa demanda sea permanente.

    NOVEDOSO

    Es interesante el papel que juega la política a la hora de producir, ayudando o perjudicando. Para que colabore, Mill dice que la legislatura debe proveer los medios para facilitar la producción e interferir solamente para ayudar. Además, es la legislatura quien debe facilitar a quienes no tienen medios de producción poder adquirirlos.

    Otro punto que se destaca en el documento es el mal que puede ser emplear el capital Nacional a su máxima capacidad. La razón de esto es que las estimaciones de los comerciantes siempre son imperfectas por ende estas pueden llevar a calcular por encima de la demanda real y, en consecuencia, van a invertir en más capital que no va a ser utilizado pasando a ser inactivo.

    Finalmente, me pareció un punto central las similitudes entre Mill y Jean Baptise Say. Ambos resaltan la importancia de la producción como factor que lleva a una mayor riqueza Nacional. Además, los dos se refieren al dinero como agente de transferencia entre bienes. A su vez, Mill dice que el dinero permite diferenciar entre vendedor y comprador mientras que en una economía de trueque no queda clara esta relación.

    PREGUNTAS

    ¿Si excesivos impuestos castigan al que produce por ende la riqueza Nacional va a verse afectada, bajo que concepto se pueden justificar esos impuestos?

    ¿Qué clasifica a un consumidor improductivo? ¿En qué momento se torna productivo?

    ¿Puede no ser conveniente a un productor hacer uso de su capital inactivo frente una suba en la demanda ya que deberá en algunos casos arreglarlos por ende un costo adicional?

  3. Say señala el poco sustento de las observaciones de los empresarios frente a sus problemas para vender sus productos, y pasa a mostrar su visión de este problema. La primera frase categórica es: es la producción la que genera la demanda de productos, y nos explica muy sencillamente que aquel que algo quiere comprar, primero tuvo que haber producido por por lo menos el equivalente a aquello que desea adquirir. Entonces ejemplifica que ante la escasez de cultivos, se demandará menos. Dice: la moneda no es más que un agente que se emplea en la transferencia de valores , y está muy claro cuando vemos que ha habido un crecimiento notable de productos en el mercado, porque este crecimiento ¿se debió al crecimiento de la cantidad de dinero en la economía o a la cantidad de nuevos productos ? Say se inclina por la segunda opción. Entonces, la falta de ventas se debe a escasa producción de bienes, no de moneda. De este modo “la superabundancia de algunos bienes se debe a una disminución en la producción de otros”. Luego menciona claras críticas y recomendaciones para las autoridades públicas, y demuestra lo beneficioso de alentar la producción, la frugalidad, la inteligencia y la libertad.
    Novedoso:
    destaca como causales de la disminución de producción: medios violentos, alguna causa extraordinaria, convulsión política, o la avaricia o ignorancia por parte de la autoridad. “El hombre que vive de la producción de los demás no origina demanda alguna. “Se limita a tomar el lugar del productor, en detrimento de la producción, como veremos más adelante”. También es notable lo práctico y diario de sus observaciones. Hasta nuestros días existen empresarios que creen que el problema de su falta de demanda es otra cosa que la falta de producción.
    Me resulta también novedoso cómo, desde una aparente teoría objetiva del valor, logra conclusiones a favor de la libertad.
    Preguntas:
    1) en su texto parece considerar al dinero como algo distinto de otro bien más de la economía, ¿no cree que esa es, en última instancia, la idea que genera la confusión con la relación entre sobreproducción de moneda y escasez de productos?
    2) Dado que ud demuestra que una producción mayor nos lleva a una demanda mayor, ¿por qué cree que algunos empresarios, en vez de exponerse a mercados con mayor producción, le piden a las autoridades restringir esas entradas y por lo tanto su capacidad de vender sus propios productos?
    3) ¿cómo distingue ud la producción de bienes que son útiles de los que no lo son? Los que no lo son ¿también incentivan la producción en otro sector de la economía?

