Con la Fundación Bases, de Rosario, estamos haciendo un curso online sobre «Public Choice», con participantes de toda América Latina. También vemos estos temas con los alumnos de la materia Applied Economics y la Facultad de Derecho de la UBA.
Allí vemos cuáles son las motivaciones de los votantes para estar informados, que son bien débiles, son ‘racionalmente apáticos’ respecto a la información, Esto explica que los políticos, quienes sí tienen un fuerte incentivo para estar informados de las consecuencias de sus actos y de sus palabras, no apelan a la racionalidad de los votantes (que no es muy aplicada a estos temas) sino a sus sentimientos. Desde esta perspectiva, no sorprende que prefieran ir a “Bailar por un Sueño que a un debate presidencial.
La ensayista Beatriz Sarlo comenta esto diciendo que esta campaña es “muy pobre y muy aburrida”: http://www.lanacion.com.ar/1789955-beatriz-sarlo-esta-campana-es-muy-pobre-y-aburrida
Comienza planteando que las campañas de los 90s eran más interesantes, aunque luego eso haya terminado en un fracaso. Sin embargo, recordemos que Carlos Menem ganó las elecciones con el eslogan “Síganme”…. ¿A dónde? A la revolución productiva…
Sostiene que esto ocurre porque los candidatos se convierten en “voceros de la gente”. Dice las cosas que la gente quiere escuchar, en otras palabras. ¿Acaso tiene eso que sorprendernos? Está en la esencia de la democracia. Algo así opinaba Borges:
Borges: “Creo que ningún político puede ser una persona totalmente sincera. Un político está buscando siempre electores y dice lo que esperan que diga. En el caso de un discurso político los que opinan son los oyentes, más que el orador. El orador es una especie de espejo o eco de lo que los demás piensan. Si no es así, fracasa.” Diálogos Borges-Sábato, compaginados por Orlando Barone (Buenos Aires: Emecé, 1976), p. 75.
Al respecto, en otra oportunidad:
“ -Ya veo que no tiene una buena opinión de los políticos.
-“No. En primer lugar no son hombres éticos; son hombres que han contraído el hábito de mentir, el hábito de sobornar, el hábito de sonreír todo el tiempo, el hábito de quedar bien con todo el mundo, el hábito de la popularidad….
La profesión de los políticos es mentir. El caso de un rey es distinto; un rey es alguien que recibe ese destino, y luego debe cumplirlo. Un político no; un político debe fingir todo el tiempo, debe sonreír, simular cortesía, debe someterse melancólicamente a los cócteles, a los actos oficiales, a las fechas patrias.” Roberto Alifano, El humor de Borges, (Buenos Aires: Ediciones Proa, 1995), p. 132-133.
En el libro cito a Joseph Schumpeter, de su libro “Capitalismo, Socialismo y Democracia”. El ciudadano particular “es miembro de una comisión incapaz de funcionar, de la comisión constituida por toda la nación, y por ello es por lo que invierte menos esfuerzo disciplinado en dominar un problema político que en una partida de bridge” (p. 334).
Y luego: “El debilitamiento del sentido de la responsabilidad y la falta de voliciones efectivas explican a su vez esta ignorancia del ciudadano corriente y la falta de juicio en cuestiones de política nacional y extranjera, que son más sorprendentes, si esto puede sorprender, en el caso de personas instruidas y de personas que actúan con éxito en situaciones de la vida ajenas a la política que en el caso de personas poco instruidas y de condición humilde” (p. 335).
Sostiene Caplan (2007, p. 95) respecto a los Estados Unidos, el país que más larga tradición y experiencia democrática tiene: “Menos del 40% de los adultos norteamericanos conocen los nombres de sus dos senadores. Un poco menos conoce a qué partido pertenecen –un hallazgo particularmente importante dada la idea muy citada que los partidos cumplen un rol informacional. La mayoría del público ha olvidado –o nunca aprendió- los hechos elementales e inmutables que se enseñan en una clase de educación cívica. Cerca de la mitad conoce que cada estado tiene dos senadores, y sólo una cuarta parte conoce el período de su mandato. La familiaridad con el registro de sus votos y las posiciones políticas que sostienen es prácticamente nula aún en cuestiones de alta atención pública, pero increíblemente buena en cuestiones divertidas pero irrelevantes para la política.”
