Continuamos con las teorías sobre el origen y evolución de las instituciones:
Los más destacados economistas del siglo XX han señalado la importancia de las ideas para explicar las políticas aplicadas y la evolución de las sociedades. Famosa es la cita de John Maynard Keynes en las Notas Finales de su obra Teoría General:
“…las ideas de los economistas y filósofos políticos, tanto cuando son correctas como erróneas, tienen más poder de lo que comúnmente se entiende. De hecho, el mundo está dominado por ellas. Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto. Locos con autoridad, que escuchan voces en el aire, destilan su histeria de algún escritorzuelo académico de uno años antes. Estoy seguro que el poder de los intereses creados es vastamente exagerado cuando se lo compara con el gradual avance de las ideas. No, por cierto, en forma inmediata, pero luego de un cierto intervalo; porque en el campo de la economía y la filosofía política no hay muchos que sean influenciados por nuevas teorías luego de sus veinticinco o treinta años de edad, por lo que las ideas que los funcionarios públicos y políticos, y aun los activistas aplican a los eventos actuales no es probable que sean las últimas. Pero, tarde o temprano, son las ideas, y no los intereses creados las que son peligrosas para bien o para mal” (Keynes, 1936, p. 383).
Ludwig von Mises (1949) dedica todo un capítulo de su obra Acción Humana (cap. X) con el título “El Papel de las Ideas”, en el cual afirma que la sociedad es producto de la acción humana guiada por ideologías, entendiendo a éstas como la totalidad de las doctrinas relacionadas con la conducta individual y las relaciones sociales más doctrinas sobre el “deber ser”, sobre los fines que el hombre debería perseguir. Es decir, el conjunto de teorías científicas respecto a los medios más una valoración respecto a los fines de la acción humana. Cualquier situación social es, para Mises, el resultado de ideologías desarrolladas previamente, que emergen y pueden reemplazar a otras existentes anteriormente y así transformar el sistema social, por lo que la sociedad es siempre la creación de “ideologías” temporal y lógicamente anteriores. La acción es siempre dirigida por ideas.
En el mismo año que Mises publicaba su obra magna, F. A. Hayek publicaba su artículo sobre los intelectuales y el socialismo (Hayek, 1949), que comienza así: “En todos los países democráticos, en los Estados Unidos aún más que en otros, prevalece una fuerte creencia de que la influencia de los intelectuales en la política es insignificante. Esto es en verdad cierto respecto al poder de los intelectuales para que sus opiniones particulares del momento influencien las decisiones, de la medida en la cual pueden influir el voto popular en cuestiones sobre las que difieren de las visiones actuales de las masas. Sin embargo, en períodos más largos probablemente nunca han ejercido una influencia tan grande como la que tienen hoy en esos países. Este poder lo ejercen moldeando la opinión pública” (p. 417).
Hayek define con la palabra “intelectuales” no ya a los autores originales de ciertas ideas sino aquellos que las reproducen, entre los cuales menciona a periodistas, maestros, ministros religiosos, publicistas, locutores de radio, escritores de ficción, de humor y todo tipo de artistas. En otros trabajos (Hayek, 1933 y 1954), describió el proceso de difusión de las ideas desde esos autores originales, pasando por los intelectuales hasta llegar a las grandes masas como gotas que caen en un estanque y generan círculos cada vez más amplios.
Finalmente, Milton & Rose Friedman (1989) presentan su versión de esta misma teoría en las siguientes palabras:
“…un cambio importante en la política social y económica está precedido por un cambio en el clima de la opinión intelectual, generado, al menos en parte, por circunstancias sociales, políticas y económicas contemporáneas. Este cambio puede comenzar en un país pero, si es duradero, termina por difundirse en todo el mundo. Al principio tendrá poco efecto en la política social y económica. Después de un intervalo, a veces de décadas, una corriente intelectual “tomada en su punto culminante” se extenderá al principio gradualmente, luego con más rapidez, al público en general y a través de la presión pública sobre el gobierno afectará las medidas económicas, sociales y políticas. A medida que la corriente de acontecimientos alcanza su punto culminante, la corriente intelectual comienza a disminuir, compensada por lo que A. V. Dicey denomina las contracorrientes de opinión, que representan generalmente una reacción a las consecuencias prácticas atribuidas a la corriente intelectual anterior. Las promesas tienden a ser utópicas. Nunca se cumplen, y por lo tanto desilusionan. Los protagonistas iniciales de la corriente de pensamiento desaparecen y la calidad intelectual de sus seguidores y partidarios disminuye en forma inevitable. Hacen falta independencia y coraje intelectuales para iniciar una contracorriente que domine la opinión, y también, aunque en menor medida, para unirse a la causa. Los jóvenes emprendedores, independientes y valientes buscan nuevos territorios para conquistar y ello requiere explorar lo nuevo y lo no probado. Las contracorrientes que juntan sus fuerzas ponen en movimiento la próxima marejada, y el proceso se repite”[1].
