Blanqueo impositivo: el último reveló 21% del PIB en Argentina pero, ¿quién va a creer el próximo?

Los “blanqueos” impositivos o amnistías, además de los resultados que puedan anunciarse, han sido una gran oportunidad para blanquear ganancias resultado de la corrupción y, por otro lado, para reconocer esos fondos de parte de quienes los obtuvieran produciendo. Muchos de estos últimos dan a conocer esos recursos para que luego algún gobierno posterior al que implementara el blanqueo caiga sobre ellos. Queda poca credibilidad a futuros intentos. Sobre todo para quienes entraron en el último que tuvo lugar en Argentina, analizado en este paper: “Revealing 21 per cent of GDP in hidden assets Evidence from Argentina’s tax amnesties”. Los autores son Juliana Londoño-Vélez de UCLA, y Dario Tortarolo de la Universidad de Notingham: https://www.wider.unu.edu/sites/default/files/Publications/Working-paper/PDF/wp2022-103-revealing-21-per-cent-GDP-hidden-assets.pdf

“Este artículo estudia la efectividad de las amnistías fiscales y sus impactos en la tributación del capital y el gasto público. Aprovechamos la rica variación de políticas de Argentina, donde los gobiernos de izquierda y derecha implementaron múltiples programas y lograron un éxito variable. Después de numerosos esfuerzos de aplicación fallidos, su plan de 2016 supuestamente reveló activos por valor del 21 por ciento del PIB, la amnistía fiscal más exitosa del mundo. Utilizamos datos detallados de tabulaciones fiscales que abarcan dos décadas y obtenemos tres resultados clave. En primer lugar, a pesar de la evasión fiscal sustancial en el extranjero, los activos extranjeros declarados se cuadruplicaron después de la amnistía de 2016. En segundo lugar, las revelaciones fueron extensas entre el 0,1 por ciento de las personas más ricas, que más que duplicaron sus activos declarados. En tercer lugar, mejorar el cumplimiento tributario tiene considerables externalidades fiscales sobre los impuestos al capital y las transferencias sociales: las bases imponibles sobre la riqueza y los ingresos del capital se duplicaron con creces, y los ingresos asignados a la amnistía aumentaron los beneficios de las pensiones en un 15 por ciento. Concluimos discutiendo las lecciones de la experiencia argentina con los programas de amnistía.”

 

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