Comparto las palabras de Borges al respecto.
Sin embargo, nunca esta de más recordar que este es el sistema mas solido y perdurable con el que contamos por el momento.
El hecho de que los políticos tengan todos los defectos que menciona Borges no quita que en muchos casos se trata de personas con un mayor poder de decision y facilidad de llevar las cuestiones a cabo, y cuyo puesto no podría ocupar cualquier hijo de vecino.
Ello no quita que quiza, las nuevas tecnologias, la facilidad de acceso al conocimiento y la rapidez de las comunicaciones traigan aparejado un nuevo sistema de gobierno, la democracia directa, aunque por el momento no parece una opción viable. Asi como mucha gente tiene dudoso criterio a la hora de elegir un representante, mucho mayor conocimiento es requerido para elegir una política.
En palabras de Norberto Bobbio, el hecho de que alguien sea capaz de hacerse atender por un buen médico, no significa que sea capaz de operarse a si mismo.
Illona Staller ue una actriz porno llegó a ser diputada en Italia, creo que sin ningún conocimiento acerca de la economía italiana, de lo conveniente para los habitantes de su país, por lo tanto esos puestos pueden ser ocupados por cualquier hijo de vecino.
Me refiero al rol del lider con poder de decisión y proactividad para llevar a cabo los proyectos. El puesto en sí, puede ocuparlo cualquiera, y en general a los paises que «devalúan» su clase política, les termina yendo de manera acorde.
Coincido con Beatriz Sarlo; pocas ideas, proyectos nacionales. Pareciera que los 3 candidatos a presidente con más chances (Scioli, Macri y Massa) están aconsejados por las mismas personas. Chato y aburrido.
si bien es muy real el hecho de que los políticos solo digan lo que el votante medio quiere escuchar con el fin de sumar la mayor cantidad de votos posibles, es también cierto que los votantes tienen pocos incentivos para estar informados porque su voto no infiere de forma directa en el resultado y además está obligado a comprar todo el paquete».
es tan bien cierto que la democracia es el mejor sistema que conocemos, y que con solo criticarlo no alcanza sobre todo en el ámbito académico, desde donde debieran surgir propuestas para motivar a los votantes o tal vez encontrar la forma de obligar a que los políticos presenten plataformas serias para poder evaluar sus reales intenciones y desde la academia intentar fomentar un voto mas informado.
El Estado es un dictador benevolente que utiliza la fuerza para generar el bien común. Es imposible que una persona (político) que persigue el bien personal, luego, si llega al poder, busque el bien común. La teoría de la mano invisible de Smith dice que en economía perseguir el bien estar individual lleva al bien estar general o común. Pero si en el mercado una persona persigue el bien personal, luego, si llega a la política, no puede buscar el bien estar general. En la política, el Estado tiene el uso de la fuerza, en la economía, el mercado tiene prohibida el uso de la fuerza. En el mercado se debe averiguar que necesitan los consumidores y como producirlo, en la política se trata de averiguar que quieren los votantes, cuales son sus preferencias. Pero a menudo esa demanda que hacen los votantes a los políticos, no benefician toda la sociedad en general, sino solo a un grupo en particular. El votante debe establecer este aspecto.
El votante es racionalmente apático, ya que en la política no hay incentivos muy fuertes para estar informados. Un voto no decide la elección, y así la relación entre un voto de cualquier persona voto y el resultado final es débil. Esto hace que el votante tengo una intensidad baja en sus decisiones y que tenga un incentivo muy bajo para estar informado.
El político debe captar la atención del votante y para ello apunta a la parte emocional de la persona. El político convence a votante diciendo que va a actuar en beneficio de todos, ya que no puede presentar una propuesta diciendo que va a actuar en beneficio particular o individual, pero en realidad busca el beneficio personal.