  4. Resumen:
    Este autor explica que el consumo no era una condición fundamental para la prosperidad de un país. El ahorro, deja bienes de igual valor mas un margen de ganancia, por lo que puede tomarse como consumo reproductivo. Por lo tanto, lo que un país necesita para enriquecerse es esto, una mayor producción proveniente del ahorro, no un mayor consumo. Otra forma en la que esta explicado es que el consumo es un mero intercambio de equivalencias entre cierta cantidad de dinero y un producto, sin reproducir riqueza.
    La razón por la que se creía que el consumo enriquece a una nación se pensó de forma individual y se llevó a nivel país. La producción de un país se verá incrementada no por el simple intercambio sino por poner en marcha una parte del capital nacional que permanecía inactiva. Para lograr esto, los legisladores deben permitir que quienes tengan los medios de producción los usen de la forma que les parezca más conveniente y que quienes no posean medios de producción tengan facilidad para adquirirlos.

    Novedoso o sorprendente:
    Algo llamativo de este texto es como John Stuart Mill entendía que el capital dejado en libertad encuentra el lugar mas conveniente. Esto muestra cierta relación con la idea de Adam Smith de que el individuo puede juzgar por si mismo cual es la especie de industria nacional que su capital puede emplear mejor. Esto puede sintetizarse en la idea de que nadie decide mejor que nosotros mismos sobre que nos genera mayor utilidad. Otro aspecto sorprendente es la relación con los pensamientos de Jean Baptiste Say, quien también creía que no es la demanda de productos o el mayor consumo el hecho generador de crecimiento de una economía, sino la mayor producción que esta provee. Además, me resultó llamativo la idea de que siempre habrá un mayor número de consumidores que de productores. Esto puede ser interpretado como que las personas tenemos necesidades infinitas, las cuales siempre serán mayores al total producido.

    Tres preguntas:
    1) ¿Qué opinión tiene del rol del capital extranjero en la economía de un país?
    2) Si al permitir que quien posea los medios de producción los use como le parezca, se produce un monopolio ¿Cuál debería ser el accionar del estado?
    3) ¿De que forma deben los legisladores facilitar a quienes no tengan medios de producción poder adquirirlos?

  5. John Stuart Mill: Sobre la influencia del consumo en la producción

    Resumen

    A través de su ensayo, Stuart Mill niega la relevancia del incentivo al consumo como objetivo principal de política económica, y coloca en su lugar al fomento a la producción. A su vez, prescinde del gasto público como mecanismo adecuado para incentivar la industria, y establece como rol esencial de los Estados en la actividad económica el de la no interferencia y de facilitación del acceso a los medios de producción a los sectores desfavorecidos. Al mismo tiempo, describe a los tiempos de “demanda activa” y “circulación rápida”, donde los bienes se adquieren al tiempo que se producen, como los maximizadores de producción, aunque no necesariamente como los más deseables a causa de la imperfección de la información de los oferentes y demandantes, que puede llevar a excesos de producción en determinadas áreas.

    Factores sorpresivos

    Me resultó impactante observar cómo, mientras Stuart Mill negó hace ya 2 siglos la importancia del fomento al consumo en el desarrollo de políticas económicas, varios gobiernos de la Argentina han tenido a este como principal objetivo de su política, como por ejemplo el acontecido entre 2003 y 2015. Durante este último se redujo desproporcionadamente la inversión como porcentaje del PBI, en contraste con el aumento relativo del consumo, lo cual derivó exactamente en el escenario de agotamiento de recursos productivos descrito por Mill. A su vez, me llamó la atención como el autor, pese a enfatizar sobre la necesidad de aumentar la producción, nunca menciona el concepto de inversión per se.

    1.¿Le resultaría consistente catalogar al máximo empleo de capital con información perfecta como riqueza potencial de una nación?

    2.¿Consideraría usted como menos nocivo para el desarrollo de la actividad productiva un flat tax o un esquema de impuestos progresivos?

    3.¿Comparte usted con Adam Smith la conveniencia del establecimiento de un impuesto a las importaciones equiparable al de los bienes locales, con el fin de garantizar la igualdad de condiciones para la competencia?

