Los diez problemas ambientales: ahora el agua y los glaciares

En un post anterior comenté un interesante artículo titulado “Urgencias ambientales: los diez problemas que esperan solución”, donde se comentan los resultados de una investigación de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara: http://www.lanacion.com.ar/1720041-urgencias-ambientales-los-diez-problemas-que-esperan-solucion y se los compara con los del informe del Índice de Calidad Institucional 2013, que también consideraba los principales problemas ambientales: http://www.libertadyprogresonline.org/2012/07/12/indice-de-calidad-institucional-2012/

Glaciares

Veamos ahora tema por tema:

Para la Fundación:

Agua

SOLUCIÓN: Extender la red de suministro y cloacas a las áreas donde hoy es técnicamente posible. Esto superará la meta de acceso.

Glaciares Menos el Perito Moreno y el Spegazzini, la mayoría de los glaciares de la Patagonia y Cuyo están en retroceso, principalmente por el cambio climático. El tamaño de los glaciares Alerce, Upsala, Frías y Lanín disminuyó, y los del complejo Onelli-Bolados hasta dejaron de estar conectados. El glaciar Frías, por ejemplo, perdió en 19 años unos 0,4 kilómetros cuadrados.

SOLUCIÓN: Actualizar y publicar con regularidad el Inventario Nacional de Glaciares, con prioridad en las provincias mineras.

Informe ICI 2012:

  1. Contaminación del agua y cambios en los glaciares: Muchos cuerpos de agua superficial se utilizan para depurar a los efluentes líquidos casi sin ningún tratamiento previo a la descarga. Cada vez se identifican más sitios en los cuales los vertidos desmesurados han convertido a los ríos y arroyos en canales cloacales que impiden otros usos complementarios. El Estado se ve enfrentado a demandas contrapuestas: de la fábrica que pretende eliminar así los desechos de su proceso de producción, de los habitantes pobres que viven en sus orillas y arrojan allí toda su basura, de la misma empresa estatal de cloacas que también arroja allí, de los que quieren navegar en un rio limpio, de los que quieren pescar peces no contaminados o de los que simplemente quieren disfrutar de su vista. Son demandas contrapuestas que muchas veces paralizan a una burocracia lenta e ineficiente, donde se presentan problemas por la presencia de distintas jurisdicciones, donde se tratan de evitar las responsabilidades.

Un ejemplo de esto es el Lago Atitlán en Guatemala. Aproximadamente un 38% de la superficie del lago, que no tiene salida natural, está afectado por algas, como consecuencia del desagüe de millones de litros de aguas residuales provenientes de miles de hectáreas de áreas agrícolas. Esta situación se ha acelerado por la introducción de decenas de especies acuáticas invasivas. Actualmente, el contenido de fosfatos es cinco veces mayor que en 1983, el de nitratos diez veces mayor que en 1968 y el fitoplancton lleva mil veces más organismos por litro que en 1968. En Guatemala, las enfermedades causadas por el consumo de aguas contaminadas representan entre el 15% y el 20% de las causas de muerte y el 30% de las causas de mortalidad infantil en el país (PNUMA et al).

El consumo de agua se ve afectado además por erróneas políticas de precios por parte de las autoridades regulatorias, los que no reflejan su real escasez, y el ineficiente manejo de empresas públicas dedicadas a su provisión. Son limitados los casos en que se mide el consumo real de agua, lo que fomenta su despilfarro. América Latina muestra uno de los indicadores más altos de consumo de agua por habitante.

Se observan cambios en los glaciares. Se sostiene que habrían retrocedido 35 metros en los últimos 10 años y se atribuye esto directamente al cambio climático, al igual que las sequias e inundaciones. No obstante, poco se sabe del fenómeno, al igual que los efectos de “La Niña” o “El Niño” sobre sequías e inundaciones, aunque todo se atribuye a la misma causa. Cualquier turista puede apreciar el crecimiento periódico del glaciar Perito Moreno, ya que es un atractivo turístico sin par estar allí cuando colapsa en el Lago Argentino precisamente luego de unos años de crecimiento. Por otro lado, el Glaciar Upsala, segundo glaciar más largo de Sudamérica (870 km² de extensión y 60 km de longitud), ha perdido el 3,7% de su superficie en sólo 19 años. Por su parte, el glaciar chileno O’Higgins, cuarto en extensión (785,4 km2 en el año 2000), se extendía en 1973 varios kilómetros dentro del lago y en 2007 prácticamente había retrocedido hasta su orilla. El frente de este glaciar se mantuvo en una posición estable hasta principios del siglo XX. A partir de entonces inició un retroceso que midió 14,6 km en 1995. El 79% de esta pérdida se produjo entre 1945 y 1980 .

