La desigualdad que realmente importa: la de consumo. Y también es importante la movilidad social

Muy interesante estudio de Ignacio Moncada y Juan Ramón Rallo sobre la desigualdad en España, publicado por el Instituto Juan de Mariana: La desigualdad en España: ¿Realmente es España uno de los países más desiguales de Europa?, : https://www.juandemariana.org/investigacion/archivo-de-publicaciones/mitos-y-realidades-sobre-la-desigualdad-en-espana

Antes de lanzarse a estudiar más a fondo la desigualad es preciso clarificar la crucial diferencia entre los tres tipos de desigualdad económica: la desigualdad de riqueza, desigualdad de renta y desigualdad de consumo

La desigualdad de consumo

El consumo se refiere a los bienes y servicios de los que disfrutamos en cada momento del tiempo para satisfacer nuestras necesidades. Sin renta es imposible consumir, pero sí es posible disfrutar de renta que no se consume, sino que se convierte en riqueza. Si todos los individuos de una sociedad disfrutaran siempre del mismo nivel de consumo, estaríamos ante una sociedad a efectos prácticos muy igualitaria, por muy divergentes que pudieran ser las disponibilidades de renta o de riqueza. De hecho, la lógica de un Estado de Bienestar providente es en parte esa: el Estado no proporciona a sus ciudadanos ni riqueza ni, en muchas ocasiones, renta: lo que sí les proporciona son bienes y servicios para su uso y disfrute (sanidad, educación, comida o vivienda gratuitas).

Son múltiples los autores que han hecho hincapié en que lo verdaderamente importante a efectos de bienestar no es la renta, sino el consumo (Bergh & Nilsson, 2012; Cutler & Katz, 1992; Slesnick, 2001; Deaton & Paxson, 1994; Krueger & Perri, 2006). La desigualdad a la que hay que prestar mayor atención, por tanto, es a la desigualdad de consumo.

La movilidad social

Junto a las medidas estáticas de desigualdad en la distribución de la riqueza, de la renta o del consumo hay que considerar, a su vez, la llamada movilidad social, esto es, los cambios que se producen en los titulares o beneficiarios de la riqueza, renta o consumo a lo largo del tiempo. Por ejemplo, imaginemos que una sociedad está compuesta por dos individuos A y B: durante los años pares,

A cobra el 90% de la renta total y B el 10%; durante los años impares, A cobra el 10% de la renta y B el 90%. Si en esta sociedad hiciéramos una foto anual de la desigualdad de renta, saldría que se trata de una sociedad muy desigualitaria (un individuo se queda con el 90% de los ingresos y el otro con el 10%), cuando en realidad sería muy igualitaria, pues cada año se alternan en la posición del otro. La movilidad social, pues, nos indica el grado en que esas desigualdades descritas por los indicadores de desigualdad son persistentes en el tiempo.

Una vez vistos estos conceptos básicos previos, las siguientes secciones se dedicarán a analizar las métricas de desigualdad para el caso de España y a compararlas con las de otros países en el contexto europeo, tanto en lo que respecta a la desigualdad de riqueza, de renta y de consumo. Se profundizar en cada uno de los apartados en lo que las mediciones incluyen y lo que omiten, para así procurar proporcionar al lector una imagen lo más realista y completa posible de la desigualdad económica en España.

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