Por otra parte el votante solo vota «paquetes» es decir que no puede votar una mezcla entre dos o mas ideas políticas, sino que debe elegir una y tomarla con todos sus ingredientes, los buenos y los malos, no puede votar ideas políticas de un partido e ideas políticas de otro, sino que debe votar uno solo, en su conjunto.
Por ultimo, el votante no vota con mucha frecuencia (cada 4 años), poca frecuencia, y el votante cambia de opinión en este lapso.
Por todas estas razones vemos que en la política la gente esta desinformado, poco incentivada para informarse y con baja intensidad en sus decisiones. En cambio en el mercado, la gente estará mas informada, mas atenta, ya que los beneficios que obtenga del mercado lo beneficiaran a ella misma.
Los políticos no tendrían que ser otra cosa que representantes de su sociedad y sus representados deberían estar bien informados acerca de sus movimientos, sin embargo creo que en la Argentina estaría sucediendo algo parecido a los Estados Unidos. La mayoría de la población no sabe quienes son sus representantes, y esto se debe a que el estar informado no solo tiene un gran costo,(en cuanto a comprar varios diarios, revistas, el cable etc, ademas TIEMPO sobre todo), sino que también desilusiona. Porque éstos llegando de sus trabajos, acosados constantemente con los problemas de la seguridad, inflación,etc. luego esta obligado a votar a un postulante, que sabe consciente o inconscientemente que «ningún político puede ser una persona totalmente sincera».
El votante es racionalmente apático, se siente ajeno a sus representantes, no se identifica, y esto se debe no solo al factor de que con un voto no se decide la elección final, sino que también estamos obligados a votar en paquete sin poder votar ideas de otro postulante, y que ademas no se vota con la frecuencia que se haría por ejemplo en el mercado, constantemente, sino que lo debemos hacer cada cuatro años.
Claramente la exposición de los candidatos políticos en el programa de Tinelli muestran la decadencia que sufre la clase dirigente argentina después de tantos años en Democracia. Quiza su presencia en los medios los hacen parecer “mas pueblo”, no está mal, que se acerquen a la gente pero es imprescindible también demostrar su nivel político que no se olviden que están postulados para presidente de la Nación Argentina. Parecería que el resultado de las elecciones dependieran de cuan divertido estuvo el imitador? O sea que ganará quien mejor lo hizo? Estamos muy mal!!! una carrera política no implica exhibirse en los medios y tratar de agradar a la gente.sino que se trata de tener un prestigio ,un proyecto atractivo para el votante, cosa que no tienen la mayoría de los candidatos . No se dan cuenta que del voto depende el futuro de la Argentina? Lamentablemente habrá gente que vote según lo simpático que le resulte su candidato!Con esto no quiero decir ,para no herir suceptiblidades , que dentro de dichos candidatos no haya alguno que presente una plataforma política digna de ser analizada .
La opinión de Borges refleja muy bien la personalidad de un político. Ellos buscan siempre sumar electores y saben que éstos generalmente están desinformados, desinteresados de la política, por lo tanto tratan de decir lo que éstos quieren escuchar. Se muestran simpáticos, agradables, y cada uno dice ser «el mejor» y «el único» capaz de resolver los problemas más urgentes que afecten a los habitantes de la nación sin decir «como» lo lograrán.
Se presentan de esta forma porque saben que el más carismático seguramente será el que resulte ganador y aunque haya otros políticos que tengan propuestas muy interesantes para ser analizadas y debatidas, al no tener carisma pierden esas opciones y también electores.
Coincido con Karina en que debieran surgir propuestas desde el ámbito académico, por ejemplo, que motiven a los votantes a informarse para poder exigir a los políticos debatir los puntos más sobresalientes de sus plataformas.
Borges escribió en momentos donde muchos creían en políticas transformadoras y movimientistas y Borges, no. Pero Borges iba más allá de las decisiones políticas y, desde luego, de la mera práctica política coyuntural a la que consideraba un ejercicio de la mentira y la corrupción sistemática, así lo dice desde diferentes intervenciones públicas, con su humor decía : La profesión de los políticos es mentir. Un político debe fingir todo el tiempo, debe sonreír, simular cortesía, debe someterse melancólicamente a los cócteles, a los actos oficiales, a las fechas patrias. Sarlo si bien es tildada de zurda , se animo a decir lo que piensan muchos y no lo dicen.