Comenta el Tercer Informe del Panel Internacional sobre Cambio Climático en relación a “El Niño”: “Cuando se evalúan los cambios en El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), debe reconocerse que situaciones tipo “El Niño” pueden aparentemente ocurrir en una diversidad de escalas temporales desde interanuales hasta en décadas, tanto sea sin ningún cambio en fuerzas externas como una respuesta a fuerzas externa tal un aumento del CO2”. No obstante el tema se politiza con un sesgo inmediato de adjudicar toda responsabilidad a la actividad económica.

14 pensamientos en “Los diez problemas ambientales: ahora el agua y los glaciares

  1. Si bien es cierto que una de las causas del retroceso de los glaciares es el cambio climático (esto como consecuencia, entre otras cosas, de las actividades económicas), también es cierto que otro motivo es la política del país. Si se aplicara correctamente la Ley Nacional de Glaciares, se sabría el real inventario nacional de glaciares. A través de la misma, se podrá o no aprobar la minería o cualquier otra actividad como el turismo o la obra pública, sin perjudicar de manera irreversible las masas de hielos de nuestro país.
    Una de las provincias argentinas (mejor dicho la primera, y con esperanzas que no sea la única) en cumplir con la ley, es San Juan. La misma entregará al Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (creado por la ley mencionada) un inventario de los cuerpos congelados. (Tiempo de San Juan, http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/9/6/juan-primera-cumplir-nacional-glaciares-64696.asp).
    Otra noticia interesante es lo que proponen algunos legisladores jujeños al querer modificar la aplicación de la Ley de Glaciares en esa provincia para así obtener una mayor protección. La ley provincial 5.647 considera que la función del glaciar es actuar como «reservas estratégicas de recursos hídricos y proveedores de agua de recarga de cuencas hidrográficas”. En cambio, la ley nacional busca que los glaciares sean «reservas para el consumo de agua humano y para la agricultura; garantizando su valor como biodiversidad, como fuente de información científica y atractivo turístico”. (La Gaceta, http://www.lagaceta.com.ar/nota/605107/politica/legislatura-jujuy-debatira-modificaciones-ley-glaciares.html).

  2. En mi opinión, el fenómeno del cambio climático resulta algo bastante complejo de controlar en sus efectos, y también muy difícil de evitar en sus causas. Lo cierto es que las consecuencias de la falta de políticas gubernamentales para regularlo van a afectar a los habitantes de cada uno de los países (en el ejemplo, a los habitantes de Guatemala). Concretamente, en Buenos Aires, tenemos un ejemplo emblemático de esta problemática: el Riachuelo. A pesar de los fallos de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación, ordenando su limpieza, tratamiento de sus efluentes y reparación de los suelos, no ha existido la voluntad política de resorverlo. Gobierno Nacional, gobierno Provincial y gobierno de la CABA, todos ellos singnados como responsables por el fallo de la Corte, no han conseguido establecer una política en común para resolver un gran problema que es la contaminación del Riachuelo. En el ejemplo, tenemos de todo: intereses empresariales, pobreza extrema y manipulación política.
    Difícilmente, no resolver de modo altruista estos intereses sectoriales, reproducirán a escala nacional lo descripto con el Riachuelo en ámbito local.

