¿No hay confianza porque no hay instituciones, o es al revés, no hay instituciones porque no hay confianza?

  • ¿No hay confianza porque no hay instituciones?  

Este es un típico caso de correlación, pero difícil determinación de la causalidad. En América Latina la confianza que la gente tiene de los demás es muy baja. ¿Es eso el resultado de su mala calidad institucional que lleva a no confiar, desde ya en los gobernantes, pero también de los demás, ya que no será fácil exigir el cumplimiento de una promesa, por ejemplo, si no funciona la justicia? 

Isabella Cotta, en El País, comenta un informe del BID realizado por Philip Keefer y Carlos Scartascini.  

La diferencia con los países de la OCDE, de mayor calidad institucional, es clara:  

El reporte titulado “Confianza: la clave para la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe”, documenta cómo los países con mayor confianza tienden a gozar de mayores niveles de productividad, mientras que aquellos con bajos índices de confianza tienden a la informalidad. 

https://elpais.com/economia/2022-01-13/nueve-de-cada-10-latinoamericanos-desconfian-de-su-projimo.html  

Un pensamiento en “¿No hay confianza porque no hay instituciones, o es al revés, no hay instituciones porque no hay confianza?

  1. Opino que no procede el cotejo que hace el autor de la nota entre confianza e instituciones. El sólo pensar que las instituciones son objeto de confianza o desconfianza es de por sí ajeno al accionar estatal. Haya mayor o menor cantidad de instituciones (más allá de la híbrida confusión entre liberalismo y marxismo) la dicotomía en cuestión es falsa al considerar por la definición filosófica de la confianza, la cual se aplica sobre los individuos o grupos sociales que integran esas instituciones, Por ejemplo: si en un hospital un médico no resulta idóneo para su cargo surgiría una desconfianza de los pacientes hacia dicho profesional pero no hacia la institución. Las crisis no son institucionales sino morales y éticas en lo inherente a quienes circunstancialmente las gobiernan. En el mismo sentido, si los gobernantes no rinden cuantas trasparentes y confiables de su gestión, los que revisten la condición de desconfiables son ellos mismos y no las instituciones gubernamentales.

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