¿La ‘sharing economy’ o economía compartida la predijo Marx? Vamos muchachos, ríndanse…

Interesante nota en La Nación sobre el “post-capitalismo”, al que desde Marx se le viene dando la extremaunción pero que ha dejado a muchos otros experimentos por el camino y apunta a seguir cambiando, impulsado por emprendedores que innovan en forma constante, y en consumidores que decretamos cuáles de esas innovaciones se quedan y cuáles se van.

Una de esas innovaciones es la de la economía compartida, o ‘sharing economy’, sobre la que he comentado antes en este blog, como una revolución en la gestión de los derechos de propiedad a partir de una reducción de costos de transacción que multiplica las posibilidades de intercambio en el mercado. Todo esto muy ‘capitalista’, digamos en el sentido de que empresas como Airbnb o Uber son emprendimientos a partir de ideas muy innovadoras que lo que hacen es multiplicar los intercambios en el mercado.

Pero el artículo comenta a un economista y periodista inglés, Paul Mason, quien dice que todo esto no es nada más que lo que había pronosticado Marx y que es el fin del capitalismo. En fin, bienvenidos los marxistas que apoyen la ‘sharing economy’ por el motivo que sea. Dice en el artículo:

“La última utopía acaba de surgir de una combinación curiosa de pensamiento de izquierda y optimismo tecnofílico -dos vertientes que no siempre se llevan bien-, y se llama «post-capitalismo». Ése es justamente el título de un libro que en julio pasado publicó el economista y periodista británico Paul Mason, y que despertó de inmediato adhesiones y controversias varias. En rigor, Mason -ex militante trotskista- recopila y sintetiza el diagnóstico de muchos economistas y futurólogos de la hora: de manera incipiente pero decidida, autos particulares que se comparten, personas que ofrecen su tiempo o conocimientos gratuitamente en plataformas colaborativas, impresoras 3D que traducen ideas en objetos, cooperativas de energía renovable, trabajos automatizados que liberan tiempo y una circulación incesante de información de libre acceso serían señales de una nueva época, impulsada por personas que valoran más vivir experiencias que acumular propiedad privada.”

«Sin darnos cuenta, estamos entrando en la era post-capitalista. En el corazón del cambio por venir está la tecnología de la información, nuevas maneras de trabajar y la economía colaborativa», escribe Mason en un reciente artículo en The Guardian. Y sigue: «La contradicción principal hoy se da entre la posibilidad de bienes e información gratuitos y abundantes y un sistema de monopolios, bancos y gobiernos que tratan de mantener a las cosas privadas, escasas y comerciales. Todo se reduce a la lucha entre la red y la jerarquía». El post-capitalismo, sostiene -una transformación histórica que él compara con el fin del feudalismo-, es el resultado de tres grandes cambios impulsados por la tecnología: la reducción de la necesidad de trabajar (por la automatización de muchos empleos), la abundancia de información que contradice la lógica capitalista de la escasez, y el surgimiento aún incipiente, aquí y allá, de formas de producción y consumo colaborativos, por fuera de lo que el mercado considera actividades económicas. «El sector post-capitalista probablemente coexistirá con el mercado por décadas, pero el gran cambio ya está en marcha.»

“Un gran cambio en marcha también vio Marx, claro -a quien el propio Mason cita como visionario de «una economía basada en información abundante y socialmente compartida»-, y entre muchos otros Jeremy Rifkin, el economista y consultor estrella que el año pasado escribió La sociedad de coste marginal cero (Paidós), en el que también anticipa un mundo donde fabricar será cada vez más barato, reinará la «economía híbrida colaborativa» y las impresoras 3D convertirán a millones de personas en «prosumidores».

En fin, muchachos, nos encontramos allá, en la economía compartida, o en el post-capitalismo, como quieran llamarlo. Lleven sus banderas de Marx, no importa, la sociedad liberal permite expresar todo tipo de opiniones. Ahora…, que todo eso sean predicciones de Marx….

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