  6. John Stuart Mill sobre el impacto del consumo en la producción
    Resumen:
    En el artículo, John Stuart Mill refuta la teoría que afirmaba que al incentivar el consumo, en la economía, se lograba la prosperidad y de este modo, aumentaría la riqueza del Estado. Hasta ese momento, esa política económica se creía cierta pero el autor hace hincapié en explicar que la condición necesaria, para fomentar la riqueza, es la producción de bienes. Por lo tanto, la mejor política debería evitar los posibles escenarios que retrasen la producción y facilitar el acceso, a esta actividad, para aquellos empresarios que deseen producir pero no poseen los medios necesarios. Por último, Mill sostiene que la prosperidad de un sector repercutirá de manera positiva en el resto de los sectores, y que la sobreproducción de un bien “x” debe estar acompañada por la falta de otro, para que no sea contraproducente, hasta el punto de entrar en una crisis de sobreproducción temporaria.
    Novedoso:
    Cada día que tenemos la posibilidad de leer distintos textos, tomo más conciencia con lo importante que es saber acerca de la historia, para no cometer errores como lo está haciendo el país en la actualidad. Es sorprendente que Mill tenga esa perspectiva de mercado tan innovadora para ese momento. Muy distinto al pensamiento del actual gobierno, el autor entiende que la competencia es buena para el mercado y que implica mayor producción. Otro pensamiento del autor que me pareció interesante fue su aclaración a las situaciones de “estancamiento”, donde explica que lo que sucede es que existe la sobreproducción de algunos bienes y escasez de algunos otros.
    Preguntas:
    ¿En qué medida el autor tiene en cuenta la posibilidad de ahorrar?
    ¿Por qué algunos gobiernos insisten tanto en estimular el consumo, sabiendo los beneficios que contrae estimular la producción?
    ¿Se podrá promover el ahorro¬? ¿La inflación fomenta la cultura del consumo?

  7. «Sobre la influencia del consumo en la producción» – John Stuart Mill
    Resumen:
    Un país necesita para enriquecerse, según John Stuart Mill, de la producción y “nunca” del consumo. De esta manera, asegura que “donde hay producción, podemos estar seguros que no falta el consumo”. Los legisladores, por lo tanto, no tienen que promover el consumo improductivo, sino que deben procurar la libertad para los productores y facilitar el acceso a los medio de producción para aquellos que desean obtenerlos.
    Por otra parte, el autor afirma que los períodos de “demanda activa” son también los de mayor producción. El capital nacional nunca se emplea al máximo, salvo en estos períodos. Por consiguiente, como las estimaciones de los comerciantes tienden a ser imperfectas, existirán siempre algunos bienes en exceso y otros que escasean. No obstante, destaca que la sobreproducción se debe a la falta de confianza comercial y no puede volverse permanente.

    Aspectos novedosos o sorprendentes:
    Me parecieron sumamente interesantes los aportes de John Stuart Mill al análisis iniciado por Jean Baptiste Say. De hecho, Mill introdujo conceptos fundamentales como el del consumo intertemporal, la demanda monetaria y los ciclos productivos. Comprende que nadie desea el dinero en sí mismo, pero reconoce la utilidad del dinero en el ahorro y en la postergación del consumo. Además, esclarece la noción de stocks y su comportamiento en los períodos de auge y recesión de la economía.
    Adicionalmente, es sorprendente analizar los mercados desde el lado de la oferta y entender cómo “si se distribuye sin error de cálculo entre todos los tipos de bienes en la proporción que determinaría el interés, [la producción] crea, o más bien constituye, su propia demanda”. Con este fragmento y el desarrollo del ensayo, el autor logró explicar de forma concisa a qué se refiere la «Ley de Say»: no se trata de la “creación” de demanda, sino de que para consumir previamente hay que producir.

    Preguntas:
    – ¿Considera que puede haber una sobreproducción de carácter permanente en un mercado si se subsidia un producto que ya prácticamente no se demanda?
    – Conociendo los beneficios de la estimulación de la producción en lugar del consumo, ¿por qué se sigue incentivando mucho más el consumo que la producción?
    – ¿Qué legislaciones propondría para facilitar el acceso a los medios de producción?

  8. Resumen:
    Para cuando John Stuart Mill escribe, el crear consumidores era el fin principal para asegurar la prosperidad de las personas y el país. Sin duda, da cuanta de grandes cambios de su época en cuanto a la forma de legislar de los gobiernos
    en realación a los incentivos. No solamente afirma que la producción es el principal creador de riqueza de una nación, sino que también los impuestos altos no aseguran la prosperidad del Estado, contrario a lo que se creía hasta dicho momento. Explica que el consumo no necesita incentivos, que tanto el que ahorra como el que lo gasta son consumidores. Aquí el autor se hace la siguiente pregunta: “¿por qué se dedicaría a un trabajo inútil?” El motivo por el cual trabaja es el deseo de comprar, y de esta razón se deriva que el consumo es una consecuencia directa. Luego pasa a desarrollar el significado del capital, y contrasta dos definiciones. Por un lado, define el común pensamiento y dice que en general se considera que el capital pertenece a un individuo o a una nación y que lo posee con miras a la reproducción y no para su uso improductivo. Por otro lado, aclara la verdad del capital; es todo aquello que está destinado para ser utilizado reproductivamente, directa o indirectamente por medio de un intercambio previo. Esta última definición, dice que puede estar invertido en salarios y herramientas, por ejemplo, que luego pueden dar como fruto un capital distinto. De este modo, no se encuentra disponible pero si se posee. Por último, Mill aclara que existen los excesos de bienes en general, pero este fenómeno solo se da a causa de la falta de confianza comercial, por lo que no puede haber exceso permanente de producción. Esto deja como conclusión, que los mercados siempre buscan su camino para reacomodarse a la demanda existente.