Me quedo con la reflexión de Borges que decía que si uno lee un clásico y se aburre hay que tirarlo.
“Si yo hubiera dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie”; Carlos Menem. Con esta forma de hacer política, no sorprende que (como se menciona en el artículo) “los candidatos se convierten en “voceros de la gente”. Dice las cosas que la gente quiere escuchar, en otras palabras”. Asimismo, ello potencia que se promuevan discursos que apelen a los sentimientos de los votantes en vez de a su racionalidad debido a la tendencia de estos últimos a ser “racionalmente apáticos” en virtud de los pocos incentivos que tienen para estar informados (su voto no define la elección, no se puede medir la intensidad de sus preferencias, los costos de una mala decisión no recaen sólo sobre él, etc.).
No coincido con Beatriz Sarlo en cuanto a que esta campaña es mas pobre que la de los 90. Como bien dice el artículo, Menem ganó con el «síganme… no los voy a defraudar», «la revolución productiva» y «los niños pobres que tienen hambre y los niños ricos que tienen tristeza» (sic). Angeloz perdió con su «lápiz rojo», aunque después quién lo utilizó fue Menem.
La realidad es que los políticos son un emergente de la sociedad y no un producto «galáctico». Las sociedades tienen, en general, un bajo nivel de conocimiento político y económico y, por sobre todo, una gran apatía a la hora de analizar los problemas en profundidad, ya que esto les significa tener que informarse, escuchar al otro, analizar y, de ser el caso, tener que reconocer que están equivocados. Vivimos en una sociedad “twittera”, todo son frases sueltas, slogans o titulares impactantes, es así que muchas veces nos sorprendemos con un titular del diario y al leer el artículo vemos como se va diluyendo la noticia destacada por éste. En general, el votante no se informa ni se interesa, y es permeable a preconceptos como que «todos los políticos roban», «mienten» o «son incapaces», etc., ya que así justifican su falta de compromiso por lo que éstos pudieran manifestar. Los políticos difícilmente pueden eludir esta realidad y si intentan profundizar su discurso se los tilda de «poco atractivos» o que «no transmiten», etc.. El votante está más consustanciado con lo que «parecen», que con lo que realmente «son». Se prioriza la imagen, el carisma y la estética por sobre las capacidades y las propuestas, solo se escucha lo que resulta agradable y beneficioso y se trata de evadir todo lo que puede afectar los propios intereses.
Vivimos en una sociedad compleja y egoísta. Los sectores del campo no quieren las retenciones; los industriales quieren créditos a tasas subsidiadas, subsidios al gasoil y la energía, aranceles a la importación y más, y ambos un dólar «recontra alto», aunque todo esto signifique desfinanciar al estado y hacer caer los planes sociales y los salarios. Las multinacionales quieren disponer libremente de sus utilidades para girarlas al exterior. Las escuelas privadas son subsidiadas, mientras las escuelas públicas brindan clases en «aulas containers». La UIA no quiere paritarias (discutir salarios) ni sindicatos, los sindicatos no quieren democracia interna. Los diarios viven de las malas noticias por que no interesan las buenas. En la justicia el que juzga a quienes evaden ganancias, a su vez no la paga por una acordada (¿privilegio?). Los responsables del control constitucional se perpetúan en el cargo (por otra acordada). Nadie quiere que haya pobres pero no se hace nada para evitarlos, todos proponen redistribuir mejor la renta, pero nadie quiere ceder parte de la propia. Los ciudadanos reclaman por sus derechos, mientras ignoran sus obligaciones, y a Borges con su visión profundamente irónica, no le interesaba el Premio Nobel, ni le gustaban los políticos.
