La baja frecuencia con que se revelan las preferencias en la política ocasiona problemas como en Chile

Esto dice el libro sobre la baja frecuencia que tiene la política para que se “revelen” las preferencias de los votantes:

“En general, el lapso que transcurre entre una instancia en la que se revelan las preferencias de los votantes y la siguiente es un período bastante largo: cuatro, cinco o seis años en el caso de las elecciones presidenciales; tal vez dos años para las elecciones legislativas. Entretanto esas preferencias pueden cambiar pero no hay mucho que se pueda hacer al respecto, salvo esperar hasta la próxima instancia.

Esto ocurre sobre todo en los regímenes políticos presidencialistas, ya que en los parlamentarios si el gobierno pierde la mayoría parlamentaria cae, en general. Pero en los primeros eso no ocurre salvo situaciones excepcionales que originen un juicio político y la remoción del gobernante. En algunos casos existen instrumentos de democracia directa como la revocación de mandato. No obstante, son numerosas las situaciones en las que el votante se ve frustrado porque encuentra que el gobernante electo no cumple con sus expectativas.”

Veamos ahora el caso de Chile y su presidente Bachelet. El informe “Temas Públicos” Nr. 1206, de; Instituto Libertad y Desarrollo de ese país (www.lyd.org) esto comenta:

“En medio de una agitada agenda política, durante la semana pasada, se hicieron públicas tres encuestas: CADEM, Adimark y la del Centro de Estudios Públicos (CEP). Independiente de los matices y alcances metodológicos de cada una de ellas, en todas es posible visualizar de manera clara, el nivel de deslegitimación social de las reformas que impulsa el actual gobierno.

El proceso a partir del cual las ideas de la Nueva Mayoría devinieron en minoría ante la opinión pública puede tener múltiples variables explicativas. Algunas endógenas, vinculadas a lo estrictamente programático, pero también a los modos de conducción de las “reformas estructurales”, donde en este “primer tiempo” del mandato presidencial, el estilo de la imposición primó respecto del dialogo y la negociación. Sin desconocer también, la incidencia de fenómenos exógenos, como la crisis de desconfianza que golpeó al centro de gobierno tras el episodio Caval, como bien se muestra en los mismos estudios de opinión.

Sin embargo, las encuestas muestran de manera nítida que el escepticismo ciudadano en relación a las reformas del gobierno, se instaló con antelación a la emergencia de los mencionados escándalos que han golpeado al arco político de manera transversal. El mejor ejemplo de lo anterior es que, ya en noviembre de 2014, la desaprobación de las reformas educacional y tributaria llegaba al 56% y 51% respectivamente conforme a datos de Adimark.

 En todas las encuestas es posible visualizar de manera clara, el nivel de deslegitimación social de las reformas que impulsa el actual gobierno. El descrédito de las reformas parece irrefutable. Según datos de la Encuesta CEP, un 65% considera que estas reformas han sido improvisadas y un 64% cree que no serán eficaces para alcanzar los objetivos propuestos.

 Este escepticismo con las reformas de gobierno se instaló con antelación a la emergencia de los escándalos que han golpeado al arco político de manera transversal.

 La decepción con el gobierno por parte de los encuestados puede fundarse en el escenario contradictorio que representa un gobierno con pretensiones de reformas maximalistas, pero que por contrapartida, no es capaz de satisfacer las demandas respecto de áreas básicas de toda gestión gubernamental.”

Concluyo en el libro:

Es cierto que las encuestas de alguna forma llenan ese vacío. Los políticos, como veremos en el próximo capítulo, están fuertemente motivados a tomar en cuenta todos los elementos que puedan tener impacto en su propia carrera y este es uno de ellos; pero también saben que, dada la ignoracia racional o irracionalidad antes comentada, pueden desviarse de las preferencias de los electores para volver a prestarle atención cuando una nueva instancia electoral se acerca. Es decir, la encuesta genera información pero no determina la continuidad de un gobierno por lo que su efecto es menor que el resultado de una elección. Nótese que no es solamente la muy comentada característica que una elección es como una encuesta con una muestra del cien por ciento del electorado; es que la encuesta no tiene fuerza legal para determinar el ejercicio del poder.

En el mercado, por el contrario, los cambios de preferencias tienen impacto en forma casi inmediata. El gerente de ventas de una empresa de bienes de consumo masivo, por ejemplo, recibe en forma diaria o semanal el informe de los supermercados o los pedidos de reposición de mercadería que le indican cuáles han sido las preferencias de los consumidores el día o la semana anterior. Si detecta cambios ha de reaccionar inmediatamente. Los consumidores votan todos los días.