Desde otra perspectiva, es conocida la visión de Antonio Gramsci sobre la conquista del poder cultural como etapa previa a la del poder político mediante la acción concertada de los intelectuales llamados ‘orgánicos’ infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios.
Asimismo, la conocida tesis de Max Weber (1920) referida al impacto de la religión en el crecimiento económico señalando que el espíritu del capitalismo moderno es caracterizado por la ética del trabajo reflejada principalmente por el protestantismo y, en particular, el calvinismo, podemos considerarla como una tesis que enfatiza el papel de las ideas, si bien restringida a valores provistos por la religión.
Aunque los autores de la Teoría del Origen Legal destacan el papel de las ideas, éste es asignado a un período de formación de los sistemas legales, a partir de los cuales éstos cumplen el rol determinante en la conformación de los marcos institucionales. Es más, La Porta et al (2008) discuten otras interpretaciones que exploran el papel que cumple la cultura, la política y la historia, y si bien no rechazan el impacto que éstas puedan tener su análisis se centra más bien en el origen de las normas que hacen al derecho societario y financiero, que tiene un gran impacto en el crecimiento económico. Los que enfatizan el papel de la cultura han considerado principalmente el papel de la religión, sobre todo teniendo en cuenta sus reservaciones respecto al interés y la actividad comercial en general, como determinante de los sistemas legales. En cuanto a los que enfatizan la política, mencionan alianzas políticas originadas en crisis, económicas o militares, particularmente en Europa continental que llevaron a sistemas corporativos más cerrados para proteger sus activos, ofreciendo seguridad social y leyes laborales para los trabajadores, conformando así sistemas sociales más extensos que en países como Estados Unidos o el Reino Unido. Finalmente, aquellos que señalan la importancia de eventos históricos enfatizan que países con sistemas legales de “common law” tenían peor protección a los accionistas minoritarios a comienzos del siglo XX que otros como Francia, ejemplo claro de la tradición del Derecho Civil codificado, pero pudieron conseguirla en ese período por contar con sistemas democráticos más abiertos y también porque no sufrieron gran destrucción física durante la Segunda Guerra Mundial, lo que radicalizó la política en los países así afectados, llevándolos a sistemas con mayor grado de regulaciones anti-capital.
El hecho, entonces, que países de common law hayan avanzado mucho y superado a los de tradición continental en materia de legislación comercial y financiera sugiere un papel tanto sea para la cultura como para la política no ya solamente en el origen del sistema legal, sino en un período más cercano, lo cual nos aproxima a nuestro intento de analizar los valores e ideas que predominan en distintas sociedades actualmente, planteando la hipótesis que el predominio de algunos determina la existencia de instituciones más o menos favorables al progreso.
[1] Más recientemente, el profesor de Harvard, Dani Rodrik, sostiene que el análisis que simplemente refiere la causa de toda acción pública a una cuestión de incentivos económicos deja de lado el poderoso papel que cumplen las ideas: “Las ideas dan forma a los intereses, en un proceso que opera por tres vías. En primer lugar, determinan la autopercepción de las elites políticas y los objetivos que persiguen. En segundo lugar, las ideas determinan las creencias de los actores políticos respecto del funcionamiento del mundo. Si los grupos de poder empresariales creen que el estímulo fiscal solamente produce inflación, presionarán a favor de ciertas políticas; si creen que genera aumento de la demanda agregada, presionarán por otras. El gobierno fijará un impuesto menor si cree que es fácil evadirlo y uno mayor si piensa que es difícil. Las ideas determinan las estrategias que los actores políticos creen tener a su disposición”. (Rodrik, Dani; “La tiranía de la economía política”, Project Syndicate, La Nación, 17/2/13.