Diferentes circunstancias, como algunas de las mencionadas en el texto y otras como las descriptas por mis compañeros en sus comentarios generan que los incentivos con los que contamos a la hora de inmiscuirnos en temas políticos sean mínimos. Leí un artículo al que remito, porque me pareció mas que interesante: http://www.infobae.com/2014/11/15/1608962-a-8-cada-10-personas-no-les-interesa-la-politica-america El mismo hace referencia a que la mayor parte de los ciudadanos del continente no participa de las campañas electorales ni intenta incidir sobre el voto de otros, habla sobre las causas de un desencanto creciente y grafica las distintas situaciones.
Los políticos apelan a nuestros sentimientos o hacen hincapié en temas sociales que demandan las mayorías, claramente en busca de beneficios propios porque quieren ser elegidos o reelegidos. Al mismo tiempo, mas de una vez, nos encontramos con una situación particular que nos afecta a todos, mas allá de que al parecer somos votantes racionalmente apáticos, un gran porcentaje de la población se ve influenciada por los acontecimientos sociales que no paran de sorprendernos día a día, circunstancias que no se detienen, ni mejoran y muestran una foto totalmente distinta a lo que se quiere mostrar por medio de algunos medios de comunicación o campañas políticas en cuanto a temas, por ejemplo, de seguridad, salud, educación, salarios, jubilaciones, medio ambiente etc. Entonces sucede que un ciudadano se encuentra con una suerte de «modelo nirvana» en cuanto a que tenemos un mundo ideal por un lado, que no encaja con el mundo real, creo que este fenómeno genera con mas razón cierto rechazo por parte de la sociedad a la hora de adentrarse en temas políticos, por creo que esta es otra de las causas que inciden sobre nuestros incentivos.
Me parece lógico que los postulantes a presidente basen sus candidaturas en lo que la gente quiere escuchar, ya que si ellos no lo hacen, ¿quien los votaría?. Sin embargo creo que deberían proponer ideas y proyectos que puedan llegar a cumplirse, ya sea a corto o largo plazo. En la actualidad muchos políticos juegan con las ilusiones de las personas, haciendo promesas que luego no pueden cumplir, por eso se suele escuchar la frase » todos los políticos son iguales», haciendo referencia a que ninguno de ellos realmente va a poder cumplir muchas de las propuestas de sus campañas.
Por este motivo, las personas se encuentran poco motivadas a la hora de votar, destacando también que se vota por «paquete», es decir que el voto de cada persona es una parte minúscula de la decisión final y los largos periodos que existen entre elecciones.
A los candidatos hoy en día les conviene ir a programas como el de Tinelli, por la gran convocatoria que tienen, apuntando a todo tipo de clases sociales y no a programas periodísticos donde se realizan debates y apuntan a otro tipo de espectadores.
En conclusión creo que es importante que todas las personas estén informadas sobre las propuestas viables que cada candidato presenta a la hora de votar, y que no voten solo por la imagen que transmite el sujeto.
Me parecieron exactas las palabras de Borges con respecto al «político», es increíble el trasfondo que tienen las cosas y muchas veces no nos damos cuenta. El político lo único que busca es la mayor cantidad de votos, consiguiéndolos de cualquier forma, porque éstos le van a dar cierta posición, poder y se traduce en enriquecimiento. Unos de los ejemplos en cuanto a la forma de conseguirlos, preocupante en nuestro país, son las asignaciones familiares que fueron utilizadas con otros fines, haciendo dependientes a las personas, en vez de formarlas en la cultura del trabajo, brindándoles oportunidades de progreso, todo para lograr el llamado»clientelismo político», «yo te doy o gratifico si vos me prometes tu voto»…Otro punto preocupante es cómo muchos medios masivos de comunicación tratan a las cuestiones políticas, o a los personajes de la política, con total liviandad y falta de respeto, movilizando a la gran masa de personas desde la ignorancia y no desde un debate serio.
Coincido con el contenido del articulo.