Está claro que no podemos pretender tener elecciones cada semana, ni siquiera si eso sería razonable: las opiniones de los votantes, más que las que tienen como consumidores, están basadas en emociones que podrían determinar fuertes cambios institucionales que no nos dejarían muy tranquilos.

 

8 pensamientos en “La baja frecuencia con que se revelan las preferencias en la política ocasiona problemas como en Chile

  1. La baja frecuencia con que se revelan las preferencias es una característica constante de los gobiernos junto con lo racionalmente apático que puede ser el votante a la hora de emitir su voto. En general , el problema es que no se respetan los planes a largo plazo en la política , es decir , se arranca con una idea que no tiene continuidad en el tiempo porque los votantes esperan resultados mágicos , rápidos y ello va en detrimento siempre de algún sector de la sociedad que queda más perjudicado o relegado en éste sistema. La situación en Chile no pasa desapercibida porque se ve el alto nivel de descrédito que tiene el gobierno , mas interesado por tomar protagonismo propio que por tomar decisiones que beneficien a la masa de votantes. Luego , cuando se acercan las elecciones , el gobierno intenta realizar acciones para acaparar los votos de los ciudadanos. Esta situación de la política en la que los mandatos duran un tiempo se contrapone con la de los mercados , que se encuentran en constante movimiento y se revelan preferencias todos los días. Por ello es necesario que el empresario se anticipe siempre a una situación nueva que se plantea todos los días , cosa que no pasa en la política ya que la frecuencia de las preferencias sólo puede exteriorizarse durante un tiempo en el que transcurren las elecciones. En el medio , los políticos gobiernan más de acuerdo a sus intereses personales que a los intereses de los votantes y sólo se acuerdan de éstos cuando están próximas las elecciones. Los cambios de preferencias a través de las encuestas no sugieren nada relevante en la política pero sí en el mercado , donde impacta día a día y el empresario debe preocuparse constantemente de satisfacer las demandas que necesitan los consumidores , sino su gestión no tendrá éxito.

  2. Me viene a la cabeza un reciente discurso de Cristina Fernandez, en que dijo a los opositores que piensen bien a quien votar, dado que «no se aceptan devoluciones».

    Los problemas que hoy en día enfrentan Bachelet, Dilma Rousseff, Francois Hollande y posiblemente nuestro próximo Presidente, son una clara demostración de los problemas intrinsecos de la democracia. Aminorados en parte por el sistema parlamentario, claro está, pero no desaparecen: si el gobierno esta formado por una mayoria parlamentaria unipartidaria (es decir, no se requirió de alianzas) entonces goza de una estabilidad muy similar a la de un presidente.

    Lo interesante es que quienes discuten las recientes medidas de dichos gobernantes son precisamente aquellos sectores que poco antes los apoyaban fervientemente, socavando así su legitimidad de gobierno.

    Quizá estas situaciones llaman a una reforma en nuestros sistemas de gobierno, ya que el pueblo no gobierna sino a través de sus representantes, pero cuando el representante no representa sino impone, no tiene por qué ser tolerado por sus electores. Que diría Rousseau?

  3. Una de las problemáticas que plantea la democracia representativa son los largos períodos por los que los gobiernos ejercen sus funciones, ya que las preferencias de los votantes cambian más rápido que los cambios de mandato.
    Otra de las cuestiones que pueden resultar problemáticas en este tipo de organización del gobierno, es que puede que los partidos políticos y los candidatos realicen promesas sobre temas que tienen aceptación mayoritaria, pero cuando éstos llegan al poder, puede que dejen de lado sus promesas y se focalicen en su carrera política. En este caso, el votante que estaba convencido de que sus intereses iban a estar protegidos con este candidato y el mismo no lo realiza, puede lleve al votante a querer cambiar su votación, pero no podrá hacerlo hasta las próximas elecciones, que serán en un par de años. Esto genera incertidumbre en cuanto a cuáles serán las decisiones que tomará el gobierno cuando no sigue sus plataformas, en las que se basan los votantes (aquellos más informados) a la hora de elegirlos. Además este tipo de actitudes, donde los políticos deciden seguir su propio interés, produce que los votantes pierdan confianza no sólo es este político en particular, sino en todo el sistema en general, llevándolos a creer que “todos son corruptos” y a interesarse cada vez menos en las elecciones.
    Por eso creo que la democracia directa es una organización más semejante a la del mercado, donde si bien se elige lo que establece la mayoría, los votantes pueden participar activamente en las decisiones que los involucran a ellos y a sus intereses.
    Así las preferencias de los votantes están más latentes en las democracias directas, mientras que en las representativas, las encuestas que se realizan sólo arrojan información pero no permiten un cambio.
    Por estas razones creo que la propuesta de Hayek donde proponía que, dentro del poder legislativo, existieran dos asambleas desde una estuviese conformada con miembros de edad madura, sabios que velaran por proteger los derechos de todos y otra con políticos profesionales con intereses inmediatos ocupándose de políticas públicas. La primer Asamblea tendría primacía sobre la segunda. Opino que así se podrían satisfacer los intereses de todos, permitiendo a la Asamblea de sabios introducir en sus decisiones la información que surge de estas encuestas que revelan las preferencias de los votantes, para que las mismas no queden en el éter, como sucede en las democracias representativas.