  3. Los problemas ambientales no se pueden analizar ni entender si no se tiene en cuenta una perspectiva global, ya que surgen como consecuencia de múltiples factores que interactúan. Influye tanto lo económico como la forma de organización jurídico-política y la conciencia social o ideológica. Como si ello no fuera suficiente, hay circunstancias que entorpecen o dilatan el tratamiento de estas problemáticas o al menos la formalización de políticas tendientes a disuadir ciertas conductas que repercuten en el medio ambiente. En lo respectivo a las leyes, si bien contamos en nuestro ordenamiento con fuerte normativa al respecto, esto no basta puesto que son constantes las violaciones y las ejecuciones de actividades ilícitas, sin la aplicación de sanciones. Es por eso que me parece adecuado, complementar la existencia de esas leyes con factores que desalienten esas conductas dañinas cuyas consecuencias tienen como primeros destinatarios a las personas de bajos recursos que, por ejemplo, habitan las riveras de los ríos, y al largo plazo culminan con el deterioro del ambiente en general, signos que ya se encuentran presentes hace unos cuantos años y que, al menos en lo que a mí respecta, me atemorizan un poco. Me parece que una buena alternativa es, como vi en posts anteriores, un incentivo económico para disuadir las llamadas externalidades negativas, considero que es una buena medida y que se puede tomar con cierta rapidez. Además, en lo que respecta al agua, la política de precios ha favorecido el derroche, porque no está internalizado aún socialmente que la misma constituye un recurso sumamente escaso porque quizás no paga demasiado por ella.
    En lo que quiero hacer hincapié es que no es un buen camino el de adjudicar los daños climáticos a un determinado factor, sino que estamos en presencia de un resultado que ya era previsible, y que es producto de diversas circunstancias que influyen en él. Tales como falta de educación, políticas pobres o no tan intensivas, violación de las normas, explotación de los recursos naturales en forma indiscriminada y sin reparar en los riesgos futuros que esto acarrea. Lamentablemente hay cada vez menos tiempo, y más especies que se extinguen, más víctimas de sustancias tóxicas, esto por mencionar sólo algunas de las cosas.

  4. En mi opinion el cambio climatico es algo que no se puede controlar de una forma constante, es decir se pueden hacer politicas que protegan el ambiente, en el sentido de que la actividad humana no sea la causante de ese cambio climatico,y en el caso de que sea producido por el hombre colocarle una sancion o que deba realizar alguna actividad para revertirlo, relacionandolo con la economia opino que quizas se relaciona en el sentido que a las empresas que causan un efecto colateral producto de su actividad, no miden los efectos, porque no les interesa el medio ambiente sino les interesa seguir ganando

  5. El calentamiento global es consecuencia de la actividad humana o simplemente responde a un ciclo natural del planeta? Se puede evitar el calentamiento global? Se pueden retrasar los resultados del calentamiento global con buenas políticas ambientales? Es reemplazable el agua dulce de los glaciares?

  6. Los problemas ambientales diarios son producto de años de derroche de recursos, lo que me llama la atención es que quizá en un principio no era tan evidente la escasez de los mismos por falta de conocimiento al respecto de lo que la contaminación provocaría a nuestras generaciones y en las futuras. Hoy eso ya no es algo que este fuera de nuestro conocimiento y a pesar de que existen leyes que apuntan al no derroche de los mismos, si las mismas estan siendo incumplidas el resultado sigue siendo el mismo.
    Es cierto, por otro lado que tratar de satisfacer todas las demandas contrapuestas es algo casi imposible. Es clarisimo el alto costo que estamos pagando por la afectación a la capa de ozono, ejemplo muy claro de ello los cambios climáticos, que conllevan también al tema en cuestión, el extraordinario derretimiento de los glacieres. La pregunta seria ¿Importa mas satisfacer las necesidades empresarias que proteger a las futuras generaciones de la pronta escasez de ciertos recursos básicos como el agua? Por lo visto si.
    Coincido con lo que el texto dice respecto a las erróneas políticas de precios que no reflejan la escasez de un recurso tan importante como el agua, y si creo que el aumento del precio del mismo seria una buena resolución a corto plazo, sumado a un proyecto comprometido con la concientizacion respecto de la contaminación ambiental en general.
    Respecto a la responsabilidad de las actividades económicas que también influyen en esta problemática, tengo entendido que las empresas son multadas por la contaminación al medio ambiente, lo que por lo visto es incumplido, por lo que nuevas o mas severas medidas sería otra buena solución.

    se ve enfrentado a demandas contrapuestas: de la fábrica que pretende eliminar así los desechos de su proceso de producción, de los habitantes pobres que viven en sus orillas y arrojan allí toda su basura, de la misma empresa estatal de cloacas que también arroja allí, de los que quieren navegar en un rio limpio, de los que quieren pescar peces no contaminados o de los que simplemente quieren disfrutar de su vista. Son demandas contrapuestas que muchas veces paralizan a una burocracia lenta e ineficiente, donde se presentan problemas por la presencia de distintas jurisdicciones, donde se tratan de evitar las responsabilidades. – See more at: https://bazar.ufm.edu/los-diez-problemas-ambientales-ahora-el-agua-y-los-glaciares/#comments