Creo que el sistema en Argentina como en muchos otros paises ha perdido su foco. Como hemos aprendido el votante no tiene incentivos para mantenerse informado. ¿cuantos de los votantes antes de ir a votar se fija por lo menos cual es la trayectoria del politico, a que movimientos estuvo afiliado, si fue candidato electo: si cumplio con sus promesas, si fue senador o diputado cuantas veces asistió y que voto..? Me animo a decir que solo un 15 o 20% se interesa.Los incentivos(como han dicho mis compañeros) es minimos o nulos. Hay que invertir tiempo y dinero que los votantes no estan dispuestos a invertir. Ademas como hemos visto, el hecho de que mi voto, tu voto, o el del vecino no sea decisorio hace que «el cargo de consciencia » del votante sea menor. Total mi voto no cambia nada. Al respecto creo que cada grano de arena genera el resultado. Y por ello mismo debemos ser responsables por mas mínimo (pero tan importante) que sea nuestro voto.
En cambio, los políticos si tienen incentivos, y gran incentivo. Ellos quieren ganar y para ellos invertirán todo el dinero posible y estudiaran cual es la manera de llegar a la gente de forma efectiva.
Hoy en día la sociedad va progresivamente adaptando otros valores. La ética, la responsabilidad del buen ciudadano, es esfuerzo, la confianza, la preparación académica han quedado fuera de moda. Hoy el dinero, el éxito, la imagen externa de cada uno parece valer mas. Creo que los politicos son un REFLEJO de la sociedad. Todavía no he escuchado ningún plan , proyecto o propuesta de ningún candidato. Todos se cansan de decir cuales son los problemas(harto conocidos) pero jamas mencionan la forma en la que van a lograrlo. Se encargan del QUE, se olvidan del COMO.
Les importa mas saber que color de camisa tiene mejor «efecto» sobre el publico, que palabras usar, si ponerse corbata o no, si usar el primer botón de la camisa abierto o cerrado.
Hace rato se perdió el eje. Hoy el escenario esta en Bailando por un sueño en vez de estar en un programa intelectual debatiendo propuestas. La escena es decadente.
Dejo un párrafo de una noticia publicada en La Nación que esta totalmente vinculado con el tema que debatimos en este articulo y los nuevos escenarios de la política argentina.
http://www.lanacion.com.ar/1792924-partidos-politicos-lejos-de-la-sociedad-cerca-de-los-votos
«Es imposible sorprenderse, en este contexto, de que un escenario más que propicio que pueden valorar los candidatos para conectar con sus votantes sea justamente ShowMatch, un programa de entretenimientos. Programa que, por otra parte, y a diferencia de casi cualquier otro canal de comunicación, se mira masivamente tanto en los coquetos barrios del norte de la capital como en las periferias más postergadas del país. La flexibilidad y el pragmatismo son normalmente recursos valiosos en la competencia electoral, aun cuando su uso en las dosis a las que nos tienen acostumbrados nuestras principales fuerzas políticas nos deparen un debate electoral menos edificante que el que muchos desearíamos.»
Concuerdo con lo que dice Borges: “Creo que ningún político puede ser una persona totalmente sincera. Un político está buscando siempre electores y dice lo que esperan que diga.»
El político en la busca de captar votos dice lo que la gente quiere escuchar, habla de solucionar los problemas que preocupan a los ciudadanos y evita hacer mención de todos los temas «pianta votos». El politico promete todo lo que los votantes quieren, pero mi pregunta es: ¿Ellos mienten y nosotros nos dejamos mentir? ¿Por que nos conformamos con promesas y no pedimos lel desarrollo de las promesas que hacen? ¿Acaso es más sencillo el «son todos iguales», no comprometernos y después quejarnos?
Para mi, hay que asumir nuestra obligación de votar con suma responsabilidad, recordando el pasado y exigiendo que ademas de que nos prometan cosas, exijamos como van a hacer para cumplir las promesas. De esta manera, veremos mejores resultados, obligaremos a los politicos a enriquecer los debates con ideas y proyectos, y ante los resultados, el votante se verá más motivado en informarse.
yo creo que la apatía de los votantes esta claramente marcada por la necesidad de obtener beneficios en lo inmediato y a un menor costo, hoy día nadie votaría a alguien que prometiera soluciones a largo plazo y es por eso que los políticos tratan de captar el voto de esa forma. también entiendo que después de tantos años de corrupción de políticos deshonestos han generado una no aceptación y una creencia de que todo lo relacionado a la política es oscuro cuestiones que han llevado a la perdida de confianza. esto genera que algunos votantes voten segun sus necesidades inmediatas y a otros les de lo mismo si total todos los politicos son iguales.
mas haya de eso creo que las campañas son pobres por que ninguno tiene un plan político decente para presentar. ni siquiera tiene idea de como sostener lo poco que dicen que van a hacer y eso genera hasta apatia de a quienes interesa la politica por estar tan vacia de contenido.