  4. James Buchanan nos explica que las personas buscan su bienestar personal constantemente, tanto dentro de la política como en la economía, que se quieran dedicar a la política no significa que mágicamente van a dejar todo su egoísmo de lado en búsqueda del bienestar general, aunque, en esa búsqueda del bienestar personal pueden contribuir a mejorar el bienestar general.

    Los votantes dan señales a los políticos sobre qué es lo que esperan de ellos, los políticos captan esas señales y adaptan la burocracia para que aquello funcione. El problema es que para que el votante exprese su preferencia en forma correcta debe tener conocimiento, y lamentablemente el votante es racionalmente apático, porque los costos que le implicarían adquirir el conocimiento no son equiparables a la pequeña magnitud de cambio que va a tener su limitado poder de decisión en las urnas.

    El hecho de que el lapso en el que se revelan las preferencias de los votantes es tan largo y lento se ve claramente en éste ejemplo con Chile, dónde los votantes están expresando sus preferencias sin tener posibilidad de expresarlo de una manera efectiva como en las urnas, la encuesta no tiene fuerza legal para determinar el ejercicio del poder, los políticos deberían escuchar a los votantes por las redes sociales y encuestas para luego adaptar la burocracia a esa nueva demanda de los votantes. Aunque lamentablemente por la larga espera para la llegada a los comicios, los políticos recién tenderán a efectivizar las medidas solicitadas por los votantes en tiempos más cercanos a las elecciones.

  5. Creo que son varios los problemas que se presentan. Primero que nada, la sociedad va cambiando constantemente junto con sus gustos y preferencias. Entonces, todas estas cuestiones necesitan ser reflejadas en un tiempo más corto. Ya no sirve que sea cada cuatro, cinco o seis años. Ademas, que las promesas que se hacen tienen un tiempo de validez segun sea el gobierno que este de turno, nada garantiza que continue en el periodo siguiente. Eso a la vez, puede generar desinteres por parte de los votantes. No es la unica cuestion, tambien creo que genera el desinteres el ver que las propuestas que se presentan no son acordes a lo que la sociedad necesita. Todo esto genera, que a la hora de votar no se puedan ver con claridad las preferencias de los votantes. Si bien, uno gana por mayoria, no implica que la sociedad lo haya votado porque realmente lo quiso.

  6. En Argentina,al parecer no hay ningún candidato que cumpla con las expectativas de la gente, ninguno presenta un proyecto de país viable que genere confianza suficiente para ser elegido. Sumado a que los candidatos prefieren la exposición mediática antes que un buen debate donde se pueda escucharlos confrontar, conocer sus propuestas ,saber sus ideas , debatir seriamente sobre las las verdaderas preocupaciones de la gente ,que nos son pocas,de ésta manera ayudarían un poco a decidir el voto.

  7. En cuanto a la baja frecuencia con que se manifiestan las preferencias, pienso si no seria una solución que el voto se electrónico y a la manera de votar al candidato se califique con que intensidad se lo esta eligiendo (al estilo de las 5 estrellas con que se califica una aplicación para los celulares o un vídeo).
    Entonces de este modo, el candidato electo sabría con que nivel de preferencia lo eligieron y desde el comienzo saber a donde apuntar su política.
    De igual modo se podría establecer que una vez por año a través del voto electrónico, los votantes manifiesten la intensidad y la conformidad o no de la marcha del gobierno.
    Si bien no llegaría al nivel y la espontaneidad con que se manifiesta en el mercado, se estaría mas cerca.

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