    Novedoso o sorprendente:
    Cuando Mill explica las diferencias entre el trueque y el uso del dinero, afirma que la primera es un intercambio simultáneo e indivisible, en cambio utilizar la moneda, medio de confianza, permite comprar algo en el momento, sin la necesidad del intercambio material, solamente se requiere dinero. Esto permite poder vender en otro momento, lo que indica que un nuevo fenómeno social ha surgido y cambió por completo los hábitos de las personas. Uno de los resultados es la posibilidad de planificar a largo plazo a través del ahorro. Este nuevo comportamiento ha dado lugar a expectativas diferentes, en donde ya no se trata de vivir de la autosubsistencia sino que una persona puede pensar en adquirir productos de mayor valor, que sin el factor tiempo nunca podrían haber alcanzado. A partir de este momento, pienso que la sociedad nunca más pudo reducir sus expectativas y quedar estancada, la visión que ofrece la planificación estimula a mí parecer todo tipo de actividad y producción que es necesaria para una industria próspera.

    Tres preguntas al autor:
    1. ¿Considera que se ha encontrado el sentido y la satisfacción en el trabajo a partir del uso del dinero?
    2. ¿Piensa que es difícil dar cuenta del valor de poseer capital inactivo, debido a su no visibilidad?
    3. ¿Qué papel cumplen los bancos a la hora de incentivar la producción?

  9. En este capítulo Say se propone refutar algunos errores teóricos o creencias comunes que se dan principalmente en torno a la demanda de los productos (consumo) y explicar como funcionan las relaciones de intercambio derivadas de la producción.
    En este marco, además de hablar de la importancia del consumo y de cómo, el mismo no necesita incentivo alguno (y que no depende de los escases o abundancia monetaria), explica lo cual es realmente la fuente de riqueza de una nación; la producción.
    Sey sostiene por otro lado que la riqueza de un sector productivo, es beneficioso para los que lo rodean (análogamente sucede con las naciones o provincias vecinas). En tanto que un sector que produce y vende abundantemente, puede con el valor de su producto, obtener productos de los otros sectores. Esto se debe a que no es la moneda la fuente de valor, sino que es simplemente un medio de intercambio.
    Para el autor, en conclusión, una buena política debe impulsar la producción, no incentivar el consumo.
    Me resultó interesante cómo habla de la competencia como algo positivo, a diferencia de muchos autores y pensadores económicos. Algo similar con su explicación acerca de la importancia de que los otros sectores, individuos, o naciones que se encuentran en el entorno, sean ricos, para mi propio beneficio. en términos de la producción relaciona la oferta y la demanda de forma muy sencilla.
    Además, me llamo la atención como entabla una relación directa entre la producción y la demanda, llamando a esta última función de la primera.
    Preguntas:
    ¿Por qué no tiene en cuenta el impacto de las variaciones en la oferta en los precios?
    ¿al decir que la compra e importación de bienes del exterior no va en detrimento de la industria ni de la producción interna o nacional, está teniendo en cuenta el caso en que pudiéramos producirlos a menores costos?
    ¿si la demanda varia en función a la producción, como se da el exceso de la misma por sobre lo producido?

  10. Resumen:

    Mill diferencia el consumo reproductivo (ahorro) del improductivo (consumo convencional), diciendo que el estímulo del segundo impide el aumento de la riqueza mediante el primero. No hace falta incentivar el consumo, ya que está naturalmente incentivado (¿quién no quiere consumir?); sino que hay que posibilitar el consumo, incentivando la producción. La creencia de lo contrario nace de la intuición mercantilista, la cual Mills refuta. Él describe la naturaleza del capital, transformable y en general cautivo, de cuya utilidad y utilización en última instancia depende la riqueza nacional. Si es inactivo, se vende; si se ahorra, se capitaliza (como con un bono soberano); si se usa y genera un beneficio, genera una doble capitalización (por producción y por ahorro). Concluye que la circulación que hay que estimular es la de capital, el cual cuando hay más ventas está más rápidamente disponible para activarse nuevamente.

