Aunque no nos parezca cuando nos peleamos, enfrentamos e incluso vamos a la guerra, el ser humano es la especie más cooperativa, entre las que hay en el planeta. ¿Cómo es que evolucionó esa cooperación? Lo trata Luke Glowacki, de Boston University, en este artículo:
Glowacki, L. (2022). The Evolution of Peace. Behavioral and Brain Sciences, 1-100. https://doi.org/10.1017/S0140525X22002862
“Si bien algunas especies tienen interacciones afiliativas e incluso cooperativas entre individuos de diferentes grupos sociales, los humanos son los únicos que tienen relaciones duraderas, de suma positiva e interdependientes entre grupos sociales no relacionados. Nuestra capacidad para tener relaciones armoniosas que cruzan los límites de los grupos es un aspecto importante del éxito de nuestra especie, lo que permite el intercambio de ideas, materiales y, en última instancia, permite la evolución cultural acumulativa. El conocimiento sobre las condiciones requeridas para las relaciones intergrupales pacíficas es fundamental para comprender el éxito de nuestra especie y construir un mundo más pacífico. ¿Cómo crean los humanos relaciones armoniosas a través de los límites de los grupos y cuándo surgió esta capacidad en el linaje humano? Responder a estas preguntas implica considerar los costos y beneficios de la cooperación y agresión intergrupal, para uno mismo, el grupo propio y el prójimo. Adoptar una perspectiva teórica del juego proporciona nuevos conocimientos sobre las dificultades de eliminar la amenaza de guerra y revela una lógica irónica para la paz: los factores que permiten la paz también facilitan el aumento de la escala y la destructividad del conflicto. A continuación, exploro las condiciones requeridas para la paz, por qué son tan difíciles de lograr y cuándo esperamos que haya surgido la paz en el linaje humano. Argumento que la cooperación intergrupal fue un componente importante de las relaciones humanas y una fuerza selectiva en la historia de nuestra especie en los últimos 300 mil años. Pero las condiciones previas para la paz solo surgieron en los últimos 100 000 años y probablemente coexistieron con la violencia intergrupal intermitente que también habría sido una fuerza importante y selectiva en la historia de nuestra especie.”