Artículo en Pulso, La Tercera, de Chile: El partido político Cepal

EL PARTIDO POLITICO CEPAL

Martín Krause

Profesor de Economía, UBA; Consejo Académico, Fundación Libertad y Progreso

Hagamos este ejercicio: abajo encontrará ciertos comentarios y tiene usted que decir a un dirigente de qué partido político podrían pertenecer. O, al menos, en qué posición del espectro político se encuentra. Aquí van:

“La gran fábrica latinoamericana de desigualdad sigue siendo la brecha entre compañías grandes y pequeñas.

  1. ¿Por qué la política industrial ha sido, por muchos años, un anatema en Latinoamérica?
  2. Por el neoliberalismo puro y duro; por la escuela de Milton Friedman. El consenso de Washington tuvo un gran impacto en países como Chile, y el resultado es una economía desigual y nada diversa. En general, el modelo económico que se ha aplicado en América Latina está agotado: es extractivista, concentra la riqueza en pocas manos y apenas tiene innovación tecnológica.”

¿Alguna idea? Va más:

“No es el mercado el que nos va a llevar, por ejemplo, a más innovación tecnológica.“

… Pienso en Apple, IBM, Intel, Google (Alphabet), Oracle, Samsung, Tesla, Whole Foods ….

Más declaraciones:

“P. Llevan años apuntando a la desigualdad y a la necesidad de cambiar el modelo de desarrollo de la región. Sin mucho éxito: los Gobiernos apenas les han hecho caso. ¿Siente que han predicado en el desierto?

  1. Lo que ocurre es que no hemos logrado penetrar en la estructura misma: no hemos logrado un pacto social entre Estado, empleadores y trabajadores, como el de los países nórdicos, para cerrar la enorme disparidad entre el trabajo y el capital. Ahí sí siento que hemos predicado en el desierto: todos hablamos de mayores y mejores empleos, de formalización… Lo que hace falta es una vuelta estructural del modelo.”

¿Tiene ya una respuesta?

Pues se trata de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), un organismo que es parte de Naciones Unidas, en declaraciones a El País, Madrid, 6/2/20.

Tratemos en entender esto. Se trata de un organismo internacional, financiado por Estados y no un partido político o un think tank con una agenda definida. Sin embargo, financiado con dineros públicos, eso es lo que es. Se supone que un organismo público debería, al menos, presentar las distintas visiones que se encuentran entre los contribuyentes que lo sostienen.

Nada de eso. Nunca fue así. Ya desde Raúl Prebisch, quien fue Secretario Ejecutivo de 1950 a 1963, desarrolló y se embanderó en lo que denomina “estructuralismo”, proponiendo el proteccionismo, la sustitución de importaciones, el análisis de “centro y periferia”, etc. Esas políticas llevaron a varios países al colapso hiperinflacionario en los años 1980s. Tal fue el fracaso que incluso alguno de sus principales teóricos, como Fernando Henrique Cardoso, nada de eso hizo cuando llegó a la presidencia de Brasil a parar la hiper y sacó el país de ese pozo siguiendo políticas que ahora la Secretaria Ejecutiva llamaría “neoliberalismo puro y duro”.

Resulta que el modelo económico aplicado en la región está agotado. ¿A cuál se refiere? No hay ninguna referencia a Venezuela o Cuba, tampoco ningún comentario sobre Bolivia y, como señalé antes al agotamiento del mismo modelo que la Cepal parece seguir promoviendo ahora, eso sí, con un nuevo tinte tecnológico y ambiental.

Por cierto, la gente tiene todo el derecho a opinar como le parezca y a juntarse con aquellos que piensan en forma similar para promover ciertas ideas. Eso es incuestionable. Pero distinto es cuando se trata del dinero de todos. Al menos habría que respetar las ideas diversas que tienen los contribuyentes que pagan sueldos, viajes y vacaciones.

La Cepal no tiene razón de existir, su trabajo hasta aquí no justifica el dinero gastado y sus argumentos tendrían mucho más peso moral si fueran autofinanciados por quienes así piensan.

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