  7. Al hablar de un fenómeno de tal envergadura como el retroceso de los glaciares, instantáneamente me surge un sentimiento egoísta de pensar que el deshielo absoluto de dichas masas de hielo no me va a afectar a mi, ni a mis generaciones. A veces presiento que esta misma postura es la que toma cada gobierno de turno para dejar pasar asuntos ambientales de tal relevancia. He llegado a escuchar que todas las políticas de cuidado de medioambiente son inútiles, ya que la naturaleza siempre se ha manifestado violentamente. Desde esta perspectiva, surgen ejemplos desde el Big Bang hasta los terremotos, tsunamis, la erupción de los volcanes, entre otros. Sin embargo, en relación con los glaciares, la situación sería distinta, ya que además de ser escenarios naturales de una belleza incomparable, ya contamos con programas para evitar el retroceso veloz al que se enfrentan año tras año. Las políticas existen, pero no se implementan, y resulta que siempre caemos en la misma premisa: no hay educación del respeto. Lamentablemente, no estamos acostumbrados a respetar aquello que no somos nosotros ni el valor de aquellas cosas que no son exclusivamente nuestras. Falta concientizar en las escuelas y en todos los institutos de enseñanza sobre la importancia del cuidado del agua. Somo un país de «canillas goteando»: contamos con la infraestructura o los medios para construirla, pero pareciera que a ninguno le importa que nuestros recursos sean desaprovechados. En la medida que no se eduque a la población, ya sea mediante la concientización teórica, o mediante multas pecuniarias (por qué no?), las canillas seguirán goteando…

  8. «El consumo de agua se ve afectado además por erróneas políticas de precios por parte de las autoridades regulatorias, los que no reflejan su real escasez, y el ineficiente manejo de empresas públicas dedicadas a su provisión. Son limitados los casos en que se mide el consumo real de agua, lo que fomenta su despilfarro. América Latina muestra uno de los indicadores más altos de consumo de agua por habitante.»

    Este párrafo me recuerda a la historia de la empresa publica argentina Aguas y Saneamientos Argentinos y a los métodos obsoletos que sigue utilizando actualmente para establecer las tarifas del servicio. La mayoría de los usuarios del servicio no cuentan con un medidor del consumo sino que se les impone una tarifa en base a las características de su propiedad. Esta empresa hace años que no recupera sus costos de operación y mantenimiento, tal como sucede con la mayoría de las empresas estatales.

  9. Resulta, a mi criterio, que el fenómeno del cambio climático es en su todo demasiado complejo como para ser entendido como la única causal de los cambios sufridos en los glaciares.
    Considero que es una gran consecuencia derivada de no sólo una situación, sino de un conjunto de ellas.
    No existe conciencia de la importancia del agua, ni en su uso, ni en su cuidado, eso esta a la vista, y hablo, no sólo de las políticas (trayendo como ejemplo nuestro caso Riachuelo como ya lo dijeron) sino también de los ciudadanos.
    Aún existiendo distintas políticas de precios llevadas a cabo por las autoridades, eso no está dando resultados visibles, ni generando conciencia, ni aún menos, colaborando con el verdadero problema ambiental del agua, ni los daños que produce en la comunidad, y el ambiente en general.

  10. Sin duda, hay que afrontar los cambios en el clima y la contaminación o alteración de las aguas por el uso para satisfacer necesidades del consumo o la producción.

    Ahora bien, no está claro cuál es el verdadero origen del cambio en el clima. Investigaciones hechas con base en la extracción de bloques cilíndricos de hielo en la Antártida y en el Artico, muestran que miles, decenas de miles, centenas de miles y millones de años atrás, ha habido periodos de calentamiento y de enfriamiento global, de mayor presencia de CO2 sin que, desde luego se puedan atribuir a la actividad antrópica.

    Las variables determinantes del comportamiento del clima no se concocen plenamente. Hay, se ha detectado, un comportamiento cíclico cuyas variables condicionantes no se conocen aún. El hecho claro es que en los últimos años ha habido una tendencia más bien hacia el enfriamiento y que en las regiones más septentrionales se observa ahora un aumento de la capa de hielo en grosor y extensión.