Concuerdo con lo dicho en el artículo y agrego algunas palabras extraídas de la obra «Doce Reglas Sencillas para ser Un Político Exitoso» de Rainer Erkens, que me resultaron de interés:
«Uno de los hechos más sorprendentes sobre los políticos es que realmente parece que nunca entienden que los electores esperan de ellos beneficios inmediatos y tangibles para sí mismos. A menudo los políticos hablan exclusivamente de lo que ellos quieren conseguir para sí mismos, por ejemplo, ser electo presidente.
Ellos piensan que los electores ya saben que cuando eligen a alguien, éste actuará en beneficio de su electorado. Esta premisa, sin embargo, es errónea. Los electores no confían automáticamente en que es un político honesto y con buenas intenciones, un hombre gentil y simpático o una buena persona. Por el contrario, desconfían de los políticos; creen que todos los políticos son egoístas. Sospechan que los políticos no velarán por los intereses de los electores una vez pasada la elección, sino que sólo tratarán de cuidar de sus propios intereses.
Muchos políticos se dejan llevar por disputas y debates sobre temas aburridos, insignificantes o mezquinos para los electores. Entonces los debates se transfor- man en una materia exclusiva para la clase política, lo que aburre a los electores y conduce a la alienación entre los electores y los candidatos.
Ellos quieren mejoras concretas para sus vidas diarias: un empleo, una casa decente, seguridad social en la tercera edad y en caso de enfermedad, educación y protección contra el crimen y la violencia.
En la práctica, sin embargo, a muchos políticos les gusta discutir eternamente sobre aspectos que sólo le interesan a la clase política y a la pequeña y sofisti- cada parte de la sociedad a la que ellos pertenecen. En ese mundo, el comen- tario vertido por un periodista en un medio de comunicación puede tener más influencia que la opinión o los deseos de miles de electores.»
Antes de hablarle a los electores es necesario saber de qué se quejan y cuales son sus necesidades.
La desinformación por parte de la ciudadanía común y/o la falta de ética de los políticos coadyuvan a que la gente no sepa lo que vota ni a quién vota, ya que el desarrollo de las campañas políticas se basa en que el candidato solamente dice lo que la gente quiere escuchar. Prácticamente sin que haya posibilidad de que plantee cuáles son realmente sus ideas en el plano económico, esto conlleva distintos problemas que tienen que ver con mantener lo que se ha dicho en la campaña para poder seguir en el poder o no hacerlo. En el caso de hacerlo los seguidores del político deberán percibir todos los beneficios que el mismo les prometió; lo complejo es desarrollar la capacidad productiva del país o de la economía sobre la que el político tiene inferencia de modo que sea viable sostener el modelo para que la economía no se vuelva deficitaria ni tampoco se eleve tanto el nivel de deuda pública.
Por su parte entiendo que el sistema gubernamental debe llevar a cabo políticas económicas de desarrollo sostenido, una buena manera es a través de la creación de empresas públicas, sobretodo en el área de servicios que el retorno de la inversión es bastante más alto que en la producción de bienes. Un servicio público supone una relación monopólica u oligopólica entre el consumidor, y el estado, en caso de que fuera él quien brindare el servicio, por ende, como el estado tiene el monopolio de la explotación de un servicio será el único, o uno de los pocos (en caso de oligopolio), que demande, los factores de producción necesarios para la prestación del servicio haciendo que el poder de negociación de quien los provee con el Estado sea prácticamente nulo llevando así a que el precio de estos factores sea más bajo que el del mercado.