El constructivismo social prevalece. Todos pensamos, yo también, que conocemos un modelo mejor de sociedad (lo cual no está mal), pero muchos se sienten muy a gusto buscando imponerlo sobre los demás. Esto corre tanto para intelectuales como para empresarios.
Carlos Slim, uno de los empresarios más ricos del planeta ha propuesto que se modifique la jornada laboral semanal a tres días de once horas de actividad y un retiro laboral más tardío: http://www.lanacion.com.ar/1713247-trabajar-menos-horas-trabajar-mas-anos
Dice el artículo: “Slim sugiere que se trabaje tres días a la semana en jornadas de 11 horas. A la vez, sostiene que es necesario retrasar la edad de jubilación. El esquema, razona este magnate de 74 años, ayudaría a aliviar problemas como el desempleo y las dificultades de los Estados para financiar los sistemas previsionales. Además, las personas tendrían más tiempo libre y eso generaría más fuentes de trabajo en las actividades de esparcimiento.”
Esto parece más una propuesta para salvar a todos los quebrados sistemas jubilatorios de reparto que para beneficiar a los trabajadores o para mejorar su productividad. Pues, en cuanto a este segundo tema se refiere se podría pensar en una respuesta rápida a la propuesta de Slim: ¿por qué no lo implementa en sus propias empresas?
No hay tratar a todos como Conejillos de Indias de las ideas de alguno. Simplemente Slim las puede testear y verificar luego su resultado, si tienen éxito sin duda serán copiadas. Claro, es probable que Slim tenga problemas para implementar su propia idea en sus propias empresas por la existencia de una frondosa legislación laboral y previsional que se lo impide. Pero en tal caso el tema es: ¿no debería ser esa la propuesta de Slim? Es decir, que se desregule el mercado laboral y previsional de forma tal que se pueda experimentar una propuesta como ésa.
Dentro de los estrechos márgenes que las regulaciones permiten, algo se está experimentando. Comenta el artículo:
“La alternativa flexible de la «semana comprimida» tiene algunas formas prácticas más parecidas a lo convencional que la propuesta de Slim. Una de las más conocidas es la de agregar tiempo de trabajo entre lunes y jueves para liberar horas del viernes. Según un estudio de SEL Consultores, en la Argentina un tercio de las firmas líderes tiene estas políticas, aunque en más de la mitad de los casos, el beneficio no llega a la totalidad de los empleados.
«Hay diferentes modalidades de flexibilidad, como la semana comprimida y el horario flexible [empresas que definen una banda horaria para elegir hora de ingreso y de salida], y parte de esto es también la organización con los compañeros, el empoderamiento del equipo de trabajo», afirma Patricia Debeljuh, directora del Centro Conciliación Familia y Empresa de la Escuela de Negocios IAE.”
Entonces, en lugar de querer cambiar las condiciones para todos, la propuesta debería ser una amplia desregulación que permita una multiplicidad de ensayos. No solamente podríamos así ver cuál es la mejor alternativa, sino que se podría adecuar a las distintas preferencias que tengan distintos trabajadores.
A mi entender este problema de jornada de trabajo y flexitime es solo un producto de la desface que existe entre desarrollo de tecnología y inserción en las industrias. No importa adelantos tecnológicos hay industrias que por su naturaleza jamas podrán adoptar esos planes. Otras industrias no han podido actualizar sus operaciones por costos y infraestructura de país.
Ademas detrás de esos argumentos de Slim se encuentra un pensamiento de enriquecimiento y explotación desmedida. En realidad el obrero que se le reduce a 3 días por 11 horas buscara un segundo empleo para cubrir sus necesidades.
Por ello no se puede aplicar una formula general como Slim propone.
Pienso que el asunto está en función de la actividad que desempeñe la empresa. Se pueden tener diferentes arreglos de repartición de la jornada semanal y de su extensión en horas por semana. En algunas actividades agropecuarias, la jornada puede ser ampliamente flexible a lo largo del día, de la semana y del año. En el comercio, las necesidades individuales de los establecimientos también pueden aconsejar diferentes formas de repartir la labor a lo largo de la semana y del año, Diferentes clases de manufacturas, pueden dar oportunidad para otros tipos de arreglos, lo mismo que en la prestación de servicios.
Tradicionalmentem, se ha esgrimido como razón para la reglamentación del mercado y del contrato laboral, que en la relación de trabajo el patrono o empleador estaría en una relación de supremacía o de mayor fortaleza. Sinembargo, en la medida en que la excesiva reglamentación produce menor generación de trabajo, lo que se logra es el debilitamiento del lado del oferente de trabajo, ya que no encuentra quién lo enganche y la mayor abundancia relativa de oferta deprime los salarios.
Parecería entonces que lo mejor sería propender por la liberalización del mercado laboral, por su desregulación y su apertura a nuevas foromas de contratación y de acuerdo entre las partes directamente involucradas.