    El clima de los últimos miles de años ha sido relativamente benigno y ha favorecido el desarrollo de la civilización humana. Que esa pueda ser la constante, es asunto que evidentemente no es posible.

  11. Dice el Sr. Douglas North en su obra «Structure and Change in Economic History» que «los códigos éticos y morales de una sociedad son el fundamento de la estabilidad social que hace viable un sistema económico”. Yo concuerdo con esa idea y personalmente creo que la coparticipación del gobierno, el sector privado, las organizaciones ambientalistas y todos los que no pertenecemos a alguna de estas instancias, es indispensable para la conservación del medio ambiente. Los problemas del cambio climático se han escuchado durante muchos años y se han escuchado decenas de propuestas, aunque nada concreto; por tanto nos hace reflexionar seriamente que los esfuerzos deben necesariamente conducirse de manera conjunta y armoniosa entre dichas entidades. Para mi manera de ver, desafortunadamente no es más dueño del medio quien más lo cuida . . . más bien, es cuestión de conciencia común acerca de nuestro futuro en común. Con la actitud pasiva de algunos, tal pareciera que no se aprecia la belleza natural. Yo me acuso de pasivo y lo lamento por el bien de las siguientes generaciones.

  12. En la revista Fortune, grandes economistas y profesores han publicado distintos papers, los cuales lo dejan a uno reflexionando. Leer este post me llevó a relacionarlo con «La tragedia de los comunes» de Garrett Hardin, del cual citaré algunos aspectos del artículo que pueden resultar oportunos para el presente debate, a saber:
    «En un mundo en el que todos los recursos son limitados, un solo no-ángel en los comunes estropea el entorno para todos. (…) Unos comunes no gestionados en un mundo de riqueza material limitada y deseos ilimitados termina inevitablemente en la ruina. (…) Bajo circunstancias especiales, incluso unos comunes no gestionados pueden funcionar bien. El requisito principal es que no haya escasez de bienes. (…) La relación entre oferta y demanda es de importancia crítica. La escala de los comunes (el número de gente que los usa) también es importante. (…) Incluso cuando se comprenden las limitaciones de los comunes, hay áreas en las cuales la reforma es difícil. Nadie es propietario de la atmósfera de la Tierra. En consecuencia, ésta es tratada como un basurero común en el cual todo el mundo puede descargar sus desechos. Entre las consecuencias no deseadas de este comportamiento están la lluvia ácida, el efecto invernadero, y la erosión de la capa protectora de ozono de la Tierra. Las industrias e incluso las naciones consideran el limpiar las descargas industriales como algo prohibitivamente caro. Los océanos también son tratados como un basurero común. Sin embargo, seguir defendiendo la libertad de polucionar conducirá finalmente a la ruina para todos.»

    Y Tyler Cowen en «Bienes Públicos y Externalidades», ¿plantea una posible solución?. Antes de leer este paper jamás se me hubiese ocurrido esta posibilidad, pero respetando todo tipo de posiciones al respecto, su postura por más que nos suene criticable, se encuentra bien fundamentada. Tyler Cowen dice:
    «Otros problemas con los bienes públicos pueden resolverse definiendo los derechos de propiedad individual en el recurso económico apropiado. Limpiar un lago polucionado, por ejemplo, implica un problema de usuario gratuito si nadie es propietario del lago. Los beneficios de un lago limpio son disfrutados por mucha gente, y a nadie pueden cobrarse estos beneficios. Una vez existe un propietario, sin embargo, esa persona puede cobrar precios más altos a pescadores, boteros, usuarios de instalaciones recreativas y otros que se benefician del lago. Las masas de agua de propiedad privada son comunes en las Islas Británicas, donde, y no es sorprendente, los propietarios de los lagos mantienen su calidad.» «Unos derechos de propiedad bien definidos pueden resolver los problemas de los bienes públicos en otras áreas medioambientales, como el uso de la tierra y la conservación de las especies.» «Los derechos de propiedad son sin embargo una solución menos efectiva a los problemas medioambientales relativos al aire, puesto que los derechos sobre el aire no pueden definirse ni protegerse con facilidad. Resulta difícil imaginar, por ejemplo, cómo únicamente los mecanismos del mercado pueden impedir la disminución de la capa de ozono de la Tierra. En tales casos, los economistas reconocen la probable necesidad de una solución reguladora o gubernamental.»

