Hay gente muy delirante en el mundo de las ideas para cambiar o mejorar el mundo en que vivimos. En este caso, hay quien señala que al planeta le convendría tener gente más petisa…, porque consumen menos recursos (¿) Lo comenta Chelsea Follett, de Human Progress, Cato Institute, en una nota titulada “Become Hobbits to Fight Resource Scarcity? No Need!”: https://www.humanprogress.org/become-hobbits-to-fight-resource-scarcity-no-need/
“Un giro nuevo y extraño en la idea de que el planeta se beneficiaría de tener menos gente (para consumir menos recursos) es que el planeta también se beneficiaría de tener gente más baja (de nuevo, para consumir menos recursos). La propuesta de reducir la población, ya sea en términos de su tamaño total o de su estatura promedio, parece estar en boga. Un artículo de opinión en el New York Times argumenta:
Las personas bajas no solo ahorran recursos; a medida que los recursos se vuelven más escasos debido a la superpoblación y el calentamiento global, también pueden ser más adecuados para la supervivencia a largo plazo. . . . Cuando te apareas con personas más bajas, potencialmente estás salvando el planeta al reducir las necesidades de las generaciones posteriores. Reducir la altura mínima para posibles socios en su perfil de citas es un paso hacia un planeta más verde.
Este artículo de opinión de la periodista Mara Altman asume que la escasez de recursos es una amenaza urgente en nuestra economía moderna y globalizada y que un menor consumo de recursos es la solución. Con ese fin, sugiere que los seres humanos intentan reducir la estatura promedio de su especie y, por lo tanto, sus necesidades de consumo y que lo logran a través de la discriminación romántica contra los altos (específicamente, los hombres altos).
El extraño argumento me recordó una cita antigua pero excelente de la historiadora económica Deirdre McCloskey (énfasis añadido):
Los ricos se hicieron más ricos, cierto. Pero los pobres tienen calefacción de gas, automóviles, vacunas contra la viruela, plomería interior, viajes baratos, derechos para las mujeres, baja mortalidad infantil, nutrición adecuada, cuerpos más altos, esperanza de vida duplicada, educación para sus hijos, periódicos, un voto, una oportunidad en la universidad. y respeto.