Me pareció interesante el articulo porque permite ver la opinión de los economista a la largo de la historia, y luego de leerlo expreso mi concordancia con algunos aspectos que plantean como:
El hecho de que la acción de las personas es guiada por las ideologías que surgen del pasado y que se desarrollan en la actualidad de una sociedad.
También me pareció acertado el pensamiento de Max Weber , respecto a que los valores e ideas que predominan en una sociedad son lo que generan la creación de instituciones mas o menos beneficiosas para el progreso de una sociedad.
Este punto creo que se debería trabajar en Argentina para que se creen nuevas instituciones que ayuden el desarrollo del país hacia el progreso y no tratar de adaptar viejas instituciones creadas en la antigüedad a los nuevos cambios e ideologías que surgen en el presente histórico del país.
: Me pareció muy interesante el artículo. Estoy de acuerdo con todo lo que dice. Mi conclusión son 3 breves puntos:
1- Una sociedad (digo sociedad para hacer de mi comentario algo genérico) que es golpeada por crisis económicas, promesas incumplidas, engaños, inseguridad, etc. son en mi opinión más vulnerables y así más dominables siendo así fáciles de inculcar ideologías tapando de esta manera sus intereses.
2- La manera de inculcar las ideas hoy en día son de varias maneras ya que no creo que sólo sean posibles “dominadores”(por calificarlo de alguna manera)sólo la religión, la política, la historia etc. sino también son hoy en día un factor MUY influyente la manipulación de los medios de comunicación en sus diversas formas.
3- Finalmente, como dice Keynes, las ideas que se plantan en la cabeza son más fuertes y tienen más poder de lo que pensamos, ahora una pregunta: la sociedad se mueve dominada por una idea que le fue impuesta por la política, medios de comunicación, religión, etc.? o la sociedad es movilizada por los intereses que realmente tienen?.
Interesante artículo. Tanto en la economía, como en todas aquellas ciencias que estudian las relaciones humanas en general, el valor de las ideas es indiscutible. Sólo aquellos hombres que se han dispuesto a reflexionar sobre las situaciones preexistentes y han sabido plantear sus opiniones, son los que han logrado introducir cambios rotundos, avances, mejoras y, en consecuencia, progreso.
Coincido con Ludwig von Mises, en el sentido de entender a la acción como producto de las ideas. Y en lo referente a dichos pensamientos se van renovando constantemente a medida que las sociedades avanzan.
En relación al comentario de nuestro compañero Martín, me parece acertada su idea, y me gustaría extenderla hacia la necesidad de que nuestros legisladores comiencen a elaborar ideas propias a la hora de establecer los distintos marcos regulatorios en nuestro sistema legal, ya que intentar adaptar instituciones provenientes de otros Estados, en otras situaciones sociales, difícilmente pueda ser de utilidad para una sociedad como la nuestra, que es tan particular como cualquier otra, y por lo tanto requiere soluciones propias.
Quizás uno de los cambios ideológicos que se puede rescatar en la actualidad, y que retomando la idea desarrollada por Milton y Rose Friedman, supondrán oportunamente un cambio radical en la política social y económica, es la gestación de la idea de crear una vida ecológicamente compatible con la Tierra.
Esta idea nos permite re definir el progreso. Disiento con la reflexión final del artículo, donde se estipula que hay ideas o valores que determinan la existencia de instituciones más o menos favorables al progreso, y no porque no esté de acuerdo con la relación lógica de dichos conceptos. Considero que la acepción actual de la noción de progreso responde a un sistema que muestra indudables señales de agotamiento, y por tanto deberá ser modificado en su apreciación.
En la actualidad la principal medida para determinar como le va a un país es el PBI (producto bruto interno), indicador que no distingue entre las actividades económicas que mejoran la vida (como la inversión en transporte público) y las que la empeoran (como la construcción de un incinerador).