    Me parecen dos papers muy interesantes, y que de algún modo se complementan. Hardin explica el problema del sistema de propiedad común, y Cowen nos resalta los beneficios que podría traer el convertir los bienes públicos en bienes privados. Además, ambos tratan el tema del medioambiente, y Cowen plantea una posible solución respecto a los lagos, por ejemplo, citando un ejemplo de las Islas Británicas, donde se practica la propiedad privada de las masas de agua y donde son ostensibles los beneficios que conlleva dicho sistema. Cabe aclarar, que en cuanto a la polución del aire, Cowen admite la imposibilidad de que mediante únicamente los mecanismos del mercado se pueda llegar a una solución, sino que se requerirán soluciones de otra índole, ya sea medidas reguladoras o gubernamentales. Viendo los informes y estudios ambientales, algo hay que hacer, eso está claro. Pero, ¿qué?. O mejor dicho… ¿Cómo?…

    • Otra cosa que me sorprendió al leer el paper de Tyler Cowen, dentro de su postura totalmente a favor de los bienes privados, fue el intentar revocar el ejemplo más característico de los bienes públicos:
      «Los faros son uno de los ejemplos más famosos que dan los economistas de bienes públicos que no pueden ser proporcionados privadamente. Los economistas han argumentado que si los propietarios de un faro privado intentaran cobrar a los propietarios de los barcos los servicios de su faro, de ello se derivaría un problema de usuario gratuito.
      Sin embargo, los faros a lo largo de la costa de Inglaterra en el siglo XIX eran de propiedad privada. Los propietarios de los faros se dieron cuenta de que no podían cobrar sus servicios a los propietarios de los barcos. Así que no intentaron hacerlo. En vez de ello, vendían sus servicios a los propietarios y comerciantes del puerto más cercano. Los comerciantes del puerto que no pagaban a los propietarios del faro para que encendieran las luces por la noche tenían problemas en atraer los barcos a su puerto. Tal como estaban planteadas las cosas, resulta que uno de los ejemplos más comúnmente utilizados por los instructores de economía de un bien público que no puede ser proporcionado privadamente no es en absoluto un buen ejemplo.»

      Y recalco que este autor aunque parezca que quiere hacer un cambio paradigmático no va por todo hasta las últimas consecuencias, porque como aclaré en el comentario anterior reconoce problemas como el relativo al bien público «aire». Si encontrara la manera de privatizarlo, creo que lo haría, y vería en ello una solución. Pero es algo físicamente imposible. Aunque sea, por ahora, en esta circunstancia de tiempo y lugar.

  13. El retroceso que están sufriendo los glaciares se debe al cambio climático y eso es indudable. Y esto deviene de las externalidades con efectos negativos, que son aquellos efectos de ciertos individuos hacia terceros, es decir, efectos no buscados pero que impactan en terceros, y negativo, porque lo que reciben estos terceros es un costo. Ya que la mayor parte de las industrias y de las fábricas generan gran cantidades de humo y residuos sólidos que causan grave contaminación en el ambiente, en el agua, etc. y esto genera grandes costos en la población en ya que los vecinos, sufren diversas enfermedades (se ve que crece la industria y el empleo, pero no se ve que muchas personas se enferman y mueren por causa de la contaminación). También como resultado de la contaminación se produce el cambio climático y en consecuencia aparecen las sequías, inundaciones, etc.
    Entonces si el mercado no resuelve este problema, tendría que intervenir el Estado aplicando sanciones a las fábricas, pero es acá donde veo las fallas del Estado, ya que la contaminación y sus consecuencias se ha incrementado en los últimos años; también por medio de la intervención del Estado se podría aplicar una política de precios que regule el uso de un bien público como es el agua y como decía la nota: refleje su escases, lo cual no se encuentra vislumbrado actualmente.
    ¿Pero no sería mejor que cada fábrica utilice sus recursos en un filtro para evitar la contaminación? Bueno eso sería lo ideal, pero actualmente parece una utopía, para muchas de estas empresas sería un costo sin ganancias, porque hay otras empresas que no utilizarían sus recursos para este gasto y de todos modos las consecuencias las padecen al azar.

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