Con tanta preocupación y referencia a la movilidad social en nuestros países latinoamericanos, es importante tener en cuenta una visión como la que presenta Gonzalo Schwarz en la revista Discourse con el título “An Abundance Agenda Promotes Social Mobility”: https://www.discoursemagazine.com/culture-and-society/2023/03/08/an-abundance-agenda-promotes-social-mobility/
Gonzalo es Presidente & CEO del Archbridge Institute y fue durante varios años Director de Iniciativas Estratégicas en Atlas Foundation. Así presenta su argumento:
“Cuando se trata de la movilidad social, ¿los niños están realmente bien? Tal vez sea así.
En la literatura académica, la movilidad social mide la oportunidad de una persona de ganar más ingresos que sus padres a una edad similar. Por lo general, los estudios comparan los ingresos de un individuo entre 32 y 40 años con los ingresos de sus padres a esa misma edad. Otros estudios utilizan una medida llamada elasticidad de ingresos intergeneracional para medir cuánto depende el ingreso de un niño del ingreso de los padres: una mayor elasticidad indica más dependencia y menos movilidad. Y esos estudios no están pintando un cuadro bonito. Estudios recientes sobre movilidad intergeneracional muestran que ha habido una disminución constante desde la década de 1970. Más de nueve de cada 10 personas nacidas en la década de 1940 ganaron más que sus padres cuando eran adultos; solo alrededor de la mitad de las personas nacidas en la década de 1980 podrían decir lo mismo. Como resultado, algunos investigadores han determinado que el Sueño Americano se está desvaneciendo. Mientras que otros estudios concluyen que la situación es algo menos grave, está claro que según la definición de movilidad social de la literatura académica, las tendencias no son muy prometedoras.
Sin embargo, la movilidad social puede entenderse mejor como la economía del florecimiento, o la oportunidad de mejorarse a uno mismo y a quienes los rodean. La economía del florecimiento se trata de subir la escalera de ingresos, sí, pero también se trata de logros, propósitos, aspiraciones, reducción de la pobreza y desarrollo de las habilidades y características personales necesarias para prosperar en nuestra economía actual. Entendido de esta manera, una agenda de abundancia es fundamental para aumentar la movilidad social y mejorar el florecimiento humano. Si aceptamos esa agenda, descubriremos que somos personas más socialmente móviles, con mayores oportunidades y un futuro más brillante, de lo que pensábamos.”