Es imperativo un nuevo sistema de medición que se adecue al nuevo cambio paradigmático, midiendo lo que en realidad promueve el bienestar: la salud de las personas y el medio ambiente, el compromiso cívico, la educación, la equidad, entre otras. Estos aspectos y no solo la medición de lo económico nos dejan entender cómo nos va.
El artículo es bueno, me hace acordar a la frase de Descartes «pienso luego existo», la «realidad» y la «verdad» no existen sino que son todas interpretaciones, y pienso que las ideas más que formar opiniones públicas deberían formar acciones públicas, tendríamos como sociedad que comprometernos a no comprar ideas o discursos por lo que dicen, sino ver resultados concretos en la practica y formar nuestras propias opiniones. Si bien no quiero centrarme en lo que debería ser, las ideas hoy en día forman la opinión publica porque en general la gente compra discursos, y no vemos tanto las acciones, porque se nos presentan difusas, o fuera de alcance en general. Nos hacen creer que algo es «verdad», cuando en realidad no hay nada verdadero, sino que todo es producto de la interpretación y la subjetividad.
El enfoque del articulo me parece muy acertado en el sentido de ponerme a pensar en qué consisten las ideas, cómo surgen, entre otras tantas preguntas. Y es que sera, que siempre todo comienza desglosándose de una IDEA que nos leva a formar un concepto y terminar generando un entendimiento.
Como expresan los autores citados en este articulo, el pasar del tiempo hizo que las sociedades cambien sus ideologías. La libertad de expresión, de pensamiento nos permite poder explayarnos y abrir nuestras mentes a todo lo que valoramos. Resulta de suma importancia tener en cuenta estos derechos que permiten que en una sociedad existan varias ideologías, lo cual nos puede llevar a interpretar varios razonamientos y llegar a una gran riqueza, pero también pude destruir la misma, cuando no se consideran todas las ideologías y en vez de a puntar a un bien común cada uno busca solo el beneficio particular que es quizás donde siempre se encuentran las fallas.
Coincido con la frase que uso mi compañera de Descartes «pienso luego existo» y parece ser que todo comienza en desarrollar una idea, a partir de la cual se comienza a accionar.
Es enriquecedor poder ver los diferentes pensamientos economicos a lo largo de la historia,no necesariamente como una evolucion,sino como libertad de distintos pensamientos que lleven a una creacion propia,al pensamiento critico.
Es bastante interesante el articulo. Encontre interesante el pensamiento de Ludwig von Mises acerca de que las sociedades se forman en base a sus creencias intelectuales, coincido, porque entiendo que para que un grupo determinado de personas se junte y lleve una vida en comun dentro de un lugar determinado es necesario que eso tenga una razon de ser, y me parece muy apropiada adjudicarselo a la idelologia, como madre de esa union, como punto de partida de la sociedad, y como reconocimiento de la sociedad en ella, y que va mutando junto con las personas que la integran en relacion a tambien como va cambiando la ideologia de ellos mismos. Podria añadir a esto el pensamiento de Hayek define a los intelectuales, no solo a
los autores de ideas sino a los comunicadores de ellas, citando a los maestros, medios de comunicación, publicistas, religiosos, etc. Todos estos llevan un mensaje que llega a las personas y que influye en la sociedad, porque creo que asi instauran una ideologia o bien dan nacimiento a una nueva, y como dije antes, esto llevaria a los cambios en la sociedad y de la sociedad. Y me parece que todo esto guarda un poco de relacion con lo que dice Milton & Rose Friedman . Que tambien, en la explicacion de su teoria (A medida que la corriente de acontecimientos alcanza su punto culminante, la corriente intelectual comienza a disminuir ), se alcanta un tipo x, pero la falta de cumplimiento o la imposibilidad del mismo hace que termine desapareciendo y siendo reemplazado por otro tipo. Entiendo que las creencias intelectuales o la intelectualidad tiene un papel fundamental en la sociedad, y que es impensable una carencia de ella, porque se da y se presenta en todos los ordenes de la vida, y entiendo tambien su mutabilidad en el tiempo. Pienso que todos estos autores van desarrollando a lo largo del tiempo un concepto mas amplio de lo que es la idiologia y su papel en la vida social, economica, politica, religiosa, cada uno agregando un nuevo aspecto o una nueva caracteristica.