    Novedoso:
    Una de las cosas más novedosas en este artículo es la noción de ciclos económicos basados en la confianza de los agentes, introducida hacia el final del mismo. Mill considera la sobreabundancia generalizada como excepcional (distinta a aquella que es relativa entre distintos mercados). Si existe un exceso de producción general, sucederá un fenómeno cuasi-monetarista donde los agentes demandan más dinero de lo habitual y menos bienes: las compras se difieren y las ventas abundan. Por esto, no es conveniente que absolutamente todo el capital nacional esté empleado. En estos casos acontece un fenómeno de euforia e ilusión, donde es posible que los empresarios erren en su cálculo y sobreestimen la demanda, tornando en inútiles muchas de sus inversiones y generando empobrecimiento. Podríamos incluso considerar esta una descripción primitiva del comienzo de una espiral deflacionaria.

    Preguntas a Mills

    Si todo el capital del país es ahorrado en títulos soberanos, ¿sería tarea del Estado involucrarse de forma empresaria (activar el capital)?

    Ya que no lo menciona en su artículo, ¿qué importancia les da a los mercados de capitales como proveedores para aquellos emprendedores que no cuentan con una forma de empezar a producir?

    ¿Por qué dice que la demanda de bienes no es causa de la prosperidad si luego explica el fenómeno donde la falta de la misma en situaciones excepcionales torna en inservible una porción de la oferta, generando empobrecimiento?

  11. A Treatise on Political Economy; OF THE DEMAND OR MARKET FOR PRODUCTS.
    BOOK I, CHAPTER XV; Jean-Baptiste Say
    Resumen:
    En este capítulo XV del libro I, el autor explica partes importantes en el proceso de ajuste que toma lugar en los mercados, donde se produce el intercambio de bienes y servicios producidos: no se puede comprar lo que no se produjo; el dinero es un medio de intercambio útil un facilitador en la transacción entre dos partes, aunque estas necesariamente tienen que haber producido bienes y/o servicios de antemano, y el valor del dinero, que pasa del comprador al vendedor, reside en su finalidad de poder adquirir bienes/servicios que ya han sido producidos (se podría llamar a esto ‘doble intercambio’).
    También si una rama de la industria (preferentemente en una situación de libre mercado) le va bien, ayuda a agrandar la prosperidad del resto de los sectores. En el texto se habla además de la inutilidad de incentivar el consumo, y lo beneficioso de incentivar la producción como por ejemplo abriéndose a nuevos mercados o creando otros (el caso de los indios en los E.E.U.U. en el texto, como el caso descripto de Brasil). El sistema de ajustes de los mercados no puede ser pasado por arriba, no se puede incentivar el consumo de lo que no se está produciendo en mayor cantidad en la economía; la producción genera la demanda.

    Lo novedoso/sorprendente:
    Que hoy en día siga en vilo o puesta digamos en discusión la teoría monetaria moderna, como si fuese una solución mágica a la cantidad limitada de bienes/servicios que se producen dada la circunstancias y que se lo considere a la expansión casi indefinida de la base monetaria como algo dinamizante de la economía; el dinero como indica Say es un medio de intercambio que al final del día es un facilitador para poder intercambiar lo que las partes ya habían producido (mejor dicho las partes son titulares del derecho a la propiedad sobre los bienes/servicios que en un momento dado fueron producidos), el valor del dinero reside en el poder de compra que este tiene de bienes o servicios que han sido producidos; no se puede comprar lo que no se produjo ya sea en especie o en moneda, el sistema de ajustes de los mercados no puede ser pasado por arriba.

    Preguntas:
    1- ¿Qué impacto tiene en la economía un aumento en la cantidad de dinero?
    2- En línea con la pregunta anterior ¿Existe una cantidad óptima o de equilibrio del bien utilizado como moneda en la economía, el dinero?
    3- ¿De dónde se desprende el valor de los bienes y servicios producidos?

Responder a Facundo G. Frasquet Dreyer Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *