De la literatura escrita a la literatura oral: la reacción de Borges ante el avance de la ceguera

Por lejos Jorge Luis Borges ha sido el personaje más importante de la literatura argentina del último siglo, o de toda su historia. Una y otra vez vuelven referencias a su obra, y en algunos casos a su persona y su vida. Como en éste, donde se considera su actitud ante el avance de la ceguera y cómo enfrentó tal circunstancia. Aparece en un artículo titulado “Borges Dealt With His Anxiety About Going Blind by Learning a New Language” por Andrew Leland, autor de The Country of the Blind: A Memoir at the End of Sight y columnista de The New York Times Magazine, The New Yorker, McSweeney’s Quarterly, y The San Francisco Chronicle, publicado ahora por Literary Hub: https://lithub.com/borges-dealt-with-his-anxiety-about-going-blind-by-learning-a-new-language/?ref=thebrowser.com

El escritor argentino Jorge Luis Borges perdió la visión, lo que él llamó su “vista de lector y escritor”, casi al mismo tiempo que se convirtió en director de la Biblioteca Nacional de Argentina. Esto lo puso a cargo de casi un millón de libros, observó, en el mismo momento en que ya no podía leerlos.

Borges, que se quedó ciego después de un largo deterioro de la visión cuando tenía cincuenta y cinco años, nunca aprendió braille. En cambio, como Milton, memorizaba largos pasajes de la literatura (la suya propia y la de los escritores que amaba), y tenía compañeros que le leían ya quienes les dictaba sus escritos.

Gran parte de este trabajo —publicó casi cuarenta libros después de quedarse ciego— fue realizado por su anciana madre, Leonor, con quien vivió hasta su muerte a los noventa y nueve años, y quien había hecho el mismo trabajo para el padre de Borges, Jorge Guillermo Borges, un escritor que también se quedó ciego en la mediana edad. (La ceguera de Borges era hereditaria, y su padre y su abuela “ambos murieron ciegos”, dijo Borges, “ciegos, risueños y valientes, como también espero morir”).

Borges mantuvo su puesto como director de la Biblioteca Nacional y se convirtió en profesor de inglés en la Universidad de Buenos Aires. Pero la literatura se había vuelto, para él, enteramente oral.

Borges decidió aprovechar la ocasión de su ceguera para aprender un nuevo idioma, y ​​su descripción del placer de aprender inglés antiguo me recuerda mis primeras incursiones en el aprendizaje de la lectura táctil.”

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