Una visión desde el FMI sobre las causas del descontento de los chilenos

Además de lo que ya conocemos del FMI, su staff investiga y publica. Estas investigaciones no tienen relación con las decisiones que luego toma el organismo, pero es interesante conocerlas porque van formando una “opinión” dentro del organismo, que luego sí puede ser importante cuando se abordan ciertos problemas. Acá hay un caso: Chile.

Metodij Hadzi-Vaskov y Luca A. Ricci publican un paper titulado “Understanding Chile’s Social Unrest in an International Perspective”; IMF Working Paper No. 2021/174: https://ssrn.com/abstract=4026373

Supongo que a algunos les va a interesar conocer cómo ven la situación chilena y las causas del descontento que florecieron hace un par de años. Responder a esa pregunta es clave para poder comprender lo que actualmente está pasando en el país con mejor calidad institucional de toda América Latina y con el mejor desempeño económico de las últimas décadas. Este es su resumen:

“Nuestro objetivo es proporcionar una descripción general amplia de los problemas sociales de Chile, en comparación con otros países y a lo largo del tiempo, a fin de ubicar el malestar social reciente en perspectivas históricas e internacionales que puedan ayudar a preparar el terreno para futuras prioridades políticas. Seguimos un enfoque ecléctico, clasificando un amplio conjunto de indicadores en seis dimensiones: desigualdad en: i) ingresos; ii) percepción; iii) acceso; iv) oportunidad; v) redistribución; y vi) ubicación. El análisis propone un conjunto de hallazgos descriptivos. En primer lugar, la desigualdad de ingresos se redujo sustancialmente pero sigue siendo alta, también en comparación con países con un nivel y una trayectoria de desarrollo similares. En segundo lugar, Chile parece ser uno de los pocos países de América Latina con una desigualdad decreciente donde la desigualdad percibida en realidad aumentó. En tercer lugar, a pesar de un aumento en el gasto social, el acceso a los servicios esenciales parece limitado, particularmente para las clases de ingresos medios y bajos, en medio de un rápido crecimiento de los gastos de bolsillo en salud, un crecimiento relativamente más rápido del costo de vida para los relativamente más pobres y debilidades en los sistemas de pensiones y educación. Cuarto, la desigualdad de oportunidades es alta, con competencia limitada. Quinto, la redistribución fiscal ha mejorado notablemente, pero sigue siendo baja según los estándares internacionales. Finalmente, la desigualdad interregional ha disminuido sustancialmente en las últimas dos décadas, alcanzando niveles similares a la mediana de la OCDE.”

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